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La inversión extranjera directa como incentivo al desarrollo económico (página 2)



Partes: 1, 2

 

El TLCAN y el TLC Canadá y Chile no
brindan un concepto propiamente dicho de
inversión, sino que
incluyen una lista positiva amplia de activos expresamente vinculados a
las actividades de una empresa (acciones de una empresa; instrumentos de deuda de
una empresa y un préstamo de una empresa en ciertas
condiciones; participación en una empresa que dé
derecho a participar en el haber social de una empresa en una
liquidación o en sus ingresos o utilidades; bienes raíces u otra
propiedad, tangible o
intangible, adquiridos o utilizados con el propósito de
obtener un fin económico; la participación que resulte
de contratos tal construcción y de llave
en mano; y, contrato en que la
remuneración depende sustancialmente de la producción, ingresos o
ganancias de una empresa) y una lista negativa excluyen de
ciertos tipos de reclamación pecuniarias.

El G-3 y los tres acuerdos bilaterales de libre comercio incorporan
también una lista negativa, la cual excluye no sólo
ciertas reclamaciones pecuniarias, sino también obligaciones de pago de una
empresa del Estado o préstamos a una
empresa del Estado. En el caso de todos estos convenios, el
concepto de inversión incluye la inversión en
portafolio.

En Cuba se define la inversión extranjera, de
la siguiente manera: Aportes de capital realizados por
inversionistas extranjeros, en su carácter de socio en una
empresa mixta o como parte en una asociación de
carácter contractual, como los actos de adquisición de
bienes inmuebles situados en el territorio cubano conforme a las
regulaciones contempladas en el Capitulo VI de la Ley # 77 de la inversión
extranjera.

4. Definición de
inversionista

La definición de inversionista hace referencia a
las personas naturales y personas jurídicas u otro tipo de
entidades legales a las que se aplicará el
acuerdo.

En relación con las personas físicas, todos
los acuerdos consideran como inversionista al nacional de un
país, parte del mismo. La definición de nacional
está, por lo general, sujeta a la legislación nacional
y hace referencia a la ciudadanía. El TLCAN, el
TLC CA/CHI y el Mercosur intrazona consideran
inversionista no sólo al nacional, sino también al
residente permanente. El TLCAN y los tres tratados bilaterales de libre
comercio hacen referencia a
que el inversionista es aquel que "pretende realizar, realiza o
ha realizado" una inversión, a efectos de incorporar dentro
del concepto al inversionista potencial. Finalmente, los dos
protocolos del Mercosur utilizan
la residencia permanente en su propio territorio para delimitar
el concepto de inversionista, salvo cuando los recursos referidos a las inversiones provengan del
exterior.

En relación con las personas jurídicas u otras
entidades legales, existen diversos criterios para definirlas,
los cuales pueden agruparse en criterios de carácter
territorial y criterios basados en la propiedad o control. En el caso de los
primeros, se utiliza el lugar de constitución de la empresa o el lugar donde se
encuentra instalada la administración o donde
tiene asiento la empresa. En el caso de los segundos, éstos
se basan en el control directo o indirecto de las empresas por parte de personas
físicas de uno de los países parte del
acuerdo.

Los criterios de constitución, asiento o control
también pueden combinarse, en forma alternativa o
acumulativa, según se busque ampliar o restringir el
ámbito de aplicación del acuerdo. En el caso de los
acuerdos analizados, el TLCAN, el G-3 y los tres tratados
bilaterales de libre comercio utilizan el lugar de
constitución u organización o, en el caso
del G-3, protección- para determinar la nacionalidad de una empresa.
Los protocolos de Mercosur utilizan criterios mixtos. En el caso
del Protocolo intrazona se utilizan
los criterios de constitución y sede, pero también
entiende como personas jurídicas a "aquéllas
constituidas en el Estado anfitrión de la
inversión efectivamente controladas, directa o
indirectamente, por personas físicas y jurídicas"31
definidas según el mismo protocolo. Por su parte, el
Protocolo extrazona combina los criterios de constitución y
sede.

En Cuba el inversionista extranjero es la persona natural o jurídica,
con domicilio en el extranjero y capital extranjero, que se
convierte en accionista de una empresa mixta, o partícipe en
una empresa de capital totalmente extranjero, o que figure como
parte en los contratos de asociación económica
internacional.

5. Modalidades de
inversión extranjera

La inversión
extranjera tiene tres modalidades definidas: inversión
directa, indirecta y de portafolio.

Se consideran como inversiones indirectas todos
los actos o contratos por medio de los cuales el inversionista
realiza un aporte tangible o intangible a una empresa sin llegar
a tener participación accionaria en todo o en parte de ella,
siempre y cuando las rentas que la inversión genere para su
propietario dependan de las utilidades generadas por la
empresa.

Se consideran como inversiones de
portafolio
,
las inversiones en acciones y bonos obligatoriamente
convertibles en acciones y otros valores negociables en bolsas
de valores.

Se consideran como inversiones extranjeras
directas
los aportes provenientes del exterior, de propiedad
de personas extranjeras, al capital de una empresa; y la
adquisición, con ánimo de permanencia, de
participaciones, acciones o cuotas en el mercado de valores. Sus formas
más generales son: la importación de divisas libremente convertibles
para inversiones en moneda nacional como la creación de
empresa o como aporte directo de capital a una empresa o
adquisición de derechos, acciones u otros valores;
importación de maquinaria, equipos u otros bienes
físicos o tangibles, aportados al capital de una empresa
como importaciones no reembolsables;
Importaciones de divisas libremente convertibles para efectuar
inversiones en moneda nacional destinadas a la compra de
inmuebles para residencia propia o vivienda de funcionarios u
oficinas de personas jurídicas extranjeras.

Esta última es la más extendida e importante y
por eso será el objeto directo de nuestra investigación.

6. Principales
efectos de la inversión extranjera
directa

Los principales efectos, tanto
positivos como negativos de la IED se concretan en:

Lavado de dinero: Para el blanqueo
de dinero, ya sea producto de narcotráfico o cualquier
otra actividad ilícita, la forma más utilizada es la
siguiente: los operadores de este negocio constituyen sociedades ficticias en otros
países, simultáneamente crean compañías en el
país hacia donde se dirigen los dineros sucios, que
aparentemente son las destinatarias de la inversión
foránea. A estas últimas, las registran con nombres
similares a los de firmas multinacionales para facilitar la
transacción. Los lavadores utilizan declaraciones de
cambio para trasladar el dinero a través de los
bancos. Para ello abren
cuentas corrientes, usando el NIT
de empresas reales, luego hacen desaparecer el dinero. Estas
operaciones se hacen con la
complicidad de funcionarios corruptos de la banca.

