Resumen
El presente artículo muestra una
panorámica de algunos criterios que se manejan en las
edades de iniciación de la actividad deportiva,
abordando específicamente la natación.
En el artículo se pronuncian diversos autores de
diferentes nacionalidades dando a conocer sus puntos de vista con
relación a la iniciación en la actividad
deportiva.
Cuándo iniciarse en
la actividad deportiva
El deporte se ha
constituido en los últimos años por derecho propio
en un movimiento
social de sorprendentes dimensiones.
El factor competición es, sin dudas, uno de los
elementos esenciales que hacen que este hecho social adquiera
cotas cada día más complejas en las que se busca
cada vez mayor perfección y mejores marcas en el
rendimiento deportivo. Se llega, por tanto, al deporte de alto
nivel y éste, específicamente, debe ser tratado
como un elemento que forma parte de la sociedad
moderna y sometido por tanto a las más sutiles y amplias
transformaciones, especialmente con los cambios sociales y
culturales.
La práctica sistemática del deporte,
contribuye al fortalecimiento de la salud del ser humano para
que se desarrolle y perfeccione físicamente, ejerce una
influencia positiva sustancial en el mundo espiritual del
individuo, en
sus emociones, gustos
estéticos, nociones éticas y la concepción
científica del mundo; abriendo amplias posibilidades para
la formación de la conciencia y una
conducta
altamente moral.
Al mismo tiempo ofrece
a cada persona enormes
posibilidades de superación y perfeccionamiento en
general, de libre expresión y auto afirmación y
propicia la alegría de comunicarse, de compartir las
emociones y el sentido del colectivismo.
Pero a su vez, el entrenamiento se
caracteriza por cargas muy elevadas que entrañan evidentes
posibilidades de riesgo. Este
riesgo se incrementa cuando el entrenamiento se desarrolla en
edades tempranas donde el sujeto atraviesa por su pleno
período evolutivo y desarrollo
biológico.
Según Baur (1993), junto al planteamiento de
estos problemas, han
ido apareciendo ciertas líneas de análisis que han orientado la
investigación deportiva fundamentalmente hacia tres
grandes bloques de búsqueda.
1-La selección
precoz de talentos deportivos intentando establecer las bases
científicas de una prospección deportiva, basada en
la identificación precoz de los futuros
campeones.
2-La optimización del rendimiento mediante el
análisis de los factores biológicos,
técnicos, metodológicos y psicológicos que
condicionan los rendimientos deportivos.
3-La promoción del talento por medio de la
divulgación del currículo.
Al hablar de iniciación deportiva es habitual
encontrarse con preguntas tales como:
- ¿A qué edad puede empezarse la
práctica deportiva? - ¿Existe una edad ideal para la
iniciación deportiva? - ¿Tiene consecuencias negativas empezar
excesivamente temprano? - ¿Depende el éxito
deportivo de la edad en que se comenzó a
practicar?
Hay guarderías infantiles donde se enseña
primero a esquiar o nadar antes que andar. La piscina, la pista
de esquí o de hielo son ejemplos de campos de experiencia
pedagógica para los padres y sus hijos. No hay
ámbito de la enseñanza en el que se advierta tanto
interés
y disposición al aprendizaje como
el que encontramos en el terreno deportivo escolar.
Existe disparidad de opiniones en lo concerniente al
momento de iniciación según sean los deportes practicados, el tiempo en
el que se puede comenzar la especialización y la edad en
los que se alcanzan los máximos resultados. La edad media es
del orden de los 11 años, pero en ciertos casos puede
organizarse una práctica bastante intensa ya a los 5
años (Durand, 1998).
Se piensa en el ambiente
deportivo, que existen períodos particulares favorables
para la adquisición de habilidades deportivas y que si
alguien se inicia en ellas antes o después de cierta edad,
los rendimientos futuros no alcanzarán un nivel
excepcional (Durand, 1998).
Es decir, que un aprendizaje solo puede efectuarse de
forma óptima en vistas al futuro, cuando el niño
está listo, véase, cuando posee la madures
suficiente para adquirir ese aprendizaje. Según esto
sería ineficaz e incluso inapropiado, encasillar demasiado
pronto al niño en aprendizajes específicos antes de
que este esté preparado para la realización de esa
disciplina.
Le Boulch, 1991, dice a este respecto: Según las
posibilidades ofrecidas por la escuela o el
club, el deporte educativo puede ser aplicado al concluir
la etapa propuesta para la educación
psicomotriz, o sea, a partir de 6 a 9 años es solo una
caricatura de
la actividad adulta, expresado a veces como un condicionamiento
gestual precoz, para concluir, por el contrario, a partir de los
9 años resulta posible utilizar el apoyo deportivo como un
medio de educación
psicomotriz, a condición de que se desmarque de la
pedagogía del aprendizaje deportivo
tradicional.
Así mismo, encontramos autores que postulan que
sería inapropiado retrasar el proceso de
enseñanza más allá del momento en que los
niños
ya poseen los prerrequisitos para abordar la práctica
deportiva elegida (siempre estamos hablando de una
iniciación deportiva planificada en un entorno
estable).
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