Francois Chevalier nos dijo todo lo que siempre
habíamos querido escuchar sobre "hombres ricos y
poderosos" y la hacienda mexicana clásica, también
concretó la imagen del
latifundio mexicano creada por las obras de los eruditos sobre el
tema de haciendas que le antecedieron. Mediante el uso de
documentación histórica bajo a la
gran hacienda del nivel de la abstracción, al de la
realidad histórica.1
Se ha logrado una tipología de las haciendas de
acuerdo a sus características geográficas y de
producción, aquí desglosamos solo
dos, las cuales describen en parte las haciendas del
Córdoba Veracruz:
- La zona de la hacienda, gran propiedad,
"latifundio", explotación de economía cerrada o
semicerrada o dirigida al mercado
local, regional o nacional, a menudo con una parte importante
del suelo reservada
a la ganadería. Esta hacienda es el resultado
de la fusión
de la encomienda, de la estancia de ganado y de la estancia de
labor o de pan llevar. Esta hacienda ofrece por supuesto
variantes según las regiones, pero de uno u otro modo es
típica de las mesetas mexicanas y
andinas.2 - La zona de Plantación, dirigida al
mercado internacional, se encuentra en las llanuras costeras
del trópico húmedo, y eventualmente en las zonas
templadas de México o de América central. Es una zona que, con el
tiempo, se
fue extendiendo a los llanos del interior. 3
Córdoba entra en ambas. Plantación y
Hacienda.
Cualquiera que fuera el origen de las tierras, fincar
una hacienda y acrecentarla dependía del capital
disponible y era un asunto de varias décadas.4
Como se explotaba finalmente una finca, dependía de las
condiciones socioeconómicas, así como de los
recursos
financieros y de la disposición del propietario a
desarrollar económicamente su
hacienda.5
Las haciendas novohispanas tenían ciertas
peculiaridades, divididas en tres grupos: 1) el
dominio sobre
los recursos
naturales de una zona "tierra y
agua"; 2) el
dominio sobre la fuerza de
trabajo; y 3)
el dominio sobre los mercados
regionales y locales.6 Chevalier puso cierta atención en el problema de la diversidad
regional de la estructura de
la hacienda.7
El proceso de
gestación del sistema agrario
basado en el dominio de la hacienda, duró más de
cien años. El gran latifundio surgió en la Nueva
España
ya en el siglo XVI, pero el dominio sobre la tierra de
algunos hombres poderosos no es suficiente para la existencia de
la unidad económica que llamamos hacienda. Aun cuando las
primeras unidades económicas de este tipo aparecieron ya
hacía mediados del siglo XVI, no fue sino en el siglo XVII
cuando se transformaron en el elemento preponderante de la
agricultura
mexicana y el periodo de su apogeo cubre el lapso que va desde
finales del siglo XVII hasta el último tercio del siglo
XIX.8
El siglo XVII, durante el cual se consolidó la
hacienda, se caracteriza por tres tendencias9 muy
marcadas:
- Un descenso notable en la producción de la
plata y el debilitamiento de varias ciudades y centros mineros
que constituían los polos mercantiles más
importantes de la Colonia. - Una contracción en el comercio
exterior de Nueva España, debido a la falta de
plata, la crisis en
que estaba hundida España y las constantes guerras que
obstaculizaban la
comunicación. - Después de un proceso vertiginoso de
desaparición de la población indígena, ésta
llega a su nivel más bajo (1,300,000). Al mismo tiempo
la población española y mestiza crece en forma
rápida y sostenida. En estas condiciones, las
comunidades no logran abastecer la demanda
urbana de productos
básicos.
La hacienda no es sólo una
institución económica, sino también un
sistema social y político.
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