PIB per cápita: Ejercicios de carácter
empírico indican la existencia de una fuerte relación
entre inversión extranjera y el crecimiento del PIB per cápita. Por
ejemplo, en un estudio realizado por Alejandro Gaviria y Javier
Gutiérrez encontraron para diez países
latinoamericanos, que por cada aumento en los flujos de
inversión en 1% con respecto al PIB, el PIB per cápita
se incrementa en una tasa superior a 1% de la que se
presentaría en ausencia de los flujos de capital.

Acumulación de capital: La inversión
extranjera incrementa el stock de capital de la región
receptora, produciendo una ampliación de la demanda efectiva que eleva la
tasa de crecimiento del producto. La acumulación de capital
físico ocurrirá, siempre y cuando los flujos de
inversión no se destinen a la compra de activos productivos
ya existentes. Así mismo, las repatriaciones de capital no
podrán superar los flujos brutos de inversión, de lo
contrario se presentaría una disminución del capital.
Los montos de capital repatriado, no solo son importantes como
determinante de la inversión, sino que también permiten
medir los efectos finales de la IED en cuanto a acumulación
de capital.

Innovación y desarrollo
tecnológico:
Las ventajas de las empresas extranjeras,
son básicamente la implantación de procesos de producción
modernos o únicos, introducción de nuevas
técnicas de gestión y mayor
calificación de la mano de obra. Tarde o temprano, estas
tecnologías se traducen en aspectos positivos para los
empresarios nacionales.

Balanza de pagos: La inversión extranjera
implica por sí misma, la entrada de divisas al país y
revierte en alguna medida, la restricción de financiamiento externo. El
efecto contrario se presenta en el caso de una drástica
salida de los flujos de inversión, que genera problemas de carácter
macroeconómico en la región receptora. La historia señala que, por el costo de movilidad, es mayor el
peligro cuando se trata de inversión extranjera de cartera,
que cuando la inversión se materializa en infraestructura
productiva.

Competitividad: Debe resaltarse que la competitividad de una nación, no depende solo
de producir los bienes a menor costo, sino que a su vez, debe
contar con otros elementos como son calidad (tanto en los sistemas de producción
como en el producto final), capacidad de respuesta a la demanda
de los consumidores, rapidez en la entrega, mercadeo agresivo y
establecimiento de redes eficientes en la distribución. Las empresas
multinacionales concentran estos aspectos, en efecto, son
dueños de tecnologías más dinámicas y poseen
sistemas internacionales de
producción cada vez más integrados y operan en
múltiples mercados en forma
simultánea.

Comercio exterior: A la IED se le atribuye
generalmente una fuerte actividad comercial externa debido a las
experiencias en cuanto a la dinámica exportadora de
las empresas receptoras de inversión extranjera llegando a
ser en algunos casos superior a la de las empresas nacionales.
Pero esto depende de si estas operan o no con materias primas y
bienes intermedios importados, y en que cantidad lo hacen, lo que
en términos netos puede representar un balance comercial
negativo

Concentración de capital: Por una parte
tenemos la compra de empresas ya existentes en el país de
destino de la inversión. Por otra parte, generalmente las
empresas transnacionales se establecen en sectores intensivos en
capital, y al contar éstas con una base mayor, en este
recurso, que las empresas establecidas, cuentan con una
considerable ventaja. Además, los mayores niveles de
eficiencia de las
compañías multinacionales, producto del funcionamiento
de sus fuerzas productivas a escala ampliada, junto con las
redes de distribución internacionales que ya tienen
establecidas, terminan por desplazar las empresas instaladas
menos eficientes. Otro factor que influye de sobremanera en el
desplazamiento de las empresas establecidas con anterioridad, lo
constituye la tecnología; la tecnología propia
de una industria es propiedad privada
de las grandes empresas, amparada con patentes, esta
tecnología se restringe a los antiguos productores locales y
si estos pertenecen a una nación en desarrollo se
encuentran en una gran desventaja, teniendo en cuenta que esos
países invierten muy poco en I&D y su innovación
tecnológica es muy escasa. La inversión extranjera
no es una masa de capital que fluye a través del mundo
motivada únicamente por las fluctuaciones de la oferta y la demanda del
mercado mundial de capitales. La
inversión extranjera, no responde a una saturación de
capital en el país inversor; es la búsqueda de una
mayor ganancia, lo que la mueve a establecerse más allá
de sus fronteras.

7. La inversión
desde la perspectiva del inversor

Cuando una
empresa multinacional opera en un país extranjero se
enfrenta a costes adicionales, en comparación con los
competidores locales, costes que aparecen como consecuencia de
las diferencias culturales, legales, institucionales,
lingüísticas, la falta de conocimiento de los mercados
locales y los costes de comunicación por operar a
distancia, principalmente. Para que la inversión de una
empresa en el exterior sea beneficiosa, la firma debe poseer
alguna ventaja no compartida por las competidoras locales. Este
ha sido comúnmente el punto de partida de las teorías de la
inversión exterior y de la empresa multinacional.

Al revisar la literatura existente sobre los determinantes
de la actividad de las empresas multinacionales, suelen
distinguirse dos tipos de enfoques: el enfoque
microeconómico, que se centra en las características
internas de las empresas multinacionales, y el enfoque
macroeconómico, que se fija en la dinámica de rivalidad
dentro de una industria oligopolística. Ambos grupos no son excluyentes y
existen teorías que utilizan argumentos de las dos
categorías. En la base de los dos grupos están las
teorías de competencia imperfecta entre
grandes empresas.

En el marco del enfoque microeconómico destaca el
"paradigma ecléctico"
desarrollado por Dunning, que busca ofrecer un marco general para
determinar la extensión y el modelo de producción en
el exterior de las empresas de un determinado país, así
como la producción en el país por parte de empresas
extranjeras. Se trata de un enfoque unificador que permite una
aproximación completa a la explicación de la
inversión directa en el exterior.

Las siglas OLI, base del marco analítico de
Dunning, se refieren a las ventajas de propiedad (ownership),
localización (location), y de internacionalización
(internalization). Cada uno de estos conceptos por su parte
abarca teorías acerca del comportamiento de las
multinacionales, pero son incompletas por sí solas como
determinantes de la inversión exterior directa. Dunning los
reúne en su enfoque OLI, lo cual admite una explicación
de los determinantes de la inversión exterior directa
más íntegra.

