b) encarecimiento del dólar estadounidense.
Las variables económicas que
fueron mayormente afectadas son las tasas de interés, el
tipo de cambio, el ahorro, la inflación, la
balanza de pagos, el PIB y el déficit
financiero.
Con la finalidad de reducir el gasto público y de
contraer la demanda agregada se tomó la
decisión de incrementar los tipos de interés y así, reducir
el constante crecimiento inflacionario -por la vía de la
demanda- que venía
presentándose desde años atrás. Con ello, no
sólo no se incrementó el ahorro privado en manos de la
banca, sino que por le contrario,
disminuyó. Del mismo modo, los créditos otorgados por
las instituciones crediticias
también cayeron debido al aumento del CPP (Costo Porcentual Promedio),
ponderador de la tasa activa en 1984 al 65.7% y para 1986 al 96%.
Sin embargo los antecedentes de la crisis de los ochenta se
originan en un contexto más amplio, mismo que pudiera
hacerse extensivo para explicar la recurrencia de las graves
recesiones posteriores.
Sin duda la reforma hizo que México de 1989 a 1994
experimentara una recuperación al tener un crecimiento
promedio anual del PIB de alrededor del 4% y tener la tasa de
inflación por primera vez en un dígito cosa que desde
hacia 20 años no sucedía.
Administración de Carlos
Salinas[2]
El sexenio de Carlos Salinas de Gortari inició mal y
terminó mal. En 1988 durante la etapa de elecciones "se
cayó" el Sistema de Cómputo (Manuel
Barttlet en Gobernación) y se dudó mucho del resultado
final de las cifras que le dieron el triunfo, mientras tanto para
1994 que fue su último año de Gobierno, los resultados fueron
verdaderamente desastrosos y marcó una clara diferencia
respecto de las gestiones priístas previas, especialmente
las de Luis Echeverría
Á lvarez y José López
Portillo en la medida que rompió con el discurso y la ideología del nacionalismo revolucionario
que todavía con Miguel de la Madrid trató de
presentarse como el soporte ideológico del priísmo.
Sin embargo no se puede decir que todo el resto de su sexenio
fue un desastre, pues la llegada de Salinas al poder reactivó de
inmediato la economía. Tomó
medidas acertadas y gracias a la apertura comercial y las
señales positivas
recibidas por los inversionistas, México pudo incrementar
las exportaciones y recibir capitales
del exterior.
El gobierno salinista1 bajo el enfoque de neoliberalismo desarrolló
un programa que consistió
una reforma desde un Estado benefactor y
propietario hacia un Estado solidario y promotor; una política económica
apoyada en dos vertientes: una reforma sustentada en una nueva
política social el
Programa Nacional de Solidaridad
(PRONASOL)[3] y en formas de consenso entre los
agentes económicos.
Los primeros tres años de Salinas de Gortari fueron de
gran optimismo. Comenzó lo que los críticos llamaron
"indefensión deliberada" con la venta de Teléfonos de
México al sector privado, la desaparición de decenas de
empresas públicas
inútiles pero costosas, la reprivatización de la
televisión estatal, la
apertura de fronteras y, como figura central, la firma de un
Tratado de Libre Comercio con
Estados Unidos y Canadá
cuyas negociaciones se prolongaron por casi año y medio.
Carlos Salinas de Gortari reconocía estar "entusiasmado"
por la perestroika de Mijail Gorbachov (se le conocía como
salinastroika) aunque cuando cayó el Muro de Berlín y
despareció la URSS el presidente ya no volvió a tocar
el tema. Pero las reformas siguieron: con ambas Cámaras
dominadas por el PRI, y un apoyo del PAN a muchas iniciativas, y
pese a que dentro de su mismo partido había tibios
desacuerdos, todas las iniciativas recibieron apoyo
unánime.
