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Rodolfo Walsh: La producción literaria como sinónimo de militancia política (página 2)




Enviado por Antonela Scocco



Partes: 1, 2

1. Walsh: el escritor
militante

"Las narraciones de Walsh derivan se eficacia
política
de su maestría literaria. Walsh puso su experiencia
cultural y todo su talento individual en el servicio al
pueblo argentino. Hizo que los actos de su vida coincidieran
con la palabra de su prosa."

José Emilio
Pacheco

Es imprescindible, para comenzar a hablar de la obra
de Rodolfo Walsh, relatar brevemente su vida. El género
policial será su "primer amor" y, de
cierta manera, se hará presente en todos sus relatos. Su
fascinación por los cuentos
policiales comenzará en 1944, debido a su trabajo como
corrector de pruebas y
traductor de escritos de este tipo en la editorial
Hachette de Buenos Aires.
Luego publicará Diez cuentos policiales
argentinos
y más tarde Variaciones en rojo
(1953) que reúne tres cuentos policiales fundamentales
de la literatura
argentina. Esto vaticinará a lo que se
dedicará el resto de su vida: la investigación del crimen. En este caso,
se trata del crimen individual, pero más adelante se
dedicará al crimen social, donde el principal culpable
es el Estado.
Así dará paso a la creación de un nuevo
género: la novela de no
ficción. Género que consagrará Truman
Capote con A sangre
fría
(1959), tres años después de la
publicación de Operación Masacre, la
primer novela de Walsh
basada en hechos reales.

Hasta 1956, la vida del escritor argentino estaba
marcada por la tranquilidad y transcurría dentro de la
normalidad cotidiana. Jugaba al ajedrez
juego
aristocrático si los hay-, se dedicaba a la literatura
convencional y a su vida familiar. Pero el año 1956
abrirá un camino en su vida que, de cierta manera, lo
llevará hasta la muerte.
Esto se encuentra reflejado en el Prólogo de
Operación Masacre:

"La primera noticia que tuve de los fusilamientos
clandestinos de junio de 1956 me llegó en forma casual,
a fines de ese año, ene un café
de La Plata donde jugaba ajedrez, se hablaba más de
Keres o Nimzovitch que de Aramburu y Rojas, y la única
maniobra militar que gozaba de algún renombre era el
ataque a la bayoneta de Schlechter en la apertura
siciliana"

A partir de ese momento, nacerá
Operación Masacre y el género de no
ficción.

Los fusilamientos de José León
Suárez relatados allí suceden en el marco de la
llamada Revolución Libertadora, que
derrocó al gobierno de
Perón,
comandada por el General Aramburu. Los hechos surgen como
consecuencia de un intento de resurrección del General
Valle, adepto al peronismo, en
contra del gobierno de facto. En ese momento, el propio Walsh
sentía cierta indiferencia ante los sucesos y
dejará en claro que se encontraba allí solo por
casualidad:

"(…) Valle no me interesa. Perón no me
interesa, la revolución no me interesa. ¿Puedo
volver al ajedrez?

Puedo. Al ajedrez y a la literatura fantástica
que leo, a los cuentos policiales que escribo, a la novela
seria que planeo para dentro de algunos años, y a
otras cosas que hago para ganarme la vida y que llamo periodismo,
aunque no es periodismo. (…) Es solamente el azar lo que me
ha puesto eso ante los ojos. Pudo ocurrir a cien
kilómetros, pudo ocurrir cuando yo no
estaba."

Cuando Walsh se entera que allí hubo
sobrevivientes se dedicará a seguir las pistas que le
revelen las entrañas de esa historia inexplicable y su
vida cambiará abruptamente, teniendo que cambiar su
identidad y
recluirse en una casa en una isla del Tigre. También lo
expresará en el Prólogo:

"(…) durante casi un año no pensaré en
otra cosa, abandonaré mi casa y mi trabajo, me
llamaré Francisco Freire, tendré una
cédula falsa con ese nombre, un amigo me prestará
una casa en el tigre, durante dos meses viviré en un
helado rancho de Merlo, llevaré conmigo un revolver, y a
cada momento las figuras del drama volverán
obsesivamente (…)"

A diferencia de Capote, quien en seguida pudo publicar
su libro, a
Walsh no le será tan fácil. Deberá
publicarla en partes y adaptándose a los tiempos en que
vivía: con la Revolución Libertadora como amenaza
permanente. Durante más de un año, los
artículos sobre los fusilamientos de José
León Suárez fueron publicándose en
periódicos como Propósitos,
Revolución Nacional, Azul y Blanco y
Mayoría.

Bajo el mismo método
de investigación, años mas tarde
publicaría ¿Quien mató a Rosendo
García?
que también comienza con una serie de
notas, presentadas por primera vez en el Semanario de la
CGT -del cual será director luego de su viaje a Madrid donde
se entrevistó con Perón, encuentro donde nace el
cuento
Ese hombre. Luego se publicará la novela
completa, en 1968, y El caso Satanowsky, en
1973.

