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Psicología de la liberación (página 2)



Partes: 1, 2

 

Si algo debiésemos empezar a hacer es construir
redes
internacionales de resistencia a
los mandatos de los organismos económicos
multilaterales, organizaciones
latinoamericanas de lucha, empezar a construir una unidad en
torno a un
proyecto de
resistencia y de construcción de otra Latinoamérica y de otro mundo. Ya
decía Bolívar que: "seguramente la
unión es la que nos falta para completar la obra de
nuestra regeneración… y de fundar un gobierno
libre…más esta unión no nos vendrá por
prodigios divinos sino por efectos sensibles y esfuerzos bien
dirigidos
(Guadarrama 2000, pg 250)"

A pesar de todas las afirmaciones ya hechas, este
ensayo es
más un compendio de preguntas, propuestas y
sueños que un conjunto de afirmaciones o verdades. Es
este un aporte particular que pretende generar motivaciones,
inventos,
caminos, salidas, instrumentos para labrar un mundo
mejor.

Finalmente es necesario hacer la siguiente propuesta.
En la construcción de nuestra Psicología
Latinoamericana es necesario mantener tres objetivos
generales:

. Motivar la no utilización a-crítica de una psicología al
servicio del
consumismo y el capitalismo
salvaje. Proponemos en cambio una
psicología humanista y humanizadora, no cosificadora, no
instrumentalista, ni instrumentalizadora.

. Potenciar una cultura de
la resistencia y por este camino debilitar los males generados
por el colonialismo cultural. En otras palabras, participar en
la construcción y realización de un proyecto
cultural Latinoamericano que permita un futuro de bienestar y
mejor para todos aquellos históricamente explotados,
infelices y oprimidos. Proyecto que tendrá su cenit
solamente con un sistema
económico y político distinto al de
hoy.

. Construir una psicología que se nutra de
nuestra realidad, una psicología a la medida de nuestras
necesidades históricas como pueblo oprimido y como
sujetos miembros de ese pueblo. Una psicología al
servicio del psicólogo, de su paciente (no de su
cliente), de la comunidad, del
humano. Una nueva psicología que no esté al
servicio de las necesidades del mercado.

  1. LO PROPIO Y
    LO EXTRAÑO

En esta sección presentaremos objetivos, acciones y
supuestos que atraviesan toda la propuesta y que sustentan las
siguientes tres secciones: Epistemología, Investigación y
Aplicación.

Hablando de lo que nos es propio y de lo que nos es
extraño como miembros de una cultura construida a lo largo
de una historia
particular, no se pueden dejar de decir cosas polémicas.
Sin embargo, es necesario traer a colación ciertas
precauciones y reflexiones que nos permitan acercarnos de manera
más objetiva, serena y reflexiva a la respuesta de lo que
nos es ajeno y lo que no. Comencemos afirmando la necesidad de no
caer en la "exclusión desde la marginalidad", es
decir, no reconocer los aportes hechos por este sistema, auto
impidiéndonos por lo tanto el poder usar
muchas más formas de resistir, de luchar y de atacar al
propio sistema. Así, no podemos satanizar toda forma de
globalización, es necesario pelear contra
la
globalización neoliberal en pro de una
globalización contra-hegemónica, donde se
mundialice la solidaridad, se
internacionalice la resistencia y la pelea por la herencia
común de la humanidad, por los derechos humanos
entendidos en su sentido más amplio.

Igualmente, así como "la informática y la electrónica son en manos de hegemones
instrumentos de expoliación y en manos de los trabajadores
herramientas
de emancipación
" (Ídem, p 18); la
investigación y la aplicación de los hallazgos en
psicología pueden pasar de ser medios
monopolizados por el capitalismo a ser instrumentos de la
revolución
social desde abajo. Este trabajo de
reencaminamiento de la psicología por el bien de nuestros
hermanos no lo van a hacer otros por nosotros, está en
manos de los psicólogos del tercer mundo seguir sumisos o
resistir (aquí incluimos los "tercer mundos" que se viven
en los países "desarrollados", las tragedias humanas de
los marginados y pobres que viven en los países del primer
mundo).

También es necesario distinguir entre lo que nos
es propio de lo que nos es cercano así como pensar si lo
lejano y extraño debería sernos ajeno. Una
muestra. Es
cierto que tenemos que pensar el mundo desde aquí, desde
nuestra realidad, pero es igualmente cierto que en ese ejercicio
no podríamos comenzar de cero. Rallaría con la
estupidez hacer a un lado el desarrollo de
la Psicología europea y estadounidense (únicas
ampliamente conocidas hasta hoy) y construir una ciencia
psicológica a su margen. Así como Dussel ha
reconocido que "la filosofía de la liberación
latinoamericana tiene mucho que aprender de Marx
", nosotros
reconocemos que la Psicología de la Liberación
latinoamericana tiene mucho que aprender de la Psicología
tradicional y de las Ciencias
Humanas tradicionales en general. Lo que sí consideramos
muy necesario es explicitar de qué elementos de la
Psicología tradicional nos aprehenderemos y por qué
(habría que hacer luego la justificación del
porqué excluimos aquellos otros). Creo por lo tanto que de
la psicología tradicional hay que:

. Tener pendientes los adelantos científicos y
epistemológicos que en torno a la ciencia
psicológica se han hecho y hacen, para evitar caer en los
mismos errores, potenciar sus debilidades, llenar sus
vacíos y tomas aquellos elementos investigativos,
prácticos y filosóficos que nos puedan servir. Hay
que insistir en que para adelantar esta tarea nos paramos desde
la perspectiva de latinoamericanos que resisten y atacan a la
dominación imperialista y a la tragedia neoliberal. Los
vacíos que hallemos lo serán por ser vacíos
para nuestro proyecto, las debilidades halladas lo serán
porque serán debilidades en el marco de nuestra
psicología latinoamericana, nuestra psicología de
la liberación. No será perfecta, como todo proyecto
humano, pero nos será más apropiada.

