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La Ética (página 2)




Enviado por fduenas_



Partes: 1, 2

10. Las Pruebas de la
Libertad y el
Determinismo

Una vez que se ha estudiado a libertad en su
esencia, en sus diferentes tipos y en su realización
limitada, es necesario reflexionar sobre el fenómeno y
obtener cuáles son las razones por las que afirmamos que
el hombre es
libre. Estas razones son las siguientes:

  1. Cada persona tiene
    conciencia
    de su propia libertad. En cualquier momento puede verificar
    experimentalmente que en realidad posee la capacidad de escoger
    una dirección u otra, y que de hecho escoge
    una de ellas por propia determinación. Este hecho es
    innegable.
  2. Si se reflexiona sobre los obstáculos de la
    libertad ¿sería posible que se experimentaran
    obstáculos y limitaciones de la propia libertad, si
    ésta en realidad no existiera?. Una persona se
    puede experimentar en sí misma en dos situaciones
    diferentes: en la primera se capta con el poder de
    autodeterminarse, pero en la segunda se capta limitada por los
    obstáculos ya descritos. En el primer caso experimenta
    un cierto poder de
    elección, y en el segundo no, pues se siente dominado,
    determinado, por fuerzas que en ese momento son invencibles. Es
    por eso, que esa diferencia, ese poder, que es innegable,
    constatable, limitable, y que no es el producto de
    ninguna teoría abstracta, es justamente la
    libertad o poder de autodeterminación.

Contradiciendo todo lo relacionado a la existencia de la
libertad está el fenómeno del determinismo, el cual
niega la existencia de la libertad como tal, ya que aunque los
hechos no se pueden negar, el hombre ha
sufrido una ilusión desde el momento en que ignora las
causas ocultas de su propia conducta.
Ingenuamente, aseguran pensadores de ésta corriente, se
cree que elegimos libremente cuando no se tiene conciencia de las
causas más profundas de nuestra conducta.

La tesis central
del determinismo es la de que el hombre ya
está fijado o "determinado" en cierta dirección por diferentes causas que
desconoce en el momento mismo y que, por tanto, su
decisión "libre" sólo sigue siendo de nombre. Los
principales expositores de esta corriente fueron: Leibniz,
Spinoza, Freud y Skinner. Cada
uno con su tesis sobre el
comportamiento
del hombre.

Existen otros tipos de determinismo además de los
expuestos por los pensadores mencionados anteriormente,
éstos son el Determinismo Biológico y el
Sociológico, que sostienen la existencia de otras fuerzas
rectoras de la conducta humana
como pueden ser la programación genética y
la coerción social.

Según hemos visto la Libertad es una de las
principales condiciones para que un acto pueda ser calificado
como un acto humano propiamente dicho (ya que solo en los actos
humanos interviene la inteligencia y
la voluntad). También la Libertad ha quedado definida como
una "autodeterminación axiológica", o sea, que los
valores
morales sólo son alcanzados cuando una persona ejecuta
su conducta en pleno uso de sus facultades de conocimiento y
de voluntad. El ejercicio de la Libertad, en la medida en que
incorpora valores en el
momento de la elección, es la raíz de la
superioridad de un acto humano y de su valor moral.

11. El Valor
Moral

En los capítulos anteriores se han analizado los
actos humanos desde el punto de vista de su libertad, ahora se
verá el aspecto de la bondad o maldad de ellos que es el
objeto formal de estudio de la Ética.

  1. La Esencia de la Bondad en general. Podemos
    aproximarnos a la esencia de la bondad por su paralelismo con
    la verdad Así como la inteligencia
    está hecha para la verdad, la voluntad está hecha
    para la bondad. Es por esto qué se dice que el objeto
    propio de la inteligencia es la verdad y que, similarmente, el
    objeto propio de la voluntad es la bondad. Se trata de las dos
    tendencias fundamentales del ser humano (inteligencia y
    voluntad); cada una de ellas está dirigida a estos dos
    valores en
    particular (verdad y bondad). Existen dos tipos de
    bondad.
  1. La bondad ontológica, que existe en cualquier
    objeto en tanto que se presenta como atractivo para la
    voluntad.
  2. La bondad moral es un
    calificativo referido a los actos humanos cuando éstos
    llenan las condiciones especificadas por la Ética. A
    esta ciencia le
    compete el estudio de las cualidades requeridas para que un
    actos pueda ser considerado poseedor del valor moral, es decir,
    como bueno o como malo moralmente hablando.
  1. La esencia del Valor en general. La esencia del valor
    está en la preferibilidad de un objeto, es decir, en una
    cualidad que logra atraer la atención y la inclinación de las
    personas que lo perciben, es pues, una especie de imán
    que poseen algunos entes, gracias al cual una persona dice
    preferir ese objeto. Tenemos pues, Valor es todo ente en cuanto
    que guarda relaciones de adecuación con otro ente (en
    este caso el ser humano) . El valor reside en las cosas, y
    consiste en una cualidad por la cual esas cosas son preferibles
    al hombre, a sus facultades, a su naturaleza.
    Los valores
    son tales porque guardan una relación armoniosa con el
    ser humano. El valor es todo ente en cuanto qué guarda
    una relación armoniosa con el ser humano. La diferencia
    principal entre bien y valor está en la mayor
    extensión de este último. El bien es un valor, al
    igual que la verdad, la belleza y la virtud. Y el
    término valor es un género
    donde entran las especies antes mencionadas.
  2. La Esencia del Valor Moral. Una de las respuestas
    más claras y prácticas es la que propone a la
    naturaleza
    humana como el fundamento de la moralidad. Ser moral significa
    actuar conforme a las exigencias de la naturaleza humana. Quien
    reflexione sobre la naturaleza humana, descubrirá
    allí algunas exigencias, que son la base de los derechos y las obligaciones
    de todo hombre, tales como el derecho a la vida, a la verdad, a
    sus propiedades, etc. Uno de los criterios fundamentales en lo
    que a moralidad se refiere es la recta razón. Se
    entiende por recta razón como la inteligencia humana en
    tanto que actúa por sí misma, sin desviaciones
    provocadas por las pasiones, los instintos o algún
    interés personal. Quien
    actúa conforme a la recta razón, determina
    cuáles son sus exigencias propias de la naturaleza
    humana que en ese momento le conciernen. De acuerdo con lo
    anterior, una persona con valor moral es aquella que
    actúa en la misma línea de sus tendencias y
    exigencias como ser humano. Ser moral es equivalente a ser
    más hombre (independientemente del sexo), ser
    más humano, apropiarse de las cualidades que pertenecen
    por esencia a su propia naturaleza humana. El valor moral lo
    puede adquirir una persona cuando realiza una norma moral y
    mejor también, cuando ejerce una norme ética. Lo
    esencial en la conducta moral está en la libertad guiada
    por valores superiores.
  3. Descripción del Valor Moral. La Esencia del
    valor moral es la congruencia de la conducta con la naturaleza
    humana, pero esta esencia resulta muy general y poco aplicable
    así que es conveniente mencionar algunas características propias de este
    valor:
  1. El valor moral perfecciona a las personas en cuanto a
    tal, en tanto que los demás valores perfeccionan al
    individuo en aspectos parciales o periféricos, el valor moral se enclava en
    el núcleo de la identidad
    personal.
  2. La persona con valor moral es todo lo contrario al
    sujeto mezquino, egocéntrico interesado exclusivamente
    en su propio bienestar.
  3. La Persona con moral manifiesta y contagia una
    felicidad que surge de su propia interioridad, del
    núcleo de su identidad
    personal.
  4. La persona con valor moral manifiesta una triple
    armonía: Su conducta es congruente con lo que piensa y
    lo que dice. No hay autoengaño ni falsas posturas hacia
    los demás. Y los tres niveles: pensamiento,
    palabras y acciones,
    expresan lo mismo, la naturaleza que se está realizando
    en forma armoniosa.
  5. La Persona que actúa con un nivel moral
    positivo tiene puesta su atención en valor moral
    intrínseco del acto que ejecuta y no del beneficio
    personal que le traerá este.
  6. Un acto honesto es una acción que posee un
    valor intrínseco y, además, se ejecutan dentro de
    una actitud de
    benevolencia, desinterés y generosidad que procede del
    núcleo de identidad personal del individuo.
  1. El Relativismo Moral. Es la postura moral que
    sostiene la falta de objetividad de los valores
    y, por lo tanto, la ausencia de un fundamento objetivo y
    universal de sostener un criterio moral determinado.
    Según esto cada persona crea sus propios valores y, en
    consecuencia, es imposible hablar de un criterio moral
    único que rija por igual a todos los seres
    humanos.
  2. El Amoralismo. El sentido correcto de la palabra
    amoral es le etimológico; sin moral, independiente de
    la moral,
    carente de valor moral. A este plano corresponden los actos del
    hombre que permanecen en un plano inferior al de los actos
    humanos. Pero en la actualidad se ha tergiversado, ya que basta
    que una persona se declare autónoma o indiferente a las
    leyes morales
    para que indebidamente se calique a si misma como amoral. El
    calificativo obviamente es incorrecto, ya que sigue ejecutando
    actos humanos (utiliza la inteligencia y la voluntad), por lo
    tanto no son actos amorales, sino morales, ya sean con signo
    positivo o negativo. En si el término amoral corresponde
    a los actos del hombre y a las ciencias y
    técnicas que ha creado. Por ejemplo:
    la ciencia
    en cuanto a ciencia es
    amoral ya que la ciencia
    es un conjunto de verdades objetivas, frías y racionales
    acerca de la naturaleza de las cosas y las personas, permanece
    en un plano que no toca lo moral.¿qué valor se le
    puede asignar a la ley general del
    estado
    gaseoso?. Sin embargo en el caso del científico,
    él y su conducta, aunque son libres, son susceptibles de
    los cánones de la Ética. Este científico
    puede alcanzar un enorme valor moral en sus investigaciones, aun cuando la ciencia en
    sí misma sea amoral.

