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Exégesis de cierta hipótesis comprobable acerca del posible correlato neuronal de la conciencia subjetiva (página 6)



Partes: 1, 2, 3, 4, 5, 6, 7, 8, 9

Volviendo con los circuitos: A-B-C es una
demostración de C a partir de A en tanto que correlatos,
pero no demuestra la causa de C. Lo único que se puede
demostrar es que C es un correlato de A si cada paso de A-B-C es
verdadero, que sería más o menos lo mismo que decir que
en ese circuito en actividad se detectaría un potencial de
acción en A, después en B y después en C. Por
éso no interesa conocer la causa de la emergencia de la
subjetividad al rebuscar en sus correlatos, porque no existe una
causa, al ser un proceso, y el simple hecho de plantearlo es
ilógico. Lo que interesa es conocer el modo en el que el
cerebro funciona correlativamente cuando la subjetividad es
efectiva, porque sí es lógico pensar que ha de
producirse un tipo peculiar de funcionamiento cerebral que se
correlacione con algo tan distinto como la experiencia subjetiva.
Lo que interesa es descubrir cómo A-B-C puede llegar a ser
un todo subjetivo a escala macroscópica confinada al
integrarse A, B y C, descubrir las piezas a que se reduce
correlativamente ese todo subjetivo. Lo que habría que
descubrir es cómo, de qué manera en particular, se
integran durante la subjetividad esas neuronas.

Interesa cuál es ese mecanismo de integración
neuronal peculiar, si lo hay, o de correlación al menos, en
el caso de la subjetividad, que haga posible el entrelazamiento
de diversos objetos mentales en un solo objeto mental, patente a
escala macroscópica como el sujeto, el yo consciente, por el
mero hecho de la concurrencia temporal de esas neuronas, y que
tal actividad neuronal peculiar correlativa, que hace posible que
la experiencia consciente abstracta sea patente como integrada en
un todo, el yo consciente, tenga lugar de algún modo que no
consista sólo en la sincronización neuronal.
¿Qué significa verdadero? Se acaba de decir que lo
único que se puede demostrar es que C es un correlato de A
si cada paso de A-B-C es verdadero. ¿Y qué se quiere
decir aquí por verdadero? Verdadero es aquello posible en un
sistema y que se verifica, que deja de ser una posibilidad con
una probabilidad para constituir una prueba tras consumarse como
suceso probado. Por ejemplo, una proposición verdadera es:
X=X. En el caso de una red neural que sea el correlato de la
subjetividad, serían verdaderos, verificables, todos los
potenciales de acción que se descargasen durante un periodo
de tiempo dado y conformasen dicha red en correlación con
esa experiencia subjetiva dada, pues en tal caso se habría
tratado de la efectividad comprobable de algo que era posible en
el sistema (e incluso aunque dicha red codificase un delirio, una
idea no verificable sobre la realidad).

¿Cómo determinar si algo es verdadero o falso?

De acuerdo con estas definiciones, que acotan las
acepciones usadas en este ensayo, algo real puede ser verdadero o
falso, dependiendo de la escala. Por ejemplo, durante un delirio
un potencial de acción correlativo será verdadero, pero
la interpretación de la realidad de acuerdo con dicho
delirio conformado con esos potenciales de acción será
falsa.

¿Es verdadero sinónimo de real?

Aunque algo verdadero a una escala puede ser considerado
falso a otra escala, no puede ser irreal en ningún caso, una
vez que se ha verificado su detectabilidad, por tanto, verdadero
y real no son sinónimos. Por todo ésto, expresiones
contradictorias como "realidad virtual" (realidad irreal,
detectabilidad indetectable) no se refieren a algo aceptable como
correctamente enunciado, salvo en sentido figurado o en forma de
oxímoron.

¿Es el ritmo gamma el correlato neural de la
subjetividad?

Se ha propuesto que durante la percepción visual
subjetiva la sincronización neuronal de las neuronas
implicadas ocurre en una frecuencia peculiar, de 40 Hz, el
llamado ritmo gamma, investigado por Wolf Singer y por Gray.
Fischbach revisó la investigación de Singer en el
artículo Mente y cerebro, publicado en Investigación y
ciencia en 1.992. Según Singer, la sincronización de
emisiones de señales procedentes de neuronas espacialmente
distintas, activándose sincrónicamente a 40 Hz,
correspondería a las distintas características del
objeto (movimiento, color, forma, etc.) que uno afirma percibir
integradas en la forma de ese objeto único en un momento
dado. Las oscilaciones a 40 Hz podrían sincronizar conjuntos
de neuronas que por su especificidad espaciotemporal en un
momento dado estuvieran especializadas en los distintos
componentes perceptibles de una escena visual, y constituir, tal
vez, un correlato directo de la percepción consciente
subjetiva de lo que se ve (o al menos parte del
correlato).

¿Cómo se sincronizan las neuronas?

En cuanto a los mecanismos neuronales responsables de la
sincronización, han sido estudiados incluyendo modelos
artificiales que posiblemente se parecen a los naturales. Lo que
llama la atención del modo mediante el que probablemente se
terminan sincronizando las neuronas que interaccionan
retroactivamente es que los mecanismos de sincronización son
simples: si se ponen dos neuronas descargando una cerca de la
otra lo más probable es que acaben sincronizándose,
acoplando sus descargas a lo largo del tiempo, por una sencilla
razón: acabarán igualando su flujo de iones por mera
proximidad y por estar "flotando" en un mismo medio iónico.
Eurich ha dedicado sus esfuerzos a desentrañar estos
mecanismos a priori enigmáticos pero simples una vez
descritos, y la descripción se puede encontrar en su
artículo Sincronización neuronal, publicado en Mente y
cerebro (2.003). Recuérdese también el trabajo de 1.989
de Strogatz y Mirollo, que les permitió afirmar que
cualquier sistema de osciladores acoplados se autoorganiza
espontáneamente, y cuyo resultado es la sincronización.
De todos modos, recientes trabajos desmienten que la
sincronización de neuronas contiguas sea una necesidad
inevitable, como han observado Renart y de la Rocha en un
artículo de Science del 2.010, y también Ecker en otro
trabajo distinto (2.010).

¿Hay varios tipos de reentrada? Según Edelman
y Tononi, redes paralelas interaccionan retroactivamente entre
sí, sincronizándose de este modo. Aparte de la
reentrada corticocortical que postulan Edelman y Tononi, se ha
hablado también de una reentrada talamocortical, que
Llinás y su equipo han investigado durante años. Se
puede encontrar una descripción comprensible de la reentrada
en un artículo de Zeki titulado: La imagen visual en la
mente y en el cerebro, publicado en Investigación y ciencia,
en 1.992. Bart Kosko ha propuesto el teorema B.A.M., de la
memoria asociativa bidireccional, según el cual las redes
neuronales se unifican correlacionándose, lo cual se
representa matemáticamente multiplicando partes unitarias de
una red con las de la otra, de manera que la correlación de
ambas redes ya no supone un "si A, entonces B", sino un "si X es
A, entonces Y es B", cuyo resultado sería la activación
sincrónica de ambas redes (estos patrones ordenados de
activación de redes unificadas serían posibles a pesar
del caos en el sistema).

¿Con qué se correlaciona la actividad mental
subjetiva, de acuerdo con los conocimientos actuales?

La experiencia subjetiva se correlaciona por sistema,
hasta donde los métodos actuales permiten determinar, con
cierta actividad neuronal peculiar, lo que se suelen llamar
correlatos neurales de la experiencia consciente subjetiva. En
trabajos dirigidos por Metzinger en el M.I.T., en el año
2.000, tal vez se haya podido comprobar que los correlatos
neurales se asocian en la práctica, empíricamente, en
una primera aproximación grosera al desentrañamiento
del enigma, sobre todo con la actividad de las áreas de
asociación corticales. La subjetividad se caracteriza por
ser su efectividad comunicable de un sujeto a otro, y ése ha
sido el modo que han tenido los investigadores del equipo de
Metzinger para saber que la actividad de la corteza de
asociación se correlaciona por sistema con la experiencia
subjetiva.

¿Qué son las áreas de asociación
corticales?

En la corteza hay áreas primarias, que se llaman
primarias porque en ellas se considera categóricamente que
se inicia de manera primaria cierta actividad cortical. Por
ejemplo, las áreas sensoriales primarias se llaman así
porque en ellas hacen su primera sinapsis las neuronas
sensoriales procedentes del tálamo en dirección a la
corteza.

Las áreas primarias hacen sinapsis después en
otras áreas de la corteza, donde la información sigue
su procesamiento. Las áreas corticales primarias hacen
sinapsis en las secundarias, y las secundarias en las de
asociación, en una sucesión sistemática de hechos.
En las áreas de asociación confluye información
variada procedente de lugares diversos, y se integra, y ahí
parece ser que se interpreta la información. Parece ser que
uno interpreta (o percibe, dado que no hay percepción hasta
que se culmina esta fase de interpretación del proceso)
subjetivamente algo cuando se activan precisamente las áreas
de asociación. Parece ser que la mayor parte de la corteza
es corteza de asociación. De todos modos, el cerebro
funciona como un todo. Aunque la corteza de asociación sea
crucial para la efectividad de la subjetividad, todo el cerebro
debe funcionar para que sea efectiva (y el corazón debe
estar latiendo, la tierra girando alrededor del sol, etc.).
¿Con qué se conecta la corteza de asociación? Un
área de asociación se conecta con diversas zonas del
cerebro, pero las conexiones de las áreas de asociación
con el hipocampo, la circunvolución que actúa de
directora de orquesta para la memoria inmediata, la que fija los
datos entrantes nuevos, y con el sistema límbico, un
subsistema dentro del cerebro que organiza las emociones y por
tanto el pensamiento emocional, se consideran
importantes.

