Indice
1.
Introducción
2. Carácter histórico de
la filosofía.
3. Filosofía de la
naturaleza
4. Filosofía del
hombre.
5. Grandes
sistemas.
6. Filosofía
ética.
7.
Neoplatonismo.
8. Visión de la
modernidad.
9. Visión de la
postmodernidad.
10.
Conclusión.
11. Bibliografía y
otras fuentes.
En este trabajo se trata el tema de las diferentes
cosmovisiones filosóficas, desde el periodo
cosmológico hasta la visión de la postmodernidad.
Comprende varias etapas y diferentes teorías
que han hecho que la filosofía avance cada vez más
y por consiguiente que tengamos una idea mas amplia de las cosas
y su porque.
Este trabajo también contiene los nombres de los
filósofos que con sus logros e ideas
sentaron las bases de la filosofía.
La filosofía no es más que el intento del
espíritu humano de establecer una concepción
racional del universo mediante
la autoreflexión sobre sus propias funciones
valorativas, teóricas y practicas.
El termino filosofía, etimológicamente
significa "amor a la
sabiduría"; pero fue utilizado por los griegos
clásicos como "la búsqueda del conocimiento
por sí mismo". La filosofía comprende todas las
áreas del pensamiento e
incluye a la reflexión.
La filosofía se divide frecuentemente en cuatro
ramas principales: ética (es
el estudio de la moral y el
juicio), estética (es el estudio de la naturaleza de la
belleza), epistemología (es el estudio de los
orígenes, validez y limites del
conocimiento)
y metafísica (el estudio de la realidad
ultima).
Históricamente, la filosofía tiene sus
comienzos hace dos mil quinientos años, pero antes de ella
existía una forma de pensar prefilosófica. Y poco a
poco se dio un paso de un saber irracional a un saber
lógico, y de un saber dogmático a un saber que daba
razones y explicaciones, hasta llegar a un saber basado en las
demostraciones.
2. Carácter
histórico de la filosofía.
La filosofía suele dividirse de distintas
maneras, según sea el criterio que se adopte. Aquí
tomaremos el criterio basado en la problemática de que se
ocupan en las diferentes etapas y entonces tenemos:
EPOCAS. | SIGLOS. | PROBLEMÁTICA | PRINCIPALES |
Antigua. | VI a.C-V d.C | Sobre la estructura de la realidad. | Socrates. Platón. Aristóteles. |
Medieval. | V-XV | La relación entre la fe y | San Agustín. San Anselmo. San Tomás. |
Moderna. | XVI-XVIII | El conocimiento. | Descartes. Hume. Kant. |
Contemporánea. | XIX y XX | Fundamentación de las | Hegel. Marx. Russell. Wittgentein. Sartre. |
La filosofía antigua.
La filosofía antigua suele dividirse de distintas
maneras según sea el criterio basado en la
problemática de que se ocupan en las diferentes etapas; y
entonces tenemos:
- Filosofía de la naturaleza
(periodo cosmológico) - Filosofía del hombre
(periodo antropológico) - Periodo de los grandes sistemas
(epistémico-ontológico) - Filosofía ética
- Neoplatonismo (periodo religioso)
Por supuesto que el nombre de cada periodo sólo
alude a la problemática que predominó en dicho
periodo, pero esto de ninguna manera indica que sea el
único tipo de problema que se aborda.
3. Filosofía de la
naturaleza.
(Periodo cosmológico).
En toda la primera etapa de la filosofía antigua,
hasta antes de los sofistas, el problema central de que se ocupan
los filósofos es la naturaleza; por eso,
Aristóteles habría de llamarlos los
físicos, los investigadores de la naturaleza. Lo que
distingue a estos primeros filósofos de otros intentos
anteriores por explicar el origen del cosmos fue que su
explicación la fundan sobre un principio natural, y no
sobre un principio mágicamente revelado, mítico o
religioso, como se había hecho hasta entonces. Con ellos
nace la convicción de que es posible conocer la realidad
por medio de la razón (convicción que se mantiene
hasta nuestros días).
Geográficamente, a los filósofos de este
periodo los encontramos ubicados en las colonias griegas del
Asia Menor, en
Jonia; en Abdera, en la costa de Tracia; y en el Sur de Italia, en las
costas dóricas.
Milesios.
