La motivación del paciente como alternativa para la prevención de
las alteraciones gingivo periodontales
Indice
1.
Introduccion
3. Consideraciones generales con
relación a la etiologia de la enfermedad
periodontal
4. Significación de la motivación
en la prevención de las enfermedades
periodontales.
5. La motivación. Consideraciones
previas
6.
Teorías que explican el proceso de
motivación
7. Variables relacionadas con el
proceso motivacional
8. Lineamientos para un programa de
prevencion de la enfermedad y restitucion de la salud
periodontal
9.
Conclusiones
10. Literatura Citada Y
Consultada
Las enfermedades periodontales
constituyen una de las alteraciones de la cavidad bucal
más prevalentes en el ámbito mundial y su
prevención depende más de la
motivación del paciente para la ejecución de
comportamientos adecuados de cuidado bucal que de la
aplicación de tecnología
clínica37.
Esta consideración involucra a los profesionales
de la Odontología y específicamente al
Periodoncista en una responsabilidad, motivar al paciente, para que
asuma la salud
periodontal como un valor. El
odontólogo debe inducir a las personas para que
contribuyan con su esfuerzo al logro de este objetivo. Este
es el desafío de la
motivación y una parte necesaria en la práctica
de la odontología consiste en dilucidar las
condiciones bajo las que se puede motivar a las
personas.
Ahora bien," la motivación
es un concepto
genérico que designa variables que
no pueden ser inferidas directamente de los estímulos
externos, pero que influyen en la dirección, intensidad y coordinación de los modos de comportamiento
aislados que conducen a alcanzar determinadas metas; es el
conjunto de factores innatos (biológicos) y aprendidos
(cognoscitivos, afectivos y sociales) que inician, sostienen o
detienen la conducta"22.
Según Fourcarde R. (1977)12, la
motivación constituye la base del desencadenamiento y
mantenimiento
de las actividades y comportamientos que determinan las conductas
humanas. La motivación pone al organismo en movimiento, lo
dirige. Los estímulos exteriores solamente adquieren, en
último análisis, su poder
directivo en virtud de una exigencia impulsora y selectiva
inherente a la motivación misma.
Especifica, Flores Carmen T. (1994)11 que la
motivación es algo dinámico, que genera cambios en
las personas, que toma en cuenta la historia personal y su
experiencia, que puede atribuirse a estímulos externos
pero también hay reacciones provocadas por
estímulos internos. El fenómeno no se manifiesta de
la misma manera, distintas personas reaccionan diferente ante los
mismos impulsos, se puede decir, que se manifiesta de una forma
muy personal y
selectiva. La autora considera que la motivación es un
proceso
dinámico en el cual el individuo orienta sus acciones hacia
la satisfacción de las necesidades generadas por un
estímulo concreto y, al
conseguirlo experimenta una serie de sentimientos
gratificantes.
Lo expuesto orienta a considerar que las posibilidades
de motivar a un paciente se incrementarán cuando el
odontólogo conoce sus necesidades con relación a la
salud, sus
creencias y expectativas, y, reconoce que las personas
actúan conforme a sus propios intereses, definidos
éstos por sus necesidades. Motivar para que se asuma la
salud como un valor,
requiere que los pacientes puedan satisfacer sus necesidades al
aplicar normas para la
prevención de las enfermedades y
restitución de la salud periodontal.
López V. Néstor (1997)18,
señala que "el núcleo de cualquier programa
preventivo de las alteraciones gingivo-periodontales, es la fase
de limpieza de los dientes, en la que al individuo se le instruye
con relación a las técnicas
de control de la
placa bacteriana y motiva para que las aplique todos los
días. El control de la
placa es la única medida eficaz para prevenir las
enfermedades periodontales y mantener una higiene bucal
adecuada, la única forma de controlar la formación
de placa".
Ahora bien, el cepillado dental es una actividad diaria
practicada regularmente por la mayoría de la población mundial. Smitth AJ & Striffer
DF (1963)39, reseñan que el 86% de los
norteamericanos del sexo masculino
y el 98% del sexo femenino,
se cepillan los dientes al menos una vez al
día.
Scheihman A. (1970)38, informa resultados
similares en Inglaterra.
Blinkhorn A. (1978)1, encontró que el cepillado
de los dientes es parte del proceso de
socialización primaria del niño, y
las madres son un elemento fundamental en el establecimiento del
hábito; pero de las madres estudiadas, solamente, el 20%
había recibido instrucciones profesionales acerca de
cómo cuidar los dientes de sus niños.
Por otra parte, las investigaciones
indican que dos terceras partes de los pacientes que abandonan
los programas
preventivos, lo hacen en los primeros noventa
días42 y que una vez que la instrucción
profesional termina los efectos no continúan y los
pacientes en sus visitas posteriores de chequeo periódico
2 ó 3 meses después, regresan con niveles de placa
dental iguales o peores que los observados antes de las
instrucciones de higiene
bucal37.
Asimismo, existe evidencia que las personas son capaces
de alterar su comportamiento
sin necesidad de asistencia profesional. Schacter
S.(1982)36. reseñó que es común
observar cambios de conducta a largo
plazo en fumadores, obesos y drogadictos, cuando los individuos
se encontraban automotivados. Luego de varios intentos los
individuos fueron exitosos en cambiar la conducta por sí
mismos.
Surgen en consecuencia las siguientes interrogantes:
¿Por qué fallan los programas de
control de placa? ¿Por qué se dificultan los
cambios de hábito?, y más aún ¿Por
qué no se mantiene en el tiempo los
cambios logrados?.
Seif R. Tomás (1997)37, enumera 9
problemas,
relacionados directamente con el paciente, que minimizan la
efectividad de los programas de control de placa, a
saber:
Los programas de control de placa comienzan demasiado
temprano en el plan de
tratamiento.
El control de placa comienza sin que el paciente se
sienta dueño de su problema.
Ausencia de acercamiento personalizado en el programa
preventivo.
Se asumen razones erróneas con relación a
las fallas del paciente en su control de placa.
Los viejos hábitos son
automáticos
Se asume que el paciente tiene suficiente destreza para
una adecuada higiene bucal.
Se trata de enseñar demasiadas cosas, demasiado
rápido.
No existe un adecuado seguimiento al programa
preventivo.
Las actividades preventivas muchas veces no se ofrecen a
quienes más las necesitan.
Analizando cada uno de estos problemas se
identifica que se obvian un conjunto de factores relacionados
directa o indirectamente con el proceso motivacional cuyo
reconocimiento podría contribuir al éxito
de estas
estas actividades. Así, en los programas
preventivos:
Se desconocen los hábitos de higiene bucal del
paciente
No se determina si el paciente siente que tiene un
problema y si siente deseos de solucionarlo en ese
momento.
No se personaliza el mensaje y por consiguiente la
información que se suministra no es
relevante para el problema específico del
paciente.
Se tiende a pensar que el paciente no sabe como utilizar
los aditamentos de higiene bucal o no entiende la importancia de
hacerlo.
La mayoría de las veces se inician las
instrucciones de higiene sin evaluar los procedimientos
que el paciente utiliza.
Se trata de enseñar al paciente a cepillarse,
correctamente, los dientes en una sola sesión.
No se tiene un sistema adecuado
de recordatorio en la consulta.
Los programas de control de placa se ofrecen más
a pacientes sanos que a pacientes enfermos.
En síntesis,
un programa motivacional para prevenir o restaurar la salud
gingivo-periodontal deberá sustentarse en el
conocimiento de la persona,
generando interés,
demostrando preocupación, escuchando y facilitando
información. Cuando existe una discrepancia
entre la actuación deseada del paciente y la
actuación real se trata por lo general de fallas en el
proceso de motivación que imposibilitan establecer y
mantener un hábito a largo plazo.
