Una nación
poderosa evidentemente es la mejor de todas las posibles, en todo
aquello que se refiere al género
humano. Por lo cual aquella república debe poseer un
derecho organizado y legitimo, el cual permita legislar
poderosamente sobre la faz de la tierra. Las
naciones que aspiren a tal poder
habrán de legislar conforme a un sistema
filosófico. El cual ilustrara a los pueblos la manera para
dominar todas las dificultades que genera el poder.
Platón nos dice que en el orden de los bienes
divinos, el primero es la prudencia. Conforme a esta
máxima, la legislación debe ser un asunto de
verdaderos filósofos políticos, de no ser
así, seguiremos viendo naciones mediocres a causa de sus
guerras
intestinas. La virtud de las leyes permite
alcanzar los bienes divinos. Porque la memoria nos
instruye que hablamos del gobierno humano.
Después viene la templanza dice el sabio filosofo, y no se
equivoca en su juicio, por esta razón los legisladores han
de conservar la sobriedad, y no permitir que las pasiones
engañen sus sentidos, no hablo de dioses, me refiero a los
filósofos los cuales son mas que dioses, nuestra educación viene de
Grecia, la
cual formo los mas fecundos sabios y pensadores de la historia. Las naciones de la
tierra son
instruidas por la antigua sabiduría griega, aun cuando
poca conciencia tenga
de ello. Algunos legisladores no han conquistado la virtud, es
decir los bienes divinos, sino que al contrario se hallan muy
lejos de los mismos. Esto se debe al desconocimiento de la
filosofía la cual forma gobernadores, pues son pocas las
naciones de la tierra que han conservado tal poder. De la mezcla
de la prudencia y la templanza nace la justicia,
verdad clara y evidente, descubierta por platón. La
justicia es la más bella cualidad del filósofo,
esta parte de la virtud ha enseñado a los
filósofos, que la grandeza de espíritu se alcanza
buscando la rectitud. Y no es nada fácil llegar a tan alto
nivel, hemos presenciado a trabes de la historia como los
más sabios y justos se acercan con ternura y amor a la
justicia. Nuestro poder radica en el
conocimiento que tenemos de la filosofía, nuestras
leyes poseen algunas imágenes
filosóficas, por esta razón poseen tanta potencia. Si los
legisladores fueran verdaderos filósofos. Las leyes no
solo serian poderosas, si no que también serian
majestuosas. Algunos piensan que si los gobernantes se hacen
filósofos, los países se inclinaran por el comunismo. Yo les
diré que el movimiento de
izquierda varias de las veces denuncia los vicios formados por la
ambición. Y quizás sea el más conveniente a
una nación.
Pero el pueblo no debe ser igual a sus legisladores, pues el
respeto a
ley se pierde
y pronto la anarquía toma su lugar. Sabemos que el pueblo
se halla sometido a la explotación, como también
sabemos que la mayor parte del pueblo no administra bien el dinero si
no que al contrario lo gasta en toda clase de
vicios. De esta manera si gobernaran, las naciones caerían
en la avaricia. Al verdadero filosofo no le conviene la presunta
amistad de un
legislador débil y arrastrado por los vicios, porque la
amistad que le hace rebosar de encanto es aquella que ama a la
mayor de todas las doncellas esta es la "verdad". La prudencia,
la templanza y la justicia son virtudes que cuestan cultivar,
pero que cultivan con esfuerzo los más sabios. Las leyes
merecen respeto, no sometimiento, veneración, no
idolatría. Por esta razón no hay que temer que
nuestros gobernadores sean verdaderos filósofos. Ya que el
poder para gobernar una nación se halla en el saber
filosófico. Necesitamos dos clases de filósofos, la
primera que gobierne las naciones más poderosas de la
tierra. La segunda que eduque al pueblo en la docencia,
enseñándole, la política y el
verdadero amor por las leyes y la ciencia. El
mayor regalo que se puede brindar a los pueblos, es el de
la
educación, porque de esta manera amaran a sus patrias
y respetaran las leyes, cualesquiera que estas sean. Siempre y
cuando las mismas protejan y cuiden a los filósofos de la
docencia. Estos últimos velaran por todos los docentes de la
tierra.
