Medición del desarrollo sostenible mediante los indicadores Presión-Estado-Respuestas (PER) (página 2)
Diversos especialistas mencionan cuatro dimensiones del
Desarrollo
Sostenible: socioeconómica, institucional- política, productivo-
tecnológica, y ecológica. A pesar del tiempo
transcurrido y la gran cantidad de publicaciones aún no
hay un consenso respecto a lo que significa realmente el Desarrollo
Sostenible, y las innumerables interpretaciones varían
según sea la disciplina, el
paradigma o la
ideología que sirvan como base para
definirlo.
Ya en los años ochenta del siglo pasado la
Estrategia
Mundial de la Unión Internacional para la
Conservación de la Naturaleza
(UICN) planteó que el desarrollo en relación con la
naturaleza se debía concebir como la modificación
de la biosfera y la
aplicación de los recursos
humanos y financieros, para la satisfacción de las
necesidades humanas y al mejoramiento de la calidad de
vida.
Varias medidas han sido propuestas para alcanzar la
sostenibilidad como son: análisis de costo
–beneficio, capacidad de carga y rendimiento sostenible,
pero han sido rechazadas también por la dificultad de
obtenerlas, así como lo inapropiado para establecer
límites
o variables,
para ello se han definido dos grupos de
variables:
- Variables que caracterizan la integridad
ecológica: suelo, productividad
biológica, biodiversidad, agua dulce y
océano. - Variables que caracterizan las aspiraciones
humanas:necesidades humanas básicas (alimento,
agua, salud,
vivienda), combustible, cohesión y diversidad
cultural.
Se plantea que, conociendo las aspiraciones humanas se
puede construir los escenarios de las alternativas posibles, ya
que las variables suelo,
biodiversidad, cambian más lentamente para alcanzar la
sostenibilidad, entonces se debe lograr una estabilidad en estas
variables.
Luego de este análisis se puede llegar a un
concepto de
Desarrollo Sostenible propio:
El desarrollo es un proceso de
cambios multidimensional sostenido, que trae consigo el
mejoramiento equitativo de la calidad de vida
de las personas, mediante el cual se procura el crecimiento
económico social en una relación
armónica con la protección del medio ambiente, de
modo tal que se satisfagan las necesidades de las generaciones
actuales, sin comprometer la posibilidad de desarrollo de las
generaciones futuras.
Diferentes modelos
conceptuales sobre sostenibilidad.
El grupo de
enfoques de indicadores
multidimensionales con propósito taxonómico
descriptivo es el más conocido. Si bien existen distintos
matices dentro de este grupo, estos comparten la
característica esencial del enfoque, de preferir un
sistema
multifacético (distintas cuestiones económicas,
sociales, ambientales) y multidimensional (distintas unidades de
medición física y monetaria)
de variables e índices que se agrupan de acuerdo a
distintos esquemas de esta índole. En el fondo, el enfoque
es descriptivo, aún con una percepción
implícita o explícita sobre la modalidad de
interacción entre:
- Las actividades humanas, procesos
socioeconómicos o desastres
naturales que impulsan un cambio de
tipo económico, social-institucional y ambiental
(categoría de "fuerza
presión"); - Los medios
físicos y las poblaciones humanas y biológicas
que reflejan dicho cambio de calidad ("situación o
estado") - Las instancias de la sociedad que
reaccionan con alternativas en su comportamiento o con políticas correctivas ante estos cambios
sufridos ("respuesta").
Existen distintos matices de clasificación sobre
la asumida interrelación entre las fuerzas de impulso
inicial, los cambios experimentales y las respuestas
originadas.
El enfoque de estrés
(Friend/Rapport 1991) se propuso en Canadá a fines de los
ochenta, con fines primordiales de identificar las fuentes
principales de envergadura global y nacional de dicho
país. Implícitamente, para este enfoque es
suficiente clasificar de acuerdo a la categoría de
estrés sobre el ambiente, los respectivos factores de
presión en la llamada tecnoesfera (donde actúan los
seres humanos a través de sus actividades de producción consumo,
etc.). Por lo tanto, se establecieron una serie de indicadores
representativos para las fuerzas y actividades potencialmente
contaminantes y degradantes, para controlar las repercusiones en
los medios del ambiente. Sin postularlo como tal, se
partió de una relación causa-efecto entre los
factores de estrés de origen económico-humano y sus
impactos ambientales en la biosfera. Esta idea ha sido retomada
en el desarrollo posterior de indicadores de Desarrollo
Sostenible de distintas maneras.