En 1959 viajará a Cuba donde
funda, junto a Jorge Masetti, la agencia de noticias
Prensa Latina. Allí surge el criptógrafo,
con pocos conocimientos del oficio, y con el instinto y su
habilidad de develador de enigmas como únicas armas. Entonces
logrará descifrar un cable de noticias, dirigido al
gobierno de Estados Unidos, de agentes de la CIA en Guatemala
que rebelaban detalles de lo que sería el desembarco de
Playa Girón. Su relación con el gobierno cubano
quedará plasmada como por "casualidad" en Ese
Hombre
:

"(…) El Viejo desliza sobre el vidrio una caja
terciada de tabacos. Tomo uno, lo hago girar entre los dedos,
aspiro su lejano aroma. 

‘Me los manda Fidel’ dice el Viejo.
‘Cómo están por
allá’.

‘Siempre preguntan por usted.

Es cierto: siempre preguntan por
él. 

‘Esperaban su visita’ digo
(…)"

Dos años después regresará a
Buenos Aires donde publicará obras de teatro y Los
Oficios terrestres
(1967), en el cual figura Esa
mujer
y
Fotos.

En esos días, el país estaba sumido bajo
la dictadura de
Onganía, luego vendrá la presidencia de Campora
(1973) y la vuelta de Perón. Entonces, comenzará
la militancia de Walsh. Entre 1970 y 1973 militará en el
peronismo de base, y después en la agrupación
Montoneros. Tiempos en que enseñará
periodismo en las villas miseria y surgirá la edición Semanario
Villero
.

El gobierno de Isabel Perón (1974) y la Triple
A marcarán el principio del fin. Marzo de 1976
será el inicio del calvario de muchos, también el
de Walsh. Vendrá la clandestinidad, la vida del
intelectual comprometido con una causa, las cartas y los
cables de la Agencia de Noticias Clandestinas (ANCLA)
como única manera de comunicar. ANCLA será
un órgano dependiente de Montoneros y
representará la posibilidad de la prensa como
factor de organización y lucha política. Las
características de la agencia serán las mismas
que marcaron la obra de Walsh: rigurosa información, fomento de la
participación popular en la producción de la noticia e instrumento de
contrainformación y de militancia
política.

La última carta
será el motivo de su muerte.
Carta abierta de un escritor a la Junta Militar es una
obra maestra del periodismo y una expresión de su
tremendo coraje:

"La censura de prensa, la persecución a
intelectuales, el allanamiento de mi casa en el
Tigre, el asesinato de amigos queridos y la pérdida de
una hija que murió combatiéndolos, son algunos de
los hechos que me obligan a esta forma de expresión
clandestina después de haber opinado libremente como
escritor y periodista durante casi treinta
años"

"El primer aniversario de esta Junta Militar ha
motivado un balance de la acción de documentos y
discursos
oficiales, donde lo que ustedes llaman aciertos son errores, lo
que reconocen como errores son crímenes y lo que omiten
son calamidades".

Iniciada tres meses antes, el 24 de marzo de 1977
envía diez copias a diferentes medios y
organismos nacionales e internacionales. No fue publicada por
ningún medio local, pero poco a poco se difundió
en el extranjero. El 25 de marzo, el Grupo de
Tareas 3 de la Escuela de
Mecánica de la Armada (ESMA) lo estaba
esperando. Alfredo Astiz era el encargado del operativo.
Rodolfo pasa frente al grupo con su disfraz de jubilado, uno de
ellos lo reconoce y grita: ¡Alto policía!
Walsh comienzan a correr. Él sabía lo que
sucedería si lo agarraban con vida, entonces
decidió que esto no ocurra. Viendo que las posibilidades
de escapar eran nulas, saca una pistola calibre 22 y se une al
fuego hasta que cae derrotado. Su final será similar al
de su hija Victoria que, en septiembre de 1976, al sentirse
acorralada frente a un tiroteo grita: "Ustedes no nos matan,
nosotros decidimos morir
" y se quita la vida con un balazo
en la cien.

Rodolfo Walsh llegó muerto a la ESMA y, al
igual que el resto de los 30 mil desaparecidos, aún no
se sabe que sucedió con su cuerpo. Las últimas
palabras de su carta a la Junta Militar resumen la actitud
militante de sus escritos:

"Estas son las reflexiones que en el primer
aniversario de su infausto gobierno he querido hacer llegar a
los miembros de esa Junta, sin esperanza de ser escuchado, con
la certeza de ser perseguido, pero fiel al compromiso que
asumí hace mucho tiempo de
dar testimonio en momentos difíciles".

Rodolfo Walsh murió de la misma forma en que
vivió y escribió. El periodismo y la literatura
eran concebidos por él como una herramienta para la
lucha:

"Mi relación con la literatura se da en dos
etapas: de sobrevaloración y mitificación hasta
1967, cuando ya tengo publicados dos libros de
cuentos y empezada una novela; de desvalorización y
paulatino rechazo a partir de 1968, cuando la tarea
política se vuelve una alternativa. La línea de
Operación Masacre era una excepción: no
estaba concebida como literatura, ni fue recibida como tal,
sino como periodismo, testimonio. Volví a eso con
Rosendo, porque encajaba en mi nueva militancia
política".

