- Concepto
- Historia del mercado
informal - El
Comercio Ambulatorio - Los
Mercados Informales - Mercados
y Campos Feriales - Organizaciones
de Promoción - Causas del
Mercado Informal - El
mercado laboral sigue siendo formal - Conclusiones
- Bibliografía
INTRODUCCIÓN
La informalidad en el Perú, así como por
el aumento de la participación de la mujer en el
mercado de
trabajo hoy en
dia es un fenómeno innegable presente en muchos aspectos
de nuestra realidad cotidiana. La trascendencia de ser una
actividad aislada e involuntaria para convertirse en fuente de
vida estable para un gran numero de personas que ven en ella una
forma práctica y directa de satisfacer sus necesidades
inmediatas.
La actividad informal en nuestra realidad no surge en su
totalidad, como la postulan los típicos modelos
neoclásicos estructuralistas, señalando que esta
aparece principalmente por distorsiones salariales o
legales-institucionales en el sector formal-moderno; a la que
acude la masa desempleada del país como una alternativa de
emergencia.
En el siguiente trabajo se plantea la situación
de la informalidad y como la promoción de la microempresa se
hace presente para establecer un marco jurídico y legal de
desarrollo
empresarial.
La ilegalidad del sector informal es una respuesta a la
incapacidad del Estado por
brindar a los pobres sus aspiraciones básicas y en
respuesta actúan por su propia cuenta sin cumplir ciertos
requisitos impuestos por la
legalidad.
No se derivan de un problema social diferente entre
clases sino de incapacidad estatal por no proporcionar
facilidades a los más pobres para poder surgir
dentro de la ley.
Según el INEI, explica que si bien este tipo de
comercio tiene
dos modalidades claramente definidas – el comercio ambulatorio y
los mercados
informales – no se trata de compartimientos estancos, sino de
distintas etapas de un mismo fenómeno, porque la persona que
empieza de ambulante no lo hace con la idea de quedarse en las
calles para siempre sino con el propósito de trasladarse
algún día hacia los mercados fuera de la vía
pública, para desarrollar el comercio en condiciones
más favorables. Los comerciantes que hoy día ocupan
los mercados alguna vez estuvieron en la calle.
Cuando se habla de informalidad (comercio ambulatorio)
se piensa inmediatamente en un problema. Esos empresarios y
vendedores clandestinos cuyas industrias y
negocios no
están registrados, no pagan impuestos y no se rigen por
las leyes,
reglamentos y pactos vigentes, ¿no son, acaso,
competidores desleales de las empresas y
tiendas que operan en la legalidad, pagando puntualmente sus
impuestos? Al evadir sus obligaciones
tributarias no privan al Estado de recursos
necesarios para atender a las necesidades sociales y realizar
urgentes obras de infraestructura.
La evolución histórica del comercio
informal, al igual que la de la vivienda, está llena de
vaivenes, movimientos de masas, juegos de
intereses, conflictos y
hasta enfrentamientos violentos.
En el presente tema organizaremos nuevamente la
narración en trece diferentes hitos históricos,
cada uno de los cuales describirá el progresivo avance de
los informales sobre la sociedad
informal o el correlativo retroceso de ésta.
La historia del comercio
informal es la historia de un largo camino – entorpecido por una
excesiva politización – hacia los mercados que representan
la aspiración popular por obtener una propiedad
privada segura para poder desarrollar sus actividades comericales
en un ambiente
propicio.
La búsqueda de ese minimo objetivo por
parte de los ambulantes ha contrastado a su vez con la
inconsistencia de la actitud del
Estado. El vaivén entre persecución y
cooptación iniciado en la colonia ha ido revelando siglo
tras siglo que las autoridades no comprendían lo que
estaba ocurriendo. Desde hace más de 50 años el
gobierno central
y el municipio se transfiere responsabilidades mutuamente sin
lograr una política coherente
que les permita actuar por encima de sus intereses
políticos particulares. Esto ha tergiversado los
estímulos por completo, politizando a un sector de
ambulantes y retrasando la marcha de la mayoría
hacía la actividad empresarial formal.
A lo largo de los años hemos visto cómo
los ambulantes han librado grandes batallas para dar seguridad legal a
su empresa. En
resumidas cuentas, la
primera de ellas fue por los derechos especiales de
dominio en la
cual los informales trataron de obtener su reconocmiento. la
segunda batallas fue por los mercados y enfrentó a la
mayoría de lso ambulantes dispuestos a acumular ahorro
suficiente para comenzar a edificarlos con el Estado que,
aliado con una minoria de los mismos ambulantes estaba dispuesto
a politizar el sistema para
evitar perder influencia ante la masiva conversación de
los ambulantes en propiestarios particulares. En ambas batallas
se repite el enfrentamiento entre el perú informal que
insurge y el status que en cualquiera de sus manifestaciones
políticas.
A la postre desde el punto de vista de los ambulantes
esas dos grandes batallas eran racionales: el derecho de
propiedad sirve para aprovechas y preservar los recurss
estimular la creación y garantizar la intangibilidad de la
inversión y el ahorro. Permite así
aprovechar los beneficios de una ubicación fija
incluyendoi la posibilidad de utilizarla como garantía En
tal sentido el derecho de propiedad reduce la incertidumbre de
seguridad y es escencial para desarrollar eficazmente cualquier
actividad aconómica por eso los comerciantes informales
ponen todo su empeño en obtenerlo. para el efecto se basan
primero en su propia normastividad extralegal que, a pesar de
todo su ingenio es un sistema imperfecto para garantizarlo. De
ahí que después se vean en la necesidad de recurrir
a la negociación política y hasta el
enfretamiento para tratar de asegurarlo.
Semejante derroche de recursos podría hacer creer
no obstante que el esfuerzo de los ambulantes por salir de las
calles es inútil y que el estado debe intervenir
directamente. De aceptarse ese temperamento el ILD estima que el
fisco tendría que hacer una inversión incial de 108
millones de dólares en Lima equivaldría al 7,6% del
total de la inversión pública de 1984 para todo el
país la posibilidad de que el estado pueda erradicar
directa y eficazmente a los ambulantes resulta poco probable. los
que si tiene sentido es ver cómo se ayuda en lugar de
obstaculizar a los ambulantes en vista de que ellos ya son los
más grandes constructores de mercados.
La solución ideal sería retirar
obstáculos y convertir los estímulos
olíticos en facilidades legales para liberar y multiplicar
las energías empresariales de los ambulantes y para que
dentro del proceso
competitivo en que se encuentran inmersos puedan explotar al
maximo sus habilidades y servir más aficazmente a la
comunidad.
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