No obstante, la reducción de costes no puede asociarse
con este elemento por dos razones: en primer lugar, el coste de
los antagonistas (Cetrorelix y Orgalutran) es superior al de los
análogos (Procrin) y, además, este capítulo no
afecta a los costes, pues los fármacos utilizados en TRA no
se imputan a los costes del hospital, y la perspectiva del centro
es la utilizada en este estudio. Las tasas de embarazo de la URH del HUVN
son similares con ambos fármacos17, lo que
queda avalado por evidencia de calidad al
respecto18-20.
2. La metodología de cálculo de costes utilizada
permite identificar las causas de la diferencia de costes entre
los años considerados. Los principales cambios los podemos
clasificar en organizativos y tecnológicos. Entre los
primeros podemos destacar dos: la disminución en los costes
de quirófano, debido a la sustitución del uso de estas
instalaciones por unas salas acondicionadas para la
realización de estas intervenciones, y menos costosas que
los quirófanos; y la supresión de la figura del jefe de
sección. El cambio técnico tiene su
reflejo en las diferencias en actividad por TRA entre ambos
años, observándose que las técnicas de
estimulación sin reproducción asistida y
de IAD-IC, en uso en 1998, no se realizan en 2003, debido a la
sustitución por las técnicas IAC e IAD-IU,
respectivamente, de mayor efectividad que las anteriores. El
desuso de la técnica IAD-IC responde a evidencias sobre mejores
resultados, en el donante, de la inseminación intrauterina
respecto a la cervical21. Razones organizativas
también respaldan este cambio de estrategia: en la
inseminación intrauterina se realiza un máximo de 4
ciclos, mientras que en la intracervical se realizan hasta
622, lo que, junto con la escasez de semen de donante por
falta de donantes en nuestro medio, ha llevado a considerar que
la estrategia más ahorradora de semen es la IAC-IU,
manteniendo la misma efectividad. También se ha producido un
aumento en el número de ciclos ICSI realizados, que han
sustituido en gran parte la actividad en ciclos de FIV.
Probablemente, esta sustitución se deba a que en 1998 la
técnica ICSI estaba en fase de introducción, mientras
que en la actualidad ya es una técnica ampliamente
consolidada.
3. Según los datos del Instituto Nacional de
Estadística, la
variación acumulada del IPC durante el período
1998-2003 fue del 17,3%. Si aplicamos esta tasa de
actualización a los datos de coste de 1998, el coste total
de este ejercicio (980.951,72 Ⴌ) supera al
coste total del año 2003 (960.808,77 Ⴌ ).
Lógicamente, este incremento derivado de la utilización
de costes actualizados es de aplicación directa a los costes
unitarios calculados tanto por ciclo (tabla 2) como por parto (tabla 3). Al operar con
magnitudes monetarias equivalentes, las ganancias de eficiencia comentadas con
anterioridad quedan notablemente amplificadas. La reducción
del coste medio por parto pasa a ser de un 41,38% a lo largo del
período, frente a la reducción del 31,24% resultante
con los costes valorados en términos corrientes.
4. El caso de las TRA constituye un claro ejemplo de
cómo los cambios en la estructura de costes de los
servicios o unidades obedecen
a la incorporación de nuevas tecnologías, bien
de carácter técnico en
la práctica clínica (nuevas técnicas) o bien de
carácter organizativo (abandono del uso de quirófanos).
Por lo tanto, desde un punto de vista retrospectivo, la evaluación de los costes
totales de una unidad clínica requiere un análisis exhaustivo de
los cambios (cuantitativos y cualitativos) producidos en su
actividad. Desde la perspectiva planificadora, resulta sumamente
útil estimar la repercusión en costes que tendrá
la incorporación de una nueva técnica.
ARTÍCULO Nº 4
Medifam
ISSN 1131-5768 versión
impresa
EN COLABORACIÓN CON… Ginecología Reproducción en parejas serodiscordantes para el J. Hernández Núñez, F. RESUMEN En los últimos años hemos asistido a Reproductive assitance to HIV-discordant ABSTRACT Recepción: 18-12-02 INTRODUCCIÓN En otros casos, acuden sólo con la idea de informar En estos casos, son varias las alternativas que Estas dos técnicas de lavado seminal se | ARTÍCULO Nº 5 | |||||
[ |
MEJORANDO LAS TéCNICAS DE FECUNDACIÓN La inducción de la | |||||
La rápida expansión de los tratamientos para Estos hechos han llevado a reevaluar esta técnica Anteriormente se creía que los folículos Parece que los niveles controlados de estradiol por La fecundación in vitro se presenta como una | |||||
ARTÍCULO Nº 6
Nuevos aportes a los inicios de la inseminación
artificial en la Argentina
Osvaldo A. Pérez. 2006. Veterinaria Argentina, Bs.
