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¿Cómo debe ser la clase en la universidad contemporánea?




Enviado por eortiz




    Indice
    1.
    Introducción

    2. Logros
    3. Limitaciones
    4. Desarrollo
    5. ¿Cómo convertir estas
    exigencias en indicadores concretos?

    6. Consideraciones
    finales

    7.
    Bibliografía

    1.
    Introducción

    Para realizar con éxito
    la educación
    de la
    personalidad de las nuevas generaciones es necesario
    analizar, como una influencia importante, la dirección del proceso
    pedagógico y ello condiciona la valoración del
    quehacer pedagógico del profesor, responsable fundamental
    de dicho proceso en el
    cual la clase es la forma de organización básica y a la vez su
    pequeña gran obra pedagógica (G. Jiménez,
    1982).

    Dentro de la Pedagogía en general y de la Didáctica en particular, se han realizado
    numerosos trabajos sobre el tema de la clase (M. Danilov y
    M.Skatkin, 1985; L.Gómez, 1995; L.Klinberg, 1985; N.Savin,
    1976; K.Tomaschewski, 1978; G.Labarrere y G.Valdivia, 1988;
    P.Freire, 1985; C.Alvarez, 1988, 1992; N.Talízina, 1988;
    S.Baránov y otros, 1989 y W. Yakolev, 1978).

    Todos los autores coinciden en su importancia y función
    dentro del proceso, independientemente de la definición
    que adopten. En la literatura consultada hay
    análisis referentes a la planificación, preparación, estructura y a
    la necesidad de la creatividad
    del profesor en la clase (J.Casado, 1992), entre otros aspectos.
    La clase ha sido y es discutida y valorada en eventos,
    talleres, seminarios y sesiones científicas de forma
    reiterada. Sin embargo, para la educación
    superior no existen exigencias precisas, adecuadas a ese
    nivel de enseñanza. Un Colectivo de Autores (1981)
    propone las siguientes exigencias de la clase
    contemporánea para la enseñanza general, aspecto
    polémico en la actualidad por la falta de unanimidad al
    existir diferentes y encontrados criterios al
    respecto:

    1.- La educación
    político-ideológica en la clase.

    2.- La elevación del nivel científico y el
    logro de la profundidad y solidez de los conocimientos de los
    alumnos.

    3. – La educación de la
    actuación independiente en la actividad cognoscitiva y la
    estimulación en ellos del deseo de autosuperación
    permanente.

    4. – La aplicación de los conocimientos, los
    hábitos y las habilidades adquiridos en la solución
    de nuevos problemas.

    5. – El desarrollo de
    las capacidades creadoras en los alumnos.

    6. – La educación de las cualidades positivas en
    la personalidad.

    7. – La formación de la cultura
    laboral en los
    alumnos.

    8. – Las diferencias individuales de los
    alumnos.

    9. – El desarrollo de
    las posibilidades de cada alumno.

    10. -La diferenciación e individualización
    del proceso de enseñanza en los diferentes momentos de la
    clase.

    11. – La educación del colectivismo en el proceso
    de enseñanza-aprendizaje.

    Al valorar críticamente esta propuesta,
    encontramos aportes y limitaciones, de acuerdo con nuestros
    criterios:

    2.
    Logros

    • Reafirman a la clase como la forma fundamental del
      proceso pedagógico.
    • Constituyen un punto de partida importante desde el
      punto de vista metodológico.
    • La educación político-ideológica
      y la elevación del nivel científico de los
      alumnos aparecen priorizados.
    • Se insiste en la importancia de la atención a las diferencias individuales
      en la clase.
    • Se destaca la aplicación de los conocimientos
      y la solución de problemas
      docentes (A. Barrón, 1993).
    • Reclaman de una cultura
      científico-pedagógica del profesor para su
      cumplimiento.

    3.
    Limitaciones

    – Aparecen mezclados principios
    generales para la educación de la
    personalidad con recomendaciones concretas de orden
    metodológico.

    – No se explicita el aspecto comunicativo que resulta
    medular en el aula.