Uno de estos desarrollos ha sido el enfoque de
Presión-Estado-Respuesta (PER) propuesto y lanzado
al debate
internacional por parte de Adrianse (1993) y la
Organización de Cooperación para el Desarrollo
Económico (OCDE) (1991, 1994).
El enfoque PER se limita al segmento ambiental del
Desarrollo Sostenible y tiene como objetivo
principal crear un conjunto de indicadores que permitan reducir,
de manera correcta, la realidad compleja para identificar
prioridades de problemas
medulares y soluciones
adecuadas en el ámbito del ambiente.
El enfoque Presión-Estado-Respuesta, esta
basado en la premisa de que las acciones
humanas ejercen presión sobre el ambiente y cambian
el estado de la calidad y cantidad de los recursos
naturales. La sociedad responde a estos cambios a través
de la respuesta ambiental, económica y
política. Basado en una lógica
de causalidad determinística, asume que las actividades
humanas ejercen una presión sobre el ambiente y afectan la
calidad de sus elementos y la cantidad de sus recursos (estado);
ante lo cual la sociedad responde a través de
políticas ambientales, económicas y sectoriales,
así como cambios en la percepción y comportamiento
(respuesta social).
El marco de referencia PER es ahora ampliamente usado
pero está continuamente en evolución. Uno de los mayores problemas ha
sido tratar de diferenciar entre indicadores de presión y
estado y la necesidad de expandir el marco de referencia para
tratar más específicamente las necesidades de
descripción del Desarrollo
Sostenible.
El esquema P.E.R se fundamenta en tres
categorías básicas de interrogantes, que en
relación con el tema ambiental son:
- ¿Cuál es el estado
actual de los recursos
naturales y del medio
ambiente? - ¿Qué y quién está afectando
los recursos naturales y el medio ambiente?Presión:
- ¿Qué está haciendo la sociedad
para mitigar o resolver los problemas
ambientales y para fortalecer sus
potencialidades?
Están a menudo clasificadas como factores o
fuerzas subyacentes tales como: crecimiento poblacional, consumo
o pobreza. Las
presiones sobre el medio ambiente son consideradas frecuentemente
desde una perspectiva política como punto de partida para
abordar los asuntos medioambientales y desde el punto de vista de
indicador están disponibles para realizar análisis,
toda vez que son derivadas sobre
la base de datos
de seguimiento socio económicos, medioambientales y otros.
Refleja el objetivo último de las políticas
ambientales e incluyen aspectos tales como:
- Las características físicas,
químicas y biológicas del entorno. - La condición del ecosistema y
las funciones
ecológicas del medio natural. - La calidad de vida de la población.
Estado:
El estado se refiere a la condición del medio
ambiente que resulta de las presiones arriba descritas, y el
deterioro que en ellos generan las diferentes actividades
humanas, los niveles de contaminación del aire,
degradación de la tierra o
deforestación. El estado del medio
ambiente afectará, a su vez, la salud humana y el
bienestar así como el tejido socio-económico de
la sociedad. Por ejemplo, un incremento en la
degradación de la tierra
conducirá a uno o varios de los siguientes factores:
disminución en la producción de alimento,
incremento de alimento importado, incremento en el uso de
fertilizantes, malnutrición, etc. Es importante entender
tanto el estado del medio ambiente como los efectos indirectos.
Los indicadores de estado deberían ser diseñados
para responder a las presiones y al mismo tiempo facilitar
acciones correctivas.
Respuesta:
El componente de respuesta del marco de referencia PER
está relacionado con las acciones tomadas por la sociedad,
individual o colectivamente, que son diseñadas para
facilitar o prevenir impactos medioambientales negativos con el
fin de corregir el daño
existente o de conservar los recursos naturales. Esas respuestas
pueden incluir acciones reguladoras, gastos
medioambientales o de investigación, opinión
pública y preferencia del consumidor,
cambios en las estrategias de
manejo y suministro de información medioambiental. Las respuestas
deberían estar diseñadas para actuar sobre las
presiones, pero pueden al mismo tiempo tener un impacto
modificador en los indicadores de estado.