Se le llamo así al primer grupo de
filósofos por haber nacido en Mileto, la mas poderosa de
la ciudades griegas del Asia Menor. Con
Tales, Anaximandro y Anaxímenes de Mileto surge el objeto
de estudio propio de la filosofía en su primer periodo: la
naturaleza. La cuestión ¿de dónde procede
todo? Es la pregunta que inquieta la mente de estos hombres y los
incita a buscar una respuesta elaborada por su
intelecto.
Tales De Mileto: Todo procede del agua.
Es el primer pensador que se plantea el problema del
origen de todas las cosas; el problema de saber qué es
aquello de lo que están hechas todas las cosas. Tales
considera que detrás de la aparente variedad y
multiplicidad de objetos que hay en el universo, ha
de haber un elemento único del cual procedan y al cual
vuelvan cuando se corrompen. Para Tales, este primer principio es
algo material: el agua.
Probablemente influyó en su afirmación el hecho de
que el agua es
necesaria para la vida y de que en ese tiempo se
creía que la tierra
flotaba sobre el agua,
además de que él vivía en Mileto, lugar
donde el mar baña incesantemente sus costas, y el ver que
las semillas son todas de naturaleza húmeda, que animales y
vegetales la necesitan para vivir, lo lleva a la
conclusión de que todo se reduce a agua.
Tal afirmación de que todo procede del agua puede
parecer ingenua a primera vista; sin embargo, se toma en cuenta
lo que significa dicha frase:
En primer lugar, como ya mencionamos anteriormente, es
la primera vez en la historia del pensamiento
que se propone un elemento natural como origen de todas las
cosas; ya no se atribuye a una fuerza
personal
–como ocurría en el mito o la
religión
griega- ser la causa de todo lo que hay en el universo.
Tales se libera así de los prejuicios de la
tradición y postula un elemento material, sugerido por la
razón.
Por otra parte, su afirmación tiene la novedad de
sugerir para toda la multiplicidad de cosas del mundo un origen
común.
Además, se vislumbra ya la conciencia de
que, tras los continuos cambios que nos muestra la
naturaleza –lo frío, lo caliente; la primavera y el
invierno; la vida y la muerte,
etc.-, se oculta un principio que en sí mismo no
varía, y que podemos descubrirlo.
Hilozoísmo.
Junto a la idea de que el agua es la sustancia
fundamental de la que derivan todas las demás cosas, Tales
afirma que la materia es
como un organismo con vida, tal vez en este sentido decía
que "todo está lleno de dioses". A esta manera de concebir
la realidad se le denomina hilozoísmo. Y parece haber
llegado a ella después de observar la piedra del
imán, a la que le atribuye vida porque atrae el hierro.
Anaximandro De Mileto: todo surge del
apeiron.
Si todo se originara del agua, como había
propuesto Tales, entonces no existiría el calor ni el
fuego, pues el agua no engendra fuego, si no que lo destruye.
Además el agua no se puede transformar en algo
completamente distinto a ella. Anaximandro no está de
acuerdo con la tesis de su
maestro, el pensó que el elemento primero del cuál
surgen todas las demás cosas habría de ser como una
masa indiferenciada –indefinida- de enorme
extensión, en la que los elementos contrarios frío
– calor, seco
– húmedo, etc. aún no estaban definidos,
aunque los contenía en sí de un modo latente o
potencial completamente fusionados. A este elemento primigenio
Anaximandro lo llamó apeiron, que significa: lo
indeterminado o lo indefinido; y se caracteriza por ser inmortal
e indestructible, además de moverse por sí
mismo.
Del apeiron surgen todas las cosas, pero el apeiron no
es ninguna de esas cosas determinadas a que da lugar. Este surgir
de las cosas a partir del apeiron se da por un proceso de
segregación; porque según Anaximandro esa masa
originaria –el apeiron- está en incesante movimiento
–como de criba- y, como mezcla original empezaron a
separarse, dando lugar así a la gran diversidad de cosas
del mundo.
En el mundo las cosas están generándose y
pereciendo continuamente, pero este nacer y morir de las
diferentes cosas es una injusticia, un predominio de un elemento
sobre otro lo (frío sobre lo cálido, lo seco sobre
lo húmedo o viceversa) y por eso existen individuales,
pero hay una necesidad que hará volver a todas las cosas a
esa mezcla primigenia, donde no se da la injusticia, donde
predominan unos contrarios sobre otros.