12. La Objetividad del
Valor

El valor se puede referir como todo objeto en cuanto
qué guarda relaciones de adecuación con otro
objeto. Esto significa que cualquier objeto puede ser valioso,
todo depende de su armonización con otras cosas. Dicha
armonía o integración no depende de que el sujeto la
capte o no; el sujeto no crea esa armonía, sino que se da
mucho antes de que el sujeto la descubra y la observe. Esa es la
base de la objetividad de los valores. Además, un valor
tiende siempre hacia dos polos,, dado que la adecuación o
armonía entre dos cosas puede tener, incluso grados o
gamas entre los dos polos que suelen considerarse, esta es la
base de la bipolaridad. Además los valores poseen otra
característica, son preferibles, es decir,
muestran un cierto atractivo a las facultades humanas. Los valore
también son trascendentes, es decir, los objetivos
valiosos no agotan el concepto o
esencia del valor que entrañan, esta es la diferencia
entre valor y bien. Una última característica de
los valores es que son jerarquizables , es decir, todos ellos,
guardan entre sí un cierto orden en relación con
las preferencias y características del ser
humano.

Decir que los valores son objetivos
equivale a decir que éstos existen en la realidad
independientemente de que éstos sean conocidos o no. En
cambio afirmar
la subjetividad de un valor quiere decir que los valores son
creados por el sujeto. Esta objetividad y subjetividad son
mutuamente excluyentes sino que normalmente se complementa ya que
puede ser que mientras existe una relación de
adecuación entre dos cosas (la objetividad del valor), en
este caso la persona y el objeto, es también posible que
esta persona añada por su cuenta (subjetividad) un
elemento de preferibilidad al mismo objeto. Normalmente a esa
parte subjetiva del valor se le conoce como valorización,
que muchas veces es confundida con el valor. El valor es objetivo, ya
que se da independiente del conocimiento
que se tenga o no de él, en cambio la
valorización es subjetiva ya que depende de las personas
que juzgan; aún así para que una
valorización sea valiosa, debe tener un poco de
objetividad, es decir, necesita basarse efectivamente en los
hechos reales que se están juzgando y no ser un producto de
conductas viciosas o circunstancias desfavorables del que
juzga.

13. La Bipolaridad de los
Valores

Cuando hablamos de valores se puede notar una
característica peculiar, siempre se consideran en pares,
por ejemplo: belleza y fealdad, verdad y falsedad, bondad y
maldad. Ahora bien en la mente humana podemos detectar varias
escalas que utiliza ésta para referirse al tema de los
valores, aun cuando siempre van de un polo superior hasta otro
inferior y viceversa, en el fondo se vislumbran diversas estructuras
noéticas con las cuales nosotros catalogamos y damos peso
a esos dos polos y además ordenamos los valores
intermedios entre los dos puntos extremos.

