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El poder de encerrar (página 2)




Enviado por marlid



Partes: 1, 2

5. el psicólogo: quehaceres, saberes y
poderes

"Hablar de los roles del psicólogo implica reconocer
que en tanto actor social, debe interpretar personajes que le
vienen dados dentro de equipos e instituciones
de acuerdo a orientaciones y políticas
que lo trascienden y que inscriben sus quehaceres concretos
dentro de estructuras
más amplias que implican concepciones del hombre, de la
sociedad y de
la vida… implica asumir el carácter
de sujeto producido y determinado por las relaciones sociales y
las circunstancias históricas que le toca vivir sin
olvidar que es a la vez y dialécticamente "hacedor" de las
mismas"24

A partir del estudio de estas instituciones
se asoma la idea de que la construcción de los quehaceres de los
psicólogos tiene que ver con demandas sociales que tienden
a mantener el orden establecido, los mecanismos de
segregación y control, con
políticas sanitarias y de seguridad que se
estructuran en beneficio de los grupos de
poder. El rol
del psicólogo se define en estos ámbitos, por el
funcionamiento de ciertos dispositivos de exclusión, de
relaciones de poder sobre
los cuales se apuntala, más que por una
preocupación por el estado de
la salud mental de
los individuos.

Así, la producción del psicólogo se hace
posible en la trama que forman las condiciones político
– económicas, el imaginario y demanda
sociales, la
organización institucional. Está atravesada
también por unas determinadas relaciones de poder –
saber que definen las modalidades simbólicas y materiales que
adoptan la exclusión y el control en
nuestra sociedad, y que
distribuyen a los individuos en los diversos espacios
sociales.

Las psicólogas Silvana Contino y Anabella
Rodríguez afirman que"el rol del psicólogo se
determina en el interjuego entre el rol denominado prescrito, el
rol asumido y el rol desempeñado."25 Por eso
insisten en que su posición en el Instituto Nacional de
Criminología es bastante compleja, ya que
si bien es la de psicólogas (terapeutas y
psicodiagnosticadoras), al estar el instituto donde
desempeñan su labor, el Centro de Reclusión de
Libertad, bajo
la órbita del Ministerio del Interior, también les
corresponde desde lo administrativo, el cargo de policías.
Desde el punto de vista social, el profesional de la psicología dentro de
un campo tan difícil como el carcelario, estaría
encargado explícitamente de la "rehabilitación" de
los sujetos que están en la cárcel. Ahora si vemos
la definición de la OMS, rehabilitar es un proceso por
medio del cual se fomentan el desarrollo o
creación de habilidades, es decir, procurar que el
individuo vuelva a recuperar su equilibrio con
el ambiente.
Reinsertarlo en el medio como un miembro útil, activo, con
derecho a ser feliz y a trascender como persona. El
concepto de
rehabilitación puede ser entendido como una forma de
buscar una instrumentación técnica para poder
cumplir el rol asignado, o sea, propender a la adaptación
de los pacientes a las normas de la
sociedad que los marginó; administrar la violencia del
poder en la medida en que, suavizando asperezas, disolviendo
resistencias,
resolviendo conflictos
engendrados por las instituciones se limite a permitir, mediante
una acción técnica aparentemente reparadora y no
violenta, la perpetuación de la violencia
global. Hablar del encierro es, entonces, hablar de la constitución de un quehacer profesional
como el psicológico que está imbricado de toda una
política
de los cuerpos y del alma, de la conciencia y del
"inconsciente", de los buenos y los malos. Quehacer que no
necesariamente está "encerrado", preso de esta política sino que
desde estos lugares estratégicos puede hacer posible el
cambio, la
crítica, la denuncia, la alternativa26: "por
eso es que entendemos que hay que construir un nuevo concepto de
rehabilitación que nos aleje de esa función
que se nos adjudica"27

6. Anexo: entrevista con
psi. Nelson de león

Conclusiones Grupales

¿Qué es el psicólogo? ¿qué
hace? ¿cómo lo hace? ¿cómo se hace?
¿qué es la Psicología?, son
interrogantes que sin duda se construyen históricamente;
las tentativas de respuestas también. Preguntarnos por la
historia y
funcionalidad de estos interrogantes, eso hemos querido hacer
aquí, desarrollando a lo largo del trabajo las siguientes
consideraciones:

Hacer una historia de una
instituciones de encierro como el manicomio, la cárcel, la
escuela, etc., es
hacer una historia de lo que ha hecho posible la aparición
de la Psicología en el Uruguay;
más aún, la historia de lo que ha hecho posible la
locura, nuestra experiencia de la locura. En este sentido, el
hospital no es el lugar de cura de la enfermedad mental, es su
condición de posibilidad, su creador.