Anaximandro procede d la siguiente forma:
- Postula un elemento originario –como la hace
Tales-. - Lo caracteriza
- Explica el proceso por
el cual de la sustancia primera surgen las demás
cosas.
Anaxímenes: El aire es el
elemento primigenio.
Al igual que su maestro, postula una sustancia
primigenia y explica como a partir de ella, surgen las
demás cosas, aunque especifica más este proceso de
formación de las cosas.
Para el la sustancia originaria es el aire, que asocia
con la respiración o aliento indispensable para la
vida, y explica éste por un proceso de rarefacción
y condensación, el cual da lugar a todo lo que existe. El
aire al enrarecerse se vuelve fuego; al condensarse se convierte
en viento; después en nube y mas condensado en agua,
tierra y
piedra; la condensación la produce el frío y la
rarefacción el calor.
Según Anaxímenes las cosas son solamente
cambios de densidad de una
misma sustancia: el aire.
Pitágoras: El principio de todo es el
número.
Al sur de Italia en una de
las colonias griegas, Pitágoras funda una especie de
comunidad
religiosa y filosófica. En dicha comunidad se
observa una serie de preceptos de los cuales, algunos, se guardan
en secreto para los profanos.
Algunos de sus miembros más destacados tomaron
parte activa en la política, parece que
con tendencias aristocráticas, lo que más tarde
repercutiría –al florecer la democracia en
Italia- en una persecución contra todos los miembros de la
hermandad, por lo que tuvieron que huir y dispersarse por
diversos lugares.
Círculos pitagóricos.
- antiguo círculo pitagórico. El grupo que
Pitágoras fundó y dirigió en Crotona el al
que se le ha dado propiamente este nombre. - Pitagórico posterior. Primera mitad del siglo
V a.C. Este grupo desarrolló su principal actividad en
Tarento y se divide a su vez en dos subgrupos
distintos.
- Los acusmáticos (los oyentes). A quienes
sólo les interesaba seguir los asuntos prácticos
del grupo, únicamente tienen conocimientos de
generalidades de las ciencias. - Los matemáticos. Que consideraban a las
matemáticas y a la filosofía como
actividades de suma importancia, y cultivaban también la
música,
la astronomía, la geometría, la medicina,
etc.
Doctrina del alma.
En todo lo relativo a esta doctrina se nota una marcada
influencia órfica. Creían, al igual que los
órficos que el alma:
1.- Es inmortal. Se pensaba que el alma tiene un origen
divino, es un fragmento o chispa del alma divina y por ello es
inmortal.
2.- Transmigra y se reencarna. El alma tiene que
librarse de la corrupción
del cuerpo para así volver a unirse al espíritu
universal, al que pertenece. Para que el alma se purifique y se
libere del cuerpo debe de seguir un camino de
peregrinación cambiando de un cuerpo a otro, no
sólo de seres humanos sino también de animales. Esta
creencia explica algunas de las practicas de esta comunidad
religiosa de no comer carne, pues el animal tal vez estuviese
animado con el alma de algún antepasado o simplemente
porque fuera la morada de algún alma.
Filosofía de la forma.
Los pitagóricos propusieron algo totalmente
sorprendente como principio de todo; ellos ponen el principio no
en la materia, sino
en la forma. Postulan a los números como origen de todas
las cosas.
En el campo de la música
Pitágoras encontró algo decisivo para fundamentar
su teoría.
Su espíritu matemático le permitió descubrir
que la armonía musical depende de ciertas relaciones
numéricas según la longitud de las cuerdas de la
lira.
También descubrió que los intervalos de la
escala musical
pueden expresarse aritméticamente como las razones entre
los números 1, 2, 3 y 4. Y curiosamente, la suma de estos
números es 10, que es llamado por los pitagóricos
el número perfecto. Esto además se manifiesta en la
figura llamada tetrakys, que representa el número 10 y que
para ellos era sagrada, al grado de que juraban por ella. La
figura constituye una disposición geométrica que
expresa un número y el concepto que esta
disposición presupone es el del orden mensurable. Incluso
en las distancias y en las revoluciones de los planetas se
aprecian reveladoramente las relaciones
numéricas.
Como consecuencia de este tipo de observaciones,
pitágoras consideró que el cosmos estaba
estructurado de un modo parecido, es decir, regido por el orden,
la medida, la proporción. Y concluye que los
números son el elemento constitutivo de la
realidad.