Existen diversos conjuntos de
indicadores ambientales, cada uno con propósitos
específicos. Los indicadores suelen usarse en los informes
ambientales, la evaluación
del desempeño ambiental o del avance hacia el
Desarrollo Sostenible, pero deberían ser una herramienta
básica en la planeación, contribuyendo a la claridad en
los objetivos de
las políticas y el establecimiento de prioridades
ambientales.
De acuerdo con el propósito para el cual el
modelo PER es
usado, este puede ser ajustado para mayor detalle o para
incorporar algunos aspectos específicos. Un ejemplo es el
modelo "Presión Estado Impacto/Efecto-Respuesta"
(P-E-I/E-R) que ha sido desarrollado por Winograd (1995, 1997)
para el proyecto de
indicadores del CIAT/PNUMA para América
Latina. Este proyecto es diseñado particularmente para los
indicadores del uso sostenible de tierras; para ello combinan
información basada en estadísticas ambientales corrientes con
variables "georreferenciadas" (indicadores generados por
aplicaciones de sistema de
información geográfica).
El modelo P-E-I/E-R tiene tres rasgos
principales:
- Supone una interacción de presión hacia
delante y de respuesta hacia atrás, únicamente
entre el sistema socioeconómico y el sistema ambiental
que se consideran como equivalentes en términos de
significado relativo y funcionamiento de sistema. - Los indicadores económicos y sociales quedan
mayormente enfocados en la categoría de presión
con origen en el sistema socioeconómico. Mientras tanto,
los indicadores ambientales y de recursos naturales representan
en particular la categoría de estado el cual se percibe
como calidad propia del sistema ambiental. - Se introduce dentro del ámbito de la calidad
ambiental una interacción de impacto-efecto mutuo entre
el ambiente y los recursos, además entre la naturaleza y
la sociedad. Lo que sugiere que una secuencia causa-efecto
entre ambas dimensiones del sistema ambiental y entre este y la
sociedad, así como una reacción funcional ante
estos impactos en forma de respuesta y gestiones en materia de
información, educación y política
nacional/internacional de recursos, sean identificables y
medibles.
A partir de las propuestas de la OCDE, países
como Canadá y Holanda fueron los primeros en adoptar
indicadores ambientales y sectoriales como parte fundamental de
la toma de
decisiones, el establecimiento de políticas y la
difusión de información a la sociedad. Esta
tendencia se ha extendido a otros países de la OCDE y en
diversas agencias internacionales.
Ventajas y
desventajas del enfoque Presión – Estado –
Respuesta.
Ventajas:
Teniendo en cuenta lo anterior, las principales ventajas
del esquema PER son:
Su estructura ha
tenido gran difusión precisamente por basarse en un
principio de causalidad determinístico, ya que como vimos
es insuficiente para abordar la complejidad propia de los
problemas
ambientales, no solo porque las interrogantes a las que
responde son propias de un proceso de gestión
y toma de decisión en materia ambiental; no busca
exclusivamente reflejar las fuerzas que modifican dicho estado
(dinámica económica o social
predominantes en una región o país, entre otras) si
el esfuerzo social que se lleva acabo es para mejorarlo y
revertir las presiones que lo deterioran.
Esto último es particularmente importante en
tanto que la estructura PER permite establecer las base para
evaluar no solo la gestión realizada (la eficiencia de la
respuesta) sino su impacto, medido en términos de las
variaciones en el estado y la presión gracias a la
respuesta de la sociedad.
Proporciona al público en general y a los
tomadores de decisiones una visión integrada del ambiente
y otros aspectos interconectados.
Debido a ello, el esquema P.E.R. es el más
utilizado en sistema de seguimiento y evaluación
de políticas, planes, programas y
proyectos de
sostenibilidad.
Desventajas:
Se limita al segmento ambiental del desarrollo
sostenible.
Es insuficiente para abordar la complejidad propia de
los problemas ambientales, no solo porque las interrogantes a las
que responde son propias de un proceso de gestión y toma
de decisión en materia ambiental sino también
porque no refleja las fuerzas que modifican dicho estado
(dinámica económica o social predominantes en una
región o país, entre otras), ni el esfuerzo social
que se lleva acabo para mejorar dicho estado y revertir las
presiones que lo deterioran.