Gerhard Roth considera que esta integración de las
extensas áreas de asociación con el sistema
límbico, el hipocampo, la formación reticular, etc.,
puede ser un sistema suficientemente complejo como para cruzar el
umbral de complejidad que se adivina necesario para la emergencia
de propiedades en el sistema.

¿Se debería observar un estado morfofuncional
distinto en las neuronas correlativas con la subjetividad y en
las que no lo son?

Por lo dicho hasta ahora, hay que suponer que, aunque
todas las neuronas hagan aproximadamente lo mismo, posiblemente
habrá alguna diferencia clave entre el estado morfofuncional
del cerebro durante la subjetividad y el estado del cerebro en
ausencia de subjetividad. Ésto significa que en caso de
poderse predecir un hipotético correlato neural peculiar
para la subjetividad, dicho correlato no sólo debería
ser comprobable (se debería poder comprobar que es el que
tiene lugar en correlación con la subjetividad), sino
también falsable (se debería poder comprobar que no
tiene lugar en ausencia de la subjetividad). El objeto mental
¿Qué es un objeto? El proceso mental posiblemente
consiste en el procesamiento de la información mental. A su
vez, se diría que el procesamiento de la información
mental consiste en la asociación e integración de
objetos mentales abstractos. Un objeto es lo que un observador
determina como objeto (ésto no es tan tautológico como
parece, ya que los objetos, que se sepa, no se definen por
sí mismos).

¿Qué querría decir que un objeto mental sea
elemental?

Supóngase que la mente sea un proceso
sistemático consistente en la interacción entre objetos
mentales elementales.

Elementales quiere decir irreducibles, al menos,
irreducibles a ciertos efectos en una escala dada (y con un error
despreciable en la práctica), por ejemplo: dadas las
palabras que se tienen en mente, que son objetos mentales
abstractos, obsérvese que las palabras son reducibles, por
ejemplo, a letras, así que las letras, desde el punto de
vista de las palabras, desde la escala de las palabras,
serían objetos mentales abstractos elementales, pues es a lo
que se reducen las palabras, mientras que las letras, desde el
punto de vista (escala) de las palabras, son irreducibles a otra
cosa, pues lo que explica la formación de palabras son las
interacciones entre letras únicamente. ¿Qué
vinculación habría entre el proceso mental y el
funcionamiento neural? El procesamiento de las letras para formar
palabras consiste en poner letras juntas y obtener palabras con
el cambio de la escala de las letras a la escala de las palabras
(al pasarse de redes neurales de menor tamaño que codifican
letras a redes neurales de mayor tamaño que codifican
palabras, que lógicamente deberían ser de mayor
tamaño al ser conjuntos integrados por las anteriores), con
la emergencia de estas últimas.

De modo que el procesamiento consistiría en asociar
e integrar objetos (integración se refiere a un proceso de
integraciones y desintegraciones sucesivas), consistiría en
la continuación del proceso evolutivo sistemático de la
mente. La mente, en tanto que sistema, consistiría en un
conjunto de objetos sometidos a interacción y cambio,
sometidos a la tendencia al aumento de la entropía del
sistema, y de su complejidad, dicho de otro modo, al aumento de
la cantidad de información en el sistema, de ahí que a
partir de letras se formen palabras, y a partir de palabras
frases, etc. Desde el punto de vista de los objetos abstractos,
como las letras, el procesamiento consiste en asociar e integrar
letras para ir obteniendo palabras, y, con la integración
posterior de las palabras (y del resto de lo que ocurre en el
cerebro), ideas, conceptos, estrategias, suposiciones, creencias,
sentimientos, etc. Desde el punto de vista de las neuronas, la
mente consiste, por ejemplo, en un funcionamiento neuronal
correlativo con lo abstracto (y entre neuronas) de tal modo que
tal cosa como el procesamiento de letras sea posible desde el
punto de vista de las letras, que son objetos abstractos. Por
tanto, la vinculación entre mente y neuronas categorizadas
por separado posiblemente sea la de una correlación
también.

¿En qué consiste la asociación de objetos
mentales?

Asociar objetos consiste en producir sucesiones
sistemáticas de ellos.

Que dichas sucesiones sean sistemáticas (al
tratarse de un sistema) implica que habrá reglas, en
función de las posibilidades del sistema, de modo que las
interacciones entre los objetos mentales serán peculiares,
habrá un límite en las maneras en las que puedan
producirse, lo cual conllevará, entre otras cosas, la
heterogeneidad de la información del sistema frente a los
demás sistemas, por ejemplo, un lenguaje con palabras
distintas (en referencia a palabras distintas entre sí, y ya
no digamos si nos referimos a idiomas diferentes), y
conllevará patrones reconocibles y peculiares, por ejemplo,
en forma de un significado atribuible a un símbolo o a una
palabra dada.

La asociación de ideas como parte del pensamiento
parece ser que fue intuida por Aristóteles, que hasta
infirió unas leyes para la asociación de ideas:
contigüidad, homología, etc.

Al hablarse de sucesiones al hacer referencia a la
asociación de datos en la mente ya se sobreentiende que la
mente utiliza un estilo de trabajo hasta cierto punto ordenado
por necesidad, en determinadas escalas, y con un estilo
sistemático (heterogeneidad y patrones) que recuerda al de
las sucesiones matemáticas.

¿De qué dependerá la asociación de
objetos mentales en lo que al correlato neural se refiere?

En lo que a las neuronas se refiere, la asociación
dependerá de algunas cosas, por ejemplo, de la
facilitación de una vía neuronal con posibilidades por
ello de verse implicada en el procesamiento subsiguiente, es
decir, de lo preexcitada que esté dicha vía al llegar
un estímulo a ella capaz de excitarla, con lo cual
responderá con mayor o menor facilidad, y por tanto
participará o no en la sucesión sistemática de
transmisión de potenciales de acción en curso en esas
vías sinápticas.

Y también dependerá de otros factores; por
ejemplo, una vía se excitará antes que otra, aparte de
si está más facilitada que otra, también si, para
una misma velocidad de conducción, es de longitud más
corta; ésto último ocurre por ejemplo en el caso de las
moscas, que por sistema salen volando antes de poder atraparlas,
al reaccionar antes, gracias, entre otras cosas, a que su
vía nerviosa visual es más corta que la del ser humano
(y quizá también más precisa, si son ciertas
algunas investigaciones recientes). ¿En qué consiste la
integración de objetos mentales? Integrar es sumar, y
así resultará posible que unas partes dadas constituyan
un todo a ciertos efectos con un error despreciable en
determinada escala en la práctica. Por ejemplo, la palabra
SOL constituye en la mente de cualquiera un todo al efecto de
pensar en el sol, que será por ello considerado un solo
objeto a simple vista, y a pesar de ser SOL también un solo
objeto pero claramente reducible a tres letras.

Esta reducibilidad de SOL se obvia en la práctica
al pensar en el sol (se desprecia el error), y en ningún
momento se le pasa a uno por la cabeza que SOL sean 3 letras
cuando se trata de pensar en el sol, y en ningún momento se
entenderá tampoco que SOL corresponda a 3 soles por ello.
Del mismo modo cuando se integra la información mental sobre
forma, brillo, color, etc. acerca de una bola de billar durante
la percepción de una bola de billar, la bola se considera
que es un solo objeto, aunque este objeto mental también sea
reducible a partes menores (forma, brillo, color, etc.). Se
percibe que la bola es un solo objeto, no varios (objeto forma,
objeto brillo, etc.). Por supuesto que ésto parece lo
más conveniente desde el punto de vista evolutivo
también, de ahí que parezca más probable que
percibamos así las cosas, por propia selección natural
en este sentido, que lo contrario. Al mismo tiempo, también
es despreciable el error que implica el que SOL no sea el sol,
sino su representación abstracta.

¿De qué depende el orden en el sistema
nervioso? La efectividad o detectabilidad de un cierto grado de
organización u orden en un sistema está mediatizada por
su posibilidad y su probabilidad. En el caso del cerebro parece
tener que ver en primer lugar con la capacidad de
autoorganización de la vida, posiblemente dependiente en
parte de la estructuración en subsistemas de manera
jerárquica (en la práctica: a diferentes escalas), de
modo que unos subsistemas, por ejemplo, las redes neurales
(estructuras morfofuncionales macroscópicas), "encierran" o
"sostienen" a otros, por ejemplo, los circuitos neurales
(estructuras microscópicas), y hacen más probable lo
posible pero improbable, que es que haya orden. Según
Bertalanffy, el comportamiento sistemático fomenta el
aumento de la probabilidad del orden. Estas peculiaridades del
sistema nervioso (estructuración jerárquica en
subsistemas, asociación e integración funcional de
zonas según facilitación previa, etc.) son las que hace
difícil equiparar al cerebro con un ordenador, aunque a
veces convenga establecer paralelismos.

¿Qué es un sistema?

Un sistema es un conjunto de objetos interaccionando de
modo sistemático, de un modo peculiar, distinto al tipo de
interacción entre los objetos de otro sistema. Un sistema
puede depender de la escala de medición, usada para su
detección, para poder ser categorizado como sistema por sus
propiedades. Por ejemplo, en principio parece que la mente
subjetiva sólo es categorizable de este modo a escala
macroscópica, pues no parece haber subjetividad a escala
microscópica, por ejemplo, no parece posible que un sujeto
perciba átomos individuales a simple vista. Bertalanffy, en
su Teoría general de sistemas, define a un sistema como un
"conjunto de elementos en interacción".

Un sistema está formado por ciertos objetos y por
las relaciones peculiares entre ellos. Un objeto es lo que un
observador determina como objeto. La mente es un sistema
también, en el que los que interaccionan son los objetos
mentales. Se podría decir, por ejemplo, que la mente es un
sistema de establecimiento de categorías en el terreno de la
abstracción.

¿Qué es una relación entre objetos?

La palabra relación implica la existencia de una
vinculación causal entre los objetos, implica que el
principio de causalidad está vigente en ese sistema en ese
momento.

