Indice
1. Generalidades sobre el trastorno
esquizotipico
2.
Etiologia
4.
Evaluacion
5.
Tratamiento
6.
Retos
7.
Bibliografia
1. Generalidades sobre el
trastorno esquizotipico
Existen dificultades a la hora de querer hacer un
análisis acerca del trastorno
esquizotípico. En primer lugar no existe mucha información disponible que pueda dar una
explicación amplia para poder
entenderlo. Esto en parte se debe a que hasta hace poco se le ha
clasificado como trastorno. Por ejemplo, el CIE-9 no hacía
mención alguna sobre la palabra esquizotípico.
Ahora, a pesar que se le reconoce como trastorno, existe mucha
dificultad y falta de consenso para clasificarlo. Algunos lo
consideran como un trastorno de la
personalidad, otros lo clasifican dentro de la
categoría en la que se encuentra la esquizofrenia
–por la similitud de síntomas-. El punto es que no
ha sido lo suficientemente investigado, por lo que se desconoce
hasta ahora su etiología, repercutiendo de esta forma en
su diagnóstico y tratamiento.
Antes de revisar cuales son las características generales de una persona con
trastorno esquizotípico, la etiología de la
enfermedad, su diagnóstico y tratamiento, veamos primero
cuál es la definición de este.
Según el CIE-10, el trastorno
Esquizotípico, o personalidad
esquizotípica, "es un trastorno caracterizado por una
conducta
excéntrica y anomalías en el pensamiento y
del afecto, que se parecen a los que se ven en la esquizofrenia,
aunque en ningún momento han ocurrido anomalías
esquizofrénicas definidas y características" (CIE-10, 1992). Sin
embargo, a pesar de la similitud que tiene con la esquizofrenia,
su evolución y curso son usualmente los de un
trastorno de la
personalidad.
Este trastorno se encuentra situado entre la personalidad
esquizoide y la esquizofrenia. Consiste en una conducta, un
habla, un pensamiento y
una percepción
peculiar y extraña. La persona tiende a
aislarse, posee un afecto inapropiado y ansiedad social
(Diaz-Marsá y otros, 1996). Además de esto, los
individuos afectados tienen un pensamiento mágico, suelen
ser supersticiosos o telepáticos, con ilusiones
recurrentes. Su mundo interno puede estar lleno de amigos y
miedos infantiles. A veces se creen que tienen poderes especiales
o que han sufrido experiencias paranormales. Su conducta es rara
o excéntrica. Utilizan un lenguaje
extraño, circunstancial y metafórico en el que no
suele haber disgregación del pensamiento, ni incoherencia
(Díaz-Marsá y otros, 1996). Tienen disminuida su
capacidad de relacionase por su afecto frío y distante, no
tienen amigos fuera de la familia,
llegando a aislarse socialmente (Fuentes, S. y
otros, 1999). Además de esto, los esquizotípicos
pueden ser sensibles para detectar afectos negativos en los
demás, son muy suspicaces, siendo hipersensibles a las
críticas. Pueden llegar a tener síntomas
psicóticos transitorios, producto del
estrés,
pero esto no es la regla (Díaz-Marsá y otros,
1996).
Hay que señalar que todas las personas
probablemente exhibimos algunos de estos rasgos, en diversos
grados y momentos diferentes. Sin embargo, en la persona
esquizotípica, esos rasgos conductuales son inflexibles,
persistentes y desadaptativos. Sus características son los
extremos de los rasgos de personalidad normales (Winggins y
Pincus, 1989, citado en Sue y otros, 1994). Los rasgos del
esquizotípico son consistentes y causan dificultades
personales y sociales, angustia y otros problemas de
funcionamiento.
Como se explicó anteriormente, este trastorno no
ha sido unánimemente aceptado en las clasificaciones
actuales. El DSM-IV lo clasifica como trastorno de la
personalidad, mientras que el CIE-10 lo incluye en el apartado de
la esquizofrenia, trastorno esquizotípico y trastornos de
ideas delirantes. Veamos a continuación cuáles son
los síntomas que cada clasificación atribuye al
trastorno.
Clasificacion del trastorno esquizotipico según
el cie-10
Según la clasificación CIE-10 de
desórdenes mentales y del comportamiento
(1992), el trastorno esquizotípico se caracteriza por
poseer algunos de los siguientes rasgos:
|
Según el CIE-10, para utilizar esta
categoría, tres o cuatro síntomas típicos
enumerados arriba deben haber estado
presentes, continua o episódicamente, por lo menos durante
dos años. Además el individuo no debe de cumplir
con las pautas de la esquizofrenia.
