La mayoría de las personas
estudiadas permanecen solteras o son divorciadas. Muchos
presentan ideas suicidas o autodestructivas, y suelen invertir
varias horas del día en mirarse al espejo, un acto
compulsivo que corresponde a lo que se conoce como una
práctica ritual desde el punto de
vista psiquiátrico.
Se observa coexistencia frecuente con otros
trastornos, especialmente para la depresión,
la fobia
social y el trastorno
obsesivo compulsivo (TOC).
Muchos mencionan el Complejo de Tersites
como una patología relacionada
El "Complejo
de Tersites", está relacionado al mito del hijo de
Agrio, Tersites, quien
según la leyenda era el griego más feo y el
hablador más imprudente de Troya siendo asesinado,
en acto de punición, por Aquiles — el del
legendario tendón.
En 1962 Stutte utilizó la
terminología "Complejo de Tersites" para denominar a
aquellas personas que padecían de un real, aunque leve,
defecto físico, pero que al contextualizarse en la
búsqueda de la perfección estética impuesta
por la sociedad, vivían su defecto de una manera
traumática.
Junto con muchos de los personajes
principales de la Guerra de Troya, Tersites fue también un
protagonista en el Troilo y
Crésida de Shakespeare.
Donde se representa como esclavo sarnoso de Áyax, a quien
pronto abandona para ponerse al servicio de Aquiles (retratado en
la obra como una especie de bohemio), quien aprecia su humor
amargo y cáustico antes de darle muerte.
Se reconoce que algunas personas tienden a
sufrir porque no gozan de sus apariencias, pero quienes padecen
de este trastorno sobrellevan en ellos una distorsión
extrema de su imagen corporal que es reminiscente de la anorexia
nervosa, de algunas personas normales, bajo circunstancias
especiales — como son muchas mujeres durante el embarazo — y
de otras disorexias.
Si bien es cierto, que algunas personas
descontentas con su figura se hacen operaciones de cirugía
plástica para mejorar sus apariencias, pocas se consideran
inenarrablemente tan horribles que se aíslan hasta el
extremo observado en estos casos.
Irónicamente, TDC a menudo se cree
que es resultado de una vanidad obsesiva, lo que, en la realidad,
resulta ser lo opuesto, ya que estos individuos se consideran a
sí mismos defectivos y feos.
En la psicopatología de estos
sujetos, a menudo, se detectan conexiones con los trastornos
obsesivo-compulsivos, de la personalidad mimética y de la
personalidad limítrofe.
Por lo general, estos pacientes o dedican
horas del día a mirarse de forma crítica en el
espejo — o lo evitan por miedos a su
reflexión.
No vean quien soy…
Se cree que el porcentaje de suicidios es
muy alto en quienes han sido así
diagnosticados.
Un estudio reciente, conducido en Alemania,
demuestra que un 1-2% de la población general en ese
país llena los criterios diagnósticos para esta
condición, creando en sus víctimas casos de la
ansiedad social crónica y severa.
Otros estudios han demostrado un comienzo
en algunos casos luego de que fueran sometidos a cirugía
cosmética.
Un caso, por nosotros conocido,
desarrolló el trastorno inmediatamente después de
haber sido sometido a cirugía gástrica por obesidad
morbosa.
Un poco de historia
Al final del siglo antepasado, el investigador Enrico
Morselli suministró una descripción clínica
de esta entidad a la que llamó simplemente
"dismorfofobia".
En el año 1987, el término fue introducido y
aceptado por DSM-IV-R, como Trastorno de la Identidad Corporal
(300.7)
Los criterios diagnósticos son:
El paciente está preocupado con defectos
imaginados en su aspecto personal y extremadamente ansioso
por el defecto más mínimo en su apariencia
personal.Esta preocupación le causa estreses y le dificulta
el trabajo y las relaciones personales y sociales.Otro trastorno (como la anorexia nervosa) no lo explica
mejor.
