6.3. Clases de huellas
lofoscópicas
6.3.1. Huellas visibles
Son aquellas que pueden observarse a simple vista, sin
la necesidad de emplear elementos para revelarlos. En ellas media
una sustancia entre el lofograma natural y el soporte. Podemos
distinguir las siguientes:
a.) Rastros por impregnación:
Dejados en la superficie por dedos, palma de la mano o
planta de los pies que han tomado contacto previamente con
sustancias no pulverulentas tales como pintura,
sangre,
tintas, grasas,
aceite, etc.
Cuando un dedo, palma de la mano o planta de los pies es
impregnado por cualquiera de estas sustancias y posteriormente
este se aplica contra una superficie plana y limpia,
quedarán impregnadas las crestas papilares. Si el dedo,
palma de la mano o planta del pie está demasiado
impregnado con esta sustancia, en principio la huella será
una mancha; pero en sucesivas impresiones las sustancias se
irán eliminando paulatinamente y se producirá la
huella no empastada. En estas condiciones, las huellas pueden ser
identificables. Obviamente, en un hecho criminal, cuando la
huella se manifiesta por impregnación de sangre, debemos
tener en cuenta que la misma no sólo pertenecerá al
victimario, sino que también puede ser de la
víctima u otras personas.
b.) Rastros por sustracción:
Se producen cuando un dedo, palma de la mano o planta
del pie presiona sobre una capa de polvo no muy gruesa y parte
del mismo queda retenido en las crestas. Al retirar el dedo,
palma de la mano o planta del pie, se sustrae del plano original
parte del sólido, reproduciéndose en forma mas o
menos fiel los dibujos
papilares. Estos dibujos no tienen valor desde el
punto de vista de la identificación, puesto que carecen de
detalles importantes, pero puede utilizarse como elemento de
juicio para orientar la investigación.
c.) Rastros por depósito:
En este caso, el depósito será
pulverulento de cualquier sustancia que se encuentre finamente
dividido como los pigmentos, el hollín, harina, talco,
polvo atmosférico, etc. La presión de
los dedos, palma de la mano o planta del pie sobre cualquiera de
estas sustancias hace que las mismas queden retenidas sobre las
crestas. Al aplicar el dedo, palma de la mano o planta del pie
sobre cualquier superficie limpia, esta dejara impresa las
huellas la cual en la mayoría de los casos será
apta para el cotejo.
d.) Rastros por ataque:
Son aquellos que se producen sobre superficies que
reaccionan químicamente con los componentes de la
exudación, dando figuras que reproducen fielmente los
dibujos originales.
6.3.2. Huellas latentes
Son originadas cuando la sustancia química que exudan
los poros (agua, aceites,
aminoácidos y sales), se deposita sobre una superficie
determinada, produciendo de esta manera la huella latente y por
ende no observable a simple vista. Se hacen visibles aplicando
reveladores físicos, químicos o líquidos,
entre los cuales se encuentran los siguientes:
- Revelado por métodos
físicos pulverulentos (polvo negro, blanco, de otros
colores,
magnéticos, fluorescentes, etc); - Revelado por vaporización, que se lleva a cabo
con vapores de yodo cristalizado, con el fin de que produzcan
una reacción química. Este procedimiento
solo puede aplicarse en caso de huellas muy recientes, ya que
la humedad y los aceites se secan rápidamente en
superficies porosas como el papel, cartón, cartulina o
madera; - Revelado químico con ninhidrina: Es un
procedimiento de revelado que hace reaccionar los
aminoácidos presentes en el objeto. Una vez aplicada la
ninhidrina, se acelera el proceso por
medio de la aplicación de calor. Debe
efectuarse utilizado guantes y equipo de protección pues
la base del procedimiento es un producto
sumamente peligroso; - Revelado químico con Nitrato de Plata: Se
lleva a cabo aplicando revelador químico de nitrato de
plata con el fin de que las sales emanadas de las
glándulas sudoríparas reaccionen con el producto
formando una capa de cloruro de plata; este último
sensible a la luz, por lo
tanto su exposición acelera el revelado. El
nitrato de plata se encuentra en forma de aerosol, debiendo
tomarse la precaución de utilizarlo en lugares
ventilados. Debemos recordar que las superficies del fondo se
irán oscureciendo paulatinamente si se exponen a la luz.
Una vez reveladas las huellas por este procedimiento deben
conservarse por cortos períodos para evitar su
exposición a la luz; - Revelado químico con Cianoacrilato: Se lleva a
cabo por medio de vaporización; el elemento base es
altamente tóxico por lo que deberá ejecutarse en
una campana extractora de olores. El procedimiento es conocido
como "la gotita" por ser esa la cantidad de reactivo que debe
aplicarse. Se utiliza comúnmente sobre superficies de
plástico, metal, vidrio, etc. El
análisis se hace sobre la fotografía que se toma de la huella
revelada.
6.3.3. Huellas moldeadas o
plásticas
También denominadas por impronta, con
relación a la superficie que las contiene. Este rastro se
produce cuando se toma, se toca o se apoyan los dedos, palmas de
la mano o planta del pie sobre sustancias semi-sólidas,
las cuales tienen un elevado grado de densidad, tal
como la pintura semi seca, los adhesivos, las sustancias que se
ablandan o funden fácilmente (lacre, chocolate, parafina).
En estos casos la impronta quedará en negativo, por lo que
deberá invertirse a través de una
fotografía.
6.3.4. Identificación de
cadáveres
En relación a la identificación de
cadáveres podemos mencionar que la clave radica en
el estado de
putrefacción o rigidez en el que se encuentre el mismo.
Para esto consideraremos que la rigidez cadavérica
comienza luego de las 4 a 8 horas de producido el deceso, inicia
por la mandíbula, siguiendo por el cuello, tórax,
llegando a las extremidades. Es importante no confundir la
rigidez cadavérica con el espasmo cadavérico
producido por una lesión en el sistema nervioso,
como es la rigidez característica en la mano suicida que
apretó la cola del disparador de un arma. Se estima que la
rigidez se instala en todo el cuerpo alrededor de las 12 horas y
comienza a ceder entre las 18 y 24 hrs.
El perito al trabajar con cadáveres cuyo estado es
previo a la rigidez, es decir, en momento en que los tejidos
todavía conservaran la elasticidad
necesaria para poder realizar
una toma bajo condiciones convencionales con el uso de la
planchuela, tinta litográfica, papel liso, etc., como fue
descrito anteriormente. Al trabajar el perito con
cadáveres ya con rigidez cadavérica, es decir, en
estado temporal de rigidez, que luego cederá para dar
comienzo a la putrefacción. Por esta razón, para
realizar la toma de impresiones no se encuentran grandes
inconvenientes en recuperar parte de la elasticidad necesaria
para realizarlo con los procedimientos
convencionales. Para lograr esto se intenta flexionar suavemente
el hombro, luego el brazo, el codo, la muñeca y por
último los dígitos recuperando cierta movilidad con
cuidado de no producir fracturas.
