– Lazos:
Los lazos constituyen entre 60 y 70 por ciento de los
patrones encontrados. En un patrón de lazo, uno o
más de los cantos entra de cualquier lado de la
impresión, de los recurves, de los tactos o de las
cruces de la línea del cristal que funciona del delta a
la base, y termina o tiende para terminar en o en la dirección del lado donde el canto o los
cantos entró. Hay un delta. A la derecha veremos un
patrón del lazo. Notaremos que tiene un delta
(demostrado en la caja más pequeña) y una base
(demostrada en la caja más grande). Por la
definición la existencia de una base y de un delta hace
este patrón un lazo.
Un patrón del |
Los lazos son clasificados no solamente por el hecho
de que tienen un delta y una base pero también por algo
llamado una cuenta del canto. Los lazos son de dos clases,
'parte radial' y 'cubital', nombrado después del
radio y del
cúbito, los dos huesos en el
antebrazo. El radio ensambla la mano en el mismo lado que el
pulgar, y el cúbito en el mismo lado que el dedo
auricular o meñique.
– Lazos radiales:
La distinción entre los lazos cubitales y
radiales depende de en qué mano se encuentra el lazo
encendido. En la imagen de abajo
el área del patrón de la base (más
obscura) tiende para venir adentro de la izquierda y para
entrar se retira la izquierda. Al sostener la mano izquierda
frente a la imagen se observa que el dedo auricular está
a la izquierda, que es la dirección que el patrón
tiende para venir de adentro hacia afuera. Puesto que este
está hacia el dedo auricular, y en virtud que
ésta hacia el hueso cubital del brazo, éste lazo
es cubital.
Ahora, si colocamos la mano derecha frente a la imagen
y se hace la misma comparación encontraremos que el
área del patrón ahora tiende ha venir hacia
adentro para salir hacia el pulgar. Sucede que el hueso radial
del brazo está del lado del pulgar por lo que este lazo
sería considerado un lazo radial.
Para hacer obviamente la distinción entre estos
dos tipos de lazos tenemos que saber en qué mano
aparecen porque si un patrón del lazo es un lazo cubital
en la mano derecha, entonces por defecto será un lazo
radial si está encontrado en la mano izquierda. Los
lazos radiales no son muy comunes. Por lo general, los lazos
radiales se encuentran en los dedos del
índice.
– Verticilo:
Entre 25 y 35 por ciento de los patrones encontrados
consisten en verticilos. En un verticilo, algunos de los cantos
hacen una vuelta a través por lo menos de un circuito.
Cualquier patrón de la huella digital que contenga 2 o
más deltas será un patrón de verticilo. En
el esquema de la clasificación podemos hacer la
asunción que si un patrón no contiene
ningún delta entonces es un arco, si contiene un (y
solamente uno) delta será un lazo y si contiene 2 o
más será siempre un verticilo. Si un
patrón contiene más de 2 deltas será
siempre un verticilo accidental.
LLANO | BOLSA CENTRAL | LAZO DOBLE | ACCIDENTAL |
– Verticilo llano:
Como con cualquier verticilo debe haber más de
un delta o también válido es un lazo. Si
observamos la imagen A de la figura que sigue, se pueden
identificar dos deltas; en la imagen B se identifican los
deltas en el centro de los cuadrados. La definición
técnica de un verticilo llano es aquel que consiste en
uno o más cantos que hagan o tiendan para hacer un
circuito completo, con dos deltas, entre el cual se dibuja una
línea imaginaria y por lo menos un canto curveado dentro
del área interna del patrón que se corta o se
toca. Nótese que el área interna del
patrón, es el área que tiende a formar un
círculo.
Esto es lo que llamaríamos el área
interna del patrón y que constituye un verticilo. Al
observar los cantos específicos que hacen o que intentan
hacer un circulo se dibuja una línea imaginaria entre
los dos deltas (línea dentro de la imagen C), podemos
observar que esta línea interfecta las mismas que
tienden a formar el circulo.
En la imagen D, se observa el área
interna del patrón con un punto claro que forma o
tiende para formar la pieza del círculo del lazo. Lo
mismo sucede en la imagen E, donde podremos determinar el
patrón interno, que tiende a formar un círculo,
y observar donde se dibuja otra vez un delta alrededor de las
líneas que se entrecruzan y que forman el
círculo. En la imagen F, se identifican los cantos que
son de formación o que tienden para formar el
círculo del patrón interno. La imagen F es un
verticilo llano. Esta es la primera parte de identificar un
verticilo particular. En este proceso se
identificará simplemente el tipo del patrón. En
este caso hemos identificado los rasgos de un verticilo
llano.
D | E | F |
– Verticilo de bolsa central
Un verticilo de bolsa central consiste en por lo menos
un canto curveado, o una obstrucción perpendicularmente
a la línea del flujo, con dos deltas, entre los cuales
cuando se dibuja una línea imaginaria, no se corta ni se
toca ningún canto curveado dentro del área del
patrón.
Si se observa el área del patrón de las
tres imágenes
de arriba, se notará que las líneas reales que
hacen un "círculo" están muy cerca del centro en
la imagen G y casi igual en la imagen H.
Para hacer la determinación del tipo de
patrón debemos dibujar una línea imaginaria entre
los dos deltas que aparecen en la impresión. En la
imagen I, se distingue una línea que actúa como
línea imaginaria entre los dos deltas; y si se estudia
la figura se podrá notar que los cantos que forman el
patrón interno no son cruzados por esta línea
imaginaria. Esto hace un verticilo de bolsa central por
definición. Si los cantos del patrón interno
fueran cruzados entonces esto sería un verticilo
llano.
Si observamos algunas comparaciones entre el verticilo
de bolsa central y los otros tipos, cuando están
comparadas de lado a lado las diferencias se convierten en poco
más obvias. Si se observa la imagen G podremos
determinar que la línea imaginaria no corta a
través de ningún canto que forme el área
interna del patrón. Pero si se observa la imagen H
podremos ver que la línea imaginaria lo hace, en el
hecho, corta a través del área interna del
patrón (o los cantos que forman o tiendan para formar un
círculo).
El patrón de la imagen puede ser que a primera
vista sea tomado como un verticilo llano porque si se dibuja la
línea imaginaria cortaría el área del
patrón, pero se debe notar que hay dos áreas en
la base en este patrón, que son demostradas por los
indicadores.
Debido a las dos razones este patrón es un verticilo de
lazo doble.
– Verticilo de lazo doble
Un verticilo de lazo doble consiste en dos formaciones
distintas del lazo con dos separaciones y los hombros distintos
y dos deltas.
La definición técnica para este tipo de
patrón es bastante directa. Debe haber separación
y hombros distintos para cada base. Si se observa las
imágenes J y K, podemos determinar claramente que
aparecen dos "lazos separados" dentro de este verticilo. En la
mayoría de los casos esto significa que el patrón
será muy probablemente un verticilo de lazo doble pero
no siempre.
Si se observa la imagen L se podrá notar
claramente que hay hombros separados y distintos demostrados y
creados en realce. Los hombros de cada "base" deben abarcar
líneas separadas. Esto significa que no pueden ser
iguales obviamente.