¿Qué es una correlación entre objetos?

Cuando en un fenómeno se encuentra una
vinculación entre objetos, pero no se encuentra una
vinculación causal entre ellos, sino tan sólo
dependencia entre ellos, se hablará de correlación,
para distinguirlo de una relación causa-efecto.

El encontrar o no vinculación causal en un suceso
parece depender también de la escala.

¿Qué es el darwinismo neural?

Diversos investigadores han concebido que la forma de
construirse la sintaxis en el cerebro podría estar
ocurriendo según un comportamiento de tipo "darwiniano"
según su denominación, mediante la competencia entre
las neuronas por imponerse al resto. Se lee así en ocasiones
la expresión "darwinismo neural", con diversas acepciones y
aplicaciones, también aplicado a la formación de la
sintaxis, necesaria para un lenguaje complejo. Uno de los
primeros en hacer clara referencia al darwinismo neural fue
Edelman, que tituló así uno de sus libros: Neural
darwinism (darwinismo neural, que no neuronal).

¿Significan lo mismo neural y neuronal?

El término neuronal se suele reservar para los
modelos neuronales, hechos con un ordenador, utilizados por los
investigadores de modelos informáticos de inteligencia
artificial, mientras que el término neural, que se refiere a
neuronas y glía, suele indicar que se está hablando del
cerebro vivo, no de un cerebro artificial. En este ensayo, como
no se trata el asunto de la inteligencia artificial, el
término neuronal se refiere por regla general a las neuronas
del cerebro, como el término neural.

¿Cómo influyen los genes en el darwinismo
neural?

Con el darwinismo neural de Edelman se trata de
describir la vida de un cerebro a lo largo de su existencia,
haciendo referencia al modo en que los genes determinan, mediante
lo que se conoce como epigénesis (la epigénesis es la
forma en que los genes condicionan el desarrollo de un fenotipo
–un fenotipo es lo que se desarrolla utilizando unos genes,
tanto en referencia a los rasgos físicos de un animal como a
su comportamiento-), por ejemplo, con el darwinismo neural se
trata de describir la disposición relativa de las numerosas
neuronas de un cerebro en desarrollo embrionario.

Dicha disposición neural primera crecerá y se
desarrollará de acuerdo con la información
genética, y cambiará además en función de la
presión del medio, siguiendo con este darwinismo neural,
como si el aspecto cambiante de esta trama inicial basada en los
genes incluyese gracias a los genes la posibilidad también
de cambiar en función de la presión selectiva del
medio. Por ejemplo, si se le ofrecen imágenes estimulantes a
un bebé, cambiará su cerebro para irse adaptando a esta
información, para obrar en consecuencia; de modo que, por
ejemplo, si un bebé no crece en sociedad, no aprenderá
a hablar.

¿Qué es la reentrada?

Esta idea del darwinismo neural de Edelman incluye, en
el cerebro a pleno rendimiento de su potencial, la
organización de la actividad neural en grupos neurales, en
redes, que además se conectarán entre sí como un
todo (red con red) mediante la actividad sináptica de sus
partes (las neuronas) según lo que Edelman ha llamado
"reentrada" (reentry), es decir, la ida y venida de impulsos
bioeléctricos entre redes, modificándose mutuamente
unas redes a otras como un todo a ciertos efectos (al efecto de
detectar dichos cambios en la escala macroscópica con
ciertas técnicas de neuroimagen, por ejemplo), y haciendo
posible, entre otras cosas, la experiencia consciente subjetiva,
que también es efectiva como un todo. De modo que la
reentrada podría ser una de las piezas clave para la
emergencia de la subjetividad.

En esta exposición de la reentrada propuesta por
Edelman la reentrada tendría lugar mediante la
sincronización de las redes.

La reentrada se considerará en este ensayo una de
las piezas necesarias para completar el "puzzle" del correlato de
la subjetividad, sin embargo no se considerará a la
sincronización la pieza clave que probablemente falta por
ser descrita para explicar más a fondo dicho correlato de
tal modo que sea inteligible que algo como el yo consciente pueda
emerger con efectividad. ¿Es suficiente la
representación de objetos en la mente para percibirlos
subjetivamente? Damasio dice en otra parte de su libro, El error
de Descartes, que una mera representación de objetos en la
mente no llega para ser subjetivamente conscientes de dichas
imágenes objetivas, sino que hace falta la subjetividad como
característica o propiedad clave de la conciencia. Y
éso parece cierto: la subjetividad es la propiedad que
otorga, precisamente, subjetividad a, por ejemplo, las
imágenes procesadas en el cerebro, de modo que para ser
subjetivamente consciente de las imágenes, para que uno
pueda percibir como sujeto, como ente único e individual,
como un yo consciente en la práctica, además de
imágenes y conciencia, o imágenes conscientes, hace
falta subjetividad, o, dicho en sentido figurado, un sujeto capaz
de percibir conscientemente dichas imágenes como si fuese un
yo concreto. Para que haya subjetividad hace falta
subjetividad.

¿Qué es un percepto?

Dos objetos mentales sucesivos percibidos como distintos
define lo que un percepto es: cada uno de esos dos
objetos.

Algunos investigadores cifran en 12,5 ms el tiempo
mínimo necesario para que un percepto sea efectivo, al ser
el tiempo que han encontrado que es necesario para poder
distinguir dos perceptos.

¿Cómo se procesan los objetos mentales?

Quizá Epicuro entrevió que los objetos
mentales poseían carácter representativo de la
realidad, e isomórfico, pues decía algo así como
que al percibir las formas algo de los objetos penetra en uno. En
este ensayo se está considerando que los objetos mentales
son los elementos con los que opera sistemáticamente la
mente como sistema dinámico, y que dichos objetos son
abstractos, dado que una idea mental sobre una manzana (un objeto
mental) no es una manzana, sino su abstracción, o trasunto,
o representación en la mente mediante su codificación,
simbolización, etc. La mente, como sistema dinámico,
implica la interacción sistemática entre los objetos
mentales, que consiste en su procesamiento a lo largo del tiempo.
Dicha interacción sistemática depende de lo que las
neuronas hagan, así que el procesamiento de objetos mentales
depende de hecho de cómo procesen las neuronas dicha
información abstracta.

¿Son concretos los objetos mentales?

La mente es un proceso, un cambio continuo, por lo que
ningún objeto mental llega a quedar en ningún momento
aprehendido como objeto concreto de manera estable en lugar
alguno del cerebro (todo objeto está "reformándose"
antes de llegar a estar "formado" del todo, al estar las neuronas
alterando su carga continuamente), así que un objeto
consiste estrictamente en el movimiento de sus partes: aunque la
imagen de una manzana que uno percibe parezca estable y
totalmente formada a escala macroscópica (por ejemplo,
porque la manzana que estamos mirando está quieta sobre una
mesa), se está "moviendo" en el cerebro sin cesar, no queda
fijada en el cerebro en modo alguno en ningún momento, como
sí puede quedar quieto un fotograma con la fotografía
de esa manzana que se pueda dejar sobre la mesa de un montador
cinematográfico. Wittgenstein dijo que uno no puede
representarse ningún objeto fuera de la posibilidad de su
vinculación con otros.

Wittgenstein también dijo que los objetos se
imbrican unos con otros como los elementos de una cadena
(entrelazándose).

¿Cómo se forman los objetos mentales?

Changeaux se preguntó (en su libro: El hombre
neuronal) de qué modo, cómo, las neuronas construyen
los objetos mentales a partir de los elementos de cada
nivel.

De la escala neuronal se ha de pasar a la escala de
circuitos, y de ahí a la de redes, donde deberían
asentar necesariamente los objetos que se toman por
macroscópicos (durante la percepción subjetiva, por
ejemplo).

La información cambia también durante la
percepción subjetiva, el "contenido" de la percepción,
pero la escala efectiva parece la misma todo el rato: la
macroscópica confinada. A simple vista no puede uno darse
cuenta de que los objetos que se detectan como objetos, las
palabras, las letras, etc., no son objetos concretos, sino
abstracciones de objetos, u objetos abstractos, y no puede uno
evitar percibirlos como si fuesen objetos concretos, debido en
parte al confinamiento en la escala macroscópica.

Para Changeaux, el proceso neural en correlación
con la efectividad de la objetividad de los objetos mentales, lo
que el denomina "… la formación del percepto
primario… (tendría que ver con)… la entrada en
actividad simultánea (integración mediante
sincronización, según Changeaux), por estas vías
múltiples paralelas, de representaciones primarias y
secundarias del córtex… en interacciones
recíprocas… (que) aseguran la globalidad del
percepto". Esta idea de la actividad simultánea
recíproca es, como se puede ver, un asunto tópico en lo
que a la neurona se refiere, es una de las ideas más
repetidas, el que las neuronas han de integrarse en todos (redes)
que a su vez interaccionen recíprocamente (por ejemplo,
mediante la reentrada de Edelman y Tononi) para constituir todos
en niveles (escalas) mayores con el paso del tiempo (a lo largo
del proceso), y que finalmente emerja la subjetividad. La idea es
lógica, y clara. La cuestión es cómo se produce
esto (cómo, no por qué), cómo
interaccionarían entre sí las redes durante la
emergencia de la subjetividad.

Changeaux, como otros investigadores, opina que mediante
sincronización, pero parece ilógico, porque la
sincronización lleva a la homogeneidad, mientras que la
percepción se ocupa de la heterogeneidad, y una
heterogeneidad cambiante, además. Changeaux afirma ignorar
el mecanismo de formación de los objetos mentales, pero cita
como sospechoso al "circuito reverberante", el que va de A a B y
de B a A de vuelta (siendo estrictos con los términos no se
trataría de un fenómeno de reverberación, que es
otra cosa, sino de retroactividad, o reciprocidad… o
incluso reentrada, si se quiere). Implica también como
sospechosos no sólo a las conexiones intracorticales, sino
también a las corticotalámicas, de las que se sabe que
incluyen conexiones recíprocas, de ida y vuelta: unos grupos
neuronales controlan a otros, y los otros a los unos.