En la identificación de cadáveres con
comienzos de putrefacción, es recomendable que el perito
comience por limpiar los erizamientos de la piel con la
asistencia de un pequeño cepillo, agua y jabón,
cuidando de no dañar el tejido. Si este estado ya se
encuentra suficientemente avanzado como para impedir la
legibilidad de la impresión se podrá recurrir a dos
métodos alternativos:
- Con un bisturí se produce un corte por debajo
del pliegue de flexión de la tercer falange con el
propósito de retirar la capa epidérmica como si
fuera un dedal. En ocasiones es necesario sumergirlo en agua
caliente de 5 a 7 minutos para lograr la elasticidad del
tejido. Una vez retirado se invierte y se colocan en las manos
del técnico, el cual realizará el procedimiento
de entintado y estampado utilizando sus manos con los dedales
colocados. Es de suma importancia recordar que como resultado
de dicho procedimiento, obtendremos una doble inversión de la estampa; las presilla
internas serán externas y los surcos serán
crestas. - En el segundo proceso se procede a retirar la
epidermis trabajando directamente sobre la dermis, donde
también encontraremos el dibujo
papilar. Cabe destacar que las eminencias serán de muy
bajo relieve, por
lo que se deberá utilizar muy poca tinta, sumo cuidado
para evitar empastamientos y papel satinado.
En la identificación de cadáveres
rígidos, es decir aquellos cadáveres en los cuales,
a diferencia del rigor mortis, la rigidez se ha instalado en
forma de momificación o corificación; al ser la
matriz dura,
el soporte deberá ser blando, por lo que el perito
podrá inclinarse por cualquiera de los dos métodos
siguientes:
a) Método
borrego de identificación de cadáveres:
Se toma un papel de nylon y se entinta; al mismo
tiempo se
forma una bollita de masilla la cual se envuelve en el nylon
entintado; se toma la bolilla y se presiona contra el
dígito, que al estar rígido solo se
entintarán las crestas dejando los surcos sin
entintar; a continuación se formará otra
bolilla de masilla la cual se cubrirá con un nylon
limpio; se repetirá el proceso de presionado pero en
este caso el dibujo papilar quedará impreso en el
nylon limpio, el cual se recortará y
fotografiará.
2. Método mota de goma
látex:
Se realiza un molde del dígito en goma
látex. Se retira, se invierte, se entinta y se toma la
impresión. Nuevamente, esta será una doble
inversión del dibujo. El procedimiento se
completará con un nuevo molde de látex sobre el
primero, con el cual se obtendrá una réplica
exacta del dígito, sobre el cual se podrán
tomar las impresiones.
La toma de huellas en cadáveres saponificados,
especialmente aquellos que han estado sumergidos por largos
períodos, el entintamiento destruiría de forma
permanente el diseño, por lo que se recurre a la
fotografía como método de réplica. Si por
el contrario, el cuerpo estuvo sumergido por un corto
período (12 a 24 horas) excretará agua
continuamente, lo cual podrá ser salvado sumergiendo la
mano en agua hirviendo, luego secado, entintado y
estampado.
En el caso de tener que identificar cadáveres
quemados, es decir, en casos en que un cuerpo se expone al
fuego, presenta una contracción de músculos y
tendones conocidos como la posición de "boxeador". Al
contraerse y cerrar el puño, el individuo no
permite la combustión de esa zona, protegiendo las
crestas que serán claras de no haberse producido la
carbonización. Para estos casos bastará con
quebrar los dedos para tomar las impresiones. En aquellos casos
donde la epidermis resultó afectada, podrá
retirarse y trabajar sobre la dermis.
6.4. Procedimientos para el revelado de
huellas
Como apuntamos anteriormente las huellas latentes son
las que no se ven a simple vista. Se hacen visibles hasta que
el experto o perito en lofoscopía aplica un revelador,
que puede ser físico, químico o líquido.
No se trata de cepillar o aplicar polvos a impresiones que
aparezcan marcadas en el polvo, pues hacerlo sería
destruirlas. Los objetos que han estado húmedos o
sumergidos en el agua,
tienen más posibilidades de conservar las huellas
latentes e identificables. Sin embargo antes de examinar el
objeto deberá estar seco. El secado del objeto que las
tiene puede ser en forma natural o por medio de mecanismos
especiales como cámaras especialmente fabricadas para
ese efecto.
El polvo que es cepillado suavemente sobre una
superficie que tenga una impresión latente, se
adherirá a la grasa o humedad de las crestas de la
impresión latente, haciéndose de esa forma
visible. Obviamente deberá utilizarse un polvo cuyo
color haga
evidentes y notorias las huellas latentes; el color
deberá contrastar en la imagen, pues
una vez se haga visible la huella se procederá a
fotografiarla. Los polvos magnéticos actúan muy
bien puesto que se adhieren mejor a la superficie en la que se
aplican que los demás.
Para la aplicación, se pone una cantidad de
polvo muy pequeña en el pincel, cepillo o brocha y se
procede a aplicarlo suavemente. Una vez que se hace visible el
contorno de una impresión, deberá pasarse el
cepillo siguiendo la dirección de las crestas. Todo el polvo
que sobre (que estará entre las crestas) deberá
ser cepillado. Los principiantes cometen dos errores
básicos: aplican demasiado polvo y cepillan muy
poco.
El polvo gris se emplea en superficies de color
oscuro, en los espejos y en las superficies metálicas
pulidas con acabados brillantes, como los automóviles;
pues estas superficies serán fotografiadas en negro con
la cámara para impresiones
lofoscópicas.
El polvo negro se aplicará sobre superficies
blancas o de colores claros. El polvo plateado ofrece el mismo
contraste que el gris. Los polvos de bronce rojos y dorados se
usan sobre superficies claras. El polvo llamado sangre de drago
es un polvo fotográficamente neutro y puede ser empleado
sobre superficies claras u oscuras. Sobre vidrio claro o
transparente puede usarse tanto el polvo gris como el negro y
al fotografiarse se precisa ponerle un fondo de contraste negro
o blanco.
Una vez fotografiadas las impresiones deben ser
levantadas. Para estos fines se utilizan cintas transparentes
adhesivas o de goma. La cinta de goma para levantar impresiones
se obtiene en hojas de 10 por 22 cms. y la superficie adhesiva
está protegida por una cubierta de celuloide.
Indudablemente, una impresión con polvo negro
deberá ser levantada con cinta blanca y una
impresión con polvo gris con cinta negra.
Después de cortar un trozo de cinta que sea lo
suficientemente grande como para cubrir toda la
impresión latente, se sacará la cubierta
protectora de celuloide y se aplicará el lado adhesivo
sobre la impresión latente. La cinta deberá ser
apretada con suavidad y firmeza sobre la superficie, teniendo
especial cuidado en no cambiar su posición.
Después se procede a levantarla suavemente y se vuelve a
colocar la pieza de celuloide sobre la impresión para
protegerla. El perito deberá hacer todo esto cuidando de
no dejar sus propias impresiones en la cinta. Cuando se haya
aplicado demasiado polvo, generalmente se debe hacer dos
levantamientos con la cinta adhesiva, pues es la segunda en la
que se harán más evidentes sus
características.
El revelado de impresiones latentes por medios
químicos se hace en distinta forma. El empleo de
medios químicos para el revelado de impresiones
lofoscópicas en papel, cartón y madera
recientemente trabajada o sin pintar puede requerir una
técnica ligeramente más complicada que la
mencionada con anterioridad relativa al uso de polvos, pero los
resultados justifican este mayor esfuerzo.
