CAPÍTULO I
EL
PROBLEMA
PLANTEAMIENTO DEL
PROBLEMA
En el mundo entero, la convivencia es vista como un
elemento indispensable en todas las sociedades
humanas para que ésta alcance las metas que se han
propuesto, en función de
lo cual puede afirmarse que educar para y en convivencia, es
educar en valores y
vivir en valores. De allí que la posibilidad de ir
construyendo una sociedad cada
vez mejor se vincula fuertemente con lo que se puede adquirir
dentro del ámbito escolar.
La solidaridad, la
paz, la justicia, la
responsabilidad individual y social y la defensa
de los derechos humanos,
constituyen valores a trabajar en la escuela y
compromisos que los alumnos deben asumir con el resto de los
miembros de la comunidad
educativa.
En este sentido, desde hace algunos años, se ha
hecho evidente, con más claridad que nunca, la
interdependencia que existe entre educación y valores y
es por esta razón que según Frontado (2003: 54-55),
en la declaración de México
(O.E.A México.), se hace especial énfasis en la
"Urgente necesidad de intensificar la acción
educativa como condición necesaria para lograr una
autentica convivencia familiar basada en valores."
Enmarcado en lo planteado en los resultados de la
investigación Problemas de
Convivencia Escolar en la Educación
Secundaria, realizada en la universidad de
Almería, Madrid –
España;
Fajardo (2006), señala que los alumnos con mayor conducta
antisocial son los que poseen menores valores sociopersonales
para la convivencia. Este resultado ha permitido establecer el
papel de los valores
sociopersonales, como una variable explicativa implicada en el
comportamiento
antisocial, además de ser un problema de competencias o
habilidades sociales, como se aborda desde numerosos modelos
psicológicos. En definitiva, los resultados llevan a
pensar que los problemas de convivencia escolar, amén de
las competencias procedimentales, implica también un
problema de inconsistencia en la construcción de valores sociopersonales
para la convivencia (De la Fuente, 1999).
De igual modo, en cuanto a la estructura de
valores sociopersonales construida por los alumnos adolescentes,
la validez del constructo del análisis factorial de segundo orden de los
Problemas de Convivencia Escolar en la investigación
mencionada Fajardo (opcit) señala la existencia de
diversas tendencias. En una primera tipología se halla un
conjunto de valores que pueden considerarse genéricamente
de tipo sociopersonal (que explican un 46%), entre los que se
encuentran, por una parte, los valores sociopersonales de
convivencia (43,6%), referidos a valores de autoexigencia,
autovalía, respeto,
protección, bondad, honradez, lucha, amistad, aprecio,
amabilidad, prevención de injusticias, altruismo,
esfuerzo, orden y hospitalidad; y por la otra, los valores
sociopersonales que tienen que ver con la autorregulación
de los mismos (11 %), tales como el valor, el
equilibrio o
la disciplina.
Estos resultados, para esta investigación son de
gran importancia ya que a través de los mismos, se puede
notar la magnitud en porcentaje de cada uno de los valores,
demostrándose cuales son los que se encuentran más
marcados en la sociedad, ayudando a determinar la importancia de
un sistema de
convivencia en la consolidación de los valores
familiares.
Por otra parte el Ministerio de Educación de
Chile refiriéndose a la convivencia escolar la concibe
como:
"…. la interrelación entre los
diferentes miembros de un establecimiento educacional, que
tiene incidencia significativa en el desarrollo
ético, socio-afectivo e intelectual de alumnos y
alumnas. Esta concepción no se limita a la
relación entre personas, sino que incluye las formas de
interacción entre los diferentes
estamentos que conforman una comunidad educativa, por lo que
constituye una construcción colectiva y es
responsabilidad de todos los actores educativos sin
excepción" (Ministerio de Educación). Ferreira
(2002: 8).
También en Argentina, Arcidiacono (2006) en su
articulo titulado Sistemas de
Convivencia / Reflexiones Previas, expresa:
Cuando en 1994 se incluye en la Constitución Nacional, la
"Convención sobre los derechos del
Niño" se inicia un nuevo camino en la visión
de las concepciones sobre, conducta o pautas disciplinarias en
la escuela. Se propone pues la elaboración de "Sistemas
de Convivencia"- En la Ley Federal de
Educación, en el art. 43º y en la resolución
Nº62 del Consejo Federal se establecen "CRITERIOS
BÁSICOS PARA EL DESARROLLO DE NORMAS DE
CONVIVENCIA EN LAS INSTITUCIONES ESCOLARES", a las que, las
Provincias que adhieren, se comprometen a implementar en sus
respectivos territorios-
Cómo puede observarse, los sistemas de
Convivencia se constituyen en una obligación que deben
acatar las instituciones educativas, en la búsqueda de una
educación que se encuadra en los derechos del niño y
que persigue formar en valores para la paz, la convivencia y la
solidaridad, lo cual debe enmarcase en normas que resalten no
solo los derechos sino también los deberes que deben
cumplirse para poder tener
una sana convivencia dentro de valores ciudadanos.
De igual manera en Venezuela
también emergen desde las instituciones lineamientos al
respecto, así representantes de los Consejos de Derechos
del Niño y del Adolescente, a nivel regional y nacional,
directores de instituciones educativas y Secretaría de
Educación, se reunieron en la 1° jornada regional
sobre convivencia escolar, donde Juan Ollarves, en
representación de las defensorías escolares de la
Secretaría de Educación del Estado Yaracuy
indico como política de la
Secretaría de Educación, el llevar adelante lo que
es la disciplina y el manual de
convivencia con el propósito de fortalecer el eje
transversal de los valores, principios,
deberes y derechos de los niños,
niñas y adolescentes, con la responsabilidad y el
compromiso del sistema
educativo en materia de
atención.
En el marco de estas Jornadas, también Jaime
Ledezma, funcionario del Consejo Nacional de los Derechos del
Niño y del Adolescente, declaro que la finalidad de esta
jornada es que los docentes
conformen un reglamento disciplinario ajustado a la doctrina de
la protección integral y a cada uno de los derechos de la
infancia y la
adolescencia.
De allí que, en un sistema de convivencia en la
consolidación de los valores se debe promover: el respeto
por la vida, la condena de la violencia y la
defensa de la paz, la tolerancia, la
solidaridad y el rechazo de todo tipo de discriminación por razones de raza,
etnia,
género,
orientación sexual, edad, religión, ideología, opinión, nacionalidad,
caracteres físicos, condición psicofísica,
social o económica, etc.; la responsabilidad ciudadana y
el compromiso social, y la responsabilidad individual.
Infiriéndose de lo planteado que para crear un sistema de
convivencia en la escuela es necesario trabajar en valores y
normas para establecer los hábitos y compromisos que
permitan trabajar en la escuela de manera
armónica.
Insertado en esta problemática, Serrano. (2005:
66) expresa que en Venezuela a través del
currículum intercultural, educación en valores, se
ha querido implementar un sistema de convivencia donde todos los
alumnos tienen derecho a aprender y descubrir las posibilidades
que posee para el desarrollo de sus capacidades, habilidades,
juicio crítico y sentidos de responsabilidad y
solidaridad, donde sean respetados en su libertad de
conciencia y no
sea objeto de ningún tipo de discriminación para expresar su
opinión libremente con el debido respeto al otro.
También deben ser escuchados en todos los hechos que lo
involucren, utilizando los canales y formas adecuadas, donde
puedan ser evaluados en sus desempeños y logros conforme a
criterios explicitados, y ser informados al respeto.