"La desvalorización de la literatura
tenía elementos sumamente positivos: no era posible
seguir escribiendo obras altamente refinadas que
únicamente podía consumir la
intelligentzia burguesa, cuando el país empezaba
a sacudirse por todas partes. Todo lo que escribiera
debía sumergirse en el nuevo proceso, y
sería útil, contribuir a su avance. Una vez mas,
el periodismo era aquí el arma adecuada…"

2. La Historia como
ficción

Como ya lo decíamos, Operación
Masacre
será la obra de Rodolfo Walsh que, de cierta
manera, cambiará su vida. Pero no solo eso, sino que
modificará la manera de hacer periodismo,
provocará un cruce entre la novela y los hechos
verídicos y llevará al surgimiento de nuevo
género literario: la novela de no ficción. Con
esta novela, el escritor argentino será pionero en aquel
género que, tres años más tarde,
consagrará Truman Capote.

Amar Sánchez en El relato de los hechos
marca cuales
son las características del discurso
narrativo de no ficción que, a mi consideración,
pueden resumirse en tres: la relación del género
con los métodos
empleados por el periodismo –aunque presenta determinadas
diferencias-, la subjetivación de los personajes y su
cercanía con el género policial.

Con el surgimiento de la no ficción se produce
una ruptura con la narrativa anterior. Este discurso aparece en
un momento de renovación debido a las "circunstancias
históricas en las que los acontecimientos no precisan de
lo imaginario para constituirse en relatos, como si
pertenecieran a una realidad lo suficientemente literaria".
Hasta tal punto los hechos parecen pertenecer a otra realidad
que ni el propio Walsh, investigando y comprobando lo que fue
capaz de hacer la Revolución Libertadora, pudo imaginar
que esto hechos alcanzarían un nivel de cinismo mucho
mayor en los años posteriores a 1976.

Lo que plantea Amar Sánchez es que hay una
adopción
de formas no canonizadas que implican de por sí una toma
de posición, una postura política. Se puede
pensar al género como político, no sólo
por el tema que trata, sino por el tipo de relato, que se
construye siempre en los márgenes de diversos
géneros y distanciándose uno de otros. La no
ficción tomara algunas formas narrativas de la novela,
de la alta literatura y, a su vez, expondrá los
caracteres del periodismo, la baja literatura.

  1. Una de las similitudes del género de no
    ficción con el periodismo es que los documentos,
    testimonios, noticias de la prensa, etc., son un polo de
    referencia externo que constantemente se hace presente en
    el texto.
    En el caso de Operación Masacre, Walsh expone
    como se sucedieron los hechos y, a su vez, nos va diciendo
    como llegó a esas conclusiones, por medio de que
    "pruebas", e inclusive mencionará aquellas que no
    pudo conseguir, aquellos hechos que no pudo probar lo
    suficientemente.

    "(…) Interrogando a un numero bastante grande de
    testigos secundarios, deduje que efectivamente
    existió un sargento Díaz. Curiosamente, nadie
    recordaba su nombre de pila y casi todos lo daban por
    muerto" (aunque no lo estaba)

    Como en el caso de la cita anterior, una de las
    formas que utilizará para introducir dentro de sus
    escritos las pruebas que los sustentan será por
    medio de las llamadas al pie de página, recurso no
    utilizado en la novela convencional.

    Otro punto de conexión con el periodismo es
    que los relatos de Walsh –ya sean de ficción o
    no ficción- requieren de un lector informado que
    conozca el contexto histórico y social que
    rodeó los acontecimientos que se están
    narrando. Esto sucede en Operación Masacre,
    donde no se explicita con claridad el proceso
    político que rodeaba al país por aquellos
    años. También sucede en los tres cuentos que
    analizamos: en Esa mujer nunca se menciona a Eva ni
    se especifica que su cuerpo se encontraba desaparecido; en
    Ese hombre sólo da pistas que nos permiten
    pensar que ese hombre es Perón y esas pistas
    requieren de determinados conocimientos:

    "El guardia civil pregunta el nombre, consulta su
    lista, abre la puerta del parque. El tenue sol
    madrileño
    quita de las rodillas la lluvia de
    París, funde la nieve de Praga. 
        En la casa me recibe el secretario
    discreto, urgido por irradiación cotidiana. (…) no
    veo más que la alfombra, el artesonado, la penumbra
    de la sala donde enseguida aparece el Viejo, su
    voz tranquila.

    Me estaba esperando. 
       Sigue alto y erguido,
    indestructible
    ." (El subrayado es
    mío)

    Y en Fotos, a pesar de ser ficción,
    también hará referencia al General, sin
    mencionarlo, y al proceso histórico social de la
    época peronista:

    "(…) Ahora nos insulta por radio,
    pero tiene que comprar el trigo afuera, porque este
    año nadie va a sembrar. Levanta la gente, pero no
    levanta las vacas. Las vacas no entienden de discursos.
    Llegará el día de la razón y del
    castigo, y entonces muchos van a sufrir. Hay que prepararse
    para ese día".