Estas escalas, por su parecido con las escalas
numéricas, se denominan de la siguiente manera:

  1. La Escala Bipolar.
    Es la más sencilla de todas. Esta escala
    considera solo dos calificativos, dos extremos opuestos, uno
    positivo y otro negativo, por ejemplo: verdadero y falso, vida
    y muerte,
    aceptado o no aceptado, etc.
  2. La Escala de múltiples valores positivos y
    negativos. Esta escala considera además de los dos
    polos, la posibilidad de que existan matrices
    entre los dos extremos. Se puede comparar con la escala
    algebraica que utiliza el cero y a partir del cual se dan
    números positivos hacia arriba y números
    negativos hacia abajo. Esta escala siempre promueve el nivel
    positivo, más y más cualidades, más
    riqueza, más belleza. La ventaja enorme de esta escala
    con respecto a la primera consiste en que en esta si se admiten
    matrices, lo
    cual proporciona a la mente una facilidad para emitir sus
    juicios de valor y se sale del encasillamiento de la
    bipolaridad pura.
  3. La Escala de la normalidad central. Esta escala es un
    poco más sofisticada, ya qu además de considerar
    los dos polos y las matrices de valores, pone el peso
    axiológico en el centro de dicha escala, es como la
    campana de Gauss, esta es como una parábola, por lo
    tanto en su extremo más alto se expresa el mejor valor y
    así va decreciendo hacia la izquierda y a la derecha, es
    ahí donde se manejan los número negativos y
    positivos. Entonces tenemos que se concibe lo normal como un
    valor en el centro y lo anormal como valores hacia la derecha y
    hacia la izquierda. Hay que recordar que en caso de los valores
    en estas escalas, estos no se tratan de números, esta
    escala es una simple analogía, pero muestra con
    claridad de que manera se conciben algunos valores.
  4. La Escala del cero absoluto. Esta es la más
    difícil de captar y de aceptar, proviene de la
    Filosofía escolástica, y es comprable a la escala
    termométrica de Kelvin que considera el cero absoluto en
    el punto inferior, de tal manera que toda graduación es
    de números positivos. En esta escala no hay
    números negativos y ésta es la tésis que
    sostiene esta Filosofía, tesis que normalmente produce
    un fuerte rechazo cuando se oye por primera vez. A la gente le
    cuesta entender que alguien sostenga la no existencia de
    valores negativos y la inexistencia del mal. Para la
    Filosofía escolástica el mal es una
    privación del bien, es decir, el mal como tal no existe,
    sino lo que existe es una ausencia del bien. La
    privación es eso, la ausencia de algo que debería
    existir.

14. La Preferibilidad de
los Valores

Esta propiedad es
el mismo corazón
del valor. Consiste principalmente en esa particularidad por lo
cual los valores atraen la atención hacia sí mismos
la atención, las facultades y, en especial, la voluntad
del hombre que los capta. Cuando el hombre se encuentra enfrente
de varias cosas, este prefiere las que encierran un
valor.

Esta característica de atracción surge
ante la imperfección que muestra el ser
humano y la necesidad que tiene éste de eliminarla,
complementándose con otros objetos, otros entes que de
alguna manera llenan o satisfacen su hambre de desarrollo y
de plenitud. A partir de esta polarización: el atractivo
de los valores por un lado y l precariedad humana por el otros,
el valor se ha convertido en el satisfactor normal de la
naturaleza humana imperfecta y necesitada. El valor es le
alimento del ser humano como tal, es el ente que se adecua a la
naturaleza humana dada su calidad de ente
en desarrollo y
evolución. Captar los valores es lo mismo
que reconocer el alimento adecuado la propia naturaleza, a las
propias facultades necesitadas de algún complemento que
las satisfaga.

Pero existe una situación precaria en la
naturaleza humana, la ceguera axiológica, es decir la
incapacidad para reconocer por sí mismo cierto tipo de
valores. Nos muestra que el hombre requiere un desarrollo
especial para poder captar ciertos valores. Cuando se nace se
tienen instintos y necesidades, por lo la persona busca
instintivamente los bienes que lo
satisfacen, pero con el tiempo se va
desarrollando y empieza a encontrar y apreciar poco a poco otros
valores, que antes le eran indiferentes. Con la educación y la
cultura, un
individuo aprende a reconocer y apreciar valores cada vez
más refinados. Pero sin esa educación y cultura, el
horizonte axiológico del individuo se queda limitado, y
aunque él quiera no podrá aprecia cierto tipo de
valores como por ejemplo la belleza artística, ya sea en
la música,
en la pintura o en
la literatura.
Esto tiene mucho que ver con la situación en que se
encuentre cada individuo, no todos nos cultivamos por
igual.

Pero es peor la ceguera axiológica en el plano de
lo moral, ya que el adulto que no tiene la capacidad de captar y
apreciar el valor de la virtud, que no encuentre la diferencia
entre lo malo y lo bueno, sufre de una verdadera privación
y no de una simple negación. Es por ello que debe existir
una educación axiológica en el que al niño
se len todos los elementos para crearle un ambiente en
donde pueda asomarse a los valores que le van a proporcionar la
satisfacción de una naturaleza normalmente en crecimiento
y en busca de plenitud. Es importante orientar su motivación
axiológica hacia los valores que lo motiven sin perjudicar
a nadie más.

Otros de los aspectos por los cuales los valores son
preferibles es por su trascendencia, trascender significa estar
mas allá; por lo tanto; este término nos indica que
los valores sólo e dan con perfección mas
allá de este mundo, no aquí. Y al buscarlos
nosotros y aceptarlos como una guía en nuestros actos,
nosotros trascendemos con ellos.

15. La Jerarquización
de Valores

Existe una gran cantidad de valores, pero pueden ser
ordenado dentro de una jerarquía que muestra la mayor o
menor calidad de dichos
valores comparados entre sí. Es claro que no es igual lo
material que lo espiritual, lo animal o lo intelectual, lo humano
o lo divino, lo estético o lo moral.

Por lo tanto para dicha clasificación
utilizaremos el criterio de que el valor será más
importante y ocupará una categoría más
levedad en cuanto perfeccione al hombre en un estrato cada vez
más íntimamente humano. Entonces de acuerdo con
este criterio tenemos que los valore se pueden clasificar
en:

  1. Valores Infrahumanos. Son aquellos que perfeccionan
    al hombre en sus estratos inferiores, en lo que tienen en
    común todos los seres, aquí se encuentran valores
    como son el placer, la fuerza la
    agilidad, la salud, etc. Todos estos
    pueden ser poseídos por las mismos seres.
  2. Valores Humanos Inframorales. Son todos los valores
    humanos, aquellos que son exclusivos del hombre, que
    perfeccionan los estratos que sólo posee un ser humano,
    como lo son:
  1. Valores económicos. como la riqueza, el
    éxito, todo lo que expansione la propia
    personalidad (valores
    eudemónicos)
  2. Valores noéticos. Son los valores referentes
    al conocimiento, como la verdad, la inteligencia, la
    ciencia.
  3. Valores Estéticos. Como la belleza, la
    gracia, el arte, el buen
    gusto.
  4. Valores sociales: como la cooperación y
    cohesión social, la prosperidad, el poder de la
    nación, el prestigio, la autoridad,
    etc.
  1. Valores Morales. Son las virtudes como la prudencia,
    justicia,
    fortaleza y templanza. Estos valore son superiores a los
    anteriores debido a que los valores
    morales dependen exclusivamente del libre albedrío,
    en cambio los otros dependen además del libre
    albedrío de otros factor, por ejemplo la riqueza (puede
    heredarse), así como el grado de inteligencia y buen
    gusto. Además los valores morales al hombre de tal modo
    que lo hacen más hombre, en cambio los inframorales solo
    perfeccionan al hombre en cierto aspecto, por ejemplo, como
    profesionista, sabio, artista, etc.
  2. Valores Religiosos. Son los valores sobrehumanos,
    sobrenaturales. Son una participación de Dios que
    está en un nivel superior a las potencias naturales del
    hombre. Son pues la santidad, la amistad divina
    (gracia), la caridad y en general las virtudes teologales.
    Estos valores perfeccionan al hombre de un modo superior, ya no
    solo de lo que tiene más íntimo como persona,
    sino en un plano en un plano que no está dentro de los
    moldes naturales de lo humano. Aquí se deja la puerta
    abierta a todo lo sobrenatural que provenga de Dios. Su estudio
    corresponde más bien a la teología.
  3. La Jerarquía de Max Scheler. Normalmente
    cuando se estudian las jerarquías d valores de los
    principales axiólogos, se nota un cierto paralelismo
    dentro de sus diferentes categorías como es este tipo de
    jerarquía propuesta por Max Scheler:
  1. Valores de lo agradable y lo
    desagradable
  2. Valores de lo noble y de lo vulgar
  3. Valores espirituales
  4. Valores de lo santo

