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La era de la expansión capitalista (página 2)




Enviado por fernanda



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14- Estados
Unidos.

La expansión hacia el oeste.

Después de la declaración de la independencia,
los Estados Unidos no
dejaron de crecer. La inmigración fue incesante al tiempo que el
hallazgo de oro, las anexiones territoriales y el relativamente
fácil acceso a la tierra
posibilitaron un avance hacia el oeste. La población se expandió por todo el
territorio: las vías fluviales también
contribuyeron a ello.
Al principio del siglo XIX, comienza en Estados Unidos lo
que en la historia norteamericana se
conoce con el nombre "la marcha hacia el oeste, la
colonización del medio oeste agrícola por los
denominados farmers que eran unidades familiares de producción pero que estaban absolutamente
metidos en una economía capitalista.
Es decir, que eran productores especializados que
producían para el mercado.
Esta masa de farmers estaba formada por inmigrantes europeos:
ingleses, irlandeses, escoceses, que eran los que poblaron el
medio oeste, y en esta expansión se dio la clave de las
formas en que los Estados Unidos se produjo el desarrollo
industrial.

La expansión hacia el lejano oeste, fue sin duda,
uno de los factores más importantes de la historia estadounidense.
Caravanas de pioneros iban en busca de la fertilidad de las
praderas norteamericanas habitadas por indios y búfalos.
Para ellos no había barreras insuperables: selvas,
montañas, ríos eran obstáculos, pero no
impedimentos para la gran expansión.

Sin embargo, entre los yacimientos mineros y los Estados se
extendían grandes territorios controlados por diferentes
sociedades
indígenas.
La conquista del Oeste, tuvo al menos dos caras: por un lado
creaba nuevas oportunidades para miles de colonos blancos y una
sociedad
más democrática y con menos diferencias sociales;
por el otro, llevaba a la formación de "reservas" en las
que pueblos enteros eran mantenidos en cautiverio o al exterminio
de su principal medio de vida: el bisonte.
Las sociedades
indígenas, que ofrecieron firme resistencia a la
expansión de la sociedad blanca y
adoptaron elementos provenientes de esa sociedad enemiga, como el
caballo, y las armas de fuego,
firmaron distintos tratados con las
autoridades norteamericanas para demarcar territorios; sin
embargo, estos tratados no
fueron respetados y la expansión continuó.
Después de la guerra civil,
la conquista del Oeste entró en su fase decisiva. Hacia
1890 la larga resistencia
indígena había terminado.

15- La guerra de
Secesión

La Guerra Civil fue la culminación de cuatro
décadas en las que se fraguaron profundas y arraigadas
diferencias económicas, sociales y políticas
entre los estados del norte y el sur. El sur, eminentemente
agrícola, producía excelentes cosechas de
algodón, tabaco y
caña de azúcar
que exportaba a los estados del norte o a Europa, pero
dependía del norte para obtener manufacturas y los
servicios
financieros y comerciales necesarios para el desarrollo
comercial. Subrayando las diferencias regionales, la mano de obra
en el sur englobaba casi cuatro millones de esclavos negros.
Aunque los plantadores esclavistas representaban una
pequeña minoría de la población, dominaban no obstante la
política y
la sociedad sureña. En última instancia, los
estados del sur fueron a la guerra básicamente para
defender el derecho a conservar la esclavitud.

17- La controversia
regional

Para mantener la armonía entre norte y sur dentro de
los partidos whig y demócrata, los líderes
políticos intentaban evitar el tema de la esclavitud, pero
a medida que aumentaba la oposición del norte a la
extensión de la esclavitud a nuevos territorios, ignorar
este tema se hizo cada vez más difícil. El
Compromiso de Missouri de 1820 dejó zanjado el asunto
temporalmente estableciendo el paralelo 36º 30' como la
línea divisoria del territorio esclavista en Luisiana.