Según el paradigma ecléctico la capacidad y
predisposición de las empresas de un país para
suministrar al mercado doméstico, o a uno en el exterior
desde una localización en el extranjero, depende de la
posesión o la capacidad para adquirir determinados activos
que no son alcanzables, o por lo menos, no alcanzables en tan
favorables términos, por las empresas de otros países.
Estos activos ofrecen ventajas que pueden ser de tres tipos: de
propiedad (tanto en activos tangibles como intangibles), de
localización, (específicas de una localización
determinada, pero accesibles a todas las empresas), derivadas de la
internacionalización (constituyen el nexo que une los
elementos del marco analítico OLI)

Según las predicciones del paradigma
ecléctico, en un momento dado cuantas más empresas de
un país posean ventajas en propiedad, mayor es el incentivo
para internacionalizar su uso, y mayor será el interés para explotarlas
desde una localización en el exterior, con lo cuál
mayor será la predisposición a producir en el
exterior.

8. Principales
características de los países que acuden la
inversión exterior directa

Seguidamente
se exponen algunos factores que pueden constituir ventajas de
carácter locacional para atraer la inversión extranjera
directa a las regiones:

Tamaño de Mercado: Las características
de los países receptores de inversión relacionadas con
el mercado, como son la talla, el crecimiento y el nivel de
desarrollo de la competencia local, tienen gran influencia en las
decisiones de inversión. Este tipo de factores inciden
especialmente en los países desarrollados así como
también en la formación de mercados comunes.

Mercado de Trabajo: Para caracterizar
el mercado de trabajo se analizan dos variables; los costes
laborales y el capital humano.

Coste Laboral: Se mide por la
remuneración media por asalariado para un país o
región en un período determinado. Los costes laborales
se han considerado tradicionalmente como una ventaja locacional
que influye en la inversión extranjera a la hora de elegir
su destino geográfico, siempre y cuando ello no implique una
menor productividad. En principio
parece que la relación entre coste laboral e IED deba ser de
signo negativo, no obstante un signo positivo también
podría significar que mayores remuneraciones van asociadas a
mayor nivel de cualificación de la mano de obra.

Capital humano: La variable utilizada para medir
el capital humano, o nivel de cualificación del trabajo, es
la proporción de población activa con
estudios medios para cada región,
durante un período específico. Se parte de la idea que
la inversión orientada hacia sectores industriales de
demanda y tecnología fuerte y/o media, así como la
inversión orientada hacia los servicios, busca mano de obra
cualificada, mientras que la IED orientada hacia actividades con
muy poco valor añadido busca mano
de obra barata y no cualificada.

Incentivos y ayudas oficiales: En general parece
existir un amplio consenso sobre la poca relevancia de los
incentivos oficiales en las
decisiones de las empresas a la hora de invertir en el exterior.
Por el contrario si que se reconoce cierta efectividad de los
incentivos a nivel nacional y regional.

Nivel de infraestructuras: El nivel de
infraestructuras de transporte y comunicaciones de la
región constituye otra variable que parece importante para
decidir la localización de la inversión. Dado que
facilita el funcionamiento de las actividades económicas,
tanto de producción como de consumo, en principio
debería existir una relación positiva entre IED e
infraestructura de transporte y comunicación.

9. Evolución reciente de la
Inversión Extranjera Directa

A partir
de trabajos muy bien documentados se ha tratado de establecer la
evolución de la Inversión Extranjera Directa. En los
últimos años se ha observado un crecimiento muy
importante en el monto de los recursos financieros
internacionales que buscan adquirir una cierta participación
en la administración,
posesión o control de empresas localizadas en lugares
distintos al de su país de origen. Este flujo de recursos,
conocido como IED, se triplicó a nivel mundial entre 1990 y
1998, al pasar de alrededor de 200 mil millones de dólares
(mdd) a más de 600 mil mdd

La IED ha crecido hacia todo tipo de países y hacia
todas las regiones del mundo en forma notable. Los países
que más se beneficiaron de este crecimiento fueron los de
ingresos bajos y medios. En conjunto, la IED hacia este tipo de
países se multiplicó por un factor de siete entre 1990
y 1998. En el caso de los países pobres, el principal
país receptor ha sido China, destinatario de
alrededor del 80% de la IED que reciben los países de
ingresos bajos.

Por otro lado, entre los países de ingresos medios
o bajos, los principales destinos de la IED son, en orden
decreciente, América Latina y el Caribe
(69 mil mdd), el Sudeste Asiático y los países de la
zona del Pacífico (64 mil mdd) y Europa del Este y Asia Central (24 mil mdd). LA IED
hacia otras regiones de ingresos medios ha crecido recientemente,
pero sus niveles siguen siendo relativamente menores.

En términos del crecimiento de la IED, la zona que
ha mostrado un mayor dinamismo en los últimos años es
Europa del Este. De hecho, la IED hacia esta región ha
crecido a una tasa anual promedio cercana al 50%, lo que la ha
llevado a multiplicarse por más de 23 veces en un periodo de
tan sólo ocho años. Debe tenerse en cuenta, sin
embargo, que esta región tenía niveles de IED muy
reducidos, por lo que a pesar de haber tenido un crecimiento
notable en este periodo, su participación en la IED mundial
sigue siendo relativamente baja (3.9%). Por otra parte, las
regiones de ingresos medios que combinan dinamismo y niveles de
IED relativamente altos, son el Este de Asia y América Latina y el
Caribe. Este hecho, en el contexto de un creciente flujo de la
IED, es aún más significativo e indica que los
países de estas regiones se han convertido en receptores muy
atractivos para los flujos de inversión
internacionales.

Los datos mostrados sobre el
comportamiento de la IED señalan que ésta ha tendido a
crecer en forma importante en los últimos años. Sin
embargo, este comportamiento por sí solo no nos indica si la
importancia de la IED en la economía mundial
también ha crecido o no. Para poder hacer alguna
aseveración a este respecto, es necesario contar con alguna
variable que nos permita controlar por el tamaño de las
economías receptoras. Existen dos alternativas inmediatas:
el Producto Interno Bruto (PIB) o
la Inversión Interna Bruta (IIB).

La primera medida, IED como porcentaje del PIB, nos
diría cuál es la importancia de la inversión
externa con respecto al flujo de producción anual de una
economía. Dado que el PIB
es una variable que usualmente tiende a crecer, la
participación de la IED en el PIB tenderá a crecer
únicamente cuando la IED crezca a tasas más
rápidas que la producción.

La segunda medida, IED como porcentaje de la
Inversión Interna Bruta, nos proporciona información sobre la
relevancia de los flujos financieros internacionales en el
financiamiento de la adquisición de capital nuevo en una
economía.

