- Resumen
- Morin y su compleja historia o
la aventura personal - Morin y su
pensamiento - Conclusión
- Bibliografía
RESUMEN
Cuando se lee de manera sistemática a Edgar
Morin, en la búsqueda de pistas que orienten en una
línea de investigación (en este caso
histórica) nos parece, en algunas oportunidades, encontrar
contradicciones en sus ideas o planteamientos; pero el autor
advierte, recordando a Pascal que : " ni
la contradicción es señal de falsedad ni la no
contradicción es señal de verdad ’’.
Por ello dice " yo me ubico en el punto de vista de la
deficiencia congénita del conocimiento,
porque acepto la contradicción y la incertidumbre; pero,
al mismo tiempo, la
conciencia de
esta deficiencia me llama a luchar activamente contra la
mutilación’’ . ( 1994; 144). De lo
anteriormente expresado se desprende por ejemplo, que en algunas
oportunidades Morin habla del pensamiento
global y planetario y en otras del pensamiento local y
particular, así como de las cotidianidades; pero, ninguno
de los dos planteamientos debe actuar aislada o
independientemente. Por tal motivo considera que: " para pensar
localmente hay que pensar globalmente, de la misma manera que,
para pensar globalmente hay que saber, también pensar
localmente". ( 1999 .a ).
INTRODUCCIÓN
El pensamiento de Morin ha seguido una línea
ascendente , o dicho de otra manera, se ha convertido en un
ascensionista del conocimiento. Y cuando vuelve atrás a
revisar su pensamiento es para revitalizarlo y complejizarlo.
Entre los cincuenta y sesenta años de edad ( 1971-81 )
volvió a repensar toda su obra, como abrevadero de
vitalidad. La búsqueda de Morin significa caer en su
holograma , en donde se encuentran en movimiento el
todo y las partes, donde una partícula contiene el todo y
ese todo está integrado por las partículas. Morin
en sí es un texto dentro
de un contexto histórico del contexto planetario y llega a
ser hipertexto ya que da paso al lector para establecer con
libertad la
(s) polisemia (s). Morin trata de buscar a cada momento la
relación estrecha de inseparabilidad y de
inter-retro-acción
entre cualquier fenómeno (natural y social) y su contexto
planetario ( la patria es la
tierra).
Este acercamiento preliminar a Morin es una especie de
intento de acercarse a este hombre
complejo cuyo pensamiento se dirige a lo planetario. En tal
sentido, analizaremos tres dimensiones: su historia, su pensamiento y
la historia compleja (llena de incertidumbre), aunque es
fácil inferir que él es historia, producto de
ella en su denominada " edad de hierro
planetaria" y en la "prehistoria del
pensamiento".
La historia le ha enseñado a Morin la barbarie,
el caos, el ruido, las
miserias humanas, pero él ha dejado para la historia una
inmensa esperanza: " nadie puede asegurar que nuestras sociedades
hayan agotado sus posibilidades de mejoramiento y de
transformación y que hayamos llegado al fin de la
historia. Podemos confiar en el progreso de las relaciones entre
humanos, individuos, grupos, etnias,
naciones ". (1999 b; 38). El progreso material de la modernidad ha
llegado a su fin, o al menos, ya tiene límites y
ha comenzado el progreso del espíritu humano y de la
ciencia
humana.
MORIN Y SU
COMPLEJA HISTORIA O LA AVENTURA PERSONAL.
Edgar Morin es y ha sido un hombre y un pensador
complejo dentro del contexto histórico planetario. Ha
llevado una lucha crucial y sin cuartel contra las ideas
establecidas por la Modernidad; pero como bien lo expresa: " No
podemos luchar más que con la ayuda de las ideas". (1999
b) y esas ideas están dirigidas a que "todos los problemas
particulares no pueden plantearse y pensarse correctamente si no
es en su contexto, y el contexto de estos problemas debe
plantearse cada vez más en el contexto planetario ". (1999
a ).
Su vida dialógica lo ha llevado a autodefinirse
como un hombre cualquiera, o simplemente, común, que no
exhibe las huellas profundas de una cultura
determinada o determinante, con cimientos no claros de su
identidad
francesa, familiar o de una educación formal que
sólo dejó una domesticación superficial.
Pero la escuela siempre
estará en él: " no he dejado de ser estudiante
porque he sido investigador en el sentido pleno y existencial de
la palabra". ( 1995 a ). En la religioso su "marranismo"
(sefardí – sin una comunidad
judía-) lo llevará a sentir con orgullo su
mestizaje cultural, lo cual lo convierte en un patriota
planetario, que no busca la "tierra
prometida" o la resurrección del juicio final.