Cuando hablamos de educar al pueblo es el mismo
propósito de servir a la comunidad. Y este
se manifiesta en la prosperidad, algunos de nuestros modernos,
cuando se refieren a la palabra prosperidad la enseñan
como sinónimo de riqueza o abundancia económica. Y
no parten de su significación natural o primitiva, pues la
prosperidad es el hecho de realizarse como ciudadano dentro de un
sistema establecido por una nación, es decir cuando un
ciudadano desempeña las labores para las que ha
descubierto que nació. De esta manera los ciudadanos no
serán aquellos profesionales mediocres que tanto habitan
en las naciones de la tierra. Pues las más de las veces
observamos, hombres frustrados, los cuales algunas veces hacen lo
que hacen por imposición de sus padres, por su entorno
social, o simplemente por dinero. Pero
es fácil notar que la producción de sus manos, o la atención que deben a los demás a
causa de la profesión que abrasaron es totalmente
mediocre. Otros hacen lo que hacen por necesidad y esta es una
especie de desgracia. Por esta razón deseamos la
prosperidad de los ciudadanos. Así los principios,
derechos y
deberes serán sagrados. Evidentemente el pueblo
participara en las decisiones que los pueden afectar, este
derecho brindado es ventajoso al material solidó que
compone las estructuras
políticas. Esto sobre la base de los votos
de la democracia,
entonces entra en juego, la
economía,
la política y la cultura de
nuestras soberanas patrias. La causa que forma nuestra elocuencia
política y respetuosa, la debemos a Dios y a los griegos
de la antigüedad. Los que hemos nacido para gobernar, no
debemos de resentirnos en contra de nuestras patrias, ya que
ninguna casa es edificada si los que la habitan se dividen.
Nuestras murallas deben proteger a quienes residen detrás
de ellas, pues una vez nosotros y los extranjeros ingresamos
adentro de las mismas, estamos judicialmente protegidos. Es
conveniente proceder al modo de Alejandro Magno,
respetando las creencias de los pueblos que se lleguen a someter,
hoy en día es algo mas complejo y la historia ha cambiado,
ya una nación no se abalanza sobre otra para someterla , a
no ser por tiranía , es decir cuando se gobierna con un
derecho que no es legitimo. Tal como lo ilustro el autor del
contrato social.
De esta manera Por ser algo más complejo, nosotros
respetamos las creencias de nuestros ciudadanos, aun cuando
poseamos un concepto
más evidente y claro. No por ello debemos hacernos
dictadores de la moral. El
ejemplo es más fuerte y digno que el reproche. Siendo hijo
y hermano a la vez y por fortuna libre de sentimientos
efímeros como los del noviazgo que las más de las
veces se vuelve irracional. Forme una gran filosofa. Por esta
razón no reprochamos las creencias de nuestros ciudadanos,
pues nuestro ejemplo es mayor. Que filósofo ha escrito
acerca de su madre, ciertamente uno muy sabio y ese soy yo, ella
se llama Cecilia Naranjo Mojica, la más bella flor que he
podido admirar. Nuestra soberanía se forjara exclusivamente en el
pueblo del cual emanara el poder publico. Entonces diremos,
Nuestra constitución es norma de normas. Pues en
nosotros no hay locura como emperadores que somos. Como la
demencia que nos cuenta el humanista Erasmo el cual
dice: "la demencia, esta de gentil Talle y bien cuidado cutis, es
la molicie. Junto a dichas damas observad también a dos
dioses menores: komo, genio de los banquetes, y Morfeo genio de
los sueños. Ahora comprenderéis como con semejantes
auxiliares mi poder es inmenso y ejerzo mi propio imperio sobre
los mismos emperadores". Una nación poderosa amparara
siempre a la familia
pensando en ella como institución básica de la
sociedad.
Nuestros filósofos forman una familia preciosa,
la cual no seria posible sin los pueblos ya que estos forman una
gran muchedumbre. Por esta razón le hago el llamado a
todos nuestros filósofos y les digo brillad como en la
antigüedad, y no pierdan los maravillosos tiempos
presentes.
