- Antecedentes
- Causas de la
violencia Juvenil - Factores
- Comportamientos
de riesgo relacionados con la violencia
juvenil - Violencia
en los centros educativos - Informes
- Conclusión
INTRODUCCIÓN
En la actualidad, los brotes de violencia, que
se manifiestan en cualquier nivel social de nuestra sociedad, han
tomado un rol protagónico en nuestro espectro social. La
violencia, es el pan de cada día, durante doce años
hemos convivido con la demencia del terrorismo, y
hoy en día vivimos en medio de la violencia urbana, la
cual se acrecienta aceleradamente. La violencia
social vino del campo y se quedó en la
ciudad.
Hoy en día es muy común leer en los
puestos de venta de
periódicos, sendos titulares que rinden culto a las
orgías de muerte y
sangre, las
cuales son publicadas por aquellos diarios denominados chichas.
De igual manera sucede cuando en algunas emisoras radiales se
propalan noticias
nefastas que lejos de informar fomentan el desconcierto en la
población, y ni que hablar de la programación televisiva, en donde se emiten
programas con
contenidos sexuales muy fuertes, con actos y escenas violentas,
que son trasmitidas en horarios inadecuados.
Si asumimos con pasividad la actual coyuntura de la
violencia urbana en el escenario social, las nuevas generaciones
de peruanos tendrán como socialización y formación una
cultura de la
violencia, la cual estará muy arraigada en el medio en
donde se desarrollan. Ahora bien, el presente ensayo se
enfoca desde una perspectiva sociológica respecto a la
problemática de la Violencia Juvenil en Lima. El análisis es Estructural y consiste en
conocer las causas y efectos del mismo, obligándonos a
conceptualizar las variables de
Niño, Adolescente, Joven, términos que se confunden
mucho cuando se trata este problema. Es un ensayo que
asume una posición multidisciplinaria y que propone el
concurso abierto de todos aquellos profesionales comprometidos
con el desarrollo de
la población más vulnerable que tiene en la
violencia como un patrón de conducta
generalizada; Los Jóvenes.
Para finalizar, el fenómeno de la violencia
juvenil en el Perú, es un problema de estructura y
no de coyuntura. Es un problema social en la cual se necesita el
apoyo y concurso del Estado y la
sociedad civil
en su conjunto, para que en un futuro tengamos hombres de
provecho y forjados para el bien de nuestro
país.
Antecedentes
La violencia juvenil es una de las formas de violencia
más visibles en la sociedad. En todo el mundo, los
periódicos y los medios de
radiodifusión informan diariamente sobre la violencia
juvenil de pandillas, en las escuelas y en las calles. En casi
todos los países, los adolescentes y
los adultos jóvenes son tanto las principales
víctimas como los principales perpetradores de esa
violencia. Los homicidios y
las agresiones no mortales que involucran a jóvenes
aumentan enormemente la carga mundial de muertes prematuras,
lesiones y discapacidad
La violencia juvenil daña profundamente no solo a
las víctimas, sino también a sus familias, amigos y
comunidades. Sus efectos se ven no solo en los casos de muerte,
enfermedad y discapacidad, sino también en la calidad de
vida. La violencia que afecta a los jóvenes incrementa
enormemente los costos de los
servicios de
salud y
asistencia social, reduce la productividad,
disminuye el valor de la
propiedad,
desorganiza una serie de servicios esenciales y en general socava
la estructura de la sociedad.
No se puede considerar el problema de la violencia
juvenil aislado de otros comportamientos problemáticos.
Los jóvenes violentos tienden a cometer una variedad de
delitos;
además, a menudo presentan también otros problemas,
tales como el ausentismo escolar, el abandono de los estudios y
el abuso de sustancias psicotrópicas, y suelen ser
mentirosos compulsivos y conductores imprudentes y estar
afectados por tasas altas de enfermedades de
transmisión sexual. Sin embargo, no todos los
jóvenes violentos tienen problemas significativos
además de su violencia ni todos los jóvenes con
problemas son necesariamente violentos. Hay conexiones cercanas
entre la violencia juvenil y otras formas de violencia. Por
ejemplo, presenciar actos violentos en el hogar o sufrir abuso
físico o sexual puede condicionar a los niños o
adolescentes de tal modo que consideren la violencia como un
medio aceptable para resolver los problemas. La exposición
prolongada a conflictos
armados también puede contribuir a crear una cultura
general del terror, que aumenta la incidencia de la violencia
juvenil.
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