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Mas allá de las palabras (página 2)



Partes: 1, 2, 3, 4, 5, 6, 7, 8

  • Símbolos universales: como la calavera en
    productos
    venenosos, las llamas en sustancias inflamables, la imagen de una
    mujer a la
    entrada de un baño, las señales del
    tránsito, los semáforos, etcétera.
  • Mensajes publicitarios: afiches, avisos luminosos,
    spots televisivos, propaganda
    radial, volantes, letreros.
  • Información noticiosa: prensa escrita,
    revistas, noticieros televisivos, radiales, computacionales
    (internet).
  • Mensajes gestuales o mímicos: poner el
    Índice sobre los labios para solicitar silencio;
    guiñar el ojo en señal de complicidad; sacar la
    lengua en
    son de burla, entre otros.
  • Manifestaciones artísticas: cuadros,
    esculturas, obras musicales, novelas,
    teatro,
    poesía, danza,
    ópera.

El acelerado avance de la ciencia y
la técnica ha permitido al hombre
contemporáneo, desarrollar medios cada
vez más sofisticados para comunicarse: telefonía celular, redes satelitales que llevan
los mensajes de un extremo a otro de la tierra en
fracciones de segundo, y que hacen posible, que veamos en
nuestros televisores, en vivo y en directo, un partido de
fútbol,
un recital o una guerra, que
están ocurriendo a miles de kilómetros distancia o
nos conectemos, vía internet, con museos, bibliotecas,
grandes tiendas u otros usuarios de todo el planeta.

Para nosotros, ciudadanos del siglo XXI, es muy natural
encender el televisor y ver a Rivaldo jugando en España;
disfrutar de un partido de basquetbol en
Estados
Unidos, observar las Olimpíadas, jugar con un dibujo animado
digitando los números de un aparato telefónico o
conectarnos con un canal de vídeo juegos. Sin
embargo, estas posibilidades son muy recientes. Nuestros abuelos
contaban sólo con la radio y, antes de
eso, el único modo de enterarse de lo que ocurría
en el mundo eran los periódicos, y cuando éstos no
existían y no se había inventado siquiera el
telégrafo, las noticias
viajaban muy lentamente de un lado a otro, a través de la
transmisión oral.

Pero el hecho de comunicarse no consiste sólo en
hablar, pues podemos pasamos horas hablando todo el día,
pero sin lograr comunicar nada porque la comunicación
implica escuchar, es una ida y vuelta del mensaje. También
el silencio, en algunos casos, es comunicación.

Cuando nos comunicamos:

  • establecemos contacto con alguien
  • transmitimos un mensaje o lo recibimos
  • expresamos nuestras experiencias, ideas o sentimientos
  • percibimos los requisitos, necesidades y problemas de
    los otros
  • nos transformamos transformando
  • transformamos la realidad que nos rodea.

Además no existe mejor comunicación que la que
se da cara a cara porque nos permite conocer las reacciones de
nuestro receptor.

El tema de la
comunicación excede los aspectos puramente
lingüísticos o verbales, ni es sólo la
transmisión de informaciones, ya que los seres humanos, lo
que comunicamos primordialmente, son modos de conducta.

La comunicación se establece de diferentes
maneras, no sólo por medio del lenguaje. Por
ejemplo, cuando un conferenciante está hablando, aunque el
auditorio no responda verbalmente, él recibe datos acerca de
su discurso,
porque los oyentes emiten diversas señales
no verbales que el conferenciante puede interpretar. Por ejemplo:
los oyentes se mueven inquietos, tosen o bostezan; significa:
aburrimiento o poco interés.
Hacen, de pronto, un silencio notable, esto comunica que
están sorprendidos o conmovidos. Miran fijamente a quien
habla o toman nota con rapidez; lo que comunica
interés.

Por lo que los gestos, el silencio y la mirada son elementos
no verbales que producen comunicación por sí mismos
o están presentes en la comunicación verbal.

Los modos de comportamiento
que integran la comunicación son:

  • la palabra (reglas gramaticales para formular
    enunciados)
  • la entonación
  • el gesto, la mímica
  • la mirada
  • el espacio interindividual
  • las reglas sociales de utilización del lenguaje
    según el interlocutor, el tema, el lugar, la
    relación con el interlocutor.

Estos comportamientos están presentes en la comunicación no verbal y en la
comunicación lingüística y son interdependientes de
la situación comunicativa o contexto.

 

ELEMENTOS QUE CONCURREN EN LA COMUNICACIÓN:
Existen diferentes esquemas de comunicación, pero nosotros
adoptaremos la que nos propone Héctor Grajales, pues es el
que responde al enfoque comunicativo de la enseñanza de la lengua.

 

La comunicación es un proceso
mediante el cual se transmiten informaciones, sentimientos,
pensamientos, y cualquier otra cosa que pueda ser transmitida. Es
un proceso, porque se lleva a cabo en un lapso de tiempo. Se
necesitan varios elementos y el tiempo suficiente para que ella,
en efecto, se realice. Con este fin, hay que pasar por varias
etapas, que -aunque muy cortas- es necesario cumplir.

En la comunicación, todos los elementos son importantes
y absolutamente imprescindibles. Si cualquiera de ellos faltara,
el proceso quedaría incompleto y la comunicación no
se realizaría.

Estamos ante una situación comunicativa, cuando
este proceso se completa sin problemas.
Entonces, cuando se produce una situación comunicativa, es
porque algo se ha transmitido. La situación comunicativa
está constituida por las personas, el lugar, el asunto y
el momento.