. Recoger los datos que sobre
el sujeto y la cultura latinoamericana se han arrojado y se
pueden arrojar utilizando sus metodologías y técnicas.
Por ejemplo, en cuanto a la discusión de la identidad de
Latinoamérica es claro que la psicología
tradicional tiene mucho que decir respecto a lo hereditario, a lo
aprendido, a lo esencial en una cultura, además, puede
decirlo desde la experimentación y la investigación
de corte positivista, cualidad que indudablemente hace fuerte
muchas de sus aseveraciones. Con estos datos científicos
de la Psicología, la discusión respecto a la
identidad latinoamericana sería menos retórica.
Morandé, Parker, Zea, Quijano y todos los que han
reflexionado acerca de este problema, tendrían elementos
de juicio más objetivos para discutir si tuvieran en
cuenta los datos aportados por esta psicología.

. Estudiar comprensiva e interpretativamente su
desarrollo histórico para criticar su dependencia
económico-política y no caer en
errores o círculos viciosos ya aparentemente sobrepasados
por ellos. Sería un gran error que termináramos
buscando líderes para nuestra causa basados en la
configuración del rostro o la forma del
cráneo.

. Utilizar el estudio anterior para verificar como ha
logrado insertar sus ideas en la cultura cotidiana y así
implementar mecanismos similares o derivados de ellos que
permitan comunicar nuestros objetivos comunes y
cosmovisión a la comunidad no profesional. Quizá,
por ejemplo, la psicología del consumidor pueda
darnos claves y estrategias
importantes para esta labor.

. Reconocer la universalidad de los datos más
objetivos. Estos serán seguramente los hallazgos
más cercanos a los contenidos y condicionamientos
genéticos de nuestra especie, como los hallazgos sobre el
refuerzo y el castigo en el condicionamiento de la conducta, los
descubrimientos sobre la percepción, el funcionamiento del sistema nervioso,
entre otros. Es claro de otro lado que una cosa son los datos y
otra el marco
teórico y epistemológico desde donde se
interpretan. En los primeros quizá no halla mayor
discusión que respecto a la metodología de su recolección o los
procesos
subyacentes, pero en cuanto a los últimos -la teoría,
lo epistemológico, lo antropológico, sus supuestos-
debe hacerse una evaluación
más juiciosa con miras a reconocer los elementos que a
pesar de su discutibilidad se consideran conclusiones
inobjetables y, peor aún, puedan imposibilitar pensar o
movilizar alternativas de transformación de las
condiciones inhumanas de nuestra realidad.

Ya que hemos hecho la prevención de no hacer
indiscriminadamente a un lado la ciencia de otras latitudes, es
igualmente obligatorio no hacer a un lado los desarrollos hechos
en nuestra propia latitud. Es necesario retomar a aquellos
profesionales, científicos, filósofos y psicólogos que han
buscado objetivos similares a los nuestros. Debemos retomar
críticamente la obra de filósofos como Dussel,
Botero Uribe, Gustavo Quesada, los filósofos de la
liberación; de científicos sociales como Fals
Borda, Eduardo Umaña, Freire; de psicólogos como
Ignacio Martín Baró, Maritza Montero, Rubén
Ardila, entre muchos otros de diferentes campos.

Es importante aprender de las áreas
artísticas y científicas que como latinoamericanas
ya han conseguido un puesto en el pensamiento
universal, así como todas aquellas que sin reconocimiento
mundial son un buen ejemplo de construcción desde
Latinoamérica. De ellas podemos aprender el
Cómo de sus logros, además de las
consideraciones que tienen con respecto al ser humano
latinoamericano, su conducta, su cognición, sus valores, su
resistencia, su sumisión, etc. No son pocas las veces en
que las artes se adelantan a la ciencia en sus afirmaciones,
haciendo intuiciones de la dinámica del mundo. Seguramente en la
construcción de nuestra psicología las artes ya
tengan mucho que aportarnos como intérpretes del sentir y
el saber de una población sufrida que
esporádicamente levanta su voz en alto y que en lo
cotidiano puede estar generando silenciosamente salidas y
estrategias locales e individuales con el potencial de
transformar lo global.

Pero, ¿ y para qué queremos hacer todo
esto?, ¿porqué no continuamos trabajando con la
psicología tradicional?. La posición personal del
autor de este libro es que
dicha psicología no nos ha permitido comprendernos lo
suficiente como para permitir transformarnos; no rescata nuestra
emocionalidad, nuestros saberes tradicionales (conocimientos del
hombre
acumulados por siglos), las prácticas culturales que nos
han servido para hacer oposición a las clases dominantes
(como la importancia de la familia
extensa, la dinámica peculiar de nuestras fiestas
comunitarias, la entrega total a ideales, el trueque, la
confianza y el compañerismo,…); tampoco ha dado
herramientas al hombre común para que se emancipe y se
libere de las cadenas del colonialismo cultural, colonialismo
ejercido hoy por los medios de
comunicación masiva que nos mete en sueños y
dinámicas traídas de otros contextos culturales,
continuando así con el menosprecio que los conquistadores
tenían por los elementos culturales nacidos en esta
tierra (y es
obvio que la psicología tradicional no lo halla hecho
puesto que ella misma es un eslabón de dicha cadena), ni
nos ha mostrado aún nuestra particularidad como cultura y
como individuos de esta cultura. La Psicología que
aprendemos hace una barrera entre el psicólogo y el
paciente (el que sabe y el que no sabe), perjudicando el aprendizaje de
ambos, no nos ha permitido adquirir el respeto por la
diferencia y por la pluralidad (como individuos diferentes y no
como objetos sin historia que llevaría a un "todo vale"
para todos y para todo), ni nos ha dado principios
rectores que dirijan nuestra práctica hacia la
consecución de grandes metas como individuos y como
pueblos. La Psicología que hemos conocido se ha nutrido de
una realidad que nos es ajena.