Incluye: Esquizofrenia borderline, Esquizofrenia
latente, reacción esquizofrénica latente,
esquizofrenia prepsicótica, Esquizofrenia
prodrómica, Esquizofrenia pseudoneurótica,
Esquizofrenia pseudopsicopática y trastorno
esquizotípico de la personalidad.
Excluye: Síndrome de Asperger y Trastorno
esquizoide de la personalidad.
Clasificacion del trastorno esquizotipico de
personalidad según el dsm-iv
Según Antonio Pérez y Vicente Rubio
(1999), el DSM-IV utiliza los siguientes criterios
diagnósticos para clasificar el trastorno
esquizotípico de personalidad:
A. Un patrón general de déficit 1. 2. 3. 4. 5. 6. 7. 8. 9. B. No |
Según el DSM-IV, el trastorno
esquizotípico debe diferenciarse de: La esquizofrenia;
desorden del humor con las características
psicopáticas; desorden de Asperger; desórdenes
expresivos y mezclados del lenguaje de receptivo-expresivo;
desórdenes de la
comunicación; cambio de la
personalidad debido a una condición médica general;
síntomas que pueden convertirse en la asociación
con uso crónico de la sustancia; desorden paranoico de la
personalidad; desorden de la personalidad esquizoide; desorden de
la personalidad narcisista; desorden de la personalidad
borderline; características esquizoticas durante adolescencia.
Inicio, prevalencia y curso del trastorno
esquizotipico
Según Fuentes, S. y
otros (1999), el Trastorno esquizotípico se inicia al
principio de la edad adulta, aunque en la infancia ya
suele presentarse hipersensibilidad y ansiedad en el contexto
social. Los autores agregan además que estos niños
se muestran solitarios y acostumbran tener un bajo rendimiento
escolar. También llaman la atención en su forma de expresarse y por la
rareza de sus pensamientos y fantasías.
Estos mismos autores, apoyados por
Díaz-Marsá y otros (1996), la prevalencia de este
trastorno es del 3% de la población general y puede ser ligeramente
más común en varones. Es más alta la
incidencia en gemelos monocigóticos y entre familiares de
primer grado de enfermos de esquizofrenia
El curso de esta enfermedad es crónico, suele ser
estable, aunque algunos llegan a desarrollar esquizofrenia u otro
trastorno psicótico (Díaz-Marsá y otros,
1996).
Al igual que ocurre con el resto de trastornos de la
personalidad, el origen causal del trastorno esquizotípico
permanece aun ampliamente desconocido. Esto se debe a varias
razones:
- En parte se debe a que a este trastorno –como
muchos otros de personalidad- se le ha atribuido una naturaleza de
desviación moral,
privándosele del carácter
de enfermedad real que tiene (Díaz-Marsá y otros,
1996). Es decir, se ha creído que los
esquizotípicos son anómalos, disfuncionales,
personas con conductas problemáticas, malévolas,
y no enfermos. - Por otro lado, este tipo de personas no buscan ayuda
psiquiátrica. Fuentes, S. (1999) manifiesta que los
esquizotípicos son personas ego-sintónicas, es
decir, que no consideran que sus características son
anormales, sino que las experimentan como aceptables y su
presencia no les causa angustia. Como consecuencia, estos
pacientes se han escapado de la investigación clínica. - Otra de las razones es la que ya mencionaba
más arriba: Hasta hace poco se ha clasificado –y
con dificultad y sin acuerdo- al trastorno esquizotípico
como una entidad nosológica independiente.
Sin embargo, los pocos estudios que se han realizado,
tienden a concordar en que factores biológicos y
ambientales son decisivos para el aparecimiento del trastorno.
Veamos a continuación lo que se ha encontrado.
Componente Biologico De La Causa
Diversos estudios han demostrado que algunas dimensiones
de la personalidad tienen un marcado componente hereditario.
Así pues, los gemelos monocigóticos tienen
correlaciones más altas en escalas del MMPI que los
dicigóticos. Siendo el trastorno esquizotípico un
trastorno de personalidad, este no excluye esos componentes
genéticos en su etiología. Por ejemplo, en un
estudio Danés sobre niños adoptados,
encontró que la prevalencia de los trastornos
esquizotípicos y paranoides eran mayores en niños
con familiares biológicos esquizofrénicos pero no
en adoptados por esquizofrénicos (Kendler y otros, 1981,
citado en Díaz-Marsá, 1981). Esto sugiere el
papel
dominante de la transmisión genética.