Ahora bien, cepillarse y usar hilo dental diariamente,
elimina la placa y el detrito alimenticio en los dientes,
interrumpiendo el proceso de la enfermedad periodontal. Sin
embargo, más de la mitad de todas las
personas mayores de 18 años tienen al menos los
estadios iniciales de la periodontopatía y después
de los 35 años, tres de cuatro adultos son afectados por
la enfermedad. Pero las periodontopatías pueden ocurrir en
cualquier edad, los jóvenes y niños de cinco o seis
años pueden tener signos de esta
enfermedad28.
Con relación a la prevalencia de estas
enfermedades en Venezuela,el
Estudio par la Planificación Integral de la
Odontología (1968)24,
determinó en el 45% de la población entre 7 y 14 años
algún signo de enfermedad periodontal que se agrava a
medida que avanza la edad. Morón Alexis, Vanegas Wiliam
& Salazar Carmen R. (1986)26, informan como
resultado de estudio realizado en el Area Metropolitana del
Distrito Maracaibo una prevalencia de 54,53%,
presentándose la enfermedad en forma leve en los grupos de 15 a 19
años y severa después de los 65. Los resultados
publicados por el Centro de Estudios sobre Crecimiento y Desarrollo de
la Población Venezolana (FUNDACREDESA)6 en 1987
corroboran que las lesiones periodontales "se profundizan o
afianzan con más frecuencia en personas o grupos en las que
el medio actúa favoreciendo su aparición,
manifestándose en los estratos más bajos el
porcentaje mayor de enfermedad periodontal. Asimismo, indica
FUNDACREDESA que "en sujetos entre 7 y 40 años del sexo
masculino, los niveles de enfermedad son mayor, predominando en
la zona urbana de la región centro-occidental,
nor-oriental y metropolitana. En las áreas rurales
predominó en la región centro-occidental y zuliana.
Otros estudios epidemiológicos realizados en el estado
Zulia: Una aproximación a la caracterización del
perfil epidemiológico bucal de El Guanábano,
Distrito Bolívar (1988)15 y Proyecto
Rinconada. Diseño
e implementación del nivel de atención primaria (1989)35,
reportan resultados similares a los obtenidos por Morón
& Col. , en el Area
Metropolitana de Maracaibo en 1986. Más
recientemente los hallazgos de investigaciones
no epidemiológicas, verifican que el escenario no se ha
modificado, significativamente, en las dos últimas
décadas; así, Mavare Jacobo ( 1989)23,
estudia un grupo de 66
individuos en el Municipio Sucre, estado Zulia e
identifica un 39,39% (26) de casos con alteraciones
periodontales, en éstos se diagnosticó:
enfermedad periodontal destructiva (16 casos), gingivitis simple
(6 casos) y comienzo de enfermedad periodontal destructiva (4
casos).
Refiere Estupiñan-Day Saskia (1995)8,
Asesora Regional de Salud Oral de la
Organización Pan Americana de Salud (OPS), que para
cambiar el perfil epidemiológico y sus factores
determinantes, los países de América
Latina y el Caribe se han valido de una red organizada para la
prestación de servicios
curativos de salud bucodental, con la participación del
sector
público, principalmente, y el sector privado. No
obstante, estos servicios
pueden ser inadecuados para atender las cambiantes necesidades de
las comunidades. En muchos países de América
Latina y el Caribe, los servicios públicos de salud
bucodental están mal organizados, disponen de pocos
recursos y
carecen de personal suficiente. Una atención de calidad
sólo se puede obtener en las zonas urbanas a costos elevados.
Por otro lado, aunque los proveedores
privados quizás son más accesibles, su respuesta al
problema es más bien curativa y generalmente tienen acceso
a los servicios dentales privados los grupos de más altos
ingresos
económicos.
Por consiguiente, señala Estupiñan-Day, la
Organización Pan Americana de la Salud
(OPS) para promover el mejoramiento de las condiciones de salud
bucodental en los países de las Américas y
ayudarlos a desarrollar servicios accesibles, eficaces y
sostenibles; define, las estrategias
siguientes:
- Promover programas preventivos nacionales de salud
bucodental destinados a reducir la incidencia de caries y
periodontopatías.
b) Fortalecer la integración sostenible de los servicios de
salud bucodental a los sistemas locales
de salud (SILOS).
- Sugerir la formación de recursos
humanos apropiados para atender las necesidades y nuevas
direcciones de los programas de salud bucodental en la
región. - Apoyar la formulación de políticas sobre educación, así como los programas
de comunicación orientados a mejorar el
proceso decisorio y concienciar a la comunidad con
respecto a las caries, las periodontopatías, ….. y
prácticas preventivas.
Es innegable la significación asignada por la OPS
a la prevención de las enfermedades bucodentales,
estableciendo como fundamento de esta acción la educación,
la
comunicación y la concienciación de la comunidad.
Naturalmente, para el éxito de las actividades
involucradas en estos procesos, la
motivación de cada persona
será de significativa importancia.
Lo expuesto justifica la búsqueda de una
alternativa que posibilite cambios conductuales, a largo plazo,
en el paciente con relación a prevención y
curación de las enfermedades periodontales. Una
alternativa que sustentada en la persona, en los atributos que
conforman su ser, pensar y actuar, le motive, le impulse
sostenidamente hacia el logro de mejores condiciones de salud
bucal.
2. Objetivos De
La Investigacion
Objetivo General
Fundamentado en los principios que
explican la conducta que puede asumir el hombre en
situaciones específicas y que determinan su éxito o
fracaso, formular los lineamientos para un programa de
motivación individual que facilite al odontólogo la
ejecución en el consultorio de actividades para la
prevención de la enfermedad y restitución de la
salud periodontal.
Objetivos Específicos
Describir la etiología de la enfermedad
periodontal y la significación de la prevención
para su control y tratamiento.
Describir las teorías
motivacionales
Identificar en las teorías
motivacionales las variables a
considerar en un programa para la prevención y
restitución de la salud periodontal.
3. Consideraciones
generales con relación a la etiologia de la enfermedad
periodontal
Por enfermedades periodontales se entienden un conjunto
de procesos
inflamatorios que afectan el periodonto, es decir, al conjunto de
tejidos que
rodean al diente causando la destrucción del hueso y
provocando la pérdida de la dentición31.
El concepto
enfermedad periodontal es amplio y en principio incorpora todas
las condiciones clínico-patológicas relacionadas
con la gingiva, ligamento periodontal, cemento dental
y hueso alveolar. La afección y destrucción de
estos tejidos de
soporte dental denominados, generalmente, periodonto,
traería como consecuencia una disminución paulatina
de la función
dental y su posterior pérdida
total34.
Básicamente las enfermedades periodontales se
dividen en gingivitis y periodontitis, teniendo a su vez, cada
una de ellas, varias subclasificaciones con distinta gravedad.
Las enfermedades periodontales son la causa más importante
de pérdida dental en adultos, afectando a tres de cuatro
personas en algún momento de sus
vidas31.
La gingivitis es la inflamación de la
encía sin destrucción del hueso y por lo tanto
reversible. Se caracteriza por enrojecimiento y sangrado
fácil de la encía. El tratamiento de este proceso,
por otra parte sencillo, es muy importante pues puede evitar la
progresión a periodontitis, donde hay daños
irreversibles en las encías y estructuras de
soporte del diente. La progresión de la enfermedad sin
tratar, hace que los dientes se vuelvan móviles, pudiendo
caerse o ser extraídos. Los signos más
típicos de la enfermedad periodontal son31:
Encías enrojecidas, inflamadas o dolorosas
Sangrado al cepillarse o espontáneo.