    "(…) lástima que no se consigue quien
    trabaje. Le quisieron meter el sindicato y los sacó
    carpiendo."

    Pero a pesar de esta cercanía con el
    periodismo, derivada de la necesidad de que el lector
    conozca el contexto que rodea los sucesos narrados, la
    estructura del relato que Walsh emplea para
    lograr la complicidad de su público es muy diferente
    a la utilizada por el periodismo convencional. De esto
    hablaremos más en profundidad cuando se mencionen
    los mecanismos de presupuesto y sobrentendido.

    Ahora es necesario marcar lo que distancia al
    género del periodismo que le da sustento. Todo
    discurso argumentativo surge de una selección previa del material ha
    exhibirse y requiere una manera particular de exposición. Esto hace que el
    discurso, a pesar de pretender ser objetivo, siempre presente una postura
    subjetiva. El genero de
    no ficción no intentará ocultar esto, sino
    que destruirá los dispositivos periodísticos
    que producen "efectos de verdad y objetividad" y
    pondrá "el acento en el montaje y el modo de
    organización del material". Lo que allí se
    presenta es sólo una versión de los hechos,
    nunca oculta el montaje y la selección de los
    testimonios y esta narrativización a la que los
    somete señala el abandono de todo intento de
    neutralidad. Acabará con los cánones
    establecidos por la retórica periodística
    para tomar una postura subjetiva ante la situación y
    expresar su opinión respecto a la misma.
    Además, manifestará explícitamente sus
    diferencias con los artículos de los
    periódicos: los relatos no ficcionales denuncian
    errores y omisiones de la prensa, entonces la verdad de los
    hechos está en la reconstrucción no
    ficcional.

    El autor expone su investigación, demuestra
    como a llegado a la verdad de los hechos que está
    relatando, presenta su versión para polemizar y la
    confronta con otra:

    "Aquí quiero pedirle al lector que descrea
    de lo que yo he narrado, que desconfíe (…) de los
    posibles trucos verbales a los que acude cualquier
    periodista cuando quiere probar algo, y que crea solamente
    en aquello que, coincidiendo conmigo, dijo Fernández
    Suárez" (Operación Masacre)

    Y unas líneas mas abajo de este párrafo, enfrentará su
    versión de los hechos con la del juez de la causa, y
    si bien coinciden en rasgos generales -inclusive describe
    al magistrado como "un ejemplo de decisión, rapidez
    y eficacia"- la suya es más completa y minuciosa: la
    verdad está únicamente en la
    reconstrucción del escritor investigador.

  2. Relaciones y diferencias con el
    periodismo

    Hayden White expresa que "(…) ha habido un
    rechazo a considerar las narraciones históricas como
    lo que manifiestamente son: ficciones verbales cuyos
    contenidos son tanto inventados como encontrados y formas
    que tienen más en común con su contrafigura
    la literatura que las que tiene la
    ciencia". Plantea que "la historia pertenece a la
    categoría del ‘escrito discursivo’, de
    manera que el elemento ficticio está siempre
    presente en ella". Según él, las historias
    causan el efecto explicativo al convertirse en relatos, los
    que se construyen gracias a ciertos encadenamientos,
    a elementos ficcionales que permiten unir los testimonios
    aislados y reconstruir los hechos. Todo discurso
    histórico es un texto que propone una verdad y una
    realidad basada en "pruebas" que son encadenadas
    ficcionalmente por el historiador.

    Eso es lo que hará Rodolfo Walsh.
    Contará la historia mediante la
    subjetivización de las figuras provenientes
    de lo real, es decir, que pasarán a constituirse en
    personajes y narradores, pero siempre respetando los
    registros.

    El periodismo, como ya decíamos, supone
    cierta imparcialidad, hace desaparecer la figura del sujeto
    narrador y los protagonistas son vistos desde una
    perspectiva alejada, reducidos a nombre y privados de
    palabras. En cambio,
    la no ficción, enfoca muy de cerca a los personajes,
    los narradores y las situaciones narradas. "Narrar es
    convertir en sujetos a los que permanecen desdibujados en
    las notas de la prensa".

    Este procedimiento, Walsh lo llevará a
    cabo tanto en Operación Masacre como en los
    cuentos Ese Hombre y Esa Mujer. Él
    mismo método utilizará para reconstruir la
    muerte de su hija Victoria -buscará testimonios, el
    tipo de relato de los hechos, la ficcionalización- y
    aparecerá reflejado en Carta a mis
    amigos
    :

    "He tratado de entender esa risa. La metralleta
    era una Halcón y mi hija nunca había tirado
    con ella (…). Las cosas nuevas, sorprendentes, siempre la
    hicieron reír. Sin duda, era nuevo y sorprendente
    que ante una simple pulsación del dedo brotara una
    ráfaga y que, ante esa ráfaga, 150 hombres se
    zambulleran sobre los adoquines empezando por el coronel
    Raualdes, jefe del operativo.