Heráclito De Efeso: Todo cambia
incesantemente.
Para algunos Heráclito es, junto con
Parménides, uno de los más grandes pensadores
presocráticos. Heráclito es el primer
filósofo jónico de quien se conserva una gran
cantidad de fragmentos. Se distinguen estos por su modo de
expresión tajante, mordaz, hasta sarcástico, pero
lleno de contenido y de fuerza, al que
añade un tono profético y solemne.
Todo fluye, nada permanece.
Heráclito afirma que todo está cambiando
continuamente y que no hay en la realidad nada que permanezca
igual en dos momentos distintos. Ni en el mundo externo ni en
nosotros mismos hay nada que pueda considerarse como permanente;
lo único autentico, verdadera en la realidad es el
devenir:
«Nadie puede bañarse dos veces en el mismo
río –dice Heráclito-; las aguas han pasado,
otras hay en el lugar de las primeras y aun nosotros mismos somos
ya otros».
Logos.
Efectivamente, todo esta cambiando continuamente, pero
este cambio no es
caótico irracional, sino que se realiza de acuerdo con un
orden, con una ley universal.
Heráclito afirma que esta ley universal es
el logos. Y este logos es eterno, domina todo y rige
todo.
La acción del logos recae en un substrato
material que Heráclito postula como el elemento del cual
están hechas todas las cosas: el fuego.
El fuego: principio de todo.
Este filósofo vio en el fuego la causa originaria
de todas las cosas que hay en el universo.
El universo, según Heráclito, es un eterno
fuego que se transforma. Ningún ser humano ni divino ha
hecho este mundo, sino que siempre fue, es y será
eternamente fuego vivo que se enciende con medida y con medida se
apaga.
Otra de las razones por las que vio en el fuego el
elemento originante de todo cuanto existe, es porque éste
vive sólo consumiendo y destruyendo, y pues para
Heráclito, además de su principio capital de que
todo está cambiando continuamente, hay que agregar que
para él todas las cosas existen porque están en una
lucha constante, la cual es esencial para la vida y, por lo
tanto, la contienda es buena en sí misma.
Es decir, todo lo que vive, vive por la
destrucción de otras cosas: el fuego vive por la muerte del
aire, y el aire por la muerte del
fuego, el agua vive por la muerte de
la tierra y la
tierra por la
del agua. Por tanto existe una lucha entre contrarios y la
tensión que existe en esta es la que pone en curso al
movimiento. Y
esta lucha constante es algo en sí fecundo, lleno de vida
y de fuerza creadora, por la que se da todo cuanto existe en el
universo.
Parménides: el ser es y es imposible que no
sea.
Es considerado como uno de los filósofos
más importantes del periodo presocrático.
Representa una postura contraria a la de Heráclito; para
este el cambio y el
movimiento son lo esencial en la naturaleza. Para
Parménides, en cambio, el movimiento es imposible, es
sólo apariencia, pues el verdadero ser es
inmutable.
Para Parménides es fundamental que distingamos
entre la verdad y la mera apariencia. El camino de la verdad
sólo puede ser alcanzado por medio de la razón;
los sentidos
sólo nos dan conocimiento de apariencias; los sentidos nos
dicen que las cosas del mundo siempre están cambiando; que
son muchas y distintas, nacen y mueren, son y dejan de ser. O
más exactamente son y no son. Pero la razón nos
dice que esto no puede ser así, porque el núcleo de
su pensamiento lo expresa diciendo las siguientes
afirmaciones:
1.- El ser es, y es imposible que no sea.
2.- El no-ser no es y no puede ni siquiera hablarse de
él.
3.- Es lo mismo el ser que el pensar.
De estas afirmaciones se deriva una serie de
consecuencias o mejor dicho las características del ser, que
son:
- Único.- Por que si no fuera así,
entonces seria múltiple, o cuando menos habría
dos, pero en este caso tendríamos que entre uno y otro
ser forzosamente debería de haber algo distinto al ser,
y lo único diferente al ser es el no-ser, pero la
razón dice que afirmar del no-ser que es, seria caer en
una contradicción. Por lo tanto, se concluye en que solo
hay un único ser. - Eterno.- Si no fuese así entonces
tendría que tener un principio y un fin. Pero antes de
el ser tendría que existir algo distinto al ser y algo
distinto al ser solo el no-ser. Por lo tanto, sucede lo mismo
en el caso anterior que no se puede decir del no-ser que es sin
caer en una contradicción. - Inmóvil.- si el ser no fuera inmóvil
tendría que haber algo en lo cuál se diera el
movimiento ya que el moverse implica dejar de estar en un lugar
para estar en otro, y el ser tendría que estar en algo
mas grande que el ser, por lo que la razón explica el
por que es inmóvil. - Infinito.- Es infinito por las mismas razones por la
que es inmóvil, único y eterno.
