La península ibérica quedo
económicamente vinculada al mediterráneo
manteniendo fuertes contactos con el área islámica
culturalmente la región de Al-Andaluz se convirtió
pronto en un foco de irradiación cultural del Islam.
No tomaré cada uno de los nuevos asentamientos
– francos, visigodos, etc. – sino que me
concentraré especialmente en aquellos aspectos culturales
donde se vislumbre algún tipo de herencia hacia la
Europa moderna.
Por ejemplo, tomando el fin del imperio carolingio, se pueden
considerar algunos de estos aspectos, entre ellos la
relación entre el campesinado independiente y la
aristocracia.
- El fin del Imperio Romano
no tuvo como resultado necesario e inmediato la victoria
económica del sistema feudal.
Como lo demuestra el análisis de las sociedades
campesinas de los siglos VI y VII. Textos como la Ley
Sálica, por ejemplo hacen escasas referencias a la
aristocracia. - En esta época el poder de la
aristocracia no ha podido o no ha sabido ejercer todavía
un efectivo dominio sobre
los grupos
campesinos independientes. - La interrupción de la exigencia del pago e
impuestos
tuvo como consecuencia el establecimiento de algunos sectores
del campesinado con autonomía económica. Pero en
el siglo VII ya coexistían el campesinado independiente
y cierta dominación aristocrática aunque esta no
había logrado ejercer su hegemonía plena sobre la
economía
campesina ni sobre el sistema de valores del
campesinado. No existe documentación que acredite esclavismo de
plantación por lo menos hasta el siglo X. De cualquier
manera la relación entre el campesinado y la
aristocracia fue bastante diversa dependiendo de las regiones
de Europa que se consideren. - La aristocracia del siglo VIII parece disponer de
mayor riqueza y de hegemonía local que en épocas
anteriores. En efecto salvo en pequeñas regiones el
campesinado independiente experimenta un retroceso ante los
grande s propietarios, laicos y
eclesiásticos.
Otro de los aspectos a tomar en cuenta es el papel que
cumplió la Iglesia en el
proceso de
transformación de la cultura romana
y de la asimilación de los elementos foráneos
– bárbaros y orientales.
La vulgarización y decadencia de la cultura
clásica de la cual hablan ciertos autores, por ejemplo,
fue una parte de un gigantesco proceso de asimilación y
adaptación a una población más amplia que la
"acomodó" a su grado de intelectualidad. Una de las
muestras patentes de este proceso lo constituye el idioma. Hasta
el siglo II los campesinos de la Galia y de Hispania
habían hablado sus propias lenguas celtas sin contacto con
la clase
dirigente clásica. Si hubieran sido afectados directamente
por la invasión germana sin haber sufrido antes la
latinización llevada adelante por la Iglesia en su
continua tarea de evangelización el resultado de semejante
hibridación vino luego hubiera sido muy
distinto.
Las lenguas romances fueron el resultado final de este
proceso de popularización del idioma y constituyó
un enlace natural entre la Antigüedad y la Edad Media, y
en la Iglesia encontramos un vehículo efectivo para
transmitir valores.
Según Perry Anderson ("Transiciones de la
Antigüedad al Feudalismo") la
Iglesia constituyó efectivamente un puente indispensable
entre dos épocas en una transición no acumulativa
entre dos modelos de
producción. La Iglesia fue el "mentor
oficial" del intento sistemático – el primero
– para renovar el Imperio de Occidente, esto es, la
monarquía carolingia. Según este
autor con esta dinastía comienza el periodo feudal
propiamente dicho.
La sociedad
feudal estaba formada por hombres libres y no libres. El contrato feudal
era un pacto entre hombres libres, uno era el vasallo que se
convertía en "hombre" de
otro que rea el "señor". El vasallo se comprometía
a servirle militarmente y prestarle consejo y el señor le
otorgaba protección y lo beneficiaba con la cesión
de un feudo.
El contrato vasallático constaba de una
obligación de fidelidad recíproca, absoluta y
perpetua. Aunque esta apreciación aparece como muy ideal
fue efectiva en un principio. Luego se fue degenerando con la
adquisición de ciertos defectos de uso: el feudo
adquirió más importancia que el rendir homenaje al
señor y los vínculos entre este y su vasallo se
desvirtuaron.