Para la Asociación Psiquiátrica Americana
(APA), los comportamientos más salientes son:
Chequeo compulsivo de la imagen propia en toda superficie
reflejanteAlternativamente, intolerancia de la propia figura vista
en el espejo, resultando en la remoción de todos
éstos en la casaChequeo constante de defectos percibidos por toda parte
el cuerpoProcurar reaseguro de otros para sentirse mejor
Aislamiento social y depresión
Chequeo constante y obsesivo de modelos y personas de
belleza proverbial para emular sus aparienciasAcicalamientos extremos de la persona: peinándose,
sacando las cejas, etc.Obsesión con las cirugías plásticas,
cuyos resultados siempre disputan si las hacenEn casos extremos, los pacientes se han hecho las
cirugías ellos mismos con resultados desastrosos.
En su práctica privada, S. Freud tuvo un paciente, el
aristócrata ruso, Sergei Pankejeff, apodado el "Hombre
Lobo" por Freud, cuya preocupación con la apariencia de su
nariz le causó angustias inenarrables.
Las causas, como las de los trastornos de
este género, son muy variadas e inespecíficas, por
lo que no las discutiremos en detalle.
Para mí la gordura que padezco es
mi castigo
Sin embargo, cuando preparáramos
esta lección, nos atrajo la publicación de las
siguientes noticias médicas:
Detectan la Causa Neurológica del
Trastorno Dismórfico Corporal14 de enero de
2008
"Aunque presentan una apariencia
física normal, las personas que sufren de trastorno
dismórfico corporal, o TDC, se perciben a sí mismas
como feas o desfiguradas. Una reciente investigación
mediante visualización de escaneos cerebrales, pone de
manifiesto que el cerebro de estas personas es, en principio,
estructuralmente normal, pero el problema es que funciona de modo
anormal cuando procesa los detalles visuales.
"Los resultados de esta
investigación, realizada en la Universidad de California
en Los Ángeles (UCLA), son los primeros en demostrar una
razón biológica para la percepción tan
distorsionada que estos pacientes tienen de su imagen
corporal."Nuestro descubrimiento sugiere que en el cerebro con
TDC, el "hardware" está bien, pero hay un problema
técnico en el funcionamiento del "software", que impide
que los pacientes puedan verse con los criterios con los que lo
hacen otros", explica el Dr. Jamie Feusner, investigador
principal y Profesor de Psiquiatría en el Instituto Semel
de Neurociencias y Comportamiento Humano de la UCLA."Ahora, al
identificar los investigadores una posible causa física,
también podrán identificar maneras de "entrenar" a
los cerebros de estos pacientes para que puedan aprender a
percibir sus rostros de modo más fidedigno."Los individuos
con TDC tienden a obsesionarse con una deformidad imaginaria en
su apariencia física o a magnificar hasta cotas extremas
un ligero defecto. Para solucionar su "problema", tienden a
efectuarse cirugías plásticas, a veces en repetidas
ocasiones".
Tratamiento
No existe etiología establecida y
por ende el tratamiento de estos pacientes es
inespecífico, resultando en un pronóstico
guardado.
Parte segunda de esta
ponencia
Ahora proseguiremos con el estudio de otro
síndrome que ha venido recibiendo mucha publicidad,
especialmente en la prensa norteamericana.
El Trastorno de la Integridad Corporal o
Body Integrity Identity Disorder (BIID)
También conocido como el Trastorno de la Integridad
Corporal (TIC), asimismo se conoce como el Trastorno de la
Integridad de Amputados, lo que consiste en el abrumador deseo de
amputarse una ó más partes saludables y funcionales
del cuerpo. Tan extremo suele ser que (como viésemos en
una de mis ponencias) un cirujano en Saint Louis y una
neurocientífica destacada resolvieron amputarse ellos
mismos una mano, por razones inespecíficas e inexplicadas.
(Véanse mis artículos al respecto).
Por extensión, el síndrome,
hoy estudiado, hace referencia a todos quienes desean alterar la
integridad de su cuerpo.
De manera increíble y, en contra de
todo lo que sabemos acerca de nuestra especie — estrechamente
relacionada a las de los primates — las víctimas desean
con vehemencia la amputación de una ó más de
sus extremidades. Existen términos exóticos (de
repetición innecesaria en este espacio) que diferencian
varios aspectos de la presentación clínica: el
deseo de lucir como persona amputada o de ser
confundido con quien lo es; como asimismo existen
algunos que sienten atracción sexual por los
tullidos.