Lo anterior se puede ilustrar con el concepto de
"Exclusión Absoluta" de Gustavo Quesada, profesor
colombiano que al significar una de las dos formas de instrumentación humana permite evocar la
Psicología Organizacional, aquella instrumentación
en la que el sujeto es convertido en cosa, "en medio de
producción, ya que la razón indica
que lo inferior debe servir a lo superior
" (Quesada, G.
Identidad, Nación
y globalidad. P 3). Así, teóricamente al obrero se
le buscan las mejores condiciones en su –casi totalidad de
veces- trabajo enajenado, con el fin de que halla mayor
producción y aumente el capital
perteneciente a los dueños de la
organización. El obrero (inferior) al servicio del
capitalista (superior), el fin no es el obrero en si sino
garantizar mayores ganancias, si esto último implica el
empeoramiento de las condiciones laborales del obrero,
también se asume tal implicación. Obviamente no
podemos llegar al extremo de negar la contribución de la
Psicología Organizacional al mejoramiento de las
condiciones de trabajo del obrero (aunque no en todas las
empresas y
cada día en cada vez menos por las "recomendaciones" del
Fondo Monetario
Internacional que ha hecho de nuestros obreros, contratistas
temporales sin seguridad
social ni estabilidad económica); pero nuestra
psicología no debe apuntar solo a hacer mejoras en los
detalles sino ayudar a cambiar estructuras.
Aunque aún es debatible si por los detalles se puede
llegar a cambiar gradualmente lo estructural, lo cierto es que
hay detalles que definitivamente no tocan la estructura
(así nadie botara papeles en la calle la pobreza
seguiría creciendo).

Aunque este corto memorial de agravios aparenta dejar
mal parada a la Psicología tradicional, debemos reconocer
que apenas hemos nombrado sus falencias. De esta
psicología es difícil separarnos no por sus
vacíos sino por sus adelantos. De sus adelantos
aprenderemos y sus vacíos llenaremos.

Nuestra psicología debe permitirnos en lo
colectivo la construcción de una sociedad civil
fuerte y decisiva, organizada y autogestionadora, y en lo
individual debe acercarnos a vivir una vida plena y feliz, lejos
de la vida light sin propósito y guiada por las pasiones
del momento de manera irracional y egoísta que promueven
los medios masivos de comunicación. Por esto nuestra
Psicología es una Psicología de la
Liberación, una psicología que bajo el principio
del respeto por la diferencia, debe atacar los valores
capitalistas y los maleficios del colonialismo en sus diferentes
expresiones (cultural, económico, político,…)
para ayudar a hacernos libres de escoger nuestro destino
particular y como pueblo.

Para terminar. El fuerte de quien escribe estas
líneas no es el psicoanálisis, razón por la cual no
hay en este texto nada
sobre el mismo, pero podemos estar seguros que el
Psicoanálisis aún tiene mucho que decir sobre la
psique del hombre latinoamericano, aquel que a veces sienta
oposición y las más de las veces sienta
sumisión. De este trabajo deberán encargarse los
que saben. Necesitaremos muchas manos para construir nuestra
psicología, muchas manos para construir nuestra propia
forma de vida.

Que cada profesión aporte lo que pueda y que cada
profesional latinoamericano empiece a innovar, a ser original, a
construir por fuera de donde le es permitido por
tradición. Seguramente no existe algo parecido a una
"ingeniería proletaria" por
contraposición a una "ingeniería burguesa", pero
los ingenieros si pueden pensar en la construcción de
tecnología
local, construida en barrios y pueblos, inventos que rebajen los
costos de
producción a nuestros microempresarios y cooperativas y
que posibilite la competencia
más equitativa con las grandes industrias,
cuando no el reemplazo de sus productos por
producciones nacionales. Cada profesional y científico con
sueños sociales similares a los nuestros es un
bastión de resistencia y de lucha importante.

Una primera tarea por adelantar en cada área o
disciplina de
la resistencia: Hacer el estado del
arte de la
resistencia dentro de sus campos, extraer aprendizajes de su
historia y criticar sus disciplinas "madres" cuando su
posición frente al mundo y el futuro, y sus supuestos
sobre el hombre, la
naturaleza o
el progreso ayuden a reproducir las injusticias del statu
quo
.

EPISTEMOLOGÍA

Si queremos crear una nueva mirada desde y de la
Psicología es necesario repensarnos y recrear la
epistemología de la psicología tradicional e ir
configurando la propia.

Decía Aristóteles en La Política, que
"aquellos que son por naturaleza esclavos, para ellos es mejor
ser mandados
". Junto con los instrumentos de
supeditación económica y política a los que
estamos sometidos como latinoamericanos, la Psicología
aparece como otro instrumento de mando (y adivinen quien es el
esclavo) en la medida que al acogerla como disciplina, acogemos
de manera concomitante sus supuestos de hombre, de sociedad, de
normalidad, de futuro y demás concepciones que le
sustentan; acogimiento conceptual en la mayoría de veces
carente de crítica y reflexión. Solo copiando,
obedeciendo. ¿Mandamos en la Psicología que
practicamos o realizamos los mandatos derivados de las
concepciones que sobre nuestra disciplina poseen unos cuantos
gurús que generalmente viven en un contexto diferente al
nuestro?. La respuesta no es esquiva.

Debemos pensar en aquello que no se ha pensado. En el
rescate de la subjetividad (y no solo como un elemento humano
bonito sino como un elemento clave para nuestra práctica
real), del instinto (tomado como aquella cuasi-percepción
que nos indica decisiones a tomar, instinto en el sentido de
"instinto materno" o "instinto femenino" o aquella capacidad que
el profesional curtido ha adquirido en la práctica y que
es imposible de aprehender en la academia) que no se recoge en lo
teórico pero de la que no podemos desprendernos en la
praxis, y de
muchos otros elementos humanos y culturales de los que nuestra
formación académica nos mutila y
esconde.

