Maquiavelo escribió en 1535 el "Príncipe"
que es un conjunto de consejos y formas políticas
sobre el Estado. En
primer lugar cabe señalar que sus consejos apuntaban a
señalar cómo se debía gobernar en esas
épocas. Hoy en día, las expresiones
políticas muy sofisticadas o planificadas con grandes
estrategias,
alejadas de los verdaderos intereses del pueblo reciben el
apelativo de "maquiavélicas"
En esas épocas la nobleza procuraban obtener
beneficios en desmedro de los demás, para lo cual contaban
con su astucia y su fuerza.
Thomas Hobbes, por su
parte, filósofo de origen inglés,
cuya vida transcurre desde finales del siglo XVI hasta mediados
del siglo XVII escribe en su libro
"Leviatán, que el Estado es la
suma de los derechos individuales del
ciudadano que los entrega al Estado para ser
protegido.
Pero el objeto no es la democracia
sino el transferir sus derechos a un Monarca Absoluto que los
proteja y les asegure el bienestar, es decir, es un contrato surgido
del temor. Este tipo de Estado no deriva del poder divino
sino de la voluntad contractual de los súbditos, para que
estén seguros y no
sufran. Al igual que en el concepto de
Estado de Platón
o en el poder divino, esta en el campo del deber ser y no de la
realidad. De esta forma apoya el surgimiento de la
burguesía.
Esta interpretación del Estado como entidad
creada y concebida por todos justifica la opinión –
o se basa en ella – de que todos los hombres de una u otra
forma son políticos. Los hombres participan de la
decisión de otorgar el poder y son actores naturales y
activos de esta
entrega y concesión al que los va a gobernar. Caben estas
reflexiones y marcos espacio – temporales para ser justos
en la apreciación de los juicios que estamos
analizando.
De otra manera sólo podríamos juzgarlos a
la luz de nuestra
experiencia contemporánea y cometeríamos
reduccionismos nocivos.
Thomas Hobbes procura explicar que todos los hombres
tenemos una tendencia natural a influir en los demás.
Está en discusión, por supuesto, la
afirmación de que se trata efectivamente de una influencia
de carácter "política".
Personalmente me parece una generalización muy
rudimentaria, el hecho de asignar actitudes
políticas – en el sentido estricto de la palabra
– a todas las actitudes humanas en este sentido.
Maquiavelo, por otra parte, reduce la actitud
política a algunas personas seleccionadas en el universo
humano destacando que sólo esas poseen una innata
inclinación a "ser políticos".
Se nota en este pensador una intención de
diferenciar las personas que han nacido para ser políticos
(recordemos que él escribe para el "Princeps", es decir
"el principal") de los que sólo actúan como tales
pero les faltan virtudes necesarias para serlo.
Se puede, es cierto, – y en esto coincido con
D´Auria – concluir que al analizar cuantitativamente
el universo
político – esto es la cantidad de personas que
actúan en política – se pude arribar a un
planteo intermedio.
Efectivamente el universo político como tal nos
comprende a todos, en la medida de que todos, tacita o
explícitamente, acordamos la existencia de un gobierno que rija
nuestras vidas de ciudadanos. Pero no es menos cierto que
sólo algunas personas hacen de la política la
actividad central o la profesión de sus vidas. Por
supuesto que cabría profundizar mediante un análisis mas detallado sobre la
profesión y la vocación política, aspectos
que escapan al presente trabajo.
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