La ciencia epigenética, el embarazo “normal” y la obesidad: una parábola en tres actos
- La obesidad
nuestra preocupación perenne - Volvamos al
dominio de los genes - Nuestro
propósito - ¿Qué es la
epigenética? - Mientras
tanto, qué sucede en el ser
humano… - La
Hipótesis de Barker - ¿Qué es un transposón o gen
saltante? - Aplicaciones
clínicas - Bibliografía
Cuando una mujer sale embarazada poco
conoce lo que sus acciones al comer pueden causar al bebé
que, dentro de sí, ella alberga. Por ello muchas
aprovechan la moratoria ofrecida por la circunstancia fortuita
del embarazo para rescindir todo control en lo que a su ingesta
respecta.
Los hombres, por supuesto, privados del
privilegio femenino de concebir, carecen de razones para
preocuparse con los efectos de sus comportamientos, en los
retoños de los embarazos en los que sus zigotos
participen.
Pero no es así, como más
adelante tendremos la oportunidad de aprender, cuando nos
aventuremos dentro del ámbito de la epigenética,
como en esta lección haremos.
La obesidad nuestra preocupación
perenne.
Primero, examinemos algunas de las
estadísticas que nos causan mayor
preocupación.
Una tercera parte de la población
norteamericana infantil padece del sobrepeso o es obesa. Esta
cifra representa unos 25 millones de niños.
En los últimos treinta años,
el porcentaje de niños obesos, entre los dos y cinco
años de edad se ha triplicado.
Una bebé hembra nacida en el
año 2000 hoy tiene un chance del 40% de desarrollar
diabetes tipo 2, la que se relaciona directamente con la obesidad
de adultos.
Además de lo antedicho, un 60% de
entre estos niños exhibe uno ó más de los
factores de riesgo para las enfermedades cardiovasculares,
hipertensión arterial, elevación de los
triglicéridos y descontrol del azúcar
sanguíneo.
Un reportaje del año 2005 en el
New England Journal of Medicine nos advierte que la
epidemia de obesidad juvenil en los Estados Unidos pronostica una
reducción en la expectación de vida en los adultos
de unos cinco años. Algo que ocurre por la primera vez en
la historia de esa nación de obesos.
No existe la menor duda de que galones de
refrescos azucarados, canastas de papas fritas en grasas
deshidrogenadas, demasiado horas jugando Nintendo o
viendo pasivamente la televisión — en lugar de practicar
actividades físicas al aire libre — constituyen una
combinación letal.
Un volumen de evidencia continúa
creciendo corroborando el hecho de que los hábitos
dietarios y de vida, de ambos padres — la madre
especialmente — durante las etapas tempranas del embarazo,
pueden afectar el metabolismo y el futuro bienestar de los
hijos.
En otras palabras, si una mujer quiere
salir, o sale embarazada, debe de pensar dos veces antes de
abandonarse a una dieta que resultará en aumentos
desproporcionados de peso — como se acostumbra en nuestras
culturas.
Volvamos al dominio de los
genes.
El gen egoísta y todopoderoso entra
en la escena
Para muchos, la frase freudiana de
"anatomía es destino" se metamorfoseó en algo como:
"el gen es poder supremo".
En su obra cumbre, The Selfish
Gene, el etólogo británico Richard Dawkins,
nos introduce al poder abrumador que poseen los genes, logrando
impresionarnos con el alcance del "mapa" que como plan
controlador reside en el ADN celular.
Pero, la historia del dominio del gen no es
hoy lo que de antes se creyera, y que Dawkins y sus muchos
prosélitos, nos enseñaran.
Cariotipo humano
Hoy sabemos, no sólo que lo que los
padres hacen afecta el futuro de sus hijos naturales, sino que
(sin abandonarnos en un ejercicio de índole lamarckiano)
los genes no siempre se expresan, de modo invariable, de acuerdo
a las instrucciones, que en ellos creemos existen, ya que ciertos
compuestos secundarios pueden atarse a los genes suprimiendo su
expresión.
Entonces, como sucede con nuestros
dispositivos electrónicos, los genes se prenden y se
apagan.
Todo procede como si fuera un interruptor
de encendido que conecta o desconecta el gen, como si fuera una
bombilla eléctrica.
Nuestro propósito
Aquí, lo que nos interesa es el
hecho de que factores ambientales, como son la comida que comemos
y los cigarrillos que fumamos, pueden prender y apagar la
expresión normativa de nuestros genes, alterando sus
manifestaciones.
El tipo de exploración
científica, aquí descrita, ha cambiado radicalmente
el campo de la genética en su totalidad, lanzando una
nueva disciplina llamada la
epigenética.
¿Qué es la
epigenética?
La epigenética es la disciplina que
se ocupa de investigar de cómo niños pueden heredar
y expresar lo que aparentan ser nuevos rasgos provenientes del
comportamiento y entorno de sus padres sin cambios en el ADN
subyacente. En otras palabras, las instrucciones provenientes del
código hereditario son las mismas, pero
algo, las cancela sin que el componente genético
se altere.
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