Se recomienda que se apliquen reactivos
químicos a los artículos mencionados en el
párrafo anterior. Las razones: el polvo
no puede ser sacado del papel y posiblemente puede interferir
en el examen de algunos tipos de documentos y
más aún, es probable que impida la
restauración de la legibilidad del espécimen. Los
polvos no revelan tantas impresiones latentes en papel como lo
hacen los productos
químicos. En algunos casos los polvos llegarán a
oscurecer las impresiones que posteriormente se revelan con
medios químicos. El Nitrato de plata y el yodo son los
medios químicos de revelado de huellas más
utilizados, dado a que son relativamente económicos,
fácilmente obtenidos, efectivos y fáciles de
utilizar.
Cuando los cristales de yodo se someten a una
pequeña cantidad de calor se vaporizan
rápidamente, desprendiendo vapores de color azul
violeta. Estos vapores son absorbidos por las grasas y materiales
aceitosos con los que entren en contacto, y de esa forma se
hacen visibles las huellas latentes. Las impresiones reveladas
con yodo no son permanentes y comienza a esfumarse una vez que
han dejado se ser sometidas al vapor. Por lo tanto, es
necesario que el operador obtenga una imagen con la
cámara fotográfica, tan pronto como se puedan
apreciar las huellas. Los vapores deben ser controlados usando
los cristales en un gabinete de vaporización, o bien
mediante un fumigador. El gabinete o fumigador puede ser
preparado por el mismo perito o bien, puede ser adquirido en
las tiendas que se especializan en artículos para
lofoscopía.
Figura: Gabinete de
vaporización
Es importante tener en cuenta que el yodo no revela
todas las huellas que se hallan en el objeto, solamente las que
contengan más grasas o aceites. Precisamente por esto y
porque el yodo se evapora de la superficie, este proceso se usa
antes que el tratamiento de nitrato de plata.
El contacto con pequeñas cantidades de vapores
de yodo no ha presentado efectos nocivos. Sin embargo, el
excesivo o prolongado contacto con este material, sí
puede causar irritaciones en la piel y en las vías
respiratorias.
El revelado de impresiones latentes con nitrato de
plata depende del hecho que el cloruro de sodio (la misma
sustancia que la sal de mesa común) presente en la
transpiración que se forma en las crestas de la
mayoría de las impresiones latentes, reacciona con la
solución de nitrato de plata para formar cloruro de
plata. El cloruro de plata es una sustancia blanca pero
inestable a la exposición a la luz y se descompone en
sus componentes (plata y cloro).
Las impresiones aparecerán de un color
castaño o rojizo. La inmersión en la
solución de nitrato de plata hará desaparecer los
rastros de agua y de aceite del papel. Por lo tanto, es
imprescindible someter los especimenes al vapor de yodo antes
de hacer el tratamiento con nitrato de plata para revelar las
impresiones latentes de ese tipo.
Una vez reunido el equipo necesario, el proceso se
desarrolla en la siguiente forma: La evidencia se sumerge en la
solución, se seca, se expone a la luz y se
fotografía cuando resulte apropiado el contraste de la
impresión latente. Para obtener éxito
en la aplicación de este proceso, no se precisan
fórmulas químicas exactas, pues si bien la
práctica y experiencia dicen que la solución
más adecuada es la del 3%, hay ocasiones en que se han
usado soluciones
al 10% que resultan eficientes. En realidad, en este como en
cualquier procedimiento de una determinada disciplina
es la experiencia la que se impone.
Para la identificación de la persona a quien
le corresponden las huellas reveladas, el lofoscopista debe
primero examinar la huella revelada, la clasifica conforme a
sus características más evidentes e inicia el
proceso de comparación con las huellas que forman el
registro
existente. Para el efecto el perito puede beneficiarse con la
utilización de un comparador, como el que aparece en la
siguiente fotografía.
Figura: Comparador
lofoscópico
6.5. Confrontación de huellas
Una vez que se ha realizado la inspección
criminalística del lugar de los hechos y
se aportan diversos tipos de indicios, en este caso las huellas
lofoscópicas, será en el laboratorio
donde se procederá a hacer la confronta de las huellas
encontradas en el lugar de los hechos, contra huellas
contenidas en los archivos o del
o los sospechosos de la acción criminal.
En la mayoría de las ocasiones, las huellas
lofoscópicas no estarán completas, es decir,
únicamente se encontraran fragmentos, no bien definidos,
con lo que se debe de trabajar. En algunos casos, los
fragmentos no reúnen el número suficiente de
puntos característicos o tal vez éstos no pueden
estudiarse por estar borrosos y mal impresos, por estas razones
en ocasiones no será posible determinar
categóricamente el resultado del estudio. En la
confrontación de dos impresiones debe de tenerse en
cuenta que si en las halladas en el lugar de los hechos se
encuentran varios fragmentos que sea posible, por su morfología y características
especiales, establecer que pertenecen a un mismo dedo, y entre
ellos se reúnen doce puntos característicos
requeridos para la identificación, esta puede declararse
plenamente establecida."
"El descarte de huellas será realizado mediante
la obtención de dibujos dactilares de la victima,
familiares de la misma o de cualquier persona que probablemente
haya dejado sus huellas en el sitio de suceso."
6.6. Levantamiento de rastros en la escena del
crimen
Para el Criminalista y Criminólogo José
Adolfo Reyes Calderón: "Se entiende por escena del
crimen el lugar donde los hechos sujetos a investigación
fueron cometidos, los rastros y restos que quedan en la
víctima y victimario y en algunos casos en personas
presenciales de los hechos u omisiones."
Respecto a la escena del crimen, Rafael Moreno
González comenta: "Si queremos reconstruir con cierta
seguridad un
hecho delictuoso o identificar al infractor, es necesario, en
primer lugar preservar y conservar el lugar de los
hechos…" En esa virtud este aspecto es de vital
importancia para la investigación puesto que como indica
Carlos Rougmagnac: "No hay malhechor que no deje detrás
de él alguna huella aprovechable."
Sobre el concepto de
evidencia tomaremos el que nos da el Dr. Reyes Calderón,
que dice: "Es la prueba que se presenta a favor o en contra de
una cuestión. Certeza manifiesta y tan perceptible de
una cosa que nadie puede racionalmente dudar de ellas. Material
sensible significativo que ha sido objeto de
peritación." Mientras que para Pabón
Gómez: "Es el rastro, vestigio, huella, circunstancia y
en general todo hecho conocido, o mejor dicho debidamente
comprobado, susceptible de llevarnos por vía de
inferencia al conocimiento
de otro hecho desconocido."
En relación a indicio Germán
Pabón Gómez, en la obra "Del Indicio en Materia
Criminal" homologa indicio y presunción por cuanto la
legislación mexicana las utiliza indistintamente, y
añade: "Un indicio es un hecho que está en
relación tan íntima con otro hecho, que un juez
llega del uno al otro por medio de una conclusión muy
natural." La relacionada obra asimismo cita el concepto de
indicio de Antonio Dellepiane que dice: "Es todo rastro,
vestigio, huella, circunstancia y en general todo hecho
conocido o mejor dicho debidamente comprobado, susceptible de
llevarnos por vía de inferencia al conocimiento de otro
hecho desconocido." Por su parte, para el tratadista y profesor
Jorge Arenas Salazar, "Indicio es el medio de prueba resultante
de una operación lógica, mediante la cual a partir de una
circunstancia fáctica plenamente demostrada en el
proceso se infiere la existencia de otro hecho llamado
indiciado."