La importancia de una correcta jerarquía de
valores reside, sobre todo, en la facilidad que puede
proporcionar para una eficaz orientación de la vida
entera. Quien no tenga clara la jerarquía de valores
normalmente se encontrará perplejo frente a una
decisión que tenga que tomar.

Con respecto al orden de los valores podemos utilizar
ciertos criterios propuestos por Max Scheler:

  1. Duración. Es superior un valor que dure
    más que otro. Esto se refiere a la duración del
    bien en donde está encarnado un valor
  2. Divisibilidad. Es superior un valor cuanto menos
    pueda dividirse. Una obra de arte no se
    puede dividir, en cambio los alimentos
    sí.
  3. Fundamentación. Es superior el valor
    fundamentalmente con respecto al valor fundamentado. Por
    ejemplo: la inteligencia fundamenta el conocimiento
    científico.
  4. Satisfacción. Es superior el valor que
    satisface más. No debe confundirse satisfacción
    con placer, la satisfacción puede ser intelectual y
    espiritual.
  5. Relatividad. Es superior el valor que se relaciona
    con los niveles superiores del objeto o la persona que
    está complementado.

A partir de dichos criterios cada persona puede
organizar su propia jerarquía de valores. El máximo
inconveniente consiste en la facilidad de ese orden. Ya que una
cosa es lo que un sujeto dice acerca d su jerarquía de
valores y otra cosa es lo que de hecho realiza a lo largo de su
vida.

16. El Problema del
Mal

La existencia del mal ha constituido un fuerte problema
debido a que no sabemos cuál es su esencia, que actitud se
debe de tomar frente al mal.

Además partimos del hecho de que existen
situaciones nefastas, tales como asesinatos, el secuestro, la
violación, la guerra, la
infinidad de víctimas de un terremoto o de una
inundación, el nacimiento de un niño sin brazos,
enfermedades
incurables como el cáncer
y el SIDA. A
continuación veremos cuáles son las diferentes
posturas que debemos tomar frente a tales desgracias.