Por lo tanto, debemos partir de esta base: lo primero que hay
que tener, para que pueda haber comunicación, es ese algo
que se desea transmitir, el primer elemento de la
comunicación que llamaremos mensaje.

Por ejemplo, si alguien está perdido en una calle, y le
pregunta a un carabinero: "Oiga, ¿puede decirme
cómo llegar a la avenida principal?
", es el mensaje
transmitido.

Ahora bien, lo más probable es .que el mensaje que se
ha transmitido genere a su vez una respuesta. En ese caso, se
produce un mensaje nuevo, que podría ser, por ejemplo:
"Doble por la siguiente esquina".

EL MENSAJE: Por lo tanto el mensaje es la información cifrada que envía el
emisor al receptor, atendiendo a sus conocimientos, a su estatus
y a su rol. Es el producto de la
actividad elocutiva, ya que recoge la intención
comunicativa.

Es el contenido convertido en formas transmisibles tales como
expresiones orales o escritas, música, gestos, por
parte del emisor, o sea que pasa de un dispositivo a otro, por lo
que hoy se prefiere el término texto o
discurso para referirse al mensaje, que no involucra sólo
al contenido, sino que también incluye aspectos
lingüísticos cognitivos, comunicativos y
enunciativos, en particular la interacción entre las instancias emisora y
receptora que construye y reconstruyen conjuntamente el
sentido.

Otra condición de cualquier situación
comunicativa es que deben existir dos partes interviniendo en
ella. Una, es la que transmite el mensaje, y la otra, es a quien
se lo transmite.

En nuestro ejemplo, una es la persona perdida,
y la otra, el carabinero. A la parte que transmite el mensaje
llamaremos emisor, y a la que recibe, receptor.

EMISOR: Es el sujeto textual que inicia y construye el
mensaje, promueve o mantiene la comunicación, a partir de
la percepción, el desciframiento, la interpretación y la codificación de la información que
transforma en mensajes. Es el que transmite al otro su pensamiento
sobre algo.

Tiene un propósito, una intención comunicativa,
un estatus y desempeña un rol que refleja una
visión del mundo y de la relación psicosocial que
guarda con el receptor.

EL RECEPTOR: Es el sujeto real y textual que recibe el
mensaje y queda evidenciado de esta manera por las marcas formales
que aparecen en el texto.

Utiliza o continúa el proceso de la comunicación
mediante la percepción, el desciframiento, la
interpretación y la decodificación del mensaje para
responder al mensaje inicial o reaccionar ante él.

Cualquier persona o grupo de
personas puede hacer estos papeles. Por ejemplo, si se
está jugando un partido en el estadio, y toda la gente de
las graderías grita: ¡Bravo! después de una
buena jugada. Toda la gente es el emisor de ese mensaje. Y,
naturalmente, el jugador será el receptor de ese
mensaje.

Los papeles de emisor y receptor pueden ser adoptados
indistintamente por las personas, dependiendo de las
circunstancias.

Si una niña le dice a su mamá: "Te quiero", la
niña es el emisor, y su mamá el receptor. Pero
cuando la mamá, inmediatamente, le contesta: "Yo
también", entonces la mamá es el emisor y la
niña el receptor.

O sea, cuando tenemos una conversación, somos
alternativamente emisor y receptor.

Para que se produzca la comunicación, entonces, es
necesario un nuevo elemento, que llamaremos código.
Se trata de un conjunto de signos que le permite al emisor
transmitir el mensaje, de manera que el receptor pueda
entenderlo.

EL CÓDIGO: Conjunto de signos
convencionales, escogidos para cifrar y enviar el mensaje. Para
nuestro caso: el español,
pronunciado a nuestro modo y con nuestras propias palabras, que a
lo mejor significan otra cosa en Argentina o en la misma España.
Recuerda las variedades lingüísticas.

El código es el conjunto de signos capaz de servir a la
comunicación porque es compartido, comprendido por los
miembros de la comunidad.
Tanto emisor como receptor manejan el mismo código. El
signo es cualquier elemento, sonido, gesto,
grafismo, etc. que puede tener significación o sentido
para quien lo percibe. Debe ser naturalmente audible,
visible.

Existen muchísimos códigos con los que nos
comunicamos día a día. El más común
es el idioma. Cada país tiene una misma lengua, en
la que se comunican sus habitantes y por eso se entienden.

Aparte del idioma, existen muchos otros códigos, es
decir, muchos conjuntos de
signos, que utilizamos a diario. Pero, para que un signo sea
considerado como medio de comunicación tiene que tener
intención comunicativa.

Uno de ellos son, por ejemplo, las señales de
tránsito
que constituyen un conjunto de signos, que la
mayoría de nosotros manejamos, y nos permiten
comprendemos, en cualquier vía pública. Por
ejemplo, cuando el semáforo tiene la luz roja
encendida, los que están frente a él entienden el
mensaje, que es quedarse detenido. Del mismo modo, cuando en la
calle vemos varias líneas amarillas pintadas en el
suelo, sabemos
que ese es un paso autorizado para los peatones.

En estas situaciones, así como en tantas otras, vemos
que no hay ninguna participación del lenguaje. Sin
embargo, el mensaje que se da es recibido de todas formas, ya que
los receptores entienden el código que se está
empleando.