Otros autores aseguran que existe un defecto neural
genético en los esquizotípicos. A este defecto le
han llamado Esquizotaxia (Bruce Carpenter, 1997). Esta
anormalidad es muy similar a la de los pacientes
esquizofrénicos en su etapa negativa (Donnoli y otros,
1998), en los que existe déficits cognoscitivos y
neuropsicológicos. Donnoli cree la constitución de una personalidad
esquizotípica y la vulnerabilidad para la
exacerbación patológica de sus rasgos,
podría resultar como producto de un
defecto original en el desarrollo
individual, pre y/o postnatal. Los mecanismos propuestos son
variados: vulnerabilidad genética,
infecciones virales en el útero, etc. Cree que estos
problemas
podrían llevar a que se desarrollaran anormalidades en los
circuitos
neurales córtico-subcorticales. Sostienen la hipótesis que "existe un defecto en la
neurotransmisión glutamatérgica, o un descenso del
tono inhibitorio gabaérgico (fundamental en la selección
y filtrado de la información) en determinadas áreas
corticales" (Donnoli y otros, 1998). Hay que señalar que
la hipótesis
principal de Donnoli es que estas anomalías constituyen la
base para el funcionamiento cognitivo-perceptual defectuoso, muy
típico en los esquizotípicos.
Se ha señalado anteriormente que los
esquizotípicos son muy similares en algunos problemas
biológicos a los esquizofrénicos. ¿En
qué se distinguen? Es una cuestión que aun no ha
sido resulta. Sin embargo hay estudios pioneros, como por ejemplo
el de Hazlett y Cols (1998, citados en THMNews, 1999), quienes
encontraron que los pacientes esquizofrénicos "presentan
modificaciones en la forma y metabolismo de
los núcleos mediodorsal y anterior al tálamo, que
están conectados con el sistema
límbico [mientras que] los pacientes con trastorno
esquizotípico presentan alteraciones en el contorno pero
no en su metabolismo"
De esta forma podemos ver que, aunque no existe certeza
de cuáles genes están implicados en el
aparecimiento del trastorno esquizotípico, ni qué
mecanismos biológicos están a la base, existen
algunas hipótesis que estiman que los factores
biológicos sí están implicados, y apuntan a
estos son similares a los de la esquizofrenia, especialmente en
su etapa residual.
Componente psicologico de la causa.
Anteriormente mencioné que la hipótesis
principal de Donnoli y otros (1998) es que a la base del
trastorno esquizotípico se encuentra un defecto cognitivo
básico. Para ellos las personas con trastorno
esquizotípico:
- Presentan desórdenes en el ingreso y
elaboración de la información: Tienen tendencia a
experiencias perceptuales inusuales, ilusiones corporales,
etc. - Tienen un proceso
latente de desorganización conceptual y de conducta:
Inclinación hacia los pensamientos vagos,
circunstanciales, metafóricos y estereotipados;
tendencia a la conducta extraña, excéntrica o
peculiar.
Esta hipótesis está respaldada por Siever
(1981, citado en Sue, 1994) quien dice que "las peculiaridades
vistas en el trastorno esquizotípico de la personalidad se
derivan de distorsiones o dificultades de cognición".
Según Sue (1994), estas personas parecen tener problemas
para pensar y percibir".
Además de esto, Donnoli y otros (1998) agregan
que los pacientes con trastorno esquizotípico
también presentan alteraciones en los procesos
auditivo atencional y atencional visomotor. Por otro lado,
afirman que poseen una escasa capacidad de reacción ante
el estrés
(hipótesis respaldada por Díaz-Marsá y
otros, 1996).
Es importante señalar que estos autores expresan
que el funcionamiento cognitivo-perceptual es un soporte
fundamental para el desarrollo de la personalidad
particularmente. Un desorden en ello tendría consecuencias
en la constitución de la personalidad (Donnoli y
otros, 1998).
Antes de continuar con la etiología del trastorno
esquizotípico, me gustaría hacer mención
sobre las experiencias inusuales en personas con
desórdenes psicológicos.
Experiencias Inusuales en personas con
psicopatologías:
Entenderemos por experiencias inusuales todo lo que es
sinónimo a ocurrencias trascendentales, supernaturales,
mágicas, telepatía, precogniciones, los
fenómenos que emergen en el contexto del ocultismo, etc.
Según Belz-Merk (1999), las experiencias inusuales se
pueden clasificar en tres categorías generales,
dependiendo de la forma en que fueron experimentadas:
- Espontáneas: Son aquellas experiencias que no
fueron planeadas ni pensadas. Aparecen precipitadamente y sin
la comunicación previa. Como ejemplo se
señalan las precogniciones, los sueños que
anticipan sucesos reales, etc. - Autoinducidas: Son aquellas experiencias resultantes
de las prácticas ocultas y espirituales en las que la
persona participa porque ella las ha buscado. Por ejemplo jugar
ouija, tabular la inclinación, etc. - Inducidas externamente: Son aquellas experiencias
inusuales que han sido inducidas participando en talleres,
terapia, clases de bioenergética, hipnosis,
etc.