Por ejemplo, la participación de la IED en el PIB a
nivel mundial aumentó de 0.7 a 2.2 por ciento entre 1980 y
1998., mientras que la IED como porcentaje de la Inversión
Interna Bruta ha aumentado su participación a nivel mundial
al pasar de 2.7% en 1980 a 7.1% en 1998.

En resumen, pueden plantearse las siguientes
conclusiones preliminares con respecto a la evolución
reciente de la IED en el mundo:

  • La IED a nivel mundial ha crecido no sólo en
    términos nominales sino también en importancia con
    respecto al tamaño y al nivel de la inversión interna
    bruta de las economías.
  • Este aumento en importancia de la IED no se explica
    únicamente por los aumentos en la liquidez internacional,
    ya que al controlar por la tasa de interés
    internacional (aproximada por la tasa de interés de los
    Estados Unidos), la
    tendencia en la IED como proporción tanto del PIB como de
    la inversión interna bruta sigue siendo positiva y
    significativa.
  • Las regiones que se han visto más favorecidas
    por el aumento en la IED a nivel mundial son: América
    Latina y el Caribe, el Este de Asia y el Pacífico y Europa
    del Este y Asia Oriental. Las regiones que se han visto menos
    favorecidas son el Medio Oriente y los países de ingresos
    altos que no pertenecen a la OECD.

10. Determinantes y
Políticas de
Atracción de la IED

10. 1.
Determinantes de la IED

Existen diversas razones para que una empresa decida
invertir en otro país. Casi todos los argumentos que se han
ofrecido para la existencia de IED pueden agruparse bajo tres
objetivos básicos: el
intento de participar en nuevos mercados, aumentar la eficiencia
productiva a través de reducciones de costos y el intento de
explotación de ciertos activos estratégicos.

A continuación explicaremos en más detalle
cada uno de estos tres objetivos.

Explotación de nuevos mercados: Una de las
principales razones que se han ofrecido para explicar la
presencia de IED en una economía es la búsqueda de
nuevos mercados.

Tradicionalmente se suponía que una empresa que
proveía a una economía grande y/o rica, podía
asegurarse su participación en dicho mercado mediante una
inversión directa.

En ese sentido, la IED tradicionalmente se entendía
como un sustituto directo del comercio. Por ende, un factor
explicativo de este tipo de IED es el tamaño del mercado de
destino, el cual puede medirse mediante el ingreso total de una
economía o mediante sus dos componentes: el tamaño de
la población y el ingreso per capita. De hecho, una parte de
la explicación tradicional de la IED en las décadas de
los sesenta y setenta estaba basada en el fuerte proteccionismo
que caracterizaba a algunas economías. Esto se debía a
que en un mercado protegido era más atractivo el invertir en
forma directa que utilizar la vía alternativa (exportar), la
cual podría ser muy costosa. Además, una economía
protegida ofrecía un atractivo mercado cautivo. Este tipo de
IED se conoce en inglés con el nombre de
tariff-jumping.

Un enfoque más moderno, sin embargo, sugiere que
existe un cierto tipo de IED que busca un mercado más grande
pero no en forma directa sino indirecta. En este sentido, una
economía que ofrece ventajas comerciales o de
localización geográfica, podría servir para atraer
a la IED que busca penetrar en un mercado más amplio (por
ejemplo, en un tercer país, lo cual puede ser el resultado
del establecimiento de acuerdos comerciales). En este sentido,
este tipo de IED podría estar asociado a un mayor volumen de comercio internacional y no a uno
menor como se suponía anteriormente.

Además, este tipo de IED sería más
común en aquellos países que ofrecieran un cierto tipo
de ventajas ya sea comerciales (acceso a terceros países
mediante acuerdos comerciales) o de localización
geográfica (vía menores costos). Un ejemplo de esto, es
el caso de México que ofrece a terceros
países la posibilidad de acceder al mercado norteamericano
como resultado de su participación en el Tratado de Libre Comercio de
América del Norte.

Búsqueda de eficiencia productiva: Este tipo
de IED busca una mayor eficiencia productiva mediante la
reducción de sus costos de producción.
Esto puede implicar la búsqueda de zonas en donde los costos
de ciertos insumos productivos sean más baratos. Este es el
caso de la IED que transfiere actividades intensivas en trabajo a
zonas en donde la fuerza laboral es abundante y
los salarios son relativamente bajos.
Sin embargo, también es el caso de la IED que busca una
mayor eficiencia por costo unitario de la fuerza laboral. Esto
implica que hay cierto tipo de IED que no sólo busca mano de
obra barata sino una combinación de salarios inferiores a
los domésticos y una alta productividad de los
trabajadores.

El primer tipo de IED (basado en salarios bajos) es el
más tradicional y es el que explica la IED que algunos
países avanzados tienden a realizar en sus países
vecinos de menores ingresos y con abundante mano de obra no
calificada. Por ejemplo, este es el tipo de IED que realizaron
empresas japonesas en el Sudeste Asiático en la década
de los sesenta y setenta y que ahora se han ido desplazando hacia
otros países de la región cuyos salarios son menores.
También este es el caso de la IED de empresas
estadounidenses en ciertas zonas de México y
Centroamérica. Este tipo de IED está asociado a la
inversión en la industria manufacturera ligera, que es
abundante en trabajo, o a la relocalización de una cierta
parte de la actividad industrial que es intensiva en mano de obra
no calificada. Esto explica en parte porque este tipo de IED
está normalmente asociado a un aumento en el comercio
intra-firma.

El tipo de IED que busca una mayor eficiencia por costo
unitario de la fuerza laboral, es el que no sólo busca
salarios menores a los que pagaría en su país de
origen, sino que también deseará obtener una
productividad laboral relativamente alta. Este tipo de IED es
más especializada y requiere de una mano de obra
relativamente más calificada. Este es el caso de la IED
dedicada a la manufactura más compleja
y que busca orientar su producción al mercado externo (este
es el caso de, por ejemplo, la IED en la industria automotriz).
También es el caso de la IED especializada en servicios
profesionales como el procesamiento de
datos.

Búsqueda de activos estratégicos: Este
tipo de IED puede dividirse en dos situaciones completamente
extremas. Por una parte, se encuentra la IED que busca explotar
la existencia de ciertos recursos naturales. Este es la
forma más tradicional y antigua de IED. Sin embargo, en la
actualidad este tipo de IED ha ido perdiendo importancia en el
mundo, en parte porque la dotación de factores es
relativamente fija pero también como resultado del
surgimiento de muchos otros bienes que pueden sustituir a este
tipo de recursos.