    – Se omite el enfoque motivacional, por lo que se obvia
    el principio de la unidad de lo cognitivo y lo
    afectivo.

    – El tratamiento a las individualidades se atomiza en
    más de una exigencia, es posible y necesario fusionarlas
    para conducir a una personalización del
    proceso.

    – Aunque el desarrollo de las capacidades creadoras se
    enuncia, no aparece en su unidad con la estimulación de la
    inteligencia,
    lo cual no permite un enfoque más integral y consecuente
    desde el punto de vista psicopedagógico.

    – Predominan las exigencias vinculadas con la
    enseñanza y no con el
    aprendizaje.

    Este trabajo no tiene la intención de sustituir
    las exigencias planteadas, sino proponer su reorganización
    y enriquecimiento para adecuarlas a las condiciones de la
    universidad
    contemporánea.

    4.
    Desarrollo

    En este sentido consideramos imprescindible destacar y
    explicitar las siguientes categorías: comunicación, motivación, aprendizaje,
    individualización y personalización del proceso
    para perfeccionar la propuesta que aparece en este
    trabajo.

    Los presupuestos
    tomados en cuenta son los siguientes:

    – Para la unidad de lo científico y lo
    ideológico:

    El profesor como modelo a
    imitar por los alumnos por su preparación profesional
    pedagógica y por sus cualidades y valores
    morales y revolucionarios.

    Las potencialidades educativas del contenido de la clase
    para vincular orgánicamente con la realidad política y social
    cubana e internacional.

    La utilización de métodos
    pedagógicos que propicien el diálogo,
    el debate, el
    ejercicio del criterio con la argumentación
    correspondiente y la polémica sobre problemas
    políticos e ideológicos actuales, tanto en el aula
    como fuera de ella.

    – Para la
    comunicación y la
    motivación:

    Educar es comunicarse, es necesario crear una atmósfera
    comunicativa previa con el auditorio que estimule el interés
    (F.González, 1995 a y b).

    La comunicación en el aula implica la
    representación de los contenidos que se
    imparten.

    Las dificultades en el aprendizaje no
    sólo son por deficiencias intelectuales, sino
    afectivas.

    Ninguna actividad docente per se es desarrolladora, es
    necesaria la orientación y la
    comunicación.

    La orientación es un proceso permanente de la
    comunicación, no se agota en una exposición.

    – Para el enfoque del aprendizaje:

    El aprendizaje es un proceso personal en la
    producción y construcción del conocimiento,
    no solo intelectual (F.González, 1995 a y b).

    Lo que se aprende no se fija, se construye. Quien
    aprende construye activamente nuevos significados (E.Banet y E.
    Ayuso, 1995).

    El grupo clase
    como magnitud sociológica debe propiciar una atmósfera
    participativa e interactiva (M.Santos, 1990; J.Flavell, 1984;
    J.Tudge and B.Rogoff, 1989; J.Tudge, 1992).

    En el aprendizaje no solo es importante lo que se
    aprende, sino cómo se aprende (M.García y
    M.Martínez, 1991).

    – Para el aspecto de la atención a la diversidad
    dentro del proceso:

    El auditorio no sigue de igual forma el discurso
    expositivo del profesor, necesita de la individualización
    del aprendizaje.

    En el aula hay necesidad de trabajar diferencialmente
    con cada alumno, de lo contrario aquellos con déficit
    intelectual quedan fuera del proceso de socialización (F.González, 1995 a y
    b). La personalización del contenido debe ser entendida
    como la traducción subjetiva de la enseñanza a la
    experiencia del alumno.

    La propia comunicación profesor-alumno,
    alumno-alumno, profesor-grupo y
    alumno-grupo lleva a la individualización en dependencia
    de los problemas de cada uno. Influye en el clima grupal y en
    su desarrollo.