Según Belz-Merk (1999), las experiencias
inusuales no tienen necesariamente que estar ligadas a un
desorden de la persona. Depende de cómo reaccione la
persona a tales experiencias. Hay algunos que hacen frente a sus
experiencias de una forma positiva y las ven como aceptables,
"integran estas experiencias a sus conceptos del mundo y de si
mismo" (Belz-Merk, 1999). Sin embargo, hay otras personas que
ante estas experiencias reaccionan de forma insegura. Algunos
incluso desarrollan ansiedades profundas o la sensación
que no tienen control sobre
sí mismos. El que unas personas reacciones de una forma u
otra dependen de su historia personal, de la
duración y frecuencia de las experiencias inusuales, de su
situación actual de vida, etc. Sin embargo hay que
señalar que un estudio que hizo Mischo (1996, citado en
Belz-Merk, 1999) demostró que muchas de las personas que
creían en estas experiencias, que estaban convencidas del
mundo paranormal, y que tendían a disociar los resultados,
tenían un nivel significativamente alto de puntaje en la
escala
esquizotípica.
De esta forma se puede ver que el componente
psicológico de la causa del trastorno
esquizotípico, está ligado a distorsiones
cognoscitivas, desórdenes en la interpretación y
elaboración de información, desorganización
conceptual y poca tolerancia al
estrés. Además de esto, un estudio hipotetiza que
las personas con tendencias esquizotípicas tienden a creer
en experiencias paranormales y a disociar resultados.
Componente Social De La Causa
El hecho de que este trastorno tenga que ver con la
personalidad, significa que los determinantes de las
características de ésta, están relacionados
(Sue y otros, 1994). Siguiendo nuestro sentido común,
podríamos decir que la socialización y educación familiar,
el aprendizaje
y modelado, el desarrollo de las cogniciones y la cultura
contribuyen todos a la personalidad, por lo que unas
anomalías en ellos podría estar asociado con
trastornos en aquella.
Sin embargo, los estudios prospectivos no han podido
demostrar que las experiencias infantiles sean determinantes, en
particular aquellas que se consideran cruciales, como la falta de
lactancia, el control de
esfínteres, etc. Pero sí parece existir una
relación, de tipo inespecífico, entre la presencia
de los trastornos esquizotípicos –y de la
personalidad en general- y la calidad de las
relaciones padres-hijos en la infancia
(Díaz-Marsá y otros, 1996). Incluso, hay autores
que hablan de problemas familiares importantes, tales como el
incesto y el maltrato (Fuentes, S. y otros, 1999)
Además de esto, los individuos con trastorno
esquizotípico tienen relaciones inestables con las
demás personas, y con frecuencia alteran las percepciones
que tienen de ellas.
Para los autores conductistas, este trastorno es causado
por alteraciones en el aprendizaje y la
respuesta a los refuerzos sociales (Díaz-Marsá y
otros, 1996)
A excepción de este planteamiento conductista y
el de Fuentes, las teorías
que explican el componente ambiental o social de la causa, hablan
de anormalidades en las relaciones familiares y sociales, pero no
explican si la responsabilidad cae en el medio ambiente
(padres y sociedad en
contra del individuo), si es la persona con trastorno
esquizotípico la que afecta esas relaciones o ambas cosas.
Algunas teorías
atribuyen las problemáticas a la distorsión de la
información del esquizotípico y a su suspicacia
(Díaz-Marsá y otros, 1996).
Como se puede observar, no hay unanimidad en las
teorías. Todas estas son hipótesis que aún
faltan por ser confirmadas. Si se observa, la mayoría de
estudios son muy recientes (década de los noventas), por
lo que la llegada de consenso en la etiología del
trastorno esquizotípico tendrá que esperar
algún tiempo.
He hablado sobre la etiología el trastorno
esquizotípico. He hecho mención a causas
biológicas, psicológicas y sociales. Sin embargo,
¿cuál es el mecanismo que está a la base de
la problemática? ¿de qué manera se articulan
todos estos factores para que el trastorno emerja?. No se sabe
aun. Si no se han encontrado los elementos definitivos del
trastorno, mucho menos se ha elaborado una teoría
acerca de su relación. Sin embargo, aquí hay un
intento por analizar el fenómeno. Probablemente esta no
sea la explicación, pero intentaré realizarla a
partir de los elementos ya mencionados en la
etiología.
