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Competitividad




Enviado por brauly_99




    1.
    Introducción

    2. Marco
    teórico

    3. Aplicaciones del
    autor

    4.
    Bibliografía

    1.
    Introducción

    Nuestro país ha ingresado al tercer milenio, con
    el reto de convertirse en una nación
    comercialmente competitiva, para poder medirse
    con las naciones más importantes del mundo sin el temor a
    que sea devorado por los peces
    más grandes.

    De esta forma, las empresas
    costarricenses deben identificar cuales son las ventajas
    competitivas que poseen y que pueden explotar en el mercado. Para
    ello tiene opciones tales como la conservación del
    medio
    ambiente, la generación de empleo por
    medio de empresas
    transnacionales, o bien buscar nuevos nichos de mercado que le
    permitan diversificarse y adquirir un porcentaje de las ventas
    totales.

    Sin embargo, es importante que los empresarios no solo
    identifiquen las fortalezas que posee el país en un
    mercado en constate cambio, sino
    también buscar las debilidades y errores del pasado, con
    el fin de no caer de nuevo en ellos y poder obtener
    el éxito
    que han presentado empresas centenarias como Kodak y
    Shell.

    Las empresas costarricenses deben de tener las características de esas empresas, las
    cuales se desarrollan más adelante, así como una
    fuerte identificación con el servicio al
    cliente para mantenerlo contento y un valor agregado
    a definir por la empresa de
    acuerdo a las fortalezas que ésta presente.

    El siguiente trabajo pretende dar una visión de
    las perspectivas y las posibilidades competitivas que poseen las
    empresas costarricenses, las posibilidades y fortalezas
    así como una pequeña mención de las estrategias
    competitivas con las que puede enfrentarse el mercado
    internacional.

    Además nos da una visión de los nuevos
    retos que se pueden enfrentar al ingresar al tercer milenio,
    siempre con una visión de empresa en
    constante crecimiento y superación.

    2. Marco
    teórico

    Podemos empezar por definir que se entiende por competitividad, existen varias definiciones al
    respecto. Una definición que me parece adecuada es la que
    determina que la competitividad
    es, "el proceso
    mediante el cual la empresa genera
    valor agregado
    a través de aumentos en la productividad, y
    ese crecimiento en el valor agregado es sostenido, es decir se
    mantiene en el mediano y largo plazo"; "contender con
    empeño (lidiar, pelear, batallar; disputar, debatir,
    altercar; discutir, contraponer opiniones o punto de vista);
    igualar una cosa análoga en la perfección o en las
    propiedades".

    Esto sería lo más deseable que sucediera,
    y es lo que la CEPAL ha dado a conocer como competitividad
    auténtica, a diferencia de los conceptos tradicionales de
    competitividad espúrea, basada en ventajas de muy corto
    plazo; como pueden ser salarios bajos,
    sobreexplotación de los recursos
    naturales, aprovechamiento de subsidios por parte del
    estado.

    En Costa Rica se
    podría decir que hay procesos de
    todo tipo. Existen sectores dinámicos que han crecido, han
    aumentado su valor agregado, su productividad y
    que han logrado niveles tecnológicos relativamente altos
    en relación con la capacidad tecnológica de la
    región. Paralelamente, coexisten sectores de trabajo
    intensivos, de escaso valor agregado y con pocas externalidades
    tecnológicas que subsisten amparados al sistema de
    subsidios a la exportación.

    Cuando se estudia el tema de competitividad, se debe
    tener claro que no se puede tipificar la competitividad a nivel
    agregado de la economía, pues
    existen actividades que tienen distintos grados de
    competitividad; e inclusive se encuentran factores de
    competitividad auténtica mezclados con factores de
    competitividad espúrea al interior de una misma actividad.
    Por lo tanto, se podría decir que en nuestro país
    no ha existido una tendencia clara en el tiempo, en este
    campo. Si se ve la competitividad como aumento de las exportaciones, la
    tendencia ha sido al crecimiento; pero no se puede hablar de que
    se haya dado una tendencia hacia el aumento de la eficiencia y la
    obtención de mayores niveles de utilización de alta
    tecnología
    en todos los sectores de la economía, aunque si
    existen diversos esfuerzos para aumentar la calidad de
    algunos productos que
    se venden internacionalmente.

