Martí, hoy y siempre. Las relaciones internacionales en el pensamiento martiano
RESUMEN
En este trabajo se reflexiona acerca de la arista del
pensamiento martiano que tiene a las relaciones internacionales
como basamento y eje central. Temas vistos en algunos de los
artículos del pensador cubano y que en la actualidad
poseen plena vigencia como la identidad cultural de los pueblos,
la interculturalidad, la integración de naciones en
Latinoamérica, la paz y el batallar contra el
imperialismo. Se puede considerar que desde el siglo XIX se
avizoró en el ideario martiano muchas de las
problemáticas actuales en el orden mundial.
Palabras Clave: identidad cultural,
integración entre naciones, antiimperialismo,
paz.
INTRODUCCIÓN
Cuando se analiza la figura de José Martí
como surtidor de pensamiento amplio y futurista muchos cubanos no
podemos dejar de interrogarnos cómo podría ser
nuestro mundo si el Maestro viviera en este siglo XXI.
Cuestiones tan discutidas en la actualidad como el
género, la pobreza, o la interculturalidad y que son
materias de estudio para sociólogos, antropólogos,
economistas, políticos, intelectuales, artistas y que
dotan a las relaciones internacionales de infinidad de
interpretaciones, fueron blanco de la obra martiana.
El mundo ha ganado en bienes materiales pero ha perdido
en los espirituales y tema tan urgente llama a la
reflexión, tomando, como punto de partida, uno de los
idearios más actuales no solo de Cuba sino de
América y del mundo: el pensamiento martiano.
En este trabajo se reflexiona acerca de la arista del
pensamiento martiano que tiene a las relaciones internacionales
como basamento y eje central. Trabajo harto difícil
teniendo en cuenta lo amplio de su obra y lo disperso de este
tema.
DESARROLLO
Empecemos por la interculturalidad, basamento de las
relaciones internacionales. Las relaciones culturales entre las
naciones se traducen como relaciones internacionales al fin y al
cabo, donde intervienen rasgos específicos de cada
país y proyecciones diversas.
El tema de la identidad cultural latinoamericana por
ejemplo, sigue siendo objeto de gran polémica desde
diversos aspectos, tiene mucho que ver con los actores sociales,
con la acción social y con la acción comunicativa;
en este sentido, no se trata solamente de una referencia a la
conciencia de un sujeto o de alguna comunidad sino también
un elemento directamente conectado con los movimientos sociales
contemporáneos. Los nexos culturales -entiéndase
estos como visiones diferentes del mundo, inmersas en un mismo
contexto internacional-, necesitan unirse al respeto
internacional, a la diversidad de cada país, significando
esto la armonía en términos, no solo
políticos, sino también económicos y
sociales.
Y ya Martí había planteado en una
época en que comenzaba a asomarse el imperialismo como
forma superior del capitalismo, la problemática de la
interculturalidad y dentro de ella del respeto a la identidad
latinoamericana.
El siglo XIX, en el que se formó y
evolucionó el pensamiento de José Martí,
solía ser un mundo euro céntrico, es decir, los
estados eran simples receptores de las reglas establecidas por
las potencias europeas, un mundo con una estructura multipolar y
con un orden basado en el equilibrio o balance del poder entre
las grandes potencias europeas. Estados Unidos, como actor de las
relaciones internacionales mantuvo el papel de estado
periférico durante este siglo pese a su importante
desarrollo industrial y marítimo. Por ejemplo, su
política externa fue aislacionista, adoptando un
proteccionismo en materia comercial y una autonomía
heterodoxa respecto a Gran Bretaña; siguió las
mismas pautas británicas de evitar la intervención
europea en América. Pese a su actitud aislacionista,
procuró aprovechar al máximo las debilidades de las
potencias europeas, a fin de encontrar un camino
autónomo.
Pertenece José Martí a una época –
me refiero al hombre no a su obra la que vuela a través de
siglos – donde se presenciaba el empuje del imperialismo
estadounidense y los estados oligárquicos latinoamericanos
que consolidan sus instituciones político-sociales y
ligaban sus aparatos productivos al mercado mundial capitalista.
Forma parte de una generación que sucede a la de los
libertadores y la de los fundadores de los estados nacionales en
Nuestra América, que asiste al surgimiento del
imperialismo y a la gradual sustitución de la
hegemonía europea por la estadounidense. Hubo hombres que
de una u otra manera tuvieron una visión crítica y
se opusieron con mayor o menor radicalidad a la nueva
expansión imperialista, entre ellos
Martí.
Pero ya a fines de este siglo XIX, "el pulpo" se
erguía entre las naciones, extendía sus
tentáculos en "Nuestra América". Precisamente, es
esta obra – Nuestra América de Martí- la escogida y
la que reitera el tema de la defensa a la identidad de los
pueblos americanos, a la interculturalidad, como único
modo de ser y existir, abogando, a fin de cuentas, por el
establecimiento de unas relaciones internacionales basadas en la
no imposición, no copiar, no a la absorción de unas
culturas por otras.
Página siguiente |