3.9.2. Determinación de la huella de un
determinado dedo por medio de la técnica basada en el
contorno
Cada uno de los cinco dedos de la mano tiene tendencia
a presentar un contorno característico, simétrico
en un dactilograma bien hecho, pero asimétrico en las
huellas que deja el delincuente en los objetos al manipularlos.
Según donde se ejerza el apoyo, un dedo produce una
deformidad característica de forma simétrica.
Cuando la huella sea borrosa o ilegible, basta con visualizar
el contorno. Analizaremos dedo por dedo:
- PULGAR. Uno de sus lados tiende a ser vertical o
ligeramente curvo (contorno de Pera), en ese lado en el
extremo ungueal (estructura
córnea que normalmente se conoce como uña),
tiene la máxima altura y a partir de ahí va
descendiendo paulatinamente al mismo tiempo que
se curva, hasta unirse más abajo con el otro
dedo. - ÍNDICE. Similar al pulgar pero más
estilizado, diferenciándose ambos por el mayor
tamaño del pulgar. - MEDIO. Se caracteriza por la ausencia de
deformaciones o por presentarse estas simétricamente
distribuidas a ambos lados del eje de
simetría. - ANULAR. Su contorno es intermedio entre el
índice y dedo medio. - AURICULAR o MEÑIQUE Suele presentarse solo
la parte superior y el inicio de las laterales.
CAPÍTULO
IV
ANATOMÍA Y FISIOLOGÍA DE LOS
ÓRGANOS DEL CUERPO
HUMANO RELACIONADOS CON LA
DACTILOSCOPÍA
4.1. La mano
Mano, es la porción terminal de los brazos o
extremidades anteriores de los seres humanos y de otros
primates, adaptada para asir. A veces, en otros mamíferos y formas inferiores de animales, este
tipo de apéndices también se llaman manos para
distinguirlos de los pies de los miembros inferiores, pero las
manos verdaderas sólo aparecen en los
primates.
Aunque muchos mamíferos y otros animales tienen
apéndices de asimiento parecidos morfológicamente
a una mano (patas, garras, zarpas, etc.), estos no son
científicamente considerados como tales, y tienen otros
nombres variados. Usar el término mano para distinguir
la terminación de las patas delanteras de las traseras
es meramente un uso científico de
antropomorfización. El único caso donde
verdaderamente aparecen manos, es en el orden mamífero
de los primates. Las manos además deben tener pulgares
oponibles, descritos posteriormente en este
capítulo.
Los humanos tienen únicamente dos manos
(excepto en casos de polimelia), localizadas en los antebrazos.
En ocasiones se dice que los simios y monos tienen cuatro
manos, porque sus dedos de los pies son largos y con pulgares
oponibles, pudiéndolos usar en ocasiones como
manos.
4.1.1. Usos de las manos
El uso principal de las manos es el de tomar y
sostener objetos, de estos usos generales derivan muchos
más debido a la gran versatilidad de movimiento
del que es capaz la mano, así como de la
precisión que puede alcanzar en estos movimientos,
ejemplos de estos usos de las manos son: La mano y los dedos
son los originales "utensilios" para comer. La mano o las manos
se utilizan en costumbres y saludos. Con la mano se puede
gesticular, e incluso existen lenguajes de señas para
la
comunicación con personas sordas o con problemas
auditivos.
Algunos gestos pueden ser especialmente obscenos, como
también ocurre con el lenguaje
verbal, y un ejemplo es el puño con el dedo corazón
extendido, o con el índice y meñique extendidos.
La mano también sirve como instrumento de medida. Una
mano extendida es un palmo, aunque su longitud es muy variable
según la persona.
Las personas invidentes pueden utilizar sus manos como
instrumentos de lectura
mediante la escritura en
Braille, en esta escritura, la sensibilidad de los dedos entra
en acción ya que han de ser capaces de
sentir los pequeños surcos en el papel de los que se
compone. Una mano cerrada es un puño, y puede servir
para golpear o para sujetar objetos pequeños. Una mano
cerrada con el dedo índice extendido sirve para
señalar o tocar algo. También se puede sujetar un
lápiz u otro instrumento similar para escribir o
dibujar. La escritura es una actividad que realmente exige una
gran precisión y coordinación de los distintos
músculos y articulaciones que componen la mano.
Uno de los usos que más suele dársele a
las manos, es el de obtener placer físico. Asimismo, la
mano ha dado surgimiento a la regla de la mano derecha, que es
un convenio práctico empleado en Física y Mecánica.
4.1.2. Anatomía de la
mano
Sobre la anatomía de la mano humana podemos
decir que consiste en una palma central (metacarpo) de la que
surgen cinco dedos, está unida al antebrazo por una
unión llamada muñeca (carpo). Además, la
mano está compuesta de varios, músculos y
ligamentos diferentes que permiten una gran cantidad de
movimientos y destreza.
La muñeca tiene ocho huesos (los huesos
carpianos), dispuestos en dos grupos
de cuatro. Estos huesos encajan en una pequeña
cavidad formada por los huesos del antebrazo, el radio y
el cúbito. Los huesos de la fila proximal son de
fuera hacia dentro: el escafoides, el semilunar, el
piramidal y el pisiforme. Los huesos de la fila distal
son de fuera hacia dentro: el trapecio, el trapezoide, el
grande y el ganchoso.
Figura: Huesos del carpo, vista
dorsal.
Figura: Huesos del carpo, vista
palmar.- – Huesos de la muñeca
- – Huesos de la palma
- La palma de la mano tiene cinco huesos (los
huesos metacarpianos) uno
por cada dedo. - – Huesos digitales
- Las manos humanas contienen catorce dedos
digitales, también llamados falanges: dos en el
pulgar, y tres en cada uno de los otros cuatro dedos. Estos
son:
- La falange distal
- La falange media
- La falange proximal.
La mano tiene su evolución de organismos interiores. La
mano normal se divide en regiones. Las articulaciones entre los
huesos del carpo están sostenidas por ligamentos
anteriores, posteriores e interóseos. Los espacios
articulares están comunicados entre sí y
funcionalmente se comportan como una unidad.
En función
del tema que nos ocupa, estudiaremos la mano examinando
separadamente sus regiones, líneas y crestas, pues de la
misma manera que no hay dos dedos iguales, no hay tampoco dos
palmas ni regiones idénticas. Cada dedo como cada mano y
cada región tiene su fisonomía y contiene, por lo
tanto, elementos bastantes para acreditar una identidad.
Necesariamente deberemos dividir la mano en regiones
atendiendo a las eminencias, surcos y pliegues de la cara
palmar y digital más fácilmente impresionables.
La siguiente figura hace un esquema de las regiones de la
mano.
|
Figura: Mano izquierda, vista
dorsal.
4.2. Los dedos
Dedos, formaciones alargadas múltiples finales
de la mano y el pie. A la región digital pertenecen los
dedos, cada uno tiene tres falanges, excepto el pulgar que
sólo tiene dos. Los apéndices movibles separados
los unos de los otros que se desprenden del borde inferior o
distal de la mano, llamados dedos, son órganos
esenciales de la aprehensión y del tacto.