Debemos salir de nuestros guettos, reconocer que solos
no podemos aprehender al ser humano, que necesitamos del resto de
ciencias humanas y sociales, debemos reconocer que necesitamos
ser, en el mejor sentido de la palabra, transdisciplinarios.
Tenemos que aceptar que ninguna ciencia humana es completamente
objetiva y que por lo tanto, quien no recoge concientemente una
opción axiológica y política, recoge de
hecho la que pertenece a los dueños de la ciencia
dominante, es decir, las multinacionales y los estados del primer
mundo (aunque quizá sea redundante por separarlos).
Así, puesto que la neutralidad axiológica y
política no existe, debemos auto-aclararnos y declarar
explícitamente la posición política que
recogemos; preguntarnos qué propuesta de mundo futuro
implícitamente afirmamos con nuestra práctica
científica, profesional y teórica.

Necesitamos como mínimo apropiarnos de los
derechos humanos
en su sentido amplio y defenderlos como psicólogos pero
también como sujetos y miembros de la especie
humana.

Es necesario recrear nuestras concepciones de ser
humano, de cuerpo y espíritu, debemos pensar en aquello
que incluimos o excluimos al hablar de tiempo libre,
sociedad, historia, futuro, educación,
diferencia, cultura, felicidad, normalidad, etc… y analizar las
concepciones que hay detrás del significado asignado a
esos términos. Tenemos que empezar a hablar en un idioma
que no sea prestado, con concepciones que no tengan origen en un
contexto que no es igual al nuestro (aunque no seamos totalmente
diferentes).

Es más que inaplazable determinar nuestro marco
de normalidad, caracterizar las conductas normales y
diferenciarlas de las no adaptativas (y adaptativas no solo para
la subsistencia individual sino también para la de nuestra
comunidad, nuestra especie y la del mismo planeta), y sentar
alguna posición con respecto a ellas. El respeto por la
diferencia debe iluminar este camino, y la patologización
de la sociedad debe servirnos de marco de fondo, es decir, el
problema de una sociedad enferma que no respeta al que se sale de
sus marcos de normalidad consumista y conservadora debe atravesar
toda nuestra reflexión. Quizá, por ejemplo,
hallemos que la búsqueda obsesiva del "éxito"
individual sea más un mal que una virtud. Debemos buscar
las causas sociales generadoras de los sufrimientos humanos que
por derecho propio los psicólogos pretendemos
eliminar

Tampoco podemos olvidar la cuestión trascendental
de una naturaleza en extinción, debemos reconocernos como
parte de ella y no una naturaleza aparte; así seguramente
encontraremos más fácil un camino hacia la
realización humana que no atente contra la armonía
de la naturaleza, llámese desarrollo
sostenible o algún otro término que implique la
misma idea.

El escritor Eduardo Galeano apoya la
"…producción comunitaria fundada no en la codicia
sino en la solidaridad, en las viejas libertades y en la
identidad entre los seres humanos y la naturaleza
" (pg 173),
"estas culturas –continua Galeano hablando de
nuestras comunidades indígenas- despreciadas y negadas,
tratan a la tierra como
a su madre y no como materia prima
y fuente de ingreso
". "…contra la ley capitalista
de la ganancia, ellas proponen la vida del compartir, de la
reciprocidad, de la ayuda mutua
". "la mayor parte de la
agricultura
tradicional era ecológicamente sana
". Si todo esto lo
afirma un literato, no un agrónomo, qué
podrá decir un profesional que, se supone, busca el
bienestar de sus semejantes (creo que para eso somos
psicólogos, así suene a respuesta de reina de
belleza). Debemos buscar las causas sociales fundantes de los
males ecológicos y humanos que pretendemos
eliminar.

Quizás alguna vez encontremos la
–seguramente falsa- disyuntiva entre ser científico
o tomar una posición política. Mi posición
propia es recoger en tal caso la última opción. No
podemos desvincularnos de lo político. Nuestras acciones
(incluyendo las profesionales y científicas) o reproducen
o transforman el statu quo, la neutralidad generalmente
significa reproducirla. ¿Y usted que prefiere?.

Hay que repensarnos todo. Puede que una determinada
concepción de ciencia no nos permita avanzar, quizá
la estimación de lo instintual o lo emocional sea el punto
de quiebre con la psicología tradicional, quizá lo
sea la asunción política, quizá necesitemos
re-mirar a astrólogos, brujos, chamanes, artistas, locos,
religiosos…Quizá.

Una de las primeras tareas para alcanzar nuestro fin es
criticar la epistemología de la psicología
tradicional, reflexionar desde la filosofía, confrontarla
con nuestra realidad, enjuiciarla por sus consecuencias
prácticas, por las implicaciones teóricas y
lógicas de sus concepciones y supuestos, y finalmente,
proponer nuestra nueva epistemología, evaluándola
igualmente sin consideración.

Debemos pensar en la psicología como un todo (si
es que podemos aprehenderla como un todo) y en sus áreas
constitutivas. Por ejemplo, debemos crear el campo teórico
de la psicología de las organizaciones, pero ya no solo de
las industriales, sino también de las organizaciones
populares, comunitarias, de resistencia, culturales, sindicales,
políticas, sin ánimo de lucro, etc.
Pensar en los elementos constitutivos de la psicología
científica, profesional y teórica.

INVESTIGACIÓN

La investigación en cualquier campo del saber
humano presupone un deseo de conocer la naturaleza por parte del
investigador. Como colectivo humano la investigación y la
ciencia nos son herramientas para aumentar el bienestar de
nuestro congéneres, es decir, no investigamos para estar
peor (aunque algunas veces así se de). Sobre estas
afirmaciones planteamos algunas especificidades de la
investigación en la psicología
latinoamericana.