Otro elemento que debo tener en cuenta es el ascenso
social de la clase de los vasallos que paso de ser un guerrero
doméstico a un competidor por el poder con el
señor. Entonces, el convenio vasallático se
convirtió en un tratado diplomático solemne entre
linajes de igual fuerzas cuyas cláusulas quedaban
asentadas por escrito. Al generalizarse estos contratos la
sociedad feudal quedó estructurada como un sistema
jerarquizado en forma piramidal en cuya cúspide estaba el
rey y luego se desgranaban señores de señores hasta
llegar a los últimos vasallos que no recibían
vasallaje
Muchos de estos aspectos relacionales quedaron
estampados en la época moderna y muchos de ellos
provocaron los movimientos revolucionarios del siglo XVIII y
XIX.
El marco en que se desarrollo la
vida fue el señorío rural que consistía en
un territorio sometido a la autoridad de
su poseedor, el Señor, que lograba extraer en forma
extraeconómica una parte del producto
excedente. Muchos campesinos pasaron a ser siervos de la gleba,
dependiendo exclusivamente de su señor. La
explotación que se realizó en la época
medieval alteró la fisonomía de Europa, los grandes
bosques fueron dando lugar a tierras de cultivo modificando las
estructuras
económicas y las relaciones sociales. Hoy Europa carece de
esta riqueza forestal que cubría prácticamente todo
el centro y norte de este continente.
La nobleza feudal, constituida por señores y sus
vasallos era, fundamentalmente guerrera. La Iglesia hizo que
entre los ideales que movían a esa clase guerrera a
enfrentarse contemplara la persecución a los disidentes
religiosos, especialmente musulmanes que controlaban el
Mediterráneo y constituían una amenaza para los
cristianos. Las cruzadas fueron en definitiva la
concreción práctica de estos ideales. En este
sentido estas campañas se vieron favorecidas por el
aumento de la población, un arraigado y generalizado
sentimiento religioso, la presencia de los turcos en Tierra Santa
que era ya zona de peregrinación, la necesidad del papado
de afianzar su poder ante el emperador germánico y
finalmente las cruzadas fueron una forma de canalizar el
espíritu guerrero delos caballeros remplazando la guerra entre
los cristianos por la lucha contra los herejes.
Cabe aclarar que, en el orden estrictamente social, la
Iglesia concebía una distribución como la siguiente y
constituyendo un orden inmutable y natural
- Los oradores (los que rezan) que con sus oraciones
buscaba salvar las almas de la sociedad. - Los bellatores (los guerreros) que debían
proteger con sus armas a la
población - Los laboratores (los trabajadores), os campesinos que
con su trabajo,
obtenían el alimento para toda la sociedad.
Este ordenamiento teórico coincidía con el
armado estamental de la sociedad, esquema, por otra parte que va
a desembocar en la lucha por una mayor participación
popular en los siglos finales de la modernidad cuando
la tensión entre los distintos estamentos a la luz de las nuevas
ideas fermente el germen de la república.
Toda Europa nos habla del legado de la Edad Media, a
veces, empañado por las luces de la Modernidad, pero
vigentes en lo jurídico, en lo social, y en lo
económico, fundamentalmente en las bases del orden
establecido a través de la formación de los estados
modernos. Piénsese, por ejemplo en la vigencia de ciertas
formas de
gobierno con raigambre monárquica que no pudieron ser
borradas totalmente por los embates del reformismo.
Un aspecto del
mundo medieval: las Cruzadas
El tema que he elegido para analizar es el de Las
Cruzadas cristianas. Comenzaré este informe
completando un análisis del Cisma de la Iglesias
cristianas como introducción a la problemática que
llevó a las cruzadas
Hacia mediados del siglo XI ocurrió uno de los
acontecimientos más importantes en la historia de la Iglesia
cristiana: el Cisma entre las Iglesias de Oriente y Occidente,
concluyendo así una situación que se había
ido gestando desde siglos atrás. La Iglesia griega –
oriental – por su geografía y base
cultural era diferente a la Occidental o latina en sus formas y
actitudes. Por
ejemplo, el planteo filosófico de oriente contrastaba
permanentemente con la visión más práctica
de la Iglesia occidental.
La Iglesia oriental, por otra parte estaba orgullosa de
abarcar aquellos territorios donde los apóstoles
habían hecho su primera prédica y era siempre
proclive a conservar los primeros signos
litúrgicos y a diferenciarse en lo posible de occidente.
Estas diferencias se mostraban patentes por ejemplo en los rasgos
litúrgicos donde las diferentes actitudes, formas y signos
se diferenciaban de los utilizados en occidente.
