Repercusiones económicas de la cisticercosis hepática porcina
Introducción
Aunque no es sencillo calcular las pérdidas que las
infecciones o infestaciones parasitarias infieren en la ganadería,
en algunos casos es posible cuantificar los daños, como
ocurre cuando se producen bajas como consecuencia de un
determinado proceso. Sin
embargo, la mayoría de las enfermedades
parasitarias cursan de forma insidiosa, lo que hace que
sólo puedan calcularse de forma aproximada las
pérdidas que producen. A pesar de esos inconvenientes, los
criterios básicos para valorar las repercusiones de las
parasitosis son, según Cordero del Campillo (1973) los
siguientes: mortalidad; decomisos; disminución de los
rendimientos; atenciones médico-veterinarias; y
repercusiones sobre el bienestar humano. La mortalidad y los
decomisos podrían calcularse con determinada facilidad;
sin embargo, las otras pérdidas son, a menudo, imposibles
de evaluar. En cualquier caso, las cifras son muy
elevadas.
Muchas veces, los efectos de los parásitos no
son muy aparentes. Sin embargo, el tratamiento a de los animales con un
antiparasitario eficaz da lugar a una ganancia en peso de hasta
50% (Reid y Armour, 1978). Bastan, además, cargas
parasitarias relativamente bajas para que se vean comprometidas
las producciones porcinas, en cuanto al desarrollo de
los animales, como en la calidad y peso de
la canal y vísceras comestibles (Hawkins y Morris,
1978).
Aunque la información sobre las pérdidas
económicas ocasionadas por los parásitos
hepáticos en la producción de cerdos en Cuba no es muy
abundante, Flores (1983) cifraba estas pérdidas en
ganadería ovina en torno a los 7.000
millones de ptas. en 1981 y García Pérez et al.
(1993) indicaban beneficios económicos del 400% tras
la
administración de tratamientos antiparasitarios en
ganado Lacho.
Berga Monge y Sánchez Mendoza (1990) han estimado las
pérdidas económicas en ovinos a partir de los
datos sobre
prevalencia de los principales procesos
parasitarios, estableciendo una pérdida de peso por canal
entre el 2% y el 10% para animales con estrongilosis, fasciolosis
o hidatidosis, y unas pérdidas de leche entre el
5% y el 10%. La evaluación
económica de las pérdidas por enfermedades parasitarias
establecida por los mencionados autores (incluyendo además
los decomisos y la muerte de
los animales) alcanzó un valor de
mercado de
más de 3000 € en un solo año y define a la
fasciolosis como la parasitosis que más pérdidas
produce (77,4% del total), aunque el estudio no se incluyeron
otras parasitosis también prevalentes, como la
cisticercosis.
En este trabajo, hemos
pretendido aportar algunos datos sobre pérdidas
económicas en cerdos derivadas
directamente de un proceso parasitario frecuente como la
cisticercosis hepática (Cysticercus tenuicollis). Para
ello, hemos estudiado los decomisos de hígados parasitados
por la fase larvaria de Taenia hydatigena realizados en un
matadero industrial durante un periodo de tiempo y se ha
valorado tanto las pérdidas indirectas por la falta de
ingresos como
las directas por los gastos derivados
de la destrucción de los hígados decomisados.
Material y
Métodos
Los datos presentados en el estudio se han obtenido a
partir del total de cerdos sacrificados entre los meses de enero
y diciembre de 2007, en el matadero Pedro Martínez Brito,
ubicado en el municipio de Ciego de Ávila, con animales
procedentes de toda la provincia y sectores. Se indican en el
estudio el número total de hígados inspeccionados
mensualmente (equivalente al total de animales sacrificados) y de
decomisos hepáticos por distintas
patologías.
En función de
dichos datos, se ha calculado el porcentaje mensual de
hígados decomisados y lo que representa cada
patología originaria de decomisos respecto al total de
hígados inspeccionados, y al total de decomisados
(porcentaje relativo). Así mismo, se ha calculado el
promedio mensual de animales sacrificados y el de hígados
decomisados por distintas causas, expresándose en este
último caso tanto en valor absoluto como en
porcentajes.
Los costos generados
por los decomisos hepáticos se han calculado considerando
dos tipos de pérdidas:
1. Pérdidas relativas a los gastos originados por la
destrucción de las vísceras; es decir, "costos
directos".
2. Pérdidas originadas por la ausencia de venta de las
vísceras ó "costos indirectos".
Los costos se han calculado considerando un peso promedio para
hígados de cerdos de 102 Kg de peso vivo promedio de 1,5
kg por animal y un coste de destrucción actual de los
decomisos de $ 2.60 por kg, lo que significa $ 3.90 por
hígado decomisado. El cálculo de
los costos indirectos se ha basado en la relación de
ventas de
la empresa
durante el periodo evaluado, resultando un precio medio
de $ 3.00 por Kg. Esto se traduciría en una pérdida
de $ 0,6 por hígado decomisado.
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