No siempre encontramos una secuencia metodológica
al formular indicadores PER, son propuestos de manera
independiente sin relación causa-efecto directa sino
indirecta, todos se relacionan con el tema que los motiva pero no
entre sí.
No es posible establecer relaciones entre los distintos
indicadores, cada indicador es válido por si solo y como
tal debe ser abordado debido a su lógica causal y
lineal.
No es un modelo preventivo. Derivado de su lógica
la información obtenida solo permitirá establecer
el diagnóstico de la situación pero no
puede ser utilizada en programas o políticas donde se
aplique el principio de prevención.
El Desarrollo
Sostenible y la política sobre medio ambiente en
Cuba.
Cuando se habla de sostenibilidad en el mundo, se
está planteando la capacidad de sobrevivencia y avance de
las naciones pobres, porque los países ricos se
autosostienen, viven… ¡y de qué
manera!…
En medio del proceso de globalización que tiene por escenario a
todo el planeta, las naciones del Norte, con menos del 20% de la
población mundial, tienen en su poder
aproximadamente el 80% de todos los recursos de la Tierra. Por si
fuera poco concentran el 82% de los mercados de
exportación, dominan el 68% de la inversión
extranjera directa, controlan el 71% del comercio
internacional y consumen el 80% de la energía
producida en el mundo.
¿Qué queda para los pobres del Sur? Pues
poco, muy poco, apenas el 20% de los recursos del planeta para
una población de 5 000 millones de seres
humanos.
Esto conspira contra las aspiraciones de sostenibilidad
de los países pobres. ¿Con qué potencial
económico cuentan para avanzar las naciones
subdesarrolladas capitalistas? ¿Cómo detener la
fuga de personas preparadas profesionalmente? ¿Qué
fuentes utilizar para desarrollar las ciencias y la
tecnología
en medio de sociedades
donde prevalece el interés
individual, por encima del interés de la
sociedad?
Es ahí precisamente donde el ejemplo de la
Revolución
en Cuba ofrece respuestas para pensar seriamente en
sostenibilidad al sur del planeta. No hay otro camino.
El ordenamiento y la búsqueda de solución
a los problemas del medio ambiente, están ligados al
concepto de desarrollo. Por tanto, el establecimiento de una
política ambiental nacional y de las estrategias para el
Desarrollo Sostenible, no pueden hacerse al margen de los
elementos históricos, culturales, económicos y
sociales, ni fuera del contexto internacional que las define y
que en ocasiones también condiciona. Lo anterior es
esencialmente valido para nuestras condiciones, debido al proceso
histórico, económico y social por el que se ha
transitado y por su vinculación y efectos producidos sobre
el medio ambiente. Nuestro país tiene que luchar por
preservar los logros y conquistas sociales alcanzadas, en el que
se han tenido en cuenta todos estos elementos. Desde los inicios
del período colonial, ya en este siglo, bajo la
condición impuesta de república mediatizada, el
desarrollo económico que se logró alcanzar se
sustentó principalmente en la producción
agrícola extensiva, con un uso y manejo inadecuado de los
suelos y una
intensa destrucción de las áreas boscosas. La
crítica
situación social debido a los altos niveles de pobreza, el
analfabetismo
y los bajos niveles de salud, fueron elementos del medio ambiente
que constituyeron prioridad en la política de la
revolución desde el año 1959.
La política ambiental cubana ha estado definida y
sustentada por los principios de
desarrollo económico y social equitativos. De esta forma a
través de la diversificación de la economía sobre una
base de equidad, se
alcanzó el primer logro social y ambiental, que fue
erradicar la pobreza
extrema.
Durante todos estos años de validación de
nuestra política, hemos erradicado totalmente el
analfabetismo, situación crítica en el año
1959; el desarrollo alcanzado por el sistema de salud cubano es
un indicador notable de la justeza de la política
ambiental integral, donde los problemas económicos y
sociales desempeñan un papel preponderante.
En general, las condiciones ambientales básicas
han mejorado para toda la población del país, ya
sea en relación a la vivienda como al acceso al agua y a
los servicios de
saneamiento.