    Probablemente para hablar de competitividad, como bien
    lo dice Porter, habría que irse a la empresa, y al
    sector, e identificar cuáles son los factores que
    determinan que las empresas generen valor agregado y que ese
    valor se venda en el mercado, y si realmente esos factores son
    sostenibles en el mediano y largo plazo.

    Costa Rica tiene una estructura
    productiva poco diversificada, sin embargo, si se compara los
    años 80s en los que la competitividad se basaba en:
    producción en masa, grandes mercados,
    investigación y desarrollo,
    respaldo financiero, organización funcional, dirección profesional y apoyo a los
    gobiernos con el presente las bases son: adecuación al
    cliente,
    trabajadores educados, educación continua y
    en constante actualización, sistemas
    flexibles, calidad total,
    integraciones verticales, responsabilidad tanto social como
    ecológica, tiempo y
    desperdicio, se encuentra que se han dado cambios muy radicales.
    La estructura
    productiva ha variado sustancialmente, existen una enorme
    cantidad de pequeñas actividades de exportación en una serie de rubros, tanto
    industriales como agrícolas, de los cuales no se
    tenía conocimiento
    anteriormente, y no se daban más allá de
    producciones para el mercado interno poco articuladas a principios de los
    80s.

    Por lo tanto, se podría decir que los procesos de
    apertura, los procesos de integración al mercado internacional han
    promovido junto con el apoyo de los subsidios a la
    exportación, el crecimiento de nuevas actividades: Sin
    embargo, la existencia de nuevas actividades no asegura que se
    van a explotar fuentes de
    competitividad sistémica o competitividad estructural de
    largo plazo. Que existan nuevas actividades es en todo caso una
    condición necesaria pero insuficiente para alcanzar una
    competitividad sistémica.

    Se tienen que valorar varios aspectos claves; todas
    aquellas actividades que puedan crecer en el mercado mundial, es
    decir, que sean dinámicas y cuyo mercado se esté
    expandiendo, por ejemplo, en el mercado de la OCDE. A
    través del programa C.A.N
    (Análisis Competitivo de las Naciones), que
    desarrolló la CEPAL, se puede ver una tendencia de algunos
    mercados a
    abrirse, a expandirse, al mismo tiempo que existen mercados que
    se cierran o se estrechan; por lo que una primera
    condición a la cual se aspiraría, sería que
    esas actividades puedan garantizar el crecimiento y
    sostenibilidad de las exportaciones
    pudiendo permanecer en el mercado mundial, para esto
    tendrían que ser actividades dinámicas, lo que la
    CEPAL tipifica en las categorías de estrellas nacientes u
    oportunidades perdidas.

    Una segunda condición es que dichas actividades
    generen valor agregado nacional de manera sustancial. Existen
    experiencias interesantes en el caso de los lácteos,
    las frutas procesadas, las legumbres, en los procesos de
    exportación de flores, plantas
    ornamentales, entre otras; que demuestran que se puede generar un
    proceso
    importante de integración vertical. Son actividades con
    coeficientes de inversión altos, con un uso relativamente
    intensivo de la tierra, que
    tienen niveles altos de inversión tecnológica; sobre todo lo
    que es biotecnología. Este tipo de actividades
    pueden ser interesantes en esta dirección de competitividad
    auténtica se enlazan con cadenas de comercialización externas.

    Por lo tanto, se esperaría que este tipo de
    actividades dinámicas, que generan valor agregado, que
    generan empleo, que
    poseen un coeficiente de inversión tecnológica
    importante y que desarrollan un nivel adecuado de capacidad
    gerencial ( lo cual es de suma importancia para el desarrollo de
    un sector) exploten ventajas de mediano y largo plazo. Esto es a
    lo que Porter llama, crear ventajas competitivas
    sostenibles.

    Existe otro tipo de actividades cuya particularidad es
    que usan de manera extensiva el entorno, el medio ambiente; por
    ejemplo la piña, los cítricos, el banano y otros
    productos; en
    donde se utiliza importante mano de obra pero con procesos
    más de tipo transnacional, en donde las articulaciones
    con el resto de la economía son escasas. Aquí las
    experiencias tipo enclave se han repetido a través de la
    historia en toda
    Centroamérica, por lo que no es nuevo encontrar este tipo
    de actividades, como lo fue en su época el banano, el
    cacao, el tabaco.
    Actividades que poco dejaban a la economía nacional,
    porque estaban articuladas a procesos de producción transnacionales que generaban
    escaso valor agregado dentro del país.