Por otra parte, existe un cierto tipo de IED que busca
la existencia de otro tipo de activos estratégicos mucho
más especializados como pueden ser la mano de obra altamente
calificada, un cierto tipo de infraestructura (en telecomunicaciones, por
ejemplo) o el desarrollo de ciertas habilidades muy
específicas (know-how). Este es el caso de la IED que
busca desarrollar programas de computación (software), actividades de investigación
y desarrollo o la producción de bienes con tecnología
de punta.

Estos tres factores, que son los más importantes,
sugieren otras posibles determinantes de la IED: el tamaño
del mercado, las características de la fuerza laboral, la
ubicación geográfica, la dotación de factores,
etc. Estos factores pueden ser manejados mediante políticas
gubernamentales y pueden convertirse en instrumentos de
atracción o repulsión de la IED, por lo tanto las
consideraciones que se exponen a continuación tiene un
carácter más empírico que conceptual.

Población: Esta variable es una medida del
tamaño del mercado. Se espera que esta variable tenga
asociado un coeficiente de signo positivo, es decir, a mayor
población mayor IED. El modelo subyacente que justifica la
inclusión de esta variable es un modelo similar a los
modelos de fuerza de gravedad
que son ampliamente utilizados para explicar el comportamiento
del comercio internacional: a mayor volumen mayor capacidad de
atracción de IED. Esta variable ha sido utilizada en algunos
otros estudios en forma similar a la empleada en este
trabajo.

Falta de acceso al mar o Mediterraneidad: Esta
variable trata de representar factores de ubicación y
localización geográfica que podrían atraer (o
desalentar, según sea el caso) a la IED.

Porcentaje de la población mayor de 15 años
que no asiste a la escuela:
Esta variable
representa un indicador de la calidad de la fuerza laboral de un
país. A priori, el efecto de esta variable es ambiguo. De
acuerdo a ciertas hipótesis, si la IED
busca mano de obra barata en el mundo, sería razonable
suponer que mientras menor sea el nivel educativo de una
población y menores sean sus salarios, mayor será la
IED que reciba ese país. Sin embargo, otras
hipótesis plantean un tipo de
relación distinta entre la educación y el monto de IED. Algunos
estudios sugieren que una mano de obra mejor capacitada
estará más preparada para absorber las potencialidades
tecnológicas asociadas a la IED y que al menos cierto tipo
de IED preferirá buscar a la mano de obra más apropiada
para su proceso de producción y
no necesariamente la más barata. Así podría
esperarse que un mejor nivel de educación estuviera asociado a un mayor
flujo de IED.

Grado de apertura de la economía: Esta
variable representa el grado de inserción de un país en
la economía mundial y se mide como la razón del
comercio internacional total (exportaciones más
importaciones) con respecto al PIB.

El efecto final dependerá de cual es el principal
factor que motiva a la IED. Si el factor de atracción es la
existencia de un mercado interno cautivo, entonces una mayor
apertura al comercio podría atraer menores niveles de IED.
Sin embargo, si el factor de atracción de la IED es el de
una expansión del mercado a través de las
economías a las que se puede tener acceso en forma
indirecta, entonces una mayor apertura podría estar asociada
a una mayor inversión. La primera interpretación está
asociada al enfoque tradicional, el que consideraba a la IED como
un sustituto del comercio exterior. La segunda
interpretación es más moderna y presupone una cierta
complementariedad entre comercio e inversión.

Capacidad y efectividad de gobierno: Las
dos variables siguientes se refieren a indicadores de la calidad y la
capacidad de gobierno en las economías.
Estas dos variables tratan de reflejar aspectos de política que podrían estar
incentivando o desalentando a la IED en una
economía.

Se parte del presupuesto de que una mayor
calidad gubernamental tendería a aumentar el monto de la
IED.

1) Carga regulatoria. Este índice trata de
reflejar la calidad y efectividad de las políticas
públicas e incorpora mediciones de la incidencia de
políticas que atentan contra el libre mercado tales como los
controles de precios o salarios.
Además, el índice incluye varias medidas de la percepción que se tiene
sobre la regulación excesiva en el comercio, la banca, el
tipo de cambio o la
inversión. También se considera la efectividad de las
políticas de fomento a la competencia, la existencia de
barreras a la entrada en ciertas industrias, la regulación de
la remisión de utilidades al exterior, la carga impositiva y
la vaguedad de las regulaciones. Un aumento en el índice (es
decir, una menor carga regulatoria) debería de estar
asociado a niveles más altos de IED.

2) Estado de Derecho. Este índice incluye
varias medidas que reflejan la confianza y el respeto que le tienen los
individuos de un país a las reglas sociales. El índice
incorpora información sobre la percepción que se tiene
sobre el crimen, el sistema judicial y la
aplicabilidad de los contratos en un país. El índice
trata de capturar la medida en la que la sociedad es capaz de
desarrollar un ambiente en el cual un sistema
de reglas justas y predecibles es capaz de determinar las
interacciones económicas y sociales. Otras variables que se
incorporan en estos índices son el número de secuestros
de extranjeros, la existencia de mercados negros, la efectividad
de la policía, la protección de la propiedad intelectual y la
efectividad del sistema legal. Al igual que en el otro
índice, un aumento en este indicador significa un mayor
cumplimiento con el Estado de derecho.

10. 2. Instrumentos de política que inciden en la
IED

En cuanto a Políticas Públicas hacia la IED la
literatura económica reciente ha mencionado muchos de los
aspectos positivos asociados a una mayor IED. Sin embargo, esto
no ha sido siempre así. Durante mucho tiempo, muchos gobiernos
vieron con recelo y desconfianza a la IED. De hecho, algunos
gobiernos implementaron medidas de política que estaban
específicamente destinadas a impedir o complicar la llegada
de IED a sus países. Esta visión negativa de la IED
alcanzó una de sus máximas expresiones en la
Decisión 24 del Acuerdo de Cartagena adoptada por el
Pacto Andino. Ella
establecía que toda empresa surgida de una inversión
externa debía llegar en un límite de 10 años a ser
controlada por capitales nacionales.

Durante los años cincuenta y sesenta, los
economistas estructuralistas sostuvieron una doctrina que
asignaba un papel significativo a la industrialización
doméstica como medio para fomentar el desarrollo económico y
alcanzar aumentos sostenidos en los niveles de vida de la
población. En Latinoamérica, esta
escuela de pensamiento se expresó en
una estrategia de desarrollo hacia
adentro basada en la sustitución de importaciones, la que
operó a través de altos aranceles, sistemas de
protección paraarancelarios, tipos de cambio múltiples
y sustanciales subsidios públicos. Todo esto se
complementaba con una gran cantidad de empresas
estatales.