A continuación se resume lo más relevante del
período 1989 – 1993:
- Las Reservas Internacionales crecieron de 6,379 MDD hasta
24,538 millones MDD en dicho período. - La Deuda Externa Pública
disminuyó de 81,003 MDD a fines de 1988 a 78,747 MDD a
fines de 1993 - El tipo de cambio peso/dólar, una
vez que se le quitaron tres ceros en 1993, pasó de 2.29
$/dólar a fines de 1988 hasta 3.32 $/dólar a fines de
1993 lo que representó un incremento del 42.3%. - Se hizo un gran esfuerzo por controlar la inflación;
el INPC[4] a fines de 1988 fue 11.96 mientras
que para fines de 1993 había alcanzado un valor de 26.72, por lo que
la inflación acumulada de los 5 años llegó a ser
de 123%, comparativamente mucho menor que la experimentada en
el sexenio de MMH. En 1993 se logró tener Inflación
de un solo dígito. - Disminuyó el Déficit fiscal de 12.72% a fines de
1988 hasta prácticamente cero en 1993. - Las exportaciones de bienes y servicios, crecen de manera
extraordinaria y pasan de 20,545 MDD a 51,886 MDD, creciendo un
espectacular 153% en el período quinquenal. Se firma el
Tratado de Libre Comercio de América del Norte en
1993. - La tasa líder de
Cetes[5] a 28 días, que a finales de 1988
estaba en niveles de 67.6% bajó hasta niveles de 12% a
fines de 1993.
Salinas adelantó una serie de tesis que él mismo
englobó bajo la categoría de "liberalismo social" que
buscaba recuperar lo mejor de las tradiciones ideológicas
del liberalismo juarista del siglo XIX y de la Revolución Mexicana del
siglo XX. En este sentido, Salinas pronunció una serie de
discursos durante 1991 y 1992
que sirvieron de soporte para impulsar algunas de sus más
ambiciosas reformas. En un sentido, la que puso punto final a la
reforma agraria, concebida ya desde tiempos de Echeverría
más como un instrumento de control social que como uno de
efectiva solución de problemas en el agro mexicano.
Formó parte de esa ofensiva ideológica también la
iniciativa para reformar las relaciones del Estado con las
iglesias, especialmente la católica, aunque en este punto es
donde es posible observar mayores tensiones entre la
recuperación del juarismo propuesta por Salinas y las
políticas desarrolladas
por su gobierno.
Durante la administración del
presidente Carlos Salinas de Gortari se dio
especial importancia a la inversión extranjera.
Esta administración
privatizó la banca nacional (nacionalizada apenas doce
años antes por el presidente José López
Portillo). Los fondos provenientes de estas ventas y de las de otras
compañías del gobierno sirvieron para invertir en
infraestructura lo cual era necesario para aumentar la eficiencia de la economía
para aprovechar al máximo el Tratado de
Libre Comercio de América del
Norte con Estados Unidos y Canadá[6]. La popularidad y
credibilidad de Salinas alcanzaron niveles altos, ya que la
burbuja de crecimiento económico
propiciada por la estabilidad y la baja inflación, hizo que
muchos políticos y los medios afirmaran que
"México estaba a punto de convertirse en una nación de primer mundo",
y de hecho, fue la primera de las naciones recientemente
industrializadas en ser aceptada en la OCDE[7] en
mayo de 1994. No obstante, era un hecho conocido que el peso
estaba sobrevaluado (al menos un 20%, de acuerdo a algunas
fuentes), pero la
vulnerabilidad económica no era bien conocida o era
minimizada por los políticos de Salinas o por los medios.
Esta vulnerabilidad se agravó por varias decisiones de
política macroeconómica
de su administración y por
varios eventos de inestabilidad
política que se suscitaron en 1994.