    Por tanto, a partir del análisis crítico realizado
    proponemos las siguientes exigencias, las cuales se presuponen
    unas a otras por la interdependencia existente entre los factores
    que "ntervienen. En toda clase contemporánea debe
    lograrse:

    1.- Un enfoque político-ideológico
    definido, así como un nivel científico actualizado,
    acorde con el contenido que se imparte y con el nivel de
    enseñanza que se trabaje. Se ubica en primer lugar con
    toda intención porque en los momentos actuales no deben
    considerarse como dos realidades dicotomizadas lo
    político-ideológico y lo científico, sino
    dos exigencias que deben complementarse. Cada una de manera
    aislada no permite satisfacer la intención actual de
    reafirmar el carácter
    socialista y comunista en la formación de las nuevas
    generaciones, donde valores como
    el patriotismo y el antimperialismo ocupan un lugar cimero, junuo
    con la laboriosidad, responsabilidad y honestidad, entre
    otros.

    2.- Una comunicación y una actividad conjunta
    profesor-alumno, alumno-alumno, profesor-(sub)grupo y
    alumno-(sub)grupo que estimulen la
    motivación y la cognición durante todo el
    proceso.

    3.- Un aprendizaje participativo que propicie la
    construcción de los conocimientos y el
    desarrollo de hábitos y habilidades en un contexto
    socializador, donde el profesor juegue un papel
    fundamental de mediación pedagógica como dirigente
    del proceso, así como el desarrollo de cualidades y
    valores en la
    personalidad.
    El contenido de la clase debe explotarse a partir de sus
    potencialidades reales en función de una didáctica de los valores,
    pero que no se agota en la clase.

    4.- Una estimulación de la inteligencia y
    la creatividad,
    concebidas como un proceso de la personalidad (F.González
    y A.Mitjans, 1989).

    5.- La atención a la diversidad que se produce en
    el proceso de enseñanza y de aprendizaje durante todos los
    momentos de la clase.

    6.- Una incitación a la actuación
    conscqQnte e independiente de los alumnos en la actividad
    cognoscitiva y el deseo de autosuperación.

    7.- Un vínculo con la profesión y con la
    experiencia de los alumnos, a través del trabajo con
    tareas que se derivan de los problemas profesionales que debe
    resolver en su esfera de actuación.

    5. ¿Cómo
    convertir estas exigencias en
    indicadores
    concretos?

    Para este desglose partimos de las siguientes
    premisas:

    – Su relación explícita o implícita
    con los principios del
    proceso pedagógico.

    – Prever, tanto las acciones de
    enseñanza del profesor, como las acciones de
    aprendizaje del alumno.

    • Que contribuyan a la preparación de las clases
      por parte del profesor, así como la observación de ellas por parte de quienes
      las deseen controlar.
    • Por la revitalización que se desea lograr del
      trabajo metodológico en la educación superior, la
      calidad de los
      controles a clases es vital para lograr un proceso
      pedagógico de excelencia.

    Esta propuesta es hecha para ayudar a la
    reflexión de los profesores y no para intentar normar o
    esquematizar

    Indicadores:

    – Explotación de las potencialidades educativas
    del contenido de la clase y su vínculo con la realidad
    político-social.

    – Utilización de métodos
    pedagógicos que propician el debate y la
    polémica sobre problemas políticos e
    ideológicos actuales en el aula y fuera de
    ella.

    – El profesor como modelo a
    imitar por su preparación profesional pedagógica y
    por sus cualidades morales.

    – Incorporación a la clase de los hechos
    más actualizados de las ciencias que
    tributan a la asignatura.

    Mantenimiento
    del nivel motivacional en los distintos momentos de las
    actividades docentes.

    – Atmósfera de respeto,
    afectividad y un clima
    psicológico positivo durante la clase.

    – Ejecución por parte de los estudiantes de
    acciones y operaciones que
    los entrenan en las habilidades profesionales de las asignaturas
    y disciplinas.

    – Las actividades que se desarrollan en la clase
    permiten la adquisición de los conocimientos por parte de
    los estudiantes con determinado nivel de independencia.

    – Se observan enfoques interesantes, desconocidos y
    novedosos en la clase por parte del profesor y de los
    alumnos.

