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Phineas P. Gage y su significado en la neurociencia (página 2)




Enviado por Felix Larocca



Partes: 1, 2

Phineas P.
Gage

La cuarta vez, fue cuando leyera un artículo por
Hanna Damasio y sus colegas, publicado en Science en 1994,
acerca de un capataz ferrocarrilero de Vermont, Phineas P. Gage
— de este artículo hice una reseña adaptada, ya
publicada en varios lugares: en monografías.com, en
psikis.cl y en
elportaldelasalud.com
entre otros, como parte de una serie de artículos
acerca de la neurociencia en el tratamiento psiquiátrico
moderno.

Todas estas personas, Gage incluido, sostuvieron
injurias a la parte frontal de sus cerebros. Asunto que nos ocupa
en este artículo.

La
lobotomía, la psicocirugía y su
origen

El cráneo, aunque no siempre bien entendido, ha
sido el órgano del mayor interés
para nuestros semejantes desde tiempos
inéditos.

Trepanaciones craneales, han constituido parte de la
crónica de la medicina
antigua desde la época del pleistoceno.

Como técnica, esta intervención ha sido lo
suficientemente descrita en tratados
tradicionales de la historia del ser humano.
Como cirugía, es el más antiguo de todos los
métodos
conocidos al ser humano.

Las lobotomías y su derivación de las
trepanaciones

En esta lección lo que nos proponemos hacer es
completar una revisión concisa de la evolución de las psicocirugías como
parte de nuestra herencia de
curanderos, hechiceros, brujos, charlatanes y médicos; y
de su relación a la psiquiatría.

Datos históricos

Cráneos de homínidos trepanados, de
más de 40,000 años de edad, se conservan en museos
de la ciencia. La
mayoría de ellos muestran hoyos de barrena de más
de 2 pulgadas de diámetro — lo que indica que los
procedimientos
estaban perfeccionados por quienes los hacían.

El Nuevo Mundo y las trepanaciones

En nuestro continente, los incas ya
hacían perforaciones craneales 2,000 años antes del
principio de la era cristiana. Las indicaciones para entonces
hacerlas, se estima que fueran para aliviar las migrañas,
permitir el escape de espíritus y para la cura de las
convulsiones de la epilepsia.

La documentación más antigua de una
trepanación, proviene de Hipócrates quien la
describiera en el 400 AC.

Cráneo trepanado 3500 AC. Este paciente
sobrevivió el procedimiento.

De la mayor importancia es que estas técnicas
quirúrgicas se limitaban a la perforación del
cráneo óseo sin que se tocara la sustancia
cerebral. De todas maneras, los historiadores de la medicina
estiman que un 40% de estos sujetos así tratados
morían como consecuencia de complicaciones
sépticas.

Lo viejo va y vuelve…

Desde los años sesentas del siglo pasado,
especialmente en Europa, la
trepanación craneana en manos de para-profesionales o
personas sin conocimientos médicos ha sido revivida aunque
de modo controversial. Esta práctica, en todas sus formas,
permanece prohibida en los Estados Unidos y
en muchos otros países.

La lobotomía y la psicocirugía

Viviendo hoy en la época de oro de la
neurociencia y, con una proliferación de libros que
detallan las historias íntimas de tantas personas que se
consideran a sí mismas, víctimas "brutalizadas" por
esta operación y por quienes en ellos operaran. He
decidido escribir esta lección con la asistencia del
Profesor
Malcolm Macmillan de Deakin University en Australia —
quien, con sus colegas, ha avanzado enormemente, nuestros
conocimientos acerca del caso de Phineas P. Gage — el
cráneo más egregio que, en toda la historia, haya
existido.

Breve
cronología de la psicocirugía
moderna

1890: El científico alemán Friederich Golz
conduce experimentos
removiendo los lóbulos temporales de perros,
reportando como resultado, un efecto calmante en estos animales.

1892: Gottlieb Burkhardt, médico suizo, lleva a
cabo la misma operación de Golz en seis de sus pacientes
esquizofrénicos. Cuatro mejoraron, y dos mueren por
razones desconocidas.

Lobotomía

1936: El neuropsiquiatra portugués António
Egas Moniz desarrolla la técnica de la leucotomía
para pacientes psiquiátricos. Aconsejando su uso como
último recurso y sólo en casos
desesperados.

1945: El cirujano americano Walter Freeman inventa la
"técnica del punzón de hielo". Ésta, como
"ventaja", se lleva a cabo con el paciente despierto. Sólo
toma minutos y consiste en introducir un estilete a través
del punto más delgado de la órbita ocular,
manipulándolo para causar daño
intencional a los lóbulos pre-frontales.