Al principio la Iglesia de Roma
permitió esta singularidad pero después del siglo V
trato de que ambas Iglesias se adaptaran a formas romanas sobre
lo que era ortodoxo. Estas tentativas fueron desconocidas por el
este quien consideraba desvergonzadas algunas de las formas
romanas. Los emperadores trataron de complacer a los obispos
romanos en la medida de lo posible porque estos actuaban como sus
agentes en Italia y
tenían demasiada influencia sobre los estados
occidentales.
Roma y el este entraron en conflicto
durante el siglo VIII cuando la Iglesia Oriental se vio envuelta
en la controversia de los iconoclastas, disputa que estaba
relacionada con el uso de iconos o pinturas sagradas en las
iglesias. Por un lado los iconoclastas – destructores de
imágenes – querían abolirlas
porque ya los mahometanos estaban acusando a los cristianos de
idolatría y por otro, un sector luchaba por mantenerlas.
Este ultimo partido triunfo con el apoyo del obispo romano. A
pesar de que el papa excomulgó a todos los que se
habían opuesto al uso de las imágenes, la
controversia había sentado las bases de ásperos
sentimientos hacia Roma.
La siguiente disputa se relacionó con la
cláusula filioque en el Credo de los Apóstoles que
la Iglesia latina había insertado. Los griegos – que
habían formulado originariamente el credo – no estaban de
acuerdo con el intento romano de mejorarlo. A todo esto se suman
otras causas de desacuerdo como por ejemplo la "invasión
que había realizado la iglesia romana en los territorios
misionados por los orientales – principalmente en terrenos
eslavos de Europa. En el 1054 el patriarca de Constantinopla y el
papa se excomulgaron el uno al otro y comenzó el Cisma que
perdura hasta nuestros días.
En esta época los musulmanes del cercano oriente
se abrieron camino violentamente en el mundo cristiano.
Recordemos que desde las conquistas mahometanas del siglo VIII el
mundo musulmán se había acostumbrado a continuas
guerras
civiles, realizando expediciones contra el Imperio de Oriente.
Buena parte del fanatismo religioso se había extinguido
entre las transacciones comerciales considerando provechoso
permitir las peregrinaciones cristianas a Jerusalén y a
otros lugares santos.
Pero la llegada de los turcos seléucidas en 1071
y la captura de Jerusalén levantó a toda Europa.
Corrió el rumor de que estos estaban cerrando los lugares
sagrados a los peregrinos y que masacraban a los cristianos.
Estas historias carecían de fundamento porque los
peregrinos siguieron yendo a los lugares sagrados. No obstante el
pueblo, en general, creyó estos relatos y se fue
concibiendo la idea de que estos lugares sagrados debían
ser recapturados para la cristiandad.
Las causas de la primera cruzada no son fáciles
de determinar. Probablemente la razón fue la que he
mencionado y la actitud
emocional de la población cristiana fomentó e
impulsó la expedición. Otra de las hipótesis radica en una necesidad del
papado de recobrar poder frente al emperador de occidente. Por un
lado la Iglesia podía convertirla en una guerra religiosa
y por otro podía encauzar el espíritu belicoso tan
característico de la época feudal hacia actividades
menos peligrosas para sí mismo. Además la Iglesia
esperaba que los príncipes latinos establecieran en el
Cercano Oriente centros de los cuales el clero occidental pudiera
hacer proselitismo entre los griegos. Espetando que como
compensación a su trabajo el emperador de oriente obligara
a la iglesia griega a someterse a la voluntad de la Iglesia
latina.
La causa inmediata de las cruzadas – dejando de
lado el "llamado" del emperador Alejo por su valor dudoso
como prueba histórica – lo constituyó el
concilio de Clermont, convocado por el papa Urbano II en 1095. No
obstante el discurso de
Urbano no fue suficiente para que se desencadenara una cruzada ya
que se necesitó un año más para que los
cruzados se pusieran en camino. A menudo se le a atribuido a
Pedro, el ermitaño – un predicador temperamental el
mérito de dar el impulso definitivo a las cruzadas,
influencia que ha sido exagerada.
Los cruzados regulares necesitaban muchos
estímulos para ponerse en marcha. Los reyes no
participaron pero los hijos de las familias aristocráticas
sin tierra y los nobles de menor importancia fueron los que se
encaminaron hacia el oriente. Los líderes de la Primera
Cruzada, en general, eran hombres poco comunes y a pesar de que
ningún monarca participó, no carecieron los
cruzados de dirigentes brillantes e ilustres.