En estas condiciones, el único tipo de IED que
lograban atraer estos países era aquella que buscaba
explotar ya sea al mercado interno o a los recursos naturales de
la región. En parte, esto explica por qué algunos
gobiernos percibían a la IED como negativa ya que la
consideraban como una fuente de explotación de su riqueza o
como un sustituto de los productores domésticos, los cuales
parecían no desarrollarse por culpa de las empresas
transnacionales. A la larga, la generalización del modelo de
sustitución de importaciones dio lugar a una estructura industrial poco
competitiva y con un marcado sesgo anti-exportador.

El fracaso de las políticas de sustitución de
importaciones, así como el cambio en las condiciones y
estabilidad de los mercados internacionales marcaron el
progresivo fin de dicha estrategia. Paulatinamente, se ha logrado
un amplio consenso que sugiere que la mejor estrategia para un
país pequeño es el libre comercio, los aranceles bajos
y estables y la participación en estructuras multilaterales que
garanticen un mínimo de distorsiones a nivel internacional.
El fin de las políticas de crecimiento hacia adentro ha dado
lugar a un auge del liberalismo comercial que se
ha visto acompañado por un interés creciente por
recibir mayores flujos financieros internacionales en forma de
IED.

Este cambio de perspectiva ha dado lugar a un cambio
radical en las políticas públicas hacia la IED. En la
actualidad, una gran cantidad de países ha vuelto la mirada
hacia esta forma de financiamiento y muchos gobiernos están
llevando a cabo políticas de fomento de este tipo de
inversión. El debate se centra en la
cuestión de si la competencia por atraer IED es un juego de suma negativa o
positiva.

Un juego de suma negativa implicaría que la
competencia por atraer IED podría generar una especie de
"guerra" de menores impuestos o mayores subsidios
para atraer IED, lo cual podría generar más costos que
beneficios para los países receptores.

Además, estudios recientes también sugieren
que la competencia por atraer un mayor volumen de IED mediante el
otorgamiento de generosos incentivos fiscales, podría
generar a la larga una erosión importante de la
base tributaria, sobretodo en lo que se refiere al impuesto sobre la renta de las
empresas.

Por otro lado, la competencia por atraer más IED
sería un juego de suma positiva si un país, en la
búsqueda de hacerse más atractivo para la IED, incurre
en una serie de políticas que pudieran tener efectos
positivos más allá de los efectos directos que pueden
tener sobre la IED.

Hay algunos factores determinantes de los niveles de IED
que son totalmente exógenos a las políticas que puede
aplicar un país en particular. Ejemplos de esto son el
tamaño y la localización geográfica del país
que busca atraer esta inversión. Hay, sin embargo, otros
factores sobre los cuales se puede ejercer una mayor influencia.
Entre estos factores se encuentra el nivel educacional de la
población, la infraestructura del país y las
políticas referentes a la entrada de capitales. A
continuación se detallan algunas de las políticas que
pueden implementar los gobiernos que pretenden atraer mayores
flujos de IED, divididas en dos grupos diferentes: factores
institucionales o estructurales y políticas de
incentivos.

10. 2. 1. Factores institucionales y
estructurales

Mejoría en los fundamentos
macroeconómicos:
Una situación económica
volátil puede ser un factor de repulsión de IED. En
consecuencia, mayor estabilidad económica y menor
incertidumbre sobre la situación macroeconómica futura
pueden hacer más atractivo a un país para la posible
recepción de IED. En este sentido, un entorno económico
estable, con finanzas públicas sanas y
con un régimen cambiario transparente pueden ser
fundamentales para la atracción de ciertos flujos de
IED.

Provisión de infraestructura: Existen varios
países en el mundo que a pesar de contar con ventajas de
localización y ubicación geográficas no son
exitosos en la atracción de IED.

Una parte de este fracaso puede deberse a la inadecuada
provisión de infraestructura (puertos, carreteras,
aeropuertos, etc.) de estos países. Otra posibilidad es que
los gobiernos, en su afán por atraer IED, reduzcan los
estándares laborales y ambientales, lo cual podría
provocar otro tipo de perjuicios.

Mejoría en el marco legal y regulatorio: Un
marco regulatorio complejo, con vaguedades y elementos de
discrecionalidad, puede ser muy poco propicio para la
atracción de IED.

Por ende, un marco regulatorio y legal que sea estable,
transparente y bien definido puede convertirse en un elemento
importante para la atracción de IED. Además, existe
evidencia que demuestra que aspectos como la corrupción pueden incidir
negativamente en el monto de la IED que recibe un país. Por
ello, una mejora de los aspectos legales y regulatorios puede
incidir positivamente en la atracción de IED.

Aumento en el nivel de educación de la fuerza
laboral:
Existe un cierto tipo de IED que busca no sólo
salarios inferiores a los que pagaría en su país de
origen, sino también una alta productividad. Por lo tanto,
un aumento en la calidad y productividad de los trabajadores de
un país podría atraer un monto más alto de este
tipo de inversión. Por lo demás, este tipo de reforma
puede incidir directamente en el tipo de trabajos que son creados
y no sólo en su cantidad.

La literatura sobre IED inicialmente presentaba al
comercio y a los movimientos de capitales como sustitutos. Esto
implicaba que la IED se debía mayormente a la presencia de
altos aranceles al comercio, por lo que los países
extranjeros optarían por movilizar sus capitales para
producir internamente. Sin embargo, la literatura más
reciente enfatiza la existencia de IED debido a la
explotación de activos intangibles.

Para competir con una firma local, que tiene mayor
conocimiento del mercado, de las preferencias de los consumidores
y de las prácticas de negocios, la firma
internacional debe poseer alguna ventaja competitiva como puede
ser la tecnología o un conocimiento específico. Esto
justificaría la IED incluso en ausencia de barreras al
comercio. Esta visión predice efectos contradictorios de un
acuerdo de integración regional. Por
una parte, se esperaría que un acuerdo de este tipo reduzca
el flujo de inversión ya que la liberalización
comercial podría eliminar la necesidad de la IED para
abastecer a la economía local. Desde otro punto de vista, el
capital extranjero puede aumentar si la IED estaba limitada por
el tamaño de los mercados nacionales. El mercado común
puede ser lo suficientemente grande como para soportar los costos
fijos de instalación de una nueva filial extranjera, que
bajo las nuevas condiciones sea capaz de operar
eficientemente.