    Eran procesos que no estaban basados en transferencias o
    conocimientos tecnológicos hacia los demás sectores
    y aunque eran sostenibles por la estrategia
    transnacional en términos de aumentar sus exportaciones y
    aumentar su producción; no permiten a la economía
    explotar las ventajas de las externalidades que las actividades
    productivas generan hacia el resto de la economía; como
    son las externalidades de aprendizaje, de
    mejoramiento de la capacidad tecnológica, externalidades
    de desarrollo de pequeñas y medianas empresas que
    abastezcan la demanda de las
    grandes empresas exportadoras.

    En el caso costarricense se podría tipificar
    otras actividades, como pueden ser las manufacturas basadas en el
    uso de la mano de obra, aquí están los textiles, la
    industria de
    los aparatos eléctricos y una serie de actividades de
    ensamblaje relativamente sofisticados, a pesar de que los
    componentes principales son de origen importado, materias primas,
    bienes de
    capital;
    pueden tener externalidades importantes en el corto plazo. Todo
    este tipo de actividades desarrolladas en zonas francas, procesos
    de maquila (no solo maquila de ropa sino de productos en todo
    sentido), son actividades en un entorno controlado, con un
    ambiente
    tecnológico adecuado y con características que de alguna manera, se
    pueda saber identificar el tipo de inversión y crear
    incentivos
    correctos, pueden resultar actividades que en el mediano y largo
    plazo generen un efecto de aprendizaje,
    pueden generar un crecimiento en el empleo, un incremento en el
    valor agregado, por lo que en términos generales
    podrían ser una alternativa de competitividad
    auténtica.

    Se tienen también las actividades tradicionales
    de exportación, en el caso de Costa Rica el
    café,
    el azúcar,
    el banano, la carne y los productos no tradicionales que de
    alguna manera, son actividades que están bien articuladas
    al entorno regional de cada una de las áreas en el
    desarrollo del país, pero que por si solas no han
    garantizado un crecimiento progresivo y una integración
    vertical progresiva de los procesos productivos, aunque
    sería mucho pedir que solo cinco actividades garanticen el
    desarrollo de un país.

    También tenemos las actividades del sector
    turismo, en donde
    se podría esperar que los procesos de explotación
    de los recursos
    naturales en los lugares turísticos, se den a
    través de actividades que permitan generar mayor valor
    agregado en los productos que se venden. En la actualidad estamos
    viviendo una especie de "boom" en donde alguna parte del sector
    esta desarrollándose con una visión de mediano y
    largo plazo, y alguna otra parte, con una visión meramente
    comercial, articulada a procesos transnacionales de hotelería,
    que no son realmente la solución para un país
    pequeño como Costa Rica. En este campo estamos empezando y
    tenemos aún mucho potencial, en la región del
    pacífico sur por ejemplo; o inclusive las áreas de
    conservación, que son a futuro áreas de gran
    potencial turístico.

    En su conjunto se podría decir que la
    economía costarricense esta cambiando rápidamente y
    dichos procesos serán más acelerados en el marco de
    la integración hemisférica, ante un entorno
    más competitivo y más articulado alrededor de
    transnacionales. En este caso, cuando se habla de ser más
    competitivos nos referimos al hecho de que la competencia va a
    ser cada vez más difícil, especialmente para la
    pequeña y mediana empresa; en un entorno que se torna de
    alguna manera muy amenazante para las empresas de capital
    nacional con poca articulación al mercado mundial. La
    represión financiera (tasas de interés
    altas y poca accesibilidad al crédito) pueden ser a la larga, el
    principal problema para la competitividad de dicho
    sector.

    Vamos hacia un período de
    desnacionalización, se van a trasladar buena parte de
    nuestras estructuras
    productivas a manos de empresas externas. Eso, en si mismo no es
    malo ni bueno, pero puede de alguna manera condicionar el tipo de
    actividad y el tipo de desarrollo que busquemos hacia el
    futuro.

    Definitivamente, la economía tiene grandes
    extremos, grandes asimetrías productivas y la mejor forma
    para controlar esas asimetrías, esas diferencias entre
    productividades y competitividad que hay entre las diversas
    actividades y regiones del país, pasa entre otros aspectos
    por un fortalecimiento de la educación, el
    desarrollo de la inversión en ciencia y
    tecnología, la creación de ventajas para lograr
    una verdadera diversificación de las empresas y por
    supuesto, la cobertura y disminución del costo en el
    mercado financiero.

