- Introducción
al Mundo Zigzagueante de la
Descentralización - El
Desarrollo Regional: pilar fundamental de la
Planificación o una simple panacea
literal - Desarrollo Local:
el punto de partida de una gran incógnita llamada
Gobernabilidad - Introducción
del modelo "local/comunal" como propuesta para un posible
desarrollo regional - Conclusiones
- Bibliografía
Debates y propuestas dentro del
contexto de desarrollo
regional en Venezuela, y
como han propiciado los organismos gubernamentales la
participación comunitaria a nivel local
Introducción
La Descentralización es un proceso que ha
generado a nivel Latinoamericano una gran controversia, debido a
sus múltiples y variadas posibilidades que ofrece para
lograr que un Estado y sus
entes gubernamentales puedan gerenciar de la manera más
eficaz posible; de esta forma el estudio del caso venezolano que
trabajamos es un tanto complicado y difícil de analizar,
ya que para el momento en que los recién electos
gobernadores y alcaldes estrenan la gestión
descentralizada, el país ya se encontraba sumido en una
profunda crisis
económica, política y social que
amenazaba con agudizarse. Los alcances obtenidos por nuestra
investigación nos ha permitido deducir que
los efectos tanto positivos como negativos del proceso de
descentralización llevado a cabo en Venezuela han dejado
profundas crisis que han empeorado la situación, trayendo
como consecuencia un atraso considerable a la hora de elaborar
programas o
proyectos que
sirvan para obtener un desarrollo
sustentable tanto a nivel regional como local.
En el momento de la elaboración de los planes que
tendrían que ser ejecutados por los entes gubernamentales
para contrarrestar las demandas de la población en cuanto a servicios
básicos, se vivía una inmensa tensión debido
a las múltiples irregularidades que existían y
perduraban en el seno del gobierno
nacional, marcadas éstas por intereses partidistas y de
orden económico, lo que se convirtió en un
significativo atraso tanto para aquellos que elaboraban los
planes como para el grupo que
demandaba respuestas por parte del gobierno. Es por ello que
resulta difícil aceptar que un enfrentamiento exitoso, por
parte de los gobiernos regionales a los nuevos desafíos
contextuales, pudiese descansar sólo en lo en lo que el
gobierno nacional pudiese hacer. No estaría de más
el pensar que y así está planteado en nuestro
trabajo, que
el Estado
central debe estar acompañado de una reforma, de manera
que la posible modernización en la gestión de los
gobiernos regionales vaya encuadrada dentro del proceso que
actualmente lleva a cabo el Estado.
Resulta muy difícil hablar de logros cuando
están presentes mecanismos que entorpecen el trabajo, de
modo que lo que pudimos constatar durante el transcurso de
nuestra investigación fue un ineficiente manejo de los
recursos
financieros, que aunque lograron cubrir ciertas demandas de la
población, no consiguieron subsanar toda la
problemática existente, trayendo como consecuencia que
quedaran puntos neurálgicos que ameritaban ser estudiados
y desarrollados. De esta forma, el gobierno nacional junto con
los entes gubernamentales y demás instancias encargadas de
ofrecer seguridad a la
población no han conseguido respuestas para tal fin, y
aunque es cierto que existe una unidad rectora con capacidad de
negociación y eficiencia
técnica, como lo es el FIDES (Fondo Intergubernamental
para la Descentralización), no ha sido, a manera de
análisis, una estructura
capaz de establecer un orden dentro del cúmulo de
necesidades que necesitan pronta atención.
De esta forma es lógico el pensar que aún
existiendo tal institución gubernamental, y teniendo claro
que ésta se va ha fusionar, dándole paso al Fondo
de Compensación Inter-territorial, cuya creación
estaría destinada al financiamiento
de inversiones
públicas con el fin de promover el desarrollo territorial
equilibrado, así como la cooperación y
complementación de las políticas
e iniciativas de desarrollo de las distintas identidades
públicas territoriales y a su vez con la dotación
de obras y servicios esenciales en las regiones y comunidades de
menor desarrollo relativo, los conduciría al pensar que
una institución como ésta debe poseer un orden
interno capaz de generar respuestas inmediatas, pero el resultado
para tal fin no es el mismo.