Por ello, se concluye que el
conocimiento que nos dan los sentidos es de lo aparente, no
es el
conocimiento verdadero del ser, pues a este sólo se le
conoce por medio de la razón.
Mecanicistas.
Junto a la materia, los mecanicistas conciben un
motor del
cambio. Se da este nombre al grupo de filósofos
presocráticos que pretenden explicar la diversidad de
cosas existentes con base en el movimiento de elementos, es
decir, conciben la realidad y todo lo que hay en ella, como un
sistema de
cuerpos en movimiento. El primero de ellos es Empédocles,
le siguen los atomistas Demócrito, Leucipo y
Anaxágoras.
Empédocles: hay cuatro raíces de
todo.
Constituye un intento de conciliación entre lo
que nos dicen nuestros sentidos: hay múltiples cosas en
constante movimiento y las tesis de
Parménides acerca del ser. El ente de Parménides es
una esfera homogénea que no cambia. Para Empédocles
la realidad también es una esfera, pero no
homogénea, sino una mezcla de elementos.
Existen cuatro elementos o raíces del todo: aire,
agua, fuego y tierra. Estas raíces son indestructibles,
existen desde siempre y para siempre; son eternas. Todo cuanto
hay en el universo se ha formado a partir de la
combinación de estas cuatro sustancias elementales, y como
las proporciones en que pueden combinarse los elementos son
múltiples, también los resultados posibles de tales
mezclas son
múltiples, por eso la diversidad de cosas en el
mundo.
Para Empédocles las cosas no nacen ni mueren, lo
que verdaderamente ocurre es una mezcla y separación de
estos cuatro elementos, un cambio de lugar de las
partículas elementales.
No se da nacimiento de ninguna de las cosas, ni un fin
en la muerte; sino sólo mezcla y cambio de las cosas
mezcladas.
Principios del movimiento: odio y amor.
Empédocles es el primer filósofo que
propone la existencia de fuerzas que actúan sobre la
materia haciendo que se unan o se separen, es decir, a que se
muevan.
Estas fuerzas son: el amor y el
odio. El amor es la
fuerza que junta unos elementos con otros para producir criaturas
compuestas; y el odio tiende a separar los distintos elementos.
Ambas fuerzas permanecen siempre activas, pero su predominio es
alternativo. Según Empédocles, la evolución del mundo es un proceso circular
que se desarrolla en cuatro periodos:
1º. Reinado del amor. Las partículas de
todos los elementos están completamente mezcladas, a tal
grado que no es posible distinguir las raíces.
2º. El odio comienza a actuar. Va logrando la
separación de los distintos elementos; en este periodo
aún quedan elementos distintos sin separar.
3º. Dominio del odio.
Los elementos distintos se han separado. En este periodo no
existen las cosas que conocemos.
4º. El amor reinicia. Al reiniciar su acción
el amor, logra comenzar a combinar elementos distintos entre
sí, cerrándose así un ciclo, para volver a
repetirse interminablemente.
Los mundos como el nuestro existen en las 2ª o
4ª fase y por ello tienen grandes porciones de tierra unida
y gran cantidad de agua y también combinaciones fortuitas
de distintos elementos, como los animales y las plantas. Pero no
siempre fue como ahora, pues debieron haber existido miembros
sueltos y después seres completos pero deformes, pero en
la lucha por la existencia sólo lograron sobrevivir los
mejor dotados, los más eficaces, los que tenían
logos y una estructura
interna que les permite seguir siendo y mantenerse.
Demócrito Y Leucipo: Todo está constituido
por átomos.
Leucipo y Demócrito son los máximos
representantes del atomismo. Son los últimos
presocráticos y la problemática de que se ocupan
sigue siendo la naturaleza. Al igual que Empédocles
revelan una gran influencia de Parménides y
Heráclito.