Además, los acuerdos de integración regional
también tienen efectos dinámicos debido al mayor
crecimiento que se produce en la transición hacia un mayor
nivel de ingresos generado por la mayor competencia y la
ubicación más eficiente de los recursos dentro del
mercado común. Esta mayor tasa de crecimiento va a aumentar
el atractivo de la región para realizar inversión tanto
doméstica como extranjera.

Los mejoramientos en eficiencia económica asociados
con la mayor especialización, el aprovechamiento de las
economías de escala y una mejor concentración
geográfica de las actividades económicas son posibles
debido a la IED intra e interregional. Los mayores flujos de IED
también son una fuerza importante tras las mayores presiones
competitivas que se esperan que obliguen a los productores
locales a adoptar estrategias que mejoren la
eficiencia, tales como racionalizar la capacidad de planta o
reducir trabas en los procesos de producción. Además,
es probable que la IED estimule la transferencia y difusión
de tecnología, directamente y por derrame a las firmas
locales.

Los efectos de los acuerdos de integración regional
dependen de los cambios que se hayan introducido en el acuerdo.
Se ha encontrado que hay un mayor impacto en la IED cuando los
acuerdos comerciales van acompañados de la
liberalización de los mercados domésticos y la
estabilización macroeconómica de los países
miembros.

10. 2. 2. Políticas de incentivos

Hay tres tipos básicos de políticas de
incentivos: incentivos fiscales, incentivos financieros y
políticas de promoción. Las dos
primeras políticas involucran más claramente un gasto
directo o un costo de oportunidad positivo. Ambos tipos de
política discriminan a favor de las empresas extranjeras y,
por lo tanto, implican la introducción de distorsiones en el
funcionamiento de la economía. En estos casos, usualmente
hay más espacio para la discrecionalidad y, por lo tanto,
para la corrupción. El tercer tipo
de política de incentivos es usualmente menos costosa y de
tipo neutral.

Incentivos fiscales: Este tipo de incentivos
consisten en el otorgamiento de privilegios fiscales a las
empresas establecidas a través de IED. Los privilegios
fiscales pueden asumir distintas formas, por ejemplo: reducciones
en la tasa del impuesto sobre la renta, periodos
de exenciones de impuestos (en impuestos federales, estatales o
municipales), tasas de depreciación aceleradas,
exenciones del pago de derechos de importación, deducciones
de contribuciones a la seguridad social,
regímenes especiales de deducción de impuestos,
etc.

Incentivos financieros: Este tipo de incentivos
consisten en el otorgamiento de subsidios o apoyos
económicos (financieros o en especie) para la
producción de empresas extranjeras. Pueden consistir, por
ejemplo, en la entrega o donación de terrenos, instalaciones
o edificios para las empresas con IED. Otros ejemplos de este
tipo de incentivos son los préstamos subsidiados, las
garantías para el acceso al crédito, los subsidios
salariales, los subsidios en la provisión de agua o electricidad, los subsidios al
desarrollo de cierto tipo de actividades (investigación y
desarrollo, por ejemplo) y la creación "dedicada" de
infraestructura para cierto tipo de proyectos.

Políticas de promoción: Estas
políticas consisten en enfatizar el papel del gobierno como
facilitador de la IED. En este sentido, los gobiernos pueden
llevar a cabo políticas de difusión de oportunidades de
inversión y de entrega de información a potenciales
inversionistas, giras internacionales para la promoción y
difusión de oportunidades (roadshows), etc.

Debe notarse que hay algunas políticas que combinan
tanto aspectos institucionales como de incentivos. Este es el
caso de, por ejemplo, el establecimiento de Zonas para el
Procesamiento de Exportaciones (EPZs). Este tipo de
políticas combinan el establecimiento de reglas que hacen
más transparente y reglamentado el funcionamiento de la IED
con el otorgamiento de concesiones y privilegios de tipo fiscal o
financiero.

11. Competencia entre
gobiernos por atraer IED

En general, la
competencia entre los gobiernos por atraer IED se ha incrementado
en forma importante en los últimos años. Las razones
para intentar atraer IED son múltiples, aunque predomina la
idea de que la transferencia de tecnología y los efectos en
empleo, divisas y capacitación de la mano de
obra son los principales factores que justifican la
atracción de IED. Las políticas que se han implementado
para atraer IED varían de país a país, aunque en
general consisten de una serie de incentivos fiscales y
financieros que pretenden hacer más rentable los proyectos
de las empresas foráneas. Otra forma de atraer IED es a
través de una mejoría en la calidad de los servicios
del gobierno y de un incremento en la competitividad de las
economías (por ejemplo, a través de la creación de
infraestructura).

La principal justificación para ofrecer incentivos
fiscales y financieros adicionales a las empresas foráneas
es que esto de alguna manera cubre la brecha entre los beneficios
privados y sociales de sus inversiones. Más allá de las
distorsiones creadas por este tipo de incentivos y de sus
consiguientes efectos perniciosos sobre la inversión
doméstica, se considera que este tipo de políticas
pueden dar lugar a una competencia inusitada entre gobiernos para
ofrecer los mejores incentivos. A la larga, esta competencia
podría tener un efecto negativo sobre las economías
receptoras, ya que los costos en los que tendrían que
incurrir para atraer un monto dado de IED podrían
exacerbarse si todos los gobiernos actuasen de la misma manera.
En este sentido, se considera que es posible que esta
política conduzca a un equilibrio indeseable en donde
todos los países interesados en atraer IED ofrecen
incentivos generosos para los inversionistas y en donde los
beneficios anticipados de la IED se diluyen como resultado de los
costos crecientes de los incentivos.

Por otra parte, una política nacional que pretende
atraer IED con base en incrementos en la competitividad de la
economía, podría atraer no sólo IED sino que
también podría propiciar un entorno económico
favorable para la inversión doméstica. Por lo tanto, se
considera que este tipo de políticas pueden tener, a la
larga, un efecto más positivo sobre la economía que el
que podría ofrecer un simple otorgamiento de incentivos
generosos a la IED.

Por otro lado, la competencia entre economías por
recibir IED puede acarrear otros efectos negativos sobre la
economía. Por ejemplo, la competencia mediante el
ofrecimiento de incentivos fiscales cada vez más grandes,
puede ocasionar una fuerte erosión de la base fiscal, al
reducir en forma importante los posibles ingresos por el impuesto
sobre la renta de las empresas.

