La autoevaluación docente como medio para la actualización profesional
- Resumen
- El reto del sistema
educativo - Requisitos
previos para una autoevaluación - El
aprendizaje de los profesores en servicio - Autoevaluación
del desempeño profesional - Bibliografía
sugerida
Consideraciones teóricas para
mejorar la práctica docente
Resumen
Una de las prioridades pendientes del Sistema
Educativo Mexicano se centra, sin lugar a dudas, en la
actualización del magisterio, ya que la calidad de
la
educación solo podrá ser mejorada si basa la
enseñanza en profesores altamente
calificados. Sin embargo, para que tengan éxito
los esfuerzos realizados por las autoridades educativas en este
sentido, es preciso tener en cuenta que la actualización
de cada maestro, debe principiar por la propia reflexión
sobre su quehacer profesional. De eso precisamente trata la
autoevaluación docente y esto es lo que aborda de manera
particular esta exposición
al final de la cual, se
espera despertar en los docentes una
motivación
personal que
origine en ellos el deseo de elaborar por iniciativa propia un
programa
personal de formación profesional como parte de un
proceso de
actualización permanente que incida a corto plazo, en la
piedra angular de la educación de calidad
que el país requiere.
Se inicia con un primer
cuestionamiento:
¿Cuál es el reto más importante de
la educación en México y
cómo es posible lograr este objetivo en el
corto plazo?
Sin duda alguna mejorar la calidad
de la educación y el camino a seguir es lograr que aquella
que reciban los alumnos de todo el Sistema Educativo Mexicano
(SEM), sea impartida por profesores altamente capacitados en los
quehaceres de la docencia;
personas comprometidas consigo mismas, con su profesión, y
con la sociedad en su
conjunto mediante la búsqueda constante del conocimiento.
Esto significa estar al día en cuanto a contenidos,
métodos,
estrategias y
medios para
evaluar la enseñanza-aprendizaje,
puntos todos que pueden ser revisados a través de una
reflexión que orille al docente a elaborar un programa
personal de formación continua a partir del déficit
de conocimiento (áreas de oportunidad) inherente a su
ejercicio profesional.
Ahora
bien…
¿Por qué la
actualización?
Para dar respuesta
puntual, se alude a una frase del maestro Pablo
Latapí Sarre:
"El maestro es un profesional
del conocimiento, obligado a estar atento a su continua evolución tanto en las disciplinas que
enseña, como en las ciencias del
aprendizaje, lo que debiera ser la orientación
predominante de los programas de
actualización."
Esta frase nos remite a los contenidos y a los
métodos de enseñanza, ambos saberes imprescindibles
para una práctica docente de calidad. Actualmente es
posible encontrar profesores altamente especializados en los
temas que imparten, pero que continúan utilizando
métodos y técnicas
de enseñanza obsoletos. En el caso contrario, existen
maestros abocados a investigar y poner en práctica nuevas
formas de enseñar, pero que han olvidado actualizar sus
conocimientos respecto a las materias que imparten.
Lo que la docencia hoy en día requiere, es de
personal capacitado en ambos sentidos, además de poseer un
dominio de
conocimientos sobre las propuestas curriculares que operan en la
educación básica. Aunado a lo anterior,
habrá que recordar que a partir de los años
ochenta, las tecnologías de la información y de la
comunicación ensancharon y facilitaron el campo de la
investigación en todas las áreas del
conocimiento, hecho que prima en la actualidad, la necesidad de
transformar el papel del docente informador, a formador y
guía del alumno en el proceso de aprendizaje.
¿Cómo? Orillando al estudiante a buscar y utilizar;
es decir, a indagar, descubrir por sí mismo para
finalmente aplicar dentro de su cotidianeidad, los conocimientos
adquiridos.
En esta primera reflexión, cabe señalar
que los procesos de
actualización de los docentes, se diferencian de aquellos
de los demás profesionistas por el simple hecho de que se
trabaja en este ámbito, al igual que en el de la medicina, con
seres humanos, lo que nos obliga a remitirnos desde el punto de
vista moral y
ético, a una concienzuda revisión de los valores
que guían la vida personal del maestro, ya que
éstos, son trasladados en automático al
círculo profesional.
Es preciso puntualizar que para enseñar, hay en
primera instancia que saber; para lo cual es indispensable
aprender con la firme e inquebrantable convicción de que
el
aprendizaje, es un acto constante que se debe llevar a cabo
durante toda vida, de tal forma que el aprender y el
enseñar se conviertan en un arte mediante el
cual se realice un toma y daca constante entre maestro-alumno
así como una facultad en donde la reflexión
constituya el elemento base para evaluar todos los procesos
educativos y a todos los involucrados en ellos.
Lo anterior, conlleva una actualización
permanente por parte del docente ya que en el tránsito por
el túnel del tiempo, en
donde la ciencia y
el
conocimiento se reinventan cada día, el maestro debe
encontrar en sí mismo la
motivación suficiente para actualizarse en continuo a
fin de estar en todo momento a la vanguardia del
quehacer educativo.
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