Para Demócrito, los elementos últimos
constituyentes del mundo son los átomos, éstos son
partículas materiales
pequeñisimas en incesante movimiento que no se pueden
percibir por los sentidos; son indivisibles, ingenerados, eternos
y en número infinito. Son idénticos sustancialmente
hablando. Se distinguen entre sí por su tamaño y
forma; unos son redondos, otros angulosos, otros tienen forma de
hoz, de ganchos, triangulares, etc.
Así pues, las cosas duras son duras por que sus
átomos están compactamente agrupados, y las cosas
blandas, sus átomos están más separados
entre sí.
El alma también esta formada por átomos,
pero estos son más sutiles y perfectamente
esféricos y por ello más móviles y
volátiles. Todo lo que existe se reduce a una substancia
material, que son los átomos.
Para Demócrito el nacer y el morir son algo
aparente, en realidad se trata sólo del acercamiento o
separación de los átomos. Y el crecimiento de los
seres vivos se da cuando en sus pequeñas concavidades se
insertan otras partículas sólidas,
haciéndolos así más extensos.
El Vacío: principio del movimiento.
Todas las cosas y las variaciones que hay en el universo
se explica por el cambio de posición y situación de
los átomos. Los átomos se mueven eternamente en el
vacío. Para Demócrito el vacío forma parte
de la realidad, aunque es cierto que no en el mismo sentido que
los átomos; y sin embargo es algo, puesto que existe. El
vacío es un intermedio entre la realidad plena de los
átomos y el absoluto no-ser de
Parménides.
Conocimiento.
El conocimiento ocurre porque las cosas emiten copias de
sí mismas, muy sutiles, formadas por los átomos
pequeñisimos que penetran en los órganos de los
sentidos y cuando la mente recibe una copia de los objetos, se da
el conocimiento. Hay que recordar la importancia que en la
filosofía de Demócrito tiene el concepto de
vacío y reflexionar acerca de su naturaleza. Las cosas del
mundo están constituidas por átomos que se mueven
sin cesar en el vacío.
Anaxágoras: hay de todo en todo.
Anaxágoras acepta de Parménides que nada
puede generarse de la nada y que ninguna cosa puede convertirse
en nada. Por lo que para Anaxágoras todo existe desde
siempre, lo que nuestros sentidos perciben como un nacer y morir
de las cosas, en realidad sólo es una mezcla y
separación de partículas pequeñisimas que
han existido y existirán por siempre.
Estas partículas diminutas son increadas, eternas
y cualitativamente inmutables.
Lo que inquieto a Anaxágoras fue lo que sucede en
el fenómeno de la nutrición, pues se
pregunta como es que se formen huesos,
uñas, cabello, venas si no comemos huesos,
uñas, cabello, venas; y en los animales se forman alas,
cuernos, caparazones sino comen alas, cuernos y caparazones, y en
vez comen plantas, carne y
agua. Por lo que piensa que todo lo que parece nuevo, tiene que
haber estado ya
presente de antemano en los alimentos que
nosotros ingerimos. Todos los elementos que forman nuestro cuerpo
están ya en lo que comemos, aunque en partes tan
pequeñisimas que no podemos percibirlas por nuestros
sentidos si las tomamos individualmente, sino hasta que se
aglomeran y caen entonces bajo nuestra percepción.
Anaxágoras afirma que las cosas están
compuestas por partículas pequeñisimas que
contienen en sí partes de todo lo demás. Es decir,
que en todos lo seres hay partículas de todas las
sustancias que hay en el universo. A estas partículas
pequeñisimas Anaxágoras las llamó
SPÉRMATA, semillas. Estas partículas por muy
pequeñisimas que sean, contienen semillas de todos los
otros elementos, porque nunca serán tan pequeños
para que estén compuestos por un solo
ingrediente.
Anaxágoras afirma que nosotros identificamos a
las cosas conforme al elemento que predomine en ellas; es decir,
que el elemento más abundante en las cosas
determinará el aspecto que vemos.
Principio Del Movimiento: el nous.
Para Anaxágoras el responsable de la puesta en
marcha de los spérmata es el nous. El nous da inicio al
proceso de transformación de la materia. Antes de que se
originara el mundo, todos los elementos formaban una mezcla; en
esta mezcla originaria ocurrió un movimiento circular
gracias a un impulso dado por el nous: este impulso que se
originó en un punto determinado, fue ampliándose
indefinidamente hasta formar el cosmos.