Como ya mencioné en la etiología, algunos
autores encontraron un defecto neural genético a la base
del trastorno esquizotípico (la Esquizotaxia), la cual ha
sido producto de un desarrollo anómalo pre y postnatal del
individuo (ya sea por vulnerabilidad genética, infecciones
del útero, etc.). Para Donnoli (1998), este defecto
consiste en una anormalidad en la neurotransmisión
glutamatérgica y un descenso del tono inhibitorio
gabaérgico, el cual es fundamental para la
selección y filtrado de la información.
Lógicamente, una anormalidad en ello, repercutirá
en el funcionamiento cognitivo-perceptual del
individuo.
De esta forma, el componente genético trae como
consecuencia desórdenes en el ingreso y elaboración
de la información, y desorganización conceptual.
Así, la persona con trastorno esquizotípico
vivirá experiencias perceptuales inusuales e ilusiones (lo
que Belz-Merk llamaba "experiencias inusuales
espontáneas"), también se inclinará por
pensamientos vagos, circunstanciales, metafóricos y
estereotipados. Estas distorsiones o dificultades de
cognición llevarán a la persona a presentar las
peculiaridades de la personalidad esquizotípica. (Siever,
1981, citado en Sue, 1994). Los individuos con personalidad
esquizotípica reaccionarán de cierta manera a estas
experiencias inusuales espontáneas. Probablemente
llevarán a la persona a querer saber qué es lo que
le está pasando, que sienta curiosidad por temas ocultos,
etc. Por tanto, la persona con un trastorno esquizotípico
podría llegar a tener lo que Belz-Merk llamaba
"experiencias inusuales autoinducidas o inducidas
externamente".
(Para ver el gráfico faltante haga click en el
menú superior "Bajar Trabajo")
Por otro lado, ya algunos autores expresaban que el
funcionamiento cognitivo-perceptual es un soporte fundamental
para el desarrollo de la personalidad (Donnoli y otros, 1998).
Por lo tanto, un defecto en este procesamiento del ingreso y la
elaboración de la información traerá
consecuencias negativas en la constitución de la
personalidad. Las experiencias inusuales espontáneas de
las personas con trastorno esquizotípico serán
determinantes en el desarrollo del individuo, en cómo
perciba y procese toda la información que el ambiente le
proporcione. De esta forma, una persona que no procese de una
manera adecuada los estímulos, podrá interpretar de
manera errónea lo que otras personas dicen y hacen. Ya lo
afirmaba Díaz-Marsá (1996),
"las personas con trastorno esquizotípico con frecuencia
alteran las percepciones que tienen de las personas".
No sería de extrañar, entonces, que estos
individuos tengan problemas en las relaciones con sus padres.
Quizá por esto Díaz-Marsá (1996)
señalaba que el trastorno esquizotípico no es
producto de experiencias infantiles desagradables (como el mal
cuido, mala alimentación, mal control de
esfínteres), sino más bien es este trastorno el que
repercute en las relaciones familiares anormales. Estas
relaciones anómalas entre el sujeto con trastorno
esquizotípico y las demás personas -debido a la
mala interpretación que este hace de lo que los otros
dicen y hacen- conlleve a que la persona actúe luego con
suspicacia, tenga ideas paranoides y no posea relaciones
íntimas con nadie. Por otro lado, si la persona
está hasta cierto punto aislada, llevará a que este
no asimile de forma adecuada las normas sociales,
y por tanto muestre por un lado un comportamiento y apariencia
extraña o excéntrica, y que por otro lado muestren
un afecto inadecuado, frío y
constreñido.
Todas estas experiencias en relaciones deficientes con
el resto de personas, repercutirán a la larga en el mismo
proceso de
formación de la personalidad, reforzando las creencias
erradas que la persona ya tenía. Así por ejemplo,
si una persona con trastorno esquizotípico interpreta una
sonrisa como una burla –debido al mal preso de
información producto de anomalías cerebrales-, esta
idea reforzará las creencias erradas que las personas son
dañinas.
Resumiendo, el trastorno esquizotípico es
producto de una anomalía en la neurotransmisión
glutamatérgica y un descenso del tono inhibitorio
gabaérgico. Como consecuencia, la persona elabora e
interpreta de manera errada la información del exterior.