Retracción de las encías y sensibilidad al
frío
Mal aliento persistente
Movilidad de dientes
Desplazamiento de dientes y cambios en la mordida
Flemones dolorosos de repetición en las
encías
La enfermedad periodontal es de causa bacteriana,
producida por el acumulo de placa bacteriana, una capa pegajosa e
incolora que se forma constantemente y se adhiere al diente en
contacto con la encía. Una higiene bucal diaria
meticulosa, es esencial tanto para prevenir como para tratar la
enfermedad. Además de la placa bacteriana pueden actuar
cofactores alterando la respuesta del organismo, como son: el
tabaco, la dieta,
el estrés y
enfermedades que afecten el sistema
inmune31.
Los factores etiológicos de la enfermedad
periodontal han sido clasificados en locales y sistémicos.
Los factores locales son los que se encuentran en el medio ambiente
inmediato al periodonto, en tanto que los sistémicos
derivan del estado general
de salud del paciente. Los factores locales causan
inflamación, principal proceso patológico de la
enfermedad periodontal, los factores sistémicos regulan la
reacción de los tejidos a los factores locales, de modo
que el efecto de los irritantes locales puede resultar agravado
por condiciones sistémicas
desfavorables16.
La placa bacteriana, como factor local, es necesaria
para el inicio de la enfermedad. Sin embargo, una cantidad
pequeña pero variable de placa, puede ser controlada por
los mecanismos de defensa del organismo, resultando un equilibrio
entre agresión y defensa. Este equilibrio
puede romperse bien por aumento de la cantidad de placa, la
virulencia de las bacterias y la
reducción de la capacidad defensiva del
organismo3
La patogenia de la gingivitis presenta tres etapas:
inicial, temprana y establecida. La lesión inicial
corresponde a una inflamación aguda que puede ser inducida
experimentalmente al aplicarse extractos de placa bacteriana
sobre la encía normal. La lesión temprana se
caracteriza por infiltrado celular linfoide que se ve en los
sitios de reacciones de hipersensibilidad mediada por células y
puede inducirse al aplicar antígenos purificados de
contacto a los tejidos gingivales sensibilizados previamente. A
medida que la condición empeora, las lesiones establecidas
pueden permanecer estables por tiempo indefinido
o retroceder29.
Las manifestaciones clínicas de la gingivitis son
fenómenos episódicos caracterizados por brotes
discontinuos de inflamación aguda. La mayoría de
las lesiones son transitorias o persistentes pero no progresivas.
La pérdida de los niveles de inserción puede,
preceder a la pérdida del hueso alveolar, sin las
manifestaciones de una gingivitis concurrente o precursora. Por
otro lado, las evidencias indican que algunas de las lesiones de
gingivitis pueden, y en efecto lo hacen, progresar a
periodontitis3,16.
A partir de los trabajos de Löe H.
(1963)17, se asigna significativa importancia a la
profilaxis en el tratamiento periodontal. La eliminación
de la placa bacteriana, el cálculo
dental, las pigmentaciones y películas de la superficie
dental. Así, raspadores, curetas y ultrasonido, entre
otras
modalidades, para aumentar la queratinización de
la encía y reducir la inflamación, se han
generalizado en la consulta odontológica. En el hogar, el
cepillo dental, el agua a
presión
y el uso de productos
químicos con efecto antiplaca; son complementos en el
tratamiento odontológico para evitar la recurrencia de la
alteración periodontal tratada.
No obstante, los avances en el tratamiento de las
alteraciones periodontales, el conocimiento
científico de su etiología y la respuesta de la
enfermedad a las modalidades terapéuticas, se enfatiza que
para su prevención lo fundamental es mantener el ambiente bucal
limpio para evitar la proliferación de bacterias
patógenas que producen trastornos en los tejidos de
soporte y conservar la capacidad de defensa del huésped a
través de la adecuada salud física y
mental14.
La enfermedad periodontal, en contra de viejas creencias, no es
ni incurable ni irremediable, pudiendo tratarse hoy en día
con éxito, aunque es muy importante detectarla en sus
fases más precoces para evitar tratamientos complejos. La
enseñanza efectiva de un cepillado
meticuloso con empleo
rutinario de seda dental y un programa de visitas
periódicas al dentista, son las medidas preventivas
más eficaces para el control de estas
enfermedades31.
4. Significación de
la motivación en la prevención de las enfermedades
periodontales.
Hay cuatro principios
básicos a tener en consideración para la
prevención de las enfermedades periodontales:
- Las enfermedades periodontales son enfermedades
infecciosas de origen bacteriano - Hay una estrecha relación entre enfermedades
periodontales y placa bacteriana - Si se practica una limpieza bucal efectiva, se puede
prevenir y controlar las enfermedades periodontales - La medida preventiva más eficaz para prevenir
las enfermedades periodontales es la cuidadosa remoción
mecánica de la placa
bacteriana18.
Sustentado en estos principios, López Villarroel
Néstor (1995) 18 señala que el eje de
cualquier programa preventivo de enfermedades periodontales, es
la fase de limpieza de los dientes, en la que se enseñan
al individuo las técnicas de control de placa y se le
motiva para que las aplique todos los días.
La remoción de la placa debe efectuarse
diariamente por cada individuo, y debe ser complementada por
profilaxis profesional periódica. Esto significa que la
prevención de las enfermedades periodontales va a depender
de la conducta de cada persona, conducta que está
determinada por la motivación que tenga en salud
bucal18.
En la enseñanza de los procedimientos
preventivos que evitan la formación de placa se debe
motivar, educar y entrenar al paciente en el uso de
técnicas de control de placa
bacteriana18.
Motivar es combinar la entrega de información con
la exhortación a hacer lo correcto. Motivar es reconocer
un deseo o una necesidad que hace al individuo actuar. El
éxito de los programas preventivos en periodoncia
está relacionado en gran parte con la motivación de
las personas para buscar cuidados permanentes para su salud
bucal7. La persona debe saber que es posible prevenir
las enfermedades bucales, por lo que el odontólogo debe
entregarle la información necesaria y
adecuada18.
Para lograr la motivación de una persona para
mantener o recuperar su salud, esta persona debe sentir que es
susceptible de enfermar. Y debe estar consciente que la falta de
cuidado o tratamiento puede tener serias consecuencias, y por lo
tanto deberá priorizarlas con relación a cosas que
quiera hacer o comprar18.
El odontólogo debe persuadir al paciente a
conducirse de modo que pueda alcanzar su meta: esto es la salud
bucal. La meta de la
salud bucal debe ser valorada y percibida por la persona como
alcanzable con el cambio de
conducta. Debe convencerse que la inversión de tiempo y dinero en
cuidados de su salud puede prevenir o disminuir la posibilidad de
perder sus dientes. La persona debe convencerse que es necesario
y ventajoso practicar medidas preventivas para mantener la salud
o disminuir el riesgo de
enfermar18.
Se debe despertar una actitud
positiva hacia la conservación de la salud bucal sin
producir ansiedad o temor, enfatizando los beneficios que se
derivan de mantener los dientes y encía sanas, más
que los perjuicios que pueden ocurrir. Las técnicas de
motivación basadas en amenazas y en el miedo da resultados
impredecibles. Algunas personas pueden reaccionar positivamente,
otras, con baja autoestima
reaccionan negativamente18.