Sin embargo existe el lenguaje
que sí necesita del código o conjunto de signos
lingüísticos, es la lengua o idioma, ya sea en forma
oral o escrita. De este modo, los códigos
lingüísticos se dividen, a su vez, en código
lingüístico oral -si utiliza el lenguaje oral- y
código lingüístico escrito -si utiliza el
lenguaje escrito-.

Revisemos una situación comunicativa a modo de
ejemplo.

Mauro va por la calle caminando, junto a su hermana
pequeña.

Ve un letrero en el camino, que dice: "PELIGRO –
EXCAVACIÓN".

En ese momento, le dice a su hermana: "No te vayas a
caer".

En esta situación, hay un letrero que está
transmitiendo el mensaje:

"PELIGRO – EXCAVACIÓN".

Pero no podemos pensar que el letrero es el emisor, ya que el
letrero no puede dar ese mensaje por sí solo. Lo que
sucede es que alguien quiso transmitir a la gente ese mensaje y,
por eso, puso el letrero en ese lugar.

En este caso, el emisor sería la persona que puso el
letrero, la municipalidad, los encargados de la
excavación, o quien sea. El letrero sólo fue un
medio para transmitir el mensaje, o sea el canal.

El receptor del mensaje, sin duda, es Mauro. El código
que se ha utilizado es lingüístico, ya que el mensaje
está en español, que es un idioma, por lo tanto,
emplea el lenguaje, y es escrito, puesto que el cartel lo
está.

En una palabra, decimos que el código es
lingüístico escrito.

Pero la situación no termina ahí. Luego, Mauro,
haciendo el papel de emisor esta vez, le transmite un mensaje a
su hermanita: "No te vayas a caer". La hermana es, entonces, el
receptor de este mensaje. En este caso, el código empleado
también es lingüístico, ya que se trata de
nuestro idioma, pero esta vez se trata de un código
lingüístico oral, pues el mensaje se ha transmitido
de forma hablada.

Códigos no lingüísticos: Son
aquellos códigos que no necesitan del lenguaje. No
requieren de un idioma determinado para ser capaces de transmitir
el mensaje. Para que estos códigos sean útiles,
tanto el emisor como el receptor deben saber sus significados,
pero no tienen que saber leer ni escribir. Ello se debe a que
estos códigos, como no utilizan el lenguaje, no son
escritos ni orales.

Los códigos no lingüísticos se dividen en
código no lingüístico visual,
código no lingüístico gestual y
código lingüístico auditivo.

Código no lingüístico visual: se
transmite a través de la vista. Para captar el mensaje, el
receptor debe ver la señal que el emisor le envía.
No debemos confundir ver con leer.

En relación con el código
lingüístico escrito, también hay que verlo.
Pero no basta con eso, porque hay que saber leer y conocer el
idioma para entender el mensaje. En cambio, cuando
nos comunicamos con el código no lingüístico
visual, sólo basta con ver. Un ejemplo típico de
código no lingüístico visual es el de la
mayoría de las señales de tránsito.

ACTO ELOCUTORIO: Propósito que persigue el
emisor al enviar o presentar su mensaje, al expresar ciertas
palabras en un contexto determinado. Esta intención se
manifiesta seleccionando uno u otro tipo de enunciación o
discurso. Por ejemplo: "cállate de una vez por todas"
(orden) "es preferible que te calles" (sugerencia).

Es el acto más o menos convencional (ordenar,
preguntar, informar, comprometerse, etc.) que efectuamos al
emitir una frase determinada, tratando de influir en nuestro
receptor. Es la intención comunicativa que se cifra en el
mensaje y es sumamente importante, puesto que la misma determina
el tipo de texto y la función de
la lengua, que lleva a producir determinado texto para provocar
un efecto o una respuesta en su receptor.

Para comprender un texto debemos tomar en cuenta la
situación comunicativa que significa responder a las
siguientes interrogantes:

  • ¿Qué dice el texto?
  • ¿Quién lo dice?
  • ¿Dónde lo dice?
  • ¿Cuándo lo dice?
  • ¿Por qué lo dice?
  • ¿Para qué lo dice?
  • ¿Cómo lo dice?
  • ¿Desde donde lo dice?
  • ¿Con qué intención lo dice?

En realidad lo que descubrimos cuando comprendemos el mensaje
es la intención comunicativa y de acuerdo a esto
reaccionamos como receptores.

Pero, también cuando producimos un texto oral o escrito
creamos una situación comunicativa, vale decir tomamos en
cuenta todos los elementos de la
comunicación, por eso cuando estamos en el rol de
emisores o de receptores debemos tomar en cuenta los siguientes
aspectos:

1. ¿A quién voy a escribir?

2. ¿Para qué?

3. ¿Qué quiero decirle?

4. ¿Qué relación tengo con el
destinatario?

5. ¿Qué tipo de texto enviaré?

6 ¿En qué soporte lo enviaré?

7. ¿A través de qué modo?

8. ¿dónde y cuándo leeré mi
texto?

9. ¿Podrá comprender mi mensaje?

10. ¿Produciré el efecto que deseo?

ACTO LOCUCIONARIO: Es el que se produce cuando
hablamos, es decir cuando articulamos y combinados sonidos y
palabras que tienen sentido o referencia (por ejemplo: "La tierra se
mueve").

Está constituido por el mensaje y el código que
organiza la materia
lingüística desde el punto de vista
fonológico, sintáctico y semántico. La
locución conlleva el propósito o ilocución.
El
conocimiento del código y la capacidad para producir e
interpretar mensajes forman parte de la competencia
lingüística, lo que significa conocer el idioma o
código con todo lo que involucra este conocimiento.