En 1096 el ejército se pudo en marcha hacia el
este: a través de Italia y desde allí por barco a
Constantinopla, a través de Hungría y Bulgaria y a
través de la costa dálmata reuniéndose en la
mencionada ciudad. El emperador Alejo no puso entusiasmo con la
llegada de los cruzados y se vio en dificultades para proveerles
alimentos,
barcos y abastecimiento. A cambio de
estos pertrechos Alejo exigió juramento de lealtad feudal
a los cruzados quienes accedieron. El ejército
cruzó el Helesponto y conquistó Nicea, triunfaron
en Dorileo, tomaron Antioquia y después de varias
escaramuzas y deserciones, llegan a Jerusalén el 7 de
junio de 1099. Ese día y los siguientes se produjo una
matanza de musulmanes desobedeciendo las indicaciones papales.
Godofredo de Boullion fue elegido "Defensor del Santo Sepulcro" y
a su muerte le
sucedió su hermano Balduino como "rey de
Jerusalén".
Los nobles occidentales habían establecido
estados latinos a lo largo de la costa de Asia Menor y
Palestina pero no habían penetrado mucho en el interior.
Los mahometanos los seguían acosando desde todos los
flancos. Con el tiempo ante la
imposibilidad de desalojarse unos a otras fue surgiendo una
relación aceptable Esta fusión
paulatina entre Oriente y Occidente frenó el impulso de
las Cruzadas y causó divisiones entre varios
líderes latinos del este. Los lideres de los cuatro
estados latinos – el reino de Jerusalén, el condado
de Edessa, el condado de Trípoli y el principado de
Antioquia – nunca fueron capaces de formar un único
plan de
acción.
Los musulmanes, por su parte, vieron la importancia de
unirse antes que los nobles occidentales del Cercano Oriente
llegaran a un acuerdo. Hacia 1144 el condado de Edessa
cayó nuevamente en manos musulmanas, acontecimiento que
puso a Europa nuevamente en actividad. El papa alarmado,
pidió a San Bernardo que predicara una segunda cruzada.
Este a su vez pudo convencer al rey francés Luis VII y al
rey germano Conrado III a emprender la segunda cruzada. Se
pusieron en marcha en 1147, perdiendo muchos hombres antes de
llegar a Jerusalén y al intentar tomar Damasco sufrieron
una derrota que hizo fracasar su expedición de conquista.
Los reyes latinos quedaron aislados sin mucho apoyo y no
percibieron el peligro que representaba la unidad musulmana
dirigida por Saladino, el cual emprendió la venganza
contra lo que consideraba una traición cristiana, derroto
a las ciudadas latinas y conquistó Jerusalén en
1187.
La captura de Jerusalén llevo a la
organización de la Tercera Cruzada que fue. sin dudas,
la más romántica de todas pues participaron la
mayor parte de los monarcas europeos: Federico Barbarroja de
Alemania,
Enrique II, Ricardo Corazón de
León de Inglaterra y
Felipe Augusto de Francia, entre
otros.
El emperador de Oriente ya había concertado un
tratado con Saladino pero asumió una actitud neutral y
permitió que los cruzados pasaran a través de su
territorio. Los franceses y los ingleses se encaminaron hacia
Acre que sitiaron mientras se despertaban disidencias entre las
dos nacionalidades. Después de dos años la ciudad
fue tomada (1192) y Ricardo concertó la paz con Saladino
retornando a su patria. Este acuerdo establecía que los
peregrinos cristianos podían entrar libremente a
Jerusalén. Más allá de esta concesión
la cruzada fue un fracaso.
La Cuarta Cruzada a duras penas merece este nombre. En
1201 un grupo de
creyentes se reunió en Venecia, ciudad que les
proporcionaría los medios de
transporte,
pero sabiendo que los pobres cruzados no tenían dinero,
rehusaron ayudarlos a menos que atacaran su ciudad comercial
competidora en el Adriático, Zara. El papa prohibió
esta cruzada pero los venecianos y los cruzados ignoraron su
opinión. Luego los venecianos decidieron desviar la
cruzada contra Constantinopla que era la gran potencia
comercial del este. Usando a uno de los pretendientes al trono
como disculpa zarparon hacia Constantinopla, capturaron la ciudad
y ofrecieron uno de los espectáculos más
repugnantes en la historia de la civilización.