Por otro lado, Ferreira (2002: 8) afirma que para el
Ministerio de Educación, la convivencia escolar es la
interrelación entre los diferentes miembros de un
establecimiento educacional, que tiene incidencia significativa
en el desarrollo ético, socio-afectivo e intelectual de
alumnos y alumnas. Esta concepción no se limita a la
relación entre personas, sino que incluye las formas de
interacción entre los diferentes estamentos que conforman
una comunidad educativa, por lo que constituye una
construcción colectiva y es responsabilidad de todos los
actores educativos sin excepción"
Por ello se hace necesario considerar lo planteado por
Prieto (2005: 96), quien citando a Kant, explica que
la interacción del joven con sus compañeros
contribuye a la reafirmación de valores, al compartir
vivencias que van armonizando la integración social. Estas razones obligan a
la escuela venezolana a hacer cumplir los fines supremos de
formación del alumno, de acuerdo con la conjunción
de tres elementos fundamentales: familia, padres y
escuela los cuales le permiten a través de la
interacción el
conocimiento del mundo social, de los grupos y de las
realidades humanas, insertándose en la realidad social y
actuando en ella, forjando una personalidad
que responda a las distintas experiencias de contenido del vivir
actual, cualitativamente
Dentro del marco del Modelo
Curricular Venezolano, en cuanto al tema Educación en
Valores, el autor señalado afirma que se han realizado
importantes esfuerzos para establecer qué se quiere hacer,
a dónde se quiere llegar y cómo lograrlo. En este
empeño se pretende dar a las nuevas generaciones los
elementos necesarios para que aprendan a convivir, sabiendo que
al hacerlo, tendrán que elegir; es decir, optar por unos
valores, que les permita llevar una vida digna y consciente en
una sociedad democrática y participativa.
Enmarcado en lo planteado en Venezuela Castañuela
(2007: 33), plantea que se ha tratado de que en la escuela se
privilegien valores relacionados con la convivencia, como el
respeto al otro, la responsabilidad, la honradez, el cumplimiento
del deber, la consideración del derecho ajeno, la
solidaridad, ya que se tiene una sociedad con muchos problemas de
convivencia, donde el comportamiento de muchas personas
está lejos de reflejar valores
De lo planteado se puede afirmar que la falta de un
sistema de convivencia por la no consolidación de los
valores, pueden generar conflictos en
el aula, ya que al no trabajar con los niños y
niñas cosas tan simples como respetar, y respetarse pueden
confundir su rol en la sociedad.
Después de todo lo anteriormente planteado los
investigadores se formulan la siguiente interrogante:
¿Será importante un sistema de convivencia para la
consolidación de valores en los alumnos del primero de
ciencias de la
U.E. Venezuela Heroica?
OBJETIVOS DE LA
INVESTIGACIÓN
Objetivo General
Determinar la importancia de un sistema de convivencia
en la consolidación de los valores en los alumnos del
primero de ciencias de la U.E. Venezuela Heroica.
Objetivos Específicos
- Identificar cuales son las características de
la convivencia escolar en la institución objeto de
estudio. - Indagar si se contempla el desarrollo de valores en
el sistema de convivencia en la institución objeto de
estudio - Identificar las características a considerar
en un sistema de convivencia para la escuela. - Establecer las actividades para promover un sistema
de convivencia.
JUSTIFICACIÓN DE LA
INVESTIGACIÓN
El ser humano es social por naturaleza y
necesita relacionarse con los demás, de ahí que la
convivencia sea el medio natural para adquirir y poner en
práctica los valores fundamentales que deben regir la vida
entre las personas. Respetar a los demás, tener paciencia,
ser responsables y constantes, saber dialogar, poseer un sentido
de pertenencia, son valores que deben ser trasmitidos tanto por
la familia
como por la escuela. En función de lo cual la presente
investigación adquiere una relevancia social en la medida
que los resultados obtenidos puedan incidir en la
formación de sujetos capaces de convivir con base a
valores que formen parte de su modo natural de vida.
Los beneficios aportados por este trabajo se
justifican también desde el punto de vista
académico y metodológico; en cuanto a lo
metodológico permitirá contar con una herramienta
de consulta y como antecedente para las investigaciones
de este tipo en el ámbito de la educación, puesto
que observa todas las normas y características propias de
los trabajos de tipo formal y aborda un tema que esta muy en boga
en la actualidad.
Desde el punto de vista académico,
permitirá a los docentes contar con unas herramientas
debidamente diseñadas que les sirva de instrumento para la
elaboración de los contenidos sobre sistema de convivencia
y valores familiares y también en la planificación de contenidos a dictar por
ellos, generando esto a su vez, múltiples beneficios para
el logro de los objetivos y un
consecuente aumento en los índices de rendimiento
académico y la mejora de la convivencia y los valores
familiares de los estudiantes.
ara las investigadoras, es importante ya que permite la
aplicación de todos los conocimientos adquiridos durante
el transcurso del periodo estudiantil, y por medio de esto lograr
dar soluciones a
los objetivos propuestos y planteados por las mismas.
Para la UNERMB, los resultados de la
investigación, puede ofrecer para otros investigadores un
excelente documento de consulta y podrán adquirir
conocimientos sobre la importancia de un sistema de convivencia
en la consolidación de los valores.
DELIMITACIÓN DE LA
INVESTIGACIÓN
La siguiente investigación se realizó con
estudiantes de educación básica en el Municipio
Cabimas del Estado Zulia, durante el período escolar
2007-2008. La investigación tiene como base aspectos
teóricos en relación a Sistema de convivencia y
valores sustentados en los aportes de: Serrano (2005), Prieto
(2005) y Ferreira (2002).
CAPÍTULO II
MARCO
TEÓRICO
El mismo tiene el propósito de dar a la
investigación un sistema coordinado y coherente de
conceptos y proposiciones que permitan abordar el problema. Se
pretende situar el problema dentro de un conjunto de
conocimientos, que permita orientar la búsqueda y ofrecer
una conceptualización adecuada de los términos que
utilizaremos.
ANTECEDENTES DE LA
INVESTIGACIÓN
A continuación se presentan una serie de
investigaciones, tomadas como antecedentes de la
investigación, las cuales guardan relación con las
variables
objeto de estudio, ya que sirvieron para afianzar la
investigación que se realiza.
Con respecto a la variable convivencia, en el
área de la investigación educativa surgen experiencias
como la de Álvarez J. (2005), que aun cuando no trata la
convivencia escolar, su investigación es una referencia
importante dado que la familia es el núcleo referencial
más importante para el niño. El trabajo de
Álvarez se titula "La convivencia familiar consolida los
valores en los niños y niñas". Universidad Dr.
José Gregorio Hernández. Venezuela. Maracaibo. La
cual tuvo como objetivo
general determinar lo que los niños preguntan sobre los
valores. El tipo de investigación, fue descriptiva. El
diseño
fue no experimental transeccional. La población objeto de estudio fue finita y se
utilizó el censo poblacional compuesto por 50 niños
y niñas. Como instrumentos para la recolección
de datos se utilizaron dos cuestionarios uno para las
docentes de aula y otro para los padres y representantes. Para el
análisis de los datos se
utilizó estadística
descriptiva: media, desviación típica y
mediana.
Los resultados obtenidos a través de la
aplicación fueron, que existe una correlación 0.76
es una relación positiva, altamente significativa, entre
convivencia y lo que los niños preguntan sobre valores y
se concluyó entre otras cosas que lo más importante
radica en la educación y que los padres tienen la tremenda
responsabilidad de enseñarle valores a sus hijos. Deben
hablar con ellos, responder sus inquietudes y guiarlos. Si
necesitan ayuda deben pedir información a los docentes o personas
especializadas. La pertinencia con el presente estudio se centra
en que todo individuo
tiene un sentimiento íntimo y profundo, una
convicción personal y
particular acerca de pertenecer a un grupo
social.
El aporte de esta investigación es determinante
ya que hace referencia a la importancia de la familia en la
educación en valores lo cual esta relacionado con los
objetivos específicos de la presente investigación,
especialmente el referido a "indagar sobre los valores que
existen en los hogares de los niños y niñas de
educación básica"
Otra de las investigaciones que resaltan la importancia
de la convivencia en la consolidación de los valores
familiares es la de Pérez, (2003), titulada "Convivir en
sociedad consolida los valores familiares en la Infancia",
realizada en el Instituto Politécnico Universitario
Monseñor de Talavera.. Cabimas. Venezuela Esta
investigación tuvo como propósito determinar la
convivencia en sociedad en niños y niñas en edad
preescolar. La
metodología de la investigación fue
de tipo descriptivo de campo, y aplicada; calificándose el
diseño de la investigación como no experimental
descriptivo transeccional. La población quedó
conformada por 56 niños y niñas que estudiaban el
segundo nivel de preescolar. La recolección de datos se
llevó a cabo a través de: entrevistas
cuestionarios, efectuadas a las docentes y los representantes de
esos niños y niñas.
