¿Por qué una ética profesional en nuestros tiempos? (página 2)
Un aumento en las regulaciones
rígidas en el trabajo a
través de los códigos de ética
ayudará a disminuir los problemas
éticos, pero de seguro no se
podrá eliminarlos totalmente. Esto es así, debido a
las características propias de la ética que
establecen que ésta varía de persona a
persona, lo que es bueno para uno puede ser malo para otro;
está basada en nuestras ideas sociales de lo que es
correcto o incorrecto; varía de cultura a
cultura, lo cual no se puede evaluar un país con las
normas de
otro; y está determinada parcialmente por el individuo y
por el contexto cultural en donde ocurre.
No obstante, el profesional debe
reconocer que necesita de la ética para ser sensible a los
interrogantes morales, conocer cómo definir conflictos de
valores,
analizar disyuntivas y tomar decisiones en la solución de
problemas.
Problemas éticos
En las relaciones cotidianas de unos
individuos con otros surgen constantemente problemas cuya
solución no sólo afecta a la persona que los crea,
sino también a otra u otras personas que sufrirán
las consecuencias. Da testimonio de esto Cartagena (1983) cuando
señala que "las profesiones mismas están
continuamente confrontando este asunto al constatarse los amargos
hechos de médicos que explotan a sus pacientes, abogados
que se dedican a actividades criminales, ingenieros y
científicos que trabajan sin tomar en consideración
la seguridad
pública ni el ambiente y
hasta negociantes que explotan al público
indiscriminadamente.
Si a esto añadimos la corrupción gubernamental, los robos, el
vandalismo, los asesinatos y la violencia
actual, entonces el tema ético toca el centro mismo de
nuestra supervivencia como sociedad."
También Badillo (1990), sostiene que "el arquetipo del
profesional, cuando se enmarca en la pura técnica, oculta,
por principio, un ataque furtivo a la ética" (9). Esto
crea situaciones que se complican en problemas que desmoralizan
la imagen
personal y
profesional del individuo.
Algunos de estos problemas éticos
son los siguientes:
- Abuso de poder –
utilizar el puesto para "pisotear" a unos o para favorecer a
otros. - Conflicto de intereses –
emitir normas en su ámbito de trabajo que
redundarán en su propio beneficio, como lo es el
participar en el proceso de
reclutamiento cuando uno de los candidatos es
miembro de su propia familia. - Nepotismo – reclutar muchos
miembros de una misma familia en una
institución. - Soborno – aceptar
dádivas, obsequios o regalías a cambio de
dar un trato especial o favor a alguien como retribución
por actos inherentes a sus funciones. - Lealtad excesiva – mentir para
encubrir la conducta
impropia del supervisor o hacer todo lo que éste le
diga, aun en contra de sus principios
morales. - Falta de dedicación y
compromiso – perder el tiempo,
hacerse "de la vista larga" y no dar el máximo de su
esfuerzo en el trabajo. - Abuso de confianza –
tomar materiales
de la institución para su uso personal o hacer uso
indebido de los recursos
disponibles en la misma. - Encubrimiento – callar para no
denunciar a un traidor, movido por su amistad o por
temor. - Egoísmo – buscar el
bienestar propio en detrimento del beneficio de los
demás. - Incompetencia – El conocido
Principio de Peter (1977) estipula que en "toda
jerarquía, todo empleado tiende a ascender hasta
alcanzar su nivel de incompetencia." Complementa,
además, que "para todo puesto de trabajo que existe en
el mundo, hay alguien, en algún lugar, que no puede
desempeñarlo. Dado un período de tiempo
suficiente y suficientes ascensos, llegará finalmente a
ese puesto de trabajo y permanecerá en él,
desempeñándolo chapuceramente, frustrando a sus
compañeros y erosionando la eficiencia de
la
organización" (Peter, 28).
Problemas de esta magnitud requieren la
acción
enérgica y concertada del profesional para desarrollar una
nueva ética. "Corresponde al momento actual compensar el
poder del profesional moderno, en cuanto técnico, con una
más fina percepción
de sus regulaciones morales" (Badillo, 9). Como es sabido, en
todas las profesiones surgen estos tipos de problemas. Es a
través de cursos, cuya finalidad sea la formación
ética
profesional, que se logra desarrollar "en el futuro
profesional el
conocimiento, la habilidad, la sensibilidad y voluntad para
que cuando actúe lo haga a nombre de los intereses de la
comunidad
profesional de la que es parte, de la comunidad que le une a sus
clientes y del
pueblo o humanidad de la que es miembro" (Villarini,
56).
Conclusiones
Para evitar en gran medida los problemas
de índole ético-moral que
surgen en el ejercicio de una profesión o de un oficio, se
deben poner en práctica principios éticos que
establezcan los parámetros y reglas que describan el
comportamiento
que una persona puede o no exhibir en determinado momento. No es
difícil poner estos principios en práctica, pero el
omitirlos redundará en perjuicio propio y en el de las
personas con quienes se interviene o se interactúa. "Una
decisión en la que está envuelto el comportamiento
ético de una persona, siempre va a estar enmarcada en uno
de los principios y valores aquí señalados"
(Conética, 4 – adaptados).