En los casos normales son cinco, pulgar, índice
o indicador, medio, anular y auricular o meñique. Todos
estos dedos están constituidos bajo un mismo tipo
excepto el pulgar que presenta algunas particularidades
anatómicas. Cada dedo está formado por tres
columnas óseas llamadas falanges y que son sucesivamente
decrecientes. Las falanges se cuentan desde el borde inferior
de la mano hacia la extremidad libre. La falange donde
está la uña es la tercera. También pueden
llamarse falange, falangina y falangeta, en lugar de primera,
segunda y tercera. Al pulgar le falta la segunda falange o
falangina. El volumen de los
dedos así como su longitud varia en cada uno de ellos.
El pulgar es el más grueso, el auricular es el
más delgado. El del medio, llamado también
cordial o del corazón, es el más largo. Este
orden longitudinal decreciente resulta muy ventajoso para el
examen de las impresiones planas o de control en
las fichas, lo
que sirve para comprobar si ha habido fraude.
Tienen, como las manos, dos caras: una palmar o anterior y otra
dorsal o posterior.
Los dedos presentan tres eminencias separadas por
depresiones. Las depresiones están situadas entre las
eminencias y señalan las articulaciones o sea las
uniones de las falanges que conocemos vulgarmente con el nombre
de coyunturas. Las llaman superior o dígito palmar,
media e inferior. Las eminencias son los cuerpos de las
falanges. El pliegue superior o dígito-palmar es el
límite de la palma de la mano y la cara palmar de los
dedos. El inferior es el límite de la región que
llamamos del dactilograma.
4.3. La región
dígito-palmar
La región dígito-palmar está
situada en la parte inferior de la palma considerada la mano en
posición anatómica, es decir, con los dedos hacia
abajo y corresponde al espacio comprendido entre el pliegue de
flexión y el inferior. Esta región ostenta varias
eminencias y depresiones pertenecientes a las raíces de
los dedos.
La región central abarca el hueco de la mano y
está limitada por los pliegues inferior, tenar e
hipotenar. La región tenar pertenece al borde externo de
la mano y en ella tiene su asiento el dedo pulgar. La
región hipotenar se halla al lado opuesto de la tenar, o
sea en el borde interno y tiene por limites el pliegue
hipotenar y parte del inferior. La reunión de las
eminencias tenar e hipotenar forman lo que se llama
talón de la mano.
4.3.1. Los pliegues
Los pliegues falángicos son los que
corresponden a las coyunturas digitales. El pliegue
dígito-palmar es el de flexión de los dedos y
separa la región dactilar de la palma de la mano. El
pliegue inferior comienza por debajo de la raíz
auricular, bordea la región dígito-palmar y
termina generalmente entre los dedos medio e índice.
Este pliegue es el que en Quiromancia se llama línea del
corazón. El pliegue medio tiene su origen debajo de la
raíz del dedo índice, pasa por el centro o hueco
de la mano hasta perderse en la región hipotenar. En
Quiromancia se llama línea de la cabeza. El pliegue
tenar arranca confundido o muy próximo al pliegue medio,
entre el índice y el pulgar, extendiéndose
alrededor de este dedo hasta llegar a la muñeca. En
Quiromancia se llama línea de la vida. El pliegue
hipotenar comienza en o cerca del talón de la mano, se
dirige hacia el dedo auricular y termina, después de
atravesar o bordear la región hipotenar en la
región inferior. En Quiromancia se llama línea
hepática. Línea eje o Raya del Destino, como la
denominan los quirománticos, es aquella que principia,
como la anterior, en el talón de la mano y se dirige
más o menos recta hacia el dedo medio.
Las arrugas que aparecen en la piel de la
mano y en que la palmistería se basa para la
predicción de la suerte son simplemente debidas a las
funciones
mecánicas a que se ven sometidas las manos y los objetos
por el uso. Sin embargo, una cuidadosa observación de estas arrugas pueden ser
útiles para el reconocimiento y la identificación
y no deben por completo ignorarse.
Al describir una mano deben emplearse los
términos técnicos siguientes: el lado donde nace
el dedo pulgar se llama radial porque en este lado se halla el
hueso radio que es donde gira la muñeca sobre el
antebrazo. El otro lado se llama ulnar que es el hueso
principal del antebrazo y que forma la articulación
principal del codo. Cuando hay que nombrar los dedos hay que
referirse a ellos en relación con el lado del cuerpo, si
del lado derecho o izquierdo además de los nombres
genéricos de pulgar, índice, medio, anular y
auricular. Y en cuanto a las extremidades de la mano se
clasifican de acuerdo con su distancia al cuerpo, tronco o
muñeca. Así se le llama distal a la extremidad de
los dedos, o sea la parte correspondiente de los dedos y
próxima en sentido inverso. En igual forma se emplean
los términos dorsal y palmar para señalar el
dorso o la palma de la mano.
4.4. La piel
Piel, en anatomía, es la parte del organismo
que protege y cubre la superficie del cuerpo y se une, sin
fisuras, con las membranas mucosas de los distintos canales
(por ejemplo, el canal alimenticio) en los distintos orificios
corporales. La piel forma una barrera protectora contra la
acción de agentes físicos, químicos o
bacterianos sobre tejidos
más profundos, y contiene órganos especiales que
suelen agruparse para detectar las distintas sensaciones, como
el sentido del tacto, la temperatura
y el dolor. Cumple un papel importante en el mantenimiento de la temperatura corporal gracias
a la acción de las glándulas sudoríparas y
de los capilares sanguíneos. En la regulación de
la temperatura corporal participan los 4,5 m de capilares
sanguíneos contenidos en cada 6,5 cm2 de
piel.
La piel es un órgano viviente, el más
grande del cuerpo (pesa entre 1'8 y 2'7 kilogramos), que cambia
constantemente, respira y necesita ser cuidado y atendido toda
la vida. Es la mediadora entre la parte interna y externa del
cuerpo y está constituida por elementos básicos
que se deben conocer para aprender a tratarla.
La piel está cubierta por una mezcla de sudor y
de sebo, que es la película hidrolipídica que
constituye la primera barrera defensiva contra las agresiones
externas y fricciones exteriores al limitar el desarrollo
de las bacterias
gracias a su acidez. Esta fina emulsión también
mantiene el grado de hidratación cutánea y le
otorga a la piel su aspecto aterciopelado. La piel está
constituida por tres capas esenciales:
La Epidermis, que es la capa superficial, la primera
barrera de protección del organismo. Es visible, y por
lo tanto es la que sufre mayor irritación y deterioro,
sin embargo se regenera constantemente, aunque no se perciba,
por medio de un proceso llamado descamación, en el cual,
las células
muertas y viejas se caen para dar lugar a las células
nuevas. No posee vasos sanguíneos. Tiene entre sus
funciones dos muy importantes: mantener la hidratación y
la protección de la radiación solar, así, la piel
trabaja todo el tiempo para defenderse del exterior.
Está constituida por distintas capas de células
perfectamente estratificadas y no contiene vasos
sanguíneos.