De esta forma la persona experimenta vivencias perceptuales
insólitas, elabora creencias extrañas, presenta
pensamiento mágico, etc. experiencias que van conformando
su personalidad. Al mismo tiempo esta
persona interpreta de forma errada lo que otras personas hacen y
dicen, repercutiendo de forma negativa en sus relaciones sociales
Las anomalías en estas relaciones llevarán a que la
persona se aísle, sea suspicaz, y muestre afecto
inadecuado y frío. Al final, esto influenciará la
constitución de la personalidad y nuevamente se
repetirá el ciclo. Esto se resume en el siguiente
esquema:
Patogenesis Del Trastorno Esquizotipico
(Para ver el gráfico
faltante haga click en el menú superior "Bajar
Trabajo")
4. Evaluacion
Todos hemos experimentado momentos en los que queremos
estar solos, más de alguna vez creímos vivir alguna
experiencia diferente. Pero eso es normal. ¿Qué
característica debe tener el trastorno
esquizotípico para llegar a ser un trastorno? Debe ser
clínica o estadísticamente significativo. Para esto
debe haber un instrumento que mida los síntomas del
trastorno y otro de comparación (una distribución normal). Sin embargo no existe
ninguna forma para evaluar y así diagnosticar la presencia
del trastorno esquizotípico en las personas. No se cuenta
con pruebas
científicas, escalas, ni ningún tipo de instrumento
que nos lleve a decir con exactitud que la persona posee tal
trastorno. La única forma con la que se diagnostica el
trastorno es a juicio del clínico, quien se guía
por los manuales de
enfermedades
mentales (CIE-10 o DSM-IV) y establece si la persona posee dichos
síntomas. En la misma línea, la página web
de "mentalHealth" posee una forma online para diagnosticar al
trastorno esquizotípico (http://www.mentalhealth.com/dx/fdx-pe03.html). El
clínico descarga un programa
interactivo; este programa le va
haciendo preguntas encaminadas a detectar la presencia o ausencia
de síntomas, a las que el clínico debe ir
contestando. Así por ejemplo, el programa pregunta:
"¿El paciente tiene una apariencia extraña?" a la
que el clínico debe contestar "si" o "no". En realidad es
el mismo proceso que se utiliza para diagnosticar el trastorno
por medio del CIE-10 o el DSM-IV, sin embargo el programa online
permite hacerlo de una forma más
sistemática.
Existen algunos clínicos que se valen de la
escala de
esquizotipia del MMPI para establecer si la persona posee una
personalidad vulnerable al trastorno, pero esto en sí no
muestra un
puntaje que confirme la presencia de la entidad
nosológica. Simplemente puntúa un rasgo de
personalidad. Algunas personas con un rasgo de esquizotipia alto,
pueden llegar a desarrollar un trastorno esquizotípico,
pero no todos.
De esta forma, hasta ahora no se cuenta con
ningún instrumento que evalúe la presencia del
trastorno, y la única forma para diagnosticarlo es
siguiendo las pautas del CIE-10 o el DSM-IV. Sin embargo, varias
áreas deberían ser exploradas:
Por ejemplo, debería evaluarse la
neurotransmisión glutamatérgica y el tono
inhibitorio gabaérgico. Esto podría hacerse a
través de cualquier técnica que explore el
funcionamiento cerebral, por ejemplo la tomografía axial
computarizada.
Por otro lado, y como ya se dijo anteriormente, el
trastorno esquizotípico se caracteriza por una anormalidad
en las cognición y percepción. Por tanto, la evaluación
debería ir encaminada a detectar dichos defectos, las
formas en las que la persona elabora y procesa la
información, si tiene alteraciones auditivas atencionales,
si presenta desorganización conceptual –sin llegar a
la incoherencia-, etc.
Sería útil evaluar qué cogniciones
manifiesta la persona ante el contacto con otros, los mecanismos
que están a la base de su distorsión, los esquemas
cognitivos anómalos, etc. Esto sería útil
puesto que a la hora de dar terapia al individuo, se
sabría qué esquemas irracionales deberían
cambiar.
Debido a que no se conoce con exactitud la causa del
aparecimiento del trastorno esquizotípico, existen
vacíos al momento de tratarlo. ¿Cómo puede
manejarse el trastorno si no se conoce qué es lo que lo ha
originado?. Sin embargo se utilizan distintos tratamientos, sobre
todo biológicos, para ayudar a los pacientes con dicha
problemática, revisémoslos a
continuación.
Farmacoterapia
Una publicación del Diario Canadiense de
Psiquiatría (1998, citado en Pharmacotherapy News Network,
1998) muestra que hay
evidencia que apunta a que la terapia farmacológica ha
sido útil para tratar a los pacientes con trastorno
esquizotípico. Según el artículo, a pesar
que los pacientes no llegan a la absoluta normalidad, sí
reducen los síntomas.
La medicación antipsicótica también
es útil. A pesar que las personas con trastorno
esquizotípico se diferencian de la esquizofrenia
–entre otras cosas- porque no presentan síntomas
psicóticos, a veces pueden ocurrir, especialmente en
momentos de estrés (Long, 1990).