Se aplicó la validez a través de un juicio
de expertos y su confiabilidad a través del método de
estabilidad fue de 0,97. Los resultados de esta
investigación fueron los siguientes: La convivencia en
sociedad debería comenzar desde la más temprana
niñez, especialmente cuando el niño comienza a
desarrollar el lenguaje y
puede realizar preguntas ya que si se escuchan sus inquietudes
como cualquier otra persona este va
adquiriendo valores.
Esta investigación, proporciona aportes ya que
evidencia la importancia de convivir en sociedad para consolidar
los valores, lo cual esta relacionado con la presente
investigación que persigue como objetivo general:
Determinar la importancia de un sistema de convivencia en la
consolidación de los valores familiares en los alumnos de
educación básica, aspecto éste relevante
tomando como punto de partida lo expuesto por Da Costa, (2003:
25) quien señala que de la convivencia "… se
aprenden contenidos actitudinales, disposiciones frente a la vida
y al mundo que posibilitan el aprendizaje de
otros contenidos conceptuales y procedimentales."
En este mismo orden de ideas se presenta el trabajo
especial de grado realizado por Braco, (2002), titulado:
"Diseño estratégico sobre como educar a los
niños y niñas en edad de preescolar para que
adquieran valores familiares. Universidad José Gregorio
Hernández. Maracaibo. Venezuela.. En su
investigación de tipo descriptiva y con una
población de sesenta (60) niños y niñas. Se
utilizó como instrumento de recolección de datos,
la entrevista
no estructurada y la observación directa. Se concluyo que si no
se toman estrategias
adecuadas de cómo educar a los niños y niñas
esto entorpecer el buen desarrollo y entendimiento sobre lo que
son los valores, pudiendo ser confundidos con
antivalores.
Con el presente estudio tiene pertinencia ya que el
niño en la medida en que crece y sus estructuras
cognitivas se van tornando más complejas, permite que sus
acciones
también lo sean, lo cual le permite asimilan y diferencian
y seleccionar los valores que van a guiar su accionar.
También es importante destacar la
investigación de Moreno, (2004), titulada: "Implicaciones
que tienen la Convivencia como factor determinante en la
consolidación de valores en el niño y niña
en edad de preescolar". Universidad Rafael Belloso Chacín,
Maracaibo. Venezuela. El objeto de este estudio como
investigación original, tuvo sus motivos en descubrir las
implicaciones que tienen la convivencia como factor determinante
en la consolidación de los valores en el niño y la
niña y de cómo el docente propicia este aprendizaje a
través de una enseñanza intencionada en los niños.
La justificación del tema estuvo dada en la relevancia que
tienen la convivencia como factor determinante en la
consolidación de valores y el desafío del docente
para propiciar el desarrollo de este tema, de la pertinencia
social y cultural que tienen el aprendizaje de los mismos para la
sociedad y de la relevancia de las teorías
convivencia y valores.
Para lograr los objetivos establecidos en la
investigación, el estudio se desarrolló mediante el
área descriptiva y se llevó a cabo a través
de la modalidad de la investigación
de campo con la aplicación de técnicas
de observación y entrevistas para la recolección de
la información directa así como el análisis
de datos a través de cuadros analíticos para la
interpretación de los resultados
obtenidos.
Los participantes de la investigación estuvo
conformada por un grupo de 30 alumnos, 1 docente de la Unidad
Educativa Colegio "Gabriela Mistral". Las conclusiones y
recomendaciones apuntan hacia la necesidad de enfatizar la
práctica pedagógica en cuanto a convivencia se
refiere para que de esta manera ellos vayan adquiriendo
valores.
El aporte de dicha investigación es relevante, ya
que la misma presenta un modelo sobre implicaciones que tienen la
convivencia como factor determinante en la consolidación
de valores, contribuyendo de este modo a la investigación,
porque servirá de soporte para la realización de la
misma.
Los antecedentes que fueron tomados en
consideración para formar parte de esta
investigación poseen informaciones importantes
relacionadas con los valores, como referentes de una convivencia
sana, aspecto este íntimamente relacionado con las
variables objeto del presente estudio.
FUNDAMENTOS
TEÓRICOS
La Convivencia Escolar y sus
Características
Lanni (2005: 22), manifiesta que la convivencia escolar,
alude, fundamentalmente, a uno de los temas básicos de la
pedagogía: el aprendizaje, es decir, "el
proceso por el
cual un sujeto adquiere o desarrolla una nueva conciencia y
conocimiento,
que le proporcionan nuevos significados. Para que el aprendizaje
sea posible, los intercambios entre todos los actores de la
institución (alumnos, docentes y padres) que comparten la
actividad en la escuela y que conforman esa red de vínculos
interpersonales que se denomina convivencia, deben construirse
cotidianamente, mantenerse y renovarse cada día,
según determinados valores. Sólo cuando en una
institución escolar se privilegian los valores como el
respeto mutuo, el diálogo,
la participación, recién entonces se genera el
clima adecuado
para posibilitar el aprendizaje, es por eso que puede afirmarse
que la convivencia se aprende.
Cada una de estos valores son importantes en este
proceso, ya que el respeto mutuo, es el punto de encuentro
positivo entre el individuo y la sociedad, donde se hace posible
la convivencia en la diversidad, considerando que respetar a los
otros significa aceptar la discrepancia en las opiniones, en los
planteamientos y en la forma de vida. En la escuela, a
través del dialogo, los
estudiantes, pueden expresar libremente las ideas y los docentes
pueden aclarar las mismas o aportar nuevas, es decir por medio
del dialogo puede existir un entendimiento entre todos los
actores que hacen vida diaria en la institución educativa,
existiendo así un mayor entendimiento entre todos; la
participación, tiene múltiples facetas: se puede y
se debe participar en la gestión
de la escuela, en el desarrollo de sus normas, en la selección
de contenidos, en el establecimiento de la metodología, en
el proceso de evaluación… La participación en
las escuelas requiere tiempo, nuevas
actitudes y
transformación de las estructuras
Para Da Costa, (2003: 23), la convivencia se aprende, es
más, es un duro y prolongado hasta podría decirse,
interminable aprendizaje en la vida de todo sujeto",
pues:
Sólo se aprende a partir de la
experiencia.
Sólo se aprende si se convierte en una
necesidad.
Sólo se aprende si se logran cambios duraderos en
la conducta, que permitan hacer una adaptación activa al
entorno personal y social de cada uno.
Los principales determinantes de las actitudes se
entienden en términos de influencias sociales. Las
actitudes se trasmiten a través de la expresión
verbal y no verbal. La institución educativa, aún
cuando no se lo proponga, no se limita a enseñar
conocimientos, habilidades y métodos.
Va más allá. La escuela contribuye a generar los
valores básicos de la sociedad en la que está
inserta. Los valores de la escuela influyen sobre los alumnos.
Muchos de ellos están claramente explicitados en el
ideario institucional, en tanto que otros están
íntimamente ligados a la identidad
institucional, y son los que vivencian diariamente; sobre estos
principios se construye y consolida la convivencia.
Las Normas en el sistema de Convivencia
Escolar:
La escuela espera de sus actores una serie de
comportamientos adecuados a los valores que inspiran el proyecto
educativo, pero para ello deben incorporarse normas, como reglas
básicas del funcionamiento institucional, siendo la meta
máxima que sean producto del
consenso para que puedan ser aceptadas por todos los actores, y
que se comprenda que son necesarias para organizar la vida
colectiva. Si esto se logra, se logró la
interiorización de las normas.
Es importante enfatizar que para desarrollar valores es
necesario que se trabaje desde la escuela y familia normas de
conducta, entendiéndose por estas aquellas reglas que
establecen como comportarse en determinadas situaciones y las
cuales se aceptan como validas al darle sentido a la vida, y
permitiendo poder convivir en paz y armonía con los grupos
a los que se pertenece.
Se puede concluir afirmando que las normas son aquellas
reglas que orientan y regulan las relaciones en la
búsqueda de alcanzar un fin determinado y están
compuestas por limites que son los que regulan ese
comportamiento, por lo tanto ayudan al niño y al
adolescente, a controlar aquellos aspectos de su conducta que
él no puede dominar por sí mismo.
Recomendaciones para el Establecimiento de
Limites:
A través de los limites se ejerce un control sobre los
actos de los niños y adolescentes, con ayuda de los
adultos significativos, quienes son los responsables de guiar, de
apoyar, para neutralizar las desviaciones que dificulten el
crecimiento autónomo, hasta que puedan construir por
sí mismos sus límites.