La capa superficial, la capa córnea,
está constituida por células que contienen
queratina y que se eliminan continuamente al exfoliarse. Estas
células han pasado por una maduración desde la
capa más profunda de la epidermis hasta la más
superficial. Va perdiendo su núcleo y volverse planas,
formando finalmente capas finas que se descaman. Durante esta
evolución de la
célula va ascendiendo por la epidermis a
través de diferentes estratos. Estos son: estrato Basal,
estrato de Malpighio, estrato Granuloso, estrato Lúcido,
y estrato Corneo. El espesor de la capa córnea
varía según las distintas partes del cuerpo. La
más gruesa es aquella que cubre la palma de las manos y
la planta de los pies, debido a los roces y otros tipos de
fricciones. En cambio, la
piel que cubre las mucosas no contiene queratina y, por lo
tanto, no tiene capa córnea.
La capa profunda de la epidermis, que está
constituida por células germinativas, asegura la
renovación continua de la capa córnea,
después de la ascensión y de la maduración
celular. Se requieren entre cuatro y seis semanas para que la
epidermis se renueve en su totalidad. En la parte profunda de
la epidermis, se encuentra igualmente otro tipo de
células especializadas. Son los melanocitos. De ellas
depende el color de la
piel, ya que son las células que fabrican la melanina.
Este pigmento se encuentra en mayor cantidad en las pieles
oscuras que en las pieles claras.
4.4.1. Capas de la piel
a.) La epidermis
El espesor de esta región varía
según el sitio estudiado, siendo más compleja y
más gruesa en la planta del pie y en la palma de las
manos, donde alcanza un espesor de 1,5 mm. Su epitelio es
pluriestratificado (5 capas o estratos celulares) y está
compuesto por láminas de keratina. Los keratinocitos son
reemplazados por medio de la división (mitosis) de
las células basales (regeneración). Esta capa de
la piel también contiene células con pigmentos
llamadas melanocitos, que son los que dan el color a la piel,
células de Langerhans con funciones defensivas y
células nerviosas con funciones hormonales
(células de Merkel). No posee vasos
sanguíneos.
b.) La dermis
Es la capa que se encuentra debajo de la epidermis,
tiene un espesor de cuatro milímetros aproximadamente, y
es la que da elasticidad
y tersura a la piel. Contiene numerosos vasos capilares,
sanguíneos y linfáticos que aportan nutrientes,
receptores sensitivos, glándulas sebáceas,
folículos pilosebáceos y glándulas
sudoríparas que trabajan en conjunto.
La dermis es el tejido de sostén de la piel.
Sus células especializadas, los fibroblastos, fabrican
fibras de colágeno y de elastina. Las fibras de
colágeno otorgan la firmeza y la resistencia de
los tejidos al formar una trama densa organizada en haces. Las
fibras de elastina, que son más finas, le dan a la piel
su elasticidad. Progresivamente se vuelven rígidas y
desaparecen aproximadamente después de los 45
años de edad. Estas fibras se encuentran en un gel rico
en ácido hialurónico y formado también por
mucopolisacáridos y ácido
condroitinsulfúrico. Las fibras se presentan en forma de
malla. Este ácido interviene en la hidratación de
la piel al fijar moléculas de agua. La
dermis contiene igualmente numerosos vasos sanguíneos
que nutren la epidermis profunda y participan de la
regulación térmica.
c.) La hipodermis
Es la capa más profunda de la piel, conocida
también como tejido subcutáneo, que contiene
numerosas células de grasa y está cubierta por
una densa red de vasos
sanguíneos, por lo tanto es la capa adiposa del
organismo. Está conectada con los órganos
profundos y compuesta por fibras, venas y adipocitos. Protege
la piel de agresiones, pero también actúa como
reserva de energía. Representa la reserva
energética más importante del organismo gracias
al almacenamiento y a la liberación de
ácidos
grasos.
Sus células grasas, los
adipocitos, son células voluminosas. El núcleo
aplanado de estas células está pegado en la
periferia por una gota de lípido. Los adipocitos se
distribuyen de manera distinta en la mujer y
en el hombre.
En las mujeres, los adipocitos predominan en la zona de los
glúteos y de los muslos. En los hombres, se encuentran
más bien en la zona abdominal. En la hipodermis, se
encuentran las glándulas sudoríparas y los
folículos pilosos a los que están unidas las
glándulas sebáceas.
La piel está conectada al sistema
nervioso y a todas las emociones, es
un órgano sensorial, por lo que todos los sentimientos y
el estado de
salud se ven
reflejados en ella. La piel cubre la totalidad de la superficie
del cuerpo. En ciertos territorios cutáneos se
desarrollan formaciones apendiculares especiales, los pelos y
las uñas, y además numerosos órganos
glandulares; las glándulas sudoríparas y las
sebáceas.
El sentido del tacto tiene un asiento en la piel, la
que podemos llamar en conjunto, órgano del tacto.
También actúa como órgano protector del
cuerpo y como órgano respiratorio. Tiene un peso
aproximado de unos cuatro kilogramos, dos metros cuadrados de
superficie y aproximadamente un tercio de la sangre
circulante esta contenida en ella.
La piel tiene una importancia enorme en las investigaciones
de la Criminalística. Tiene una cantidad tan
importante de elementos anatómicos en que se puede
fundar la identificación personal que la
hacen de un interés
enorme en la determinación de la identidad.
Anatómicamente la piel está formada de
dos partes principales, una proviene de la hoja germinal
externa y está formada por un epitelio
poliestratificado: la epidermis; y la otra, colocada debajo, es
una formación conjuntiva de origen mesodérmico:
la dermis.
En esta se puede reconocer a su vez una capa
superficial sólida y compacta, el Corión, que se
une directamente a la epidermis, y otra más profunda y
de constitución más laxa, el tejido
conjuntivo subcutáneo, que une el corión con los
órganos profundos, como por ejemplo los músculos
y los huesos.
El límite entre la epidermis y la dermis no es
de ordinario regularmente plano, sino que la dermis presenta
elevaciones cónicas, piramidales, etc.; las papilas,
sobre las cuales se dispone la epidermis. Las papilas, desde el
punto de vista de su estructura, unas veces son vasculares, que
son también las más numerosas, y otras nerviosas.
Las papilas nerviosas de las yemas de los dedos, palmas de las
manos y plantas de
los pies, presentan en su vértice un corpúsculo
del tacto.
En la dermis o corión se funde y graba el
diseño papilar que nos sirve para la
identificación personal. Aún cuando la epidermis
se altere o se descame superficialmente, el dibujo de
las crestas cutáneas se reproduce en idéntica
forma o como estaba antes el diseño, es decir, se
encuentra igual cuando se verifica el "restitutio and
integrum".
La coloración de la piel se debe a dos causas:
la materia
colorante roja de la sangre que circula por las redes capilares y que a
través de la epidermis se transparentan, y las
granulaciones del pigmento melánico, que están
depositadas principalmente en las células epiteliales de
la capa profunda de Malpighi. De la carga del pigmento
melánico resultan los distintos colores de la
piel en las diferentes razas humanas.
La piel posee, entre sus elementos constituyentes, una
serie de pequeños aparatos nerviosos que recogen las
impresiones táctiles. La piel por su espesor y
resistencia es un aparato de protección, y, si
añadimos a ellas las uñas y pelos, todavía
más eficaz.