El conflicto, no
obstante, volvió a encenderse cuando las fronteras de
Estados Unidos se extendieron hacia el oeste tras la Guerra
Mexicano-estadounidense. Las medidas del Compromiso de 1850
permitieron la admisión de California como estado libre y
la
organización de dos nuevos territorios —Utah y
Nuevo México— resultantes de las tierras
conquistadas en la guerra, aplicándose el principio de
soberanía popular, por el que las
cámaras legislativas territoriales decidieron de forma
autónoma su posición con respecto a la esclavitud
cuando se integraron como estados de la Unión.

A pesar del Compromiso de 1850, el conflicto
continuó. El sur se había convertido en
minoría y sus dirigentes veían cada vez con mayor
preocupación las acciones del
Congreso de Estados Unidos, sobre el que habían perdido el
control. Los
estados del noreste exigían para su desarrollo industrial
una tarifa proteccionista, subsidios federales para realizar el
comercio, y un
sistema bancario
y de moneda seguro. Los
estados del noroeste acudían al Congreso buscando terrenos
y viviendas gratuitas y ayuda federal para sus carreteras y
canales. El sur, sin embargo, consideraba tales medidas
discriminatorias, creyendo que favorecían los intereses
comerciales del norte, y pensaba que era intolerable la
agitación antiesclavista que se desarrollaba en varios
estados, muchos de los cuales, por ejemplo, aprobaron leyes de libertad
personal en un
esfuerzo por contrarrestar el reforzamiento de las leyes de esclavos
fugitivos. Los sureños también estaban preocupados
por la frecuencia con la que obtenían cargos electivos los
free soilers, políticos que propugnaban la no
admisión de estados esclavistas en la Unión.

18- La
aprobación de la esclavitud

El tema de la expansión de la esclavitud volvió
a estallar en 1854, cuando el senador de Illinois Stephen A.
Douglas consiguió la aprobación de un proyecto de
ley que
establecía dos nuevos territorios (Kansas y Nebraska),
aplicando en ambos el principio de la soberanía popular. El Acta de
Kansas-Nebraska, que invalidó el Compromiso de Missouri,
levantó una ola de protestas en el norte, que
concluyó con la formación del Partido Republicano,
cuyo principal punto programático era la oposición
a la expansión de la esclavitud.

Entretanto, en la lucha por el control de
Kansas, el presidente demócrata James Buchanan
pidió al Congreso que admitiera a Kansas en la
Unión como estado
esclavista, una propuesta que ofendió a los
norteños; además, una resolución emitida en
1857 por el Tribunal Supremo de Estados Unidos sancionó la
institución de la esclavitud al considerar que los
esclavos eran propiedades y no ciudadanos y que el Congreso no
tenía derecho a prohibir la esclavitud en los territorios
que quisieran mantenerla o instalarla.

Una serie de debates celebrados en 1858, entre los dos
aspirantes a senador por Illinois, Stephen A. Douglas y Abraham
Lincoln, centraron la atención de todo el país como nunca
antes había ocurrido sobre los aspectos políticos y
morales del problema; Douglas defendía la soberanía
de los estados, mientras que Lincoln propugnaba que la
decisión sobre la esclavitud en los nuevos territorios
dependía del Congreso. Douglas ganó las elecciones,
pero Lincoln se consolidó como líder
del Partido Republicano y en 1860 obtuvo el triunfo electoral que
le permitió ser proclamado presidente de Estados
Unidos.

19- La crisis
secesionista

En las elecciones presidenciales de 1860, la división
en las filas del Partido Demócrata dio como resultado la
candidatura por parte del ala sureña de John Breckinridge,
de Kentucky, y por parte del ala norteña de Stephen
Douglas. El recién constituido Partido de la Unión
Constitucional, que reflejaba el sentimiento de concesión
aún arraigado en los estados fronterizos, nominó a
John Bell, de Tennessee. Los republicanos eligieron a Abraham
Lincoln, en una campaña en la que se oponían a la
expansión de la esclavitud y apoyaban una tarifa
proteccionista, subsidios federales para mejoras internas y una
ley de
residencia.