Invalorables objetos artísticos fueron destruidos y la
ciudad fue incendiada y todas las joyas y demás efectos de
valor saqueados. Las Iglesias fueron violadas más
allá de toda posible descripción.
El resultado de estas cruzadas fue el establecimiento de
un Imperio Latino de Oriente con el conde de Flandes como
emperador y con un patriarca latino en lugar de uno griego.
Venecia consiguió todas las concesiones comerciales que
necesitaba.
Hacia 1291 los cristianos perdieron sus últimas
posesiones en el este. Territorialmente estos movimientos fueron
un fracaso evidente, ni siquiera los propósitos religiosos
fueron conseguidos. Quizás el resultado más
importante de estas cruzadas hacia el este fue la influencia que
lograron ejercer sobre la cultura occidental. Las rutas
comerciales entre el este y el oeste se desarrollaron
rápidamente para satisfacer el gusto europeo por los
productos
orientales. Ni los modales, ni las actitudes, ni siquiera la vida
cotidiana de los europeos occidentales permanecieron inmutables
al efecto de las cruzadas.
Las
supervivencias de la cultura medieval
Según García y Sesma Muñoz algunos
de los elementos significativos de la cultura y la convivencia de
los europeos de hoy han nacido en los siglos medievales. Cabe
citar, a modo de ejemplo los siguientes:
- El idioma
- La forma de llamarse con nombre y
apellido - La religión cristiana
(como conjunto de creencias y como soporte de un sistema
cultural) - El dominio del espacio (tanto del gran espacio
– continente, reino – como del mediano –
ciudad, aldea – o del pequeño –el
núcleo familiar) - El dominio del tiempo: (siempre paralelo al del
espacio) - Concepción del poder (que concluyó con
la participación de la comunidad) - Las construcciones políticas nacionales
Me parece interesante incluir además un planteo
que he rastreado en varios autores. La idea más
tradicional sobre la Edad Media tiene que ver con la
concepción de esta época como un tiempo de
decadencia, oscurantismo y atraso en todos los
sentidos.
Algunos autores no están de acuerdo con la
afirmación de que el avance de los pueblos bárbaros
sobre el Imperio Romano había desarticulado y frenado el
avance del progreso que se retomaría luego en el Renacimiento,
con el resurgimiento de las artes latinas y griegas.
El Humanismo y
más tarde la
Ilustración tomaron este largo período como un
paréntesis de barbarie entre dos épocas
culturalmente esplendorosas: la Antigüedad clásica y
el Renacimiento.
A la leyenda negra en torno al
medioevo, empezó a suceder una especie de leyenda rosa. El
progreso de la investigación histórica ha hecho
desaparecer muchos de los viejos prejuicios de uno y otro signo.
La visión del Medioevo ha pasado a ser la de un
período de la historia con sus caracteres y valores
propios.
La ruralización, la sociedad fuertemente
jerarquizada o el control de la
vida cultural por el estamento eclesiástico
definirían al occidente. La síntesis
del romanismo, helenismo y
cristianismo
será la característica más destacada de
Bizancio. La del mundo árabe será su papel de
puente entre Oriente y Occidente.
En cualquier caso la ruptura con el pasado no es
absoluta, ni puede serlo. Incluso las manifestaciones que parecen
más regresivas de la Edad Media, tienen su origen en el
Bajo Imperio Romano. Por otra parte el medioevo no fue totalmente
ajeno a las características que marcan las patas de la
Modernidad. Las primeras muestras del capitalismo
comercial, la crítica
contra el orden eclesial establecido o las líneas gestoras
del pensamiento
humanista, por ejemplo, tienen sus raíces en
fenómenos más modestos como los movimientos
heterodoxos de masas, el crecimiento urbano desde el siglo XI o
la recuperación de los filósofos de la antigüedad a partir
del siglo XII..
Me referiré en apretada síntesis a algunos
de los elementos básicos del arte
bizantino. Bizanció, cabe recordar, actuó como
un puente entre oriente y occidente. Importando expresiones
propias de los sitios más alejados de Europa y los
plasmó con originalidad manifiesta en todas las ramas del
arte.
En este sentido encontramos que el arte bizantino es una
síntesis. La arquitectura, por
ejemplo destacó las construcciones enormes: muros pesados
y decoración tosca mostraban que era más importante
la grandeza que la perfección técnica.