  1. La Postura del Maniqueísmo frente al mal. Es
    una postura (tachada como herética dentro de la
    Teología católica) que sostiene la existencia de
    dos principios
    opuestos, dos dioses, el dios del bien y el dios del mal. El
    primero se llama Ormuz y el segundo Ahrimán. Estos dos
    dioses luchan entre sí y tratan de conquistar al mundo
    para su propio reino. En otras palabras, esta postura consiste
    en atribuir consistencia positiva al mal, como si el bien y el
    mal fueran dos enemigos (dos poderosos dioses) que luchan entre
    sí para apoderarse del mundo. El uso de un lenguaje
    plagado de términos negativos ha originado una verdadera
    tragedia en la Filosofía de la vida, pues nos hace creer
    en la existencia de gigantes peligrosos cuando sólo
    existen molinos que ejecutan su trabajo cotidiano.
  2. La Postura de la Filosofía Aristotélico
    – Tomista. De acuerdo con esta postura el mal es la
    privación de un bien. Es decir, que el mal en sí,
    a secas, no se da. El mal no tiene una consistencia
    independiente del bien, sólo se entiende en función
    del bien. Entonces el mal es un término que sirve para
    referirse a un faltante, a algo que de hecho no se da. Por
    ejemplo cuando existe un objeto que tiene noventa cualidades y
    debería tener cien, decimos entonces que el mal
    está en esas diez cualidades que faltan. Con esto
    podemos insistir que, en el fondo, no hay valores negativos,
    sólo hay valores positivos, y cuando hablamos de valores
    negativos, lo que se da a entender es la privación del
    correspondiente valor positivo. Así pues la fealdad es
    una privación de la belleza; la pobreza es
    la privación del valor riqueza; la falsedad es la
    privación del valor verdad.
  3. La Positividad del Ser. Una de las principales
    enseñanzas de la metafísica tomista es la positividad, la
    bondad del ser, y en la medida en que participa de él es
    positivo, es bueno. Si algo existe algo en el ser, es que no
    existe. No existe lo negativo, o mejor dicho, el no ser no
    existe. Por lo tanto, a lo que llamamos "malo" es tan
    sólo una privación de un bien, es decir, lo que
    falta a un ente bueno para ser plenamente bueno, conforme a su
    esencia. Para ilustrar más esta definición se
    puede citar a la energía térmica. Cuando un
    objeto tiene mucha energía térmica podemos decir
    que está caliente, pero cuando no tiene casi o es nula
    decimos que está frío, sería absurdo
    afirmar que el frío existe, así es, el
    frío no existe, lo que si existe es la ausencia de
    energía térmica.
  4. Diferentes escalas para referirse al mal. De acuerdo
    con las cuatro escalas del sistema
    axiológico se pueden obtener algunas conclusiones acerca
    del problema del mal.
  1. La primera escala, la bipolaridad exclusiva, no
    sproporciona una visión del mal sumamente pesimista ya
    que lo que no es bueno, es malo definitivamente. Y como no
    hay muchas cosas buenas.. el hombre con esta escala entra en
    angustia con mucha facilidad.
  2. En cambio la escala del cero absoluto logra
    abstenerse del empleo de
    dos términos diferentes para señalar los
    extremos opuestos. Así, por ejemplo, la energía
    calorífica es una buena
    expresión para indicar cualquier grado de calor.
    Cuando se da poca energía calorífica, el
    sistema
    bipolar empieza a utilizar el término
    frío.
  3. El uso del sistema bipolar de categorías
    para referirse al mal ha dado origen a una teoría en la historia del
    pensamiento la cual ha recibido el nombre de
    maniqueísmo. Aunque esta teoría es propia de la
    Teología, no deja de abarcar una vertiente
    filosófica.
  1. La Postura de Pierre Teilhard De Chardin. Este autor
    nos proporciona una pista para comprender la existencia de
    cosas y personas malas, según el, el universo
    está en constante evolución y todo tiende hacia un estado de
    perfección que llama el Punto Omega. A partir de esto se
    infiere que, mientras estemos en evolución, lo normal es
    encontrar muchos grados de imperfección, y esto es
    precisamente a lo que nosotros llamamos mal. En otras palabras
    el mal es nuestro modo de percibir y catalogar el estado
    imperfecto de las cosas que aún no llegan a su etapa
    definitiva de evolución, el mal es lo que nos falta para
    llegar a la perfección, la cual, obviamente no es lo que
    abunda. Una consecuencia que se obtiene a partir de esta
    postura es que no habría que escandalizarse por tantos
    sucesos negativos que están pasando en nuestra realidad
    ya que no son sino la expresión de una etapa intermedia
    en el proceso
    evolutivo del universo. Pero
    este modo de ver las cosas no tiene porqué llevarnos a
    tomar una postura de indiferencia o de apatía ante los
    males que se constatan. Al contrario, el incremento de la
    bondad es precisamente la responsabilidad de la persona que toma
    conciencia de las etapas de evolución del mundo en que
    vive.
  2. El conocimiento holístico frente al mal. Trata
    de referirse al bien y al mal de otra manera, esta prescinde de
    estructuras
    noéticas, aun cuando no sea en forma total. Si
    prescindimos de las estructuras noéticas del bien y el
    mal, podemos establecer una tesis que no deja de ser
    extraña en el mundo occidental: Las cosas simplemente
    son. El calificativo de bueno o malo es un añadido que
    hacemos en función de una comparación con un
    criterio dado. Los orientales sostienen por medio de un famoso
    aforismo: El bien y el mal son una enfermedad de la
    mente.
  3. La Existencia del mal y la bondad de Dios. Esta
    postura nos dice que no existe un Dios malo como lo dice el
    maniqueísmo, sino lo que ocurre es que Dios ha creado un
    mundo en evolución y, por tanto, un mundo que
    necesariamente implica etapas de imperfección y de
    acercamiento al ideal que todos asumen como perfecto. Hace
    énfasis en que no debemos lamentarnos por lo malo que
    ocurre ya en sí el mal no existe, solo existe un
    faltante de perfección en las cosas que para nosotros
    son malas, y debemos de tratar de sacarle provecho a todo lo
    que ocurra ya que como dice el dicho "no hay mal que por bien
    no venga" o no hay nada tan malo que no nos pueda proporcionar
    algún beneficio.
  4. La Responsabilidad del Hombre frente al mal. Los
    que nos dice esta postura es que aunque el mal es la
    imperfección la cual no se ha logrado eliminar del todo
    debido a que estamos en un proceso de
    evolución y no tenemos por que alarmarnos, no debemos de
    tener una actitud de irresponsabilidad ante nuestros actos.
    Debemos ser responsables con nosotros y no convertirnos en
    personas apáticas, tratar de ampliar nuestro horizonte
    axiológico mediante el estudio. Pero existen situaciones
    en las que no todos los seres humanos podrán
    desarrollarse correctamente como individuos ya que aunque
    quieran asumir la responsabilidad de ser individuos mejores
    pudiera ser que la situación en que se encuentren,
    económica, emocional, física, etc. No les
    permita desarrollarse como personas, pero al fin y al cabo es
    el costo de la
    evolución.
  5. La actitud Positiva frente al mal. La humanidad en su
    evolución llega a capta ciertos valores y realiza la
    comparación con los hechos que le rodean. El resultado
    de dicha comparación es deprimente por lo que se llega a
    una etapa de "conciencia infeliz", y es que en efecto, cuando
    más claro aparece el horizonte de los valores,
    más fácil surge el juicio negativo hacia la
    realidad que nos rodea. El error no está en el juicio de
    evaluación, sino en la pretensión
    de que ese juicio es completamente objetivo. En contrate lo que
    se propone es la de ser que "el ser es lo que es" sin mayor
    calificación. El calificativo de bueno o malo
    está en nuestra mente, cualquier situación
    podría considerarse como buena o mala según el
    criterio que se utilice para emitir el juicio evaluatorio. Lo
    que se deriva entonces es una actitud de obtener provecho aun
    de aquello que se considera negativo y que deprime a la
    mayoría de gente. Ahora bien, la actitud positiva frente
    al mal no está en pugna con la compasión frente a
    las personas que padecen alguna enfermedad, una injusticia o
    la muerte de
    un ser querido. La empatía y la compasión son
    virtudes propias de aquellas personas que saben desprenderse de
    sus propias categorías y comparten con los demás
    sus propias situaciones. Este criterio se puede aplicar
    también ante lo que se llama "el mal moral, el acto
    deshonesto, el pecado, el acto humano malo". Por supuesto que
    existen actos humanos malos, es decir, que no están de
    acuerdo con los valores morales, con las exigencias de la
    naturaleza humana. La perspectiva que acabamos de mencionar se
    puede aplicar de la siguiente manera: la persona que ejecuta un
    acto humano malo de todas maneras ha elegido un bien, algo que
    atare su voluntad, a su naturaleza; de no ser por esto el
    sujeto no elegiría tal conducta. El que roba quiere
    el dinero
    del Banco, lo cual
    e su bien. El que fornica quiere el placer sexual, que
    también un bien. El mal moral está en desorden
    con respecto a las normas morales,
    o mejor dicho, con respecto a las exigencias de la naturaleza
    humana. Podemos concluir, pues que aun en el hecho del mal
    moral existe un bien. Así se explica que de hecho
    existan personas adictas a esos bienes. Lo
    cual no impide la reprobación de dichos actos por parte
    de las normas morales
    y de una sana actitud Ética.

Definición y División de la Ley
Moral

Además de las leyes
físicas que gobiernan a los seres materiales
no encontramos con las leyes morales que gobiernan al hombre en
su conducta libre. Santo Tomás d Aquino definió
la ley de la siguiente manera "Es una ordenación de la
razón, promulgada para el común por quien tiene
el cuidado de la comunidad".
Dicha definición tiene un contenido intrínseco en
ella:

  1. "Ordenación…": Una ley es una orden o
    mandato, la palabra orden significa en general la correcta
    disposición de las partes en el todo.
  2. "…de la razón…": Significa que la fuente o
    el origen de la ley es la razón. Solamente así se
    garantiza la correcta legislación, con carácter
    universal.
  3. "…promulgada…": Significa dictaminada o
    publicada. Esta promulgación puede ser explícita
    (en el caso de las leyes positivas) o implícita (en el
    caso de las leyes naturales), de tal modo que el hombre tiene
    que descubrirla tal como está inscrita en la misma
    naturaleza humana.
  4. "…para el bien común": Esta es la finalidad
    de la ley moral. No se trata de beneficiar solamente a la
    autoridad o
    aun sector, sino a la comunidad en
    general, aun cuando esto implique el sacrificio de ciertos
    bienes particulares.
  5. "…por quien tiene el cuidado de la comunidad": Nos
    indica quién es la persona que debe dictar las leyes.
    Efectivamente, es la autoridad, el jefe de la comunidad, aquel
    que ha asumido la responsabilidad de preocuparse por el
    bienestar de la sociedad,
    ése es el más indicado para dictar las leyes
    correctas, en función del conocimiento que debe adquirir
    acerca de las necesidades de los súbditos.