    – Se aprecia en las explicaciones y preguntas que hace
    el profesor en la clase una tendencia a la
    problematización del contenido.

    – Se reconoce y estimula la originalidad demostrada por
    los estudiantes en la clase, el trabajo
    independiente y la evaluación.

    – Se plantean o asignan tareas independientes a los
    estudiantes de acuerdo con la caracterización que se tiene
    de cada uno de ellos.

    – Se permiten y respetan preguntas, valoraciones y
    recomendaciones de los estudiantes durante la clase.

    – Se ajusta lo planificado y ejecutado en clase a las
    características individuales de los
    estudiantes.

    – Se incita a los estudiantes a la búsqueda y a
    la investigación en diferentes fuentes para
    ampliar sus conocimientos con relación a la
    asignatura.

    – Se actualizan los contenidos de la clase con
    resultados de investigaciones
    que resulten de interés
    para los estudiantes.

    – Se promueven y explotan ejemplos que parten de la
    experiencia de los alumnos y que se relacionan con la
    clase.

    6. Consideraciones
    finales

    – La adecuación que se propone a las exigencias
    de la clase está en consonancia con los nuevos principios
    que se plantean para la educación de la personalidad en la
    universidad cubana actual. Estas exigencias, y los indicadores
    que de ellos se derivan, no constituyen algo acabado, son
    susceptibles de perfeccionamiento, de acuerdo con la dinámica del propio proceso
    pedagógico.

    – La propuesta hecha trata de situar al profesor
    universitario como un dirigente del proceso de
    enseñanza-aprendizaje que orienta, que mediatiza el
    aprendizaje y de esta manera enfocar las exigencias de acuerdo
    con las concepciones más actuales desde el punto de vista
    político-ideológico, sociológico,
    psicológico y pedagógico.

    – Por su carácter concreto es
    factible tenerlas en cuenta para la concepción y
    ejecución de las diferentes clases, así como para
    su evaluación, por lo que pueden convertirse
    en indicadores de su calidad.

    7.
    Bibliografía

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    dirección del proceso de formación
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    Revista
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    No.1, Vol II, España.

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    Granma, 30-3-82, La Habana.

    – Klinberg,L. (1985) Introducción a la didáctica general.
    Editorial Pueblo y Educación, La Habana.

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    Editorial Pueblo y Educación, La Habana.

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    Talízina,N. (1988) Psicología de la
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    Tomaschewski,K. (1978) Didáctica general.
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    – Tudge,J. (1992) Proccesses and consequences of peer
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    Development, 63, NC. USA.

    – Tudge,J. (1990) Vygotsky, the zone of proximal
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    practice, p. 155-172. Vygotsky and Education: Instructional
    implications and applications of socio-historical psychology.
    New York.
    Cambridge.

    – Yakolev,W. (1978) Metodología y técnica de la clase.
    Editorial de libros para la
    educación, La Habana.

    Resumen:

    El trabajo propone una serie de indicadores que se los
    autores consideran deben tenerse en cuenta en las universidades
    contemporáneas, como vía para estar a la altura de
    los tiempos en que se viven, sin pretender esquematizar el
    proceso de enseñanza-aprendizaje, ni limitar la
    creatividad del profesor en la clase, todo lo contrario, para
    elevar su nivel profesional y el rigor de lo que
    enseña.

    Trabajo realizado y enviado por:
    M. Sc. María de los Angeles Mariño
    Sánchez
    Licenciada en Educación en las
    especialidades de Biología y
    Pedagogía-Psicología
    Máster en Ciencias de la Educación
    Profesora de la Universidad Pedagógica "José de la
    Luz y
    Caballero".
    Dr. Emilio Ortiz Torres
    Licenciado en Psicología y Doctor
    en Ciencias Psicológicas
    Profesor de la Universidad de Holguín
    Coordinador del Área de Estudios sobre Ciencias de la
    Educación Superior en dicha Universidad.
    Holguín, CUBA

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