¿Qué es un grafo?

Changeaux dice que el objeto mental se identifica con el
estado físico producido por la entrada en actividad
correlativa transitoria de una amplia población (o conjunto,
según la terminología usada por Hebb) de neuronas
distribuidas en varias áreas corticales definidas. Este
conjunto se describe matemáticamente con un grafo, y es
discriminado, cerrado y autónomo, pero no es
homogéneo.

Por partes: en primer lugar Changeaux habla de actividad
neuronal correlativa, que es el modo en el que se está
tratando aquí también a la vinculación entre
neuronas en actividad en el cerebro, como una correlación,
una relación de dependencia, ya que, por ejemplo, en un
circuito neuronal, A- B-C, A se relaciona (causa-efecto) con B,
pero con C se correlaciona, y en el cerebro hay tantas neuronas y
circuitos que las vinculaciones son de correlación a la
fuerza en su conjunto, aunque localmente, a pequeña escala,
se pueda hablar de relaciones o vinculaciones causales
también. Dicha correlación se tilda además de
transitoria, concepto que conviene recordar al hablar del
cerebro: el cerebro es un proceso, de modo que todo es
transitorio, todo tiene razón de ser en el cambio. Changeaux
hace referencia a la descripción de la correlación, o
interacciones, entre neuronas, como un grafo.

Parece ser que un grafo es un concepto matemático,
que se usa también en computación (y el cerebro puede
ser visto como un sistema de computación en parte), que
consiste en un conjunto de objetos, nodos (o vértices),
conectados por líneas, aristas (o arcos), con una
dirección determinada.

Un grafo es una forma de intuir el aspecto
morfofuncional del cerebro. El cerebro como grafo debe satisfacer
la necesidad de comportarse de modo que encuentre ese equilibrio
entre orden y desorden que se da en la mente. El concepto de
grafo empieza a tener incluso algún enfoque clínico;
véase por ejemplo: Ching S et al. Graph theory findings in
the pathophysiology of temporal lobe epilepsy. Clinical
Neurophysiology 2014; 125: 1295-1305. O véase también:
Pastor J et al. Conectividad funcional y redes complejas en el
estudio de la epilepsia focal. Implicaciones y
fisiopatología. Revista de Neurología 2014; 58: 411-19.
¿Qué son los networks? Los grafos conocidos como
networks son de varios tipos. En unos, las aristas son locales,
de una neurona a la contigua, y en su evolución se genera
orden. En otros, las neuronas se conectan sólo con neuronas
alejadas, y en su evolución sistemática se genera
desorden. En un tercer tipo se mezclan ambos, son los small world
networks, que combinan conexiones locales con conexiones a
distancia, que es lo que posiblemente ocurre entre las neuronas
del cerebro, y que precisamente es el tipo de estructura que en
su evolución genera orden y desorden a la vez. El propio
Changeaux afirma: "Una de las características del grafo
neurónico del objeto mental es tener una organización a
la vez localizada y deslocalizada" (en palabras de Atlan, de
1.979: "…entre el cristal/orden y el
humo/caos…").

¿Es el cerebro algo así como un grafo?

Para Changeaux, el cerebro como grafo es discriminado
(recortado en el espaciotiempo, definido), cerrado (el cerebro, a
determinada escala, y por su autoorganización, se comporta
como un sistema cerrado a ciertos efectos, como al efecto de la
efectividad de la subjetividad), autónomo (idea que redunda
otra vez en la de la autoorganización como base del
funcionamiento de los sistemas vivos en general y del cerebro en
particular), pero no homogéneo (es lógico, sin
heterogeneidad no habría información suficientemente
compleja como para que la mente pudiera volverse subjetiva, pues
la emergencia, de la subjetividad en este caso, requiere un
mínimo de complejidad). De modo que lo que Changeaux ha
intuido sobre la mente parece compatible con lo defendido en este
ensayo, salvo por el detalle de la sincronización, que
parece hacer difícil la inhomogeneidad necesaria para
explicar la subjetividad.

¿Puede una neurona formar parte de más de un
grafo?

Changeaux cita a Edelman (1.978) cuando transcribe lo
siguiente: "Ésto significa que una misma neurona puede
formar parte de diversos grafos de objetos mentales diferentes".
Tanto Edelman como Changeaux están de acuerdo en intuir que
el dinamismo del cerebro es tal que ciertas neuronas
probablemente serán capaces de, dicho con otras palabras,
pertenecer a más de una red neural diferente a lo largo del
dinámico proceso de los sucesivos cambios del estado
morfofuncional del cerebro por el que se forman y deshacen redes
sucesivas. Esta idea supone en la práctica otro nuevo
aumento de la versatilidad informática del cerebro que
añadir a lo que ya se ha ido diciendo hasta ahora, y es una
idea tan lógica que la han inferido más autores de
manera independiente (y a mí se me había ocurrido
también), como se irá viendo.

¿Qué es un mapa neural?

El isomorfismo parece necesario para que haya
conciencia. Changeaux dice que la semejanza entre la forma del
objeto mental y el objeto representado debe basarse en que el
grafo neuronal que va a constituir un objeto mental
isomórfico dado proceda de un mapa neural.

El concepto de mapa neural es interesante: la
información sensorial es distribuida por el cerebro como si
de una cartografía se tratara, de modo ordenado
espacialmente (aparte de temporalmente). Según la
ubicación sensorial de la que proceda la información
sensorial, se le da una ubicación espacial dada en el
cerebro. Hay una organización espacial porque, aunque los
axones van de un sitio a otro, cada axón no se mueve del
lugar que ocupa mientras conduce impulsos, su posición es
relativamente estable, y los axones contiguos tienden a ir y
venir todos del mismo sitio, dando lugar a nervios y haces. Por
ejemplo: la información sensorial sobre el tacto del cuerpo
se va repartiendo por la corteza sensorial primaria en el cerebro
según va llegando, por orden, de modo que en la corteza
literalmente se dibuja un hombre punto por punto, con los pies en
un extremo, la cabeza en el otro extremo y el resto del cuerpo en
medio (el conocido homúnculo de Penfield). ¿Puede haber
percepción subjetiva sin objeto mental? Changeaux
también denomina objetivo a lo subjetivo. Aunque lo
subjetivo tenga un carácter subjetivo por ser inaccesible
para terceros (según la definición convencional de la
subjetividad, que no es la preferida en este ensayo, como ya se
ha visto), no por ello deja de ser información objetiva.
Changeaux habla de la aparición de propiedades nuevas
conforme se pasa de un nivel de organización a otro en el
cerebro, que es una de las ideas centrales del emergentismo.
Changeaux demuestra así que, aunque no lo expresa
directamente, posiblemente también intuya de algún modo
que es el cambio de escala, como se denomina en este ensayo, lo
que tiene que ver con la emergencia de la subjetividad, por
ejemplo. En cuanto a Epicuro y su frase: "El alma no piensa
jamás sin imágenes", podría reconvertirse
simplemente en: la mente piensa en imágenes. Y podría
reenunciarse otra vez como: la mente piensa si piensa en algo,
sino, no piensa, o también: no hay sujeto sin objeto, y
también: no hay conciencia sin mente, así como no hay
subjetividad sin mente, ni mente sin conciencia, ni subjetividad
sin conciencia.

Esta frase de Epicuro tal vez haya inspirado a Hegel,
que identificó sujeto con objeto, que quizá fue lo que
llevó a Schrödinger a concluir que sujeto y objeto son
una sola cosa, y si sujeto y objeto (mental) son una sola cosa,
el sujeto no es un ente concreto, y por tanto las referencias a
la concreción del sujeto, del yo, que se llevan a cabo en
este ensayo, se hacen en sentido figurado. David Bohm
escribió que las personas piensan a base de
imágenes.

La intuitiva frase de Epicuro es casi axiomática
todavía en la actualidad, parece difícil refutarla en
su idea fundamental: para ser conscientes, hay que ser
conscientes de algo.

Locke decía al respecto que nada hay en el
entendimiento que no haya estado antes en los sentidos. Lustros
de investigaciones sobre el cerebro, como las llevadas a cabo por
Zeki, no hacen otra cosa que corroborar poco a poco este
"corolario" fundamental, mediante comprobaciones de laboratorio,
"corolario" que, por tanto, podría ser correcto. ¿Es el
yo consciente un objeto consciente? La información
transmitida en las sinapsis da cuenta de la realidad, de un modo
consciente, y con significado. Dicha información abstracta,
representativa de la realidad, son los objetos mentales, y dado
que sirven para integrar comportamientos congruentes a escala con
la realidad, y de modo compatible con la realidad (coherentes en
el sistema a la vez que con la realidad, es decir, verdaderos al
mismo tiempo que la realidad es verdadera a ciertos efectos en
determinada escala, y con un error despreciable en la
práctica –por ejemplo, una cebra piensa en huir de un
león a la vez que un león se acerca para
comérsela-), dichos objetos mentales dan cuenta de la
realidad, y al ser efectivos como si no fuesen idénticos a
su sustrato (se percibe un león, no a unas neuronas
percibiendo un león) se puede considerar que son
información consciente, objetos reales conscientes, o visto
desde otro punto de vista, objetos conscientes de la realidad, y
en algunos casos, cuando el objeto es subjetivo, sujetos
conscientes de la realidad, un yo consciente.

Cerebro, caos y
entropía

¿Cómo puede haber orden en la mente si el cerebro
es un sistema caótico?