En cuanto a la parte negativa los siguientes son algunos
datos que para fines de 1993,
significaron señales de alerta para algunos analistas
especializados y que fueron factores claves que luego desataron
la crisis:
- El porcentaje diferencial de inflación entre
México y Estados Unidos en el quinquenio 1989-1993 fue del
83%, mientras que el deslizamiento de la tasa de cambio
peso/dólar solamente fue de 42.3%, dando lugar a una
apreciación (sobre valuación) de la tasa de cambio
real en base a precios. - El déficit en la Cuenta Corriente de la Balanza de Pagos en porcentaje
del PIB, fue creciendo de manera importante y como sigue: 1988,
1.6%; 1989, 2.7%, 1990, 2.20%; 1991, 4.70%; 1992, 6.70%; 1993,
4.7%. [8] - La tasa de crecimiento real del PIB fue disminuyendo: 1990,
5.18%; 1991, 4.21%; 1992, 3.54%; 1993, 1.94%
[9] - 1994 fue el último año del sexenio de Salinas,
quien, siguiendo la tradición del PRI en cada año de
elecciones inició un increíble alto gasto
gubernamental en obras públicas, lo cual se tradujo en un
déficit histórico.
· Para
poder mantener este déficit histórico (un 7% del
déficit de cuenta corriente del PIB), Salinas emitió
los Tesobonos[10], un tipo de instrumento de deuda
que aseguraba el pago en dólares, en lugar de pesos
mexicanos. éstos fueron un elemento determinante en la
pérdida de confianza de los inversionistas. Estos bonos se compraban y vendían
en pesos, pero estaban protegidos contra los efectos de una
posible devaluación, al cotizarse en
dólares; al momento de cambiarlos a pesos se pagaban al tipo
de cambio vigente. El juego del gobierno era
prevenir la devaluación, neutralizando el riesgo cambiario por medio de
Tesobonos. El aumento en la colocación, daba un doble
mensaje, por un lado, iba a prevenir la devaluación, y por
el otro, existía el riesgo de la misma. Del 1 al 19 de
diciembre, las reservas disminuyeron de 17 a 5 miles de millones
de dólares. Hasta el 10 de enero, el índice de la
Bolsa, en términos de dólares, había bajado en un
50% y las tasas de los CETES subieron por arriba de 40%.
- México experimentó prácticas bancarias
relajadas o incluso corruptas; más aun, algunos miembros
de la familia de Salinas
(aunque sólo su hermano Raúl fue encarcelado) fueron
acusados de transacciones ilícitas - El candidato presidencial del Partido
Revolucionario Institucional (en el gobierno desde 1929),
favorito para las elecciones, Luis Donaldo Colosio, fue asesinado
en marzo de ese año, y unos meses después, José Francisco
Ruiz Massieu, Secretario General del PRI, también fue
asesinado. - El primer día de 1994 impactó a toda la nación un levantamiento
armado en Chiapas declarando la
guerra al Gobierno de
Salinas. Para fortuna se tomaron las decisiones acertadas
al decretar el cese al fuego de manera unilateral, por parte
del Gobierno y tratar de establecer un diálogo inmediato con
los rebeldes.
Este fue el primer aviso para el presidente, sin embargo el
tipo de cambio se mantuvo dentro de sus bandas de
flotación alrededor de 3.33 $/Dlr. y las Reservas
Internacionales crecieron en lugar de disminuir. Hoy podemos
conocer mes a mes el saldo de las Reservas Internacionales,
pero en aquella época era información confidencial
del Banco de México, que no se
divulgaba al público.