Para conseguir una actitud
positiva para mantener la salud, la persona debe estar convencida
del beneficio que obtendrá con la práctica de los
cuidados preventivos, y debe sentir satisfacción derivada
de la práctica de cuidados preventivos. Satisfacciones
tales como:
- Psicológicas: prevenir lesiones
dolorosas - Emocionales: boca agradable, fresca, sin molestias
para comer - Estéticas: verse bien, atractivo,
joven - Sociales: bien aceptado por otros, sin mal
aliento - Económicas: evitar costos de
tratamiento por enfermedades totalmente posibles de
prevenir
En este mismo orden de ideas; Seif R. Tomás
(1997) señala que aunque resulta absurdo, existe una gran
cantidad de profesionales que dan más importancia a la
intervención clínica que a las medidas preventivas
y el fracaso al tratar de cambiar la conducta de cuidados
dentales es vista, en general, como culpa del paciente por una
falla de <<cumplimiento>> con los regímenes
preventivos37.
El término <<cumplimiento>>,
señala el autor, tiene de hecho, cierto contenido
peyorativo e implica que los profesionales de la salud esperan
obediencia y aceptación de sus instrucciones por parte de
los pacientes. Se trata de un modelo de
relación odontólogo-paciente de tipo autoritario,
vertical. El profesional da las instrucciones, el paciente debe
cumplirlas. La conducta propuesta al paciente es pasiva, sumisa.
Las conductas previas o actuales del paciente con relación
a su auto-cuidado en el hogar no son por lo general
indagadas37.
Seif R., propone seis fases esenciales para el diseño
de un programa preventivo, refiriendo la 4ta. y 5ta fase al
cambio
conductual y reforzamiento de las nuevas conductas. En la 6ta.
fase, cuando se evalúa el programa, reconoce la
motivación como uno de los elementos que contribuyen al
éxito o fracaso de los programas preventivos y diferencia
la motivación en: externa e interna.
La manera clásica de motivar a los pacientes es
proporcionando información de las consecuencias positivas
o negativas que se generan a partir de determinada conducta. Esta
forma de motivación externa tiene que ver con la
información, interés y
preocupación del profesional de la salud para con el
paciente. La motivación externa es útil
únicamente en situaciones en las que el paciente carece de
información y no conoce ni entiende la naturaleza de su
enfermedad. En estos casos, la información por sí
misma no lleva a cambios de conducta estables en el
tiempo37.
La motivación interna refiere el verdadero deseo
o disposición de la persona en cambiar su conducta y sus
potencialidades para poder intentar
y realizar el cambio. Un individuo internamente motivado es un
buen candidato para un programa preventivo; más
aún, si tiene un historial de logros y metas en su haber,
ya que es una persona acostumbrada a luchar para alcanzar sus
metas37.
En síntesis, el odontólogo debe considerar
la motivación como una herramienta fundamental para que el
paciente logre cambiar su conducta con relación a salud
periodontal e integre a su personalidad
como un hábito de la vida diaria, la ejecución
permanente de los procedimientos que le garantizan mantener un
ambiente bucal
libre saludable. Para esto, es necesario que el paciente entienda
su problema y se sienta responsable del mismo. Sin esta
motivación, es muy poco lo que se puede hacer para evitar
la enfermedad.
Ahora bien, la motivación es un proceso
dinámico que genera cambios en las personas. Una
energía que dirige el comportamiento de las personas en
direcciones específicas e integra factores
biológicos, cognitivos y sociales. Por consiguiente, para
lograr el cambio de conducta es imprescindible identificar en el
programa preventivo las variables motivacionales que analizadas
como un todo e identificadas sus relaciones con patrones de
conductas adquiridos pueden ser redimensionados con la finalidad
de lograr mejoras en la situación de salud periodontal del
paciente.
Si se pretende cambiar el curso de un determinado
proceso de morbilidad mediado por la conducta de las personas, no
basta saber que su comportamiento puede derivar en pérdida
de salud. Hay que saber por qué se comportan como lo hacen
y cómo puede sustituirse su conducta. Esta es la base para
el éxito de los programas preventivos.
5. La motivación.
Consideraciones previas
La motivación es un proceso dinámico, los
estados motivacionales están en continuo flujo, en un
estado de crecimiento y declive perpetuo. Mucho motivos se
ciñen a un proceso cíclico de cuatro etapas: a)
anticipación, b) activación y dirección, c) conducta activa y retroalimentación (feedback) del
rendimiento y c) resultado32.
En la fase de anticipación, el individuo tiene
alguna expectativa de la emergencia y satisfacción de un
motivo. Esta expectativa se caracteriza por un estado de
privación y deseo de conseguir una meta. Durante la fase
de activación y dirección, el motivo es activado
por un estímulo intrínseco o extrínseco. El
motivo, a su vez, legitima la conducta que surge a
continuación. Durante la conducta activa y el feedback del
rendimiento, el individuo participa en conductas dirigidas que le
permiten aproximarse a un objeto-meta deseable o distanciarse de
un objeto-meta aversivo. Mediante los esfuerzos de enfrentamiento
y la resultante retroalimentación de éxito o
fracaso, el individuo evalúa la efectividad de la conducta
dirigida. En la fase de resultado, el individuo vive las
consecuencias de la satisfacción del motivo (sí el
motivo no está satisfecho, entonces persistirá la
conducta)32.
Este proceso se puede aplicar a modo ilustrativo, al
miedo a hablar en público. Antes del acontecimiento, la
persona ve la conferencia como
una amenaza personal y se imagina todas las cosas que le pueden
salir mal. Ver el público (un estímulo externo)
provoca un principio de miedo. Como respuesta al miedo, la
persona exhibe tendencias de evitación y probablemente
intentará salirse de la situación. Suponiendo que
no puede evitar la conferencia, la
persona realiza conductas verbales y no verbales que
provocarán el aplauso o el desinterés del
público. Si la retroalimentación del rendimiento es
favorable, el miedo se disipará seguramente. Si el
feedback es negativo, persistirá el miedo y el ponente
seguirá mostrando respuestas de
enfrentamiento32.
Cuando la conducta está motivada por fuerzas
intrínsecas (por ejemplo, fatiga, curiosidad) está
auto-regulada. Cuando la motivan fuerzas extrínsecas (por
ejemplo, dinero,
halagos) está regulada por el
ambiente32.
La motivación regulada por el ambiente es
generalmente una consecuencia artificial y extrínseca de
una conducta32. En el caso de un paciente, algunos
motivadores extrínsecos podrían ser: mejor
apariencia física, relacionarse
mejor con otras personas, los elogios de la familia y
el odontólogo. Cada uno de estos motivadores
extrínsecos es una consecuencia socialmente fabricada que
no tienen nada que ver con el acto de mantener una adecuada salud
periodontal. Por lo tanto, aspectos del ambiente aportan la
motivación para realizar o no la
conducta32.
La motivación auto-regulada generalmente surge de
intereses, necesidades y reacciones personales al propio
comportamiento. Para el trabajador, las reacciones propias de su
trabajo pueden incluir sentimientos de competencia o
maestría. Si la evaluación
de la competencia
personal produce unos sentimientos tan positivos, éstos
pueden convertirse en motivadores intrínsecos para seguir
trabajando. Se puede comer por una necesidad de hambre y
organizar fiestas con los amigos por una necesidad de
afiliación. En cada uno de estos ejemplos hay agentes
internos que aportan la motivación necesaria para realizar
o no la conducta32.