    Se sabe también que está surgiendo un
    ambiente mucho más amenazador para la pequeña y
    mediana empresa, lo cual es muy importante para el proceso de
    desarrollo, pues puede ser que no sean las empresas
    tecnológicas más avanzadas las que tengan
    éxito en la nueva integración de mercado; puede ser
    que sean las pequeñas y medianas empresas las que puedan
    tener éxito en procesos de subcontratación, en
    venta en nichos
    específicos de mercado y sobre todo, en sostener el
    empleo, aspecto central si queremos mejorar la distribución del ingreso, o al menos, no
    sufrir fuertes caídas en este campo.

    Además, vivimos en un entorno donde hay que
    proteger más de 4000 pequeñas y medianas empresas,
    pero se debe de tener claro que se debe protegerlas buscando que
    se den procesos de producción nuevos, donde éstas
    vayan reestructurando su producción, de tal manera que les
    permita ser más eficientes en sus procesos productivos y
    ser más competitivos en el entorno. Esto debe pasar por
    algunos aspectos esenciales, como es el desarrollo de una
    política
    industrial que mejore el acceso a la ciencia y
    la tecnología en los procesos productivos, la
    capacitación del trabajador en forma
    distinta, el fomento de la educación
    técnica y de la educación en general, es decir,
    crear las condiciones institucionales que garanticen un Estado mucho
    más promotor de las actividades productivas y del desarrollo
    económico.

    Por último, se debe hablar de los recursos
    naturales uno de los sectores de mayor dinamismo en el
    futuro; que se van a ver asociados con sectores de servicios y
    biodiversidad,
    el desarrollo de áreas de protección, el
    sostenimiento del medio ambiente
    natural que permita crear condiciones para el desarrollo.
    Definitivamente se tiene que usar el concepto de
    sostenibilidad en el proceso de explotación de los
    recursos
    naturales, pero eso no significa que se pierda la perspectiva, el
    desarrollo de productos asociados con los servicios
    ambientales, el aprovechamiento de los nichos de mercado de
    productos orgánicos y en general la explotación
    racional, pueden favorecer el crecimiento del empleo, los
    ingresos y el
    bienestar de forma sostenida.

    En Costa Rica se tiene una población creciente, un desarrollo urbano
    creciente, por lo tanto, necesitamos aumentar la
    producción por unidad de tierra, por
    unidad de recursos naturales, y esto debe pasar por el desarrollo
    de nuevas fuentes
    tecnológicas, por el desarrollo de la biotecnología en los procesos productivos
    agrícolas, la incorporación de valor agregado en
    las actividades que se realizan y sobre todo; por el desarrollo
    de un entorno institucional que propicie, la concertación
    social, la equidad y la protección del medio ambiente, y
    lo más importante aquí es garantizar un uso
    sostenido y sostenible en el mediano y largo plazo de los
    recursos.

    Por último se podría decir, que en nuestro
    país se tienen rasgos interesantes en el desarrollo de la
    competitividad, es decir, se da un aumento sustancial de las
    exportaciones a pesar de los problemas de
    tipo de
    cambio, el deterioro de las condiciones de infraestructura,
    los altos costos de
    transporte,
    los problemas en
    los muelles, el transporte
    marítimo, la infraestructura vial. Corregir estos
    problemas y desarrollar una política industrial
    activa pueden hacer la diferencia.

    Aunque al final de cuentas lo que se
    va a dar es una mezcla de sectores dinámicos, sectores
    competitivos sistémicamente, con sectores articulados a
    transnacionales poco vinculados a la economía nacional, y
    que probablemente exploten competitividad espúrea; esto
    expresa nuestra realidad.

    La tarea que nos corresponde es dirigir mejor los
    procesos que se están generando, lo peor que puede hacer
    un país es nuestras condiciones es dejar al libre mercado
    la asignación completa de los recursos. Será
    prudente la definición de una política productiva
    activa, que direccione en forma adecuada el proceso de cambio.

    La competitividad más que cualquier otra cosa
    depende de las personas; de sus actitudes ante
    los retos, de sus habilidades, de sus capacidades de innovar, de
    su intuición y creatividad,
    de saber escuchar y comunicase con otros, de hallar y usar
    información, de plantear y resolver
    problemas, de trabajar individualmente y en equipo, de aprender a
    aprender, responsabilidad y tenacidad, valores y
    sensibilidad social.