En el cerebro un área neural determinada no se
dedica a cualquier cosa, sino a ciertas funciones determinadas.
Dicho reparto de funciones viene en parte de fábrica, al
estar impreso en los genes. Por ejemplo, no hay que aprender a
mamar, se nace con dicha función supuestamente impresa en
los genes. Ha de haber unos genes que den forma a ciertas
áreas neurales para nacer sabiendo mamar, pues no es preciso
aprenderlo, o apenas. En cambio, otras funciones neurales deben
desarrollarse durante la vida, deben aprenderse, lo cual da una
idea de la versatilidad de las redes neurales, en parte
"rígidas" (otra forma de notarse el orden) y en parte
"flexibles" (otra forma de notarse el desorden inherente al
sistema nervioso). No hay que olvidar que en el cerebro hay,
dicho en sentido figurado, una "pugna" entre orden y
desorden.

Al ser un sistema suficientemente complejo es posible
que presente lo que Bonev denomina "intermitencia", en su
artículo Teoría del caos, lo cual quiere decir que del
caos puede surgir el orden y del orden el caos, sucesivamente,
incluyendo una alternancia entre irregularidad y periodicidad
también.

Parece ser que el cerebro es un sistema caótico
pero con tendencia a la estabilidad (aunque se desconoce qué
ejercería el papel de atractor extraño en el caso de la
mente, o si tal cosa tiene sentido; un atractor es el todo, o el
conjunto, hacia el que un sistema tiende a evolucionar al cabo
del tiempo, y un atractor extraño es un atractor que resulta
impredecible y por tanto propio de sistemas especialmente
complejos, y se caracteriza por presentar estructura en todas las
escalas).

Los sistemas caóticos se denominan no lineales, y
los no caóticos, o deterministas, lineales. De modo que el
cerebro es un sistema no lineal.

Hay un trabajo (Coherencia global inducida por ruido o
diversidad en sistemas excitables, llevado a cabo por Tessone C.
J., Sciré A., Toral R. y Colet P.) según el cual en
sistemas excitables (como el neuronal), tomados como "rotores
activos globalmente acoplados", un aumento del desorden a escala
microscópica puede tener como resultado a escala
macroscópica un mayor orden. Dicho aumento del desorden
podría deberse a un aumento del ruido, a la diversidad en
las frecuencias naturales, o a una disminución del
acoplamiento entre los osciladores implicados, que tanto tienden
a sincronizarse, a desincronizarse, como a fluctuar entre ambos
estados alrededor de un punto fijo. ¿Cómo se equilibra
el orden con el desorden en el cerebro para que la mente sea
eficaz? La versatilidad neuronal a la que se ha hecho
mención, y su capacidad de adaptación a una
presión ambiental cambiante, se debe a las propiedades de
las neuronas, siendo una propiedad importante la plasticidad
neuronal. Aunque las neuronas no se reproduzcan en un adulto
(como sí lo hacen, por ejemplo, las células de la
piel), sí que sus conexiones con otras neuronas "nacen,
crecen y mueren" continuamente, éste es el "truco", de tal
modo que, aunque, por ejemplo, la personalidad no se pierda del
todo, se pueda seguir aprendiendo. Las neuronas permanecen en lo
posible constantes hasta cierto punto, con cierto nivel de
estabilidad, de modo que la mente es un sistema caótico,
pero no inestable, sino con tendencia a la estabilidad, a ciertos
efectos en determinada escala al menos. Las conexiones, la
interacción entre neuronas, poseen un margen de cambio, con
un error despreciable en lo que se refiere al mantenimiento de,
por ejemplo, la personalidad intacta con el paso de los
años: cada uno es siempre la misma persona de un día
para otro (o éso cree uno), y al mismo tiempo el margen de
cambio en la mente es suficiente para poder adaptarse como
individuo al cambiante entorno con eficacia, por ejemplo, para
aprender.

¿Tienen algo que ver la termodinámica y el
cerebro?

El aumento de la entropía con el tiempo es el
enunciado del segundo principio de la termodinámica. La
entropía es la medida del desorden de un sistema. El primer
principio de la termodinámica dice que la energía no se
crea ni se destruye, sino que sólo se transforma, y
también establece la equivalencia entre trabajo y calor. El
primer principio fue intuido por Mayer en 1.840 y enunciado en
1.845. Energía viene del griego, de la palabra ergon, que
significa acción. El concepto de energía fue
introducido por Young en 1.807.

El primer principio establece que la energía en el
universo permanece constante, pero no dice cómo evoluciona
en el tiempo; de éso se encarga el segundo principio, que
dice que la entropía aumenta con el tiempo.

El segundo principio se gestó en 1.824 en los
trabajos de Carnot, que luego fueron difundidos por Clapeyron y
Clausius. Clausius aclaró que el calor no pasa
espontáneamente de un cuerpo frío a un cuerpo
caliente.

El primer principio es un principio de conservación
de la energía, y el segundo principio es un principio de
evolución, y ambos han sido comprobados sobradamente.
Según este segundo principio, los procesos sistemáticos
son irreversibles: una vez que un sistema cambia con el tiempo no
puede volver al estado inicial, y el nuevo estado está
desordenado en comparación con el estado anterior, así
que el desorden, la entropía, aumenta con el tiempo de modo
inevitable. Esta irreversibilidad implica que no se puede ir
marcha atrás en el tiempo de manera sistemática: un
sistema no se reordena, recuperando su estado anterior (es
más, aunque recuperase un estado similar al anterior, no
sería el estado anterior, sólo lo parecería; por
ejemplo, si tiramos sin querer un jarrón al suelo y volvemos
a colocarlo en el mismo sitio, ya no sería el mismo sitio,
pues, por ejemplo, el planeta tierra ya no estaría en el
mismo sitio).

La entropía aumenta en el universo, que se
desordena sin cesar. El cerebro es parte del universo; si se
idealiza al cerebro, categorizándolo como sistema
termodinámico dentro del universo, en el cerebro se cumple
lo mismo que en el resto del universo: es un sistema en el que lo
que ocurre es que la entropía aumenta con el tiempo.
¿Es el cerebro un sistema autoorganizado? El cerebro se
autoorganiza, es decir, funciona como si su dinamismo dependiese
de su propia energía, como si fuese un sistema
termodinámico cerrado en la práctica en determinada
escala con un error despreciable. Es un sistema vivo, por tanto
autoorganizado, de modo que localmente parece reducirse la
entropía (neguentropía) en determinada escala, pues
aumenta el orden a ciertos efectos, por ejemplo, se edifica la
estructura morfofuncional del cerebro de modo organizado a escala
neuronal, a escala de red, etc. (recuérdese, por ejemplo, la
somatotopía). Pero en todo momento en que la
autoorganización ocurre el cerebro irradia calor, no es un
sistema cerrado a todos los efectos, por lo que en el
cómputo global, a pesar de esa autoorganización
aparente, efectiva a ciertos efectos con un error despreciable en
la práctica (por ejemplo al efecto de que tenga lugar la
somatotopía), dicha irradiación de calor, fruto, por
ejemplo, de la oxidación de la glucosa en las neuronas,
supone que la entropía aumenta de hecho, aunque nos parezca
lo contrario, aunque nos parezca que no es un sistema abierto, a
ciertos efectos en determinada escala y con un error despreciable
en la práctica (por ejemplo, al efecto de que intuitivamente
nos parezca que el solipsismo podría tener
sentido).

Lo que pasa es que la continua entrada de glucosa en el
cerebro y la alta tasa de oxidación garantizan que la
producción y la pérdida de calor se compensen, dando la
impresión de haber autoorganización a ciertos efectos,
por ejemplo, al efecto de lograrse un isomorfismo en la
representación mental de la realidad.

¿Cómo es que hay orden en el cerebro, si su
entropía aumenta?

Clausius acuñó el término entropía
en 1.854, con el significado del contenido de transformación
de un cuerpo. Según el segundo principio de la
termodinámica, para todo sistema cerrado (y el cerebro puede
ser tomado como sistema cerrado a ciertos efectos con un error
despreciable en la práctica, a escala macroscópica
confinada, es decir, a simple vista) la entropía no aumenta
si la transformación del sistema es reversible, de lo
contrario, aumenta en busca del equilibrio. En el cerebro, la
entropía aumenta, pero a escala macroscópica confinada
no se percibe del todo, por ejemplo, el yo consciente persiste
efectivamente en forma de yo consciente mientras esté
teniendo lugar la percepción subjetiva, de modo que la
experiencia consciente transcurre con cambio, pero como si la
entropía aparentemente no aumentase a efectos de la
subjetividad, como si la mente fuese un sistema cerrado a ciertos
efectos, por ejemplo, al efecto de la percepción subjetiva,
de la efectividad del yo consciente, lo cual hace posible la
percepción consciente a escala macroscópica confinada,
pues hace posible que el cambio (entropía-desorden), sea
efectivo a gran escala como información-orden, con lo cual,
el aumento del desorden es efectivo como aumento de orden, como
organización, como aumento de la información
(abstracta) en el sistema, como mente.

La información es la inversa de la entropía,
la entropía es la medida del aumento del desorden, y la
información la medida del aumento del orden.

Mediante el cambio de escala es posible la
percepción subjetiva a escala macroscópica de manera
continua, sin que a escala macroscópica confinada cambie el
carácter subjetivo de la percepción subjetiva a pesar
del cambio en el contenido de la mente durante el proceso mental
subjetivo. ¿Cómo afecta la flecha temporal al cerebro?
Esta descripción "termodinámica" del cerebro es posible
porque el cerebro está sometido a la vinculante flecha
temporal que se tiene en cuenta tomando sistemas grandes (grandes
conjuntos de interacciones), que en conjunto, como un todo, se
caracterizan por evolucionar invariablemente del pasado al
futuro, hacia el aumento del desorden. Supóngase (en sentido
figurado) que el universo fuera una sopa de letras
(partículas elementales en la "sopa" del vacío). En tal
caso la expansión del universo y el movimiento
sistemático de las partículas (de acuerdo con las
fuerzas electromagnética, gravitatoria, nuclear fuerte y
nuclear débil) conllevaría que en la sopa de letras se
fueran formando grupos desordenados de letras al remover con la
cuchara en la sopa. Las palabras parecen a simple vista orden que
surge en el seno del desorden (parecen tener sentido, y de hecho
lo tienen a ciertos efectos en la práctica y con un error
despreciable en determinada escala), pero es un orden aparente,
porque curiosamente las palabras se forman al desordenar las
letras, no al ordenarlas. Algunos grupos de letras serán
palabras que a un observador de grupos de letras le
parecerán orden dentro del desorden, al tener la forma
ordenada esperada: de palabras. Pero dichas palabras serán
en el fondo otro modo de desordenarse las letras en la sopa de
letras.

