La motivación como factor influyente en la permanencia de los estudiantes del programa nacional de formación de educadores
- Antecedentes
históricos de la motivación dentro del marco del
proceso de formación pedagógica - Influencia
de la motivación profesional en el proceso de
formación pedagógica - La
autoestima profesional - Bibliografía
consultada
ANTECEDENTES
HISTÓRICOS DE LA MOTIVACIÓN DENTRO
DEL MARCO DEL PROCESO DE
FORMACIÓN PEDAGÓGICA
La formación pedagógica en Venezuela ha
sido desatendida durante décadas, la clases dirigidas en
los Institutos Pedagógicos se caracterizaban y aún
se caracterizan por ser netamente academicista, encerrados en
cuatro paredes durante nueve semestres y a espaldas a los cambios
históricos, sociales y políticos de nuestra
sociedad. Por
tal razón entre los años 1984 y 1998 el ingreso de
aspirantes a la Educación
Superior se conformaba por ciudadanos que provenían de
sectores medios y altos
de la población; dejando que pocos bachilleres
con menos facilidad económica participaran dentro del
mismo. Lo que contradice el sentido social que tiene la Educación.
Esta situación generó altos índices de
deserción, exclusión y poca motivación hacia la realización de
estudios superiores; aunado a esta situación la
formación pedagógica era a espaldas a la realidad
de la sociedad y sólo contribuía a intereses
económicos y políticos para contribuir al
neoliberalismo.
Por mucho tiempo en
nuestro país las políticas
educativas estuvieron desvinculadas de la realidad social, las
mismas solo daban respuesta a intereses del mercado y a
ciertos círculos cerrados de la sociedad, por tal
razón los ciudadanos que se formaban en los
Pedagógicos no conocían la realidad que
debían enfrentar en las escuelas y menos la
situación de la comunidad. Lo
que trajo graves consecuencias a nuestro país: más
de un millón de analfabetos, quinientos mil
bachilleres sin cupo en la Educación Superior y
elevados índices de exclusión y deserción
escolar.
Venezuela, en ese entonces calificado como país no
desarrollado, poseía resultados negativos en su labor
educativa, su formación de recursos humanos
cualitativa y cuantitativamente pésima. La evaluación
netamente cuantificada, los esfuerzos de los estudiantes solo por
alcanzar un número, percibiendo carencia de incentivos hacia
una educación humanista, razón que generó
desmotivación hacia su desempeño como docente humanista en pro de
las necesidades de la sociedad.
Esta situación generó que el producto del
proceso enseñanza–aprendizaje fuese
de una mínima calidad humana y
acreditado para formar al futuro profesional venezolano poco
motivado a su profesión y con poca disponibilidad para
ayudar a la comunidad donde desempeñaría su
labor docente. Por tal razón los resultados del proceso
educacional afectaron en un grado extraordinario al rendimiento
escolar y a su influencia con el trabajo
comunitario, pues éste para muchos profesionales de la
docencia
carecía de significado.
Si el estímulo al estudiante de pedagogía, era poca o escasa su motivación
era nula hacia su participación como ente activo en una
sociedad que necesitaba un impulso para mejorar su calidad
educativa humana, por la necesidad y posibilidad de ser
coparticipe de ese cambio
necesario en los espacios de la vida de personas que
podían generar cambios importantes. Su compromiso como
egresado de una Institución Pedagógica era
fundamental en ese momento y la posibilidad de crear, alcanzar y
desarrollar actividades educativas en la comunidad eran vistas
como utopías.
La sola voluntad para la transformación de la realidad
en la que se desenvolvían los actores del hecho
pedagógico, era desechada por la distancia educativa
imperante entre el egresado del Instituto Pedagógico y la
comunidad donde debía desempeñarse como docente.
Este hecho generaba un choque de realidades y necesidades para
afrontar el hecho educativo, y sus consecuencias fueron
devastadoras para el país: docentes
interesados sólo en su salario y
educandos con poca formación en valores
humanitarios y poca motivación hacia una continuidad
educativa.
Se hace necesario tomar en cuenta el momento histórico,
donde el auge del capitalismo y
neoliberalismo ere imparable y sus necesidades de mano de obra
para sus transnacionales, estaba en esos jóvenes
desmotivados para proseguir con estudios superiores. Lo que
agregó un factor más a la deserción
educativa y desmejoró la calidad de la misma.
Tomando en cuenta el pensum de estudio que se manejaba en los
Institutos Pedagógicos carecían de tendencias
educativas para mejorar la motivación de sus
estudiantes.
Tomando como concepción de motivación a todas
las características del comportamiento
del estudiante, lo que empuja, lo que incita a una acción
para su logro, según Richard Anderson 1979; la
motivación va acompañada de interés,
vigilancia, atención, concentración y
persistencia. Propone que la motivación sin estas
cualidades el proceso pedagógico no tendrá éxito.
Las tendencias educativas en cuento a
motivación han cambiado mucho, ya que cien años
atrás se tomaron en cuenta las propuestas de Darwin, donde
planteaba que el instinto era el trampolín de la
motivación. Por supuesto que ésta teoría
psicológica era especulativa, debido al poco conocimiento
sobre la conducta humana.
Para 1919 un aspecto motivacional era la necesidad adquirida o
aprendida.
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