De lo anterior deducimos que ni entre los más
notables autores existe criterio unificado en cuanto a
determinar lo que es indicio y evidencia; ni sobre las
diferencias que entre sí tienen ambos conceptos. Toda
vez que en el estudio del tema que nos ocupa nos basta tener
una idea de ambos conceptos, no entraremos a analizar la
discrepancia de criterio que hay entre los distintos autores;
tan solo señalaremos que nuestra legislación
procesal penal vigente utiliza el término evidencia,
para referirse a los rastros levantados en la escena del
crimen, los cuales son objeto del análisis de los
peritos.
El levantamiento de rastros es muy importante para la
investigación del hecho delictivo, ya que del resguardo
y forma del levantamiento de rastros dependerá la
posibilidad de averiguar la verdad del hecho, tarea primordial
de la Criminalística. El perito o criminalista que se
apersone a la escena del crimen deberá cuidar que la
misma no sea vulnerada ni contaminada sin que antes él y
otros peritos hagan el trabajo
que les corresponde.
La tarea del perito en el levantamiento de rastros
consiste en:
- El levantamiento de rastros papilares (dactilares,
palmares y plantares) de superficies absorbentes o porosas y
no absorbentes, mediante técnicas y reactivos adecuados,
según el objeto continente y el lugar, con los cuales
se puede determinar la identidad
física
humana de manera fehaciente e indubitable. - Traslado de objetos al laboratorio, para someterlos
a diferentes técnicas de estudio. - Levantamiento de indicios orgánicos
(material piloso, semen, saliva, sangre) e inorgánicos
(huellas de calzado, huellas de rodado, huellas de
efracción) para luego ser confrontadas con calzados,
neumáticos o herramientas remitidas para tal
efecto. - Toma de individuales lofoscópicas para ser
confrontadas con los rastros papilares obtenidos en los
objetos tratados,
así como también con fichas de
personas que surjan relacionadas en una
investigación.
Para la realización de las tareas de
levantamiento de rastros se utiliza:
- Medios ópticos tal como lupas
cuentahílos, lupas planas y lupas
binoculares; - Medios lumínicos, fuente lumínica
U.V. (luz ultravioleta) de onda corta y larga, con filtro, de
utilización en la visualización de indicios
orgánicos (semen, sangre). - Reactivos físicos, químicos y
líquidos, de última generación, para el
tratamiento de superficies convencionales y no
convencionales.
Todas las superficies admiten el levantamiento de la
evidencia que posee la huella para su revelado. De tal forma,
si la superficie es papel, es necesario cubrir la misma con
plástico o cinta transparente ancha, evitando que al
adherirla no queden dobleces o burbujas de aire.
Sin embargo, si el rastro se encuentra en una
superficie que no puede ser trasladada tan fácilmente
deberá ser levantada y para ello se han diseñado
las denominadas cintas levantadores. Ésta es una hoja de
celuloide cubierta con una sustancia adhesiva especial que se
usa para trasladar la huella de la escena a un soporte o
acrílico que se consigue de diferentes
colores.
El material típico para el levantamiento es una
sustancia flexible y pegajosa que al oprimirse contra la huella
revelada, recoge por adhesión la figura sin absorber
propiamente el polvo. La superficie va protegida con una hoja
de celuloide que puede separarse fácilmente para
realizar el levantamiento y colocarse nuevamente con cuidado.
Existen otros levantadores a base de goma elástica
(caucho) los
cuales son usados de forma muy similar.
Es decir, el levantamiento de un rastro papilar, se
efectúa utilizando para ello "cinta adhesiva", es
aconsejable solamente en aquellos casos en que resulte
imposible trasladar el "soporte" hasta el laboratorio
criminalístico o bien, no sea posible obtener
fotografiado directo por conformación o ubicación
anormal de la superficie continente del rastro.
La operación de levantamiento deberá ser
realizada con sumo celo y cuidado por parte del operador; en
primer lugar, tomará una porción de cinta
adhesiva acorde con el área donde se hallan los rastros
(longitud), utilizando rollos de cinta de diversos anchos,
conforme a la necesidad del operativo (anchura). Luego
procederá a adherir al soporte un extremo de la misma,
alejado del área de los rastros, y luego, desde el
extremo sujeto y sobre la parte media de la cinta
apoyará un elemento de barrido adecuado (rastrillo de
goma, pulpejos, primera o segunda falange de los
dígitos), siguiendo un recorrido recto por el centro de
la misma, cubriendo la totalidad del rastro. Sobrepasado
éste, se procede entonces a adherir los bordes de la
cinta, desde el centro hacia fuera. De lo expuesto, surge que
los rastros revelados han quedado cubiertos totalmente por la
cinta adhesiva; se debe verificar la no existencia de arrugas,
pliegues o globos de aire. Si ello ocurriera pueden ser
eliminados con una acción de planchado a través
de una almohadilla blanda o de franela.
A continuación se procede a despegar la cinta
del soporte; esta operación requiere práctica y
experiencia técnica, por cuanto de ser imperfecta en su
ejecución, pueden alterarse o destruirse los
rastros. La mecánica de procedimiento consiste en
levantar uno de los extremos de la cinta y en acción
continua y pareja, despegarla del soporte hasta llegar al otro
extremo. De ser posible, antes de despegar este
último, se tendrá preparado un vidrio liso y
transparente, limpio completamente (soporte de
transmisión).
Despegada la cinta del soporte original, observaremos
que los rastros papilares han quedado adheridos al pegamento
obrante en la cara interior de la cinta adhesiva; en realidad,
lo que se levanta del soporte son los polvos adhesivos y
adheridos a la secreción sudorípara, así
como también algo de la misma; si se polvorea
nuevamente el soporte original, en algunos casos, se
logrará revelar por segunda vez los rastros. La
cinta adhesiva en las condiciones precitadas, se adhiere al
soporte de transmisión para su transporte
al laboratorio a los fines de práctica
pericial.
Por último cabe señalar, que el
levantamiento de los rastros revelados por medio de cinta
adhesiva deberá realizarse, en todos los casos sin
excepción, luego de haber procedido a una prolija
limpieza de los contornos y aledaños de los rastros,
delimitando con toda objetividad y exactitud su área de
integridad idónea. Lo más importante para
recordar es que bajo ninguna circunstancia deberá
practicarse el levantamiento previo al fotografiado.
El levantamiento de huellas que verifica el perito
estará sobre personas, documentos y cosas; su finalidad
inmediata será revelarlas a efecto de establecer a
quién le corresponden dichas huellas. Obviamente la
identificación de la persona a quien le corresponden las
huellas reveladas por el perito, no significa necesariamente
que es ésta la persona responsable del hecho; excepto si
otros medios de prueba concluyen en esa premisa. Es decir, el
perito levantará las huellas que se encuentren en el
lugar, las revelará, emitirá su informe
pericial, y con el mismo, otras evidencias y
otros informes
periciales, el investigador comprobará su hipótesis o la reemplazará por una
nueva que deberá comprobar ante el tribunal encargado de
dictar sentencia contra la persona que conforme a las pruebas es
la responsable del hecho punible.