    Un reto de fin de siglo

    El ser competitivo hoy en día significa tener
    características especiales que nos hacen ser escogidos
    dentro de un grupo de
    empresas que se encuentran en un mismo mercado buscando ser los
    seleccionados. Es diferenciarnos por nuestra calidad, por
    nuestras habilidades, por nuestras cualidades, por la capacidad
    que tengamos de cautivar, de seducir, de atender y asombrar a
    nuestros clientes, sean
    internos o externos, con nuestros bienes y
    servicios, lo cual se traduciría en un generador de
    riquezas, de acuerdo a lo planteado por Michael Porter en su
    libro
    "Ventajas Competitivas".

    No podemos implantar patrones competitivos o cualquier
    otro que detectemos como factor crítico de éxito
    para nuestro negocio, a menos que el componente humano de las
    empresas, programen sus creencias hacia la visión,
    misión,
    valores y
    objetivos
    estratégicos de la
    organización.

    El reto de fin de siglo de las organizaciones
    está dado por un cambio de actitud de las
    personas involucradas en los procesos productivos,
    administrativos, de gestión
    estratégica, a fin de enfrentar los continuos cambios
    imperantes en el ambiente y en las condiciones del mercado, lo
    cual conllevaría a la búsqueda de una calidad total en
    toda su gestión, ya que las dos vías
    principales para llegar con éxito a las puertas del III
    milenio y entrar en él, son la actitud
    abierta decidida y congruente con el Aprendizaje y
    la Innovación.

    En nuestras organizaciones se
    debe cambiar de patrones, de pensamiento y
    comportamiento, es decir, emplear lo que afirma
    Thomas Kuhn: el cambio de paradigmas.
    Cambiar nuestras formas de liderizar grupos de
    individuos y negocios,
    cambiar nuestra forma de gerenciar procesos, cambiar nuestra
    forma de pensar-sentir-actuar, cambiar nuestro futuro a
    través de acciones en el
    presente, y por medio de la creatividad,
    cambiar puntos de vistas, de encontrar nuevos enfoques para ver
    las cosas con otros ojos.

    Ahora bien la actitud no basta, la acción es
    esencial, el aprendizaje no
    se ha dado hasta que el comportamiento
    no haya cambiado. Entonces cómo cambiar, cómo
    lograr la eliminación de hábitos, cómo dar
    ese vuelco a nuestra realidad en forma práctica. Tal como
    lo planteaba Barnard en "Las Funciones del
    Ejecutivo", "debemos motivar al individuo al logro del
    propósito colectivo".

    La creación de nuevas empresas depende de cambios
    de pensamientos. La creatividad y el aprendizaje son dos llaves
    que junto a la calidad abren esas novedosas y a veces misteriosas
    puertas del III Milenio.

    Este cambio de actitud, de pensamientos, de pertenencia
    a la
    organización, nos va a permitir crear empresas que
    puedan adaptarse rápidamente a los cambios exigidos en
    esta sociedad tan
    cambiante y turbulenta, tal como llama el Autor del libro "The
    Living Company, Habits for Survival in a Turbulente Business
    Enviroment", Arie de Geus, debemos crear "empresas vivientes" que
    tengan personalidad
    propia que permita un desenvolvimiento armonioso, que conozcan
    quienes son, su posición en el mercado, que valoren las
    nuevas ideas de las personas y mantengan su capital de manera que
    les permita gobernar su futuro. Esos rasgos de personalidad
    manifiestan un comportamiento orientado y diseñado para
    renovar a la empresa generación tras generación. De
    allí que podamos decir que las empresas, las "empresas
    vivientes", producen bienes y servicios para ganar y mantenerse
    en la misma forma que nosotros como seres vivos lo hacemos al
    tener un trabajo para poder vivir nuestras vidas.

    Marcel Antonorsi Blanco, define la competitividad de
    una empresa
    como la capacidad imprescindible, vital y necesaria de una
    organización para imaginar, diseñar,
    desarrollar y mercadear productos con mejor precio,
    calidad y oportunidad que los competidores a través de un
    esfuerzo sostenido e inteligente para el éxito en mercados
    abiertos y globales.