Una historia de este tipo implica pasar por detrás del
dualismo que puede alentar las consideraciones acerca de la
relación entre medicina y
psicología. Estos análisis se centran en la crítica de
un poder médico que impide el desarrollo de
la Psicología, inocente, desinteresada, "obligada" a
transar momentáneamente con el proyecto
positivista para poder ser reconocida social y
científicamente. La medicina como
victimaria y la psicología como víctima de un poder
que se asemeja a aquel poder eclesiástico y
"demoníaco" que, se dice, sometía en otros tiempos
a la medicina naciente.

Encontrar las relaciones entre poder y saber que hacen
posibles las alianzas entre las instituciones y las ciencias del
hombre como la
Psiquiatría y la Psicología.. En fin, plantearnos
si el sistema de
pensamiento, o
forma de racionalidad que subyace a las ideas de que el
confinamiento psiquiátrico y carcelario son, en
último término, los mejores medios, o de
los más eficaces y racionales, para curar las enfermedades y castigar las
infracciones en una sociedad. Esto nos muestra lo
injusto y peligroso que puede llegar a ser el hecho de la
libertad de
expresión individual, la cual consideramos imposible
de lograr, en un mundo globalizado donde existe una
estandarización de hombre "normal".

Obviamente, esta es la historia no de los personajes que
contribuyeron al desarrollo de la psicología como disciplina
científica en nuestro medio (Vaz Ferreira, C. Estable,
Morey Otero, W. Radecki, A. Sicco, Perez Pastorin, etc.), sino
que es "una historia que no es la de su perfección
progresiva, sino la de sus condiciones de posibilidad… tal
empresa no es
tanto una historia, en el sentido tradicional de aquella palabra,
como una arqueología"28 Se trata, pues, de
tomar a la psicología no como cuerpo de conocimientos,
sino como hecho y expresión de nuestra cultura
moderna.

Tendremos que aclarar que lo que hemos cuestionado a la
medicina o la psicología, es su función
histórico – social (no intrínseca) de control
y producción de sometimiento, no su valor
científico. Tampoco se puede comprender a la sociedad
sólo como una entidad encargada de la represión del
individuo, pero no podemos dejar de mencionar esta función
ya que es indispensable para la realización de la libertad,
solidaridad en
los grupos y los
individuos.

Igual nos seguimos cuestionando hasta que punto los mecanismos
de control utilizados por las sociedades de
hoy, son los adecuados para la rehabilitación ,y a quienes
favorece. Si la persona que sale
de un encierro prolongado esta preparado para afrontar la
"realidad exterior" y principalmente pensar proyectos de
inserción en la sociedad. Este es uno de los aspectos
más importantes a abordar en un futuro.

7. Conclusiones
Individuales

Marcelo:

Ha transcurrido una década y media desde la salida de
la dictadura y el
poder político nos invita mediante el uso de un lenguaje
arcaico a llegar a un "estado del
alma", de paz y acuerdo social. Los "desaparecidos" reaparecen en
el teatro
simbólico y político de lo social. La
categoría (cristiana) de "revelación" (tal vez no
sea casual que la Comisión de Paz esté presidida
por un arzobispo) quiere volver a alentar la esperanza en un
futuro de armonía en la comunidad
mediante el develamiento de "la verdad" de lo sucedido. La
incredulidad, como siempre, asoma. Sin embargo, lo que parece
quedar intacto en todo esto son los mecanismos de poder, los
sistemas de
exclusión, desaparición (se podría decir que
a sujetos como el loco o el delincuente se los hace desaparecer
del escenario social mediante el encierro) y control que
posibilitaron el terror de la dictadura.
¿En qué dirección se podrá hacer una
historia, una genealogía como diría Nietzche, de
ese poder? Los autores que aquí hemos trabajado la han
hecho en el análisis de las formas de racionalidad, las
prácticas e instituciones que sirvieron de apoyatura de
los Estados totalitarios modernos. En este proyecto es que,
a través de este trabajo, quisiéramos inscribirnos
al estudiar la funcionalidad de las instituciones y de los
quehaceres de los psicólogos en el orden del poder.
Destapar el "inconsciente", el encubrimiento y el secreto que
implican las relaciones de poder en la sociedad, romper el
silencio desde la protesta pero también desde la
propuesta; o integrarse a estos sistemas sin
cuestionarlos ni reflexionar acerca de los efectos de poder que
produce la intervención psicológica, me parecen que
pueden ser desafíos que se debe plantear el
psicólogo en la medida en que, como hemos visto, no
podemos separar el escenario sociopolítico ni la coyuntura
histórica y económica, del campo de la Salud Mental.