Pero no basta conocer el código, sino también
hay que considerar la competencia para manejarlo, lo cual se
demuestra en la capacidad para interpretar y producir mensajes.
Si no tenemos dominio sobre la
lengua, si difícilmente elaboraremos un buen texto.

EL ACTO PERLOCUTORIO: Es el efecto producido en el
receptor por el acto locucionario e elocucionario: ofensa, miedo,
alegría, entusiasmo, etc. Acto no lingüístico
y no convencionalizado, que escapa al control del
emisor. Efecto determinado por los valores,
intereses y visión del mundo del receptor.

Toda comunicación tiene como objetivo o
meta: producir una reacción, un efecto o respuesta en el
receptor.

EL CANAL: Es el medio sicofísico a través
del cual se transmite el mensaje. Vehículo que transporta
el mensaje y distribuye a través de canales naturales,
como los sentidos, o
artificiales, como la televisión, libro,
radio,
cine.

Para que la comunicación se dé en buena forma,
es importante que el canal esté despejado. Si éste
se cierra, como cuando estamos viendo televisión
y se corta la luz o cuando
dejamos de escuchar lo que te dicen, el intercambio de
información se interrumpe.

Cada vez que hay interferencias en el canal (exceso de
ruido, varias
personas hablando al mismo tiempo, la radio
encendida mientras lees) resulta muy difícil
comunicarse.

CONTEXTO: En general, se entiende por contexto, en
lingüística, el conjunto de conocimientos y creencias
compartidos por los interlocutores de un intercambio verbal y que
son pertinentes para producir e interpretar sus enunciados, por
lo tanto son las circunstancias que rodean el momento
específico de la comunicación (situación,
estatus, rol, lugar y tiempo, medio histórico o
sociocultural del hablante y del oyente), es el momento de
realizar un enunciado.

Además el mensaje o texto se entiende dentro de un
contexto, ya que toda palabra puede tener diferentes
significaciones para cada persona, en un tiempo o en un
espacio.

Se suelen diferenciar tres tipos de contexto:

EL CONTEXTO LINGÜÍSTICO: El contexto
lingüístico está formado por el material
lingüístico que precede y sigue a un enunciado, y se
lo llama a veces contexto.

En las actividades de lectura y
comprensión oral, el contexto será de gran
importancia para inferir palabras o enunciados que no
conocemos.

EL CONTEXTO SITUACIONAL: El contexto situacional, es el
conjunto de datos accesibles a los participantes de una
conversación, que se encuentran en el entorno
físico inmediato. Por ejemplo: para que el enunciado
Cierre la puerta, por favor tenga sentido, es necesario que haya
ciertos requisitos contextuales que son parte de la
situación de habla: que haya una puerta en el lugar donde
ocurre el diálogo, y
que esté abierta, entre otras cosas.

EL CONTEXTO SOCIOCULTURAL: El contexto sociocultural es
la configuración de datos que proceden de
condicionamientos sociales y culturales sobre el comportamiento
verbal y su adecuación a diferentes circunstancias. Hay
regulaciones sociales sobre cómo saludar, por ejemplo, o
sobre qué tratamiento o registro
lingüístico usar en cada tipo de
situación.

REFERENTE: Objeto al que hace referencia el mensaje,
realidad a la cual se refiere la comunicación. Es decir,
los hechos, las personas, los objetos, los procesos, las
características; el mundo con toda su complejidad. De
qué trata el texto, qué contiene.

ALGUNAS OBSERVACIONES SOBRE LA COMUNICACIÓN: No
siempre los mensajes pueden llegar con la claridad deseada, sino
que muchas veces, en su transmisión se producen
interferencias, que técnicamente se llaman ruidos,
entendidos como perturbaciones, que generalmente distorsionan o
desvían el mensaje. El ruido sea intencional o casual, es
el obstáculo más común a la
comunicación correcta, lo que dificulta su
captación y comprensión. El ruido existe siempre
por mucho que se evite, ya que en el proceso intervienen factores
que corresponden al orden físico, técnico,
psicológico y sociocultural que forman parte del
contexto.

Un ruido es una interferencia, un malentendido que impide la
eficacia de la
comunicación, así como el rumor y el chisme. Los
elementos que son considerados ruidos son:

  • En la comunicación oral:
    pronunciación defectuosa, audición defectuosa,
    malas condiciones acústicas, cualquier tipo de
    déficit en la competencia lingüística,
    déficit en la competencia enciclopédica,
    etc.
  • En la comunicación escrita: dibujo
    confuso de los grafemas, omisiones. intercalaciones, sintaxis
    confusa, grafía incorrecta, impresión defectuosa,
    cualquier tipo de déficit en la competencia
    lingüística, déficit en la competencia
    enciclopédica, etc.

Existen también otros factores adversos a la
comunicación, como las interferencias en el medio y la
distracción del receptor.

Para que la comunicación se lleve a cabo en forma
óptima, todos los elementos que participan en ella deben
estar funcionando bien. Basta que uno falle, para que el proceso
entero fracase. Veamos algunos de los problemas que se pueden
presentar, en cada uno de los elementos que hemos estudiado.

EMISOR

El emisor falla cuando no se expresa con claridad, cuando
transmite algo distinto a lo que en realidad quería
transmitir, cuando se confunde, cuando olvida partes importantes
de su mensaje.