Los limites deben ser objetivos: "Pórtate
bien", "Sé bueno", o "no hagas eso" son expresiones que
significan diferentes cosas para diferentes personas. Un
límite, dentro de una norma, bien especificado dice a un
niño o adolescente, exactamente lo que debe estar hecho.
"Habla bajito en una biblioteca "; "Da
de comer al perro ahora": "Agarra mi mano para cruzar la
calle".
Ofrecer opciones: La libertad de oportunidad hace
que un niño o adolescente, sienta una sensación de
poder y control, reduciendo las resistencias.
Por ejemplo: ¿Contestas el examen escrito? O ¿lo
haces oral? Esta es una forma más fácil y
rápida de decir a un niño o adolescente exactamente
lo que hacer.
Ser firmes: Un límite firme dice a un
niño o adolescente que él debe parar con dicho
comportamiento y obedecer inmediatamente. Por ejemplo: ¡ve
a tu puesto, ya¡. Los límites firmes son mejor
aplicados con una voz segura, sin gritos, y una seria mirada en
el rostro. Los límites más suaves suponen que se
tiene una opción de obedecer o no.
Acentuar lo positivo: Decirle a un niño o
adolescente lo que debe hacer , siempre en positivo ("habla
bajo"), antes de lo que no debe hacer ("No grite").
Mantenerse al margen: Cuándo se dice
"quiero que vayas a la dirección ahora mismo", se ésta
creando una lucha de poder personal con el alumno. Una buena
estrategia es
hacer constar la regla de una forma impersonal. Por ejemplo: "Son
las 8, hora de entrar a clase" y le
enseña el reloj. En este caso, algunos conflictos y
sentimientos estarán entre el joven y el reloj.
Explicar el por qué: Cuando una persona
entiende el motivo de una regla, como una forma de prevenir
situaciones peligrosas para sí mismo y para otros, se
sentirá más animado a obedecerla.
Sugerir alternativas: "No te puedo hacer el
evaluativo que perdiste ahora, pero si presentas y apruebas el
segundo evaluativo, te doy la oportunidad después". Al
ofrecerle alternativas, le estás enseñando que sus
sentimientos y deseos son aceptables. Este es un camino de
expresión más correcto.
Ser seriamente consistente Rutinas y reglas
importantes en la escuela, deben hacérsele seguimiento y
cumplirse día tras día, aunque se esté
cansado o indispuesto.
Desapruebe la conducta, no al alumno: Es
necesario que se deje claro para los alumnos que la
desaprobación está relacionada a su comportamiento
y no directamente a ellos. No se les esta rechazando. Lejos de
decir "Eres un alumno escandaloso" (desaprobación de el
como persona), se debería decir "modera tu tono de voz",
(desaprobación de accionar). En lugar de decir "realmente
eres incontrolable cuando actúas de esta forma",
debería decirse,¡ los MP4 son para escuchar música en tu casa,
guárdalo en tu bolso¡.
Controlar las emociones:
Cuando el docente está muy enojado puede ser propenso a
ser verbalmente y/o físicamente abusivo con los alumnos, y
si se considera que la disciplina es básicamente
enseñar al niño y adolescente, cómo debe
controlarse para mejorar su comportamiento, sería
contradictorio si el docente es extremamente emocional y
actúa o responde bajo cargas emocionales, se recomienda
por lo tanto que delante de un mal comportamiento, lo mejor es
darse un minuto de calma, y después preguntar,
"¿que sucedió aquí?". Cuanto más
expertos se hace el docente en fijar los límites, mayor es
la cooperación que recibirán de los alumnos y menor
la necesidad de aplicar medidas disciplinarias para que se
cumplan las normas.
Sistema de Convivencia
Si se parte de que vivir en convivencia es vivir en
valores aceptados, compartidos, y puestos en práctica,
para el obtención de objetivos comunes, sería
pertinente la afirmación de Ferdinand de Saussure, cuando
expresa que "Un sistema de convivencia "son elementos
indispensables en todas las sociedades humanas para que
éstas alcancen las metas que se han propuesto." (2003:
44).
Parte de lo expresado es resaltado por Serrano (2005:
22), quien manifiesta que la posibilidad de ir construyendo una
sociedad cada vez mejor se vincula fuertemente con lo que se
puede adquirir dentro del ámbito escolar. La solidaridad,
la cooperación, el dialogo, la responsabilidad individual
y social y la defensa de los derechos humanos, constituyen
compromisos que los alumnos deben asumir con el resto de los
miembros de la comunidad.
Plantea el autor que para ello se los debe vivir desde
la práctica cotidiana y comprometerse con los valores
propuestos, teniendo en cuenta que los conceptos de autoridad y
libertad no se oponen sino se integran a través de
límites claros, conocidos y razonables. Para producir un
orden que regule la convivencia es necesario que se interese en
coincidir en esos valores, tanto la escuela como la familia,
porque se comparte la educación de quienes tendrán
en sus manos la continuidad de esta sociedad.
En función de lo expuesto se puede afirmar que el
de Sistema Convivencia, se fundamenta en la adquisición y
desarrollo de valores, intentando desarrollar la autonomía
de los alumnos y al ser los estudiantes parte de la comunidad
educativa deben participar en su diseño y comprometerse a
cumplir con las obligaciones
que respondan al desarrollo armónico de las actividades de
la Institución, pero como el respeto a los valores y a los
principios que rigen la institución, no siempre se
mantiene en la práctica, se necesitan normas y sanciones
para recordar que existen límites a la conducta cuando se
falta al compromiso que se ha asumido entre todos y/o cuando se
pone en peligro la armonía en las relaciones de un grupo
social.
Valores a Desarrollar en la Instauración de un
Sistema de Convivencia Escolar
Martínez (2005) planteo que la educación
y, en consecuencia, la educación en valores es una
responsabilidad de la familia, de la escuela y de la sociedad en
su conjunto. Hoy resultaría difícil e inoperante
cargar la responsabilidad a una de dichas instituciones en
exclusiva, sea la familia o la escuela. Incluso el trabajo
colaborativo de ambas resultaría muy difícil si la
sociedad en su conjunto (debido al gran influjo que ejercen
la
televisión, Internet, etc.) no colabora
en dicha tarea.
Nadie pone en duda que los padres y las madres son los
primeros y principales responsables directos de la
educación de sus hijos y, por tanto, de transmitirles una
educación en valores, sin embargo, la realidad social
permite inferir que esto no se ésta cumpliendo y es
así como se escucha desde distintos ámbitos, quejas
sobre la falta de valores de las nuevas generaciones, sobre la
impotencia de muchas familias para abordar una educación
en valores, y sobre la dejadez o pasividad que muestran otras
tantas familias al ceder esta responsabilidad a otras
instituciones.
Igualmente la escuela tiene una gran responsabilidad en
la enseñanza de los valores, en la medida que debe ser
promotora de una ciudadanía activa y de la cohesión
social, en función de lo cual se promueve la escuela en
valores, y la educación para la paz, igualmente el
ejercicio de los principios democráticos en función
del desarrollo de una ciudadanía activa. Sin embargo, la
escuela como institución no responde en la actualidad a
este compromiso de articular, en su práctica diaria, la
educación en valores, como parte fundamental de una
educación integral. En la mayoría de las ocasiones,
esto depende más del voluntarismo de determinados
profesores, que de un proyecto asumido y desarrollado por la
comunidad educativa.
La educación en valores, como sostiene
Martínez (op cit), transciende el medio más
inmediato, el de la formación, el del espacio de
interacción entre iguales y el de la convivencia familiar,
y se sitúa en el espacio de la construcción de la
ciudadanía activa.
Educar en valores hoy supone desarrollar una capacidad
crítica
para ejercer la libertad, el respeto y la solidaridad en el
contexto de una sociedad diversa e intercultural. Educar en
valores es, también, formar personas con autonomía,
responsables y capaces de tomar sus propias decisiones, capaces
también de identificarse con el ideario de una
institución, como es la escuela. Pero, junto a todos los
valores que suponen la transformación de las personas, no
es menos importante considerar aquellos valores que contribuyen a
contrarrestar todas aquellas actuaciones que atentan contra la
convivencia en la escuela.