Los demócratas secesionistas aseguraron
prácticamente la elección de Lincoln y esto a su
vez convenció a los sureños que tenían que
hacer un esfuerzo para lograr la independencia
en lugar de quedar aislados políticamente. En marzo de
1861, cuando Lincoln tomó posesión de su cargo,
Carolina del Sur, Mississippi, Florida, Alabama, Georgia,
Louisiana y Texas se constituyeron en los Estados Confederados de
América
con Jefferson Davis como presidente, proclamando su
secesión de la Unión, acto que Lincoln
declaró ilegal en su discurso
inaugural.

El 12 de abril de 1861, cuando se produjo el intento de
reabastecer Fort Sumter, una instalación federal en
Carolina del Sur, la artillería sureña abrió
fuego. Tres días después Lincoln envió
tropas para sofocar la rebelión. En respuesta, Virginia,
Arkansas, Carolina del Norte y Tennessee se unieron
también a la Confederación.

El 15 de abril, Lincoln pidió a los estados leales unos
75.000 voluntarios para defender la Unión. Era el inicio
de la Guerra Civil estadounidense.

20- La guerra civil

Ni el norte ni el sur estaban preparados para mantener una
guerra en 1861. Con una población de 22 millones de
habitantes, el norte contaba con un mayor potencial militar. El
sur tenía 9 millones de habitantes, pero casi 4 millones
de ellos eran esclavos negros cuya lealtad a la
Confederación era de lo más dudosa. Aunque al
principio contaron sólo con voluntarios, la necesidad
obligó finalmente a ambos bandos a llevar a cabo un
reclutamiento
para crear un ejército. Antes de que acabara la guerra, el
sur había alistado a unos 900.000 hombres blancos,
mientras que la Unión había reclutado a dos
millones de hombres (entre los que se encontraban 186.000
negros), casi la mitad de ellos hacia el final de la
confrontación.

Además, el norte poseía claras ventajas materiales
—en dinero y
créditos, fábricas, producción de alimentos,
recursos minerales y
transporte— que resultaron decisivas. La
capacidad combativa del sur se vio obstaculizada por la constante
escasez de alimentos, ropa,
medicinas y artillería pesada. Sin embargo, el sur, con
una tradición militar más fuerte, tenía
más expertos en el uso de armas y
formó un eficaz cuerpo de oficiales, entre los que
destacó Robert E. Lee. Sólo pudo encontrar Lincoln
mandos militares del mismo calibre en Ulysses S. Grant y William
T. Sherman.

La Confederación disfrutó de cierta ventaja al
desarrollar operaciones
defensivas en terreno conocido. Por contra, el norte necesitaba
atacar en frente abierto y soportar enormes gastos en
comunicaciones
y suministros, por lo que todo presagiaba que su estrategia
exigía una marcha directa por tierra sobre
Richmond (en Virginia) la capital de la
Confederación, para poner un rápido final a la
guerra. Sin embargo, los asesores militares de Lincoln le
convencieron que ejecutase el Plan Anaconda.
Concebido por el general Winfield Scott, consistía en
realizar un bloqueo naval en torno a la
Confederación para impedir la importación de suministros de Europa, seguido
de la invasión del valle del Mississippi para dividir a la
Confederación.

Los confederados también tenían sus diferencias
en torno a
qué estrategia
aplicar. Davis era partidario de una guerra defensiva prolongada
que desgastara al norte, mientras que parte de sus asesores
recomendaban una rápida ofensiva que impidiera al norte
movilizar su superior contingente humano y bienes
materiales,
conscientes de que cuanto más se prolongara la guerra,
menos oportunidades tenía el sur de ganarla.

En mayo de 1861 las tropas de la Unión, al mando del
general Irvin McDowell, avanzaron sobre Virginia y se dirigieron
hacia Manassas, base del principal ejército confederado,
siendo derrotadas por éste el 21 de julio en la primera
batalla de Bull Run.

Después de esta batalla, Lincoln sustituyó a
McDowell por el general George B. McClellan como comandante del
recién creado Ejército del Potomac, procediendo
éste a su inmediata reorganización.