Los sistemas autoorganizados, como los sistemas vivos
(sistemas que aparentan ser cerrados a ciertos efectos) pueden
provocar un aumento local de la tasa de formación de
palabras en la sopa de letras (en sentido figurado). Pero en
ningún plato de sopa deja de aumentar la entropía,
aunque parezca un sistema cerrado, ya que, por ejemplo, todo
plato de sopa humea, todo plato se enfría, todo plato
irradia calor al resto del universo. El cerebro también es
un sistema local, es otro plato de sopa de letras (en sentido
figurado). Y el cerebro irradia calor todo el rato, oxida la
glucosa que toma del exterior para formar palabras e irradiar
calor.

El cerebro estrictamente no es un sistema cerrado
(sólo lo parece a ciertos efectos), y estrictamente la
entropía aumenta con el tiempo en todas partes, en el
cerebro, también.

Para que un sistema quebrantase la segunda ley, todas
las letras del plato tendrían que hacer algo así como
formar palabras del diccionario, algo imposible, al ser la flecha
temporal vinculante. En todo caso habrá letras que no formen
palabras conocidas, es decir, en todo caso habrá
irradiación de calor al medio. Los sistemas vivos consiguen
generar mucho orden local, más palabras de lo esperado en la
sopa de letras, por su peculiar forma de evolucionar
sistemáticamente (por ejemplo, por su autoorganización
en niveles, molecular, celular, etc.; por intervención de la
conveniencia evolutiva, etc.), de modo neguentrópico. La
existencia de catalizadores bioquímicos (enzimas) tiene que
ver también con esta peculiaridad. Pero todo ello sigue
siendo desorden, no obstante. ¿Cómo se interpretó
a escala microscópica el aumento de entropía?
Boltzmann, en 1.877, dio la interpretación microscópica
del aumento de entropía, explicando que el aumento de
entropía en un sistema, y la irreversibilidad de su
evolución, consistía en una evolución desde un
estado más ordenado a uno menos ordenado de las
partículas del sistema. Para esta explicación
necesitó inventar el concepto de entropía
estadística, de modo que en vez de recurrir al concepto del
calor del sistema, recurrió a hablar de los microestados del
sistema, del estado o probabilidad de la ubicación
espaciotemporal de cada elemento del sistema. ¿Cuáles
serían los microestados del cerebro como sistema? El cerebro
también está formado por un elevado número de
elementos, las neuronas (que son elementales y fundamentales
desde un punto de vista macroscópico, dentro de un margen de
error aceptable a ciertos efectos) y sus estados: potencial de
reposo-potencial de acción, carga- descarga (hasta cierto
punto, recuerda a un sistema digital de ceros y unos).

El estado de una neurona en la práctica es un
continuo entre la carga y la descarga en determinada escala, pero
al existir la sinapsis es posible la discontinuidad también
en la práctica a ciertos efectos, como intuyó
Ramón y Cajal, por ejemplo, es posible establecer una
dicotomía entre carga y descarga, y algo así como una
"digitalización" de la transmisión de la
información a través de las sinapsis, de modo que los
microestados del cerebro son los microestados de las sinapsis,
las cuales, o están transmitiendo, lo que serían unos,
o no están transmitiendo los unos, es decir,
verificándose ceros. La transmisión en este sentido es
"cuántica", por decirlo de algún modo, pues se
cuantifican algo así como ceros y unos.

Además, los dos estados de las sinapsis, al ser
posibles, dependen también de una probabilidad, es decir, de
la detectabilidad determinable con algún parámetro en
una ubicación precisa de la dimensión espaciotemporal,
dependen de la comprobación del estado posible.

En 1.877 Boltzmann definió la entropía como el
número de estados microscópicos distintos en los que
pueden hallarse las partículas de un trozo de materia de
manera que siga pareciendo el mismo trozo desde un punto de vista
macroscópico. Extrapolando esta descripción al cerebro,
pues resulta que el cerebro, que es un objeto macroscópico,
también cambia de estado, al cambiar de estado sus elementos
constituyentes, las neuronas, por ejemplo, que son objetos
microscópicos. Aunque el cerebro cambie de estado en la
escala microscópica, en la escala macroscópica sigue
siendo el mismo cerebro a ciertos efectos (por ejemplo, al efecto
de la estabilidad del yo, por ejemplo, al efecto de la
estabilidad de su continuidad dentro de un margen de error
aceptable en la práctica, es decir, de manera convincente en
su ilusoria apariencia en la práctica), lo cual se refleja,
por ejemplo, en que de un momento a otro, en la práctica, la
experiencia consciente subjetiva, que es macroscópica y
confinada, no cambia, sigue siendo subjetiva, sigue siendo un
mismo yo el que (en sentido figurado, aunque sea así como
uno lo percibe ilusoriamente) ejerce de "espectador" de una
realidad cambiante ante sí, y ésto es así aunque
el cambio de estado sea apreciable también a escala
macroscópica, pues el contenido mental de la subjetividad va
cambiando sobre la marcha, como al ir leyendo estas
palabras.

La consecuencia, en la práctica, es que el sujeto
cree ser todo el rato el mismo espectador macroscópico, y
único e individual, de una realidad cambiante. El sujeto
cree ilusoriamente que es la realidad la que cambia ante él,
no él con la realidad tal como la mente la va representando.
El cerebro no cambia tanto a escala microscópica como para
que se note a escala macroscópica que el sujeto no es algo
concreto, sino el mismo proceso de cambio observado desde otro
punto de vista con menos resolución (el punto de vista
macroscópico confinado, evidentemente). El hecho es que el
sujeto sí cambia con la realidad, y por tanto la
concreción del yo, y por ello la propia esencia de nuestro
ser, no sería más que otra convincente
ilusión.

¿Cómo se autoorganiza el cerebro? En el
cerebro en particular, y en los sistemas vivos en general, el
orden emerge en la escala microscópica (escala celular) y
también en la escala macroscópica (la escala del
espécimen pluricelular de gran tamaño). A finales del
siglo 20 se demostró que era posible, localmente, pasar de
un estado menos ordenado a uno más ordenado sin contradecir
el segundo principio. La aportación de Prigogine fue
fundamental para entender la posibilidad de esta situación
característica de los seres vivos en particular, seres
caracterizados por esta capacidad para la autoorganización.
Para entender tanto orden local, como el de la mente, por
ejemplo, no bastaba con entender que a pesar del ordenamiento
local el desdorden general seguía aumentando. Para entender
estos fenómenos se requería, según Prigogine, que
localmente aumentase la entropía, justo alrededor del foco
que se ordenaba, más que el aumento de entropía media
del entorno. Este requisito parece que se cumpliría en el
caso del cerebro, dada la gran tasa de irradiación de calor.
Al enfriarse a tanta velocidad se justificaría su gran orden
local. El continuo aporte de glucosa y su gran tasa de
oxidación (que produce calor) permite que el cerebro durante
un tiempo (una vida, por ejemplo) mantenga su temperatura
constante, y suficiente para la vida, al lograrse temporalmente
un equilibrio entre lo que se enfría y lo que se calienta,
entre el calor que genera y el que pierde.

El mecanismo molecular para lograr este equilibrio es
complejo, y relativamente costoso (se necesitan muchas
kilocalorías al día para sostener esta situación;
el 25% de la energía del cuerpo es consumida por el cerebro,
que supone el 2% del peso del cuerpo en comparación) y se
acopla a diversas escalas (lo cual constituye una
termodinámica no lineal).

Un sistema en equilibrio tiene menos posibilidades para
generar tanto orden, orden que ocurre preferentemente en sistemas
alejados del equilibrio, que permiten impulsar una evolución
constructiva del sistema.

¿Cómo se obtiene la información?

La información es una medida del desorden, es la
inversa del desorden, según definición de
Shannon.

Para determinar la inversa del desorden parece ser que
es preciso un observador que haga la operación, que mida el
desorden.

En el caso de la subjetividad, el observador es la
propia observación, dado que sujeto y objeto mental
probablemente son una sola cosa.

La información aparece cuando los elementos de un
sistema se ordenan, lo cual ocurre cuando la entropía
permanece constante o disminuye, para lo que se requiere la
presencia de un observador, de algo que interaccione con el
sistema actuando como observador del sistema. Una
interacción es una medición, un cambio transmitido de
un objeto a otro; si el objeto A interacciona con el objeto B, el
cambio en B es una medida de A; lo que pasa es que al medir a B
también se cambia a B, por lo que la medida que se obtiene
de B ya no es lo que B es, sino lo que era.

¿Es la mente un ente material o inmaterial?

El cerebro, definido como sistema con entropía,
encaja dentro de la descripción de Boltzmann de la
entropía. A pesar de los cambios microscópicos en el
cerebro, la subjetividad sigue siendo una experiencia
macroscópica, única, individual y confinada de manera
estable a lo largo del proceso. Por tanto, si la mente, lo que el
cerebro hace con la información abstracta, no fuese un
proceso físico sistemático, por ejemplo, materia,
energía e información, difícilmente sería
posible definir la subjetividad de este modo.

¿Qué es el orden?