    A los camiones y el tanque se sumó un
    helicóptero que giraba alrededor de la terraza,
    contenido por el fuego. –De pronto –dice el
    soldado- hubo un silencio. La muchacha dejó la
    metralleta, se asomó de pie sobre el parapeto y
    abrió los brazos. Dejamos de tirar sin que nadie lo
    ordenara y pudimos verla bien. (…): Empezó a
    hablarnos en voz alta pero muy tranquila. No recuerdo todo
    lo que dijo, pero recuerdo la última frase; en
    realidad no me deja dormir. Ustedes no nos matan,
    dijo, nosotros elegimos morir. Entonces ella y
    el
    hombre se llevaron una pistola a la sien y se mataron
    frente a nosotros."

    En su primera novela, todos los protagonista de la
    historia se convertirán en personajes de su relato,
    allí tendrán voz y sus movimientos
    serán seguidos desde cerca, incluso se
    relatarán sus historias de vida anteriores a la
    trágica noche del 9 de junio de 1956.

    "Era peronista Nicolás Carranza. Y estaba
    prófugo.

    Por eso, cuando en furtivos regresos como
    éste algún chico del barrio le gritaba al
    encontrarlo: ‘¡Adiós, don
    Carranza!’, él apresuraba el paso y no
    contestaba.

    -¡Eh, don Carranza!- lo seguía al
    curiosidad.

    Pero don Carranza -silueta baja y maciza en la
    noche- se alejaba rápidamente por la calle de
    tierra,
    levantando hasta los ojos las solapas del sobretodo."
    (Operación Masacre)

    Esa Mujer será producto
    de una entrevista mantenida con el Coronel Moori
    Koening, quien se hizo cargo del cuerpo de Eva
    Perón cuando fuera "secuestrado" por el
    Ejército luego del derrocamiento de su marido.
    Allí se ficcioalizará tanto Walsh como el
    Coronel, ambos se convertirán en protagonistas de un
    cuento que difícilmente alguna ficción
    pudiese haber imaginado. Lo mismo sucede con Ese
    Hombre
    que surge luego de un viaje realizado por
    Rodolfo a Madrid en el cual se reúne con
    Perón.

    Como decíamos, no sólo se
    ficcionalizan los protagonistas de la historia, sino que el
    cronista también lo hace y todo el relato pasa por
    él, por su posición de sujeto que escribe. El
    texto, donde el verdadero protagonista termina siendo el
    periodista investigador, le permite al lector
    acompañar a éste que ve de cerca a todos los
    implicados en los acontecimientos. A cada instante, el
    escritor aparece como sujeto de la historia:

    "Incidentalmente, el detalle probó a
    quien esto escribe
    –por si alguna duda me
    quedaba- que don Horacio había estado
    allí. El único sitio desde donde se observa
    ese extraño espejismo, es el escenario del
    fusilamiento" (Operación Masacre)

    "- Yo le mande a decir que tuviera cuidado, que
    desconfiara de esa gente. No era tiempo.

    – Cuando entonces, digo.

    – Yo he esperado mucho

    Tal vez lo estoy fastidiando, acaso va a
    mirar el reloj, usar un pretexto que no necesita (…)"
    (Ese Hombre)

    "Algún día (pienso en
    momentos de ira) iré a buscarla. Ella no
    significa nada para mí
    , y sin embargo
    iré tras el misterio de su muerte,
    detrás de sus restos que se pudren lentamente en
    algún remoto cementerio. Si la encuentro,
    frescas altas olas de cólera, miedo y frustrado amor se
    alzarán, poderosas vengativas olas, y por un momento
    ya no me sentiré solo, ya no me
    sentiré como una arrastrada, amarga, olvidada
    sombra." (Esa mujer)

    Osvaldo Bayer dejará bien en claro que
    Walsh es el verdadero protagonista de sus propios escritos
    y que no podemos comprender su escritura sin tener en cuenta su vida:
    "Operación Masacre es el prologo de la
    tragedia que vendrá después. Aramburu y Rojas
    serán el prólogo de Videla y Massera.
    Walsh se convertirá de testigo en
    protagonista
    . Será asesinado a balazos, como sus
    personajes de José León Suárez (…)
    Rodolfo Walsh no existe. Es sólo un personaje de
    ficción. El mejor personaje de la literatura
    argentina. Apenas un detective policial de una novela para
    pobres. Que no va a morir nunca."

    La cercanía con el género
    policial.

    "Un relato es policial cuando en él ocurre
    un crimen y en torno a
    este delito
    se plantea un misterio; un detective lleva
    adelante la investigación, cuyo desarrollo implica siempre algún tipo
    de suspenso", explica Amar Sánchez. El canon
    del género policial domina en la mayor parte de la
    producción literaria de Walsh, pero plantea ciertas
    variaciones.