Por consiguiente la identificación de la
persona a quien le corresponden las huellas reveladas, en
principio solamente probará su presencia en el lugar
antes o después de cometido el hecho; y estará
vinculado con la relación causal del mismo y por
consiguiente le será imputable solamente si otros medios
de investigación lo confirman.
El perito levantará las huellas que se hallen
en el lugar del hecho para los efectos antes mencionados;
asimismo, tomará las huellas del cadáver que en
el lugar se encuentre, en caso de que no se le pueda
identificar en forma fehaciente por sus familiares. En esa
virtud, la actividad del perito consistirá en levantar
los rastros y evidencias con el fin de revelar huellas y
comparando con el registro que tiene a su disposición
determinará la identidad de quien o quienes estuvieron
en el lugar del hecho antes de la llegada de las autoridades;
obviamente si el hallazgo del delito lo
hizo determinada persona, procederá a identificarla
debidamente, puesto que al descubrir el hecho pudieron haber
quedado sus huellas en el lugar. Luego procederá a tomar
huellas del cadáver que se halle en el lugar. En
conclusión, el perito en la escena del crimen que
estamos suponiendo levantará tres tipos de huellas: las
huellas latentes que se hallen en los objetos, cadáver o
documentos que son parte del escenario; tomará las
huellas de persona viva (quien hizo el hallazgo), y finalmente
tomará las huellas del cadáver encontrado en el
lugar. Todo con un fin: esclarecer las circunstancias bajo las
cuales ocurrió la muerte de
la persona cuyo cadáver se encuentra en el lugar y en
caso de que dicha muerte
hubiere sido provocada por mano criminal: identificar al
responsable por medio de la revelación de las huellas
latentes que se encuentren en el lugar.
6.7. Embalaje y transporte de evidencias con
huellas
De ser esto posible, es siempre recomendable el
transporte de los objetos donde se encuentran las huellas al
laboratorio criminalístico, a fin de asegurarse la
correcta documentación para el cotejo. Si las
superficies son de un tamaño demasiado considerable,
pero la gravedad del caso así lo amerita, muchas veces
será una buena idea extraer el segmento de interés.
Los objetos que han de transportarse deberán
empaquetarse en cajas de cartón, papel manila o papel
kraft con el mayor cuidado para evitar roturas; no
deberán estar expuestos a fricción del material
envolvente; y, naturalmente no deberán tocar las huellas
del mismo. Nunca deberán envolverse piezas en vidrio,
plástico o telas.
Para estos casos, podrán utilizarse los
productos que especialmente para el efecto se hallan en el
mercado,
elaborados con el máximo de seguridad y con las
características idóneas para lograr la
óptima conservación de las condiciones de la
evidencia; aunque suele ser común que en esta tarea
actúe el ingenio y experiencia del técnico en
cuanto a utilizar los medios que considere más
adecuados. Los medios de resguardo y transporte de las
evidencias, estará de acuerdo a la naturaleza
de las mismas, en esa virtud, por ejemplo: las botellas pueden
ser colocadas en una jaula de madera que se sujetará
dentro de una caja de cartón o madera. Los vidrios
planos se podrán colocar entre dos cuadrados de madera
que se sujetan con cuatro clavos, luego de lo cual se fijan a
una caja de cartón. Los pedazos de vidrio se ponen en
una caja de cartón con los ángulos penetrando en
los lados de la caja de manera que queden asegurados y luego se
ata la caja para que todo permanezca firme. Los cuchillos y las
armas de fuego
se sujetan a una tabla o pedazo de cartón fuerte, con
cuerdas que pasen a través de agujeros hechos en el
cartón o en la tabla. Es muy importante que el perito no
contamine la escena del crimen, puesto que hacerlo
incidiría en las condiciones de los rastros que levante
en el lugar; para el efecto, dependiendo de las circunstancias
el perito preparará su ingreso a la escena debidamente
desinfectado, utilizará la vestimenta, guantes, visores
y máscaras de protección que sean adecuados al
manejo de los rastros que levantará. Hoy día en
el mercado se hallan diversos productos como zapatillas, botas,
cobertores de calzado, overoles, gorros, capuchas, guantes,
batas y pantalones de material desechable; extinguidores de
olores totalmente estériles, gels antisépticos
que no requieren el uso de agua, toallas húmedas
desinfectantes, antisépticos y protectores contra
bacterias y
virus,
respiradores, máscaras protectoras, visores y anteojos
protectores; todo formulado especialmente para garantizar la
conservación de la evidencia con la mayor pureza
posible.
En resumen, el perito que levante la evidencia
observará la normativa de higiene,
seguridad y protección para sí y para la
evidencia; a efecto de poder ingresar a la escena del crimen
sin alterar de forma alguna las evidencias, las cuales
embalará adecuadamente y dispondrá su
transportación hacia el laboratorio o unidad
técnica de investigación con el mínimo de
riesgos
posible, cuidando acuciosamente que las evidencias se mantengan
intactas, en el mismo estado en que la dejó el
malhechor.
Figuras: Equipo para escena del
crimen.
Figuras: Equipo para escena del
crimen.
6.8. Las actividades del perito en
lofoscopía
El perito en lofoscopía lleva a cabo las
siguientes actividades:
- Tomar impresiones con propósitos
administrativos y judiciales. - Clasificar, ubicar o localizar las fichas
decadactilares en los archivos. - Buscar impresiones dermopapilares en el lugar de
los hechos (huellas latentes). - Hacer investigaciones decadactilares.
- Hacer investigaciones nominales.
- Confrontar eliminatorias.
- Analizar y cotejar huellas palmares y plantares
(estas últimas principalmente en recién
nacidos). - Emitir dictámenes.
Actualmente al área de lofoscopía
también se le denomina de identificación, porque
todas las actividades que ahí se realizan se hacen para
esos fines. Además de las aplicaciones que se acaban de
mencionar en la parte superior, la sección de
lofoscopía proporciona los informes
siguientes:
a.) Informes nominales:
Cuando sólo se cuenta con el nombre de una
persona, se procede a localizarlo en un archivo nominal
para determinar si se encuentra alguien registrado con dicho
nombre. Únicamente se pueden tener resultados si se
proporcionan los nombres y apellidos de la persona buscada. El
resultado será más preciso en la medida en que se
aporte un mayor numero de datos. Sin
embargo, se debe tomar en cuenta la probabilidad de
encontrar homónimos. Debido a ello, se recomienda
complementar la información adicional sobre el individuo
en caso que se tenga, acerca de su edad, domicilio,
señas particulares, sobrenombre o alias,
etcétera.
b.) Informe dactiloscópico:
Para poder realizar este tipo de actividad se requiere
tener una ficha decadactilar de la persona que se busca en el
archivo de servicios
periciales. No se recomienda trabajar con copias
fotostáticas ni con documentos enviados por fax, ya que
éstos se caracterizan por la reducción de la
nitidez del original. Los duplicados presentan dificultades
para la confrontación.
c.) Informes monodactilares:
Se hacen cuando son encontrados fragmentos de huellas
dermopapilares en el o los lugares de los hechos. Se procede a
levantar dicha huella y trasladarla al laboratorio para ser
amplificada y, entonces, procede la confronta
eliminatoria.
d.) Estudios comparativos
antropométricos:
Se llevan a cabo mediante diversas técnicas de
análisis. Por lo general, se estudian videos y
fotografías. Es indispensable que tengan nitidez y
precisión para poder trabajar con ellos.
e.) Información del catálogo de
fotografía criminal:
El catálogo de fotografía criminal
cuenta con fotografías de frente y perfil de individuos
que han sido señalados como presuntos responsables de
una conducta
ilícita. Este catalogo sirve de complemento a los
archivos dactiloscópicos y nominales.