De lo anteriormente planteado, Morin expresa que: " A
menudo suelen ser los hijos naturales y bastardos culturales,
divididos entre dos orígenes, dos etnocentrismos, dos
modos de pensamiento, o los desclasados, metecos ,marranos ,
exiliados, los que sienten una falla en su identidad o su
pertenencia, y la falla puede agrandarse hasta hacer que en ellos
se desplome la creencia en el sistema oficial
de verdad ". (1992; 53).
Su obra no ha sido escrita desde una "torre de marfil "
que lo sustraiga de la vida, sino en el interior de las
turbulencias, desviaciones, azares, ruidos, furor, destrucciones,
creaciones y esperanzas que le han implicado vivir la vida con el
corazón
en la mano. Morin involucra al lector en su vida a través
de su obra que es su vida, encontrándose cierta semejanza,
en este último punto, con Nietzsche.
Morin es un hombre que nació en París en 1921 y
vivirá (tal vez) más allá del siglo XXI, en
su era planetaria. Por ello, su obra ha sido realizada desde una
" torre de babel " (complejidad – caos – incertidumbre
).
Morin vivirá en y para la historia; todos los
acontecimientos históricos del siglo XX estarán
influenciando y modificando su ser, su existencia y su
pensamiento. Cuando tenía nueve años perderá
a su madre ( hijo único ) y , por un tiempo
aguardará un regreso imposible. Cuando recuerda ese hecho
expresa: " un Hiroshima interior me invadió " (1995);
siempre sonarán ( al igual que en Hiroshima ) las campanas
del dolor. Cuando aún quedaban las heridas de la Primera
Guerra
Mundial; veinte años después, otra guerra mundial
lo encontrará en el corazón de la tragedia. Pero
ese hecho lo llevará a dejar atrás un apellido en
los registros legales
de nacimientos , en la memoria de
los familiares y de una infancia
dolorosa (Nahum) y tomará con pasión el
clandestino Morin que lo acompañará en la
resistencia
armada primero y en la resistencia intelectual hasta
ahora.
La guerra lo llevó a abrazar el comunismo, pero
años más tarde nos aclara que fue comunista de
guerra: sin la guerra no hubiese sido comunista. ( 1976 ). Su
actitud
crítica
y compleja hacia el partido motivará su expulsión
de éste en 1950 por razones disidencia cultural: "Los
bolcheviques no querían, o no podían, comprender
que el hombre es
un ser endeble e inseguro, que lleva a cabo una obra incierta en
un mundo incierto ". (1999 a ). Y refiriéndose al
stalinismo observa que no fue percibido como totalitarismo sino
como la ciudadela de los espíritus mesiánicos del
futuro . Desde esta perspectiva, el denominado " marxismo –
leninismo" fue considerado no como el dogma de una nueva religión terrestre
sino como uno de los componentes de la laicidad. ( 1999 a ). Su
lucha contra el stalinismo impuesto en la
URSS será sin cuartel, lo analizará como sistema,
como aparato y como naturaleza
(1983 a ).
La política será
uno de sus demonios; siempre estará en la política
pero sin inscribirse en ningún grupo o
partido; será un militante de la macropolítica
desde su
individualidad. Planteará una política
antropológica basada en el amor ( como
diría Pablo Milanés: " eso que llaman amor, para
vivir ") , eso significará repensar la política (
1981 a). Ese repensar sería la clave para entrar al siglo
XXI y salir definitivamente del siglo XIX.
Volviendo a la década de los cincuenta, la
expulsión del partido comunista lo llevará a la
soledad o a una nueva orfandad, esta vez intelectual; la
izquierda dogmatizada le dará un adiós y la derecha
reaccionaria, lo hará igualmente. A partir de ese
acontecimiento, Morin iniciará su labor investigativa
(recomendado entre otros por el historiador Lucien Febvre ) en el
Centre National de la Recherche Scientifique – CNRS – (
será su director desde 1950 hasta 1989,
manteniéndose hasta la actualidad como director de
investigación honorario) , labor que se
desenvolverá sin ataduras ni mordazas. Pero el producto de
su trabajo
irritará hasta el presente, a los especialistas y
guardianes de la pureza y la racionalidad de las disciplinas
(especie de encantadores de serpientes) . Por ello
observará con firmeza: " he comprendido que refutar
solamente no tenía ninguna esperanza: sólo un nuevo
fundamento puede arruinar al antiguo". ( 1981 b) .
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