Figura: Estructura de la piel
humana.
Las glándulas que entran en la
constitución de la piel son numerosas, las
glándulas sebáceas y las sudoríparas
desempeñan un papel principalísimo en la
excreción, a través de las cuales se eliminan los
materiales
de desecho de las combustiones orgánicas.
4.4.2. Tipos de piel
Hay varios tipos de piel, esta condición tiene
relación con la mayor o menor sudoración de un
individuo en
relación a otro. Los principales tipos de piel
son:
- Piel Normal: Es una piel con secreciones
equilibradas tanto sudoral como sebácea, una piel
elástica, flexible y resistente. - Piel Seca: Puede ser que tenga una pérdida
de agua o de grasa, tiene un aspecto apergaminado (que a
simple vista se ve acartonado), con irritaciones y
telangiectasias (dilatación de los vasos capilares).
Las arrugas de expresión a menudo están
marcadas, es una piel fina, poco elástica y poco
suave. - Piel Seca Alípica: Tiene una falta de
secreción sebácea y sudoral pero principalmente
falta de grasa, de aspecto seco, opaco y reacciona mal a un
exceso de sol, aire o
productos
agresivos. - Piel Seca Deshidratada: Tiene una carencia de agua
debido a factores internos como la edad y externos como el
viento, aire, etcétera, es una piel sensible, sin
brillo, mate y tiene un aspecto marchito. - Piel Grasa Normal: Tanto la secreción
sudoral como sebácea son abundantes, pero siempre
tendrá más grasa. Es una piel brillante, con
poros dilatados y comedones. El aspecto es el de la piel de
una naranja. - Piel Grasa Deshidratada: Tiene una secreción
sebácea abundante con pérdida de agua, se
descama con facilidad, es brillante y se irrita muy
fácilmente. - Piel Asfíctica: Viene dada por un
hiperfuncionamiento de las glándulas
sudoríparas, un exceso de queratinización por
la aplicación de cosméticos, rica en lípidos.
Figura: Imagen de piel normal y
alterada.
4.4.3. Órganos anexos en la
piel
a.) Glándulas sebáceas
Se encuentran en todo el cuerpo menos en las palmas de
las manos y las plantas de los pies y otras regiones limitadas.
Segregan un líquido espeso, aceitoso, que sirve para
suavizar la parte superior de la piel y mantenerla
húmeda, evitando la evaporación de agua y la
absorción de ciertas materias dañinas.
b.) Glándulas
sudoríparas
Están contenidas en la parte profunda de la
piel y existen en toda ésta menos en los labios y
párpados. El número total de dichas
glándulas se calculan en unos dos millones. Se componen
de tres partes: el poro, que comunica la glándula con el
exterior, el conducto y el glomérulo.
La secreción de las glándulas
sudoríparas es el sudor, líquido claro,
ligeramente salado y cuyo olor varia según los
individuos y las distintas regiones del cuerpo. Está
formado por agua y por substancias perjudiciales para la salud,
como ácido úrico, urea y cloruro de sodio. El
sudor se produce en el glomérulo y sale por el conducto
hasta el exterior. La cantidad es de unos 600 gramos diarios;
pero varía con el ejercicio, el calor de la
atmósfera, algunas bebidas, ciertos
alimentos.
Figura: Glándula
Sudorípara.
El sudor es cuanti y cualitativamente diferente
durante el juego,
el trabajo,
el delito, etc.
También puede presentar una coloración azul,
amarillo, rojo, verde, etc., debido a absorciones determinadas.
Todo esto hace que el sudor sea de una importancia
extraordinaria en la dermopapiloscopía y en general, en
la Criminalística.
Es, pues, la piel, elemento de un valor
extraordinario en las investigaciones criminales, pues toda la
piel se investiga, estudia, analiza e identifica,
brindándonos un amplio campo de estudio y aportando
datos y
detalles que constituyen el más franco éxito
de la investigación.
Dice Dambolena en su obra Genética Dactiloscópica, lo
siguiente: "La dermis o corión es la capa profunda y
fundamental de la piel. A ella se debe su resistencia y
elasticidad, así como su cualidad de membrana sensible
puesto que allí es donde se diseminan los aparatos
terminales del tacto. Su cara superficial está en
relación con la epidermis y se halla erizada de una
multitud de pequeñas prominencias (papilas) que se
forman en la palma de la mano y en la planta de los pies". Por
aparte, refiriéndose a la epidermis dice: "La epidermis
comprende a su vez dos caras: una cara exterior o lámina
cornea superficial; una cara profunda o cuerpo mucoso de
Malpighi. La capa córnea está formada por una
envoltura de células epiteliales muertas, planas y
disecadas que se desprenden incesantemente; son renovadas de
tal manera que la epidermis no se destruye. Esta membrana es
semitransparente. El cuerpo mucoso de Malpighi, subyacente,
está constituido por células vivas y redondas
siempre dispuestas a multiplicarse. Este cuerpo es
especialmente el encargado de proveer el reemplazo de las
células planas o muertas de la capa superficial. Estas
células encierran, además, el pigmento que da a
la piel su coloración, variable, según las razas.
El espesor de la piel varía según los individuos
y en el mismo sujeto, según las regiones. Muy delgada en
algunos puntos, los párpados por ejemplo; es muy gruesa
en otros, como en las palmas de las manos y la planta de los
pies, en donde su espesor parece aumentar con el roce que
experimenta. El espesor de la piel oscila, en general de medio
a dos milímetros, siendo de tres en la palma de la mano
y en la planta de los pies."
4.5. Aspectos fisiológicos particulares de
la piel de las manos
4.5.1. Las papilas
La forma de las papilas es de lo más variado
tan pronto cónicas, hemisféricas o piramidales,
ya simulando una pera, una verruga o una cresta de cima a
menudo bifurcada. Esta extrema variedad de conformación
es la causa principal de los numerosos detalles que presentan
las líneas papilares estudiadas con la lupa; ella es, en
último análisis, el verdadero factor de la
diferencia individual, puesto que de la yuxtaposición de
las papilas tan innumerables como variadas en forma, resultan
estas curiosas combinaciones de relieves y surcos
cutáneos que dan a cada pulpa digital un aspecto
distinto y tan personal.
El número de papilas podemos calcularlo
alrededor de unas 36 por cada milímetro cuadrado, y su
tamaño va desde los 55 a los 225 milésimas de
milímetros de alto, existiendo varios tipos: grandes,
pequeños, medianos y compuestos.
Figura: Particularidades de la
piel.
Las papilas dérmicas, denominadas
también papila dactilar o digital fueron descubiertas
por Malpighi en el año 1664. Con respecto a la
época de su aparición dice el Dr. Sislán
Rodríguez: "Sobre la época de la aparición
no existe una fecha fija". Mientras que Blaschko
constató que la formación de las papilas comienza
en la dermis a partir del quinto mes para llegar a la epidermis
totalmente formada al comenzar el séptimo. Kristina
Bonnevie, afirma: "He podido comprobar que la ondulación
papilar comienza a manifestarse no a fines del cuarto mes, como
se creía anteriormente, sino desde mes y medio antes, en
el embrión que solo mide cuatro centímetros del
vértice al isquion."