Los motivos humanos se ha organizado basándose en
modelos
jerárquicos. Así, algunos modelos
cumplen funciones
básicas y de supervivencia mientras que otros tienen
funciones
superiores orientadas hacia el crecimiento. A modo de ejemplo, la
clásica jerarquía de necesidades de Abraham
Maslow (1943)
incluye necesidades fisiológicas, de seguridad,
pertenencia, valoración y autorealización. Las
necesidades fisiológicas y de seguridad
atienden a las necesidades de supervivencia más
básicas, mientras que las necesidades de
autorealización atienden a necesidades orientadas hacia el
crecimiento. La jerarquía de Maslow es
positiva en el sentido que constituye una integración teórica de necesidades
que de otro modo no estarían relacionadas. Para Maslow,
las necesidades fisiológicas dominan la motivación
humana en cuanto que la satisfacción de estas necesidades
de seguridad emerja, energeticen y dirijan la conducta. A su vez,
la gratificación de las necesidades de supervivencia y
seguridad permiten que emerjan las necesidades de pertenencia (o
amor)32.
Buck Ross (1985) propone un modelo
más actualizado de los sistemas
motivacionales humanos. Para Buck, existen cinco grandes sistemas
de motivación/emoción: instintos, pulsiones
primarias, pulsiones adquiridas, emociones y
motivación de competencia. Para Buck, los instintos y
pulsiones primarias generalmente atienden las necesidades
básicas de supervivencia del individuo. Las pulsiones
adquiridas, las emociones y la
motivación de competencia, generalmente sirven a las
necesidades de adaptación y crecimiento. Conjuntamente,
los cinco sistemas dotan al individuo de un juego de
completo de estructuras
internas para afrontar de forma efectiva las complejas exigencias
del ambiente. Cada sistema tiene un propósito
especial32.
No siempre somos conscientes de la base motivacional de
nuestra conducta. Los motivos humanos pueden ser evidentes o no
tan evidentes, comprensibles o inexplicables, conscientes o
inconscientes. Este principio sirve para señalar que los
motivos de la conducta humana
no siempre son inmediatamente aparentes.
Expresiones de Motivación. La motivación,
como la inteligencia,
no es fácilmente observable. La motivación se
infiere observando sus manifestaciones. Así, para inferir
si un individuo está hambriento miramos si come más
rápidamente de lo habitual, si mastica vigorosamente y se
olvida de las convenciones sociales al
comer32.
Afortunadamente, se sabe mucho sobre los antecedentes
que dan lugar a las condiciones motivacionales. Ya que se conocen
los antecedentes a muchos estados motivacionales, no siempre se
está en la postura incierta de inferir la
motivación del comportamiento. En otras palabras se puede
asegurar que después de 72 horas sin comer, la persona
tendrá hambre; después de interferirle una meta
importante la persona estará frustrada; y después
de ganar una competencia la persona se sentirá competente.
La privación de comida lleva al hambre, la interferencia
en una meta a la frustración y los mensajes objetivos de
efectividad llevan a evaluaciones de competencia. Sólo en
el caso que se desconozcan estas condiciones antecedentes existe
la necesidad de inferir los estados motivacionales de la
conducta. Asumiendo que se desconocen las condiciones
antecedentes, hay tres categorías de actividad que
expresan la motivación: conducta abierta, fisiología y auto-informe.
Conducta Abierta. Seis factores de la conducta
pueden ser indicativos de la presencia e intensidad de una
emoción:
Latencia, es el tiempo que tarda en producirse una
respuesta tras la exposición
a un estímulo. Como regla general, a menor latencia de
respuesta, mayor la intensidad de emoción
inferida.
Persistencia, es el intervalo de tiempo entre el
comienzo de una respuesta y su cese. La persistencia de la
respuesta es proporcional a la intensidad del motivo de esa
conducta.
Elección o preferencia, sitúa al individuo
frente a dos estímulos y le pide que participe
voluntariamente en uno u otro. Generalmente, las personas
disponen de varias opciones de conducta de las que escogen
una.
Amplitud, es la intensidad de respuesta de un individuo
ante un estímulo. Cuanto más intensa es la
conducta, mayor será la fuerza del
motivo inferido.
Probabilidad de respuesta. Se refiere a las ocasiones en
las que se produce una respuesta dirigida hacia una meta en
proporción al número de oportunidades de que se
dé la repuesta.
Expresiones faciales y corporales comunican, en parte,
los aspectos emocionales de la conducta. Una sonrisa, los cambios
de posición, las expresiones faciales, comunican la
presencia e intensidad de los motivos y emociones.
Estos seis aspectos de la conducta ofrecen datos observables
de los que se puede inferir la motivación. Cuando la
conducta tiene una latencia corta, una persistencia larga, una
probabilidad
de producirse, es intensa, e incluye xpresividad facial o de
gestos, entonces existen datos a partir de
loscuales se puede inferir un motivo relativamente intenso.
Cuando la conducta tiene una latencia larga, poca persistencia,
baja probabilidad de
producirse, no es intensa e incluye poca expresividad facial y de
gestos, o si el individuo persigue un objeto-meta alternativo,
entonces se puede inferir la ausencia de un motivo, o al menos
uno bastante débil32.
Otra manera de evaluar la motivación es pedirle a
la persona un auto-informe de su
nivel de motivación. Esto se puede hacer en una entrevista o
mediante un cuestionario.
La ventaja de los cuestionarios es que son fáciles de
administrar, permiten recabar la información exacta, y le
dan a la persona que responde varias opciones de respuesta a una
pregunta concreta. Sin embargo, las personas pueden distorsionar
sus auto-informes
deliberadamente para dar puntuaciones socialmente deseables y
desconocer sus propio motivos32.
Las medidas conductuales y de auto-informe permiten
tener una base objetiva de la que inferir la fuerza del
motivo. Desgraciadamente, hay una frecuente falta de concordancia
entre medidas de auto-informe y medidas conductuales. De otro
modo, lo que las personas dicen que son sus motivos a menudo no
son lo que sus expresiones conductuales indican que son. Debido a
esta discrepancia se suele hacer mayor uso de las medidas
conductuales y fisiológicas que de medidas de
auto-informe32.
La investigación en motivación abarca
cinco grandes campos. Cada campo estudia distintos determinantes
causales de la conducta.
Motivación fisiológica. La perspectiva
fisiológica representa el punto de vista biológico
dentro del campo de la motivación y explora cómo
los sistemas nervioso y endocrino incide en los motivos y las
emociones. El análisis fisiológico presta mucha
atención a cómo el cuerpo se prepara para la
acción, cómo produce sensaciones de placer y dolor
y cómo regula los sistemas internos para preservar la
salud y la supervivencia32.
Motivación Extrínseca e Intrínseca.
El estudio de la motivación extrínseca introduce la
perspectiva conductista al estudio de la motivación. El
conductismo no
niega que la conducta tenga causas internas, pero sus defensores
consideran que las causas fundamentales de la conducta se
encuentran fuera y no dentro de la persona. El estudio de la
motivación intrínseca ha evolucionado casi a contra
corriente con el enfoque conductista. Los partidarios de este
enfoque proponen que los seres humanos son inherentemente
activos e
intrínsecamente motivados. Para explicar por que las
personas realizan ciertas conductas cuando las recompensas y
castigos extrínsecos son mínimos, los
teóricos de la motivación intrínseca hablan
de la importancia de necesidades psicológicas tales como
la competencia y la curiosidad32.
Motivación cognitiva. El enfoque de la
cognición en motivación se asemeja a las
perspectivas fisiológicas y motivación
intrínseca. De acuerdo con la perspectiva cognitiva, lo
que determina la emoción son los pensamientos y procesos
mentales32.