As., 23(224):302-306.
www.produccion-animal.com.ar
Volver a: Inseminación
artificial
"Aun cuando hace bastante tiempo ya que deseábamos
abordar este tema de trascendental importancia para nuestro
país, no quisimos intentar la prueba hasta que los ensayos
prácticos efectuados por nosotros en el Establecimiento de
la Asociación de Fomento de Cría Caballar de Silla, en
Ezeyza (provincia de Buenos Aires), nos permitiera
hablar con cierta autoridad y debido
conocimiento de causa, basándonos en los resultados que
obtuviéramos, los que, nos place declarar, no han podido ser
más halagadores" (Gabriel Casós, La Plata, 1925).
Así comienza el veterinario Gabriel Casós (La Plata,
1925) su artículo "La fecundación artificial en la
especie caballar", aparecido en la revista El Campo del 15 de
abril de 1929 (Buenos Aires, año XIII, Nº 140, p. 423 a
427).
En la misma publicación, pero en su número
correspondiente a enero de 1922 ya se hacía mención de
la fecundación artificial dentro del artículo
"Fecundación y esterilidad de los animales domésticos"
redactado por el Dr. José Serres, quien era el director de
la revista. Allí se sostiene que "la persistencia de la
vitalidad de los espermatozoides, durante días, ha permitido
pensar en la posibilidad de la fecundación por intermediario
y a grandes distancias, en los casos en que las montas no pueden
efectuarse. Es la base de la llamada `fecundación
artificial´…" (p. 197). A continuación Serres
reseñaba brevemente la acción de factores
físicos y químicos sobre la vitalidad de los
espermatozoides, pero no volvía a insistir con el tema
citado. Es por ello que, momentáneamente, sólo podemos
considerar esta referencia como antecedente del conocimiento
local de la técnica, pero no de su experimentación.
Hasta ahora teníamos datos de la difusión del
método en nuestro país
recién a partir de 1934. Este hallazgo nos permite
retrotraer la fecha en un lustro y aún un poco más, si
es que se atiende a las palabras del colega y al año en que
realizó sus experiencias, según veremos
después.
Siguiendo un orden metodológico que hoy día
-lamentablemente- ha caído en desuso, el autor daba en
seguida una definición de lo que se entendía por
fecundación artificial: "Llamase así a la
operación por la cual se fecunda el óvulo de una
hembra, sin que en este acto sea necesario que intervenga
directamente el macho, esto es, sin mayor obligación de que
se realice la copulación o unión sexual".
A continuación, una Breve Reseña Histórica:
"Parece ser que los árabes conocían y practicaban en
sus ganados la fecundación artificial desde los tiempos
más remotos, efectuándola, en principio, en forma
parecida a la que hoy se conoce por "método de Ivanovo"
(sic)…". Casós cita a Spallanzani como el primero que
hizo estudios fundados presentando su descubrimiento ante la
Academia de Ciencias de París en 1787
basado en experiencias que había llevado a cabo
introduciendo algodones impregnados en semen de conejo en los
genitales de una coneja en celo.
"Ya en 1888 Repiquet recomendaba la práctica de la
fecundación artificial como uno de los mejores medios de
combatir la esterilidad.
En la vida práctica, es decir, para el mayor rendimiento
de la riqueza pecuaria, Mr. Beardshear, director de la Escuela de Veterinaria de Iowa (EE.UU.),
fue uno de los primeros que aplicó la fecundación
artificial, con resultados excelentes. En igual forma, debemos
citar a Ivanow, en Rusia; Hoffmann y Griesen, en
Alemania; Meisener, Bischoff y
Duport, en Francia; Heber, en Italia; y Marcelino Montón,
en España".
Prosigue después con los Preliminares, donde aconseja
investigar primero los genitales de la hembra con "speculum" y
luz eléctrica.