Estos dos últimos eventos, y el creciente déficit de
cuenta corriente alimentado por la demanda del consumidor y el enorme gasto
gubernamental, alarmó a los inversionistas que habían
comprado los tesobonos, principalmente ciudadanos mexicanos y
algunos extranjeros, quienes los vendieron rápidamente,
vaciando las reservas internacionales del Banco de México,
las cuales de por sí se encontraban en niveles muy bajos. La
política ortodoxa que debía realizarse ante tal
situación, era incrementar las tasas de interés,
permitiendo que la base monetaria se contrajera, para evitar que
más dólares siguiesen siendo extraídos de las
reservas rápidamente (Hufbauer & Schott, 2005). Sin
embargo, dado que era un año de elecciones (en ese entonces
consideradas las más transparentes del país, y las
primeras con observadores internacionales) y ya que el resultado
hubiera sido distinto si había una desaceleración
económica, el Banco de México decidió
comprar deuda mexicana para mantener la base monetaria e impedir
que las tasas de interés se incrementaran, lo cual, a su
vez, causó una mayor fuga de dólares de las reservas
internacionales a niveles históricamente bajos (que
llegarían a 9 mil millones de dólares; a modo de
comparación, el 2005 llegaron a $70 mil millones). La crisis era
inevitable, y terminar con la paridad fija del peso tan sólo
era una de las muchas correcciones que tenían que
realizarse.
La atención de todo el
país estuvo puesta en las negociaciones de San Crsitobal,
encabezadas por el Subcomandante Marcos, Manuel Camacho
Solís y el Obispo Samuel Ruiz como mediador. Mientras tanto
el tipo de cambio bancario cerró en 3.35 $/Dlr a la venta y
las Reservas Internacionales llegaron a su máximo en el
año, situándose en 29,155 MDD.
Para fines de febrero las emisiones de Tesobonos, inversiones en pesos indicadas
al tipo de cambio peso/dólar, rondaban los 1517 MDD o sea
que habían crecido un 31% desde el 1o. de enero de 1994 y
las tasas de interés de Cetes de 28 días promediaron
9.45% anual, tasa ligeramente menor que la de enero.
De acuerdo a un estudio presentado por Kazuya Hamada y Ken
Taniguchi en la Universidad de Tokio, el mejor
momento que tuvo Salinas para devaluar o bien liberar al peso de
las bandas y dejarlo flotar libremente, fue precisamente en
febrero de 1994, en que aún no se había presentado fuga
de capitales y las Reservas se encontraban al nivel máximo.
Esta decisión se justificaba por las presiones mencionadas
en los antecedentes relacionadas con la sobre valuación de
la tasa de cambio real y el creciente déficit de la cuenta
corriente, que tenía que cubrirse con divisas procedentes del
extranjero y la incertidumbre y desconfianza que había en el
extranjero motivada por el conflicto de Chiapas.
Salinas, que se caracterizó por la oportunidad de sus
decisiones, perdió la gran oportunidad que tuvo en febrero,
al haberle restado importancia a los acontecimientos de
Chiapas.
La ambición y protagonismo presidencial de Camacho
Solís[11] que pretendía utilizar las
negociaciones de Chiapas como trampolín político.
La situación dejó de ser difícil y se
convirtió en compleja y podría decir que desesperada.
Las Reservas Internacionales, ahora sí, para fines de marzo
se habían reducido a 24,649 MDD, una fuga de 4,506 MDD
tan solo en un mes, para poder apuntalar el tipo de cambio y
mantenerlo dentro de las bandas de flotación, por lo que
vino cerrando a la venta en 3.36 $/Dlr.
Pudo ser en este mes cuando Salinas optó por retener las
inversiones especulativas en México, emitiendo más
series de Tesobonos, en lugar de optar por la liberación de
la tasa de cambio peso-dólar. Para fines de marzo el monto
de Tesobonos en circulación habría alcanzado alrededor
de 1,792 MDD, cifra 54% mayor que a principios del año.
También podemos afirmar que para estas fechas el Gobierno
de Salinas ya sabía de dos datos importantes, la
retracción del flujo de capital extranjero de cartera,
motivada por los incidentes de Chiapas y Colosio, que habían
hecho bajar considerablemente las reservas y además el
inicio de la tendencia alcista en las tasas de interés de la
FED, que había iniciado en febrero 4, subiendo de 3% a 3.25%
y siguiendo en marzo 22, con una variación de 3.25% a
3.50%.
En este mismo mes Zedillo se convierte en el candidato
presidencial del PRI.