Diferencias individuales. El enfoque de personalidad
reconoce que la gente comparte una gran variedad de motivos
comunes (hambre, por ejemplo) pero también señala
la existencia de diferencias individuales entre los motivos
específicos32.
Actualmente no se busca una causa única de la
conducta sino que la investigación se limita al estudio de las
bases motivacionales de los cinco sistemas independientes (e
interactivos) de motivación fisiológica,
motivación intrínseca y extrínseca,
motivación cognitiva y diferencias
individuales.
Orígenes del Concepto
Motivación
El concepto motivación se remonta a los antiguos
griegos -Socrates, Platón y
Aristóteles. Platón
creía en un alma organizada de forma jerárquica con
elementos nutricios, sensitivos y racionales. Para Aristóteles, las partes nutricias y
sensitivas estaban relacionadas con el cuerpo y eran
de
naturaleza motivacional, aportando los motivos de
crecimiento corporal y quietud (nutritivos) y experiencias
sensoriales como placer y dolor (sensitivos). Juntas, estas dos
partes formaban las bases de la fuerza motivacional e impulsiva.
Al postular la existencia de un alma tripartita y
jerárquica, los antiguos griegos presentaron la primera
explicación teórica de la actividad motivada: los
deseos del cuerpo, los placeres y sufrimientos de los sentidos y
los esfuerzos de voluntad32.
En la era moderna, René Descartes
impulsó una distinción entre los aspectos pasivos y
activos de la
motivación. Para Descartes, el
cuerpo era un agente pasivo de la motivación mientras que
la voluntad era el agente activo. El cuerpo no era más que
una entidad física y mecanicista que poseía motivos
nutricios y reaccionaba al ambiente externo a través de
los sentidos,
los reflejos y la fisiología. Si se quería entender
los motivos corporales, era necesario un análisis
fisiológico. La mente era una entidad espiritual
no-material y pensante con una voluntad resuelta. Si se
quería entender los motivos resolutivos, era necesario
hacer un análisis de la voluntad32. Igual que
sus predecesores, Descartes creía que los motivos
podían emerger
tanto del cuerpo como de la voluntad. La voluntad era el
motor que
iniciaba y dirigía la acción, decidiendo si actuar
y que hacer mientras se actuaba. Al asignarle a la voluntad
poderes absolutos de motivación, Descartes le dio a la
filosofía la primera gran teoría
de la motivación: la voluntad. Ahora bien, para comprender
la esencia de la motivación se invirtió una gran
cantidad de energía filosófica en el estudio de la
voluntad; llegándose, sin embargo, a la conclusión
que la voluntad era una propiedad poco
entendida de la mente que emergía de algún lugar
del conjunto de experiencias e introspección repleta de
motivos e intenciones32.
En suma, llegó a ser tan difícil explicar
la voluntad como la motivación que supuestamente generaba.
Por lo tanto, la nueva ciencia de la
psicología
optó por buscar un principio motivacional sustitutivo que
fuera menos ambiguo y más mecanicista. Este principio
surgió en el campo de la fisiología y la
biología32.
Las teorías de Lamarck y Darwin sobre la
evolución de las especies son un
antecedente para la explicación del proceso motivacional.
Lamarck consideró que una gran modificación en el
ambiente de una especie animal daría por resultado la
necesidad de un cambio en esa especie. Esta necesidad de cambio,
producida por sentimientos internos, causaría en el animal
la formación de nuevos hábitos para ajustarse a su
nuevo ambiente11.
Charles Darwin (1859,
1872), propuso para explicar la conducta no aprendida y
automatizada, la idea del instinto. El instinto podía
explicar, de dónde venían las fuerzas
motivacionales32 . A través de sus trabajos
Darwin señala que el hombre
está sujeto a numerosas variaciones determinadas por las
mismas causas, reguladas y transmitidas conforme a las mismas
leyes
generales que rigen a los animales
inferiores. Así, tiende a multiplicarse de una forma
acelerada para que su descendencia esté necesariamente
sometida a una lucha por la sobrevivencia y, por consiguiente, a
la selección
natural. Confirma esto el hecho que la evolución se produce porque cada vez
más el hombre
sigue actuando ante situaciones desconocidas que lo mueven a
encontrar nuevas formas de adaptarse al ambiente que lo
rodea11.
Para Darwin el hombre tiene
el poder de adaptar sus hábitos a nuevas condiciones de
existencia. Al desarrollar las cualidades intelectuales y orales
que lo distinguen de los animales
inferiores, el hombre ha debido ser muy susceptible de modificar
su estructura
corporal por la selección natural o por otros medios, para
mantener una armonía con un universo que
cambia continuamente. Los seres vivos se mantienen en permanente
encuentro con nuevas emociones ante los continuos cambios del
medio que los rodea y al quedar satisfechos, inmediatamente
aparecen otros motivos a los cuales dirigir su atención y
planificar nuevas acciones para
la satisfacción de estos motivos. Estos cambios parecen
ser una constante a lo largo de la vida11.
Los planteamientos de Lamarck y Darwin, permitieron
reorientar las investigaciones biológicas y las
psicológicas centrándolas en la observación sistemática y la
experimentación. La influencia de Darwin en la psicología se
evidencia en las obras de James W. (1890), McDougall (1908),
Thorndike (1898) Freud (1915) y
Hull C. (1943). James y McDougall, centraron su atención
en la fuerza motivadora de los instintos. Thorndike E.,
fundamentó el proceso motivacional en el aprendizaje,
Freud,
estudió las fuerzas inconscientes que impulsan el
comportamiento y Hull el hábito y la pulsión como
los principales determinantes de la
conducta11.
Maslow A.H. (1943), estudia las necesidades humanas
asignándole relevancia a las necesidades
fisiológicas. El organismo permanecerá en un estado
de tensión hasta tanto estas necesidades estén
satisfechas y una vez que se ha logrado aparecen otras que pueden
dominar al organismo más que el hambre y el sueño.
Para Maslow, el organismo está dominado por las
necesidades insatisfechas11.
Para Clarck R.A. (1949), Atkinson (1974) y McClelland
(1978), la base de la motivación no está en un
impulso sino en el restablecimiento de un cambio en la
situación afectiva actual. Todas las tendencias de
acercamiento o evitación son aprendidas. El sujeto aprende
a acercarse cuando determinada clave desencadena una
anticipación de efecto positivo, lo contrario sucede en la
evitación. Estos autores dan un lugar relevante a las
necesidades sociales, debido a la interacción entre las
personas y al hecho que para satisfacer las necesidades se
necesita del contacto con los otros11.
En 1958, Woodworth sostiene la idea que gran parte de la
conducta humana
parece estar dirigida a producir efectos sobre el ambiente, sin
que esto reporte la satisfacción de alguna necesidad
orgánica11.
White R. W. (1959), introduce el término
competencia que se refiere a la capacidad de un organismo para
interacctuar efectivamente con su ambiente. Relacionando las
condiciones del hombre con su capacidad para aprender, considera
importante tratar la competencia como un elemento motivacional,
por cuanto la motivación necesaria para alcanzar la
competencia, no se puede derivar enteramente de fuentes de
energía conceptualizadas como impulsos o
instintos11.
En 1961, Allport G.W., centra sus estudios en una
concepción del hombre que lo diferencia en algunas de sus
motivaciones de los demás animales de la escala
zoológica y utiliza el término necesidad para
diferenciar los motivos básicos y las motivaciones
inalterables pero desplazables11.
Deci E.L. (1985), reelabora el concepto necesidad de
competencia como motivación intrínseca, explicando
que las condiciones motivadas internamente son aquellas que la
persona ejecuta para sentirse autodeterminada y
competente.