Notas

1 – Además del "viaje", las prescripciones
médicas incluían también el reposo, el
paseo, la actuación teatral, el retiro, la ruptura con el
mundo artificial y vano de la ciudad.
2 – Foucault; Vigilar
y castigar; pg. 225.
3 Barrán, J.P.; La ortopedia de los pobres; pg. 40. En el
manicomio se separaban a los pacientes tanto por sus diferencias
económicas (habían en el Vilardebó pacientes
"pensionistas" donde los familiares abonaban un cuota por el
servicio
hospitalario y por el otro lado los abandonados, indigentes
absolutos). Políticas, de edad y de antigüedad. El
manicomio como guardián del orden social.
4 – Goffman, E.; Internados; pg 18.
5 – Ferrarao, Renee; Frechero, A. y otros; Algunas reflexiones
acerca del quehacer del psicólogo en una
institución psiquiátrica; en Revista
Universitaria de Psicología; pg. 43.
6 – Segregar: en el doble sentido de excluir o apartar una cosa
de otras, pero también de secretar, es decir, salir en
este caso de la sociedad aquello que ella misma produce para un
determinado fin.
7 – Foucault, M.;
Vigilar y castigar, pg. 197-198.
8 – Foucault, M.; Historia de la locura en la época
clásica II, pg.146.
9 – De León, N.; La locura y sus instituciones; en III
Jornadas de Psicología; pg. 162.
10 – Fouacult; Vigilar y castigar; 261-299.
11- Barrán, J.P.; Historia de la sensibilidad en el
Uruguay, Tomo
I, La cultura
bárbara, pg. 227. 1824 – Creación de la Casa
Cuna, asilo para niños
expósitos; 1831 – Proyecto de ley para la
abolición de la pena de
muerte. 1848 – Prohibición de los castigos
físicos en las escuelas.
12 – Barrán, La ortopedia de los pobres; pg. 16.
13 – Citado en Pérez Gambini, C.; Historia de la
Psicología en el Uruguay; pg. 89.
14 – En este sentido se puede leer el nacimiento del psicoanálisis como la secularización
de las prácticas hermenéuticas cristianas de la
confesión, dirección espiritual y examen de conciencia.
15 – Foucault, M.; Enfermedad mental y personalidad,
pp. 90-91.
16 – Foucault, M; Historia de la locura en la época
clásica I, pg. 86.
17 – Giménez, E. C.; Morir de alcohol; pg
104; Ed. Alianza.
18 – Cf. Psicoanálisis y transversalidad.
19 – Deleuze, G.; Guattari, F.; El AntiEdipo; pg. 121.
20 – Castel, Robert; La gestión
de los riesgos, de la
antipsiquiatria al postanalisis; pg. 9.
21 – Desde otro punto de vista, Pérez Gambini nos recuerda
la influencia europea y estadounidense en el desarrollo de la
Psicología uruguaya; Historia de la Psicología en
el Uruguay; pg. 108.
22 – De Gaudemar, Jean Paul, Para una genealogía de las
formas de disciplina, en
Espacios de poder, pg 100. El modelo
panóptico hace referencia a una arquitectura
carcelaria creada por Bentham en el siglo XIX en la que un sujeto
puede vigilar a todos los presos sin ser visto por ellos.
23 – Donzelot, Jacques, Espacio cerrado, en Espacios de poder, pg
50.
24 – Giorgi,V.; El psicólogo: roles, escenarios y
quehaceres; pg. 10
25 – El rol del psicólogo en el ámbito carcelario:
¿un lugar de trabajo posible?; en AA. VV; El
psicodiagnóstico en sus diferentes ámbitos; pg.
101.
26 – Emiliano Galende opina que "la lucha contra toda forma de
internamiento, que llevaron adelante todas las formas
psiquiátricas de la segunda mitad del siglo, sigue siendo
la consigna clave para asegurar la liquidación de la
medicina especial que sostuvo el asilo. Esta lucha debe
expresarse en dos direcciones: a) una des-especificación
de los espacios psiquiátricos, que haga de los
establecimientos de internación que perduran, lugares
transitorios de vida, regulados por prácticas no
psiquiátricas: casas colectivas de tránsito para
resocialización, granjas que implementen tareas colectivas
de readaptación para problemáticas no diferenciadas
(psicóticos, drogadictos, desocupados, etc.); b)
desinstitucionalización psiquiátrica de problemas que
deben cubrirse en otras áreas: ancianos, menores
delincuentes, oligofrénicos, conductas asociales,
alcoholistas, etc., de modo de ser cubierta por espacios
institucionales de solidaridad y
previsión, justicia,
medicina, etc." Psicoanálisis y salud mental; p.
209.
27 – Renee Ferraro, y otros; Algunas reflexiones acerca del
quehacer del psicólogo en una institución
psiquiátrica; pg. 46.
28 – "…a history which is not that of its growing perfection,
but rather that of its conditions of possibility… such an
enterprise is not so much a history, in the traditional meaning
of that word, as an
archaeology". La traducción es nuestra. Foucault, M.; The
order of things; pg. xxii.