De acuerdo con la definición de Shannon y Weaver,
de 1.949, en su libro The mathematical theory of communication,
la información es una interacción entre objetos y un
cambio de sus estados, que implica una comunicación de dicha
información; y la información es la medida de la
inversa de la entropía en el sistema constituido por objetos
e interacciones. La inversa de una magnitud es otra
magnitud… pero inversa, lo cual supone, desde un punto de
vista intuitivo, cambiar el punto de vista. Por ejemplo, si se
toma un círculo, el radio es una línea recta entre el
centro y la circunferencia. Pues bien, la inversa del radio, que
es una magnitud dada, curiosamente es la medida de la curvatura
de la circunferencia en el punto en el que el radio toca a la
circunferencia, que no es más que otra magnitud dada
alcanzada por otro parámetro. Dado el radio r, la curvatura
de la circunferencia, c, no sólo es proporcional al radio (a
más radio, menos curvada será la circunferencia, y
viceversa) sino que su relación es c = 1/r que es
exactamente la inversa del radio.

Con la entropía y la información ocurre algo
parecido, la información es la inversa de la entropía.
Si la entropía es la medida del desorden de un sistema, la
información es la medida del orden del mismo sistema desde
el punto de vista de un observador. Por tanto, la
información, el orden, no deja de ser más que otra
forma de desordenarse el sistema, con apariencia de orden desde
cierto punto de vista, y desde ese punto de vista parecerá
orden (mente, por ejemplo) porque se habrá consumido
energía para que parezca que se ha ordenado (se ordena al
observarlo porque para el proceso de observación se invierte
energía, por ejemplo, glucosa, en el caso del
cerebro).

¿Es la mente un sistema cerrado?

El sistema mente (el conjunto de los objetos mentales y
sus interacciones) no es cerrado, sólo lo parece a ciertos
efectos con un error despreciable en la práctica, pues es
parte del cerebro, que no es un sistema cerrado a todos los
efectos.

¿Cómo surge el orden en el cerebro?

El orden aparece en el cerebro, por ejemplo, cuando
desde cierto punto de vista se mide el sistema como si fuera
cerrado, despreciando la energía que pierde el sistema (el
calor irradiado por el cerebro, calor que no es computado por las
neuronas mientras piensan), y considerando que las interacciones
entre los elementos del sistema son categorizables como formas
emergentes en el sistema, es decir, información (o
adopción de una forma por un sistema dinámico durante
su evolución).

Si el universo fuera una sopa de letras, las formas
serían las palabras que se formaran al desordenarse el
sistema, y que por su aspecto regular le parece orden a un
observador capaz de darle importancia a dicha información en
forma de palabras, por ejemplo, al creer que entiende su
significado, lo cual es posible para el observador por el hecho
de moverse en ciertas escalas que hacen posible la
percepción de la efectividad de las palabras como formas
ordenadas y con significado (además, como la selección
natural se ha "encargado" de que haya congruencia entre las
palabras de la sopa de letras que en sentido figurado es el
cerebro, y las palabras de la sopa de letras que es el mundo,
esta ilusión de acuerdo con la cual el sujeto cree que
entiende lo que observa se completa, pues para un observador, por
conveniencia evolutiva, no hay duda de que un tigre es un
depredador peligroso, por ejemplo, cuando no es más que un
montón de partículas elementales sometidas al aumento
de entropía, como parte de un universo en expansión que
se enfría y poco más, independientemente de lo que
transitoria e intrascendentemente parezca que el tigre está
haciendo a escala macroscópica). Cuanto más
neguentrópico el sistema (cuanto más alejado del
equilibrio), más neguentrópico será y más
palabras se formarán, y si es más neguentrópico
todavía, si irradia más calor, las palabras incluso
formarán conceptos con sentido, frases, y así
sucesivamente hasta llegar a un equilibrio.

El equilibrio se alcanzaría cuando las letras
estén tan separadas como para no poderse formar más
palabras en el futuro desde el punto de vista de cualquier
observador, que en el caso del cerebro humano equivaldría,
por ejemplo, a la extinción de la especie humana.

¿Influye la escala a la hora de surgir el orden en un
sistema?

Las microscópicas gotas de una nube pueden adoptar
determinadas formas emergentes a escala macroscópica, al
interaccionar entre sí, es decir al cambiar sus posiciones
relativas en el seno de la nube, forma de osezno, de oveja, de
ferrocarril, incluso de nube, etc. Las microgotas de una nube no
son partículas elementales, electrones, neutrinos, quarks, y
sus respectivos bosones, y sin embargo las microgotas pueden
comportarse como si fuesen los elementos fundamentales de la
forma de osezno u oveja de la nube desde el punto de vista de un
observador a simple vista, pues desde esta escala
macroscópica los oseznos se reducen a microgotas de hecho en
la práctica con un error despreciable.

De manera análoga, las microscópicas neuronas,
que tampoco son partículas subatómicas elementales, a
partir de sus interacciones, a partir de la forma del
caleidoscópico dibujo tejido en las sinapsis en función
de si están en reposo o activas, adoptan formas, por
ejemplo, desde el punto de vista de la dimensión espacial,
adoptan la forma somatotópica de la distribución del
estado de la sensación del tacto por el cuerpo, o la forma
de las imágenes por retinotopía, y se adoptan y
cartografían otras formas más abstractas, como frases,
imágenes e incluso conceptos más abstractos con los que
se piensa de manera más abstracta, ideas con formas tan
abstractas que a partir de cierto punto ya ni se acompañan
de imágenes, sonidos, ni demás propiedades
organolépticas, y que sin embargo de algún modo
"fantasmagórico" están ahí patentes aunque casi ni
lo parezca, todo lo cual no deja de ser otra cosa que cierta
manera de asociarse e integrarse la actividad neural.
¿Qué es la metaestabilidad? En cuanto a la
heterogeneidad del cerebro, al diverso grado de actividad que
presenta cada neurona en comparación con las demás en
cada momento en que se considere dicha actividad, ya se ha dicho
que se considera algo obligatorio para que el cerebro responda a
la complejidad de su tarea con éxito desde el punto de vista
de la evolución.

Al contemplar con perspectiva lo que se supone que se
sabe sobre anatomía morfofuncional del cerebro, se observa
que la información viaja por circuitos paralelos, que
confluyen o convergen en diversos puntos, con lo que la
información se asocia para integrarse en esos puntos. Y en
dichos puntos la información divergirá otra vez, para
reintegrarse y desintegrarse más allá una y otra vez,
tejiéndose un proceso de gran complejidad. No hay que
confundir este equilibrio entre integración y
desintegración, que tiene que ver con la heterogeneidad del
sistema, y con su complejidad y posible adaptabilidad a un
entorno así mismo complejo y cambiante, con el equilibrio
entre la predecibilidad y la impredecibilidad del comportamiento
neuronal, también necesario para la adaptabilidad al entorno
cambiante e impredecible. El equilibrio entre integración y
desintegración se diría que tiene valor en una escala
cada vez (tiene que ver, por ejemplo, con lo que se observa que
hacen las neuronas a escala microscópica), mientras que el
equilibrio entre predecibilidad e impredecibilidad da la
impresión de depender del cambio de escala en el sistema, y
por tanto tendría que ver con la emergencia de la estructura
en red y con la efectividad de la mente como gestora de la
actividad del individuo macroscópico de manera congruente en
la escala macroscópica.

Esta mezcla equilibrada entre integración y
desintegración de los elementos de un sistema dinámico
se conoce como metaestabilidad, y explica que el cerebro sea
eficaz como cerebro para algo tan básico, por ejemplo, como
que los ojos puedan dirigirse, ambos, en un momento dado, hacia
la derecha, y al momento siguiente hacia la izquierda; a
ésto se refiere esta idea de la metaestabilidad. ¿Es el
cerebro un sistema completo (que no se debe confundir con
complejo)? El complejo comportamiento neuronal se basa en la
capacidad de autoorganización de los sistemas vivos. Los
sistemas vivos, como pueda ser el caso del cerebro considerado
como sistema, o como subsistema dentro del sistema nervioso, son
sistemas termodinámicos abiertos, toman energía del
entorno y desprenden energía al entorno, de modo que su
evolución, incluida la complejidad de sus estados, así
como la posibilidad de un aumento de esa complejidad con el paso
del tiempo, como es el caso del cerebro, dependen de la entrada
de energía desde fuera del sistema, por ejemplo, del aporte
de glucosa al comer. Pero, a ciertos efectos, por ejemplo, en
cierta escala, el cerebro se comporta, con un error despreciable
en la práctica, como si fuese un sistema cerrado, lo cual
hace posible esa percepción de la realidad como si uno fuese
un espectador individual de la misma.

La autoorganización hace posible que a ciertos
efectos el sistema abierto que es el cerebro dé la
impresión de ser un sistema cerrado, dando lugar a
situaciones ilusorias, como la del solipsismo, o doctrina
según la cual la mente subjetiva sería un ente concreto
en esencia o a todos los efectos.

Un objeto es lo que un observador determina como objeto.
La mente es un sistema de categorización de objetos en el
terreno de la abstracción, y los objetos mentales son los
elementos (las partes elementales) de la mente tomada como
sistema. Un sistema completo sería aquél cuya secuencia
de interacciones peculiares convergiese o continuase en todo caso
en otro elemento del sistema. Éste no es el caso del cerebro
a pequeña escala, pues las neuronas se continúan con el
exterior; por ejemplo, toman glucosa del exterior, y por otro
lado emiten al exterior fotones de radiación infrarroja,
calor (de nuevo surge otra analogía, quizá sin sentido
también, pero que es evidente en este caso, pues estas ideas
recuerdan a las del teorema de incompletitud de Gödel).
Pero, a gran escala, la mente puede ser considerada un sistema
completo a ciertos efectos en la práctica con un error
despreciable, por ejemplo, a efectos de achacar a un sujeto
concreto sus propios pensamientos, y no a un proceso en cadena
que empieza y termina en el entorno siendo el sujeto uno de sus
eslabones.