Lo expuesto muestra como ha
evolucionado la concepción del proceso motivacional, desde
la perspectiva puramente homeostática del equilibrio del
hombre con la naturaleza hasta
el principio de interacción del ser humano, no sólo
con su ambiente sino con las demás personas que lo rodean.
Por consiguiente, la motivación no puede asumirse como un
fenómeno aislado, la motivación forma parte de un
todo, es un estado constante, inacabable, fluctuante y complejo.
Es una característica universal, presente en todos
los seres vivos11.
Definiciones del Concepto Motivación
McClelland (1974), citado por Flores Carmen T.
(1994)11, expresa que la motivación
está constituida por las múltiples expectativas o
asociaciones que se forman y crecen alrededor de las experiencias
afectivas; por lo tanto, en las experiencias infantiles que
llegaron a integrar la
personalidad del individuo, se encontrará la
raíz profunda, el origen determinante de las diferentes
formas de conducta mediante las cuales se satisface el impulso
dado por la motivación.
Fourcarde R. (1977)12 , define la
motivación como la base del desencadenamiento y mantenimiento
de las actividades y comportamientos que determinan las conductas
humanas.
Para Nuttin, citado por Fourcarde R.
(1977)12, la motivación pone al organismo en
movimiento, lo
dirige. Los estímulos exteriores solamente adquieren, en
último análisis, su poder directivo en virtud de
una exigencia impulsora y selectiva inherente a la
motivación misma.
Mankeliunas, M. (1991)22, considera que la
motivación es un concepto genérico que designa a
las variables que no pueden ser inferidas directamente de los
estímulos externos, pero que influyen en la
dirección, intensidad y coordinación de los modos
de comportamiento aislados que conducen a alcanzar determinadas
metas; es el conjunto de factores innatos (biológicos) y
aprendidos (cognoscitivos, afectivos y sociales) que inician o
detienen la conducta.
Burk Ignacio (1993)2. Subjetivamente el
hombre experimenta las motivaciones comportamentales como ganas,
apetencias, deseos, intereses y compulsiones emocionales. En
general, se está motivado cuando algún estado
afectivo apremia al individuo a realizar o evitar una cierta
conducta. Por supuesto, en los estado anímicos motivantes
del hombre hay también ingredientes intelectuales. La
motivación tal y como se experimenta subjetivamente, suele
ser una conjugación de pensamiento
razonador e impulsante afectividad.
Farcug Carlos (1994)9. Motivación es
todo aquello capaz de empujar la existencia humana hacia el
futuro, aunque la meta
esté lejana y no se vea o se halla perdido la perspectiva
y el camino por donde encontrarla.
6. Teorías que explican
el proceso de motivación
Hacia finales del siglo pasado, los psicólogos
tendían a explicar el comportamiento motivado
atribuyéndolo a los instintos, tendencias innatas a
comportarse de cierto modo en presencia del estímulo
adecuado. En 1890, William James sugería que el
comportamiento humano puede explicarse en función de
instintos como la rivalidad, el temor, la curiosidad, el amor, la
vergüenza y el resentimiento5.
De acuerdo con la teoría
instintiva de la motivación, los seres humanos y los
animales nacen dotados de diversos conjuntos de
comportamientos preprogramados, esenciales para la supervivencia.
Estos instintos proporcionan la energía que canaliza el
comportamiento en la dirección adecuada. Así, el
sexo se podría explicar como una respuesta ante un
instinto de reproducción, y se podría considerar
que la conducta exploratoria obedece al instinto de examinar el
territorio propio10.
Treinta años después, se habían
identificado miles de instintos humanos, y los psicólogos
empezaron a buscar una mejor elucidación del
comportamiento por que todas las explicaciones basadas en los
instintos no lograban dilucidar por qué un patrón
específico de comportamiento, y no otro, surge en una
especie determinada. Además, la variedad y complejidad del
comportamiento humano, gran parte del cual es aprendido, son
difíciles de explicar si los instintos constituyen la
principal fuerza motivacional10.
Una visión alternativa de la motivación
afirma que las necesidades del organismo (necesidad de alimento o
agua) da lugar
a un estado de tensión o excitación llamado impulso
(hambre o sed). Según la teoría de la
reducción de pulsiones, el comportamiento motivado es un
intento por reducir un estado de tensión desagradable y
devolver al organismo a un estado de homeóstasis o
equilibrio5.
Una pulsión es una tensión motivacional, o
excitación, que energiza el comportamiento con el fin de
satisfacer alguna necesidad. Gran cantidad de pulsiones
básicas, llamadas pulsiones primarias como el hambre, la
sed, el sueño y el sexo, se relacionan con necesidades
biológicas del cuerpo o de la especie en su conjunto. Las
pulsiones primarias contrastan con las pulsiones secundarias,
mediante las cuales no se satisface ninguna necesidad
biológica evidente. En las pulsiones secundarias las
necesidades se generan por medio de las experiencias previas y el
aprendizaje10.
Generalmente se trata de satisfacer una pulsión
primaria mediante la reducción de la necesidad que le
subyace. La razón de ese comportamiento es la
homeóstasis, un fenómeno básico de
motivación que subyace a las pulsiones primarias. La
homeóstasis es la conservación de un nivel
óptimo de funcionamiento biológico interno por
medio de la compensación de las desviaciones del estado
interno normal y equilibrado de un organismo. Aunque no todos los
comportamientos biológicos que se relacionan con la
motivación encajan en un modelo homeostático -el
comportamiento sexual es un ejemplo- la mayoría de las
necesidades fundamentales de la vida, incluyendo el hambre, la
sed y el sueño se explican razonablemente por medio de
este modelo10.
Hull C. L. (1943, 1952), el principal representante de
esta concepción teórica, elaboró una
ecuación para definir la motivación y propuso que
la acción multiplicativa entre la Fuerza del Hábito
(H) y la Pulsión (P) determinaba el grado Potencial de
Excitación (PE) o motivación adquirida para
producir un determinado comportamiento, así:
Pero la reducción del impulso no explica todos
los comportamientos motivados. Por ejemplo, si se está
aburrido, se desea una actividad que incremente la tensión
y la excitación. Pareciera que el organismo busca un
estado óptimo de excitación; si ésta es
demasiado alta, se intenta reducirla; si es demasiado baja, se
trata de incrementarla5.
Por otra parte, ciertos comportamientos no parecen ser
desencadenados por estados internos de ningún tipo; los
objetos del medio (llamados incentivos)
también motivan el comportamiento5.
La búsqueda de emociones y la curiosidad son
sólo dos clases de comportamientos que suscitan dudas
sobre la teoría motivacional de reducción de
pulsiones. En ambos casos, en lugar de tratar de reducir una
pulsión subyacente, los seres humanos parecen estar
motivados para aumentar su nivel general de estimulación y
actividad. Con el fin de explicar este fenómeno se han
elaborado teorías alternativas a la de reducción de
pulsiones10.
Las teorías de la excitación tratan de
explicar el comportamiento en el que la meta es la
conservación o el aumento de la excitación
(Berlyne, 1967; Brehm & Self, 1989). De acuerdo con la
teoría de la excitación, el hombre trata de
conservar un determinado nivel de estimulación y
actividad. Si el nivel de estimulación y actividad aumenta
en forma excesiva se intentará reducirlo. Pero el modelo
de la excitación también sugiere una cosa muy
distinta al modelo de reducción de pulsiones: si los
niveles de estimulación y actividad son muy bajos, se
tratará de aumentarlos buscando
estimulación10.