Por otra parte, en la escuela, el mejor modelo a imitar
es el docente, por tanto, es necesario que en el sistema de
convivencia, deben tocarse los aspectos relacionados con las
actitudes y comportamientos, de éstos, es oportuno,
imaginarse si se quiere que los alumnos sean puntuales u
obedientes, cabe preguntarse qué pautas de conducta y
normas deben seguir los docentes para lograr que cambien su
actitud.
Tipos de Valores de Convivencia
Según Medrano (2004: 22) Existen distintos tipos
de valores. Entre otros destacan los siguientes:
Dialogo como valor
La manera en la que se comunican las personas, incide en
la habilidad para pensar y aprender en conjunto, y para tomar las
decisiones correctas.
El docente al comunicarse con sus alumnos debe para
poder establecer un dialogo, escuchar comprensivamente al otro.
Acompañar y escuchar, es presencia que implica,
según el educador brasileño. Da Costa, (2003:
21):
- Receptividad, apertura hacia el alumno, estar
dispuesto a conocerlo y comprenderlo respetando su intimidad,
su privacidad. - Reciprocidad no basta con estar expectante, sino
también en responder con actitudes, con palabras, con
gestos, - Compromiso que es la responsabilidad que se asume en
relación con el otro, en este caso con el
alumno.
El autor antes mencionado, hace referencia que la falta
de dialogo provoca distanciamiento pues las personas existen en
el ámbito de la
comunicación. Nadie puede vivir, crecer, desarrollarse
y amar sin comunicación, sin otros con los cuales
dialogar, establecer relaciones y vínculos. El
diálogo permite intercambiar ideas, opiniones y escuchar
las razones del otro. También, admite que no se
posee toda la verdad y que no todos piensan lo mismo.
A través del diálogo, las personas se
conocen mejor, conocen sobre todo sus respectivas opiniones y su
capacidad de verbalizar sentimientos, por lo tanto el
diálogo facilita acuerdos prácticos,
elaboración conjunta de normas y proyectos,
mejorar las relaciones, obtener mejores resultados en el trabajo
común, evitar muchos malentendidos y conflictos y a
resolver los problemas surgidos.
Dialogar es la solución para tener una comunidad
bien constituida y cimentada en la palabra, pero la falta de
dialogo o de comunicación en el aula de clase puede poner
en riesgo su
estabilidad, es por esto indispensable que los docentes tengan un
dialogo muy fluido con sus alumnos, donde cada palabra sea para
estimularlo, dar cariño, instruir con amor e
inspirar confianza.
Para mejorar la comunicación son esenciales
la voluntad, el interés, y
la disponibilidad por parte de sus miembros. Además, para
que sea posible fomentar la capacidad de diálogo, las
personas deben poseer un nivel suficiente de confianza en
sí mismas (autoestima);
también tener un nivel mínimo de confianza en los
demás; de lo contrario les será imposible escuchar,
valorar sus ideas y puntos de vista y admitir parte de la verdad
que contienen.
Amistad
Tiene su raíz en el amor, en la
posibilidad de establecer lazos afectivos y sentimentales: una
unión que se establece por un encuentro en común,
interés por algún objeto, situación,
sentimiento o ideal
El hombre,
esencialmente, "forma alianzas o grupos con otros individuos",
que se desarrollan desde la época de niño, producto
de la reacción de actitudes hostiles y de rivalidad,
mediante identificaciones con los otros.
La ligazón afectiva, se basa en un dar y recibir,
en el reconocimiento, reciprocidad y en aceptar las diferencias.
La colaboración, el intercambio, cierran el paso a la
agresividad y a la desconfianza.
Se puede afirmar que un amigo, se constituye en una
especie "de refugio", de lugar donde alojar las penurias, los
secretos y las confidencias, donde se facilita el hablar y el
actuar como naturalmente se piensa y se es, minimizando los
frenos sociales que normalmente se tienen, los vínculos
que se desarrollan en la amistad, no se basan en la
posesión o exigencia hacia el otro, sino en la libertad y
apoyo mutuo. El valor asignado a las amistades es
comúnmente el resultado de la presencia frecuente de:
Confianza y sinceridad, interés sincero por el amigo, por
su bienestar, por sus problemas y logros.
Cooperación
Consiste en el trabajo en común llevado a cabo
por parte de un grupo de personas o entidades hacia un objetivo
compartido, generalmente usando métodos también
comunes, en lugar de trabajar de forma separada, en
competición.
Plantea Marroquin (2005) que la cooperación es la
antítesis de la
competición; sin embargo, la necesidad o deseo de competir
con otros es un impulso muy común, que motiva en muchas
ocasiones a los individuos a organizarse en un grupo y cooperar
entre ellos para poder formar un conjunto mucho más fuerte
y competitivo.
Señala el autor que la cooperación, es un
tema vital para las comunidades humanas, fluye a partir de la
comunicación; la cual, si está bien planteada,
lleva al "encuentro" como a manera de un juego
cocreador. Los recientes avances en los campos de la
investigación coinciden en consolidar un común
denominador: todo está en interacción con todo. El
todo es relacional. El todo emerge a partir de la mutua
interacción de sus componentes y es mayor que la simple
reunión de sus partes. Nada está
aislado.
Cada componente existe en relación a otro, cada
persona está en interacción y en conjunto tejen, en
libertad, una urdiembre existencial. Todo está en
comunicación, interacción, equilibrio
dinámico, en evolución permanente. Hoy queda de
manifiesto, cada vez con mayor insistencia, que el ser humano es
un ser de encuentros, incluso nace prematuramente para que
complete su desarrollo a partir de la relación con su
entorno y fundar así, con la realidad presente, modos
valiosos de unidad.
Manifiesta Marroquin (op cit), que tal "encuentro" no es
posible entre meros objetos, sino entre personas con diversas
realidades que les posibilitan entrar en una dinámica creadora.
Entonces, la cooperación humana madura cobra un
valor muy importante desde un principio, porque si toda persona
se forja a partir de encuentros que va fundando sobre la marcha,
la calidad de
éstos dependerá del valor que vaya descubriendo,
voluntariamente, en el camino.
Ello quiere decir que la persona no es un mero individuo
inerte o aislado del todo, sino que su existencia el llegar a
alcanzar un desarrollo y una madurez- es el fruto de la calidad
de los encuentros que, en libre y mutua cooperación,
establece y [por decirlo así] crea con la realidad
circundante. Es esta comunicación y cooperación la
que permite predisponer el terreno para un crecimiento creativo
en una armonía de la que todos puedan disfrutar, en vez de
tratar de forjarlo cada uno por separado.
El Respeto
Significa valorar a los demás, acatar su
autoridad y considerar su dignidad. El
respeto se acoge siempre a la verdad; no tolera bajo ninguna
circunstancia la mentira, y repugna la calumnia y el
engaño.
El respeto exige un trato amable y cortes, dado
que es la esencia de las relaciones
humanas, de la vida en comunidad, del trabajo en
equipo, de la vida en familia, de cualquier relación
interpersonal por lo tanto crea un ambiente de
seguridad y
cordialidad; permite la aceptación de las limitaciones
ajenas y el reconocimiento de las virtudes de los demás.
Evita las ofensas y las ironías; no deja que la violencia
se convierta en el medio para imponer criterios. El respeto
conoce la autonomía de cada ser humano y acepta complacido
el derecho a ser diferente.
(www.ciamariaz.com/milo/eso/boletin4.pdf)
El respeto a las personas es una aceptación
y valoración positiva del otro por ser persona. Lleva
consigo una aceptación incondicional de la persona tal y
como es. Es decir, una aceptación sincera de sus
cualidades, actitudes y opiniones; una comprensión de sus
defectos. En el plano humano, el respeto a las personas implica
no considerarse superior a nadie.
Todos sentimos que tenemos el derecho a ser respetados
por los demás en nuestro modo de ser, de actuar y de
expresarnos. Esto exige de nosotros el deber de respetar
igualmente a todas las personas.
El respeto a las cosas es una actividad de
valoración de todos los seres animados o inanimados,
naturales o elaborados por el hombre,
como medios
necesarios para la vida y la realización personal de los
seres humanos, en diversos niveles. En efecto, el hombre necesita
de las cosas para cubrir todas las necesidades vitales, desde las
necesidades más primarias y básicas (comida,
vestido, alojamiento) hasta las necesidades más elevadas
(desarrollo intelectual, contemplación y creatividad
artística, etc.).