8. Bibliografía

AA. VV.; El psicodiagnóstico en sus diferentes
ámbitos; Psicolibros; Mont.; 1998.
AA. VV.; Historia, violencia y subjetividad (III Jornadas de
Psicología);
Multiplicidades; Mont.; 1996.
AA. VV.; Revista
Universitaria de Psicología; nº 1; Mont.; 1989.
Barrán, J.P.; Historia de la sensibilidad en el Uruguay,
t. 1, Ed. de la Banda Orienal; Mont.; 1989.
Medicina y sociedad en el Uruguay del Novecientos: tomo I: El
poder de curar; tomo III: La ortopedia de los pobres; Ed. de la
Banda Oriental; Mont.; 1993.
Barrán, Bayce y otros; La medicalización de la
sociedad; Nordan; Montevideo; 1993.
Castel, Robert; El orden psiquíatrico; La Piqueta;
Madrid; 1980.
La gestión
de los riesgos, de la
antipsiquiatria al postanalisis; Anagrama, Barcelona;
1984.
Castel, R.; Castel, F.; La sociedad psiquiátrica avanzada;
Anagrama; Barcelona; 1980.
Castel, R.; Foucault, M. y otros; Espacios de poder2;
La piqueta; Madrid; 1991.
Deleuze, G.; Guattari, F.; El AntiEdipo: capitalismo y
esquizofrenia;
Paidós; Barcelona; 1985.
Foucault, M.; Enfermedad mental y personalidad;
Paidós; Barcelona; 1991.
Historia de la locura en la época clásica I y II;
F. de C. E.; México;
1998.
The order of things; Vintage Books; New York;
1973.
Vigilar y castigar; Siglo XXI; Barcelona; 1997.
Galende, E.; Psicoanálisis y Salud Mental: para una
crítica de la razón psiquiátrica;
Paidós; Bs. As.; 1990.
Giménez, E. C.; Morir de alcohol;
Alianza; México;
1996.
Giorgi, V., Carrasco, J.C.; El psicólogo: roles,
escenarios y quehaceres3; Roca Viva;
Mont.; 1995.
Goffman, E.; Internados; Amorrortu; Bs. As.; 1984.
Guattari, F.; Psicoanálisis y transversalidad; Siglo XXI;
Bs. As.; 1976.
Pérez Gambini, C.; Historia de la Psicología en el
Uruguay; Arena; Mont.; 1999.

Docente: Mónica Reigía
Estudiantes: Alvaro Palombo, Diego Nodar, Madelein Herrera
Marcela Perrone, Marcelo Real, Valeria Gallo, Valeria Tort
Grupo: M3
Miércoles 12:30 – 14:00 hs.
Encargado: Leonel Elola

 

 

Autor:

Marcelo

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