Según esta teoría, existe un nivel
óptimo de excitación para el desempeño de tareas. Es recomendable un
nivel más alto de excitación para tareas cotidianas
sencillas que para tareas más complejas. Es como si la
excitación obstaculizara la producción de respuestas adecuadas ante
tareas complejas, en tanto que facilita un mejor desempeño
en tareas sencillas. Por otra parte, tanto las tareas complejas
como las sencillas se afectan cuando el nivel de
excitación es demasiado alto. En este caso, la
excitación distrae y produce ansiedad, por lo que
repercute negativamente en el desempeño independientemente
de la complejidad de la tarea10.
La teoría de los incentivos trata de explicar por
qué el comportamiento no siempre está motivado por
una necesidad interna, tal como el deseo de reducir las pulsiones
o conservar un óptimo nivel de excitación. En lugar
de centrarse en factores internos, la teoría de los
incentivos
explica la motivación con base en la naturaleza de los
estímulos externos, los incentivos que dirigen y energizan
al comportamiento. Desde esta perspectiva, la naturaleza de los
estímulos externos en gran medida, explica la
motivación de las personas10.
Aunque esta teoría explica por qué se
puede sucumbir ante un incentivo (un postre apetitoso) a pesar
que no haya claves internas (hambre), parece ser insuficiente
para proporcionar una explicación completa de la
motivación, puesto que los organismos tratan de satisfacer
sus necesidades incluso cuando no hay incentivos presentes. A
consecuencia, muchos psicólogos consideran que las
pulsiones internas trabajan en conjunto con los incentivos
externos para impulsar y atraer el comportamiento,
respectivamente. Por lo tanto, las pulsiones y los incentivos
pueden funcionar conjuntamente para motivar el
comportamiento10.
La teoría de la motivación por procesos
opuestos (Salomon & Corbit, 1974) trata de explicar la
motivación que subyace a fenómenos tales como la
adicción a las drogas y las
reacciones fisiológicas y emocionales que se producen como
resultado de situaciones extremas de
peligro10.
De acuerdo con la teoría de los procesos
opuestos, los estímulos que en un principio originan
incremento de la excitación, después producen lo
contrario, una reacción de calma del sistema nervioso,
en tanto que los estímulos que en un principio producen
disminución de la excitación, más tarde
provocan un aumento de la misma10.
Las teorías cognitivas de la motivación se
centran en el papel que
desempeñan los pensamientos, las expectativas y la
comprensión del mundo. Según una de ellas, la
teoría de expectativas y valor, dos tipos de cogniciones
subyacen al comportamiento. La primera es la expectativa que
cierto comportamiento permitirá alcanzar una meta
determinada, y la segunda es la comprensión del valor que
tiene esa meta (Tolman, 1959). Si la expectativa y el valor son
altos se estará motivado para actuar diligentemente; pero
si cualquiera de estos factores es bajo, la motivación
será relativamente inferior10.
Las teorías cognitivas de la motivación
hacen una distinción entre la motivación
intrínseca y la motivación extrínseca. La
motivación intrínseca impulsa a participar en una
actividad para el gozo propio y no por alguna recompensa tangible
que se pueda derivar de ella. En contraste, la motivación
extrínseca provoca la acción por una recompensa
tangible10.
De acuerdo con algunas investigaciones relativas a ambos
tipos de motivación, se es más capaz de perseverar,
de esforzarse y realizar trabajos de mejor calidad cuando la
motivación para una tarea es intrínseca (Lepper,
1983; Deci & Ryan, 1985). Además, algunos
psicólogos sugieren que ofrecer recompensas para obtener
el comportamiento deseado puede provocar un decremento de la
motivación intrínseca y un aumento de la
extrínseca. Tales investigaciones destacan la importancia
de impulsar la motivación intrínseca e indican que
el otorgamiento de recompensas extrínsecas puede minar el
esfuerzo y la calidad del desempeño.
El modelo de motivación de Tolman E. C. (1923),
contiene tres conceptos básicos:
El sistema de necesidades
La matriz
convicción-valor
El espacio del comportamiento inmediato y concreto
Tolman distingue entre matriz modal y
matriz activada. La matriz modal convicción-valor
contienen las experiencias de situaciones anteriores. La matriz
activada es el resultado de los impulsos específicos
desencadenados en el momento y los estímulos que obran.
Las condiciones de pulsión y estímulo determinan la
magnitud momentánea de las necesidades y por ende de los
objetivos definitivos. El espacio concreto de
comportamiento se compone de los objetos del medio percibidos en
forma inmediata, recordados y esperados, junto con sus valencias
positivas y negativas; así como las relaciones
situacionales, percibidas y esperadas, de esos objetos entre
sí y con el sí mismo del sujeto del
comportamiento11.
Los experimentos de
Tolman permitieron clarificar el concepto aprendizaje. Al
aprender una secuencia de actos que conducen a una meta, el
sujeto sigue los signos que marcan la ruta de conducta que lleva
al significado o meta. Los términos significado y meta se
refiere al reforzamiento. Los principios del modelo de Tolman se
mantienen vigentes en la concepción moderna de la
motivación11.
El modelo de Maslow: la ordenación de las
necesidades motivacionales, considera que las diversas
necesidades motivacionales están ordenadas en una
jerarquía, a la vez que sostiene que antes que se puedan
satisfacer necesidades más complejas y de orden más
elevado, es preciso satisfacer determinadas necesidades primarias
(Maslow, 1954). El modelo se puede conceptualizar como una
pirámide en la que las necesidades primarias se encuentran
ubicadas en la base mientras que las de mayor nivel se ubican en
la parte superior. Para que una necesidad especifica se active, y
por lo tanto, dirija el comportamiento de una persona, es preciso
haber satisfecho las necesidades básicas de la
jerarquía10.
Las necesidades básicas son las descritas,
anteriormente, como pulsiones primarias: necesidad de agua,
alimento, sueño, sexo. Con el fin de ascender por la
jerarquía, una persona debe haber satisfecho estas
necesidades fisiológicas básicas. En el siguiente
escalón jerárquico se encuentran las necesidades de
seguridad; Maslow sostiene que las personas necesitan de un
ambiente seguro a fin de
funcionar con efectividad. Las necesidades fisiológicas y
de seguridad conforman las necesidades de orden
inferior10.
Solamente cuando han sido satisfechas las necesidades
básicas de orden inferior puede una persona considerar la
satisfacción de las necesidades de orden superior, que
consisten en el amor y la
pertenencia, la estima y la autorrealización. Las
necesidades de amor y
pertenencia incluyen la necesidad de obtener y dar afecto y
contribuir como miembro en algún grupo o
asociación. Cubiertas estas necesidades, la persona busca
estima. Según Maslow, la estima se refiere a la necesidad
de desarrollar un sentido de valía personal al saber que
otros están conscientes de su capacidad y
valor10.
Una vez que estas cuatro categorías de
necesidades han sido cubiertas, la persona está lista para
buscar la necesidad de más alto nivel: la
autorealización. La autorealización es un estado de
satisfacción consigo mismo en el que las personas
desarrollan su máximo potencial10. No se
refiere al respeto de los
demás ni a su opinión sobre la persona, sino
más bien a lo que la persona desea ser. La gente difiere
en la importancia que concede a la autorrealización de su
conducta, pero en cierta medida todos están motivados para
vivir conforme a lo que sea necesario para su crecimiento
personal. Los que logran la autorrealización óptica,
dice Maslow, se consideran a sí mismos como seres
íntegros, no como parcelas de hambre, miedo,
ambición y dependencia5.
Las investigaciones no han logrado confirmar la
ordenación específica de
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