Asimismo, el emisor puede errar en el medio que utiliza para
transmitir. Por ejemplo, si hablamos de lenguaje oral, un emisor
que habla demasiado bajo o demasiado rápido, no
transmitirá de buena manera sus mensajes. Si hablamos de
lenguaje escrito, un emisor que tiene una letra incomprensible
también dificultará que la comunicación se
produzca.

MENSAJE

Deben elaborarse mensajes completos y correctos para que
puedan ser entendidos por el receptor, puesto que esta es su
finalidad. Cuando el mensaje está incompleto, o es poco
claro, estamos ante un mensaje que presenta fallas, y que, por lo
tanto, no producirá comunicación alguna.

El problema más frecuente en la elaboración de
mensajes es la ambigüedad, es decir, aquellos mensajes que
pueden ser interpretados de más de una manera.

Por ejemplo, hay un anuncio en el diario que dice: "Alquilo
departamento en Cochabamba". Algunos lectores podrían
pensar que la persona que puso el aviso tiene un departamento en
Cochabamba y desea alquilarlo a alguien. Sin embargo, otros
lectores podrían creer que la persona que puso el aviso es
quien necesita alquilar un departamento que quede en
Cochabamba.

El emisor de ese mensaje lo construyó de buena forma,
pero no se dio cuenta de que era ambiguo, es decir, que
podía interpretarse o entenderse de dos maneras
diferentes.

La elaboración correcta del mensaje permite que se
produzca la situación comunicativa, pues si no se tiene
dominio sobre el código, el mensaje puede
distorsionarse.

CÓDIGO

No todos los códigos son efectivos para todas las
personas ni en todas las situaciones.

Al momento de elegir uno, el emisor debe cerciorarse de dos
cosas. Primero, de que el receptor maneja ese código, es
decir, de que lo entiende y, segundo, de que el receptor
podrá captar el código en la situación en
que se encuentra. Por ejemplo, un muchacho (emisor) quiere
transmitir a una muchacha (receptor) que ella le gusta. Pero se
lo dice en inglés.
Si la muchacha no sabe inglés, no podrá entender el
mensaje. El código ha sido el elemento que falló
para que no se realizara la comunicación.

En otro caso, si el muchacho se declara a la muchacha en el
idioma que ella entienda, pero se lo dice en una fiesta, con la
música a todo volumen y mucha
gente conversando alrededor, lo más probable es que ella
no oiga nada. Entonces, el código oral tampoco fue el
apropiado. Tal vez, en esa situación hubiera sido
preferible el uso de un código no lingüístico
gestual.

RECEPTOR

En muchas ocasiones, el receptor no capta el mensaje, debido a
una falla propia. Un receptor desconcentrado, distraído,
somnoliento, no comprenderá el mensaje que se le
está enviando, aunque todos los otros elementos de la
comunicación estén funcionando bien.

Pero, también existen factores favorables a la
comunicación como la empatía y la retroalimentación. La empatía
entendida como la facultad de proyectarse en la
personalidad de otros. Ponerse en el lugar de otro, en su
pellejo para comunicarse con él. La
retroalimentación, considerada como información de
retomo, o sea la respuesta que se obtiene para hacer más
comprensible el mensaje.

La comunicación es un proceso que requiere aprendizaje, por
lo que para comunicarse con eficacia es necesario:

SABER ESCUCHAR: Muchas veces oímos las palabras,
pero no escuchamos el mensaje. Escuchar supone un acto de
voluntad, querer comprender, querer acoger al otro a
través de lo que dice.

SABER DIALOGAR: Se parte del principio de respeto al otro
que implica aceptación. En el diálogo asumimos, no
sólo lo que dice, sino a la persona misma. Esto no quiere
decir que aceptemos sin más lo que nos dice. Podemos estar
en desacuerdo y expresarlo, pero le damos ambiente de
respeto para que pueda manifestarse; le escuchamos hasta el
final, le acogemos como persona para luego dialogar sobre su
posición.

LA COMUNICACIÓN Y LAS COMPETENCIAS
COMUNICATIVAS:
El esquema de la comunicación nos
permite mostrar la correspondencia entre los componentes del
circuito comunicativo y las funciones del
lenguaje, pero también el hecho de que, si bien el emisor
y el receptor tienen el mismo código o lengua y lo
comparten, los conocimientos que tienen sobre ese código
no son los mismos. Pues, un hablante que tiene estudios
universitarios tiene mayor capacidad de dominio de la lengua que
un estudiante del primero básico. Por otro lado, existe
entre los hablantes diferencias culturales e ideológicas y
determinaciones psicológicas que inciden en el momento en
que se produce la comunicación. En ella intervienen
asimismo, ciertas restricciones que dependen del tipo de mensaje
del que se trate. Por eso es importante tomar en cuenta, a todo
lo señalado lo siguiente:

Podemos observar que el mensaje es producido por un emisor que
cuenta con una serie de saberes o competencias
lingüísticas, paralingüísticas,
culturales, ideológicas y con una serie de
predisposiciones psicológicas (su malhumor, por ejemplo)
que intervienen en el momento de la producción. El emisor codifica su
mensaje poniendo en juego todos
esos saberes y predisposiciones, que no necesariamente deben
coincidir con los que corresponden al receptor. Para alcanzar el
desciframiento o decodifícación del mensaje, el
receptor apela a todas sus competencias particulares y lo hace
desde un particular estado
psicológico. Por otra parte, influye también el
tipo de mensaje del que se trate, porque los hablantes poseen
además de un saber sobre los formatos y las
particularidades de los textos, la competencia textual,
que hace que tiendan a adecuar a ellos sus mensajes.