1946: La primera lobotomía en Inglaterra. Se
conduce en el Hospital Maryfield en Dundee. Este procedimiento se
arraiga en el Reino Unido y en los Estados Unidos permaneciendo
en uso común por treinta años
después.

1954: La droga
anti-psicótica, Largactil o cloropromazina, se introduce
para el tratamiento de la esquizofrenia, lo
que eclipsa la lobotomía y causa que ésta entre en
desuso.

1960-70: Las psicocirugías vienen bajo el
escrutinio de un grupo de
sociólogos que la consideran un arma para la
"psico-civilización" de las sociedades
humanas. De inmediato, éstas fueron prohibidas en Alemania,
Japón y
la Unión Soviética.

Todavía, la operación se permite, en casos
extremos, en el Reino Unido, Finlandia, India, Suecia,
Bélgica y España.

No se permite en los Estados Unidos.

La histórica "lobotomía" de P. P. Gage.
Reproducida con atribución del NEJM

Psicocirugía

Esencialmente consiste en la destrucción o
desconexión quirúrgica de áreas del cerebro para
tratar trastornos de la
personalidad, trastornos del comportamiento
y algunas enfermedades
mentales.

Las técnicas modernas seccionan tractos neurales
que viajan entre el sistema
límbico — que es responsable por la regulación de
nuestras emociones — y
la corteza frontal, donde residen nuestros procesos
racionales.

Técnica

La lobotomía y la psicocirugía llegaron a
su clímax, entre los años 1946 y 1949, al fin de
la Segunda Guerra
Mundial, cuando se estimaba que — solamente en los Estados
Unidos — se efectuaban entre 500 y 5000 procedimientos
anuales.

Entonces se conocía, con el nombre de la
lobotomía transorbital, pre-frontal.

Los instrumentos preferidos para hacerla eran
bisturíes, electrodos, aparatos de succión, o
punzones de hielo.

El propósito, repetimos, era destruir o remover
áreas funcionales del encéfalo.

¡Precio muy
grande para sus víctimas pagar!

La mayor justificación para hacerla fue,
descargar tantos pacientes como fuera posible de los hospitales
mentales — atestados de enfermos y carentes de personal
competente.

Hoy la técnica se ha refinado con la
aplicación de procesos adaptados de la resonancia
magnética, al uso de los láseres y de las computadoras.

Origen del término

Griego: lobos, del cerebro y tomos, corte
o rebanar.

Lobotomías y el Premio Nobel — la historia
continúa

La entrada de Egas Moniz y Walter Freeman en el campo de
la psicocirugía.

La lobotomía humana, como tratamiento, tuvo su
origen con los trabajos de António Egas Moniz.
Neurólogo distinguido de origen portugués quien la
estableciera en el año 1936. Su método
consistió en hacer hoyos en la cabeza de sus pacientes y
en la destrucción subsecuente, por medio de inyecciones de
alcohol, del
tejido cerebral.

Trece años después de haberla propugnado,
en 1949, Moniz recibió el Premio Nobel en Medicina por su
contribución. Varios psiquiatras británicos y
norteamericanos desarrollaron y avanzaron la técnica
original de Moniz. Entre los más destacados, se encuentran
Eric Cunningham Dax, Walter Freeman y James W. Watts.

La lobotomía se hizo famosa con Moniz, por
introducirla — e infame por la manera con que Walter Freeman la
industrializara. Este último haciendo uso de la misma en
pacientes que simplemente sufrieran de síntomas leves,
insistiendo, cuando operara a miles de personas, que algún
día esta cirugía sería tan común como
el chequeo dental. Sus historiadores aducen que a Freeman lo
movieron tanto la fama oportunista como la ambición
pecuniaria.

¿Qué motivaría a Moniz?

Egas Moniz se destacó como neurólogo mucho
antes de recibir el Premio Nobel.

Sus contribuciones, como pionero de la
angiografía cerebral le ganaron distinción, pero no
el premio codiciado que en Estocolmo se otorga — a menudo, de
manera caprichosa. (Véanse mis ponencia al
respecto).

Moniz, dicen sus biógrafos,
anhelaba, más que nada en su vida, que se le honrara con
el galardón de Nobel.

Se comenta, que en una ocasión Moniz
escuchó, en Londres, la presentación de unos
neurólogos norteamericanos que habían operado en el
cerebro de monos. Basado en los experimentos que se publicaron en
América
acerca de los efectos de la lobotomía en simios. Moniz se
lanzó de manera implacable a conducirla en
humanos.