También se debía usar un papel tornasol para saber si
había acidez en el mucus útero vaginal. "A las yeguas
asténicas, viejas o frígidas, deberá
sometérselas, previamente, a una medicación
opoterápica de pluriglandinas cum ovario, o bien, a una
serie de inyecciones hipodérmicas de clorhidrato de
yohimbina, que al retornar la irrigación sanguínea a
los ovarios, permitirá que reaparezca la normalidad del
celo, base en la que descansa el principio de toda
fecundación".
Dos horas antes de la maniobra era conveniente hacer un lavaje
vaginal en la yegua a fecundar, usando dos litros de agua hervida y tibia, que
tuviese en solución bicarbonato de sodio al 1%. Todo
debía realizarse con la mayor asepsia posible.
En el capítulo de la Técnica describe tres métodos. El ruso, de
Elías Ivanow, que introducía una esponja en la hembra a
servir y después del coito la retiraba, exprimiéndola
para escurrir el esperma. Este se introducía con un
catéter flexible de extremidad aguda en el cuello uterino de
otras hembras. Todo se efectuaba con elementos esterilizados. El
método alemán, de Hoffmann, utilizaba un speculum que
introducía en la vagina de la hembra ya servida. Sosteniendo
con la mano izquierda una lamparita eléctrica se exploraba
el fondo del antro vaginal, alrededor del cuello uterino, y con
una cucharita en la derecha se recogía el esperma o se
aspiraba con una jeringa. Si el líquido era muy espeso se
podía diluir dentro de la vagina con uno o dos
centímetros cúbicos de leche tibia recién
ordeñada. El mismo tipo de leche, puesta en una cubeta,
debía ser empleada para sumergir en ella el speculum, la
cucharita y la jeringa previamente esterilizados. Esto
permitía conservar la vitalidad de los espermatozoides. Si
el esperma se colocaba en un termo -dentro de unos tubos
especiales- a una temperatura constante de 37 a
40 grados, podía conservarse fecundante por 24 horas. El
último método era el francés, de Cholet, que
simplificaba al anterior. Consistía en una jeringuilla,
inseminador o impregnador metálico, de unos 65
centímetros de largo, que en su ampolleta podía recoger
unos 5 a 10 centímetros cúbicos de esperma. Se
introducía la jeringa en la vagina de la hembra servida,
aspirando con el impregnador. Después se inseminaba haciendo
pasar el instrumento por el cuello del útero introduciendo
el brazo derecho en la vagina para distenderla, a la vez que
marcando con un dedo el orificio del cuello. Una vez hecho esto,
con la izquierda se comprimía el émbolo y se depositaba
el esperma.
El autor, con el suficiente conocimiento de causa, propuso una
técnica propia ya que ninguna de las anteriores le daba
perfecto resultado. Utilizaba la jeringuilla de Cholet y la
lamparilla y el speculum bivalvo de Hoffmann. No empleaba como
coadyuvante la leche ni la glicerina neutra que preconizaba el
español Montón; tampoco
la fórmula clásica de nitrato de potasio, azúcar y agua o las
soluciones fisiológicas,
de Ringer o de Locke. Prefería una solución de
bicarbonato de sodio al 1 %. "La práctica nos la indica como
la solución mejor para conservar y acelerar los susodichos
movimientos de la `semilla´".
Ya en el mismo antro vaginal diluía el esperma con 5
centímetros cúbicos de la solución
bicarbonatada.
Después, con la ayuda del speculum, de la lamparita y de
la jeringuilla aspiraba el líquido, depositándolo luego
dentro de la matriz de la hembra a
fecundar, a través del cuello uterino. Hecho esto se
introducían unos cinco centímetros cúbicos de la
solución de bicarbonato en el mismo útero para mejorar
la vitalidad de los espermatozoides. Así se aceleraban sus
movimientos permitiéndoles llegar rápidamente a los
ovarios. De no usarse, tardarían unas dos horas, según
su experiencia. Terminada la operación se hacía trotar
a la hembra unos quince minutos y finalmente se le daba una ducha
fría en la zona dorso-lumbar correspondiente a los
riñones, "con el fin de que por impresión, los
movimientos reflejos de las fibras musculares del útero no
despidan el esperma inseminado". La operación debía
hacerse en la declinación de los calores de la yegua, esto
es, después del tercer día.