En el sitio en que los tres sistemas de
ondulación se encuentran, se forman los deltas de los
torbellinos o verticilos y de los bucles o presillas, en tanto
que la formación de los arcos presupone, desde el
principio, una ondulación papilar continua de toda la
superficie del dedo. Es posible seguir muy de cerca este
proceso sobre series de cortes transversales de dedos
pertenecientes a embriones de tres o cuatro meses. Se constatan
asimismo diferencias notables entre los embriones. Es posible
distinguir muy bien los tipos de arcos y los tipos de
verticilos o los de presillas, en razón de espesamiento
de su epidermis: otros embriones tienen un esbozo papilar de
doble centro.
Las glándulas sudoríparas funcionan en
el cuerpo del hombre a
partir del cuarto mes de la vida intrauterina y poco más
tarde habría comprobado; asimismo se ha determinado que
la presencia de algunos tramos papilares ocurre en cuanto se
forman las glándulas sudoríparas del ser en
formación. Al quinto mes de gestación, las
papilas comienzan a dibujarse en el dermis; al sexto mes los
surcos se acusan y poco tiempo después aparecen las
pequeñas depresiones que segmentan en papilas las
crestas dactilares. En el curso del séptimo mes se
muestran las líneas transversales de la base de la
falange, y, desde ese momento, la piel ofrece un aspecto
definitivo.
Detalle más interesante: las sinuosidades
papilares no se desarrollan todas a la vez en la superficie de
la piel. Su dibujo se esboza en la extremidad angular de la
falange, luego se muestra en los
bordes laterales del dedo y extendiéndose de la
periferia al centro alcanza en último término el
torus táctil. Pero no hay allí, en realidad, un
desarrollo en superficie, porque los relieves
epidérmicos se acusan en la piel sucesivamente. Como se
puede advertir en un corte microscópico dado una de las
sinuosidades papilares emerge del dermis y levanta la epidermis
individualmente.
Si esta última comprobación, que
debería ser controlada por medio de cortes en serie
sobre varios individuos, fuese exacta, habría que
deducir de ello que la figura papilar es esencialmente
individual, realizada de acuerdo con un plan
embrionario prefigurado; y, por tanto, sería su
constitución en absoluto independiente de las
condiciones del medio y de las influencias locales,
susceptibles de actuar sobre la conformación exterior de
los dedos hacia el sexto mes de la vida
intrauterina.
Algunos especialistas sostienen que cada una de las
sinuosidades papilares que emergen del dermis y levanta
individualmente la epidermis, parece manifestar la fuerza
original de la vida individual; cada germen de vida parece
contener en potencia una
forma determinada que no podrá dejar de revertir en uno
u otro punto de su desarrollo. Y el milagro de las
imágenes papilares consiste en revelarla en su
única singularidad.
4.5.2. Las crestas papilares
Veamos ahora cómo están formadas las
crestas papilares de las yemas de los dedos de la mano. Desde
el punto de vista de su histología y de su morfología el asiento de la
impresión dactilar está emplazado en la
superficie externa de la piel de la última falange de
los dedos de la mano y la constituyen los dibujos
formados por las líneas papilares.
Dice José Jiménez Jerez en su obra
Análisis Quiropapilar, lo siguiente: "Si observamos
detenidamente cualquiera de las regiones de la cara palmar en
la mano, descubriremos una infinidad de líneas en
relieve de
lomo redondeado, sembrada de puntillos glandulares que surcan
toda su superficie en diversas direcciones, desde la
muñeca hasta la cúspide de los dedos, formando
dibujos que, en ciertos lugares, como las yemas y en la
región dígito-palmar, toman las formas más
variadas".
Estas líneas en relieve se llaman crestas
papilares y los espacios que las separan reciben el nombre de
surcos interpapilares. Las crestas papilares son los elementos
componentes de los dactilogramas, por lo que empezaremos a
clasificarlas tomándolas como punto de partida para
emprender los análisis de las impresiones
dactilares.
Los dibujos dactilares están formados por
líneas, las crestas papilares, que a simple vista
parecen ininterrumpidas, pero mejor observadas, se nota que son
discontinuas, se interrumpen por pequeños orificios
llamados poros, que siguen la directriz de la
línea.
Dambolena describe así las formaciones de las
líneas en la dermis: "Se inicia la línea en uno
de los lados del dedo con la primera papila y a
continuación de ella se colocan las subsiguientes que
van creciendo de abajo hacia arriba formando cadena, a medida
que se desarrolla el nervio táctil o los vasos
sanguíneos. Alineados en la misma forma entre papilas
pasan los canales excretores del sudor, que atravesando la
dermis y la epidermis van a abrirse en la superficie de la
piel. Del mismo modo y yuxtapuestas a la anterior se van
formando las líneas sucesivas".
Si la línea está formada por una
sucesión de papilas simples sigue ininterrumpidamente
hasta que una papila compuesta, llega a interrumpirla. Como la
papila compuesta tiene dos cúspides, la línea a
partir de allí se bifurca en dos líneas nuevas,
lo que da lugar al nacimiento de todas las formas diversas de
líneas que se observan en el dactilograma. Estas son las
crestas papilares.
Las líneas papilares que cubren toda la falange
del dedo no se distribuyen en un desconcierto absoluto, dice el
doctor Sislán Rodríguez, por el contrario, a
pesar de ser todos los dibujos diversos, obedecen a formas de
distribución de las líneas
semejantes, que han permitido a la dactiloscopia agruparlos en
un número de tipos, que son los básicos
empleados, más tarde, en la
organización de los ficheros.
El Dr. Sislán Rodríguez, en sus
conferencias dictadas en la Universidad
de La Plata, Argentina, ha afirmado: "lo que ha dado valor de
signo natural inconfundible y único a la
impresión digital ha sido el descubrimiento", y el
escritor de policía científica, Galdino Ramos,
calcula que tardarían 4,660,337 siglos para que naciera
un hombre con sus dibujos dactilares iguales a otro que hoy
viviera.
A la Academia de Ciencias de
París fue presentada una información por el Dr. V. Balthazar, y
publicada en The Scientific American el 19 de agosto de 1911, y
según la cual el examen de gran numero de huellas
demostraron que cada una posee, por término medio, un
centenar de marcas
individuales. Si se divide la superficie de la huella en 100
cuadrados, cada uno de ellos contiene una marca por regla
general, rara vez dos y excepcionalmente tres o más.
Cada dos huellas cualesquiera difieren por la naturaleza
de sus marcas o por la situación de estas marcas en los
100 cuadrados el número posible de comunicaciones correspondientes a las distinta
marcas se representa aproximadamente por el numero uno seguido
de 60 ceros.
El numero de seres humanos existentes hoy es
aproximadamente de 6,000 millones de personas, y la
duración media de cada generación es de un tercio
de siglo, por lo cual se puede calcular en 18,000 millones de
personas por siglo. Como cada una tiene 10 dedos sería
posible coleccionar 180,000 millones de huellas en un siglo. De
todo lo cual resulta que teóricamente, sólo se
podrían encontrar dos huellas idénticas en un
espacio de siglos representado por la cifra 1 seguida de 48
ceros, período mucho más largo que el que los
astrónomos calculan que puede existir el sol sin
apagarse o enfriarse.