Es por ello que lo que se ha planteado como posible
solución a dicha problemática se vea reflejado en
la intención de poner en práctica nuevos mecanismos
de acción,
para que de esta forma los gobiernos locales puedan de manera
eficaz hacer que las comunidades organizadas participen en la
toma de
decisiones, de esta manera estaríamos desarrollando el
potencial que tienen las comunidades para concretar sus objetivos. El
trayecto a seguir para lograr que dichos mecanismos funcionen
está enmarcado dentro de la lógica
de acción de lo local, y perfectamente influenciada por el
efecto catalizador ejercido por el proceso de
descentralización que actualmente se lleva a cabo en
Venezuela.
Tomando en cuenta la situación actual de nuestro
país, en donde convergen de manera insana diferentes
ideologías y/o doctrinas que cobijan dentro de sí
intereses particulares, las cuales arrojan como resultado que
todas las políticas adoptadas para subsanar las demandas
de la población se presenten de manera intangible, y es
por ello que en algunos casos podremos observar la necesidad que
tienen algunas instancias gubernamentales de recurrir a entes
externos capaces de generar confianza y establezcan mecanismos de
cooperación en cuanto a financiamiento, área que ha
sido totalmente descuidada o poco asistida por el gobierno
central.
El área de financiamiento es uno de los objetivos
que no pudimos constatar a cabalidad, debido a la poca información que los entes rectores dan al
respecto, pero lo interesante de todo esto es cómo
está planteado para el gobierno central esa transferencia
de capitales, bajo qué esquema o patrón se
guía el gobierno para realizar este movimiento
monetario, aunado a esto se encuentra el factor de
reestructuración política en el área
administrativa, ya que de esta forma pudimos constatar que se
puede conseguir cierta estabilidad jurídica a la hora de
invertir; en general puede decirse que no ha habido voluntad
política a nivel de la
administración central para proceder a la
regionalización, entre otras cosas, por que no hay un
convencimiento sobre las bondades que la desconcentración
y la descentralización pueden significar; sumado a esto
pudimos verificar la imposibilidad que tienen los órganos
creados por la regionalización de poder cumplir
sus objetivos, lo cual ha generado un rápido y profundo
deterioro en la credibilidad que tenía la gente al proceso
de regionalización, sobre todo en cuanto a su sentido y
finalidad, que por supuesto afecta la propensión a
participar por parte de las comunidades organizadas.
Como podremos verificar, los entes municipales con sus
respectivas alcaldías están sujetos a un programa o
proyecto que
describe de manera coherente los pasos a seguir para establecer
un contacto directo entre gobernador y gobernados y el cual esta
diseñado para dar respuesta al reclamo social sobre el
mayor acceso a las decisiones y por supuesto de la eficiencia de
los servicios
públicos y de administración; esto implica por ende, la
transferencia de competencias y
funciones
desde el gobierno central hacia los gobiernos estadales y
municipales, es decir, aún existiendo esta herramienta
hemos comprobado que la transferencia de competencias se ha
producido de manera descontrolada, coincidencialmente con el
aporte financiero que deben recibir las regiones, todo esto nos
conduce a pensar que el gobierno central por temor a perder el
control, persiste
en la idea de centralizar los canales de acción, de manera
que toda toma de decisión sea a través de la
oficina
central y no por el derecho
constitucional que tienen las regiones sobre su
autonomía decisional, y por ende,
participativa.