ACTIVIDADES: Ahora que conocemos el proceso de la
comunicación y sus implicaciones, responde a los
siguientes cuestionamientos.

1. ¿Por qué es importante la
comunicación?

2. La comunicación, ¿sólo se refiere al
hecho individual de comunicarse con otra persona?

3. ¿Qué se entiende por competencia
lingüística y qué por comunicativa?

4. ¿Por qué y para qué debemos conocer el
esquema de la comunicación?

5. ¿Te resulta fácil comunicarte? ¿Por
qué?

6. Somos realmente, como dicen, ¿sociedades
incomunicadas? ¿Por qué? Argumenta.

7. ¿Justifica por qué es importante la
intención comunicativa?

8. ¿ Qué se requiere para que se produzca la
comunicación entre el emisor y el receptor?

9. ¿Qué factores influyen o determinan la
interpretación correcta del mensaje?

10. Elabora dos mensajes donde se vea la situación
comunicativa.

11. ¿Qué pasa con las demás personas
(receptores) cuando se emite un mensaje cotidiano?

Pueden entender cuando:

No pueden entender cuando:

12. Toma en cuenta la importancia del mensaje en la
comunicación e interpreta los siguientes refranes:

"Más vale pájaro en mano que
cientos volando"

"En casa de herrero, cuchillo de palo"

"Cuando el gato no está, los ratones
bailan"

"Ojos que no ven, corazón
que no siente"

"No podemos miramos la suerte entre gitano"

¡LA TIERRA NO ES
REDONDA!

El satélite Topex- Poseidón ha proporcionado
unas insólitas imágenes
en las que, lejos de verse como una esfera, parece una coliflor
deformada. Asimismo, las mediciones de este satélite
muestran que, contrariamente a lo que se pensaba, la superficie
de los mares no es plana: presenta hundimientos y protuberancias
que reflejan las variaciones geográficas del campo de
gravedad de la Tierra y que pueden alcanzar 200 metros en varios
miles de kilómetros. Los mapas realizados
por el Topex- Poseidón, indican una diferencia de altura
de 70 centímetros entre las orillas este y oeste del
Atlántico (los barcos suben cuando se dirigen de Brest a
Nueva York, por ejemplo) y una pendiente de 40 entre el norte y
el sur, debido a la Corriente del Golfo. La inclinación
oscila entre 120 y 170 centímetros a lo largo del
círculo Antártico.

La altura de la superficie de los océanos depende de la
forma de los fondos marinos, con sus valles, sus montañas
y sus mesetas, pero también de los vientos y de las
corrientes. Así, el mar se abomba sobre un volcán
submarino o se deprime sobre las grandes fosas oceánicas.
La explicación es sencilla: los relieves submarinos crean
un exceso o un defecto de materia y, de esta forma, producen
oscilaciones locales del campo gravitatorio.

Por otro lado, midiendo la altura del oleaje y del fondo
marino, la dirección y la velocidad de
los vientos y de las corrientes, este satélite
permitirá conocer mejor el clima y la
influencia que sobre él ejercen los 360 millones de
kilómetros cuadrados que ocupan los océanos.

SITUACIÓN COMUNICATIVA:

1. ¿A qué ámbito pertenece este
texto?

2. ¿Cuál es la intención
comunicativa?

3. ¿Te imaginas algunas características del
emisor de la nota, en cuanto a su profesión, gustos
etc.?

4. ¿Qué opinas sobre el texto?

Femando Savater es un escritor español que, en su libro
Ética para Amador, expone para su hijo lecciones de
vida.

DE QUÉ VA LA ÉTICA

Por mucha programación biológica o cultural
que tengamos, los hombres siempre podemos optar finalmente por
algo que no esté en el programa (al
menos, que no esté del todo) podemos decir "sí" o
"no", quiero o no quiero. Por muy achuchados que nos veamos por
las circunstancias, nunca tenemos un solo camino a seguir sino
varios.

Cuando te hablo de libertad, es a
esto a lo que me refiero. A lo que nos diferencia de las termitas
y de las mareas, de todo lo que se mueve de modo necesario e
irremediable. Cierto que no podemos hacer cualquier cosa que
queramos, pero también cierto que no estamos obligados a
querer hacer una sola cosa. Y aquí conviene señalar
dos aclaraciones respecto a la libertad:

Primera: No somos libres de elegir lo que nos pasa (haber
nacido tal día, de tales padres y en tal país,
padecer un cáncer o ser atropellados por un coche, ser
guapos o feos (…) etc., sino libres para responder a lo que nos
pasa de tal o cual modo (obedecer o rebelarnos, ser prudentes o
temerarios, vengativos o resignados, vestirnos a la moda o
disfrazarnos de oso de las cavernas, defender Troya o huir,
etc.)