    Sin embargo, no basta simplemente competir. Es necesario
    lograr ventajas competitivas; Julián Villalba, sostiene
    que:

    "Las empresas competitivas son aquéllas capaces
    de ofrecer continuamente productos y servicios con atributos
    apreciados por sus clientes.(…)A
    este conjunto de características que distinguen al
    producto de
    una empresa de sus competidores lo denominamos ventajas
    competitivas.(…)Lo único seguro acerca de
    las ventajas competitivas es su dinamismo; los mercados pueden
    cambiar sus exigencias o la tecnología de la empresa puede
    verse desplazada por las de la competencia. Si
    una empresa no invierte en mantenerlas, remozarlas, tarde o
    temprano estará condenada a perderlas.(…) Existen dos
    categorías de ventajas competitivas: de costos y de
    valor. Las ventajas de costos están asociadas con la
    capacidad de ofrecer a los clientes un producto al
    mínimo costo.(…)Las
    ventajas competitivas de valor; por su parte, están
    basadas en la oferta de un
    producto o servicio con
    atributos únicos, discernibles por los clientes, que
    distinguen a un competidor de los demás.

    "Esta filosofía de la competitividad y sus
    ventajas de costo-calidad ha traido consigo la
    modificación de los "mercados de trabajo" al igual que de
    los procesos de producción, comercialización y
    distribución de los bienes-servicios de las
    industrias que se
    desempeña en el sector de las telecomunicaciones. Ahora bien, el acelerado
    desarrollo de esta mutación tecno-organizacional que se
    concentra en la competitividad y la innovación, con sus productos sustitutos en
    el sector de las tecnologías de información y comunicaciones, particularmente en lo referente a
    los bienes de consumo
    intermedio ha alterado la estructura de las antiguas ramas de las
    industrias
    culturales/comunicacionales generando nuevos participantes
    (riesgo de
    competencia) y sustitutos (riesgo de
    sustitución).

    A manera de reflexión, de no darse ese cambio de
    actitud, no se superaría el reto de fin de siglo, ya que
    la mayoría de nuestros líderes enfocan sus
    pensamientos fundamentalmente en producir bienes y servicios,
    pasando por alto que la organización es una comunidad de
    seres humanos que se encuentran en una dinámica convivencia, lo que los conlleva a
    reducir el período de vida de las empresas a 20
    años como promedio. Por el contrario, empresas como Shell,
    Du Pont, Kodak, entre otras, que han demostrado una longevidad
    mayor de 100 años, teniendo como característica
    fundamental una fuerte identidad
    corporativa, serían nuestro ejemplo a seguir.

    3. Aplicaciones del
    autor

    Centroamérica tiene cuatro tareas retadoras en el
    campo de la apertura económica intrarregional y los
    empresarios siguen siendo el actor principal en la “Agenda para
    la competitividad y el desarrollo
    sostenible''.
    Lo anterior se enfatizó recientemente en Costa Rica, donde
    los presidentes del área y otras autoridades conocieron el
    documento “Centroamérica en el siglo XXI''.
    La ejecución de la agenda está a cargo del Centro
    Latinoamericano para la Competitividad y el Desarrollo
    Sostenible y el Instituto de Harvard para el Desarrollo
    Internacional, Hiid.
    En la cita a la que también asistieron las autoridades del
    Banco
    Centroamericano de Integración
    Económica, Bcie, los expertos hablaron sobre el gran
    desafío que es “saltar hacia etapas superiores de
    competitividad''.

    Se informó que existe un momento histórico
    de oportunidades excepcionales: el paso de la economía de
    los materiales a
    la economía de la información; de la guerra
    fría a la geopolítica de la paz caliente, la
    globalización, el comercio y las
    disyuntivas sobre la ética del
    desarrollo.
    El paso del crecimiento y la disciplina
    fiscal a las
    ventajas comparativas y del crecimiento y la disciplina
    fiscal al
    crecimiento con disciplina fiscal pero sostenible, con equidad
    social y equilibrio
    ambiental.
    Centroamérica, se reiteró, requiere una
    inserción inteligente en el mundo, una estrategia, su
    agenda.
    La agenda, se indicó, ya está en marcha. Algunos
    países del área han avanzado en la
    transformación estructural del sistema
    estadístico; en la ley ambiental; el
    fondo vial; la competitividad turística e incentivos a
    ésta, entre otros ámbitos.