Durante 1861 el norte obtuvo algunos éxitos clave para
asegurar los estados fronterizos de Maryland, Delaware, Kentucky
y Missouri, donde prevalecía el sentimiento unionista, si
bien los secesionistas eran también bastante fuertes. La
importancia de Maryland radicaba en su proximidad a Washington y
en la ubicación de Baltimore como punto de enlace del
ferrocarril con el Medio Oeste. Kentucky y Missouri eran
importantes para la estrategia bélica del norte porque
controlaban los puntos de aproximación a los valles de los
ríos Mississippi, Tennessee y Cumberland, por los cuales
las fuerzas de la Unión podían introducir la
contienda en el corazón
mismo de la Confederación. En Virginia, los condados
occidentales repudiaron la secesión, formaron un gobierno
provisional y en 1863 fueron admitidos en la Unión como el
nuevo estado de Virginia Occidental.

Con el Ejército del Potomac reorganizado, McClellan
avanzó en la primavera de 1862 hacia la península
situada entre los ríos James y York con la
intención de marchar sobre Richmond. En la batalla de Fair
Oaks y Seven Pines (31 de mayo-1 de junio) se repelió un
ataque confederado y se eligió a Lee para sustituir a
Joseph E. Johnston, que había resultado herido, como
comandante del Ejército del Norte de Virginia. En junio el
ejército de McClellan se aproximó a Richmond.
Mientras tanto, el general Stonewall Jackson hizo avanzar su
ejército confederado hasta el valle de Shenandoah y
cruzó el Potomac, por lo que el gobierno
negó a McClellan los refuerzos que él creía
necesarios para atacar Richmond.

Con la intención de sacar el máximo provecho de
la excesiva cautela de McClellan, Lee, con los refuerzos de los
hombres de Jackson, se enfrentó a las fuerzas de la
Unión formadas cerca de Richmond en la batalla de los
Siete Días (25 de junio-1 de julio), que tuvo un resultado
indeciso. No obstante, McClellan ordenó la retirada al
río James, concluyendo así tristemente su
campaña peninsular. Decepcionado por la excesiva
precaución de McClellan, Lincoln nombró general en
jefe al general de división Henry Wager Halleck, que
había obtenido algunas victorias recientes en el oeste.
McClellan conservó el mando del Ejército del
Potomac, pero Lincoln trajo del oeste al general John Pope para
que encabezara un nuevo ejército, formado principalmente
por tropas que habían sido retenidas en el norte de
Virginia para controlar a Jackson.

El 30 de agosto, en la segunda batalla de Bull Run, las
fuerzas confederadas de Lee, Jackson y el general James
Longstreet hicieron replegarse a las tropas de la Unión
hasta Washington, donde Pope fue relevado de su cargo. Tras esta
victoria, Lee sorprendió al norte invadiendo Maryland con
50.000 hombres. Con esta atrevida maniobra esperaba obtener el
reconocimiento extranjero de la Confederación. McClellan
detuvo el avance de Lee en la batalla de Antietam, pero por no
perseguirle en su retirada, Lincoln le relevó del
cargo.

A finales de 1862 el Ejército del Potomac
reanudó su ofensiva contra Richmond, esta vez bajo las
órdenes del general Ambrose E. Burnside, sufriendo una
grave derrota en los alrededores de Fredericksburg, en Virginia,
por lo que Burnside también fue destituido.

Mientras en el este la situación estaba en punto
muerto, las operaciones
militares de la Unión en el oeste tuvieron más
éxito.
El objetivo en
este frente era controlar el valle del Mississippi para dividir
en dos el territorio de la Confederación. A comienzos de
1862, Grant, con el apoyo de una flota de buques acorazados,
consiguió capturar Fort Henry y Fort Donelson con lo que
tenía vía libre para dominar el Mississippi.
Mientras tanto, al oeste del río, las tropas de la
Unión derrotaban a los confederados en Pea Ridge, Arkansas
(6-8 de marzo), consolidando el control de la Unión sobre
el Missouri.