La aplicación de los nuevos conocimientos
adquiridos y los resultados científicos alcanzados han
permitido evaluar gran parte del potencial de los recursos
naturales existentes en el país, aplicar cada vez mas
diferentes prácticas de agricultura
sostenible, realizar una mejor gestión en el manejo de los
recursos de agua y suelo, rehabilitar y restaurar ecosistemas
afectados, aplicar nuevas
tecnologías para el aprovechamiento de residuales, y
desarrollar nuevas vacunas y
medicamentos.
Conjuntamente con estos logros han existido errores y
deficiencias debido, entre otras cosas a la insuficiente conciencia,
conocimientos y educación ambiental; la carencia de una
mayor exigencia en la gestión; una insuficiente
incorporación de la dimensión ambiental en las
políticas, planes y programas de desarrollo; y la ausencia
de un sistema jurídica lo suficientemente integrador y
coherente.
Los cambios institucionales que han ocurrido y ocurren
en Cuba, especialmente la creación del Ministerio de
Ciencia,
Tecnología y Medio Ambiente (CITMA) encargado de proponer
la política ambiental nacional y de dirigir, organizar y
controlar su ejecución, proporcionan una base
sólida que nos permite avanzar con optimismo en la
aplicación de nuestra política ambiental, cuyos
lineamientos y pautas nos conducirán a un estadio superior
en la protección del medio ambiente y el uso racional de
los recursos naturales, como base de un desarrollo sostenible
para todos.
Para los países en desarrollo, el reto de
alcanzar la sostenibilidad requiere grandes transformaciones
políticas, económicas y sociales, lo que para Cuba
es un hecho materializado.
Nuestro estado ha declarado la soberanía nacional sobre los recursos
naturales y ha promovido un activo proceso de recuperación
y protección de estos, teniendo como centro al hombre y la
satisfacción integral de sus necesidades materiales,
educacionales, culturales y estéticas. Asimismo, incorpora
a toda la sociedad a la atención de los problemas ambientales por
medios de procesos de participación ciudadana basados en la
existencia y funcionamiento de organizaciones
sociales y de masas.
Conclusiones.
- El enfoque multidimensional del desarrollo sostenible
permite hacer mucho más operativa esta
concepción, poniendo en igual orden de prioridad el
desarrollo económico, social y la conservación
del ambiente biofísico. - Los indicadores PER expresan una percepción
implícita o explicita sobre la modalidad de
interacción entre las actividades humanas, procesos
socioeconómicos o desastres naturales que impulsan un
cambio de tipo económico , socio institucional y
ambiental (categoría de presión), los medios
físicos y las poblaciones humanas que reflejan dicho
cambio de calidad (situación de estado), y las
instancias de la sociedad que reaccionan con alteraciones en su
comportamiento o con políticas correctivas ante estos
cambios (respuesta).
Bibliografía.
Rayén Quiroga M: Sigla indicadores de
sostenibilidad ambiental y de desarrollo sostenible. Tomado
De: ,
agosto del 2007.
Wautiez, Francoise. Indicadores locales para la
sostenibilidad/ – Francoise Wautiez. — La Habana:
Instituto de Ecología
Política, 2001. –13h.
Autor Principal:
Lic. Yanisleidy Quevedo Reyes
Coautor:
Lic. Carlos Díaz Ramos
Institución: Universidad de
Cienfuegos "Carlos Rafael Rodríguez". Facultad de Ciencias
Económicas y Empresariales. Departamento de Estudios
Económicos. Carretera a Rodas, Km 4, Cuatro Caminos,
Cienfuegos, Cuba. C.P. 59430, Teléfono: (53) (432) 2-3351, Fax: (53)
(432) 2-2762
País y ciudad de nacimiento del autor:
Cuba, Cienfuegos.
Biografía del autor
principal:
Soy graduada de Licenciatura en Economía
con perfil empresarial, actualmente soy profesora del
Departamento de Economía de la Universidad de
Cienfuegos, tengo realizados postgrados, de Administración, Inteligencia
Emocional, Negociación y Ventas, etc.
Estoy participando del III Diplomado en Cooperación
Internacional para la Implementación de las Metas del
Milenio convocado por la Universidad de Pinar del Río, y
en un Diplomado de Inglés.
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