En el acápite de los Resultados Obtenidos se consignaba
que en el período de monta de 1928, probó el
método en once yeguas "manifiestamente rebeldes a la
gestación". Después de citar sus nombres recuerda que
en siete obtuvo el éxito, lo que indica un
63,63% de eficacia. Lamentablemente, una de las siete murió
de una peritonitis traumática con un feto macho de 301
días en su interior. De los seis potrillos nacidos, cinco
fueron machos. Los resultados los vio el profesor de Obstetricia y
Teratología de la Facultad de Medicina Veterinaria de La
Plata, Dr. Juan Carlos Sampietro, junto con sus alumnos de
4º año, en la visita que hicieron al establecimiento de
Ezeyza el 31 de octubre de 1928.
Sus Conclusiones fueron las siguientes: "Entre muchas otras,
la fecundación artificial reporta las siguientes
ventajas:
- Aumenta el número de nacimientos
considerablemente; - Economiza las energías del reproductor, puesto que con
un salto o servicio, pueden fecundarse
varias hembras a la vez; - Evita coces a los reproductores y mordiscos de estos, por
exceso de temperamento a las hembras en servicio; - Elimina las desgarraduras y lesiones internas que
ocasionan, a veces, a las hembras, los reproductores bruscos o
impacientes; - Brevedad operatoria, puesto que en algo más del tiempo
que el que se invierte para acoplar una hembra naturalmente, se
fecundan con el mismo servicio, varias artificialmente y; - utilización de muchas hembras que se creían
estériles o infecundas, debido a fallas de
conformación, que impedía llegar el esperma al antro
uterino, y otras, debido a excesiva edad, desgaste o
frigidez.
En septiembre de 1933 (año XVII, Nº 203, p. 585-7)
la misma revista trae un artículo firmado por un no
veterinario, Don Hilario Helguera (hijo), cuyo título es "La
fecundación artificial y las selecciones sexual y natural".
Lo citamos pues en su introducción hace mención de las
experiencias de Casós en Argentina. De paso nos enteramos
que en Colombia el Dr. Avella
también había practicado el método.
Este artículo resulta simpático por sus afirmaciones
sobre las desventajas de la inseminación artificial
(así la denomina en varios párrafos). Si bien
admitía que podía servir para "difundir la descendencia
de un reproductor valioso, lesionado por accidente, moribundo y
aún muerto", jamás podía reemplazar la obra de la
Naturaleza. Según su
creencia, la monta natural permitía que el espermatozoide
más dinámico y vigoroso fuera el que fecundara al
óvulo.
Al decir "dinámico y vigoroso" también pensaba que
su herencia era la mejor, pues los
demás -que quedaban en el camino- eran inferiores en
calidad.
Su evidente vitalidad permitía que "…llegue primero
al óvulo maduro, le incruste su cabeza penetrante y lo
fecunde así instantáneamente, pugnando por asegurar con
esta selección natural, la
energía funcional y triunfadora de la vida individual futura
y por consecuencia, la perpetuación, equilibrada y
útil, de la especie, plasmada con idéntico proceso. La
inseminación artificial viola pues esta ley natural, impide su mecanismo
selectivo y consuma un atentado contra esa verdadera maravilla de
la Naturaleza".
El autor desea dedicar el presente artículo al profesor
Dr. Jorge E. B. Ostrowski, cuyo excelente libro "Génesis de la
Inseminación Artificial en Argentina", ha permitido fijar
las bases de la investigación
histórica en el tema.
IX. BIBLIOGRAFÍA
·
MOORE, Keith. EMBRIOLOGÍA CLÍNICA. 7ª ed. Ed.
ELSEVIER. Madrid – España.
2004.
·
http://endometriosis.endoinfo.info/index.php?title=Fecundaci%C3%B3n_artificial
·
http://www.vidahumana.org/vidafam/repro/fecundart.html
·
http://www.oni.escuelas.edu.ar/olimpi99/segregacion-genetica/fecart.htm
·
http://nuevo.sefertilidad.com/index.php
·
http://www.ivi.es/tratamientos/inseminacion.htm
Autor:
Rodil Cruzalegui Henriquez
Guillermo Fonseca
Javier Alvarez Carrillo
Luis Florian Zavaleta
Perú
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