John Hawkins: corsocontrabandista, pirata y negrero en la Borburata del siglo XVI
Que la historia está sustentada por hazañas de
hombres calificados como buenos o malos, según sea el caso,
no deja de ser cierto. Ella, es permeable a un sinfín de
disposiciones que tienen que ver con quienes la producen o
reproducen. Es por ello que el presente trabajo
biográfico-histórico acerca de un personaje tan
complejo de ser estudiado dado su ubérrimo actuar en el
campo naval, comercial, corsocontrabandístico y
pirático; no deja de convertirse en tarea difícil que
puede llevar por senderos de la fascinación y lo
mítico. Ante estos tentadores peligros se pretende abordar a
John Hawkins desde perspectivas simples y complejas referidas
fundamentalmente, por un lado, a su vida y por el otro lado a su
obra como intrépido marinero y comerciante en el Nuevo
Mundo, específicamente en el puerto de la Borburata situado
en las costas de la Provincia de Venezuela. 1565 sería el
año del primer arribo de Hawkins a esta colonia de ultramar
en la cual institucionalizó un novedoso procedimiento
negociador de característica muy peculiar.
Palabras clave: Corsopiratismo, piratería, negrero,
negocio.
John Hawkins nació en la Inglaterra de 1532, en
Plymouth, en el seno de una familia echada a la mar como buenos
navegantes y, por lo tanto, de grandes mercaderes.
El mundo oceánico no resultaría ajeno al
niño, que daría sus primeros pasos en un hogar de
aventureros enriquecidos con las distintas actividades
marítimas. Su mentor sería, a la postre, su padre
William Hawkins que, convertido en uno de los primeros ingleses
comerciantes en dirigir su propia empresa naval más
allá de las fronteras británicas, monopolizaría un
vasto mercado con las novoposesiones hispanolusitanas del Nuevo
Mundo hacia 1530.
John Hawkins, por su parte, haría una carrera como
navegante y mercader vertiginosamente ascendente; tanto así
que superaría con creces a su avezado padre y al resto de
los miembros de la familia. Un hermano suyo, mayor que él
trece años y con el mismo nombre del papá se
encargaría de enfilar a John en varias expediciones por mar
que arrojarían buenas fortunas económicas. Vida que,
prontamente, su hermano abandonaría para dedicarse a los
cargos burocráticos como alcalde y gobernador en varias
oportunidades de la portuaria ciudad de Plymouth. John Hawkins,
en cambio, continuaría sus andanzas por el maravilloso mundo
de la navegación y el comercio. Legado por su hermano los
derroteros marítimos hacia las islas Canarias,
comenzaría a viajar y a traficar mercaderías en dichas
islas de manera clandestina.
Sabía John Hawkins que el océano
Atlántico en su más allá, en su ultramar,
tenía territorios muy ricos y que muy poco o nada
habían sido explotados antes de los arribos de
españoles y portugueses. De su padre había obtenido
información relacionada al desarrollo comercial en las
Indias Occidentales a propósito de los viajes de
negocio que el viejo Hawkins realizó en varias ocasiones al
Brasil por los años de 1530. John Hawkins sustentaría
el vago conocimiento acerca del Nuevo Mundo con sus permanencias
en las islas Canarias en las cuales se hablaba con frecuencia de
la situación económica y política de las distintas
plazas americanas.
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