4.1. Objetivos Investigativos

. Buscar las particularidades latinoamericanas, aquello
que nos hace similares entre nosotros pero diferenciables de
otros. Recordemos que buscaremos la norma y no la
excepción, aunque no negaremos la existencia de esta
última. Se debe hacer esto con miras a rescatar lo que
permite, ha permitido y permitirá, en el ámbito
individual y contextual, la oposición y lucha contra el
sistema. Igualmente, el
conocimiento de los factores de la sumisión, la
alienación y la pasividad debe apuntar también a
darnos herramientas de liberación.

. Comprender nuestra realidad social e individual para
su posterior transformación. Aquí hay que recordar
que a pesar de todos los esfuerzos académicos e intelectuales
por comprender y proponer soluciones a
los problemas
económicos y sociales de América
Latina, estos no han mejorado. Por esto proponemos,
así como lo hicieron en su momento Simón
Bolívar, Marx, José
Martí,
Mahatma Ghandhi, Martín Luther King, entre otros, que
debemos teorizar, proponer prácticas de
transformación pero, sobre todo, ser protagonistas de
dichas prácticas. Ya se ha parafraseado demasiado.
Actuemos e incitemos a la acción,
y si no sabemos cómo, hagamos objeto de nuestra
investigación las maneras de hacerlo y de sostener la
acción promovida.

. Rescatar los saberes tradicionales, de
indígenas, negros, minorías culturales, etc. Tomar
el pasado para recuperar aquellos elementos que enriquezcan
nuestro proyecto latinoamericano y no para recuperar alguna
supuesta esencia identitaria latinoamericana olvidada, perdida o
escondida. Hay mucho que aprender aún de nuestras
comunidades indígenas y negras desaparecidas y actuales:
sus modos de crianza, sus artes, sus oficios, su
cosmología, su medicina, su
adoración a la sabiduría, el respeto por el anciano
experimentado, sus formas y concepciones de justicia, etc.
Además, si nuestro paraíso prehispánico
inspiró a Tomás Moro (y por lo tanto al Socialismo
utópico y luego al científico), por qué no
ha de inspirar a los hijos de este paraíso (Guadarrama
2000, pg 58)

. Eliminar los aportes negativos, maléficos para
nuestro desarrollo, que ha hecho el colonialismo cultural. Nos
unimos a la afirmación de Guadarrama y Pereliguin: "para
alcanzar la genuina cultura constructora de humanos nuevos hace
falta emanciparse de estos antivalores de carga negativa y
producir una real estructuración de todos los valores". Es
necesario tal transformación para crear el pueblo
nuevo
con el que soñaba nuestro Jorge Eliécer
Gaitán.

. Posibilitar la creación de nuevos modelos de ser
humano (diferentes a los de los realities, tan de moda en estos
tiempos) para las nacientes generaciones latinoamericanas. En los
mitos
precolombinos, por ejemplo, aflora el interés
porque el hombre sea dueño de su fuerza tanto
física
como espiritual, que domine las condiciones de su existencia al
aumentar su sabiduría, que sea más libre al ser
más culto (Guadarrama 2000, pg 19). He aquí un
modelo por
recuperar.

. Producir conocimientos que conlleven el mejoramiento
de las condiciones sociales y emancipe a nuestros hermanos
explotados de todo el mundo.

. Transformar las representaciones sociales de nuestros
ciudadanos con respecto a si mismos, a su identidad, al sistema
en que viven, a la historia, a la resistencia, etc. Muchos de
nuestros males se deben al sentimiento de inferioridad y
minusvalía con respecto a los países
industrializados y sus habitantes. Ya diría El
Apóstol José Martí,
"nuestro problema es la desunión interna y el desprecio
por lo propio" (citado en clase por el
profesor cubano Josué Varela. Clase de Filosofía y
Pensamiento Político Latinoamericano, Facultad de Derecho,
Universidad
Nacional de Colombia., Nov 27
2002).

Obviamente no lograremos lo anterior solos ni
será fácil el trabajo,
pero el trabajo ya arrancó y no tiene revés. No nos
preocupe ser pocos, como lo dijo Bolívar y lo
reafirmó con su vida: "causas individuales pueden producir
resultados generales, sobretodo en las revoluciones" (Citado por
Guadarrama 1998, pg 254).

4.2. Cosas Puntuales Por Hacer

. Se nos ha dicho que cada práctica
clínica es un experimento. Nosotros decimos que cada
práctica en Psicología es también una
investigación. Debe el psicólogo aprender de
aquellos que se acercan a él, si es que en realidad se
quiere recuperar saber cultural que permita la liberación.
Cada interacción es una fuente de conocimientos
para la profesión y la ciencia del psicólogo de la
liberación.

. Si ha aumentado el stress, las
enfermedades del
corazón
y los trastornos emocionales en las urbes, los espacios
más representativos de este sistema, es porque algo en el
estilo de vida
que provoca este sistema es contraproducente para el ser humano.
Hay que investigar esos algos. Los resultados de esta
investigación justificarían clínicamente
nuestra pelea por un sistema más humano.

. Recordemos las palabras de Todorov hablando acerca de
la conquista del nuevo mundo: "… los conquistadores
entendieron el mundo indígena mucho mejor que los indios
el mundo español.
Esta comprensión superior fue el instrumento que
permitió a los españoles destruir las
civilizaciones indígenas
". Para que no nos pase
(¿o siga pasando?) lo que a nuestro indígenas,
tomemos el papel de los antiguos españoles y comprendamos
los medios y el mundo del consumo, del
capitalismo voraz, del postmoderno hedonista.

. Estudiar como actúa el sistema a nivel
psicológico, individual, para construir armas de defensa
y contraataque a ese mismo nivel.

. Uno de los muchos elementos que puede aportarnos la
transdisciplinariedad es mostrarnos desde cada disciplina los
quiebres, las debilidades, los conflictos,
las contradicciones existentes en el sistema, lo que nos
dará pistas sobre qué puntos específicos
trabajar para hacerle fisuras al sistema desde nuestro campo.
Ejemplo. Quizá la economía solidaria
permita ir construyendo una economía alternativa a la
capitalista; nuestro aporte como psicólogos puede ser:
estudiar como consolidar una organización de economía solidaria,
aportar elementos para efectivizar el trabajo en grupo,
construir cooperativas de psicólogos, entrar a ser parte
del fondo familiar o crear uno, hablar de lo bueno de dichas
dinámicas por cualquier medio que se nos facilite,
construir nuevas dinámicas (como el trueque, que para el
año 2003 tiene a un millón y medio de argentinos
intercambiando sin dinero), entre
otros.