El respeto, como valor que faculta al ser humano para el
reconocimiento, aprecio y valoración de las cualidades de
los demás y sus derechos, ya sea por su conocimiento,
experiencia o valor como personas, es el reconocimiento del valor
inherente y los derechos de los individuos y de la sociedad.
Éstos deben ser reconocidos como el foco central para
lograr que las personas se comprometan con un propósito
más elevado en la vida.
El respeto hacia los demás miembros es otro de
los valores que se fomentan dentro de la familia, no sólo
respeto a la persona misma, sino también a sus opiniones y
sentimientos. Respeto hacia las cosas de los demás
miembros, respeto a su privacidad, respeto a sus decisiones,
éstas, por supuesto, adecuadas a la edad de la persona. Es
en la familia donde el niño aprende que tanto él o
ella como sus ideas y sentimientos merecen respeto y son
valorados.
El respeto comienza en la propia persona. El estado
original del respeto está basado en el reconocimiento del
propio ser como una entidad única, una fuerza vital
interior, un ser espiritual, un alma. La
conciencia elevada de saber "quién soy" surge desde un
espacio auténtico de valor puro. Con esta perspectiva, hay
fe en el propio ser así como entereza e integridad en el
interior. Con la comprensión del propio ser se experimenta
el verdadero autorrespeto.
El Respeto es el reconocimiento del valor inherente y de
los derechos innatos de los individuos y de la sociedad. Estos
deben ser reconocidos como el foco central para lograr que las
personas se comprometan con un propósito más
elevado en la vida.
En concreto el
respeto a las cosas lleva consigo actitudes de:
Admiración y aprecio de la belleza de las cosas y
de su utilidad,
delicadeza en el uso y colaboración en el mantenimiento
de las cosas que existen para el servicio y
disfrute de todos.
La Responsabilidad
La responsabilidad supone asumir las consecuencias de
los propios actos, no solo ante uno mismo sino ante los
demás. Para que una persona pueda ser responsable tiene
que ser consciente de sus deberes y obligaciones, es por ello, de
gran importancia que los hijos tengan sus responsabilidades y
obligaciones muy claras. Por ejemplo, el niño debe tener
claro que es su responsabilidad la calidad y el esfuerzo en sus
estudios, que debe poner el mayor trabajo y empeño en esta
actividad, en beneficio propio y en respuesta a la oportunidad
que le brindan sus padres.
El desarrollo de la responsabilidad de los niños,
adolescentes es parte del proceso educativo, esto con vistas a la
participación de estos en la vida escolar, y en la vida en
sociedad después, de una manera responsable y
autónoma.
Responsable es aquel que conscientemente es la causa
directa o indirecta de un hecho y que, por lo tanto, es imputable
por las consecuencias de ese hecho (es decir, una
acumulación de significados previos de responsabilidad),
termina por configurarse un significado complejo: el de
responsabilidad como virtud por excelencia de los seres humanos
libres. En la tradición kantiana, la responsabilidad es la
virtud individual de concebir libre y conscientemente las
máximas universalizables de nuestra conducta.
Para Hans Jonas, en cambio, la
responsabilidad es una virtud social que se configura bajo la
forma de un imperativo que, siguiendo formalmente al imperativo
categórico kantiano, ordena: "obra de tal modo que los
efectos de tu acción sean compatibles con la permanencia
de una vida humana auténtica en la Tierra".
Dicho imperativo se conoce como el "principio de
responsabilidad".
Sentido de Pertenencia
El sentido de pertenencia, es la
capacidad perdurable del sentimiento de compromiso grupal
implicando un sentimiento de aceptación por parte
de los demás y un compromiso frente a la
institución sintiéndola como grupo de
referencia. Parte del supuesto que cuando a las personas
se les da la oportunidad de tomar parte en nuevas actividades,
los individuos desarrollan un sentido de pertenencia.
Según Barbarito M y Montero J. éste se
define como un grado avanzado de filiación o de
ligazón existente en el grupo o en (y con) la
institución. Lo cual es fundamental para la
organización y el desarrollo del grupo, y en lo
personal es un sostén en cuanto atañe a la
identidad del individuo. Ampliando este concepto, Vargas
A plantea que cuando una serie de particularidades comunes a un
colectivo, sirven para distinguirlos de los demás, creando
premisas para el autorreconocimiento como parte integrante del
mismo, los vínculos de interacción grupal entre los
miembros se hacen más sólidos y coherentes, tanto
dentro como fuera del contexto de referencia.
Existe un grado de disposición que toda persona
tiene para seguir la lógica
de convivencia o sentido común, mientras más segura
se sienta esa persona dentro de un grupo, más elevado
será su sentimiento comunitario y por lo tanto la persona
estará más dispuesta a seguir normas. El sentido de
pertenencia no es mas que la seguridad que la persona obtiene
cuando se siente que ocupa un lugar dentro de un grupo; esto
llevara a la misma a buscar conductas que permitan ocupar un
sitio.
Es el sentimiento de aceptación por parte de los
demás. El principal y más importante núcleo
de configuración de este sentido es la escuela. Si se
sienten aceptados y queridos tanto en casa como en la escuela,
los niños y adolescentes adquieren mucha más
facilidad para socializar e integrarse a otros grupos.
Un ambiente escolar donde se comparte, se participa, se
juega y se trabaja juntos, refuerza el sentido de la familia como
grupo. Los estudiantes se dan cuenta de que participar significa
compartir lo bueno y lo menos bueno y que ésta es la base
para la aceptación en cualquier contexto.
Un buen instrumento de cohesión y apoyo puede ser
el nombrar cada semana uno de los miembros del salón de
clase como foco central, muchas escuelas le dan inclusive una
semana a cada estudiante, en esa semana el es el actor principal,
dándole prioridad para que exprese sus experiencias y sus
expectativas, reforzando sus logros y las competencias en que
resalte.
En un ambiente de este tipo, los niños y
adolescentes, aprenden a ser parte activa, a compartir, a apoyar,
a contemplar sus deseos con el interés del grupo y a
seguir las reglas o normas del grupo.
Se establece pues, una identidad colectiva que traza y
norma los mecanismos internos para la acción,
conservación y desarrollo grupal, así como para
mediar las relaciones con otros grupos. Cada integrante entonces,
se concientiza como sujeto de estos códigos intragrupales
y se siente portador y representante del universo
simbólico que recrean como grupo.
Esta peculiaridad relativa a la forma de adhesión
a los rasgos distintivos de la identidad escolar, es el llamado
sentido de pertenencia, que implica una actitud consciente y
comprometida afectivamente ante el universo
significativo que singulariza un determinado grupo , en cuyo
seno, el sujeto participa activamente. Un ambiente donde se
comparte, se participa, se juega y se trabaja juntos, refuerza el
sentido como grupo.
Enmarcado en lo expuesto, los estudiantes, se dan cuenta
de que participar significa compartir lo bueno y lo menos bueno y
que ésta es la base para la aceptación en cualquier
contexto. En un ambiente de este tipo, los niños y
jóvenes, aprenden a ser parte activa, a compartir, a
apoyar, a contemplar sus deseos con el interés del grupo y
a seguir las reglas o normas que guían el trabajo grupal,
pero no con un sentimiento de norma impuesta sino como un
compromiso, producto de la aceptación de la norma, porque
esta es entendida, aprobada al ser producto del
consenso.
Los vínculos de pertenencia
Los vínculos de pertenencia pueden ser
múltiples respecto a una misma persona, de acuerdo a la
diversidad de roles e interacciones en que participe a la largo
de su vida. Así pues la familia, las organizaciones
sociales, la comunidad, pueden constituir simultáneamente
medios a las que un mismo sujeto se sienta pertenecer.
El grado de compromiso individual y colectivo,
así como los vínculos afectivos que se consolidan
mediante el sentido de pertenencia son tales, que aún en
los casos en que cesa la relación activa con el medio que
lo origina, puede mantenerse la identificación con sus
valores representativos, mientras estos no entren en conflicto con
los valores más arraigados de la identidad personal. La
duración de este lazo emotivo es, por tanto indeterminada,
y sólo se extingue en la medida en que se transformen y
construyan significados que enajenen la identificación del
sujeto con los mismos.