Esta posibilidad da pie por tanto al solipsismo, pero
sólo es una ilusión que depende en definitiva y
fundamentalmente de la capacidad de autoorganización de este
organismo en particular y de la incapacidad de darse uno cuenta
desde la escala macroscópica, por falta de resolución,
de la multiplicidad de elementos implicados en la efectividad del
yo (de ahí el interés en averiguar cómo
podría tener lugar este cambio de escala y el confinamiento
en dicha escala).

¿Impide la incompletitud del cerebro el cambio de escala
en el sistema?

La incompletitud del cerebro (el que no sea un sistema
completo) impide al cerebro ser un sujeto concreto en esencia, o
a todos los efectos, pero no le impide ser un sujeto consciente
con un error despreciable en la práctica a ciertos efectos,
a simple vista, como si fuera concreto al menos a simple vista,
pues la incompletitud no impide el cambio de escala (no impide la
percepción a escala macroscópica confinada mediante la
actividad funcional de un sistema cuyos elementos fundamentales
son piezas microscópicas, las neuronas), y, por tanto, no
impide que la concreción del sujeto, aunque ilusoria, sea
efectiva como tal a escala macroscópica confinada con un
error despreciable en la práctica.

¿Cómo se logra la ilusión del solipsismo?

Una de las maneras por las que ocurre la ilusión
del solipsismo, por ejemplo, en un caso práctico, una de las
maneras por las que la percepción de la realidad mediante el
lenguaje es completa, a pesar de ser el lenguaje un sistema
incompleto (toda palabra se define con otras palabras, por lo que
hay palabras las cuales finalmente quedan sin definir),
probablemente consista en integrar la descripción de la
realidad, verificada mediante el lenguaje con palabras, con la
descripción de la realidad verificada mediante sensaciones
(por ejemplo), de modo que la incompletitud de las palabras queda
completada suficientemente con la información extra que
aportan, por ejemplo, las sensaciones. Mediante este tipo de
mecanismos se lograría una completitud efectiva a ciertos
efectos en la práctica en el caso de la mente.

¿Es el cerebro una estructura disipativa?

La autoorganización de los sistemas vivos es un
asunto crucial en biología. La autoorganización
conlleva orden, regularidad, estabilidad, principios posiblemente
necesarios para tener éxito en la lucha por la supervivencia
tal como ésta transcurre. Tómese por ejemplo el
carácter regular del comportamiento de una neurona: de modo
regular, una y otra vez, se verifica que, o descarga un impulso
bioeléctrico, o no lo descarga, y la descarga la lleva a
cabo de un modo estereotipado, lo cual hace posible que, a pesar
del desorden, sea posible la efectividad de cierto orden en el
sistema nervioso ya a escala neuronal, es decir,
microscópica. A escala microscópica hay un patrón
de comportamiento estereotipado, estable y constante (y por ello
"aprovechable" a escala macroscópica), hasta cierto punto
periódico e incluso predecible con un margen de error
aceptable, a pesar de la impredecibilidad fundamental (y así
predecir hasta cierto punto lo que va a ocurrir a escala
macroscópica y poder actuar en consecuencia, por
ejemplo).

Esta periodicidad, este carácter oscilatorio de la
actividad neuronal, tiene que ver con el tipo de sistema
dinámico al que corresponde el cerebro.

Prigogine propuso que no puede haber oscilaciones
(periodicidad) en un sistema termodinámico cerrado, sino
sólo en uno abierto que continuamente esté
intercambiando energía con el exterior del sistema, como es
el caso del cerebro. Además, un sistema dinámico capaz
de este grado de orden debe estar en un equilibrio
homeostático, lo que se conoce en fisiología como un
desequilibrio estable, que es lo que Prigogine llamó
"estructura disipativa".

¿Qué es la complejidad?

Prigogine señaló que este tipo de sistemas
abiertos con periodicidad deberían ser no lineales en las
relaciones entre fuerzas y flujo, y éstos precisamente son
los sistemas que exhiben el fenómeno del caos. El caos es la
forma de desordenarse (u ordenarse, según el punto de vista)
un sistema dinámico, y conlleva la impredecibilidad como
característica propia, así como el aumento de la
complejidad. Complejidad quiere decir que el estado siguiente
será distinto al anterior, lo cual incluye también la
irrepetibilidad o carácter no ergódico del sistema. La
complejidad se debe al aumento del desorden o entropía en el
sistema.

También se puede entender la complejidad como el
aumento de estados del sistema, tanto en cantidad como en tipos
de elementos (y por tanto de interacciones), y puede deberse a la
incorporación de la energía que entra en el sistema en
forma de elementos, como al llenar de agua una piscina, al cambio
de las interacciones entre los elementos del sistema, o a ambos,
como en un caleidoscopio, o en el cerebro.

Estas ideas que se están barajando también
deben gran parte de su contenido a la cibernética de
Wiener.

La complejidad podría estar detrás (o
quizá no) de la impredecibilidad fundamental, denominada hoy
caos, que se aprecia en la escala macroscópica, y
también detrás de que algunos fenómenos
macroscópicos sean predecibles y otros impredecibles
(independientemente de la cantidad de información
disponible, como ha apuntado Aguilar).

Según Gustavo Bueno la idea de impredecibilidad
habría permitido exponer la existencia de dos fuentes de
indeterminación o incertidumbre, una la propia de la
mecánica cuántica y la otra esa impredecibilidad a gran
escala que no tendría que ver con el principio de Heisenberg
(y la analogía entre ambos sería por tanto otra
analogía sin sentido, tal vez).

¿Qué tipos de sistemas dinámicos hay?

Hay dos tipos de sistemas dinámicos, los lineales
(predecibles) y los no lineales o caóticos
(impredecibles).

¿Qué es un sistema dinámico lineal?

Los sistemas lineales (deterministas) son aquellos en
los que el todo es igual a la suma de las partes, por ejemplo:
1+1=2.

¿Qué es el principio de superposición?

Los sistemas lineales se rigen por el principio de
superposición, según el cual, si se conocen dos
soluciones (dos estados posibles en el futuro) para un sistema
dinámico lineal, la suma de ellas es también una
solución.

¿Qué reglas rigen a los sistemas lineales?

Según parece, los sistemas lineales siguen dos
reglas: la de aditividad y la de homogeneidad. Parece ser que,
por ejemplo, los espacios vectoriales suelen permitir el uso del
álgebra lineal.

¿Qué es un sistema no lineal?

Un sistema no lineal no está sujeto al principio de
superposición, así que el todo no es igual a la suma de
sus partes.

¿Qué tipo de sistema dinámico son los seres
vivos?

Los sistemas vivos son no lineales, el cerebro incluido.
Por ejemplo: la percepción consciente de la sensación
de frío no se puede explicar como la suma algebraica de los
trenes de potenciales de acción correspondientes a dicha
sensación.

Ésto no quiere decir que el yo y sus peculiaridades
sean algo mágico, incomprensible o inexplicable; lo que
quiere decir es que el cerebro es un sistema no lineal, y por
tanto el yo ha de tener una explicación, aunque sea
contraintuitiva.

¿Es la subjetividad un fenómeno propio de un
sistema no lineal?

En el cerebro ocurre algo para que la percepción de
la sensación de frío sea un todo, y no sea reducible a
sus partes, sino que emerja con propiedad (y con efectividad
sólo a escala macroscópica al ser emergente, es decir,
el yo no es misterioso, es emergente). Dicha propiedad es la de
la subjetividad: para que la percepción del frío sea
efectiva, para que la frialdad sea efectiva, ha de ser subjetiva,
de lo contrario no será un todo (y si no es un todo no
podrá ser frialdad). De modo que en el cerebro ocurre algo
especial, y ese algo es, en principio, no lineal, es decir,
propio de un sistema vivo, posiblemente, un proceso no sólo
físico, sino además meramente
biológico.

¿Tiene que ver la no linealidad con la emergencia de
propiedades en un sistema?

La no linealidad implica por un lado la posibilidad de
la injerencia del caos, la impredecibilidad, en un sistema
dinámico, y por otro, la posibilidad de ser el todo mayor
que la suma de sus partes, es decir, la aparición o
emergencia de propiedades imprevistas, imprevistas porque no se
explican por la suma de las partes constituyentes a las que se
reduce el todo (se explican por la interacción de las
partes). Con el término emergencia se hace referencia, por
tanto, a las propiedades de un sistema que no son reducibles a
las propiedades de sus elementos.

La emergencia de propiedades en un sistema dinámico
no lineal tiene que ver con la complejidad del sistema, por lo
que probablemente haya un umbral de complejidad a partir del cual
la emergencia, de lo que sea que pueda emerger, será
posible.

La emergencia de propiedades no es fruto de la magia
(recordemos que la energía no se crea ni se destruye), sino
que simplemente se trata de sistemas abiertos, es decir, ese
"más" que es el todo frente a las partes, probablemente
viene "de fuera" (en forma de la glucosa que hará posible
que se verifiquen las interacciones entre neuronas, por ejemplo),
por éso sería posible.

¿Qué es el equilibrio homeostático?

Cuando se habla de equilibrio en biología, por
ejemplo, en el cerebro, hay que tener en cuenta que no se hace en
referencia a un punto de equilibrio en el que se encuentren
millones de neuronas en ese instante y que serviría para
explicar el carácter unitario del sujeto.

El yo consciente, las neuronas integradas en una red
subjetiva, no están en un estado fijo al que llamar punto de
equilibrio, pues la mente es cambio, ya que si cesa el cambio, la
actividad sináptica, el cerebro deja de ser
mente.

Las neuronas son células vivas. La vida no
significa equilibrio, sino "búsqueda" del equilibrio, o
tendencia hacia el equilibrio. El equilibrio es una
abstracción ideal, un punto ideal hacia el que tiende la
naturaleza, pero que no se alcanza en la práctica, sino que
se pasa de largo a través de él una y otra vez, pues la
naturaleza es dinámica, cambiante, y no permite permanecer
de manera estable en dicho punto ideal.

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