. En la parte teórica es prioritario hacer un
diagnóstico de lo que hay en: 1)
Crítica a la psicología tradicional y 2)
Construcción de una psicología de la
liberación.

. Teorizar sobre las formas de resistencia y
organización para diagnosticarlas, evidenciar
vacíos y proponer salidas e instrumentos para su
fortalecimiento, permanencia y ampliación.

. Estudiar las condiciones psicológicas y
contextuales que han posibilitado, potenciado y condicionado
levantamientos populares, formación de oposición y
resistencia, desarrollo de los procesos revolucionarios de la
historia y de los actuales movimientos sociales.

. Investigar la vida de personajes rebeldes,
revolucionarios, críticos, transformadores,
para aprehender y aprender de su vida lo que posibilitó su
espíritu de cambio. De estos estudios podemos sacar
enseñanzas útiles para nuestra ciencia tanto como
para la vida cotidiana de aquellos que resisten y quieren seguir
haciéndolo. En síntesis,
la biografía como recurso
historiográfico, de análisis científico y motivador
personal.

. Analizar la relación histórica entre
Pensamiento social y cambio social, entre Psicología y
cambio social. Esto con el fin de reconocer nuestros alcances y
planear estrategias para difundir y alcanzar nuestros
sueños.

. Investigar las variables que
permiten nuestras particularidades latinoamericanas intentando
medir el peso de cada una de ellas en la formación de
nuestras características culturales. Los resultados pueden
darnos luces sobre qué cosas hacer para realizar
transformaciones culturales.

. Tratar científicamente los problemas "no
científicos" de nuestras tradiciones culturales.
Quizá encontremos que la magia si sirva (aunque
posiblemente encontremos luego su explicación
física), que los fetiches religiosos dan elementos para el
trabajo clínico y que la oración ejerce un poder
estructurante en las organizaciones.

. Es necesario observar con detenimiento todo lo que nos
permiten las metodologías de la psicología
tradicional y las ciencias humanas en general, pero rescatamos
con mayor vehemencia aún la alternativa etnográfica
como el primer paso para comprender y aprender de nuestras
culturas latinoamericanas y la Investigación Acción
Participativa como instrumento directo de
transformación.

APLICACIÓN

Dice Aristóteles en La Política que
"las ciencias del esclavo son pues los diferentes menesteres
domésticos. La ciencia del señor en cambio consiste
en saber usar de los esclavos
". La Psicología aplicada
que usamos en América
Latina parece entonces, desde Aristóteles, para esclavos
(sin hablar de la misma formación para ser empleados y no
para construir empresa), para
ayudarnos a hacer los servicios
domésticos del capitalismo. Lo más innovador que
hacemos la mayoría es inventar nuevas formas de hacer
dichos servicios; pero no pensar el sistema, ni reflexionar sobre
la posibilidad de otro mundo (no hay que partir desde ceros,
muchos psicólogos si han pensado, planteado o apoyado la
posibilidad de otro mundo, lo que pasa es que como no salen por
la
televisión entonces no existen en nuestra
cosmovisión). Pensar el mundo y sobre los esclavos
está destinado a los señores, los esclavos por su
lado no se piensan ni a si mismos, aunque algunos llegan a crear
nuevas técnicas de hacer el oficio
doméstico.

La Psicología como profesión, la
psicología aplicada, debe ser repensada por los
profesionales de la oposición, por los psicólogos
de la liberación. Es un buen comienzo autocriticarnos
fuertemente. Esta cultura cambiante y esa identidad
latinoamericana construida y reconstruida permanentemente,
¿está siendo influenciada por nuestro actuar como
científicos, intelectuales, artistas o profesionales?,
¿estamos haciendo algo para transformar por lo menos
nuestro contexto cercano? (¿Cómo nos comportamos
frente a los niños?,
¿Qué ejemplo damos a nuestros amigos?,
¿Qué mensaje dejamos a los que nos escuchan?), o
nos hemos quedado en mega-sueños sin darle asidero en
nuestra práctica, en nuestra vida cotidiana, de momento en
momento. ¿Estamos influyendo en la construcción de
versiones públicas (formales, escritas, editadas,
sistematizadas, publicitadas) o privadas (cotidianas, vividas en
cada interacción) de la identidad latinoamericana?.
Recordemos el poder que tiene cada una de estas versiones para
condicionar la construcción de la otra, como lo dice
Richard Jonson.

Debemos luchar porque la cultura no pertenezca a una
élite, luchar porque la cultura, en el sentido de
Guadarrama, tenga auge en nuestra América. Cultura para
Guadarrama es "el grado de dominación por el hombre de
las condiciones de vida de su ser, de su modo histórico
concreto de
existencia, lo cual implica de igual modo el control sobre su
conciencia y toda
su actividad espiritual, posibilitándole mayor grado de
libertad y
beneficio a su comunidad
".

Por otra parte, si queremos hacer un trabajo con
raíces, es necesario agarrarnos con firmeza del presente,
de lo existente, puesto que los sueños no se
materializarán a partir de la nada. Quijano dice "esta
racionalidad diferente
–hablando de los
indígenas prehispánicos- basada en la
solidaridad, el esfuerzo colectivo y la reciprocidad, permanece
viva en la masa de los pobres urbanos, en sus corredores
populares, en sus cooperativas y en sus formas de
organización para sobrevivir
". En cada zona colombiana
y latinoamericana seguramente encontraremos más ejemplos
de esta racionalidad diferente (encontramos hoy fondos
económicos familiares sin bancos de por
medio, comunidades de trueque que intercambian bienes y
servicios sin intermediación de dinero, ollas comunitarias
en las universidades, grupos religiosos
de acción social, personas caritativas,…). En todos
estos procesos podemos poner un pie para expandir, aumentar e
iniciar nuevos trabajos de lucha y resistencia reales, con
efectos visibles, concretos (deberíamos sin embargo
precisar estos conceptos porque existen luchas y resistencias
que culminan en borracheras "contracultura", debates de
intelectuales anónimos que descrestan en bares
universitarios o increíbles levantamientos contra la
mamá y el profesor).