No obstante, la fuerza del sentido de pertenencia en
muchas ocasiones pervive, como una latencia emotiva, relacionada
con aquellos rasgos distintivos de la identidad colectiva que
todavía mantienen su sentido para el sujeto. Por tanto, el
sentido de pertenencia es un elemento primario de arraigo e
identificación personal y colectiva. Es expresión
concreta de adhesión a rasgos específicos y
característicos de la cultura que
identifica la institución, familia o comunidad, y que
sintetizan perfiles particularmente sentidos de identidad. Debe
añadirse que en el estudio de los procesos de
identidad y sentido de pertenencia, es necesario considerar las
múltiples posibilidades de organización, clasificación y
normación generadas en dichos procesos, que al conformar
las prácticas intra y extragrupales, definen las
posibilidades de acción colectiva Ramírez,
(p:165 )
Cómo Fomentar el Sentido de
Pertenencia
Siguiendo los planteamientos de Arellano N. (2007), se
puede afirmar, que cada vez más, los educadores
están poniendo mayor atención a la calidad de las
relaciones que existe entre los miembros del personal y los
estudiantes en las escuelas. Dado que una buena cantidad de
evidencia indica que un fuerte sentido de pertenencia en las
escuelas tiene beneficios tanto para los miembros del personal
como para los estudiantes. Una de las maneras es a través
del desarrollo de actividades, entre las cuales se pueden
mencionar: divulgar los valores de la institución eventos como
cumpleaños, día de la institución,
experiencias positivas en la vida institucional, confeccionar
artículos de uso personal con el logotipo de la
institución, imprimir diplomas acreditando la pertenencia
a la institución, participación en jornadas de
conciliación, proyectos de convivencia. Para lo cual es
necesario promover la participación y el espíritu
de equipo.
Igualmente plantea la autora (op cit) que como base o
sustentación de lo expuesto debe mantenerse una
comunicación basada en el dialogo y la escucha activa,
permitiendo esto potenciar las ideas y propuestas de los sujetos
que interactúan en las organizaciones escolares. Estas
ideas y propuestas, al trasladarse hacia el contexto permiten
proyectar la institución e incrementar los sentimientos de
"pertenencia", el cual se evidencia en las interacciones
institucionales entre los miembros del personal y un rol mayor
para los docentes, que implica más que una simple
instrucción en una sala de clases.
La escuela con un alto sentido de pertenencia entre sus
miembros se caracteriza por un sistema de valores compartidos,
relacionados con la escuela y con la educación en general;
con el desarrollo de actividades comunes que vinculan a los
sujetos unos con otros, y con las tradiciones escolares; y un
"sentido de dedicación" en las relaciones
interpersonales.
Plantea Arellano N. (op cit) que entre los atributos
comunes de estas escuelas, esta la comunicación basada en
el dialogo, cohesión grupal, participación,
respeto, dedicación, inclusividad, confianza, y
compromiso. La comunicación es abierta, la
participación es abarcante, el trabajo en equipo es
predominante y la diversidad es incorporada. Los miembros del
personal y los estudiantes comparten una visión
común de la escuela para el futuro, un sentido comunitario
de los propósitos y un conjunto de valores comunes. Ellos
cuidan elementos como la confianza y el respeto entre unos y
otros, y reconocen los esfuerzos y logros de los
demás.
Se puede concluir afirmando que un fuerte sentido de
pertenencia puede incidir en una moral del
personal alta, el ausentismo del profesor es
menor, y los profesores están más satisfechos con
su trabajo, El sentido de pertenencia entre los miembros del
personal, puede además ser un precursor importante para el
desarrollo del sentido de pertenencia entre los estudiantes. En
la medida que la misión y
visión de la escuela sean adoptada por los miembros
del personal, las conductas apropiadas y las actitudes
serán modelos para los estudiantes, ayudándolos a
madurar en su propia interrelación personal, incidiendo
esto en menos problemas con la mala conducta de los estudiantes,
mayor interés académico, una mayor
consecución de logros y un menor abandono
escolar.
Para crear ambientes más personales y de apoyo,
muchos reformadores han abogado para dividir grandes colegios en
varias unidades pequeñas y semiautónomas, dado que
este tipo de organización escolar puede lograr incrementar
un sentido de pertenencia tanto para los miembros del personal
como para los alumnos
Para desarrollar el sentido de partencia en la escuela
se requiere de Gerentes que lleven a cabo proyectos
institucionales, les hagan seguimiento y se involucren en las
actividades, que impulsen procesos de autogestión,
respondan a las preocupaciones de los equipos de trabajos que se
conformen tanto de alumnos como de docentes y muestren apoyo para
la innovación y la creatividad
Características del Individuo con Sentido de
Pertenencia
- Es activo, comparte, apoya, y contemplar sus deseos
considerando el interés del grupo. - Sigue las reglas o normas que guían el trabajo
grupal, pero no con un sentimiento de norma impuesta sino como
un compromiso, producto de la aceptación de la norma,
porque esta es entendida y aprobada al ser producto del
consenso. - Aún en los casos en que cesa la
relación activa con el grupo o institución, puede
mantenerse la identificación con sus valores
representativos - Comparte el concepto de colaboración y
amistad. Es capaz de iniciar los contactos interpersonales con
las personas con las que desea relacionarse. - Demuestra sensibilidad y comprensión hacia los
demás. - Demuestra habilidad para cooperar y
compartir. - Se siente cómodo en los grupos. Consigue la
aceptación de los demás y se le busca para formar
parte de grupos. - Demuestra una actitud social positiva y
abierta. - Se siente valorado por los demás.
- Acepta a las personas como son, sin intentar
controlarlas, aunque esté abierto a dar apoyo y retroalimentación para todo lo que haga
falta.
Cómo Fomentar el Sentido de
Pertenencia
- Crear contextos para formar líderes,
desactivando el miedo, y la falta de valoración
personal. - Crear un ambiente generalizado de aceptación a
través de mantener una comunicación basada en el
dialogo y la escucha activa, para poder potenciar las ideas y
propuestas de los sujetos que interactúan en el grupo,
institución. - Promover Proyectos comunes que integren al grupo a
través del: - Desarrollo de actividades, como
cumpleaños, día de la institución,
experiencias positivas en la vida institucional,
familiar… - Metas grupales que generen la
integración. - Intercambio de ideas, confrontación de
puntos de vista, compartir experiencias. - Promover situaciones donde se pueda ayudar a los
demás. - Realizar dinámicas para compartir las
emociones y sentimientos en un clima de confianza y
calidez.
- Desarrollo de actividades, como
- Crear logotipos (emblemas) que le sirva a una entidad
o al grupo para representarse e identificarse. Ej.:
artículos de uso personal con el logotipo de la
institución, diplomas acreditando la pertenencia a la
institución. - Desarrollar un sistema de valores compartidos, a
través del desarrollo de actividades comunes que
vinculan a los sujetos unos con otros, y con las tradiciones, y
valores. - Crear la misión y
la visión común del grupo para impulsar un
sentido comunitario de los propósitos y un conjunto de
valores comunes. - Cuidar elementos como la confianza y el respeto entre
unos y otros, y reconocer los esfuerzos y logros de los
integrantes.
Características que deben considerarse en la
construcción – diseño y funcionamiento – de un
sistema de convivencia en la escuela:
Para promover un sistema de convivencia se debe tener
una serie de criterios y normas muy claras para saber qué
se puede y qué no se puede hacer, hasta dónde se
puede llegar, qué es necesario consensuar o no, qué
consecuencias conlleva su cumplimiento o incumplimiento.
Igualmente debe estar claro el perfil de persona que se esta
intentado formar.
Siguiendo a Arcidiacono (op cit) debe partirse primero
por hacerse una serie de reflexiones, las cuales podrían
partir de preguntarse, entre otras cosas: ¿cuál es
el objetivo del Sistema de Convivencia? ¿quién debe
establecer las normas ? ¿Será una propuesta cerrada
a algún sector o abierta a todos los sectores?
¿cuál será el número de participantes
por sector involucrado? ¿cuál es la
concepción de la sanción? … Teniendo clara las
respuestas se debe considerar que se requiere de un trabajo
compartido para elaborarlo y sostenerlo en su
aplicación.