- Honestidad – Aprender a
conocer sus debilidades y limitaciones y dedicarse a tratar de
superarlas, solicitando el consejo de sus compañeros de
mayor experiencia. - Integridad – Defender sus
creencias y valores, rechazando la hipocresía y la
inescrupulosidad y no adoptar ni defender la filosofía de que el fin justifica los
medios,
echando a un lado sus principios. - Compromiso – Mantener sus
promesas y cumplir con sus obligaciones
y no justificar un incumplimiento o rehuir una responsabilidad. - Lealtad – Actuar honesta y
sinceramente al ofrecer su apoyo, especialmente en la
adversidad y rechazar las influencias indebidas y conflictos de
interés. - Ecuanimidad – Ser imparcial,
justo y ofrecer trato igual a los demás. Mantener su
mente abierta, aceptar cambios y admitir sus errores cuando
entiende que se ha equivocado. - Dedicación – Estar
dispuesto a entregarse sin condición al cumplimiento del
deber para con los demás con atención, cortesía y servicio. - Respeto – Demostrar respeto a la
dignidad
humana, la intimidad y el derecho a la libre
determinación. - Responsabilidad ciudadana –
Respetar, obedecer las leyes y tener
conciencia
social. - Excelencia – Ser diligentes,
emprendedores y estar bien preparado para ejercer su labor con
responsabilidad y eficacia. - Ejemplo – Ser modelo de
honestidad y
moral ética al asumir responsabilidades y al defender la
verdad ante todo. - Conducta intachable – La
confianza de otros descansan en el ejemplo de conducta moral y
ética irreprochable.
La ética debe convertirse en un
proceso planificado, con plena conciencia de lo que se quiere
lograr en la transformación de nuestras vidas. Debemos
desarrollar al máximo el juicio práctico y
profesional para activar el pensamiento
ético, reconocer qué es lo correcto de lo
incorrecto y contar con el compromiso personal para mantener el
honor y el deber.
Hostos recomienda en su Tratado de
Moral que "hay que poner de nuestra parte un continuo
esfuerzo y una continua disposición de no salirnos del
orden que contemplamos y acatamos. Ese esfuerzo y esa
disposición, que es lo que constituye el deber, se derivan
inmediatamente del hecho mismo de estar relacionado el hombre a
sí mismo, a los otros y a la Naturaleza"
(Pedreira, 184-185). Hostos, además, especifica que las
relaciones particulares que ligan al individuo con la sociedad
son las de necesidad, gratitud, utilidad, derecho
y deber. De estas se derivan los deberes sociales de trabajo,
obediencia, cooperación, unión, abnegación,
conciliación y derecho. Expone que todos los deberes
quedan sometidos a uno en general: "el deber de los deberes, que
consiste en el exacto cumplimiento de todos los demás", y
cuando haya conflictos entre ellos, hay que "cumplir primero el
más inmediato, el más extenso, el más
concreto"
(Pedreira, 188).
Al fin de cuentas, el ser
humano es responsable de actuar inteligente y libremente y es el
único que puede responder por la bondad o malicia de sus
actos ante su propia conciencia, ante el prójimo y ante
Dios, su Creador.
Bibliografía
- Aranguren, José Luis.
ética. Madrid,
Revista de
Occidente. 1958. - Badillo, Pedro E. "Una
visión humanística de la crisis en la
educación". Á baco. Revista de
Educación y Cultura. Santurce, P. R.:
Promociones Plenamar. Núm. 2. 1990. - Cartagena, R. Puerto Rico
Enfermo. Río Piedras, P. R.: Editorial Cultural.
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Etica Gubernamental. "Valores y Principios Eticos de los
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Boletín Informativo. 1991. - Escobar, Gustavo.
Etica. México: McGraw-Hill Co. 3ra ed.
1992. - Fagothey, Austin. ética,
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McGraw-Hill Co. 5ta. ed. 1991. - Ferrell, O.C. y Larry G. Gresham.
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Peter. Plaza y Janes. S. A., Editores. España.
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(Asociación de Profesores de Educación
Comercial). Volumen 18.
1994. - Villarini, Angel R. "La Enseñanza Moral en el Currículo Universitario". La
Educación Moral en la Escuela:
Fundamentos y Estrategias
para su Desarrollo. P. R. Colección Praxis.
1994.
Autor:
Elmy Rosario Galarce
La autora, puertorriqueña, es
profesora del Departamento de Administración de Sistemas de
Oficina de la Universidad de
Puerto Rico del
Recinto de Humacao
Enviado por
Edward Carlos Rober
Sarmiento
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