6.8.1. Tiempo de intervención del
perito
El tiempo de intervención varía de
acuerdo con la actividad que se tenga que realizar. Un
levantamiento de huellas dermopapilares latentes en el lugar de
los hechos se puede realizar en algunas horas. Sin embargo, en
otros casos puede durar más tiempo. Algunos factores que
intervienen en la duración de la tarea son:
- La precisión y la certeza de los datos
proporcionados, a partir de los cuales se iniciará la
búsqueda en los archivos. - La carga de trabajo
que se tenga en ese momento en el laboratorio de
lofoscopía e identificación.
6.8.2. Los resultados
El resultado que arroje la intervención del
perito en identificación, variará por la
naturaleza misma de su intervención. Siendo siempre
precisada por los elementos que tenga a su alcance para emitir
su dictamen o entregar el informe correspondiente. Se debe
tener en cuenta que existen algunos inconvenientes que no
permiten obtener resultados positivos en los levantamientos de
las impresiones dermopapilares encontradas en el lugar de los
hechos. Así sucede cuando las impresiones de la huella
encontrada carecen del núcleo; se aprecia embarrada o
corrida; o es tan tenue que no permite ser revelada, mucho
menos levantada y embalada. Cabe señalar, que las
condiciones climáticas son factores que coadyuvan a la
desaparición o lavado de las impresiones
lofoscópicas. De esta manera, los elementos de
búsqueda se encuentran en un medio no favorable para
realizar la labor criminalística.
No obstante que ya hemos apuntado sobre la seguridad
que para la identificación personal
representa esta prueba pericial, pueden surgir ciertas dudas en
la mente de quienes incursionan en el estudio de las
disciplinas auxiliares de la criminalística y obviamente
en la mente de quienes se interesen en el presente trabajo. Por
ejemplo: ¿Pueden heredarse los dibujos de las crestas
papilares de los dedos?
Sobre la herencia de las
impresiones dactilares, palmares y plantares todavía no
se ha resuelto nada definitivo por la ciencia
lofoscópica. Los investigadores Feré, Forgeot y
Faulds entre los antiguos y Locard y D. Abundo que
estudió con las impresiones entre los idiotas; Senet que
hizo comparaciones de una familia a
través de cinco generaciones; Cevidalle y Benassi, que
las estudiaron en los anormales; Miranda Pintos, etc., entre
los modernos, todos ellos han llegado a la conclusión de
que las impresiones dactilares no se heredan. Lo único
que se ha probado hasta el presente, y no como una regla
general, es que existe, en muchos casos, entre los
consanguíneos directos, una tendencia a la reproducción de ciertos caracteres
similares en sus respectivas impresiones, pero sin que esto
represente igualdad
absoluta. Galton, apoyándose en la Ley de las
analogías, pero no en comprobaciones reiteradas, afirma
que existen razones para creer en la posibilidad de que los
dibujos dactilares son hereditarios. Discípulos suyos
dedicados en especial a estas investigaciones no han podido
comprobar las sugerencias del maestro. La realidad es que hasta
el presente no se ha podido encontrar un solo caso de igualdad
hereditaria.
Otra interrogante a plantear podría ser:
¿Pueden falsificarse las impresiones
lofoscópicas? Desearíamos ser contundentes y
lacónicos, sin embargo, aquí nos encontramos
frente a la lucha de dos técnicas: la de los criminales
y la de la criminalística. El criminal trata de
perfeccionar sus métodos para borrar los rastros del
crimen. La criminalística trata que todo lo que la
ciencia le
suministre incorporarlo en su guerra sin
cuartel contra el delincuente.
Los delincuentes trataron de borrar las huellas,
primero borrando las posibles impresiones dejadas, luego usando
guantes y más tarde tratando de falsificar las
impresiones. Los tres procedimientos han dado un resultado casi
nulo. Lo primero, el borrar las huellas es difícil de
lograrlo, ya que sin quererlo se van dejando; se podrán
borrar las más visibles, mas las invisibles es un poco
difícil. El empleo de los guantes tampoco ha servido de
mucho a los delincuentes porque casi siempre comienzan
trabajando con ellos y terminan con las manos descubiertas. Es
bueno recordar que los ladrones operan casi siempre en la
oscuridad y que se valen más bien del sentido del tacto
que de sus ojos. También puede estar el guante
desgastado o roto y en ese caso permite el paso de rastros que
admite reconstruir perfectamente la
impresión.
Con respecto a la falsificación de impresiones
lofoscópicas para dejar rastros o impresiones falsas que
sirvan para desorientar a los investigadores es un poco
difícil lograrlo con verdadero éxito porque estas
falsificaciones no se pueden hacer totalmente por ser imposible
reproducir los poros en su totalidad y con su nitidez y
característica verdadera.
Además, los poros de la impresión
lofoscópica natural dejan el rastro de la gota de sudor,
lo que no hacen los poros de las falsas impresiones. Hay varios
procedimientos para falsificar las impresiones dactilares tales
como los de Collier, Reitcher, Wehde, Goddefroy y Reiss; estos
dos últimos permanecen secretos. Estos sistemas
están basados en la impresión de
clichés.
Afortunadamente, hoy día existen sistemas
modernos de identificación personal con base en huellas
dactilares que garantizan mayor seguridad, como lo es el
sistema
desarrollado por la empresa
norteamericana denominada Cogens System, que en 1990 desarrollo
un sistema automático de identificación de
huellas dactilares (AFIS) siendo el más sofisticado,
preciso, seguro y
avanzado que existe.
El AFIS (Automated Fingerprint Identification System),
es un sistema basado en la
identificación automatizada de huellas dactilares.
Su objetivo
principal es bajar el índice delictual con la
ayuda de una poderosa herramienta que permite que el
sistema sea automático y electrónico. El sistema
es 100% compatible con los de otras policías del
mundo. Su eficiencia
mejora la solución de crímenes y logra un efecto
preventivo, pues los delincuentes tendrán un margen muy
limitado de error en sus actos, ya que dejando un rastro, una
huella en el lugar del hecho, o un objeto, se tendrá la
capacidad de incriminarlos de manera certera y
rápida.
La inmediata identificación de personas en
forma fehaciente contribuye a agilizar los procesos
judiciales, reducir el tiempo de detención preventiva de
personas sin antecedentes, reducir el tiempo de respuesta a
trámites civiles y libera recursos
humanos para afectarlos a tareas de prevención e
investigación. Este sistema facilita la
investigación gracias a la informatización de las
huellas dactilares parciales o completas de los delincuentes.
