"La dificultad vencida, de cualquier
género que sea, constituye una gran parte del
mérito.
No se hacen grandes cosas sin
grandes fatigas".
La fatiga y el aburrimiento son ambos consecuencias
inconvenientes de las actividades industriales. Tales condiciones
tienen como resultado una disminución de la
producción y sensaciones subjetivas de tirantez y
tensión. A pesar de que los efectos de la fatiga y el
aburrimiento son algunas veces semejantes en cierto modo, los
factores responsables de dichas condiciones son muy
diferentes.
"El aburrimiento entretiene a los
necios".
INTRODUCCIÓN:
¿Acaso existe en este mundo algo más
difícil de soportar que el aburrimiento, o que la fatiga?
Muchos dirán que sí y opinarán que mucho
peor es soportar la pobreza, los dolores físicos, las
enfermedades o la vejez, pero también los pobres, los
enfermos y los ancianos se aburren y se fatigan. Los animales
también se aburren. El devenir de los acontecimientos en
la naturaleza es lento, repetitivo y habitual. La fatiga
también esta en nuestras vidas pues siempre estamos
deseando lo que no es y no disfrutamos lo que es, porque
necesitamos cambios. La teoría de la evolución
sostiene que la necesidad es la que obligó al hombre a
modificar la naturaleza para su supervivencia. Es verdad, la
necesidad agudiza el ingenio, pero también el aburrimiento
nos motiva a ser creativos, así como, en ocasiones la
fatiga.
Nunca antes en la historia de la humanidad el hombre
tuvo tantas cosas y tantas oportunidades en la actualidad para no
aburrirse o para no fatigarse. Tampoco jamás estuvo tan
ocupado. Sin embargo, el aburrimiento y la fatiga son el mayor
flagelo en el mundo. Existe una anestesia
generalizada.
Los programas de televisión son levantados por
falta de audiencia, los deportes son cada día más
peligrosos, el turismo aventura es cada vez más riesgoso y
el uso de drogas aumenta, parecería que la gente no puede
vivir sin excitaciones y sobresaltos.
Algunos definen el aburrimiento como un estado de
ansiedad, que es el miedo sin objeto, una inquietud interior, un
estado artificial de alerta al peligro. Pero hay algo peor que el
aburrimiento: el miedo a aburrirse, por eso muchos se llevan un
libro a todos lados, o el celular. El término fatiga puede
tener distintos significados según el contexto: pues puede
ser una respuesta normal e importante al esfuerzo físico,
al estrés emocional, al aburrimiento o la falta de
sueño. Sin embargo, también puede ser un signo no
específico de un trastorno psicológico o
fisiológico grave. La fatiga que no se alivia con el hecho
de dormir bien, comer bien o tener un ambiente de bajo
estrés debe ser evaluada por un médico,
psicólogo o por un especialista en salud. Dado que la
fatiga es un motivo común de queja, se puede pasar por
alto alguna causa potencialmente seria.
Lo cierto es que ahora la mayoría tiene miedo,
pero parece ser que más fuerte que el miedo a morirse es
el miedo a aburrirse o a fatigarse, porque por ejemplo, el
aburrimiento también activa los ataques de pánico,
que es el clímax del aburrimiento.
Los niños también se aburren e incluso se
fatigan aunque estén rodeados de juguetes sofisticados,
muñecas que hablan y aviones que vuelen, y los más
chicos no pueden dejar de llorar si no tienen sus chupetes y
sonajeros. Los jubilados son los que tienen la agenda más
nutrida. No están nunca en casa porque se fueron al cine,
o a la clase de inglés, o a yoga o un curso de
budismo.
El problema existencial es que el hombre actual desde la
cuna ha hecho un culto del entretenimiento y de sus ocupaciones
no siempre tan justificadas, por lo que es victima del
aburrimiento o de la fatiga. Este condicionamiento lo está
volviendo "loco", porque no puede estar sin algo que hacer,
simplemente dejándose estar, en el tiempo y en el espacio,
sólo con él mismo o compartiendo su tiempo
tranquilamente con algún otro extravagante como él
que esté sin hacer nada. Esto pasa principalmente en las
grandes ciudades y no en los pequeños pueblos, donde la
gente todavía duerme la siesta, le da de comer a sus
animales, limpia la casa, cocina comida casera y se sienta en la
puerta para no hacer nada, solamente para observar a los pocos
que pasan.
Tal vez deberíamos evolucionar hacia una vida
más sencilla, sin fatiga, y sin
aburrimiento.
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