Segunda: Ser libres para intentar algo no tiene nada que ver
con lograrlo indefectiblemente. No es lo mismo la libertad (que
consiste en elegir dentro de lo posible) que la omnipotencia (que
sería conseguir siempre lo que uno quiere, aunque
pareciese imposible)

APARECE PEPITO GRILLO

.. Todos los que quieren dirimir de su responsabilidad creen en lo irresistible, aquello
que avasalla, sea propaganda,
droga,
apetito, soborno, amenaza, forma de ser… lo que salte. En
cuanto aparece lo irresistible, ¡zas!, deja uno de ser
libre y se convierte en marioneta a la que se le den pedir
cuentas (…)
¿Y si yo te dijera que lo irresistible no es más
que una superstición, inventada por los que le tienen
miedo a la libertad? (…)

Un gran poeta y narrador argentino, Jorge Luis
Borges, hace al principio de uno de sus cuentos la
siguiente reflexión sobre cierto antepasado suyo: "Le
tocaron, como a todos los hombres, malos tiempos en que vivir".
En efecto, nadie ha vivido nunca en tiempos completamente
favorables, en los que resulte sencillo ser hombre y
llevar una buena vida. Siempre ha habido violencia,
rapiña, cobardía, imbecilidad (moral y de la
otra), mentiras aceptadas como verdades porque son agradables de
oír… A nadie se le regala buena vida humana ni nadie lo
consigue conveniente para él sin coraje y sin esfuerzo,
por eso virtud deriva etimológicamente de vir, la fuerza viril
del guerrero que se impone en el combate contra la
mayoría. ¿Te parece un auténtico fastidio?
Pues pide el libro de reclamaciones… Lo único que puedo
garantizarte es que nunca se ha vivido en Jauja y que la
decisión de vivir bien la tiene que tomar cada cual
respecto a sí mismo, día a día, sin esperar
a que la estadística le sea favorable o el resto del
universo se lo
pida por favor.

El meollo de la responsabilidad, por si te interesa saberlo,
no consiste simplemente en tener la gallardía o la
honradez de asumir las propias meteduras de pata sin buscar
excusas a derecha e izquierda. El tipo responsable es consciente
de lo real de su libertad. Y empleo la
palabra "real" en su doble sentido de "auténtico" o
"verdadero" pero también de "propio de un rey". El que
toma decisiones sin que nadie, por encima suyo, le dé
órdenes.

1. ¿Quién es el emisor del texto?

2. ¿Cómo es según se desprende del
texto?

3. ¿Cuál es su intención?

4. ¿Quién es el receptor? ¿Cuál es
el ámbito?

5. ¿Cuál es el tema de cada uno de los
fragmentos? Subraya las palabras que te resulten claves para cada
uno.

6. ¿Qué variedad de lengua utiliza, en general,
este texto? ¿Hay expresiones que corresponden a otra
variedad? ¿Cuáles? ¿Por qué las
introduce?

7. ¿Está de acuerdo con las opiniones del
autor?

…… Son muy pocas las horas libres que nos deja el trabajo.
Apenas un rápido desayuno que solemos tomar pesando ya en
los problemas de la oficina, porque
de tal modo vivimos como productores que nos estamos volviendo
incapaces de detenernos ante una taza de café en
las mañanas, o de unos mates compartidos. Y la vuelta a la
casa, la hora de reunimos con los amigos o la familia, o
de estar en silencio como la naturaleza a
esa misteriosa hora del atardecer que recuerda los cuadros de
Millet, ¡tantas veces se nos pierde mirando
televisión!; Concentrados en algún canal, o
haciendo zaping, parece que logramos una belleza o un placer que
ya no descubrimos compartiendo un guiso o un vaso de vino o una
sopa de caldo humeante que nos vincule a un amigo en una noche
cualquiera.

Cuando somos sensibles, cuando nuestros poros no están
cubiertos de las implacables capas, la cercanía con la
presencia humana nos sacude, nos alienta, comprendemos que es el
otro el que siempre nos salva. Y si hemos llegado a la edad que
tenemos es porque otros nos han ¡do salvando la vida,
incesantemente. A los años que tengo hoy, puedo decir,
dolorosamente. que toda vez que nos hemos perdido un encuentro
humano algo quedó atrofiado en nosotros, o quebrado.
Muchas veces somos incapaces de un genuino encuentro porque
sólo reconocemos a los otros en la medida que definen
nuestro ser y nuestro modo de sentir, o que nos son propicios a
nuestros proyectos. Uno no
puede detenerse en un encuentro porque está atestado de
trabajos, de trámites, de ambiciones. Y porque la magnitud
de la ciudad nos supera. Entonces el otro ser humano no nos
llega, no lo vemos. Está más a nuestro alcance un
desconocido con el que hablamos a través de la
computadora. En la calle, en los negocios, en
los infinitos trámites, uno sabe -abstractamente- que
está tratando con seres humanos pero en lo concreto
tratamos a los demás como a otros tantos servidores
informáticos o funcionales. No vivimos esta
relación de modo afectivo, como si tuviésemos una
capa de protección contra los acontecimientos humanos
"desviantes" de la atención. Los otros nos molestan, nos hacen
perder el tiempo. Lo que deja al hombre espantosamente solo, como
si en medio de tantas personas, o por ello mismo, cundiera el
autismo.

De: La resistencia,
Ernesto Sábato

1. ¿Quién es el emisor del texto? ¿Con
qué intención lo escribe?

2. ¿Qué opinión tiene de esta
época?

3. ¿Estás de acuerdo con lo que expresa?
¿En qué momento te gustó lo que
decía?

4. ¿En qué momentos te molestó o te
enojó y discutiste con el texto?

5. ¿Qué te aportó el texto?

6. ¿Lo asociaste con algún hecho de la
realidad?

2. LENGUAJE,
LENGUA Y HABLA

Los seres humanos hemos creado una serie de signos para
poder
comunicamos, que van desde las señales hasta los signos
lingüísticos. Sin embargo es pertinente aclarar tres
términos que parece que fueran similares, pero tienen
diferencias sustanciales no sólo en el carácter semántico, sino
comunicacional.