    En cualquier escrito policial, el lector es una
    pieza clave, ya que no sólo entra en conocimiento de la historia, sino que forma
    parte del relato y gracias a su complicidad la historia
    avanza hacia el desenlace. "La presencia del suspenso en
    los textos no ficcionales de Walsh contradice esta teoría: el suspenso no depende de la
    ignorancia sobre los acontecimientos, sino de un modo de
    organización narrativa" , plantea Amar
    Sánchez. El lector es tomado en cuenta, no para
    descifrar aquello que el relato no menciona, sino
    porque se da por supuesto que se conoce eso que se
    omite: el contexto histórico de aquellos
    acontecimientos que nos están siendo narrados. Este
    mecanismo no es utilizado únicamente en los texto de
    no ficción, sino que en los tres cuentos que venimos
    analizando sucede lo mismo. No menciona a Perón, no
    menciona a Eva, no explica que es el peronismo, no da
    demasiados detalles de lo que fue la Revolución
    Libertadora –y los que da, lo hace ya avanzada la
    historia*.

    Se puede hablar de dos tipos de novela policial.
    Por un lado, la policial inglesa clásica que
    gira en torno al enigma, el delito es un acertijo que hay
    que descifrar y aparece separado de la motivación social. Expone un enfoque
    estético del delito y lo considera como un
    entretenimiento. Es literatura socialmente tranquilizadora,
    porque los
    valores burgueses al final siempre triunfan y el crimen
    es resuelto. Aquí, el detective no se involucra,
    mira las situaciones desde afuera y las descifra como un
    problema matemático. Por otro lado, se encuentra la
    serie negra norteamericana donde ya no hay misterio
    alguno, sino que el centro es el crimen y su fundamento
    socioeconómico. No tiene en cuenta el enigma, la
    prioridad son las relaciones entre delito y sociedad. El detective sigue muy de cerca
    los hechos y los personajes, está involucrado y
    realiza juicios de valor
    respecto a las situaciones planteadas.

    Es indudable que el género de no
    ficción, y los textos de Walsh, se encuentran mas
    cercanos a la novela norteamericana que a la inglesa, ya
    que allí nos encontramos con un
    periodista-investigador-detective que sigue los sucesos de
    cerca, el Estado aparece como el culpable del crimen, nunca
    se hace justicia, está ausente el enigma y
    cuenta con un lector que conoce las circunstancias
    coyunturales en las que suceden los hechos. Veamos como se
    involucra el autor detective y expresa la falta de
    justicia:

    "Parece mentira que se puedan cometer tantos
    errores en una lista de apenas cinco nombres, que
    además correspondían a cinco personas
    oficialmente ajusticiadas por el gobierno. Lo curioso es
    que ninguno de estos macabros errores han sido rectificado,
    aún después de que yo los denunciara.
    Oficialmente, pues, Benavídez sigue estando muerto.
    Oficialmente, el gobierno nunca ha tenido nada que ver con
    Mario Brión. " (Operación Masacre)

    3. Relatos
    con presencias y ausencias

    La escritura de Rodolfo Walsh escapa a los
    cánones establecidos por la literatura
    convencional, en ella se reconocen procedimientos particulares -como ya hemos
    visto a lo largo de todo el presente trabajo- que
    marcarán todos sus relatos, ya sean cuentos o no
    ficción. Una de esas características que,
    de cierta manera, enlazan los diversos géneros por
    los que transita Walsh es la
    omisión.

    Lo presupuesto aparece inscripto de
    diferentes formas en el discurso, ya sea por la construcción gramatical o por
    determinadas palabras que funcionan como puntos de
    anclaje. Omitir supone aceptar que ciertos
    contenidos no necesitan ser explicados porque
    están lo suficientemente claros; se da por sentado
    una cantidad de información que el texto comparte
    con el lector, estableciendo una complicidad con el
    mismo, como ya lo decíamos más arriba. Es
    decir, requiere de un consenso interlocutivo donde
    interviene el reconocimiento mutuo de los sujetos como
    remitentes y destinatarios. Así las operaciones presupositivas son
    también operaciones de mutua calificación
    de los sujetos del enunciado. Esto se da en Walsh, quien
    parece conocer al lector de sus escritos, mientras que el
    lector comprende este juego e interactúa
    permanentemente con la obra y la realidad
    histórica que la rodea.

    Por lo general, se omite lo accesorio, lo que ya
    es sabido y no es necesario repetir, pero en los textos
    de Walsh lo silenciado es lo que tiene mayor importancia,
    allí se juega la significación del relato,
    nunca es un sentido obvio y fijado con
    anterioridad.

    Este procedimiento obliga al lector a estar
    permanentemente alerta, a tener una posición
    activa ante el texto. Se libera de los estereotipos y
    construye un tipo de relato que pareciera tener una
    estructura algo desordenada y desconectada. Esto se ve
    reflejado claramente en los tres cuentos cortos que
    venimos trabajando, en los cuales nos encontramos con
    fragmentos de discurso que parecen no tener anclaje
    alguno con el resto del texto.