Según Da Costa, (2003: 28), la propuesta inicial
de construir un sistema de convivencia en la escuela, puede
surgir como iniciativa de cualquier actor y/o grupo
institucional. Pero la responsabilidad de instaurarlo en primera
instancia, es de la conducción (equipo directivo / consejo
asesor / etc.). Seguidamente esta propuesta se comparte con el
resto de los adultos – docentes – y posteriormente con los
alumnos. Se podrá constituir una comisión o consejo
– por elección y/o delegación – con representantes
de los distintos sectores, que será el responsable de
planificar las diferentes acciones.
Cuando en una escuela se convoca a participar a todos
para mejorar los vínculos y la vida institucional en
general, se produce una gran movilización que se expresa a
través de proyectos, actividades, diálogo, que
obligan a concretarlo. Es ésta, una responsabilidad de la
conducción de la escuela si desea emprender la
construcción de un sistema de convivencia institucional.
Demanda tiempo
para su diseño, para su aplicación, para pruebas y
adecuaciones.
Para Costa, (2003: 28), esta tarea requiere de un
plan previo,
elaborado por el equipo directivo y el consejo asesor en primer
lugar. Dicho plan debe dar respuesta a las necesidades
institucionales. Habitualmente algunos actores institucionales
(alumnos, docentes, auxiliares, padres) en forma individual o
pequeños grupos, hacen propuestas o expresan inquietudes
personales, aisladas. Estos "emergentes" pueden (en realidad
deben) ser tomados en cuenta por las autoridades para realizar
una consulta institucional y tener un diagnóstico de situación
(expectativas, frustraciones, quejas, propuestas,
etc.)
Realizado el diagnóstico situacional
institucional, se elabora un plan de trabajo general (por
período de uno o dos años). Para elaborar este plan
se sugiere:
- Convocar a quienes pueden, saben o desean aprender, y
quieren trabajar en la construcción del sistema de
convivencia. - Pensar y planificar las acciones con todos los
actores que participarán en la tarea.
Siguiendo a Da Costa, (op cit), Para lograr una
convivencia pacífica los miembros de un grupo, en este
caso la escuela, acuerda una serie de normas que regularán
la misma, corregirá o sancionará la conducta de
aquellos que no sean respetuosos de éstas. Las normas de
convivencia deben ser conocidas por todos y asumidas como un
compromiso conjunto. La sanción será aplicada
cuando se rompa la norma; es la consecuencia del incumplimiento
de la misma. Las sanciones se aplican para evitar la injusticia y
la impunidad.
Las sanciones, tenderán a promover mejoras de
conducta, a producir cambios positivos en el alumno,
acompañados por un espacio de reflexión y en
estrecha relación con la filosofía del PEI
(Proyecto Educativo Institucional). Las mismas tendrán por
objeto regular las conductas y garantizar la convivencia sana,
armónica y democrática dentro de la
escuela.
La propuesta inicial de construir un sistema de
convivencia en la escuela, puede surgir como iniciativa de
cualquier actor y/o grupo institucional. Pero la responsabilidad
de instaurarlo en primera instancia, es de la conducción
(equipo directivo / consejo asesor / etc.). Seguidamente esta
propuesta se comparte con el resto de los adultos – docentes – y
posteriormente con los alumnos.
Cuando en una escuela se convoca a participar a todos
para mejorar los vínculos y la vida institucional en
general, se produce una gran movilización que se expresa a
través de proyectos, actividades, diálogo, que
obligan a concretarlo. Es ésta, una responsabilidad de la
conducción de la escuela si desea emprender la
construcción de un sistema de convivencia
institucional.
Propósitos del Sistema de Convivencia y
Valores
De acuerdo a Ferdinand de Saussure (2003: 49), los
propósitos del sistema de convivencia y valores son los
siguientes:
1. Promover conductas respetuosas hacia todos los que
intervienen en el proceso educativo.
2. Favorecer la búsqueda permanente de instancias
de diálogo y mediación.
3. Enfrentar las situaciones conflictivas buscando
alternativas que intenten transformar la solución de los
conflictos en actos educativos.
4. Promover conductas respetuosas hacia los símbolos patrios.
5. Promover actitudes de cuidado hacia el patrimonio
escolar.
6. Destacar el concepto de compromiso como base de la
convivencia y la responsabilidad compartida para su
logro.
7. Procurar que los procesos de internalización
de las normas se transformen en actos de reflexión y se
relacionen las conductas actuales con las futuras como ciudadanos
de una sociedad democrática.
8. Promover prácticas que sean preventivas para
el bienestar físico y mental de las personas.
Derechos de los alumnos
Todos los alumnos tienen derecho a:
* Aprender y descubrir las posibilidades que posee para
el desarrollo de sus capacidades, habilidades, juicio
crítico y sentidos de responsabilidad y
solidaridad.
* Ser respetados en su libertad de conciencia y no se
objeto de ningún tipo de discriminación.
* Expresar su opinión libremente con el debido
respeto al otro.
* Ser escuchados en todos los hechos que lo involucren,
utilizando los canales y formas adecuadas.
* Ser evaluados en sus desempeños y logros
conforme a criterios explicitados, y ser informados al
respeto.
Deberes de los alumnos
* Tomar conciencia de que la conducta trae aparejada
consecuencias inmediatas.
* Ser responsables de su accionar como integrantes de la
escuela y la sociedad.
* Respetar los derechos de todos los miembros de la
comunidad.
* Respetar el derecho al estudio de los demás
alumnos.
* Respetar las pautas referidas al uso del
uniforme.
* Respetar la higiene y
prolijidad tanto personal como la del ámbito
escolar.
* Fortalecer el hábito de la puntualidad y
asistencia, que hace al respeto por el tiempo y el trabajo propio
y ajeno.
* Respetar y hacer respetar los símbolos
patrios.
Criterios en Relación con la Aplicación
de las Sanciones
Igualmente para Ferdinand de Saussure (2003: 52), los
criterios en relación a las sanciones son:
1. Carácter preventivo.
2. Valor formativo, educativo de la sanción que
se adopte por transgredir las normas de convivencia.
3. Gradualidad y personalización de la
sanción de acuerdo a la historia escolar
individual.
4. Ecuanimidad, neutralidad en el juicio.
5. Lugar a la defensa, reconocimiento de la falta,
reflexión sobre el daño
ocasionado y el hacerse cargo de la reparación.
6. Estrategia para la resolución
de conflictos y corrección de conductas a
través del diálogo.
Actividades para promover un sistema de
convivenciar
Para promover un sistema de convivencia deben cumplirse
determinadas actividades, que por ser constitutivos de toda
convivencia democrática, su ausencia dificulta (y
obstruye) su construcción. Da Costa, (2003: 28)
- Interactuar (intercambiar acciones con otro
/s)), - Interrelacionarse; (establecer vínculos que
implican reciprocidad) - Dialogar (fundamentalmente escuchar, también
hablar con otro /s) - Participar (actuar con otro /s)
- Comprometerse (asumir responsablemente las acciones
con otro /s) - Compartir propuestas.
- Discutir (intercambiar ideas y opiniones diferentes
con otro /s) - Disentir (aceptar que mis ideas – o las del
otro /s pueden ser diferentes) - Acordar (encontrar los aspectos comunes, implica
pérdida y ganancia) - Reflexionar (volver sobre lo actuado, lo sucedido.
"Producir Pensamiento"
– conceptualizar sobre las acciones e ideas.)
Todas estas condiciones en la escuela se conjugan y se
transforman en práctica cotidiana a través de
proyectos institucionales que resulten convocantes y
significativos para los actores institucionales, y también
respondan a necesidades y demandas institucionales. Estos
proyectos incluyen y exceden los contenidos singulares de las
asignaturas, la tarea involucra a los distintos actores y como
consecuencia de ello, las relaciones cotidianas y rutinarias se
modifican, varían los roles y cada integrante asume nuevas
responsabilidades, se incrementa el protagonismo de todos los
participantes. Estas actividades impregnas a toda la
institución que, sin "trabajar específicamente la
convivencia", aprende "a convivir, conviviendo".
Para poner a funcionar un sistema de convivencias en
valores que permita la consolidación de éstos, es
necesario propiciar situaciones para el aprendizaje de dichos
valores. Es necesario que los docentes busquen distintas
situaciones y momentos, en los que pueda desarrollar actividades
para consolidar esos valores que forman parte del proyecto de
persona y escuela que se ha diseñado, es decir convertir
la educación en valores en una práctica diaria, en
todos los lugares y momentos.
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