Tratamiento Psicosocial
No existen muchos tratamientos psicosociales
sistemáticos para ayudar a las personas con trastorno
esquizotípico. Lo único que se ha utilizado ha sido
la terapia grupal y la individual encaminada a que la persona
exprese sus temores y pensamientos. Sin embargo, como más
adelante menciono, la terapia cognitiva podría ser
útil para ayudar a estos pacientes.
Tratamiento Individual:
La psicoterapia a largo plazo ha sido útil en
casos algunos casos seleccionados. Debido a que las personas con
trastorno esquizotípico son personas que rehuyen el
contacto social, el curso de la terapia implica el desarrollo
gradual de la confianza. Si esta puede ser alcanzada, el paciente
puede compartir fantasías de muchos años sobre
amistades imaginarias y puede revelar las cogniciones que
están a la base de sus anormales relaciones con las otras
personas. (Long, 1990). En la terapia se anima a los pacientes
que examinen la naturaleza poco
realista de sus miedos y fantasías y a que formen lazos
reales. La psicoterapia acertada producirá el cambio
gradual.
La terapia cognitiva no ha sido empleada para tratar a
estos pacientes, sin embargo –debido a que la
distorsión de las cogniciones y percepciones son
fundamentales en el trastorno- sería de utilidad para
ayudarle al paciente a que distinga entre lo que es real y lo que
es fantasía. Estas técnicas
van encaminadas a guiar al paciente, mostrándole los
esquemas cognitivos que están a la base de su
problemática, las inferencias erradas que hace de la
conducta de otros, y luego se plantea una alternativa a esta
situación.
Terapia grupal
Según Long (1990), los pacientes con personalidad
esquizotípica requieren un entorno de apoyo en grupo.
Según el psiquiatra, estas personas se verían
beneficiadas de la experiencia. Probablemente la persona
esquizotípica pueda mostrar un silencio prolongado (a
veces el silencio dura un año o mas), pero poco a poco se
irá acomodando y relacionando con el grupo. Long
dice que es importante que el grupo proteja al paciente
esquizotípico de la crítica de otros miembros por
su silencio. El grupo debe convertirse e una experiencia
significativa para el paciente y proporcionar el medio para que
la persona no solo sea tratada, sino que vaya ampliando su grupo
social. En el grupo, los esquizotípicos pueden aprender a
comunicar sus pensamientos y sensaciones directamente a otras
personas, y se promueve de esta forma un modelo de
comportamiento más normal.
En la literatura no se habla de
terapia familiar, pero podría ser beneficiosa al paciente,
especialmente en edades más tempranas, cuando aun se esta
configurando la personalidad de éste. La familia debe ser
motivada para que entienda que el comportamiento del paciente es
una anormalidad y no parte de su "maldad" –como algunos
suelen creer-. De esta forma la familia
podrá apoyar y tener más tolerancia con el
esquizotípico. Además de esto, sería
útil que la terapia familiar fuera encaminada a
desarrollar sistemas de
comunicación más efectivos para no
dar lugar a malas interpretaciones del
esquizotípico.
Al hablar de los "retos" que deben enfrentar los
psicólogos y psiquiatras al estudiar el trastorno
esquizotípico, hablamos en el sentido estricto de la
palabra. No se sabe prácticamente nada acerca del
trastorno, y hasta ahora sólo se manejan
hipótesis.
El primer reto que enfrenta la psicología y la
psiquiatría es llegar a un consenso en la
clasificación del trastorno. Dependiendo de la perspectiva
desde la que se le vea, así será el curso de la
investigación. Hay que establecer si es un
trastorno de la personalidad o si pertenece al grupo de la
esquizofrenia. Sin esto solventado, no habrá
parámetros claros para elaborar los estudios
pertinentes.
Luego de llegar a un consenso, el reto siguiente es
establecer la etiología del trastorno. Esta es un
desafío indispensable a resolver, puesto que sin conocer
lo que lo causa, no se podrá brindar ayuda a los
pacientes. Como ya se ha mencionado, hay personas que hablan de
un factor biológico, otras hablan de un defecto
cognitivo-perceptual de los esquizotípicos, otros se
aventuran a establecer una causalidad ambiental. Pero no hay nada
claro, ni consensuado.
Por un lado debe establecerse cual es la causa
biológica del trastorno y sobre todo, determinar cual es
la diferencia fundamental entre los defectos genéticos de
los esquizofrénicos y de los esquizotípicos.
¿Qué es lo que hace que un paciente
esquizotípico desarrolle esquizofrenia y por qué
otros no la desarrollan? Sin esto claro, se tendrán
dificultades para diferenciar ambos trastornos.
