El funcionamiento de una economía no es resultado solamente del
frío manejo de indicadores,
metas productivas y estadísticas de rendimiento. Más
bien, también inciden factores sociales, políticos
y psicológicos. Partiendo de este análisis, es fácil entender la
importancia de llegar a claras definiciones en el campo
económico en una sociedad en
transformación como la nicaragüense.
En el año 2001, Nicaragua estaba
prácticamente a la cabeza de los países más
pobres de América
Latina, una de cada dos personas era pobre, hoy en día
este índice de pobreza se ha
reducido un poco, pero lamentablemente todavía tenemos
serios y diversos problemas que
sobrepujar; como el Analfabetismo,
la desnutrición, la falta de salud, la falta del servicio de
agua potable
en diversas zonas del país, el desempleo, la
inflación, entre otras.
A pesar de que el índice de pobreza se redujo: el
57.4% de la población Nicaragüense no puede
adquirir la canasta básica, como consecuencia del
incremento constante que han venido experimentando los precios estos
últimos años, además cabe añadir la
notable inferioridad del salario
mínimo.
Por otra parte, me atrevo a decir que Nicaragua es un
país muy peculiar, hay dos países en uno solo, todo
gracias a la desigual distribución de la riqueza, lo que provoca
que existan dos culturas, dos costumbres y miles de necesidades
diferentes, pero además existe una raza muy rara, que son
los politiqueros, metidos a políticos, ellos son los que
tienen acabado a este país, pues no hacen nada más
que buscar protagonismos con discursos
demagogos.
Somos un país productor de bienes
agrícolas, afectados gravemente por la
inflación; el problema radica en que consumimos más
de lo que producimos y nuestro PIB per
cápita es bajo, uno de los más bajos de América
Latina, tanto, que la producción de Nicaragua representa apenas
un 5% de lo que produce Centroamérica; una de las causas
de esta pequeñez es la falta de empleos, la otra causa es
la poca productividad de
las horas que realmente se trabajan.
En el país existen alrededor de 450 mil pymes de las
cuales al menos el 20% de las mismas son exportadoras y estas a
la vez son las responsables de más del 80% de las exportaciones.
Ocho de cada diez empleos son generados por micro y
pequeñas empresas. En
efecto, el 81.8% de las personas ocupadas en Nicaragua trabajan
en micro-empresas (66.1%) y en pequeñas empresas (15.7%).
Las primeras se refieren a aquellas que emplean de una a cinco
personas; y la segunda, a las que emplean de seis a veinte
personas.
Es necesario implementar tecnología, el
país necesita modernizarse, y de esta manera lograr
mejorar la productividad, porque si en el futuro el PIB siguiera
las pautas de los últimos años no se podrían
generar puestos de trabajo, junto
a ello, y en relación a la creación de empleos, hay
que tener en consideración el crecimiento
demográfico, por lo que se tendrían que generar
millones de empleos en los próximos 15 años, lo
cual sería imposible con las tasas de crecimiento
económico del momento.
El desarrollo de
Nicaragua no depende solamente de incrementar la
producción, sino de producir bien, es decir, mejorar la
calidad de la
producción, así también se deben
diversificar las exportaciones, aprovechando el libre acceso a
mercados externos
que existe. Además debemos implementar una dinámica de demanda que
nos permita mejorar la competitividad
empresarial, acompañado del desarrollo de la libre
empresa.
Nicaragua cuenta con una gran diversidad de recursos, pero
ante esta buena noticia surge un escollo, la explotación
irracional de los mismos; es de pensar que la explotación
de estos recursos hará crecer momentáneamente el
PIB, pero primero hay que medir las graves consecuencias para la
salud y el futuro desempeño de la economía.
El mal manejo de los recursos
naturales, debido a determinadas prácticas de
producción, como el despale y los incendios
provocan fenómenos graves de erosión,
contaminación y disminución de los
yacimientos de aguas superficiales y subterráneas.
Incorporado a esto se encuentra el avance de la frontera
agrícola, la cual hace prever que para el año 2,050
esta habrá ya alcanzado la costa Caribe; todo ello,
además de provocar la pérdida de la gran diversidad
biológica existente, no aumenta la producción de
granos básicos, mas bien, la disminuye.
En Nicaragua existe la necesidad de establecer y
desarrollar políticas
que permitan una mejor utilización de los recursos
existentes, hay que mejorar la eficiencia y
crear las condiciones para un crecimiento sostenido;
introduciendo reformas estructurales en las áreas de
política
de privatizaciones, comercio
exterior, explotación de recursos, etc.
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