El lenguaje es el más valioso y eficaz instrumento con
que contamos los seres humanos para poder comunicamos y
establecer relaciones para así satisfacer nuestras
necesidades y compartir con los otros nuestros deseos,
aspiraciones, alegrías, preocupaciones, etc. Ya que es un
sistema
estructurado de signos producidos de manera consciente del cual
nos servimos los seres humanos. Pero, no puede reducirse a ser
mero instrumento de comunicación, sino es algo
constitutivo del ser humano porque le permite realizar
representaciones y dar a conocer las mismas, así como
nuestras vivencias que nacen de nuestras percepciones haciendo
posible que nuestro interior se convierta en testimonio
palpable.

El lenguaje involucra a todo sistema de señales, signos
o símbolos, que permiten identificar una
intención comunicativa. Por lo que existe un lenguaje de
los animales,
lenguaje del pintor, lenguaje artístico o musical,
etc.

Sin el lenguaje, la vida en sociedad y
cualquier forma de cultura
serían imposibles; puede considerarse, de hecho, que el
lenguaje es la manifestación más importante de la
conducta
humana.

De modo general, el lenguaje es todo sistema de señales
o signos que permiten y facilitan cualquier modo de
expresión, pero el lenguaje humano es muy distinto de los
demás lenguajes, pues su carácter social,
histórico, su complejidad extraordinaria y por ser el
resultado de la interrelación de numerosos factores, le
dan características especiales y que no encuentran
paralelo en ningún otro ser viviente, ni en cualquier otra
forma de expresión.

Por eso en forma restringida, se entiende el lenguaje como la
capacidad exclusiva del ser humano que le permite vivir en
sociedad donde inventa, organiza y desarrolla un peculiar sistema
de signos, llamados lingüísticos, lo que hace posible
todo tipo de comunicación para expresar y trasladar a los
demás seres humanos sus impresiones, sus dudas,
situaciones, experiencias y vivencias, por medio de ciertas
unidades sonoras y significativas, dotadas de
características especiales.

El lenguaje humano recibe una doble definición. Es una
capacidad inherente al ser humano: la capacidad de aprender una
lengua y emplearla. Es decir cualquier ser humano que no presente
patologías relacionadas con la adquisición del
lenguaje tiene esta capacidad. Por extensión, y fuera del
ámbito lingüístico, también se denomina
lenguaje a todo sistema humano de comunicación basado en
determinadas convenciones o acuerdos. Así las
señales de tránsito, la música, las
imágenes, constituyen lenguajes en un sentido amplio.

En cambio, la lengua es una especial manera del
lenguaje, se refiere a la capacidad humana para organizar,
construir y estructurar sus experiencias en formas
lingüísticas que se pueden transmitir y comunicar por
medio de mensajes, de textos. Consiste en un cúmulo de
elementos distintos, de formas múltiples y variadas que
los grupos humanos
han ido inventando, probando y corrigiendo a lo largo de siglos y
que han venido a materializarse en sistemas,
lenguas o
idiomas concretos: castellano,
inglés, alemán, ruso, quechua, etc.

Es el sistema complicado de asociaciones entre las ideas y los
sonidos o gestos (para incluir los lenguajes de señas) que
cada sociedad humana posee sin excepción. Esta lengua, sea
escrita o no, tiene forzosamente un sistema gramatical propio por
eso lengua o idioma es el lenguaje articulado que constituye la
especial manera de hablar de un grupo determinado de
individuos.

La lengua permite comunicar nuestras ideas, nuestros deseos,
nuestras emociones, lo
pasado, lo presente o lo futuro, lo real o imaginario, sin
más límite que nuestra capacidad, nuestra voluntad
o nuestra audacia para utilizarla como instrumento de
comunicación lingüística.

La lengua es una visión del mundo global y organizado,
es la cosmovisión de la comunidad lingüística.
Es un ente de naturaleza social, una "institución"
proveniente de todos los hablantes de una misma comunidad
lingüística.

La lengua es algo abstracto que sólo se puede concebir
en su totalidad imaginando la suma de los conocimientos
lingüísticos depositados en la mente del conjunto de
hablantes. Los hablantes no la aprenden voluntariamente sino en
forma pasiva, sin darse cuenta de ello.

Y, el habla viene a ser el modo cómo los
hablantes usan la lengua en actos cotidianos de
comunicación, de ahí que los textos o mensajes que
producimos a través de la lengua, haciendo uso de unidades
abstractas -los signos lingüísticos- llamamos actos
de habla, que son concreciones de la lengua. Vale decir que
cuando producimos textos, estamos produciendo actos de habla.

Por lo tanto, cuando un sujeto, en una situación
comunicativa determinada, hace uso del sistema
lingüístico, produce un hecho inédito al que
se llama habla, acto voluntario porque cada sujeto decide
cuándo hablar, y qué decir. Es individual porque el
acto de usar la lengua no depende de la sociedad en su
totalidad.

Cuando hablamos, no sólo estamos diciendo algo, sino
que también estamos haciendo algo. Es decir expresamos una
idea, una combinación de palabras con determinado
significado y, al mismo tiempo, llevamos a cabo el acto de
expresarla.

Si decimos por ejemplo, "los gatos son mamíferos", nos referimos a los gatos y
predicamos de ellos que son mamíferos, pero al expresar
esa idea estamos realizando, a su vez, un acto de habla:
"acertamos ", afirmamos que los gatos son mamíferos.

Partes: 1, 2, 3, 4, 5, 6, 7, 8
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