Su primera paciente fue una prostituta de Lisboa, quien
después de la operación ni sabía
quién fuera ni podía recordar, aun su propia edad.
Con ello la retornaron al asilo donde muriera
anónima.

Moniz continuó operando, con persistente
energías; aún después de ganar el Premio
Nobel, cuando la operación, a la sazón, se hizo
famosa y, a la vez, popular.

Otros cirujanos no esperaron más, para alzar
vuelo con las alas de Ícaro que Moniz les
proveyó…

Walter Freeman, el implacable auto-promovedor
norteamericano e inventor del "método del punzón",
comenzó un circo quirúrgico, operando frente a
audiencias arrobadas. Mientras, que a todos dijera, que sus
técnicas eran más fascinantes que la voz de Frank
Sinatra.

Chacun à son goût

La magnitud de esta cirugía, en números
solamente, se considera enorme: 50,000 personas en los Estados
unidos, 17,000 en Inglaterra y en los países escandinavos
combinados, aproximadamente 9,300 — ¡76,300 personas en
total!

Lena Zavaroni (1963-1999)

Casos famosos:

  • Rosemary Kennedy, hermana del presidente J. F.
    Kennedy. Operada bajo la presión
    de su padre dictatorial. Nunca obtuvo resultado positivo.
    Quedando inválida física y
    emocionalmente, residente de un asilo, donde viviría
    como "vegetal humano" hasta su muerte.
    Walter Freeman fue su cirujano.
  • Lena Zavaroni, actriz, cuya indicación para el
    procedimiento fue que sufría de la anorexia
    nervosa. Muriendo poco después de la
    operación.
  • Howard Dully quien fuera intervenido a la edad de 13
    años a petición de su madrastra quien no
    podía "tolerarlo". Hoy a la edad de 56 años ha
    escrito un libro acerca
    de su experiencia y de los efectos que ésta
    operación tuvo en su vida.

Muchos casos abundan entre los que se encuentran quienes
han sido operados por sufrir del TOC, y que han muerto como
resultado directo de esta técnica
quirúrgica.

La historia de Howard Dully se repite en un libro
conmovedor que merita ser leído, para mejor entender lo
que muchas víctimas de la psicocirugía padecen. Su
cirujano fue Walter Freeman.

Dr. Walter
Freeman

Neurólogo graduado de la Universidad de
Yale. Confiando en su destreza y alentado por su narcisismo,
Freeman desarrolló la técnica del punzón lo
que le permitía hacer lobotomías seriales, bajo
anestesia local, en su oficina, y en
menos de 10 minutos.

Su historiador, Jack El-Hai, en la biografía que de
él escribiera, asevera que a medida que la fama de Freeman
acrecentara, así mismo creció el entusiasmo
atolondrado del galeno, haciendo de la operación un
espectáculo abierto al público.

Freeman, mascaba chicle mientras operaba, rehusaba el
uso de guantes y no creía en la esterilización
aséptica.

A pesar de un 14% de mortalidad entre sus pacientes,
Freeman condujo 3,439 lobotomías en su vida
profesional.

El destino de muchos de los que sobrevivieron las
operaciones
que Freeman hiciera, no fue muy agradable, ya que el
procedimiento era infundado y sin bases científicas para
su ejecución técnica.

Lo que más hoy angustia a Dully, es que ha vivido
una existencia donde todas emociones básicas están
ausentes, aunque tiene esposa e hijos.

El resto de la historia de Freeman está colmada
de tragedias y de controversias que no pueden formar parte
extensiva de esta ponencia.

Tuvo tres hijos: Uno murió accidentalmente en su
presencia cuando el niño sólo cumpliera once
años. Otros dos sobreviven, uno es un exitoso psiquiatra
en California, el otro es profesor emérito de
neurobiología de la Universidad de California.

Debido a su fama y a su infamia, la lobotomía
misma ha entrado en nuestra cultura
motivando libros, películas y otras actividades teatrales
donde se enfatizan comportamientos bizarros, como causa o como
resultado de la misma.

¿Dónde está la
lobotomía de hoy?

La lobotomía ha comenzado a hacerse de nuevo, y
muchos se preguntan para qué fines.

"La solución final"

Muchos dicen que las compañías de seguros
médicos favorecen el retorno de esta cirugía para
la eliminación total de toda enfermedad mental: No
lóbulos frontales = paciente inerme = no más pagos
por los seguros médicos.