El ejército confederado del norte de Tennessee se
retiró hacia el Mississippi para intentar establecer una
nueva línea de defensa, pero Grant detuvo su avance en la
batalla de Shiloh. A principios de
junio las fuerzas de la Unión habían invadido casi
todo el este y el oeste de Tennessee y controlaban el sur del
Mississippi hasta Memphis.

En una estrategia coordinada, las fuerzas de la Unión
también avanzaron al norte del Mississippi. En abril, un
escuadrón naval comandado por el capitán David
Glasgow Farragut penetró en las defensas confederadas de
la desembocadura del Mississippi y forzó la
rendición de Nueva Orleans, el principal puerto de la
Confederación. Durante los últimos meses de 1862,
Grant consolidó su posición a lo largo del
Mississippi. Buell, que había recibido órdenes de
desplazarse a Chattanooga (Tennessee) se enfrentó a las
fuerzas confederadas mandadas por el general Braxton Bragg. En
diciembre, el general William S. Rosencrans, que había
sustituido a Buell, se enfrentó a las tropas de Bragg en
la batalla de Murfreesboro (Tennessee) obligándoles a
retirarse. Entretanto, Grant se preparó para el asalto a
Vicksburg (Mississippi), la última fortaleza de los
confederados en el oeste.

Cuando retomó el mando del Ejército del Potomac,
el general Joseph Hooker prometió invertir la larga serie
de derrotas de la Unión en el este. En abril, con un
ejército de 130.000 hombres, se preparó para atacar
a Lee en Fredericksburg, pero su dubitativa ofensiva tuvo como
consecuencia la derrota de sus tropas en la batalla de
Chancellorsville (Virginia), frente a las fuerzas combinadas de
Lee y Jackson, muriendo este último en el curso de la
misma.

Animado por la victoria, Lee tomó la iniciativa y
trasladó su ejército al norte con la
intención de inducir a la Unión a negociar la paz.
En junio, un ejército confederado de 75.000 hombres
marchó sobre el valle de Shenandoah y entró en el
sur de Pensilvania. El Ejército del Potomac (unos 85.000
hombres), mandado ahora por el general George Meade, se dispuso a
detener el avance de Lee. Estos dos enormes ejércitos se
enfrentaron en la batalla de Gettysburg, Pensilvania, en la que
Lee, tras ser derrotado perdió una buena parte de su
ejército en un ataque fallido.

En el frente occidental, en abril de 1863, Grant
preparó sus fuerzas en un nuevo esfuerzo para tomar
Vicksburg. Finalmente, y tras un largo asedio, el 4 de julio, el
día después de la derrota de Lee en Gettysburg, la
guarnición confederada se rindió. El
ejército de la Unión había cumplido su
objetivo en el
oeste: dividir a la Confederación en dos partes.

Con el Mississippi en su poder, el alto
mando de la Unión decidió expulsar a los
confederados del este de Tennessee, Alabama y Georgia. En el
otoño de 1863, Rosecrans y un ejército de 55.000
hombres tomaron Chattanooga, aunque posteriormente fueron
derrotados por el ejército confederado de Bragg en la
batalla de Chickamauga (19-20 de septiembre). Grant, ahora con el
mando absoluto de las fuerzas de la Unión en el oeste,
sustituyó a Rosecrans por George H. Thomas y se
dirigió a Chattanooga con parte de su Ejército del
Tennessee. En la batalla de Chattanooga, que duró tres
días (23-25 de noviembre), las fuerzas de la Unión
dislocaron las defensas confederadas y las obligaron a una
retirada caótica.

Hacia finales de 1863 la guerra se había puesto a favor
de la Unión. Tras su derrota en Gettysburg, Lee fue
incapaz de mantener ninguna operación defensiva más
en el norte. El ejército de la Unión en el oeste
había dividido a la Confederación y su victoria en
Chattanooga hizo posible extender la guerra a Alabama y
Georgia.