También debe esclarserse cuál es el
papel que el
ambiente juega
en el establecimiento y curso del trastorno. Hasta ahora no se
sabe con certeza de qué forma una mala crianza,
experiencias negativas y una mala vida pueden llegar a contribuir
en el aparecimiento de la problemática.
Siempre dentro de la etiología del trastorno,
otro reto importante es determinar por qué estas personas
tienen defectos en el proceso de intercomunicación con
otros. Hay que esclarecer si son debidos a su aislamiento, o a
factores genéticos, o a una distorsión de la
realidad, etc. Aunado a esto, hay que aclarar si el pensamiento
mágico, las creencias en áreas ocultas, etc. son
una simple creencia o si son causadas por alucinaciones y otro
tipo de distorsiones perceptuales. En pocas palabras, debe
llegarse a un consenso acerca la etiología del trastorno y
explicar cómo esos elementos se relacionan para llegar a
constituir la problemática, es decir, la
patogénesis.
Otro de los retos importantes a los que hay que
enfrentarse es a las deficiencias en la evaluación
del trastorno. Hasta ahora no se cuenta con ningún
método,
ninguna prueba científica, ningún instrumento que
mida los síntomas del trastorno. La evaluación
conllevará a que se establezca de una forma certera el
diagnóstico de la problemática, y se diferencie con
seguridad
aquellas personas que la poseen y aquellas que no. Hasta ahora el
diagnóstico se ha establecido a partir del juicio
clínico. El clínico utiliza los manuales del
CIE-10 o DSM-IV, y a su propia discreción establece si la
persona posee el síntoma o no. Es una forma demasiado
subjetiva para hacer el diagnóstico, por lo que se puede
caer en el error de confundir una esquizofrenia, un trastorno
esquizoide, o cualquier otra entidad nosológica, con el
trastorno esquizotípico. Esto repercutiría en la
evolución y tratamiento del trastorno,
afectando en última instancia al paciente.
Otro de los retos a los que hay que enfrentarse es al
tratamiento. Obviamente si hasta ahora no se conocen las causas
del trastorno, muy difícilmente habrán
técnicas efectivas disponibles para tratarlo. Hasta el
momento solo se poseen técnicas farmacológicas,
terapia psicoanalítica y grupales. Las técnicas
farmacológicas van encaminadas a eliminar algunos
síntomas en presencia de delirios. Sin embargo, este
tratamiento es poco utilizable, puesto que la mayoría de
personas con trastorno esquizotípico no presentan
delirios, a no ser en condiciones de mucho estrés y por
poco tiempo. La farmacología no ha puesto a
disposición fármacos para ayudar a la persona a
recibir, interpretar y elaborar de mejor manera la
información. Es comprensible puesto que aun no se sabe el
componente biológico de la causa con exactitud. Por otro
lado, se ha dejado de lado el uso de terapias conductuales y
cognitivas para ayudar a los pacientes. La terapia cognitiva
–como se mencionó anteriormente- podría ser
de mucha utilidad, puesto
que uno de los problemas principales de los esquizotípicos
es la distorsión de la información, la suspicacia y
algunos pensamientos paranoides.
Por otro lado, se ha obviado el tratamiento con las
personas allegadas al paciente. Se sabe que las personas con
personalidad esquizotípica reciben críticas,
desaprobación y burla de parte de otros. Por tanto
sería útil trabajar con estas personas, haciendo
del medio un ambiente más favorable para el
enfermo.
Por último es importante que se concientice a la
sociedad en
general, para que dejen de ver a las personas
esquizotípicas como inmorales y malvadas. Las personas
deberían saber que este es un trastorno como cualquier
otra enfermedad (la esquizofrenia, el retraso mental, la
demencia, etc.), y que por tanto necesita de
tratamiento.
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Resumen del trabajo:
El
presente trabajo es un intento de aproximación al estudio
del Trastorno esquizotípico, definido este como "un
trastorno caracterizado por una conducta excéntrica y
anomalías en el pensamiento y del afecto, que se parecen a
los que se ven en la esquizofrenia, aunque en ningún
momento han ocurrido anomalías esquizofrénicas
definidas y características" (CIE-10). En este documento
encontrará las diversas posturas que intentan explicar su
causa, una visión personal de como
creo que se interrelacionan los diversos elementos para formar
una patogénesis, cómo se evalua el trastorno,
qué tratamientos existen y qué retos a mi juicio
existen a la hora de abordarlo.
Trabajo enviado y realizado por:
Karen Alas Salguero, 21 años
Estudiante de Psicología
Universidad
Centroamericana UCA
El Salvador