Las coincidencias parciales son más
fáciles de encontrar. La teoría de las probabilidades demuestra
que basta examinar 16 huellas, por término medio para
hallar coincidencias en dos marcas: 3 coincidencias se observan
en 64 huellas; 4 en 256; 5 en 1,024; 6 en 6,144; y 7 en 43,008.
Estos curiosos datos nos dan la idea que es imposible el que
haya dos impresiones dactilares iguales de distintas
personas.
Todo el dibujo dactilar, líneas y poros,
permanecen inalterables desde los cien días, más
o menos, de la vida intrauterina del feto hasta
la descomposición de los tejidos por la muerte.
Si estos se conservan, como han sido observados en momias
antiquísimas, tampoco desaparecen. Los
científicos aún no se han puesto de acuerdo con
respecto al uso de las crestas papilares. Se ha dicho por
algunos que su función es elevar las bocas de los
conductos a manera de facilitar la descarga del sudor y
también para ayudar al sentido del tacto.
Figura: Dibujos de crestas
papilares.
4.5.3. Las crestas subsidiarias
Entre cresta y cresta aparecen comprimidas unas
crestas mucho mas finas que las demás y tan delgadas
como un cabello, y que deben su origen a pequeñas
papilas mucho más delgadas y menos altas que las otras.
Estas crestas se denominan crestas subsidiarias.
Pueden aparecer en un dactilograma y en otro no; todo
depende del grado de presión
que se haga tanto al entintar como al imprimir el dedo. Es por
esto que no deben tenerse en la cuenta de las
crestas.
4.5.4. Los surcos papilares
Los surcos papilares son los espacios existentes entre
dos crestas papilares. Al imprimir un dedo con una materia
colorante, se reproducen en el papel las crestas como si fuera
un gomígrafo, mientras que los surcos papilares, que son
los espacios entre las crestas, quedan en blanco.
4.5.5. Las líneas blancas
También en las impresiones dactilares
observamos unas líneas blancas que no son surcos
papilares ni puntos característicos. Estas líneas
blancas fueron estudiadas primeramente por el doctor Luis Reyna
Almandos. El fue uno de los primeros en estudiar las
líneas que cruzan las crestas en diferentes lugares y
posiciones y las bautizó con el nombre de líneas
blancas o rayas albo-dactiloscópicas.
Hasta ahora es desconocido el origen de las
líneas blancas, han aparecido en impresiones dactilares
de niños
de meses y han faltado en impresiones dactilares de ancianos.
Se ha comprobado que no se deben al tipo de trabajo
profesional, ni se les pueden confundir con cicatrices o
arrugas. Son más comunes en personas viejas. Tienen
forma de surcos profundos y por lo tanto son más
visibles que las crestas. Pueden ser rectas, quebradas,
perpendiculares, gruesas y finas. Son raras en el dedo
índice y más profusas en los
restantes.
No son perennes ni inmutables; cambian de
posición y de tamaño y llegan a desaparecer
totalmente; por lo tanto su valor identificativo es secundario.
Otros autores se han ocupado de su estudio tales como Aurelio
Domínguez en 1929; L. Lerich y el Dr. Oliveira e
Costa-Junios.
4.5.6. Los Poros
Si se observa detenidamente una línea o cresta
papilar en un dibujo podemos comprobar que lo que a simple
vista da la sensación de una línea interrumpida,
no son más que líneas discontinuas interrumpidas
por unos pequeños orificios llamados poros que siguen la
directriz de la línea.
El poro es la boca u orificio de las glándulas
sudoríparas que nacen en la dermis y llegan hasta la
epidermis, y esa boca, llamada poro, tiene la función de
segregar el sudor derramándolo en la superficie de la
piel. Los poros tienen distintas formas: los hay en forma de
ojiva, circulares, de triángulos, curvilíneos,
elípticos, etc. Vistos por el microscopio se
puede apreciar que sus formas no son iguales, ni semejantes
unos a otros. El tamaño de los poros no es uniforme, y
en el hombre, por lo regular, son mayores que en las mujeres.
Su diámetro oscila entre 80 y 250 milésimas de
milímetro. Su posición en la cresta papilar
varía, estando unas veces situado en el centro de la
cresta, otras en un costado; a veces en el asa, o bien ocupando
toda la extensión, y muchas veces aparecen separados por
espacios más pequeños que su propio
diámetro. También suelen estar separados por
distancias superiores al tamaño de varios
diámetros o agrupados formando triángulos, etc.
Su número varía, oscilando entre 9 y 8 por
milímetro.
El poro, al igual que la papila, es inmutable, perenne
y variable. Luego por su forma, dimensión,
situación y numero podemos asegurar que resulta de un
valor identificativo de primer orden.
La poroscopía, en estado
experimentación, y que a la fecha aún no ha
logrado sistematizarse, estudia la terminación de los
canales secretores de las glándulas sudoríparas
como medio de identificación
Figura: Descripción del poro.
4.6. Aspectos fisiológicos del sudor humano
y su relación con el estudio de dactilogramas
latentes
Como preámbulo podemos decir que la
vaporización también llamada transpiración
o perspiración insensible, que se produce constantemente
a través de la piel, fue y ha sido durante el transcurso
de la historia uno
de los problemas más antiguos que ha planteado la
medicina al
razonamiento y conocimiento
humano. Desde los tiempos del famoso médico griego
Hipócrates, catalogado como el padre de la medicina, se
sabía que había un mecanismo por el cual el
organismo del ser humano eliminaba sustancias en forma de
vapor, a través de la piel.
El sudor es un líquido compuesto por agua,
sales minerales y
toxinas. Conforme al Diccionario
de la Real Academia Española de la Lengua, el
sudor es el líquido claro y transparente que segregan
las glándulas sudoríparas de la piel de los
mamíferos y cuya composición química es parecida
a la de la orina.
El sudor está producido por las
glándulas sudoríparas, que se encuentran situadas
en el tejido subcutáneo, en la epidermis. La
sudoración es un fenómeno fisiológico
destinado a mantener estable la temperatura corporal. Mediante
la evaporación del sudor se consume el calor sobrante
del cuerpo. Un estímulo que ayuda a mantener el proceso
sudorativo durante la evolución, es la sensación
de frescura que produce el contacto del sudor con el aire en
movimiento. También, al estar compuesto de toxinas,
sirve para la eliminación de sustancias nocivas para la
salud. La secreción del sudor se produce a raíz
del aumento de temperatura causado por el ejercicio, miedo,
dolor, nervios, etc.
Los conceptos referentes a este fenómeno
figuran en la doctrina o sistema de
Galeno, célebre médico griego de Pérgamo
que practicó con gran fama en Roma. Estos
autores señalan que "una perspiración o
transpiración insensible, o sea, vapores disueltos por
la temperatura del cuerpo, eran vertidos continua y
uniformemente por toda la superficie corporal y que esa
eliminación ocasionalmente podía ser incrementada
y tomar la forma de un fluido o líquido: el
sudor".