Confiando en que finalmente había encontrado a la
persona
adecuada, a principios de
1864 Lincoln nombró a Grant comandante en jefe de todas
las fuerzas de la Unión y éste diseñó
una estrategia para asestar un golpe definitivo a la
Confederación. El Ejército del Potomac, dirigido
por Grant y Meade, se enfrentaría a Lee en el norte de
Virginia y avanzaría hacia Richmond. Un ejército
mandado por Sherman marcharía hacia el sur desde
Chattanooga para adentrarse en Georgia y tomar Atlanta. Un tercer
ejército a las órdenes del general Philip Sheridan,
operaría en el valle Shenandoah y privaría a las
fuerzas de Lee de los víveres de esa región.

A finales de marzo se puso en marcha el Ejército del
Potomac, formado por 115.000 hombres. Tras sucesivos
enfrentamientos con las tropas confederadas de Lee en Wilderness,
Spotsilvania Couthouse y Cold Harbor, Grant decidió cortar
la línea de suministros de Richmond tomando Petersburg,
ciudad a la que puso sitio el 20 de junio.

Por su parte, y cumpliendo lo previsto en el plan de Grant,
Sheridan ocupó el valle de Shenandoah, y Sherman
tomó Atlanta; compensando el estancamiento de la
situación en Virginia y contribuyendo a asegurar la
reelección de Lincoln como presidente de la Unión
en noviembre.
El intento de reconquista de Atlanta llevado a cabo por el
ejército confederado a las órdenes del general John
Bell Hood, fracasó días después en la
batalla de Nashville (15-16 de diciembre), quedando así
desbaratada la resistencia confederada en el oeste.
El 15 de noviembre Sherman inició su marcha hacia el mar.
Dejando Atlanta en llamas, su ejército de 60.000 hombres
avanzó finalmente sin oposición por Georgia,
devastando el territorio a su paso. Savannah cayó poco
antes de Navidad y el
ejército de Sherman continuó hacia el norte
adentrándose en Carolina sin encontrar apenas
oposición. En abril de 1865 cayeron Mobile, Selma y
Montgomery, en Alabama. Al mismo tiempo, Sheridan
se preparaba para unirse a Grant y realizar el ataque definitivo
al ejército de Lee.
En abril de 1865 Grant consiguió finalmente apoderarse de
la línea del ferrocarril que aprovisionaba a Richmond.
Obligado a abandonar Petersburg y Richmond, Lee se retiró
hacia el oeste esperando unirse al ejército confederado de
Joseph Johnston en Carolina del Norte. Grant bloqueó su
paso y el 9 de abril de 1865 Lee se rindió a Grant en
Appomatox, Virginia. Con la rendición de Lee, los
demás ejércitos confederados se fueron desplomando
rápidamente.
Tras la caída de Fort Sumter, Lincoln estableció el
bloqueo a todos los puertos sureños con el fin de detener
el suministro de víveres esenciales para la
Confederación.
Para romper el bloqueo, que ya era efectivo en 1862, el sur
desveló su nueva arma, el Merrimack, una abandonada
fragata a vapor de la Unión que los confederados
habían cubierto con láminas de metal,
convirtiéndola en una nave blindada capaz de destruir a
los navíos del norte, pero que finalmente, hubo que
retirar a Norfolk tras su enfrentamiento con el acorazado
Monitor.

A lo largo de la guerra, la Marina de la Unión
realizó importantes operaciones en apoyo del
ejército. En 1861 las operaciones conjuntas aseguraron a
la Unión las cabezas de playa de Hatteras Inlet (Carolina
del Norte) y Port Royal (Carolina del Sur). La toma de Fort Henry
en febrero de 1862 y la caída de Nueva Orleans el 1 de
mayo, ambas con la decisiva intervención de la Marina,
permitieron a la Unión controlar los ríos
Mississippi y Tennessee. El éxito de Farragut al entrar en
Mobile Bay en agosto de 1864 destruyendo la pequeña flota
confederada que se encontraba allí, privó al Sur de
un puerto seguro. Con un
impacto similar, una operación conjunta por tierra y por
mar en enero de 1865 cerró efectivamente Wilmington
(Carolina del Norte), que había sido la principal base de
los confederados.