    En Ese hombre introduce un chiste
    contado por Perón que, a primera instancia,
    resulta difícil de comprender la función que cumple dentro del
    relato:

    " ‘Es un buen muchacho’ sugiere.
    ‘Le voy a contar un chiste’
    sugiere. 
        Las once de la mañana entran
    por el ventanal, aclarando la sonrisa. 
        Un empresario americano fue a Brasil, donde querían comprar
    petróleo; fue a Kuwait:
    querían vender petróleo; a Grecia: les propone transportar
    petróleo. Armó el negocio, se quedó
    con la mitad. Los otros le preguntaron: ¿Pero
    usted qué pone? 

    ‘¿Cómo qué pongo?,
    dijo el empresario’, dice el Viejo. ‘Yo pongo
    el Atlántico. Con este muchacho pasa lo mismo. El
    ejército pone las armas. Nosotros ponemos la
    gente. ¿Y él qué pone? ¿La
    patria?’
        Risas. Imposible no reír cuando
    el Viejo cuenta un chiste, porque lo cuenta muy bien
    (…)"

    En Fotos, en el apartado N° 21
    responderá al apartado anterior sin hacer
    demasiadas aclaraciones:

    Mauricio:

    Me cago en Croche.

    Mauricio:

    No, viejo, si ya caigo. El arte
    es para ustedes.

    Mauricio:

    Si lo puede hacer cualquiera ya no es
    arte.

    Mauricio:

    Cómo querés que lo tome,
    negro.

    Mauricio:

    No te preocupes si yo ahora lo hago por morfar
    nada más. Y por tenerlo contento al
    viejo.

    Lo omitido abre diversas alternativas de
    lectura, lo silenciado preserva toda
    discusión al respecto, no es casual que lo que se
    silencia sea Eva y Juan Domingo Perón. Pero
    dará pistas suficientes para que su público
    comprenda de quien se está hablando. Esta estrategia discursiva es utilizada al
    máximo en los cuentos mencionados, donde en
    ningún momento se menciona el nombre del General y
    su esposa:

    "(…) no quiere prender la
    radio para no escuchar al que te dije."
    (Fotos)

     "Estaba esperando este día. A veces
    pensé que me iba a morir sin verlo. Ahora
    habrá que poner un poco de orden. Ese hombre
    echó a perder a la gente, ya no hay moral,
    ni respeto, ni nada (…) empezá a
    fijarte en esos contratos de arrendamiento que les dio el
    tipo (…)"(Fotos)

    "-La impresión digital no agarra si el
    dedo está muerto. Hay que hidratarlo. Más
    tarde se lo pegamos.
        ¿Y?
        Era ella. Esa mujer era ella (…)"
    (Esa Mujer

    " ‘Y los otros muertos’ quiero
    saber. ‘Los fusilados, los
    torturados’. 

    (…) ‘El pueblo pedirá cuentas’. 
       
    ‘¿Cuándo? 
        ‘Algún día.
    Saldrá a la calle, como el 56, el 57. 
        ‘¿Por qué no ha
    vuelto a salir? 
        ‘Porque yo no he querido’
    dice. 
        ‘¿Cuándo, general,
    cuándo?" (Ese Hombre

    En Operación Masacre, el mecanismo
    utilizado para omitir será diferente. No evitando
    nombrar a los personajes de la historia, sino al no dar
    demasiadas explicaciones respecto a la coyuntura
    histórica que rodea los acontecimientos. Como se
    dijo más arriba, si bien se lo mencionada, no
    explica quien fue Perón, ni qué es el
    peronismo, tampoco qué fue la Revolución
    Libertadora -a lo que le dedica un capítulo breve
    al final del libro- y en qué consistió el
    levantamiento de Valle recién lo explicará
    ya avanzada la historia, en la pagina número 66.
    Esto se debe a que la novela no fue pensada para editarse
    como libro, sino que, a pesar de las diferencias marcadas
    con el periodismo, fue hecha para publicare en
    periódicos.

    Conclusión

  3. La narrativización de los
    hechos

"(…) Nosotros morimos perseguidos, en la
oscuridad.

El verdadero cementerio es la
memoria".

Rodolfo Walsh

Desde el inicio de este trabajo nos planteamos tres
objetivos:
demostrar que podemos leer la obra de Rodolfo Walsh como
autobiográfica, evidenciar las relaciones entre algunos de
sus cuentos y cartas con Operación Masacre y
analizar los diferentes mecanismos que el autor utiliza para
omitir lo que él cree conocido por sus
lectores.

Considero que estos objetivos han sido cumplidos y
explicados debidamente. Respecto al primero, pudimos ver como los
textos analizados plantean una clara postura política ante
la terrible situación que por aquellos años azotaba
al país, postura política que marcará a
fuego su vida y lo llevará a formar parte de la lista de
los 30.000 desaparecidos por la última
dictadura.

El segundo objetivo, referido a las relaciones que se
desarrollan entre sus escritos, lo dejamos en claro demostrando
las similitudes narrativas, a pesar de tratarse de géneros
discursivos distintos (novela de no ficción, cuentos y
cartas); el similar proceso de recopilación de datos
(testimonios, documentos, noticias de prensa); la constante
referencia a la historia; y la presencia de Walsh no sólo
como escritor sino como protagonista del relato.