Otros la comparan con los electrochoques — lo que es
erróneo — ya, que con los últimos, la
lobotomía, no posee ni semejanza remota.

La importancia histórica del accidente de
Gage

Gage, como hemos reportado, sufrió una desventura
que, como resultado, le destruyó porciones de sus
lóbulos pre-frontales.

Pero, este hombre, pudo
sobrevivir sus lesiones, en 1848, gracias a los cuidados
meticulosos del joven médico, Dr. John Martyn Harlow y de
la resiliencia natural del tejido cerebral.

Luego de su recuperación física, Gage se
convertiría en un vagabundo que exhibía su
lesión y la varilla metálica que la produjera, por
dinero.

Por unos siete años nuestro protagonista
vivió en Chile donde se supone que condujera un coche del
tipo Concord entre Santiago y el puerto de
Valparaíso.

Este ejemplar de carricoche tiene un complemento de
entre cuatro y seis caballos, lo que requiere que la coordinación y destrezas del
postillón fueran excelentes.

Viviendo en Chile, se supone que Gage debió de
aprender algo del español,
lo que nadie ha sido capaz de documentar con certeza.

Lo que sabemos, con certidumbre, acerca de Gage, es que
poco tiempo
después de la destrucción de partes de su cerebro,
su personalidad
cambió de manera muy dramática.

Fenómeno, éste último, que hemos
documentado en los pacientes que hemos conocido y que,
mencionáramos al comienzo de esta
lección.

Chestnut
Lodge

Chestnut Lodge Hospital cerró sus puertas
de modo permanente hace muy pocos años. Aunque, en el
pasado, luminarias de la psiquiatría norteamericana
figuraron en la lista de profesionales distinguidos con quienes
esta institución se asociaba. Hoy se lo considera una
mancha silenciosa en la historia de la psiquiatría de los
Estados Unidos.

Para detalles acerca de la historia fascinante de esta
institución donde se dice que la CIA operaba, donde se
practicara la lobotomía y donde se aplicara el uso del
éter del hexaflurodietil o indoklón,
suministramos una dirección electrónica http://carantics.com/chestnutlodge/

Comparación de la terapia electro-convulsiva y la
lobotomía

La terapia electro-convulsiva, o
electrochoque

Este procedimiento es producto de
una tecnología controlada y científica.
No necesita que se remuevan porciones funcionales del
encéfalo. Produce trastornos pasajeros de la memoria que
se revierten sin secuelas. Demuestra resultados dramáticos
en las depresiones, especialmente, en las de las etapas
involutivas de la vida y tiene un récord como terapia
efectiva muy bien establecido.

Esta terapia tuvo sus orígenes con los trabajos
del húngaro Ladislas Meduna, avanzados por los esfuerzos
de los italianos Ugo Cerletti y Lucio Bini en 1937 y llevados a
su última fruición científica por Max Fink
en Washington University.

Yo fui uno de los residentes afortunados de escuchar a
Max Fink, cuando estaba en Washington University, en el
año 1963, cuando éste mantuvo una visión
idealista y científica de las terapias somáticas, a
pesar de ser un psicoanalista.

La lobotomía, carece de todas las ventajas
asociadas a la terapia por electrochoque y produce, en un
número considerable de los casos, cambios permanentes,
negativos, en la personalidad del individuo.

En
resumen

En esta parte de este estudio reiteramos la razón
primordial que lo motivara.

Gage, ¿se recuperó lo suficiente para
aprender otro idioma y para vivir una vida de independencia
relativa?

El tejido cerebral ¿recupera sus funciones por
asociación?

Cuando Gage fue dado de alta por sus médicos en
Cavendish, luego de su rehabilitación tan dramática
como sorprendente — su personalidad, de antes la de una
persona afable
y responsable — se transformó en la de un trabajador
descuidado, con modales crudos y de comportamientos poco
convencionales.

Muchos investigadores atribuyeron estas conductas por su
parte, a falta de inhibiciones, resultados de los daños
que la varilla metálica produjera a su corteza
frontal.

De modo famoso, se repite la observación de quienes lo conocieran antes
del accidente y que lo vieran después del mismo: "Gage ya
no es Gage…"

Luego del incidente, sus actividades, para ganarse la
vida, se confinaron a las siguientes actividades:

  • Viajes por toda la región de Nueva Inglaterra
    exhibiendo su cráneo deforme y el vástago que
    causara la lesión que sufriera.
  • Luego, a hacer lo mismo, pero en mayor escala, cuando
    se asociara con el Museo de Barnum en NY.
  • Después, laboró brevemente en un
    establo en Hanover.
  • Cuarto, trabaja como cochero en Chile y,
  • Finalmente se emplea en una granja en California
    hasta su muerte.