El nous es algo inmaterial, lo mas puro de todas las
cosas, al no estar mezclado no sufre influencias de nada y es
completamente autónomo e independientemente. El nous no
puede compararse con nada. La propiedad
capital del
nous es el conocer y posee toda clase de conocimiento acerca de
todo y se funda su capacidad de ordenación y gobierno del
universo. Gobierna no sólo sobre lo animado, sino
también sobre lo meramente físico.
El Conocimiento.
Su idea de la percepción
es contraria a la de Empédocles, pues para
Anaxágoras las cosas se conocen por sus contrarios.
Así por ejemplo, no percibimos que algo está
frío si nuestra mano esta fría, pero si nuestra
mano está caliente, entonces lo percibimos
perfectamente.
4. Filosofía del
hombre.
(periodo antropológico).
Lo distintivo de este periodo es que el hombre
comienza a reflexionar sobre sí mismo y deja
momentáneamente de prestarle atención a la realidad exterior. Ahora el
punto central de su preocupación es el objeto y la
naturaleza de la vida humana, en lugar del mundo que lo rodea. La
reflexión propiamente filosófica sobre el hombre
mismo se inicia con Sócrates,
pero antes que él y aunque de una manera meramente
incidental, no filosófica, quienes se ocuparon de dicha
problemática fueron los sofistas.
Sofistas.
En el periodo antropológico se pasa de la
reflexión acerca de la naturaleza a la reflexión
acerca del hombre mismo. Las razones de este cambio de interés
son diversas, pero entre las principales podemos considerar las
siguientes:
- Insatisfacción por las doctrinas de los
filósofos naturales. - La democracia
ateniense.
Factores como éstos hicieron posible el
surgimiento de un grupo de pensadores como los
sofistas.
Originalmente la palabra sofista significa sabio, pero
mas tarde la palabra habrá de adquirir un sentido
peyorativo debido a aquello en lo que habrán de
convertirse estos pensadores.
Los sofistas no forman una escuela
propiamente dicha, sino más bien constituyen una
profesión. Eran maestros ambulantes que pretendían
saberlo todo, se hacían llamar a sí mismos maestros
de sabiduría y se ofrecían como tales a cambio
dinero.
Pregonan un nuevo ideal para la formación del
ciudadano: todo aquel que quiera tener éxito
en la vida pública habrá de saber imponerse en las
asambleas del pueblo por medio de la palabra, habrá de ser
capaz de convencer a los demás de lo que él quiera.
Hablar bien y de este modo persuadir, convencer, según la
propia conveniencia, se convirtió en lo primordial, sin
importar que lo propuesto fuera verdadero o no. Por esto
último se colocan tan lejos de la filosofía la cual
esta preocupada siempre por la búsqueda de la
verdad.
Los temas principales de los sofistas eran aquellos
relacionados con la vida práctica y la democracia griega,
como son: la dialéctica, la retórica, la
ética y la política.
Diría Aristóteles: el sofista, parece
filósofo pero no lo es, ya que abandona el camino de la
verdad y cultiva la desconfianza respecto a la posibilidad de
alcanzar el conocimiento universal y la existencia de principios
político-morales absolutos que rijan las relaciones entre
los hombres.
La importancia de los sofistas no radica tanto en su
pensamiento en sí, sino en la reacción tan vigorosa
que provocaron sus planteamientos y en la riqueza de frutos que
producirá esta reacción. Frente a ellos Sócrates y
Platón
reclamarán la verdad, el conocimiento
verdadero.
Protágoras: El hombre es la medida de
todo.
Protágoras retomó de Heráclito la
tesis de que las cosas están sujetas a un cambio continuo.
Y considero que lo mismo ocurre con el cuerpo humano
y los órganos de los sentidos y por todo ello
concluyó que el contenido de nuestra percepción es
siempre distinta, es decir, que no podemos afirmar verdades
absolutas.
Conocimiento.
Para Protágoras no podemos decir cómo son
realmente las cosas, sino solamente cómo nos parece que
son en un momento determinado. A cada quien le parecen las cosas
de manera distinta.
Según Protágoras, el hombre es la medida
de todas las cosas, de las que son en cuanto que son, y de las
que no son en cuanto que no son.