Al respecto, tenemos que las glándulas
sudoríparas fueron descubiertas por Johannes Purkinje en
1833, fecha desde la cual la transpiración insensible y
la secreción sudoral han sido temas que hasta hoy en
día son inseparables. Después de que diversos
estudiosos de la materia, hicieron diversos trabajos sobre
estos temas, aparece un paréntesis en la historia de la
investigación médica, donde la euforia por este
terna se ve disminuida, y no es hasta que un investigador
japonés llamado Yas Kuno y setenta y cinco
colaboradores, continúan con dichos trabajos sobre la
transpiración insensible humana, sus investigaciones
arrojan resultados nunca obtenidos, ya que de ésta se
fundamentan los conocimientos primarios en fisiología humana del sudor. "La
importancia e interés del asunto estimularon las
indagaciones en otros países y en el transcurso de una
década siguieron meritorios trabajos
experimentales".
Fisiológicamente se sabe en la actualidad, que
el agua como sistema biológico, tiene como
función principal mantener el calor o la temperatura
corporal óptima necesaria, de no ser así, se
activa el mecanismo por el cual se suda y se pierde este exceso
de calor. Vemos entonces que la pérdida de calor
corporal es un proceso constante en la vida ordinaria del ser
humano y que por su extrema variabilidad, resulta entonces un
efectivísimo proceso dinámico por el cual la
regulación de la temperatura corporal va de acuerdo con
las necesidades más urgentes de la economía
corporal.
Tenemos por otro lado que la temperatura corporal es
controlada adecuadamente cuando las glándulas
sudoríparas vierten una cantidad considerable de agua
sobre la superficie de la piel. Las glándulas
sudoríparas parecen ser las primeras en aparecer en la
piel de ciertos mamíferos. "En el curso de la
evolución, la tasa de secreción aumenta
paulatinamente hasta sobrepasar la actividad de otras
glándulas y producen una enorme secreción acuosa.
Este es el único desarrollo en la evolución de
las glándulas."
Por otra parte parecerá un tanto extraño
que sólo algunas especies de mamíferos
estén dotados de glándulas sudoríparas
bien desarrolladas. "El desarrollo de las glándulas
sudorales y de los aparatos nerviosos anexos, que constituyen
el aparato termorregulador fueron logrados por el hombre desde
que alcanzó la cúspide del reino animal por su
habilidad para mantener constante la temperatura de su
cuerpo."
Ahora bien, los doctores Rafael Santiago Carmona e
Israel
Castellanos en la obra "El Sudor en Criminalística",
dicen que además del control de la temperatura, la
sudoración tiene otras funciones que fueron importantes
para nuestros antecesores. En efecto, hay pruebas de
que las glándulas sudoríparas y el sistema
nervioso de las mismas, evolucionaron durante el período
de aclimatación de los grupos étnicos. Esto
explica el por qué el organismo de un individuo
acostumbrado a una temperatura ambiente
templada, al cambiar a una temperatura de cálida a
extrema, su organismo reacciona eliminando más calor de
lo normal que un individuo nativo de ese clima.
Por otra parte nos dice el Dr. Bernardo A. Howsay en
su libro
Fisiología Humana en el apartado de la piel y sus
anexos, que "la sudoración se produce de manera especial
cuando el cuerpo necesita desprenderse de una cantidad de
color. Cuando se evapora el sudor, la pérdida de calor
latente ayuda al mantenimiento del equilibrio
térmico y desempeña una función
especialmente importante en algunos climas cálidos en
donde la pérdida de calor no es fácilmente viable
por otros mecanismos como lo son la convección,
conducción o la radiación."
"Los dos mecanismos más importantes de que
dispone el organismo para provocar la pérdida de calor,
la vasodilatación cutánea y la secreción
de sudor están funcionalmente en íntima
correlación. Se ha podido comprobar que cuando se
activan las glándulas sudoríparas ecrinas,
éstas producen una enzima relacionada en la síntesis
de la bradiquinina que aparece en el sudor de éstas
glándulas. Esta enzima se difunde de los túbulos
de las glándulas sudoríparas hacia el exterior,
es decir, hacia el espacio tisular circundante, donde cataliza
la producción de bradiquinina, la cual es un
poderoso vasodilatador de los vasos circundantes al ponerse en
contacto con ellos. Esta hipótesis anula la necesidad de postular
la existencia además de las conexiones vasoconstrictoras
que inervan a los vasos sanguíneos epiteliales de un
grupo
distinto de nervios vasodilatadores".
Tenemos por otra parte que en la obra de
Fisiología Humana del Dr. Schmidt, menciona que el
organismo humano adecua su función termorregulador a
través de mecanismos como la radiación, la
conducción, la convección, todo esto dado desde
la piel; igualmente menciona que la función antes
anotada también se da por el calentamiento y la
humidificación, por la transpiración o
perspiración insensible, así como por medio de la
orina y las heces.
4.6.1. Mecanismo fisiológico por el cual se
pierde calor a través del sudor
Al mencionar el sudor, es importante hablar
también de las glándulas sudoríparas, ya
que en el hombre existen dos tipos de estas glándulas,
las cuales son las ecrinas y las apocrinas; en las primeras, la
secreción se forma en células secretoras que se
descargan de la misma sin sufrir destrucción alguna, es
decir, sin pérdida de ningún constituyente
celular. "En las glándulas apocrinas, se rompen las
protuberancias del interior del lumen, descargándose
continuamente con la secreción. Las glándulas
ceruminosas del conducto auditivo externo son semejantes a las
apocrinas y segregan un producto
céreo."
"Las glándulas ecrinas se distribuyen por toda
la superficie de la piel y son especialmente abundantes en la
palma de la mano y planta de los pies, están formadas
por tubos simples, enrollados, no ramificados, situados en el
tejido subcutáneo, dirigen sus conductos a través
de la piel, mediante unos canales de forma espiral que perforan
la epidermis. La porción secretora del tubo consiste en
una membrana basal alineada con una doble capa de
células de las cuales las más internas son
cúbicas y representan la sección secretora
propiamente dicha. Entre las células secretoras y la
membrana basal existe una capa de células
mioepiteliales. El canal de la glándula posee un
epitelio que consiste en dos o tres capas de células que
presentan un revestimiento cuticular interno bien definido,
pero carece por completo de capa muscular. Alrededor de cada
glándula sudorípara existe un plexo vascular muy
ramificado, se supone que en la totalidad del cuerpo existen
unos dos a cinco millones de glándulas capaces de
secretar sudor." Estas primeras apreciaciones de contabilidad
glandular se empiezan ha efectuar desde el año de 1956
por el Dr. Kuno en Alemania.
"Las glándulas apocrinas segregan una sustancia
cremosa de olor característico con grasa y proteínas en su composición; en el
hombre estas glándulas se hallan dispersas y mezcladas
con las ecrinas, lo cual hace difícil separar ambos
tipos de sudor. Este tipo de sudoración puede originarse
por cualquier tipo de agotamiento emocional, como lo son el
temor y la angustia. A diferencia del sudor ecrino que se
produce de una manera continua, como por ejemplo cuando un
individuo esta sujeto a altas presiones por diversos
ejercicios."
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