Un estado
verdaderamente apto para gobernar y ejercer toda la fuerza de su
poder, es aquel que por la dignidad de
sus resortes garantiza la libertad de
conciencia. Pues sabemos que cada persona posee una
conciencia que más de las veces le hace inclinar por sus
propias convicciones. Estas la mayor parte del tiempo se ven
atrofiadas, ya que influye mas la sociedad en la conciencia de
los hombres. De esta manera cuando son llevadas a cabo, no se
desarrollan con una integridad mayor, pues las mismas son
totalmente maquilladas. Si esto acontece la mayor parte del
tiempo en todas las sociedades,
seria aun mas perjudicial para cualquier estado terrestre, el
querer esclavizar la conciencia de un particular a la fuerza de
una conciencia mayor o masiva es decir en conjunto. La historia
nos ha demostrado matemáticamente y con cálculos
evidentes, que los pocos hombres que realmente escudriñan
su propia conciencia han llegado a ser estrellas vislumbrantes en
el amplio cielo social, pues nada ha de concebirse fuera de un
ente social. Ya que todo se haya formado por conjuntos, no
por una unidad. De hecho el universo es un
conjunto de partes que forma un todo, mas el todo no forma las
partes, el todo es un efecto resultante del conjunto de las
partes. Un estado de poder, debe respetar el pensamiento de
sus ciudadanos y a la vez permitir que los mismos puedan formar
medios masivos
de comunicación. Si los ciudadanos se sienten
agredidos en algún aspecto de su integridad como seres,
deberán entregar a las autoridades un pliego de peticiones
en el cual manifiesten la pronta resolución de sus
solicitudes, siempre y cuando se respeten las autoridades como
representación de la ley civil. A los legisladores les
corresponde garantizar los derechos fundamentales. Aquellos
legisladores que no lo hagan, no son dignos de tanta dignidad y
lo mas conveniente es remplazarlos por aquellos que sean dignos
de representar tan magnifico poder. Algunos consideran la
legislación, como uno de los tantos oficios existentes, a
mi parecer se equivocan, ya que no la han considerado en su
imagen
verdadera. Esta imagen, es la sabiduría que los hombres
pueden alcanzar cuando se hacen una representación
física de
la virtud. De esta manera tratan por todos los medios de hacerse
justos. Ya que siempre se trata, pues como hombres nunca
llegaremos a ser justos, quizás como seres. Y esto en el
aspecto de la plenitud. De lo cual poco se, debido al gran
conocimiento
de la divinidad sobre tales materias. A los estados les
corresponde garantizar la libertad de enseñanza, aprendizaje,
investigación y cátedra. Para ello
el estado
habrá de solicitar el juicio de los filósofos
políticos, en todo aquello que se refiera a la
educación de los pueblos. De esta manera la
educación alcanzara mayor profundidad. Porque es evidente
que no se encontrara lejos del juicio de los verdaderos
filósofos un compromiso tan genuino por la
educación. Los estados racionalistas de la tierra que
valoran la ciencia y la
tecnología
son los mas aptos para liderar. Por lo cual, se debe
enseñar a los maestros de los filósofos
políticos, cuando es conveniente denunciar a sus alumnos
ante el estado. No sea que dogmatizándonos y
confiándonos en varios de ellos hagan lo mismo del
testimonio de Giordano Bruno el cual nos cuenta lo
siguiente: "así, a veces algunos corruptores de las leyes,
la fe y la religión, queriendo
parecer sabios, han infectado muchos pueblos,
convirtiéndolos en mas bárbaros y malvados de lo
que antes eran, en despreciadores del bien obrar y en muy bien
inclinados a todo vicio y pillería" Los maestros de los
filósofos políticos serán los encargados de
aprobar si sus alumnos se hayan aptos para gobernar o si
habrán de esperar algún tiempo recibiendo
nuevamente algunas enseñanzas, pero a los usurpadores que
lo hacen por alcanzar poder para sus propios fines, se han de
denunciar. La nación que desee ser la mas poderosa para
gobernarse a si misma y a sus vez gobernar a otras de una manera
indirecta habrá de formar los filósofos mas
racionalistas de la historia. Los cuales manden los pueblos y a
su vez los eduquen.
Las cosas que son desarrolladas por una inteligencia
mayor a la común, merecen alabanza. Por esta razón
cuando un pueblo protesta de una manera pacifica pero
inteligente, recibe toda la atención posible de los
países extranjeros. Un pueblo sensato no acude a la
violencia,
porque es plenamente consciente que la diplomacia traspasa las
fronteras de su patria y llega a otras, las cuales observando que
si el gobierno de aquel pueblo que clama justicia, no soluciona
los conflictos.
Ellos tendrán que intervenir a través de una
visión mundial, de esta manera aquella nación al
verse rodeada por las expectativas extranjeras se esforzara por
hallar soluciones
eficaces. Así toda parte del pueblo puede reunirse y
manifestarse pública y pacíficamente. Solo la ley
podrá establecer de manera expresa los casos en los cuales
se podrá limitar el ejercicio de este derecho .la estructura
interna y el funcionamiento de los sindicatos y
organizaciones
sociales y gremiales se sujetaran al orden legal y a los
principios democráticos.
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