Breve descripción y análisis crítico del régimen porfirista
- Breve resumen
- El
capital extranjero - Crecimiento
económico, pero no desarrollo
social. - El
positivismo como arma ideológica - La
política de conciliación - La
situación de los campesinos y
obreros - La
oposición - La
entrevista Díaz-Creelman - Notas
Breve
resumen
El porfiriato,
etapa comprendida de 1877 a 1911 se caracteriza por una larga y
cruel dictadura militar
de corte personalista en la figura de Porfirio Díaz. En
esta etapa México
experimentó un gran crecimiento
económico a costa de la miseria y explotación
del pueblo trabajador, en donde sólo las capas altas de la
sociedad se
beneficiaron del tan nombrado progreso que necesitaba la nación.
En este documento encontrarás una breve descripción y análisis crítico de lo más
destacado del régimen porfirista, por ejemplo la
táctica de conciliación de Díaz para
perpetuarse en el poder, la
importancia que le dio a la inversión
extranjera, la situación en la que se encontraban los
obreros y los campesinos, la oposición al régimen,
entre otros temas.
Introducción
Porfirio Díaz Mori es una de las figuras
históricas más polémicas de nuestra historia nacional,
nació el 15 de septiembre de 1830 y murió
desterrado en Francia el 2
de julio de 1915, a la edad de 84 años. En primer
término tenemos que admitir que fue un gran
patriota, defendió a la patria de la invasión
estadounidense de 1846-1848, se unió a los liberales en la
Guerra de
Reforma para defender la Constitución de 1857, fue uno de los
héroes de la histórica Batalla de Puebla (05 de
mayo de 1862) al lado del general Ignacio Zaragoza, es decir, fue
uno de los más ardientes partidarios liberales juaristas
contra la Segunda Intervención Francesa y el Imperio de
Maximiliano de Habsburgo. Pero, se despertó en
él una ambición por el poder, que lo
llevaría, por medio de las armas a ocupar la
silla presidencial en mayo de 1877. Antes había
recurrido por la vía pacífico-electoral para llegar
a ella, pero no pudo contra Benito Juárez García,
en 1867 ni en 1871. Después de su segunda derrota
electoral, decide alzarse en armas con el Plan de la Noria
en contra de la no reelección de Juárez,
pero sin éxito.
Sin embargo, Porfirio Díaz era un hombre que no
se dejaba vencer fácilmente, era astuto, inteligente,
perseverante para alcanzar sus metas, por ello se levanta en
armas nuevamente en 1876 con el Plan de Tuxtepec
con la misma bandera de la no reelección, ahora
contra Sebastián Lerdo de Tejada, revuelta que si prospera
y que le abre el camino al poder por mas de 30 años, lo
que conocemos como la época porfirista.
Porfirio Díaz abrió las puertas a los
capitalistas extranjeros para fomentar el crecimiento
económico nacional, les otorgó privilegios y de
manera inteligente supo conciliar los intereses de los
capitalistas nacionales con los extranjeros, quedándose
los primeros como simples administradores o socios menores de los
segundos. Un aspecto que no se puede negar es que durante
el porfirismo hubo un gran crecimiento económico, pero no
desarrollo
social, ya que la inmensa mayoría de la población se hallaba en la mayor miseria y
degradación social, por ejemplo, la educación y salud se encontraban en una
situación muy lamentable. Se generaron empleos en las
minas y fábricas de los extranjeros, pero los salarios eran
raquíticos y las jornadas de trabajo eran
hasta de 12 horas diarias, sin ninguna prestación de
la que ahora gozan los trabajadores. Pronto se hizo presente
la
organización y lucha obrera encabezada por el Partido
Liberal Mexicano de los hermanos Flores Magón demandando
mejores condiciones de vida y trabajo para los obreros de las
fábricas, como la jornada máxima de trabajo de 8
horas diarias, descanso dominical y prohibición del
trabajo
infantil, entre otras cosas, que posteriormente quedaron
plasmados en la Constitución de 1917.
Lo que llama la atención es que Díaz luchó
contra los franceses y durante su estancia en el poder, la
sociedad alta mexicana se afrancesó en el aspecto
educativo y cultural y por si fuera poco su destierro lo
llevó a la Francia. Podemos decir que fue ante todo un
hombre con defectos y virtudes, pero que al poner éstos en
la balanza de la historia, deja en un mal sitio a este
controvertido personaje. Algunos argumentan que el porfirismo fue
un mal necesario, que se requería de un gobierno fuerte,
para acabar con las constantes rebeliones que no permitían
la estabilidad política y social y
por consiguiente el crecimiento económico que tanto se
demandaba. Decía Díaz al periodista norteamericano
James Creelman en aquella entrevista
histórica en 1908, que la represión era necesaria,
que si se había derramado sangre,
ésta era sangre mala para salvar a la sangre buena. Por
ello al dictador se le atribuye el dicho "mátalos en
caliente". Lo cierto es que Porfirio Díaz no
cumplió con la no reelección, bandera de sus dos
levantamientos armados en busca de la presidencia, misma bandera
que enarboló Francisco I. Madero en su Plan de San Luis
para acabar con la dictadura. En
fin el gobierno porfirista envejeció, Díaz
tenía ya en 1910, 80 años de edad y así
parecido los integrantes de su gabinete y los gobernadores de los
estados, el régimen entró en una crisis,
miembros de la clase alta y
media querían participar del poder político, pero
se los negaron o los limitaron, como los Madero y los Carranza de
Coahuila, después Calles y Obregón, entre otros,
por lo tanto, ellos fueron los que organizaron, dirigieron y se
beneficiaron del movimiento
armado iniciado en 1910 en donde las clases populares y
principalmente los indios fueron utilizados como carne de
cañón.
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