Hay muchas cosas que podemos ayudar a potencializar. Los
psicólogos educativos, aparte de todo lo que les
posibilita los procesos de educación formal e informal,
pueden cualificar los Consejos Estudiantiles de los colegios
(potencial cuna de líderes); los psicólogos
clínicos pueden ayudar a formar conciencia social a
quienes a él acuden, además de patologizar a la
sociedad y liberar así al paciente de la culpa por
trastornos que se originan por una dinámica social
morbosa. Hay mucho que hacer y psicólogos hallamos por
doquier, con legitimidad para intervenir como ningún otro
profesional en muchos y diversos espacios.

Nuevamente Quesada nos hace una anotación que
creo conveniente traer ahora: "una cosa es evaluar, criticar y
superar la tradición, y otra negarla
". Mejor que
hacernos los de la vista gorda con las fealdades que nos da este
sistema, es utilizar lo que tenemos para construir un futuro
mejor. Evidentemente hay muchas cosas que eliminar, como el
machismo, el sentimiento de inferioridad, la apatía
política, el esnobismo, y si se quiere, hasta la
percepción triste y amarga de la muerte
(percepción que Guadarrama nos recuerda no existe en la
cosmología indígena y que bien nos haría
re-aprender (Guadarrama 2000, pg 31), etc. Pero será
difícil acabar con cada una de estas fealdades si no
intentamos hacer cambios estructurales en el sistema,
único sistema que tenemos hoy y que es mejor superarlo
-incluso con armas que él mismo nos ha dado, como la
comunicación global- que negarlo.

5.1. Propuestas Aplicativas:

"..con perfecto derecho los españoles imperan
sobre estos bárbaros del nuevo mundo e islas adyacentes,
los cuales en prudencia, ingenio, virtud y humanidad son tan
inferiores a los españoles como los niños a los
adultos y las mujeres a los varones, habiendo entre ellos tanta
diferencia como la que va de gentes fieras y crueles a gentes
clementísimas
…".

¿Será que esta afirmación de Juan
Ginés de Sepúlveda en el siglo XVI, tiene alguna
resonancia hoy?. Más peligroso que los habitantes del
primer mundo vean así a los del tercero o que los ricos
vean así a los pobres, es que tal percepción se
convierta en una autopercepción. Por ejemplo, existen los
nacidos aquí que consideran a estas tierras como malditas
por naturaleza, que dan gente atrasada (aunque con excepciones,
como los que hacen estas proclamas). Obviamente la
concepción histórica no existe en aquellos que
afirman tales cosas, y en su lugar está el derrotismo, el
pesimismo, el "no nacimos pá semilla" trágico y
perenne.

Afirma por otro lado Miguel Antonio Caro: "….y
puesto que la pobreza material
ha de existir siempre, ¿qué vale darle al pobre la
ciencia de su pobreza y la conciencia de sus derechos a ser rico,
si no se le da la filosofía de su desgracia
?", y dicha
filosofía es algo que justifique y hasta dignifique su
desgracia, el opio del pueblo podríamos
parafrasear.

Nuestros psicólogos de la resistencia no pueden
asumir ninguna de las dos posiciones anteriores. Sería una
paradoja. Nuestros psicólogos de la liberación
deben tener una autoestima y
dignidad alta
para elevar la de otros, para eliminar el lastre del imaginario
del conquistador que nos consideraba a medio camino entre humanos
y animales. Si
no se logra elevar nuestra autoimagen, se seguirá
envidiando a los que nacen en tierras más
"bendecidas".

Los procedimientos
para realizar esta labor desde la psicología abundan.
Construir referentes emancipadores para hombres, mujeres,
jóvenes y niños es uno de ellos. Decirles a
nuestros "pacientes" que nuestro objetivo no se
queda en su cambio individual, sino que le apuntamos a construir
un mundo diferente al actual, es otra manera. Trabajar en
nuestros barrios, salones comunales, casas culturales, etc., sin
perder de vistas nuestros objetivos sociales, es otra manera de
hacerlo. Utilizar los medios de
comunicación que nos pertenecen como psicólogos
(asesorías, consultas, talleres,…), a los que podemos
acceder por lo mismo (publicaciones, congresos, encuentros,
entrevistas,
diseño
de publicidad,…),
los medios de comunicación más modernos (masivos,
Internet,…) y
los más populachos (papeles en los postes, graffitis en
baños, buses, muros y billetes,…). Medios no nos faltan,
solo carecen de nuestra utilización. ¿Será
que no podemos utilizar la atracción por el deporte, la competencia y las
artes para consolidar organizaciones con pensamiento alternativo
(y si se quiere, con la vilipendiada "conciencia de clase")?.
¡Psicólogos del mundo unios!

