INTRODUCCIÓN
Partiendo de la idea de que el libro que se
va a analizar nace de la experiencia del autor con un
sinnúmero de personas "víctimas de un amor mal
concebido o enfermizo"., es que nos daremos a la tarea de ahondar
un poco en su lectura, sobre
todo porque como señala el autor, "el amor es un
tema difícil y escurridizo y por eso asusta".
Además de que la mayoría de los problemas que
enfrentan los seres humanos, tienen alguna relación con
este sentimiento, ya que por lo general sus problemas se derivan
de la "dependencia afectiva extrema", que según Riso
(1999) "impide establecer relaciones amorosas adecuadas", esto
porque tarde o temprano genera sufrimiento y depresión;
ya sea por miedo a la pérdida, a la soledad y o al
abandono, lo que provoca perturbación no solo a la
persona que lo
sufre, sino a la persona por quien se sufre.
De ahí que este libro generase un interés
especial, no solo para leerlo y descubrir el pensamiento
del autor, sino para descubrir en sus páginas las
recomendaciones que se ofrecen para hacer del amor una
experiencia plena y saludable, propuesta que en estos tiempos es
casi una utopía.
RESUMEN
¿Amar o depender? De Walter Riso, es un libro que
permite al lector conocer un poco acerca del tema de la
dependencia afectiva de la pareja (heterosexual u homosexual),
esto porque muchas personas en todo el mundo confunden el
vínculo amoroso con otras cosas o sentimientos que
desvirtúan la relación.
Esta obra puede inscribirse en la categoría de
autoayuda o superación personal.
Está organizado en tres partes, donde el autor desarrolla
seis principios
básicos los cuales denomina "anti – apego". En la primera
desarrolla en forma general el tema del apego
considerándolo como una adicción, considera que
"depender de la persona que se ama es una manera de enterrarse en
vida, un acto de auto mutilación psicológica donde
el amor propio, el auto respeto y la
esencia de uno mismo son ofrendados" (p.21). También
aclara conceptos tales como que el deseo no es apego, porque
"querer algo con todas las fuerzas no es malo, convertirlo en
imprescindible, sí?"Por lo tanto si hay síndrome de
abstinencia, hay apego(p.29). Por lo tanto hay problemas porque
el apego desgasta y enferma, castra, incapacita, elimina
criterios, degrada, somete, deprime, genera estrés,
asusta, cansa, desgasta y finalmente acaba con todo residuo de
humanidad disponible(p.36).
Por otra parte, el autor considera la inmadurez
emocional como el esquema central de todo apego, esto porque
implica una perspectiva ingenua e intolerante ante ciertas
situaciones de la vida, por lo general incómodas o
aversivas. Señala tres manifestaciones de la inmadurez
emocional relacionadas con el apego afectivo, tales son: bajos
umbrales para el sufrimiento (tiene que ver con la incapacidad
para soportar lo desagradable; su vida está regida por el
principio del placer y la evitación inmediata de todo
estímulo aversivo, por insignificante que sea…), baja
tolerancia a
la frustración (es la incapacidad para elaborar duelos, de
procesar pérdidas y el no aceptar que la vida no gira a
nuestro alrededor, como señal de inmadurez) y la
ilusión de permanencia (es crear el anhelo de la
continuación y perpetuación ad
infinitu).
Asimismo, el autor considera que el placer/ bienestar
más seguridad /
protección es la "supersustancia" que motiva el apego. Es
decir, que de acuerdo con la historia personal afectiva,
la
educación recibida, los valores
inculcados y las deficiencias específicas, cada cual elige
su fuente de apego o cada apego lo elige a uno. Por lo tanto,
señala y desarrolla los apegos más comunes, tales
son: apego a la seguridad / protección, a la estabilidad /
confiabilidad, a las manifestaciones de afecto, a las
manifestaciones de admiración y al bienestar / placer de
toda buena relación (sexo, mimos,
tranquilidad y compañerismo).
En el segundo capítulo pretende ofrecer algunas
herramientas
para promover la independencia
afectiva y aún así seguir amando, de ahí que
éste capítulo esté dirigido a cualquier
persona que desee mejorar su relación o crear un estilo
afectivo más inmune al apego. Considera que el apego
puede prevenirse y anota tres principios o estilos de vida
orientados a fomentar ésa independencia psicológica
sin dejar de amar. El primer principio es el de la
exploración o "el arte de no poner
todos los huevos en la misma canasta"; el segundo es el de la
autonomía o "el arte de ser autosuficiente sin ser
narcisista" y el tercero es el principio del sentido de la vida o
"o el arte de alejarse de lo mundano". Donde la aplicación
de cada uno de ellos hará de la persona un ser libre de
apegos. Pero, la inmunidad a la adicción afectiva
sólo puede alcanzarse cuando todos nuestros papeles
estén debidamente equilibrados. De ahí que cuando
se logra la madurez afectiva, el acto de amar no sea tan
cautivante como para anularnos, ni tan distante como para
enfriarnos, se obtiene un punto medio, donde el amor existe y
deja vivir.
Otro elemento importante de
señalar es que según el autor, el miedo a lo
desconocido es una de las cosas que más interfiere en el
proceso de
desapego, debido a la inmadurez emocional, ya que las personas no
suelen arriesgarse porque el riesgo les
incomoda. De ahí que el anclaje al pasado es la piedra
angular de todo apego. Por lo tanto, recomienda el
principio de la exploración responsable, es decir, "hacer
lo que se nos venga en gana, siempre y cuando no sea
dañino ni para uno ni para otros"(p.80).
El autor indica algunas sugerencias prácticas
tales como: juego y
espontaneidad, iniciando con una travesura que no sea peligrosa.
Recurrir al método del
absurdo, "lo descabellado genera cosquilleo, mariposas y una
risita nerviosa" […], despreocúpate del qué
dirán y de la adecuación social ya que el
peor obstáculo para la espontaneidad es estar pendiente de
la normatividad y de la opinión de los charlatanes.
Bucear en lo intelectual (es investigar¡¡);
incursionar en el arte, ensayar comportamientos, viajar y conocer
gente… lo que al final llevará a la persona a hacerse
cargo de sí misma, de sus necesidades y de sus intereses
sin depender de otra persona para satisfacerlos.
En la tercera parte, su contenido apunta a facilitar
estrategias para
desligarse de aquellas relaciones inadecuadas y no recaer en el
intento. Propone el hecho de que "solo se justifica amar
cuando podemos hacerlo limpiamente, con honestidad y
libertad", lo
que nos lleva a la frase señalada por Riso donde afirma
que el arte de amar sin apego resulta una extraña mezcla
de capacidades difíciles de alcanzar, ya que los
requisitos que se necesitan para amar sin adicciones, no
son bien vistos por los valores
sociales tradicionales tales como: la libertad afectiva, amar sin
miedo, amar a la medida del que ama, donde el amar sin apego, no
implica insensibilizar el amor, no amortigua el sentimiento, al
contrario, lo exalta lo libera, lo suelta y lo deja fluir sin
restricciones" (p.211). Es una propuesta que ofrece la
posibilidad de que las personas puedan adaptarse el uno al otro
sin perderse, sin dejar de ser uno, la cual solo es posible
hacerla con pasión y sin apegos.
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