Para estas fechas, los ciudadanos comunes y corrientes se
encontraban seriamente confundidos. El único acceso a la
información lo eran los medios de
comunicación, ya fueran escritos (los más
confiables) o difundidos por radio y televisión, que conservaban
aún un alto grado de autocensura.
Para fines de mayo, la incertidumbre y el miedo de la ciudadanía era patente,
pues desconocían en realidad que habría de suceder en
los siguientes meses y Las Reservas habían bajado
ligeramente y llegaban a 17,142 MDD, mientras que los Tesobonos
se habían ido hasta el cielo y ya alcanzaban los 5,496 MDD,
en un esfuerzo absurdo de sostener el tipo de cambio y apoyar las
Reservas.
Para fines de junio las investigaciones del Caso Colosio
ya habían dado un vuelco y se desechaba la hipótesis del complot,
por lo que Mario Aburto[12] sería juzgado
como único culpable de tan lamentable acontecimiento; pero
también el EZLN reaparece en la escena y rechaza la
propuesta de paz. Salinas por fortuna, mantiene la orden de cese
al fuego de forma unilateral. Para este mes se destapa otro de
los motivos por los que Salinas mantenía el tipo de cambio
de manera artificial, que era precisamente su aspiración a
presidir la Organización Mundial de
Comercio, OMC, después de terminar su
mandato. Zedillo ganaba terreno en su campaña, dado que
Fernández de Ceballos de manera sorpresiva redujo el ritmo
de su campaña, a raíz del inicio de la Copa del Mundo
de Atlanta.
Las Reservas y el volumen de Tesobonos para fines
de junio: Las primeras habían bajado a 15,998 MMD y los
Tesobonos seguían subiendo aparentemente sin ningún
control, pues llegaban a un nivel de $7,671 MDD para fines del
mes, con un crecimiento de 2,175 MDD en tan solo 30 días y
un porcentaje de crecimiento de 563% desde el inicio del
año. La paridad peso dólar continuaba dentro de sus
bandas terminando el mes en 3.40 $/Dlr, apenas una variación
de 7 centavos de la que tenía en enero y la tasa de interés de Cetes a
28 días promediaba el 16.18% en el mes, también
prácticamente sin cambio.
Resulta interesante hacer notar como para este mes la
inquietud del Sector Privado se hacía patente.
Para fines de julio, faltaban solamente 3 semanas para las
elecciones y el panorama era tranquilo en apariencia, el Gobierno
publicaba noticias económicas
positivas, como lo eran la venta de mas de 400 empresas
paraestatales en el sexenio, con excelentes ingresos y que la inversión
extranjera directa llegaba a los 7,032 MDD.
Por el contrario no se hacía mención al incremento
sostenido en la emisión de Tesobonos, que para fines de ese
mes ascendía a la estrepitosa cantidad de 13,752 MDD
creciendo un 79% en un mes y 1188% más que al inicio
del año. Era una locura, pero es evidente que a unos
días de las elecciones, al Gobierno y al PRI no les
convenía devaluar.
Las Reservas Internacionales para fines de julio estaban en
16,162 MDD, apenas arriba de la deuda de Tesobonos. México
estaba a punto de ser insolvente al no poder cubrir los
vencimientos de los Tesobonos y otras obligaciones previamente
contraídas…
El tipo de cambio artificial, se mantenía dentro de sus
rangos de flotación y llegó a 3.41 $/Dlr al fin de mes
en las ventanillas bancarias, mientras que la tasa de Cetes
promediaba 17.07% en el mes.
Las elecciones fueron tranquilas y el pueblo acabó
votando en forma copiosa por Zedillo, quien obtuvo más del
50% de los votos.
La inflación se mantuvo bajo control durante todo el
año, como consecuencia de contar con un tipo de cambio
prácticamente fijo, aunque para lograrlo se hubiese emitido
una cantidad excesiva de deuda de corto plazo.