Es notorio el pensar que a través de esta serie
de tropiezos, que quizá son en gran medida el producto de la
incapacidad de muchos entes o individuos que han transitado por
las filas del gobierno, no hayan podido crear o elaborar
programas que les permitan acercarse un poco más a la
población, para que así de esta forma obtengan y
escuchen las demandas de las mismas, por ello nos resultó
muy preciso el indicar un modelo, que
quizá a nivel de alcaldías permita el flujo de
información, dicho modelo responde a la forma local /
comunal, como vía alternativa para que las
alcaldías puedan establecer de manera eficaz una mejor
relación y comunicación con las comunidades, y al
mismo tiempo permita
que las comunidades se organicen y participen en la toma de
decisiones a nivel gubernamental, en pocas palabras lo que
quisimos lograr es un acercamiento del gobierno con la sociedad
civil.
Uno de los puntos importantes que pudimos constatar en
el transcurso de nuestra investigación es el corroborar
que a través del proceso de descentralización y
sumado a este la reestructuración del aparato central, el
verificar la efectiva consolidación de dos grandes metas,
tales como, el imprimir mayor agilidad y eficiencia al aparato
estatal y, legitimar la acción del Estado ante la sociedad; pero
tomando en cuenta que si el proyecto descentralizador adoptado
por el gobierno central no va al ritmo de las exigencias sociales
y regionales, se generará un esquema de ingobernabilidad,
y por ende, truncando de antemano la visión de desarrollo
implantada por las regiones, en donde se piensa, están
comenzando a dar los primeros pasos y dando reflejos de ser
sociedades
urbanas y modernas.
Otro factor clave para nuestro análisis fue el
relacionado con el desarrollo regional y las implicaciones que
tienen los planificadores dentro del mismo, pues bien, pudimos
constatar que los procesos de
democratización política y de
descentralización del Estado revalorizaron durante la
pasada década el papel de las ciudades y los gobiernos
locales, pero con efectos contrarios se presentaron las
políticas de ajuste y las llamadas desigualdades y
marginalidades heredadas, las cuales retrasaron el protagonismo
de las ciudades, provocando de esta manera ciertos choques y
diferencias que se manifestaron en las políticas que
quisieron adoptar en la administración actual; estos choques desde
luego frenaron de antemano lo que nosotros hemos llamado proyecto
ciudad, que más allá de ser una utopía, se
ha convertido en una realidad tangible, en donde la
población se organiza, planifica, evalúa y lleva a
cabo sus programas o proyectos.
Dentro de éste preámbulo de ideas, es
necesario destacar la forma como se ha dado el balance
geográfico y los resultados que nos ha traído,
comenzando por informar la desigual distribución de la población en la
actualidad, y con ello el cúmulo de problemas que
se le presentan a los gobiernos regionales a la hora de ofrecer
servicios básicos; éste es un tema de
discusión que será presentado y analizado a
cabalidad en nuestro trabajo de investigación, y en donde
indicamos como posible solución al problema del desbalance
geográfico, la aplicación de un plan
estratégico, el cual definimos como un proyecto de
ciudad que unifica diagnósticos, concreta actuaciones
tanto públicas como privadas y a su vez establece un marco
coherente de movilización y de cooperación de los
actores sociales urbanos.
Ligado al problema de la distribución
geográfica se nos suma la problemática local y con
ella todas las implicaciones que se derivan de su análisis
e interpretación; si el análisis de lo
local nos hace pensar en el cómo se puede hacer para que
podamos alcanzar un desarrollo
sostenible, concepto
éste que será desarrollado en nuestro trabajo y que
a la vez nos permitirá entender la lógica de
acción de la gestión local, y el beneficio que
representa para las comunidades una efectiva gestión
administrativa. Preliminarmente podríamos indicar que para
la concreción de esta realidad, es cierto que los
demás actores locales tienen un rol fundamental,
entiéndase grupos de
acción, asociaciones de vecinos, juntas parroquiales,
etc., los cuales están en la capacidad de reducir al
máximo el factor de dependencia, el cual le ha restado
dinamismo al proceso.
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