En sí, estas son las cualidades que debe tener
una ley moral. En la medida en que llegue a carecer de alguna
de ellas pierde su validez como ley moral. No hay que olvidar
que el núcleo o esencia de la ley moral está en
ser una expresión de la razón, de la recta
razón, que trasciende los intereses inmediatos, y
dispone las cosas en el puesto que les corresponde.

Una vez definida la ley moral es importante saber su
división, normalmente se dividen de esta manera
según sus carácterísticas:

  1. Por su naturaleza. La ley moral puede ser imperativa
    (manda hacer algo), prohibitiva (lo impide) y permisiva
    (solamente dice lo que es lícito).
  2. Por su promulgación. La ley moral puede ser
    natural (está escrita en la propia naturaleza y debe ser
    descubierta por el hombre y no es el producto de la inventiva
    de éste) o positiva (está escrita materialmente
    en un código).
  3. Por su duración. La ley es eterna (siempre ha
    tenido y tendrá vigencia, sólo se concibe en la
    mente de Dios) y temporal (tiene una vigencia
    transitoria).
  4. Por su autor. La ley es divina o humana. Hay que
    decir que la ley natural sólo puede ser divina (es
    decir, procede de Dios, creador de la naturaleza). En cambio,
    la ley positiva puede ser divina o humana, pues tanto el hombre
    como Dios pueden dictar leyes que expliquen la ley
    natural.

De todos estos tipos de leyes destacan: ley eterna,
ley natural, ley positiva en ese orden.

Jerarquía de la Leyes

Como ya se mencionó, las leyes manifiestan una
ordenación de mayor a menor importancia, en vista de su
origen y su contenido. A continuación se mencionan y
explican cada una de estas jerarquías.

  1. La Ley Eterna. Entre todas las leyes, ésta es
    la primera, la ley eterna. Es decir la ley que está,
    desde siempre, en la mente de Dios y que rige el Universo en
    todos sus aspectos).. Puesto que no conocemos directamente a
    Dios, tampoco tenemos conocimiento directo de la ley eterna.
    Sin embargo, se demuestra que existe esa ley, desde el momento
    en que notamos el orden y la armonía del Universo. Para
    poder, entonces, explicar ese orden y armonía, se
    necesita admitir la existencia de leyes que lo rigen, este es
    el caso de las leyes eternas.
  2. La Ley Natural. Es una participación de la ley
    eterna, está inscrita en la naturaleza humana, y tiene
    como finalidad, regir los actos libres del hombre; esta ley
    tiene la propiedad de
    ser universal e inmutable. Es universal (válida para
    todos los hombres, de cualquier raza, época y lugar), ya
    que está inscrita en la naturaleza humana que es la
    misma en todos los hombres, por lo tanto, todo hombre, por el
    hecho de serlo, tiene grabada, en sí mismo, esa ley
    natural, a la cual debe someterse. La ley natural es
    además inmutable, es decir, con cambia con el tiempo, puesto
    que la naturaleza humana no cambia. Pero aunque la ley natural
    no cambie, el
    conocimiento que tenga los hombres acerca de ella si puede
    cambiar en las diferentes épocas y culturas.
  3. La ley Positiva. Es la que se promulga
    explícitamente en un código, y sirve como
    complemento a la ley natural, pues desarrolla y explica
    cómo debe actuar el hombre en situaciones más
    concretas. Estas leyes pueden ser divinas o humanas. El
    decálogo del Sinaí es un ejemplo de una ley
    positiva divina. Las leyes positivas humanas abarcan todo lo
    que se llama derecho
    positivo, incluyen las Constituciones, los Códigos
    Civiles, etc. Las leyes positivas deben de ser justas (que
    esté de acuerdo con la ley natural), útiles (que
    no se multiplicaran en exceso, pues darían lugar a una
    opresión) y estables (aunque no posea la inmutabilidad
    de la ley natural, por lo menos, tenga cierto lapso razonable
    de vigencia, para que coopere efectivamente al bien de la
    comunidad).

En resumen:

  • Las Leyes eternas rigen el universo desde la mente
    divina.
  • Las Leyes naturales son una participación de
    las leyes eternas y rige a los hombres en sus actos
    libres.
  • Las Leyes positivas son un complemento de las Leyes
    naturales, y en ellas deben basarse para que sean
    justas.

17. La
Obligación Moral

Una vez explicados los temas de la noción, clases
y jerarquía de ley, podemos ahora enfocarnos al problema
de la fundamentación moral, ¿realmente obligan las
leyes?, ¿Qué se entiende por obligación
moral?. Para esto tendremos que definir primero lo que es en
realidad la Obligación Moral.

La auténtica Obligación Moral no s la
obligación que se siente por la presión
externa, ni el temor al castigo, tampoco es la acción del
Super Yo, que desde el inconsciente impulsa el cumplimiento de
las normas inflexibles y, la mayoría de las veces
inadecuadas. No es mucho menos ese tipo de acción
psíquica originada por el inconsciente. La
Auténtica Obligación Moral lejos de ser una
presión originada en la autoridad, o en la sociedad, o en el
inconsciente, o en el miedo al castigo, es de tipo racional. Se
define así "Es la presión que ejerce la
razón sobre la voluntad, enfrente de un valor".

Cuando una persona capta un valor con su inteligencia,
se ve solicitada por dicho valor, y entonces la inteligencia
propone a la voluntad la realización de tal valor. Pero la
inteligencia presiona suavemente, sin suprimir el libre
albedrío; simplemente ve una necesidad objetiva y como tal
la propone a la voluntad para su realización. Se trata
pues, de una exigencia propia de la razón, fundamentada en
un valor objetivo, pero nacida en lo más íntimo y
elevado de cada hombre: su propia razón. Por lo tanto la
Obligación Moral es autónoma y no incompatible con
el libre albedrío.

Una vez definida la obligación moral lo que sigue
es fundamentarla. La base de la obligación, tal como se
explicó, es la razón frente a un valor. Por estos e
dice que el fundamento próximo de la obligación
moral es el valor. Y no solo en el plano subjetivo, sino que
también en el plano objetivo, ya que, la ley es la
expresión de un valor originada en la razón. Esta
misma ley la cualidad de producir en el sujeto, que se
guía por su recta razón, el sentimiento de
obligación. A esto se le llama "obligatoriedad de la ley",
propiedad típica y que se deduce a partir del valor
expresado por ella. En otras palabras: el hombre, con su
razón, trasciende al plano de los hechos y percibe el
valor de las leyes, con esto el mismo se impone una
obligación o exigencia de tipo racional, sin menospreciar
su libre albedrío y su autonomía. Esta es la
fundamentación de la Obligación Moral.

