El individuo es
el sujeto concreto de
una esencia en su peculiaridad incomunicable. A este significado
se le opone "lo universal", es decir la esencia que prescinde de
todo sujeto determinado y que como tal es comunicable a diversos
sujetos.
El individuo existe realmente mientras que lo universal
permanece en cuanto tal únicamente en lo
conceptual.
El término "individum" del latín significa
etimológicamente lo indiviso por lo que no puede existir
multiplicado o varias veces.
En los reinos vegetal y
animal todo individuo está de ordinario separado
claramente de todos los otros. El hombre
posee una substantividad esencialmente superior, pues su alma
espiritual le eleva a la categoría de persona.
De esta manera llamamos persona al individuo de orden
espiritual, esto es un individuo dotado de naturaleza
espiritual en su peculiaridad incomunicable.
El hombre es el
único individuo que aparece en el mundo con los caracteres
de "persona", se lo designa con nombre propio y se presenta como
sujeto de toda proposición y portador de
propiedades.
A la esencia de persona pertenece sólo la
capacidad par la autoconciencia intelectual y para disponer de
sí mismo.
Es conocida la dignidad
incomparable de la persona, la cual tiene su destino y su fin
absolutamente irreiterables por encima del bien de la especie y
del todo social. Muestra
principalmente esta preeminencia su libertad, en
virtud de la cual determina su propio camino sin estar atada
inevitablemente a las leyes de su
especie.
La dignidad de la persona radica en el hecho de que es
imagen de
Dios. En esto, la Doctrina Social de la Iglesia
fundamenta la existencia de derechos en la persona
humana.
Este plano espiritual, como hemos dicho es lo que la
separa tajantemente de los demás individuos que componen
el mundo.
La persona humana posee inteligencia y
esto la hace superior al universo
material. Asimismo, el hecho de poseer conciencia le
permite descubrir que esta llamado a una fidelidad a la tarea del
bien y la búsqueda de la verdad, resolviendo los problemas
morales que se le presentan dentro de la sociedad.
Por otra parte, una prerrogativa de la persona humana es
su libertad verdadero don de Dios que el hombre ha recibido del
amor
divino.
Por último la fe ilumina la dignidad humana
mediante la cual el hombre toma conciencia que fue hecho a imagen
y semejanza de Dios y que esta asociado al misterio de la
redención de Jesucristo.
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