Las iglesias cristianas adoptaron la forma rectangular y
techo plano de madera y con
pocas bóvedas de cañón y con una
decoración simple y austera sólo después de
varios siglos adquirieron valor artístico. La planta en
cruz griega fue la más usada, aspecto que se conserva en
muchas de nuestras iglesias en Argentina, incluida la de mi
ciudad, Pergamino, -templo reconstruido en varias oportunidades
pero que mantuvo el estilo románico. La planta central
daba lugar al desarrollo de la cúpula como sucede en
nuestros templos cristianos. En el interior se muestran los
ábsides con nichos curvos y columnas superpuestas. Pero el
exterior de las iglesias bizantinas era sobrio sin demasiadas
torres ni decoración.
La iglesia basilical presentada por el texto "El
mundo medieval" de Amanda Franqueiro coincide con el templo de
Pergamino, esto es constando de un ala central y dos laterales
que terminan en un altar sobre el cual se encuentra la
cúpula.
Con respecto al arte escultórico se debe afirmar
que el cristianismo coincidía con el arte islámico
en el sentido de que abandonaba la plástica
característica del arte antiguo. Por su parte los mosaicos
fueron frecuentes en la decoración de las iglesias
bizantinas pero solo en la hechura de pavimentos o de partes
monumentales. La influencia oriental se manifestó, sobre
todo en el realismo de
las imágenes de caras y en el lujo de los ropajes. El
equilibrio de
la obra estaba dado siempre por la composición
simétrica y el estaticismo de las
representaciones.
Los musulmanes, por su parte asimilaron, el arte de los
pueblos con los que entraron en contacto, y que fueron
culturalmente considerados, muy diversos.Tuvieron la habilidad de
realizar una composición original hibridando elementos
propios y de los pueblos conquistados o con los cuales entablaban
relaciones comerciales. Es asombroso el gusto exquisito que
muestran algunas expresiones de la arquitectura, por ejemplo, y
que responden a esta síntesis cultural a la que
hacía referencia (Vg. La Mezquita de la ciudad de
Córdoba en España o
la Alambra de Granada en la que con elementos más simples
se lograron efectos decorativos asombrosos.)
Consideraré, ahora, las características
sobresalientes del arte
románico que comenzaron a surgir a partir del siglo X.
Y que predominó desde el siglo XI hasta mediados del XII.
Su nombre deriva de las formas propias de la arquitectura romana
con la cual se emparienta. Algunos elementos que muestran esta
relación son el arco de medio punto la bóveda de
cañón y la cúpula
semiesférica.
Los ejemplos más típicos son las
construcciones religiosas aunque también se muestran en
construcciones civiles y militares.
La iglesia románica típica es la que tiene
tres naves, una central y dos laterales. Presenta además
ventanas altas y con una planta de cruz y capillas radiales con
deambulatorio. Pero el rasgo distintivo de la arquitectura
románica es efectivamente la bóveda. El templo
parroquial de Pergamino dedicado a la advocación de la
Virgen de la Merced (fue la orden de los mercedinos sus
fundadores) presenta un destacado estilo románico, con
casi todos los elementos mencionados.
El estilo Gótico surgió cuando el
románico estaba en su apogeo. Gestándose en el
norte de Francia se perfecciono y expandió por Europa en
el siglo XIII hasta declinar en el siglo XIV y XV.
Los edificios que mejor muestran estas ansias
arquitectónicas de superación hacia lo majestuoso,
lo grande y lo "alto" son las catedrales. El costo de las
mismas fue enorme y su construcción demandó a veces cientos
de años. La catedral de la ciudad de la Plata en Argentina
es una muestra de este
arte considerando además los esfuerzos que demandó
su construcción y mantenimiento.
El arte gótico cava sus raíces en el
románico en el que encuentra algunos de los elementos
arquitectónicos utilizados: bóveda de
crucería, arbotante y arco apuntado y su originalidad esta
en la combinación de estos elementos. El propósito
de los arquitectos fue claro: lograr edificios más altos,
mejor iluminados y sobre todo más grandes. Se conserva la
planta de cruz latina con tres o cinco naves, deambulatorio y
capillas radiales Las ventanas se agrandaron y ganaron altura las
naves laterales. Como se logró que los arcos y los
arbotantes recibieran el peso de las bóvedas, quedaron
libres de esta tarea los muros que pudieron ser calados con
aberturas sin comprometer la solidez general del
edificio.
Las esculturas se separaron del muro y se convirtieron
en estatuas adquiriendo naturalidad y ligereza.
Autor:
Fernando Raúl Morro Cruellas
Profesor en Ciencias
Sociales
Profesor en Psicopedagogía
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