Gage en Chile

La razón para que Gage viajara a Chile fue
consecuencia de la Fiebre de Oro en
California. Nuestro interés, desde el punto de vista de la
neurociencia, ha sido: ¿Cómo fue que este hombre,
impedido por una herida tan debilitante, se muda a un país
extranjero — cuyo idioma desconoce — y se las maneja por seis
ó siete años sin problemas
reportados?

Una descripción de las rutas por las cuales
debían de viajar los coches que Gage manejara, demandaban
una coordinación refinada entre los movimientos de ojos y
manos — sin mencionar que, durante la jornada, debió de
hablar español con quienes se encontrara.

¡Lo hizo por siete años! ¿O
no?

Esta pregunta se la hice a numerosos colegas y,
descubrí que hay muchos que, laborando en el campo de la
neurociencia, confiesan no saber bien quién Gage fuera, ni
su significación histórica.

La realidad es que existen pruebas
científicas de la posibilidad de que Gage haya podido
manejar las diligencias y de aprender español.

Valeria Blasi y Maurizio Corvetta han demostrado
recientemente, que función
motora y la capacidad verbal se recuperan, por asociación
fisiológica en el cerebro, en algunos pacientes, por ellos
estudiados, que han sufrido daño cerebro-vascular de la
mayor severidad.

Es muy posible, que esto sucediera con Gage.

Gage muere

Lo que, finalmente, causara la muerte de
Gage, fueron las convulsiones incontrolables de las que
sufriría por falta de medicaciones adecuadas, y las que a
la vez, pudieron aumentar su angustia emocional e incrementar la
disfunción de su cerebro.

Gage: ¿Hablaba o no el español?

¿Por qué nadie se había hecho esa
pregunta crucial, cuando exploraba el caso que aquí nos
ocupa? La razón convincente para contestarla, nos la
ofrece con sobriedad un colega de Iowa City: "Es porque los
americanos creemos que todos en el mundo hablan el inglés".

El cerebro más notorio del mundo, mantiene su
silencio: el que — si quebrarlo pudiera, para compartir, con
nosotros, sus tristes secretos — posiblemente lo haría
en inglés y en español — para el regocijo
de Santiago Ramón y
Cajal.

Reproches

Lo sentimos, Sr. Carlos B. Camacho, pero sus comentarios
acerca del caso de Gage, están fuera de la diana, como nos
reitera el Profesor Malcolm Macmillan, en la frase que extraigo
de su correspondencia a mí dirigida, acerca de lo que
usted propuso:

"Camacho, está simple y completamente
equivocado". Lo que nos hace pensar en mi artículo donde
hago mención del encanto de hablar, como si quien lo hace,
supiese algo acerca de las neurociencias.

Finalmente, y como curiosidad risible, existe un portal
en el Internet
llamado, The Phineas Gage Fan Club ()
donde el administrador del
blog admite con franqueza, y en respuesta a mi pregunta acerca de
la habilidad de P.P. Gage de hablar el idioma español: "Yo
no sé ni quién Gage fuera. Uso su nombre porque me
gusta cómo suena…"

De esta manera, concluimos otro capítulo en la
historia interminable de Phineas P. Gage. El cerebro más
celebrado en la ciencia.

  1. Bibliografía
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    Clues About the Brain from the Skull of
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    (in press): J. OF COGNIT.
    NEUROSC.).

 

Reconocimientos:

  • Al Profesor Malcolm Macmillan

Co-editor, Journal of the History of the
Neurosciences

Department of Psychology
University of Melbourne
Victoria 3010 Australia

Cuyo entusiasmo y energía nunca fueron
escatimados para avanzar este proyecto.

  • A miembros del cuerpo diplomático y consular
    del hermano país de Chile acreditado en nuestro
    país y de la embajada dominicana en Santiago, por hacer
    todo, cuanto para asistir, pudieran…
  • A los tantos colegas en las diversas universidades en
    Inglaterra, Australia y los Estados unidos a quienes contactara
    para formular mi pregunta original.
  • Y a mi esposa de casi cincuenta años felices,
    Meg, quien habiendo aprendido el español luego de
    casarse conmigo, me interpeló de la siguiente manera:
    "Si Gage vivió en Chile. Sus daños al cerebro,
    ¿no le impidieron aprender el idioma?"
  • NO

 

Dr. Félix E. F. Larocca

Partes: 1, 2
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