Aunque el Sur carecía de una marina consistente, los
corsarios confederados suplieron su ausencia, especialmente con
el buque Alabama, finalmente derrotado cerca de las costas de
Francia.

21- La guerra y
las relaciones exteriores

La Confederación siempre esperó el
reconocimiento y el apoyo del extranjero, especialmente de Gran
Bretaña y Francia. Esa
esperanza se cifraba principalmente en la dependencia de ambos
países del algodón sureño para sus industrias
textiles.
Cuando Gran Bretaña y Francia declararon formalmente su
neutralidad en 1861, ese acto constituyó el reconocimiento
de la Confederación como poder
beligerante, lo que levantó una vigorosa protesta del
gobierno de Lincoln. Cuando en 1861 dos representantes
confederados fueron sacados a la fuerza del
vapor inglés
Trent por autoridades unionistas, Lincoln los liberó en
respuesta a la presión
británica. Por otro lado, en 1863 Gran Bretaña
accedió a prohibir la construcción de barcos confederados en sus
astilleros.
La diplomacia del algodón de la Confederación fue
saboteada de diversas maneras. Antes de que estallara la guerra,
las manufacturas textiles británicas habían
almacenado grandes cantidades de algodón. Además,
Gran Bretaña y el Norte estaban comprometidos en un
comercio
rentable para ambos: el norte compraba armas y manufacturas y
Gran Bretaña trigo. Finalmente, con la proclamación
de la Emancipación de los esclavos, la opinión
pública internacional se decantó por la causa
de la Unión.

22- El final de la
esclavitud

Al comienzo de la guerra Lincoln y el Congreso dejaron claro
que su único objetivo era mantener la supremacía de
la Constitución y conservar la Unión.
Consciente de la necesidad de contar con la lealtad de los
estados esclavistas fronterizos, el presidente fue muy cauto al
tratar el tema de la esclavitud, pero finalmente, el 1 de enero
de 1863 entró en vigor la proclamación de
Emancipación de los esclavos estadounidenses, que el
presidente defendió como instrumento para debilitar a la
Confederación.

La abolición definitiva de la esclavitud fue ratificada
en diciembre de 1865, cuando fue aprobada la 13ª Enmienda de
la Constitución.

El 8 de diciembre de 1863 el presidente firmó una
Declaración de Amnistía y Reconstrucción.
Excepto para los funcionarios y oficiales militares de alto rango
de la Confederación, todos los sureños que juraran
lealtad a la Constitución y obediencia a la
legislación así como a las proclamaciones
concernientes a la esclavitud tenían garantizada la
amnistía. Cuando el 10% del electorado de un estado del
1860 hubiera cumplido estas condiciones, ese estado podía
redactar una nueva Constitución, elegir nuevos cargos
estatales y enviar representantes al Congreso. Este plan se
convirtió en la base del posterior periodo denominado de
Reconstrucción.

23- Resultados de
la guerra

La Guerra Civil estadounidense se saldó con el
resultado de 620.000 muertos.

Grandes territorios de Richmond, Charleston, Atlanta, Mobile y
Vicksburg quedaron en ruinas. El campo por el que cruzaron los
ejércitos contendientes acabó lleno de plantaciones
asoladas, casas y graneros arrasados, puentes quemados y
líneas de ferrocarril destrozadas. Muchas cosechas fueron
destruidas o confiscadas, y gran parte del ganado se
perdió. Más de cuatro billones de dólares en
propiedades desaparecieron a causa de la emancipación, la
repudiación de bonos y monedas
confederadas, la confiscación de la producción de
algodón y los destrozos de la guerra.

La guerra zanjó la cuestión del mantenimiento
de la Unión; se desacreditó la doctrina de la
secesión y, a partir de 1865, los estados encontraron
otras formas de exponer sus diferencias. La guerra amplió
la autoridad del
gobierno federal, que ejercería una jurisdicción y
poderes más amplios que en cualquier otro momento anterior
en la historia del país.

Finalmente, la Guerra Civil estadounidense supuso la libertad para
casi cuatro millones de negros.