Existe además una fundamentación superior
de la obligatoriedad de la ley natural. Puesto que su origen
está en la mente divina, se dice que el fundamento
último de su obligación es Dios. Por consiguiente,
quien obedece una ley impersonal por propio convencimiento, ha
logrado ya bastante; pero quien obedece la misma ley en
atención a si origen (Dios), alcanza un nivel superior, no
sólo en la eficacia de su
actuación, sino en la elevación de su
intención, y en la valoración moral de su conducta.
No es lo mismo obedecer un reglamento frío que actuar por
amor a Dios.
En conclusión, el fundamento próximo de la
obligación es el valor; y el fundamento último es
Dios.

Propiedades del Acto Honesto

La Ética es una ciencia práctica, por lo
tanto, está hecha para ser encarnada en la conducta humana.
Lo normal de derecho pide su realización hasta convertirse
en lo normal de hecho. La obligatoriedad de esa presión
por parte de la razón, para que la voluntad escoja el
valor propuesto. La realización de la moral se
puede estudiar bajo varios aspectos. El principal es la serie de
deberes que en concreto se
imponen a cada persona en relación con los demás
hombres, consigo misma, con Dios, con la sociedad, como
profesional, etc. Pero antes de estudiar los deberes del hombre
debemos mencionar y describir las propiedades de un acto honesto
que forma parte de la conducta humana.

  1. Responsabilidad. Es la propiedad del acto humano por
    la cual el sujeto que lo ejecuta debe dar cuenta de él,
    es decir, debe participar de los beneficios, si el acto es
    honesto o reparar los perjuicios si el acto es deshonesto. La
    responsabilidad está en función de la libertad
    del sujeto. La razón de la responsabilidad que recae
    sobre él está justamente en el hecho de que ese
    acto se ha originado en una elección libre del
    sujeto.
  2. El Mérito. Es el derecho a una recompensa por
    haber actuado bien. Lo contrario sería el
    demérito. Este derecho a la recompensa tiene su base en
    el hecho de que un acto honesto produce beneficios a otras
    personas. Esas personas, por lo tanto, deben de recompensar el
    beneficio recibido. En la Filosofía escolástica,
    a este mérito se le conoce como de condigno o de
    estricta justicia.
    Además, existe el mérito de congruo, y es el
    derecho a una recompensa en virtud de una recompensa. Este es
    el tipo de mérito que tiene el hombre respecto a los
    premios otorgados por Dios. Existe un segundo concepto de
    mérito: es el incremento de valor moral, en virtud de
    los actos honestos ejecutados. Esta clase de método
    está relacionado con la bondad y el beneficio del
    acto.
  3. La Sanción. Es el correspondiente premio o
    castigo que se merece por el cumplimiento o violación de
    la ley. Se consideran dos tipos de sanción: la
    intrínseca que es la consecuencia natural de la misma
    conducta humana, por ejemplo, la satisfacción o el
    reproche de la propia conciencia. Y la extrínseca que es
    el premio o castigo expresamente señalados por el
    legislador, a aparte de la sanción intrínseca o
    natural. Es necesario evitar dos extremos opuestos respecto a
    la sanción. Ya que algunos abusan de los premios, de tal
    manera que, llegan a deformar la conciencia del educando de
    modo que el acto honesto se convierte para ellos en el premio
    que les dan por hacerlo. Tampoco hay que exagerar en los
    castigos ya pueden causar que los educandos se conviertan en
    sujetos tímidos y apocados o en su caso, rebeldes. La
    sanción correcta tiene como finalidad inclinar a los
    hombres hacia el bien y apartarlos del mal. Tiene una
    función preventiva y además trata de corregir al
    que ejecuta actos deshonestos procurando que no reincida;
    ésta es la función medicinal.
  4. El Progreso moral. Consiste en el mejor conocimiento
    y aplicación de las normas morales. Puede registrarse
    tanto individual como colectivamente. Independientemente del
    juicio que se haga con relación a la moral de la
    humanidad es necesario evitar el optimismo y pesimismo
    exagerados. Ni es cierto que el pasado fue mejor, ni tampoco es
    cierto que sólo lo moderno tiene valor. En todo caso el
    progreso moral, tanto individual como colectivo, suele
    manifestarse en función de estas dos cualidades, por lo
    menos:
  1. en el plano intelectual, la tolerancia
    (respeto a
    las ideas de otros)
  2. en la línea de la voluntad, la tendencia a
    la unidad (es decir, a la solidaridad y cohesión entre los
    diferentes estratos o miembros de una sociedad).

La Esencia de la Virtud

La virtud es otra propiedad de los actos, honestos, en
cuanto que se repiten y dejan en el sujeto una huella que
facilita la buena conducta. Sin embargo, no todos aprecian la
virtud como un valor moral positivo.

Por eso es necesario definir con mayor precisión
la esencia de la virtud, aclarar los malentendido y describir las
principales virtudes concretas que el hombre de hecho
posee.

  1. La virtud es una cualidad. En primer lugar, no deben
    confundirse la virtud y el acto honesto. Una persona puede
    realizar actos honestos son tener virtud. Ésta es una
    cualidad que inclina y facilita la realización de dichos
    actos.
  2. Cualidad adquirida. Este dato es muy importante ya
    que no hay virtudes innatas. Todas deben adquirirse
    basándose en un esfuerzo y repetición. La virtud,
    como todo valor moral, depende de la actuación
    voluntaria y libre del sujeto. Otros valores pueden heredarse,
    mas la virtud no.
  3. Es una cualidad estable. Las virtudes son
    hábitos buenos, se adquieren y poseen cierta estabilidad
    en la persona, son, además, susceptibles de
    incrementarse lentamente de modo positivo o
    negativo.
  4. Facilita el acto honesto. Ese es el efecto de la
    virtud. Quien la posee tiene mayor facilidad para actuar bien;
    lo hace con agrado y, además, puede realizar actos que,
    sin ella, sería imposible.

De todo lo anterior podemos sacar la siguiente
definición de la virtud: Es una cualidad estable y
adquirida que facilita el acto honesto.

Las virtudes pueden ser naturales (prudencia, justicia,
fortaleza y templanza) o sobrenaturales (fe, esperanza y
caridad), según que corresponda al nivel humano o
estén por encima de las capacidades propias de la
naturaleza del hombre. También se dividen en intelectuales
(prudencia, ciencia, arte, sabiduría e intuición) y
morales (prudencia, justicia, fortaleza y templanza),
según residan ya sea en los apetitos o en la
inteligencia.