Para él, el conocimiento es algo que se da en el
sujeto, en su mente y por ello no pueden existir verdades
universales, absolutas; es decir, que sean válidas para
todos, porque de cada cosa se pueden decir cosas distintas o
hasta contrarias y ambas justificarse por igual. Lo mismo ocurre
con las costumbres y las leyes pues no son
universalmente válidas ni eternas, sino que se siguen por
una especie de acuerdo, por eso son distintas en cada lugar y
época. Lo justo y lo injusto, lo bueno y lo malo son
solamente nombres, aún cuando es necesario actuar como si
fueran algo más que eso por la utilidad y la
practica que tienen en la comunidad.
Es importante señalar que la importancia de
Protágoras para la filosofía radica en haber
planeado por primera vez el problema del conocimiento.
Sócrates: conócete a ti mismo.
Algunos creían que Sócrates era un
sofista, pero pronto dio pruebas de que
no era así. Como ya vimos los sofistas afirmaban que la
verdad dependía de lo que a cada quien le pareciera y por
el contrario Sócrates afirma que el conocimiento no puede
ser como lo dicen los sofistas, pues este es sólo un saber
aparente; el conocimiento verdadero lo es de lo universal y es
válido en cualquier tiempo y lugar y
si no es así es sólo una opinión.
La dialéctica.
Para llegar al verdadero conocimiento, Sócrates
emplea el método de
la dialéctica, que consiste en una discusión
dirigida siempre con rigor y precisión, un diálogo en
el que se tiene siempre presente la finalidad de llegar a la
verdad, llegar a descubrir lo que las cosas son y no sólo
lo que parecen ser.
La dialéctica tiene dos fases: la ironía y
la mayéutica. La ironía la usa Sócrates para
limpiar la mente de falsos saberes, y la mayéutica para
sacar a la luz los
conocimientos que están en nuestro interior. El método
culmina cuando se llega a una definición y por medio de
ella se adquiere el concepto universal. El concepto universal se
obtiene mediante la observación de casos particulares que
comparten características comunes. El conjunto de
estas características sirven de base para construir la
definición buscada. Esta definición no registra lo
particular de las cosas sino lo que es común a todos los
casos semejantes para llegar al concepto universal, que encierra
un conocimiento auténtico y válido para todos.
Sócrates supera el subjetivismo y el escepticismo que
habían sembrado los sofistas, colocando nuevamente la
filosofía en el camino de la verdad y sentó las
bases del conocimiento
científico.
- La ironía. Para que los sofistas se den cuenta
de que en realidad no saben, Sócrates utiliza la
ironía. "Conócete a ti mismo" es siempre el punto
de partida hacia el verdadero conocimiento. Porque al estar
consiente de nuestra ignorancia, estaremos preparados para ir
en búsqueda del auténtico saber.
"Solo se que no se nada"- solía decir
Sócrates-, aún así, superó a la
generalidad de los hombres que no saben esto
tampoco.
La ironía consiste en hacer que el interlocutor
exponga sus puntos de vista para luego mostrarle, mediante una
serie de preguntas que está equivocado. Cuando su
interlocutor se percata de sus errores y se daba cuenta de su
ignorancia, Sócrates se permite continuar y pasar a las
siguiente etapa: la mayéutica.
- La mayéutica. Ahora Sócrates, siempre
mediante preguntas, va a ayudar a dar a luz a la verdad
que el interlocutor tiene dentro de sí mismo. En esta
fase de su método se trata de sacar el conocimiento que
el otro posee ya en su interior pero de una manera confusa y
oscura.
La moral.
El centro de raflexión socrática es el
hombre; el único en el que se da la moralidad. Incluso sus
reflexiones acerca del conocimiento se dan siempre a
propósito de este tema, pues el único conocimiento
realmente importante es aquel que se refiere al hombre, a su
vida, de la cual debe hacer una tarea moral, un
trabajo continuo en el que busque el verdadero bien.
El fin de Sócrates es hacer hombres mejores,
mostrarles que no saben lo que es la virtud, el bien, la justicia, etc.
Hacerlos consientes de su ignorancia es una manera de ayudarles
pues cuando se den cuenta de ello, entonces se propondrán
alcanzar ese conocimiento y, ya en posesión de él,
sólo podrán obrar bien, porque quien conoce la
virtud la busca; aquel que obra mal lo hace por ignorancia, por
que cree que hace bien. Por ello se dice que el primer paso hacia
la virtud es intelectual y el segundo moral; se trata de una
ética intelectualista.
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