Este sistema es un programa que
compara huellas dactilares electrónicamente con una
base de
datos que almacena información dactilar por imágenes. Un individuo a quien se le toma
las huellas dactilares solamente tiene que colocar su dedo en
la placa de vidrio de un lector óptico. No utiliza
tinta, no macha y no requiere un experto en huellas dactilares
para operar el sistema. El sistema hace identificaciones
positivas automáticamente, comparando las huellas del
individuo con las huellas almacenadas en el sistema. La imagen
obtenida de la huella dactilar puede ser utilizada para
matricular al individuo en la base de datos del sistema
después de realizada la búsqueda completa,
evitando que la persona se matricule más de una
vez.
Obviamente, identificar a quién le pertenece
determinada huella, es una labor que se realiza en segundos,
puesto que la rapidez con la que una computadora
compara la imagen percibida con las que se hallan en la base de
datos no tiene relación con el tiempo que
emplearía una o más personas en hacer dicha
comparación. Es decir, al encontrar pareja para la
huella dactilar en la base de datos, el sistema da los
resultados permitiendo al operador verificar la
comparación automática que hizo la
computadora. Asimismo existen mecanismos auxiliares que
podrían garantizar en mejor forma la conservación
del registro de huellas dactilares, uno de ellos es la
fotografía de huellas.
El sistema ya es utilizado por el FBI, Interpol,
Scotland Yard, la policía de Francis, España y
otros Estados desarrollados. En México fue introducido el sistema y ha
reportado importantes logros en la identificación de
delincuentes que se hallaban en la lista de los más
buscados del mundo, especialmente involucrados en actividades
de narcotráfico.
Hasta el momento sobre el sistema se dice que no tiene
características sino cualidades, entre otras: Es
ágil, preciso y seguro; rapidez en la
identificación personal; goza de aceptación a
nivel mundial; no utiliza tinta, fichas ni otros mecanismos
para la toma de muestras que forman el banco de
imágenes y datos; es más económico, puesto
que minimiza costos, trabajo
y esfuerzo; la optimización depende del uso de las
más modernas herramientas para la captación y
almacenamiento de imágenes; facilita la
detección de robo de identidad, así como el uso
de múltiple identidad por una misma persona; de ser
adoptado por todos los países del mundo
facilitará la localización y captura de
prófugos y delincuentes peligrosos; la
conservación de los registros
ofrece mayor seguridad que las actuales fichas que forman los
gabinetes de identificación.
6.9. Importancia de la fotografía de
huellas
La fotografía es uno de los mecanismos
auxiliares más útiles para la
criminalística. Y definitivamente que en la
lofoscopía presta una utilidad de
valor incalculable, toda vez que puede dejar evidencia de las
pruebas del hecho desde que las mismas son levantadas en la
escena del delito. Como bien lo apunta Benito Amilcar Fleita,
en su obra Sistemas Actuales de Análisis en
Criminalística: "La actuación del
fotógrafo se inicia en la propia inspección
ocular…"
Como todo elemento de juicio, es de suma importancia
fotografiar las huellas antes de realizar nada que pueda
alterarlas, ya sea levantarlas o transportarlas y utilizar
testigo métrico. Claro está que en aquellas
huellas latentes deberán revelarse primero por
cualquiera de los métodos antes descritos.
La iluminación lateral ayudará a
fotografiar impresiones sobre sustancias plásticas. Se
observará que cuando se usa polvo blanco sobre una
superficie negra, las líneas de fricción aparecen
blancas en la fotografía. Se deberá hacer el
negativo del negativo o una transparencia negativa a fin de que
las líneas de contacto resulten negras para su
clasificación y cotejo. Si las impresiones se encuentran
en fondos negros, haciendo imposible el revelado y fotografiado
por métodos convencionales, es recomendable realizar
pruebas para asegurar un correcto resultado, pero se recomienda
el uso de filtros para aclarar los fondos, polvos que presenten
buen contraste, o el uso de fluorescencia ultra violeta (UV)
para fondos multicolores. Para el uso de UV se emplearán
polvos fluorescentes, como por ejemplo el antraceno.
En el caso de que la huella se encuentre en un espejo,
si el mismo es de poco valor es recomendable raspar la
película que produce el reflejo y colocar un fondo
negro. De no ser esto imposible, lo más conveniente
será una buena iluminación y foco para evitar los
reflejos. Por último, las fotografías
deberán realizarse siempre en tamaño natural y
luego podrán ampliarse.
La fotografía es un mecanismo que asegura en
mejor forma la conservación del registro de huellas
dactilares; y en esa virtud es importante conocer la forma en
que este mecanismo otorga esa ventaja. El procedimiento es
bastante simple y según recomienda nuestro referido
autor: "La técnica fotográfica aconseja la
utilización de lentes comunes para los fines
documentativos panorámicos y lentes macros o
lentillas de aproximación para destacar huellas o
características en detalles…"
6.9.1 Materiales
Como en todo, es importante tener un material de gran
calidad para
conseguir buenos resultados. La cámara a emplear debe
ser tipo réflex, no importa si es autofoco o manual, o si el
valor de exposición lo hace con un programa o se hace
manualmente. Sí es importante que en determinado momento
se pueda poner todo en manual, ya que en ocasiones es
difícil que una máquina enfoque determinados
objetos, o puede ser de interés controlar la abertura
del diafragma, la velocidad de
obturación o las dos cosas.
Lo que si es necesario es un objetivo macro. Pero no
basta con que el fabricante ponga macro, nos referimos a un
objetivo para fotomacrografía (tipo micro Nikkor por
ejemplo). El poder sacar una positiva a 4 o 5 aumentos, sin que
el factor de ampliación nos haga perder calidad en la
foto es un tema vital.
El flash
irá, no puede ser de otra manera, en consonancia con la
cámara. Se recomienda un número ISO no menor
de 45. Es muy aconsejable que sea específico para la
máquina, o lleve una zapata que lo haga compatible, para
los casos en los que la cámara posea control TTL
para flash. Si es automático, con sensor en el flash,
cuantos más diafragmas posea en automático mejor,
y preferible si además tiene controles de
reducción de potencia.
En cuanto al estudio, unos fondos claros y oscuros,
focos, una mesa con unos tubos de luz de día o flashes,
y una caja de luz, o unos flashes con difusores es lo
necesario.
La película a utilizar puede ser en color o
blanco y negro. Estamos acostumbrados a verlo todo en color, lo
que hace que se nos hagan más reales las fotos en color,
pero si no disponemos de una procesadora en color, o no podemos
sacar las fotos al tamaño deseado tendremos que recurrir
al blanco y negro. La película en blanco y negro debe
ser de grano muy fino, capaz de obtener unos negros profundos y
unas luces muy blancas. Claro, que debe ir con un perfecto
tratamiento en el laboratorio, que consiga que la
película alcance un contraste óptimo, con la
máxima acutancia posible y no se produzca un granulado,
etcétera.