Las virtudes morales hacen al hombre bueno. No es
posible usarlas mal. En cambio las virtudes intelectuales
sólo hacen bueno al hombre en cierto aspecto, y, en
algunos casos, podrían estar en contra del valor moral.
Por ejemplo: la justicia siempre es un valor moral positivo. En
cambio, el arte o la ciencia podrían utilizarse
incorrectamente (crimen, guerra,
pornografía), proporcionando al sujeto
valores morales negativos. Solamente la prudencia es al mismo
tiempo intelectual y moral.

  1. Prudencia. Es la virtud de la razón, por la
    que el hombre sabe lo que hay que hacer o evitar en momento
    presente.
  2. Justicia. Consiste en dar a cada uno lo que le
    corresponde. Una persona que de modo contante, respeta los
    derechos ajenos
    y le da a cada uno lo que se le debe, tiene la virtud de la
    justicia. Se pueden considerar tres clases de justicia:
    conmutativa, distributiva y legal o social.
  • La justicia conmutativa rige las relaciones entre
    personas particulares
  • La justicia distributiva rige las relaciones entre
    la sociedad y el súbdito
  • La justicia legal o social rige las relaciones del
    individuo con respecto a la sociedad es la voluntad de actuar
    en atención al bien común.
  1. Fortaleza. Es la firmeza del alma, capaz de vencer
    las dificultades propias de la vida.
  2. Templanza. Es la virtud cuyo objeto consiste en
    moderar los placeres sensibles. Puede tomar la forma de
    sobriedad, en lo que se refiere al gusto por los alimentos y la
    bebida; o bien, castidad, cuando modera el instinto sexual. La
    humildad es también una forma de templanza, puesto que
    modera el gusto excesivo por la propia fama y
    gloria.

El hombre vive en sociedad, y por lo tanto recibe la
influencia de los estatutos y realización de sus instituciones.
Como son la Familia, la
Escuela, el estado y la
Iglesia.

18. Ética
Profesional

Ya definimos a la Ética como la ciencia que
estudia la bondad o maldad de los actos humanos ahora nos toca
definir lo que es la Profesión. La profesión puede
definir como "la actividad personal, puesta de una manera estable
y honrada al servicio de
los demás y en beneficio propio, a impulsos de la propia
vocación y con la dignidad que corresponde a la persona
humana".

En un sentido estricto esta palabra designa solamente
las carreras universitarias. En sentido amplio, abarca
también los oficios y trabajos permanentes y remunerados,
aunque no requieran un título universitario.

En virtud de su profesión, el sujeto ocupa una
situación que le confiere deberes y derechos especiales,
como se verá:

  1. La Vocación. La elección de la
    profesión debe ser completamente libre. La
    vocación debe entenderse como la disposición que
    hace al sujeto especialmente apto para una determinada
    actividad profesional. Quien elige de acuerdo a su propia
    vocación tiene garantizada ya la mitad de su
    éxito en su trabajo. En cambio, la elección de
    una carera profesional sin tomar en cuenta las cualidades y
    preferencias, sino, por ejemplo, exclusivamente los gustos de
    los padres, o los intereses de la familia,
    fácilmente puede traducirse en un fracaso que, en el
    mejor de los casos, consistiría en un cambio de carrera
    en el primero o segundo año, con la consiguiente
    pérdida de tiempo y esfuerzo.
  2. Finalidad de la Profesión. La finalidad del
    trabajo profesional es el bien común. La capacitación que se requiere para ejercer
    este trabajo, está siempre orientada a un mejor
    rendimiento dentro de las actividades especializadas para el
    beneficio de la sociedad. Sin este horizonte y finalidad, una
    profesión se convierte en un medio de lucro o de honor,
    o simplemente, en el instrumento de la degradación moral
    del propio sujeto.
  3. El Propio beneficio. Lo ideal es tomar en cuenta el
    agrado y utilidad de la
    profesión; y si no se insiste tanto en este aspecto, es
    porque todo el mundo se inclina por naturaleza a la
    consideración de su provecho personal, gracias a su
    profesión. No está de más mencionar el
    sacrificio que entrañan casi todas las profesiones: el
    médico, levantándose a media noche para asistir a
    un paciente grave; el ingeniero, con fuertes responsabilidades
    frente a la obra, etc. La profesión también
    gracias a esos mismos trabajos, deja, a l final de cuentas, una
    de las satisfacciones más hondas.
  4. Capacidad profesional. Un profesional debe ofrecer
    una preparación especial en triple sentido: capacidad
    intelectual, capacidad moral y capacidad física.
  • La capacidad intelectual consiste en el conjunto de
    conocimientos que dentro de su profesión, lo hacen
    apto para desarrollar trabajos especializados. Estos
    conocimientos se adquieren básicamente durante los
    estudios universitarios, pero se deben actualizar mediante
    las revistas, conferencias y las consultas a bibliotecas.
  • La capacidad moral es el valor del profesional como
    persona, lo cual da una dignidad, seriedad y nobleza a su
    trabajo, digna del aprecio de todo el que encuentra. Abarca
    no sólo la honestidad
    en l trato y en los negocios,
    no sólo en el sentido de responsabilidad en el
    cumplimiento de lo pactado, sino además la capacidad
    para abarcar y traspasar su propia esfera profesional en un
    horizonte mucho más amplio.
  • La capacidad física se refiere
    principalmente a la salud y a las cualidades
    corpóreas, que siempre es necesario cultivar, como
    buenos instrumentos de la actividad humana.
  1. Los Deberes Profesionales. Es bueno considerar
    ciertos deberes típicos en todo profesional. El secreto
    profesional es uno de estos, este le dice al profesionista que
    no tiene derecho de divulgar información que le fue confiada para
    poder llevar a cabo su labor, esto se hace con el fin de no
    perjudicar al cliente o para
    evitar graves daños a terceros. El profesional
    también debe propiciar la asociación de los
    miembros de su especialidad. La solidaridad es
    uno de los medios
    más eficaces para incrementar la calidad del nivel
    intelectual y moral de los asociados. En fin al profesional se
    le exige especialmente actuar de acuerdo con la moral
    establecida. Por tanto, debe evitar defender causas injustas,
    usar sus conocimientos como instrumento de crimen y del vicio,
    producir artículos o dar servicios de
    mala calidad, hacer presupuestos
    para su exclusivo beneficio, proporcionar falso informes,
    etc. Cuando un profesional tiene una conducta honesta, dentro y
    fuera del ejercicio de su profesión, le atraerá
    confianza y prestigio, lo cual no deja de ser un
    estímulo que lo impulsará con más certeza
    en el recto ejercicio de su carrera.

Trabajo enviado y realizado por:
Francisco Armando Dueñas
Rodríguez

Edad: 23 años
Universidad La
Salle
Cancún Quintana Roo México

Partes: 1, 2
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