Por ultimo, destacamos los mecanismos que emplea para
omitir aquello que puede resultar polémico o demasiado
conocido por todos. Vimos como la coyuntura histórica
juega un papel importantísimo en la obra de Walsh y que
siempre los presupuestos y
sobreentendidos están relacionados con esto.

Rodolfo Walsh debió ser estudiado primero en los
Estados Unidos para que sus compatriotas sepan de la grandeza de
su prosa. Paradoja si las hay, ya que comienza a ser reconocido
por aquellos que impulsaron la Doctrina de Seguridad
Nacional que lo llevaría hasta la muerte.

Mas allá de lo novedoso de sus métodos
literarios y de haber marcado un hito en la historia del
periodismo, Rodolfo Walsh es un ejemplo de vida. Rodolfo Walsh
murió de la misma forma en que vivió y
escribió: luchando por sus ideales. Seguramente alguien
argumentará que Rodolfo Walsh no podría ser ejemplo
de nada, ya que perteneció a Montoneros, y que la
lógica
de la
organización era la violencia. Lo
cual es verdad. Pero debemos tener en cuenta que hay muchos
Marianos Grondonas, que tal vez no empuñaron armas, pero
que alentaron regímenes sangrientos como la brutal
dictadura que asesinó a Walsh. Marianos Grondonas que
nunca morirían por sus ideas, porque no los rige ninguna
ética,
solamente la de servir a los intereses del dinero.

No creo necesario decir algo más, pero quisiera
terminar con las últimas palabras de la Carta a mis
amigos
, donde Walsh deja en claro qué significaba para
él la vida, una vida que incluye también la
muerte:

"(…) Me he preguntado si mi hija, si todos los que
mueren como ella, tenían otro camino. La respuesta brota
desde lo más profundo de mi corazón
(…). Vicki pudo elegir otros caminos que eran distintos sin ser
deshonrosos, pero el que eligió era el más justo,
el más generoso, el más razonado. Su lúcida
muerte es una síntesis
de su corta, su hermosa vida.

No vivió para ella, vivió para otros, y
esos otros son millones.

Su muerte, sí su muerte fue gloriosamente suya, y
en ese orgullo me afirmo y soy quien renace en ella
(…)".

Rosario, Noviembre de
2005

Textos fuente:

  • Operación Masacre. Ediciones de la
    Flor. Buenos Aires 2001.
  • Esa mujer. "Los oficios terrestres". Ediciones
    de la Flor. Buenos Aires. Enero 2005.
  • Fotos. "Los oficios terrestres". Ediciones de
    la Flor. Buenos Aires. Enero 2005.
  • Ese hombre. "Ese Hombre y otros papeles
    personales". Compilador Daniel Link. Seix Barral.
    1996.
  • Carta abierta de un escritor a la Junta
    Militar.
    24 de marzo de 1977. En Operación
    Masacre
    . Ediciones de la Flor. Buenos Aires
    2001.
  • Carta a mis amigos. 1° de enero de
    1977.
  • Querida Vicki. Carta dirigida a su hija el
    día de su muerte. 1° de octubre de 1976.

Bibliografía:

  • Amar Sánchez, A. M.: "El relato de los hechos.
    Rodolfo Walsh: testimonio escritura." Beatriz Viterbo
    Editora.
  • Barthes, R.: "El discurso de la historia". Ediciones
    Nueva Visión. Buenos Aires.
  • Ducrot, O.: "El decir y lo dicho" "Presupuesto y
    sobreentendido"
  • Gutierrez, Rosana: "Rodolfo Walsh: El violento oficio
    de escribir". Revista
    Babab N°6. Enero de 2001. Htpp: www.babab.com
  • Lozano, J.; Peña Marín, C.; Abril, G.:
    "Análisis del discurso. Hacia una semiótica de la interacción textual". Cap. IV: "La
    acción discursiva". Ediciones Cátedra. Madrid.
    1982.
  • Meingueneau, D.: "Términos claves del
    análisis del discurso."
  • Perelman, Ch.: "El imperio
    retórico"
  • Retamosso, R.. Apuntes de la cátedra
    "Periodismo y Literatura". Facultad de Ciencia
    Política y RR. II. UNR. Ciclo lectivo 2005.
  • Vitelli, N.: "ANCLA". Buenos Aires 2002. Htpp:
  • White, H: "El texto histórico como artefacto
    literario". Cuadernos de Historia y crítica. Fac. de Humanidades y Artes.
    UNR. Rosario. 1999.
  • White, H: "El contenido de la forma". Ediciones
    Paidos. Barcelona. 1992

 

Antonela Scocco

Biografía del Autor:

Antonela Scocco nació en Rosario, el 22 de enero
de 1983. En febrero de 2001, ingresó en la Facultad de
Ciencia Política y RR. II. de la Universidad
Nacional de Rosario, en la Licenciatura en Comunicación
Social, de la que aún adeuda la Tesis.
Trabajó como periodista en radio y gráfica, y en
publicidad y
comunicación en el Gobierno de la Provincia
de Santa Fe, Argentina.

Partes: 1, 2
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