6.10. Técnica a utilizar en el fotografiado
de huellas
En este apartado analizaremos el tema del fotografiado
de huellas lofoscópicas, dejando las teorías de la fotografía policial
y general para otras páginas. Una vez que se han
aplicado los reactivos adecuados y revelado las huellas
latentes, se debe proceder a su fotografiado, para poder
estudiarlas, una vez ampliadas, y además dejar un
testimonio gráfico de dónde y cómo estaba
depositada la huella.
Antes de realizar la fotografía de detalle, se
hace necesario fotografiar el objeto o lugar donde ésta
se encuentra de tal manera que se pueda apreciar de forma total
el objeto y la situación de la huella revelada (se le
llama fotografía de conjunto general o total). Se
realizará otra fotografía en la que se aprecie la
huella y además una serie de datos apuntados junto a
esta, como lugar, fecha, etcétera (conjunto parcial).
Esto se debe hacer así para que la autoridad
judicial, o quien deba ver el asunto, observe perfectamente de
donde se obtiene la huella que es fotografiada al detalle y
compruebe que es la misma que hay en las fotografías de
conjunto.
A cada huella se le pondrá un "testigo
métrico", esto es un adhesivo o regla en la que figuran
los milímetros, normalmente se pone un
centímetro, y además un número o una letra
con el fin de poder distinguir e identificar cada una de las
huellas, y poder comprobar, en la ampliación y la copia,
el tamaño exacto al que se ha positivado la huella.
También se debe de "acotar" la huella latente, esto es
marcar con una línea gruesa (tiza, rotulador o similar)
y se hará con el mismo color que se haya usado para
revelar la huella, así se distinguirá mejor en
las fotografías y en el laboratorio, por el trazo de la
línea se determinará si es necesario hacer un
contratipado o no.
Hay que tener en cuenta si se fotografían en
blanco y negro, que el color del objeto, visto en blanco y
negro, puede disminuir el contraste. Por ejemplo, unas huellas
reveladas con Carbonato de Plomo (blanco), en un objeto azul
claro, saldrá casi blanco en la positiva. Se debe de
llevar un filtro que aumente el contraste, bien de forma
permanente (un filtro amarillo o naranja), o utilizar el
necesario en cada caso.
6.10.1. Esquemas de Iluminación para el
fotografiado de huellas
a.) Huella en cristal transparente revelada con
revelador blanco
Con la disposición que se muestra lo que
se intenta es que el fondo permanezca lo más oscuro
posible. Al iluminar la zona donde se encuentra la huella, sin
dar luz sobre el fondo (negro), las crestas recibirán la
luz, contrastando perfectamente con el fondo negro.
Figura: Iluminación en cristal
transparente
b.) En objeto claro traslúcido reveladas con
revelador negro
En este caso, la iluminación lo que pretende es
crear un contraluz. Las crestas al ser negras,
contrastarán perfectamente con el fondo claro iluminado.
Si el objeto fuera una caja, debe de iluminarse igualmente,
intentando que la luz ilumine la huella desde atrás
(metiendo la luz por dentro de la caja). Es conveniente sobre
exponer la toma en 1 o 1'5 diafragmas.
Figura: Iluminación en objeto
claro traslúcido
c.) Objeto Opaco
Es indiferente si el revelador es blanco, negro u otro
color. Lo ideal son los focos de luz a 45° del objeto. Si
el objeto es oscuro, se sub-expondrá en un diafragma,
sobre exponiéndolo si el objeto fuera blanco.
Figura: Iluminación en objeto
opaco.
d.) Huellas por sustracción o
moldeadas
En estos casos no se han aplicado reveladores. Las
huellas son visibles. La colocación del punto de luz
crea una luz rasante, la cual al incidir en las crestas crea
unas sombras en los surcos, que aparecen oscuros.
Figura: Iluminación en huellas
moldeadas.
e.) Espejos
En estos casos la dificultad radica en las dos
imágenes de la huella que hay en el espejo. La revelada
en el cristal y la que se refleja en el fondo del espejo. Lo
primero es colocar la cámara totalmente perpendicular al
espejo. A la cámara es conveniente ponerle un trozo de
cartulina negra con un agujero para el objetivo, y que
cubrirá toda la cámara y un poco más. Hay
que abrir el diafragma al máximo, así se
tendrá una profundidad de campo mínima y se
fotografiará únicamente la imagen enfocada. La
mejor luz será la difusa, así estaremos seguros de no
encontrarnos con un reflejo. Otro método,
básicamente consiste en iluminar la huella a
través de la reflexión del foco de luz en el
espejo y fotografiarla mediante un tubo puesto en el objetivo
de la cámara. Naturalmente, si se raspa la parte trasera
del espejo, éste se transforma en un cristal,
aplicándose entonces la técnica
correspondiente.
Figura: Iluminación de
espejos.
6.10.2. Contratipado
En los casos en que las huellas están reveladas
en blanco, si se quieren convertir las crestas en negro, para
poder comparar mejor la huella con el lofograma obtenido
mediante entintado, se debe hacer un contratipo del negativo.
Esto se consigue de dos formas, una utilizando el negativo, y
otra usando las positivas.
Para hacerlo con el negativo, se pone la
emulsión de éste con la emulsión de
película u hojas de material lith, y se le ilumina, al
negativo. Se obtiene así, un negativo del negativo,
transformando los blancos en negros y viceversa. Para hacerlo
con las positivas, se hace una positiva al tamaño
deseado (normalmente 4 o 5 aumentos), pero poniendo la
película en la ampliadora al revés, esto es, con
la emulsión hacia arriba. La copia obtenida, que
estará al revés, una vez seca, se pone
emulsión con emulsión con una hoja de papel en
blanco y se ilumina. Se obtendrá una copia con la imagen
cambiada en sus tonos y con la imagen inversa.
6.10.3. El flash
No se pueden dar directrices a seguir dados los
múltiples tipos y marcas de
flashes en el mercado, pero en general los flashes serán
de dos tipos con posibilidades TTL y automáticos,
pudiéndose poner el disparo en "manual", esto es a plena
potencia de flash, o con reducciones de potencia.
En los casos de flash en TTL, hay que poner el flash,
zapata y cámara para poder trabajar así,
sobre-exponiendo o sub-exponiendo, en los casos de fondos
claros y oscuros, respectivamente. Esta corrección en la
exposición, se podrá poner normalmente en la
cámara, teniendo algunas de ellas el llamado auto
braketing. Aquí la maquina hará tres tomas:
normal, sub y sobre expuesta.
En los casos de flash automático, con célula en él, se actuará
según marque el fabricante. Normalmente se selecciona el
diafragma en el flash y se pone el mismo en la cámara.
Si se quiere sobre exponer la toma, se abrirá el
diafragma y para sub-exponer se cerrará en la
cámara sin mover el diafragma del flash (abrir es poner
números bajos y cerrar poner los más altos). Hay
que tener especial atención en los casos en los que la
célula está en el flash, asegurándose
de que va a leer la luz de la zona que queremos
fotografiar.
Si se pone el flash en manual, solo hay que dividir el
número ASA del flash por la distancia al sujeto y
dará el diafragma a utilizar. Por ejemplo en un flash
con un número 45, si el sujeto está a 4 metros se
pondrá un diafragma 11 en la cámara.
En general, la iluminación con flash debe
parecerse a los esquemas explicados anteriormente, intentando
que el fondo quede oscuro si la huella está en blanco,
etc.
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