24- La Reconstrucción en
los estados del Sur

El primer asunto al que tuvo que hacer frente el país,
una vez acabada la Guerra Civil (periodo conocido como la
Reconstrucción), fue determinar cómo reintegrar a
los estados secesionistas a la Unión. El plan de Lincoln
consistía en readmitir a los estados suristas sin
imponerles excesivas represalias, aunque el Congreso demandara
mayor severidad. El presidente Andrew Johnson mantuvo
inicialmente una postura similar a la de Lincoln. El Congreso
aprobó en 1867 las Leyes de Reconstrucción, por las
que la mayor parte del Sur quedaba dividido en cinco distritos
militares, se garantizaba el derecho a sufragio a la
población masculina negra, y a los antiguos dirigentes
políticos confederados se les prohibió tomar parte
en los gobiernos de los diversos estados.

La política adoptada por los sucesivos
gobiernos de este periodo de la Reconstrucción
provocó gran resentimiento en el Sur. Los sureños
eran incapaces de aceptar cualquier forma de gobierno en el que
negros y los delegados del Norte tuvieran un papel
importante e intentaron alterar a los gobiernos federales con
estallidos de violencia y, a
través de la intimidación, orquestada sobre todo
por el Ku Klux Klan. El Norte, cada vez más cansado de
imponer la Reconstrucción por la fuerza,
permitió que en 1867 los sureños lograran recuperar
el control de los gobiernos de todos sus estados.

25- Lo ocurrido en America
y Europa a mediados del siglo XIX

Durante estos años, así en América como en Europa, el movimiento
hacia la creación de naciones apareció y
reapareció como la tendencia política dominante
del periodo. Todas las luchas que sucedieron durante este
periodo expresión de este deseo de fundar o de ampliar
un estado nacional. La expansión rusa por el Cercano
Oriente trajo como consecuencia la Guerra de Crimea; el
espíritu del "risorgimento" encendió la guerra
italiana de 1859; los planes prusianos para la
unificación de las Alemanias precipitaron la guerra
austro – prusiana de 1866. La exasperación que
llevo al sur de los Estados Unidos a separarse de la
Unión, en 1861, fue menos poderosa que la voluntad de la
mayoría de la nación que quería conservar la
unión.

Tanto si las demandas de independencia o de expansión
fueron frustradas por fuerzas superiores, como si venció
el propósito de unidad, como en Italia,
Alemania y
los Estados Unidos, este deseo de forjar, o de conservar un
estado nacional, se manifestó como el impulso mas
poderoso y apremiante que agitó al mundo occidental.

El segundo principio político que dio forma a la era,
el principio de la democracia
parlamentaria, avanzó mas vacilantemente y dentro de
limites mas
estrechos. En Inglaterra,
hizo progresos considerables; en Italia y en la
Confederación del Norte de Alemania, el
gobierno representativo inestable. Pero en Francia, la
república democrática de 1848 se había
transformado en una verdadera dictadura
hacia 1852. La reforma mas notable, de esta era de reformas,
que alteró la situación legal de
muchísimas personas, fue la emancipación de mas
de 5.000.000 de esclavos negros norteamericanos.

26-
Bibliografía

  • Bustinza, Juan A. y otros; Historia 3: los tiempos
    contemporáneos, Argentina y el
    mundo. A-Z Editora. Febrero, 1993.
  • Pasino, Alejandra y otros. Historia I. Biblioteca
    de iniciación, Editorial de la Facultad de Ciencias
    Sociales, UNLZ. Marzo. 2000.
  • Barral, María E. y otros. Historia: el mundo
    contemporáneo. Siglos XVIII, XIX y XX. Editorial
    Estrada. Diciembre. 1999.
  • Enciclopedia Encarta.1998.
  • Atlas de la Historia
    Universal. Editorial Clarín.

La reina Victoria.
La Guerra civil de Estados Unidos.
La unidad italiana.
La unidad alemana
La unidad italiana.

Trabajo enviado y reaizado por:
María Fernanda Arima
Fernanda[arroba]tordo.net

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