Prosigamos
Algunos autores cuantifican a estas
deviaciones (al menos para nosotros, sino para ellos) como
problemas similares a la transexualidad o el transexualismo.
Especialmente en aquellos hombres que desean el cambio sexual
para convertirse en mujeres.
DSM-V y los augurios inciertos del futuro
de la nomenclatura psiquiátrica
DSM-ETC la Biblia de la psiquiatría
mundial — y reina suprema de todo lo absurdo — representada
esta vez por su portavoz Michael B. First, planea la
inclusión de esta última condición como
entidad diagnóstica en sus páginas. Lo que
hará cuando DSM-V se publique para así lograr
aumentar su volumen, incrementar su precio y elevar su
irrelevancia en todo lo que respecta al intelecto.
Para nuestros colegas, los herederos de Bob
Spitzer, el TIC representa el deseo de gozar (y no, de
sufrir) de una incapacidad física, lo que los coloca
dentro del espectro del síndrome de Munchausen visto en
mis ponencias.
Reacción
médica
Actualmente, se entiende que muy pocos
cirujanos operarían por razones de capricho a estos
individuos — aunque, de acuerdo a un artículo en un
periódico acreditado local, algunos lo han hecho y
aún lo hacen.
Muchos estetas-éticos se preguntan
si las cirugías plásticas, no son en su
mayoría, automutilaciones
iátricas…
De todos modos, en casos extremos, todos
concurren que estos pacientes son víctimas de trastornos
emocionales.
Las causas, por supuesto, como lo son con
casi todos los trastornos emocionales, permanecen desconocidas.
Lo que no impedirá a las industrias farmacéuticas
emprender la búsqueda y mercadear una cura — como ya lo
han hecho con la Timidez humana — si DSM-V los certifica como
diagnóstico válido y establecido. (Véanse
mis ponencias al respecto).
La neurociencia al
rescate
Poco ha contribuido la neurociencia para
esclarecer esta complicación del comportamiento humano que
merezca aquí ser repetido, a menos que a quienes lean
estas palabras les agrade la terminología tergiversada y
el uso de locuciones estrambóticas como lo es:
somatoparafrenia congénita.
Por razones desconocidas la mayoría
de los casos consisten en hombres blancos, de las clases
afluentes, y de edad madura.
Los síntomas son percibidos de
manera aguda y prominente por quienes los padecen. La persona se
siente incompleta (sic) en posesión de cuatro
extremidades. La víctima reconoce y selecciona cuál
(o cuáles) de sus miembros debe de ser
eliminado.
Hasta que la operación se
celebre, el individuo envidia a todos los amputados del
mundo.
Esencial y clínicamente, estos
individuos no son psicóticos, porque ellos reconocen lo
irracional (para otros) de sus ansiedades, lo que no impide que
sus deseos persistan hasta que su operación se
realice.
Muchos, para justificarlos, se lesionan
intencionalmente para lograr sus estrafalarios
objetivos.
Ramificaciones
éticas
Víctima de guerra injusta…
Pero sujeto de envidia por razones indecibles
Las ramificaciones éticas y morales
siendo enormes, no impiden que, en escala menor, algunos de los
pacientes obtengan las cirugías deseadas. Poderoso
caballero es don dinero nos dice el bardo Francisco de
Quevedo.
En resumen
En este lugar hemos presentado dos
entidades — presumidamente — psiquiátricas y de boga
reciente; las que carecen de explicación desde el punto de
vista de la adaptación individual, que igualmente no
poseen componente genético demostrable y que, en las
categorías descritas en esta lección, no gozan de
aceptación social o del entorno en que viven.
No sé por qué soy tan
fea…
Dos condiciones que indican un
desvío en la capacidad rudimentaria de mantener contacto
con la realidad, como experiencia dinámica, para
estructurar el ego, aunque en algunos de sus aspectos, de manera
trágica, disminuyen algunas ansiedades y proporcionan
equilibrio — aunque tenue — a las personas
afectadas.
Si bien se desconocen sus causas y se
consideren desviaciones de lo que llamamos "normal", debemos de
estar preparados para asistir de modo terapéutico y
efectivo a sus víctimas y a quienes los
rodean.
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Autor:
Dr. Félix E. F.
Larocca
República
Dominicana
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