12. Proyección
del desarrollo de la IED en los próximos
años

Según estudios recientes
existe un pronóstico favorable con respecto a los flujos de
inversión extranjera a mediano plazo, aunque con
considerables riesgos. Se espera que los
flujos de IED en 2007 fueran de $us1.5 trillones, por encima del
record total de $us1.4 trillones alcanzados en el 2000,
según el World Investment Prospects to 2011: Foreign direct
investment and the challenge of political risk (Pronósticos de
inversión mundial hasta el 2011: inversión extranjera
directa y el reto del riesgo político). El
informe, elaborado por el
Economist Intelligence Unit (unidad de Inteligencia del "Economist")
en ooperación con el Columbia Program on International
Investment (CPII) (Programa de Columbia en
Inversión Internacional), predice que habrá una modesta
y temporal reducción en los flujos de inversión
extranjera directa global en el 2008, a raíz de la
disminución de la actividad de fusiones y adquisiciones, antes
de continuar con un crecimiento mantenido durante los años
2009 al 2011.

Los inversionistas están optimistas acerca del
panorama global de los flujos de inversión extranjera
directa a mediano plazo, y también con respecto a los
riesgos financieros, de acuerdo a la encuesta global realizada para
este informe y en la que participaron 602 ejecutivos. Sin
embargo, la encuesta también revela que la percepción
de inversionistas sobre los riesgos políticos se ha
intensificado. Esto es cierto especialmente en mercados
emergentes donde las cuatro formas de riesgo político
(riesgo de violencia política,
proteccionismo de los flujos de inversión directa y amenazas
asociadas con tensiones geopolíticas e inestabilidad
gubernamental) se ven en aumento para los próximos cinco
años. En el caso de los países desarrollados hay una
preocupación expandida sobre el creciente nivel de
proteccionismo de los flujos de inversión extranjera
directa, la amenaza terrorista en los Estados Unidos y en el
Reino Unido y sobre el impacto de las tensiones
geopolíticas, que van desde los efectos de un posible
conflicto con Irán y el radicalismo
islámico hasta las fricciones entre Rusia y el occidente. En
particular el sector energético es afectado por varios de
los riesgos mencionados. Según Jeffrey D. Sachs,
director del Earth Institute at Columbia University (Instituto de
la Tierra de la Universidad de Columbia) y que ha
contribuido en el informe "los riesgos políticos que los
flujos de inversión extranjera directa enfrentan en el
sector energético, continuarán en aumento probablemente
a menos que un marco global de cooperación se
establezca."

El informe predice que la reciente confusión
financiera global tendrá un impacto limitado en los flujos
IED, principalmente a través del impacto amortiguador de las
fusiones y adquisiciones internacionales.

"Aunque la variedad de riesgos macroeconómicos es
una gran amenaza, la continua presencia de los principios saludables de la
economía mundial sugiere que los efectos de la turbulencia
financiera serán controlados", opina Robin Bew,
Director editorial de Economist Intelligence Unit.

 Las tendencias claves de mediano plazo para la IED
incluyen:

  • Después de una breve reducción, las
    fusiones y adquisiciones internacionales continuaran manejando
    la IED global. Los Estados Unidos y la desarrollada Unión Europea
    (incluyendo los flujos internos) continuaran dominando como
    receptores mundiales de EID.
  • A pesar del creciente sentimiento proteccionista, se
    espera que los Estados Unidos retenga fácilmente su
    posición de líder mundial como
    receptor de EID en el periodo 2007-11.
  • Entre los mercados emergentes, China mantendrá
    su posición en el periodo 2007-11 de lejos como el
    principal receptor de flujos IED, con casi el 6% del total
    global y 16% de los flujos proyectados hacia mercados
    emergentes.
  • Después de décadas de liberalización y
    apertura a la IED, el proteccionismo esta aumentando en varias
    partes del mundo y existe el peligro que se intensifique. Las
    fusiones y adquisiciones internacionales en particular vienen
    analizándose cada vez más. Una gran cantidad de
    encuestados informaron que han experimentado acuerdos de
    fusiones y adquisiciones que fueron bloqueados.
  • Es probable que haya una aceleración en la
    relocalización de la mano de obra de fabricación
    hacia mercados emergentes, aunque se espera no sea tan
    dramática como varios analistas esperan o
    temen.
  • La deslocalización de los servicios se
    acelerará, lo que también alimentará un
    sentimiento proteccionista aunque esta forma de
    internacionalización es acompañada de flujos de
    capital relativamente modestos.
  • Es probable que la inversión de
    compañías de mercados emergentes líderes
    continúen ganando importancia.
  • La tendencia hacia una creciente
    internacionalización de las compañías tanto en
    mercados desarrollados como en mercados emergentes
    continuará. Las firmas que exhibían un alto grado de
    internacionalización (aquellas con más del 25% de
    ingresos o con empleados fuera del mercado local) tenían
    un ejercicio financiero promedio superior al medio.

13.
Conclusiones

  1. Durante las últimas 3 décadas, la IED ha
    crecido a nivel mundial en proporción al PIB y al nivel de
    la inversión interna bruta de las economías. Este
    auge está relacionado a factores de oferta y de demanda,
    entre los que destaca su creciente valoración como un
    mecanismo para suplementar el ahorro doméstico, para
    obtener transferencias de tecnologías y para hacer mejor
    frente al ciclo económico, puesto que los flujos de IED
    son menos volátiles que la deuda o la inversión de
    portafolio.
  2. Los factores determinantes de la IED son el
    tamaño del mercado, las características de la fuerza
    laboral, la ubicación geográfica, la dotación de
    factores y el nivel de protección, la estabilidad
    macroeconómica, la provisión de infraestructura
    adecuada, la calidad del marco legal y regulatorio, y la
    política comercial que incluye la suscripción de
    acuerdos de integración regionales.
  3. Aunque los factores estructurales de los países,
    tales como tamaño y características geográficas
    sí influyen en la atracción de IED, las
    políticas económicas y la calidad de las instituciones resultan
    determinantes. En este sentido las políticas más
    globales tienen mayor efecto en atraer IED que las
    políticas específicas de incentivos.

14.
Bibliografía

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    Laos: principales barreras de acceso.
  • Oficina Económica y Comercial de
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    foreign direct Investment
    . United Nations. New York,
    1992.

Sitios web consultados

 

 

Autor:

Lic. Sooksomboon Khinsamone

Alumno de la Maestría en Dirección del Centro de
Estudios de Dirección Empresarial de la Facultad de Ingeniería Industrial y
Turismo. Universidad Central
"Marta Abreu" de Las Villas, Cuba.

Partes: 1, 2
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