    Con la implementación de la agenda “la
    competitividad de Centroamérica ha mejorado en su conjunto
    según indicadores de
    clase mundial''.
    La región ha incrementado el porcentaje exportado a las
    economías más desarrolladas, en productos cuya
    demanda ha
    aumentado en esas economías. La región ha sido
    eficiente y eficaz.

    Los pasos van en la dirección correcta pero es
    necesario adquirir las mejores experiencias para dar “saltos de
    rana'' en cuanto a operación y estrategia de las empresas
    y en clima de negocios.

    Se trata de cómo las empresas logran elevar la
    productividad mediante la innovación y un mejor uso de los
    factores de la producción y establecer condiciones que
    faciliten el ambiente en el cual compiten las empresas.
    Esta agenda nació a inicios de 1996 como un mandato de los
    presidentes centroamericanos.
    Los objetivos
    iniciales: construir una agenda regional de competitividad y
    desarrollo sostenible; servir al mejoramiento del clima de negocios
    de los países mediante investigación aplicada y
    facilitación del diálogo y
    estudiar los “clausters'' con potencial competitivo a nivel
    global.
    Expectativas. Desde un punto de vista internacional,
    Centroamérica es percibida como una región
    económica y no solamente geográfica.

    La agenda se sustenta en la competitividad y el
    desarrollo sostenible y centra su atención en el bienestar humano como
    criterio para medir el progreso de las naciones.
    Las cinco dimensiones que afectan el desarrollo del área
    son: social, macroeconomía, microeconomía, reforma institucional y
    ambiente.
    Respecto al ambiente, es posible que Centroamérica genere
    1,500 millones de dólares en el 2005.
    Si se aplica la agenda sugerida dado el alto potencial
    competitivo de turismo, se
    alcanzaría un ingreso regional, sólo por ese rubro,
    de $4 mil millones en el 2005.

    En el campo de la agroindustria y siempre con la agenda,
    es posible mantener el ritmo de crecimiento real de 12%
    catapultando las exportaciones a $13 mil millones en el 2005.
    En cuanto a textiles y prendas de vestir, debe aumentarse el
    valor agregado, generar más empleo y capacitar los
    recursos
    humanos.
    Lo anterior permitirá al menos un 15% de crecimiento anual
    llevando las exportaciones a $14 mil millones en el 2005. Es
    decir, pasar del 1,5% al 2.9% del mercado mundial.
    En lo referente a servicios electrónicos y de software, se insiste en
    desarrollar un sistema integrado de formación
    técnica en manufactura de
    semiconductores y en formación de
    programadores software.
    Además, mejorar las telecomunicaciones y energía. Con ello, se
    podrían exportar $5 mil millones en el 2005.
    El corredor logístico centroamericano permitiría
    tener un ahorro en los
    costos de logística que está entre un 5 y un
    10% del PIB en el
    2005: Serían ahorros de $4.5 mil millones.

    Para atraer inversiones,
    los expertos consideran conveniente, entre otras acciones,
    mejorar los sistemas de
    propiedad de
    bienes inmuebles; los sistemas de registro de
    marcas y
    propiedad
    intelectual y los sistemas judiciales en el campo de
    resolución de conflictos en
    materia
    comercial.
    Al elevar los grados de escolaridad promedio a seis años
    al 2005, podría significar un 1% más de crecimiento
    del Producto Interno
    Bruto, PIB, en el
    área, equivalente a $4.5 billones.
    Las cuatro grandes etapas para la apertura económica
    intraregional son: consolidación de la zona de libre comercio de
    bienes, del 2000 al 2005.

    La liberaralización de los servicios, del 2005 al
    2010; la unificación de la política comercial del
    2010 al 2015 y la consolidación de la Unión
    Aduanera Centroamericana del 2015 al 2020.
    Se sugiere crear comités de competitividad mixtos,
    sector
    público y privado; comprometerse con la productividad,
    la calidad y la innovación y cumplir las normas legales
    sobre propiedad y comercio,
    entre otras medidas.

    4.
    Bibliografía

    www.ladb.unm.edu/aux/econ/sociedad/1996/september/competitivadad.html
    www.colciencias.gov.co/cq97co/presenta/EDCOMPET/
    www.laguia.com.ve/clasificados/trabajo/Articulo_43.html
    www.oei.org.co/innovacion4.htm
    www.laprensahn.com/portadas/9702/o19.htm

     

     

    Autor:

    Braulio Rojas

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