Los Tesobonos a fines de agosto llegaron a un nivel de 13,993
MDD y las Reservas subieron a 16,420 MDD, gracias a que las
elecciones resultaron tranquilas y legales.
El día 29 de septiembre muere asesinado José
Francisco Ruiz Massieu, quién habría de ser Jefe de la
bancada del PRI en la Cámara de Diputados en la siguiente
Legislatura. La situación
política dentro del mismo PRI, por el asesinato de Ruiz
Massieu, se vuelve cada vez más tormentosa y complicada,
mientras que la situación financiera, en el ámbito
nacional, conduce irremediablemente al desastre.
El tipo de cambio llega hasta 3.45 $/Dlr, los Tesobonos llegan
a 15,093 MDD o sea 886MDD más que el mes anterior y las
Reservas a duras penas cierran el mes con un nivel de 17,242
MDD.
La fuga masiva de capitales en el mes de noviembre de 1994,
era una realidad imposible de negar. Por más que el volumen
de Tesobones creció llegando a 16,108 MDD a finales del mes,
es decir 1,015 MDD más que en el mes anterior, las Reservas
Internacionales iban a la baja de manera acelerada y para fines
del mes habían descendido hasta un nivel de 12,471 MDD, lo
que significaba la fuga de más de 4,771 MDD en tan solo un
mes.
El 20 de noviembre de 1994 la
situación era insostenible, la fuga acelerada de capitales,
no paraba y por lo mismo Carlos Salinas decidió citar a
Zedillo que ya era Presidente Electo, a Pedro Aspe que aún
era Secretario de Hacienda, a Serra Puche futuro Secretario de
Hacienda y a Miguel Mancera que era el Director del Banco de
México. El objeto de aquella reunión privada y secreta
era considerar la propuesta de Zedillo de efectuar una
devaluación controlada del 15% al tipo de cambio
peso-dólar, algo que al Presidente Salinas le parecía
razonable. Sin entrar en detalles, se dice que la oposición
de Pedro Aspe a que se tomara esta medida y su amenaza de
renunciar, frustraron esta posibilidad. A este episodio se le
conoció después como el Error de Noviembre.
Aspe argumentaba que no había devaluaciones controladas y
que si hoy se anunciaba devaluar el 15%, al día siguiente se
daría otra de mayor magnitud. Esta aseveración de Aspe,
se convirtió en realidad apenas unos días después,
sin embargo es evidente que ya fuera en noviembre o en diciembre
la devaluación conduciría al desastre de cualquier
forma. El Gobierno de Zedillo habría de heredar una
complicada situación financiera del país, de la cual no
tenía en realidad ninguna culpa.
No obstante, aún después de las elecciones, durante
los últimos 5 meses antes de la toma de posesión de
Ernesto Zedillo, la administración de
Salinas no realizó ningún ajuste. Algunos críticos
sugieren que Salinas quería mantener su popularidad, ya que
buscaba el apoyo internacional para su candidatura a director
general de la Organización
Mundial de Comercio. Salinas por su parte, argumenta que
había hablado con Zedillo para compartir la devaluación
entre las dos administraciones, y que Zedillo decidió tomar
la carga del ajuste económico en su totalidad.
CRONOLOGÍA DE | ||||||||||||||||||||||||||||||||||||
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FEBRERO, 1994 | ||||||||||||||||||||||||||||||||||||
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MARZO, 1994 | ||||||||||||||||||||||||||||||||||||
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ABRIL, 1994 | ||||||||||||||||||||||||||||||||||||
| ||||||||||||||||||||||||||||||||||||
MAYO, 1994 | ||||||||||||||||||||||||||||||||||||
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JUNIO, 1994 | ||||||||||||||||||||||||||||||||||||
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JULIO, 1994 | ||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||
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AGOSTO, 1994 | ||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||
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SEPTIEMBRE, 1994 | ||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||
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OCTUBRE, 1994 | ||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||
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NOVIEMBRE, 1994 | ||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||
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DICIEMBRE, 1994 | ||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||
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