5.2. Cuestionamientos a la
Aplicación:

Aunque sería más propicio colocar un
apartado de preguntas en la sección de
investigación, vemos pertinente colocarlas aquí por
su relación con las áreas aplicadas de la
Psicología. En función de
los objetivos de nuestra Psicología:

  • . ¿Qué cosas de nuestra sociedad y
    cultura deberíamos ayudar a potencializar e intentar
    sostener y cuales no?. La actitud
    reverencial hacia el trabajo de nuestras comunidades
    indígenas prehispánicas y actuales no
    quedó solo en textos o en comunidades aisladas, vemos
    nuestros campesinos colombianos laboriosos, la buena
    reputación de aquel que es "berraco pá
    trabajar" y en los mismos descendientes mayas
    "vigorosos y trabajadores, de naturaleza inteligente,
    sociable y alegre…Su concepto de la justicia, de la
    honradez, del respeto a la vida y bienes ajenos es notable"
    (Ruz Lhuillier citado por Guadarrama 2000, pg 36). Estas son
    actitudes
    que potencializar.
  • ¿Qué elementos de las
    prácticas de los psicólogos de hoy no deben ser
    olvidados?
  • ¿Qué practicas indígenas,
    tradicionales, negras, podemos considerar como
    prácticas o posiciones utilizables en alguna
    área de la Psicología?. Por ejemplo, las
    técnicas de mediación de conflictos de los
    palabreros wayuus o esa educación maya donde en lugar
    de una enajenada deidad a la que se atribuyeran las mejores
    cualidades humanas, se buscaba y se deseaba cultivar las
    mismas en el hombre concreto de su tiempo (Idem Pg
    35).
  • ¿Por qué los latinoamericanos sufren
    desde hace tanto sin que halla un revelamiento
    transformador?.
  • ¿Por que pareciera que no tenemos memoria como
    pueblo, y ni siquiera a "corto plazo" (reelegimos a
    presidentes que nos agobian con injustas reformas laborales,
    agrarias, por ejemplo)?
  • Si hay droga
    homeopática para males fisiológicos, ¿no
    existirá droga homeopática, natural, para los
    hoy llamados trastornos psicológicos?.

5.3. Objetivos de la
Aplicación:

  • La pregunta fundamental de nuestras
    prácticas profesionales como psicólogos es el
    para qué. Desde nuestra Psicología
    latinoamericana permítannos proponer algunas
    respuestas que ya se han venido asomando a lo largo de este
    texto:
  • Fomentar la organización y evitar la
    fracturación de nuestro tejido social
    (fracturación que históricamente ha sido el
    primer paso para llegar a un régimen totalitario
    fascista).
  • Difundir la conciencia de que nuestra mala
    situación es la consecución de nuestra
    marginalidad en el mercado mundial, nuestra dependencia del
    primer mundo y la consecuente supeditación a sus
    políticas y "consejos".
  • Propender por que en el mundo de la vida
    –término habermassiano- no reine la razón
    instrumental sino la comunicativa.
  • "Creo que la capacidad creativa de los seres
    humanos se encuentra en el corazón del proceso de
    desarrollo. Lo que produce el desarrollo es nuestra capacidad
    para imaginar, teorizar, conceptuar, experimentar, inventar,
    articular, organizar, administrar, resolver problemas y hacer
    cientos de otras cosas con nuestras mentes y manos que
    contribuyan al progreso del individuo
    y de la humanidad en general. Los recursos
    naturales…y muchos otros factores influyen en la
    dirección y ritmo del progreso. Pero el
    motor es
    la capacidad creativa humana
    " (Harrison Lawrence. El
    subdesarrollo está en la mente. P20).
    Adivinen, según lo anterior, qué capacidad
    propongo incentivar.
  • Invitar a todo sujeto que se nos acerque a ejercer
    protagonismo sobre su propia vida en el ámbito
    cognitivo, hermenéutico y estético (Quesada, G.
    Identidad, nación y globalidad, P 19), a no seguir
    el camino implantado por otros.
  • Evitar el consumo irracional de productos
    inútiles, innecesarios o incluso perjudiciales (como
    los innumerables productos para adelgazar).
  • Empoderar a los sujetos que se nos acercan,
    ayudándolos a ser autónomos, libres y no
    dependientes del psicólogo u otro profesional que
    quiera dirigir su vida. Es permitir la sensación y el
    pensamiento que posibilite el control real sobre el propio
    destino.
  • Lograr formas organizativas más acordes a
    nuestras culturas, evitando con esto la implantación
    arbitraria de formas y dinámicas de
    organización extraídas de manuales
    extranjeros.
  • Ayudar a comprender la relación <ideologíacomportamiento> en el ámbito
    individual y colectivo, hacer pública tal
    relación y trabajar en su cambio.
  • En concreto y como objetivo general y
    último, buscamos una sociedad donde sea posible el
    hombre noble náhuatl, aquel que "tiene el
    corazón recto, cosa preciosa es su corazón,
    noble su forma de vida. Él protege y cuida a la gente,
    es cuidadoso, hábil, de todo se ocupa (
    como
    diría Marx, por la mañana es pescador y por la
    tarde artista si así le apetece), trabaja. Es
    varón recto y bueno, es verdaderamente un hombre.
    Tiene un corazón verdadero, su manera de vivir es
    recta, digna, es un sabio, es hombre hábil
    "
    (Guadarrama 2000, pg 35).

EL PSICÓLOGO Y LA PSICOLOGÍA DE LA
LIBERACIÓN

Comprometerse con una posición ante la
psicología como la que proponemos implica desde nuestra
óptica
ser un profesional íntegro, es decir, articular la
profesión al propio proyecto de vida, a la cotidianidad,
hacerla su teoría del mundo. Solo articulando estos dos
elementos (la profesión y la propia teoría del
mundo) podemos ser capaces de ilusionar con otras maneras de
vivir, maneras alternativas al american dream.

La Psicología de la liberación, es decir,
los psicólogos comprometidos con ella, debe buscar formas
de actuar e influir tanto en el "mundo de vida" (la vida
cotidiana, informal) como en los sistemas
funcionales (sistemas económicos, políticos,
sociales, culturales, en las instituciones
y políticas estatales…), para tomar prestado
términos de Habermas. No hay una ley natural que le
prohíba a los psicólogos involucrarse con las artes
(hacer por ejemplo un performance que denuncie lo antihumano de
este sistema o lo ridículo de algunas de nuestras acciones
profesionales), con las luchas indígenas o sindicalistas,
salir desnudos a protestar o repartir publicidad de contracultura
en los congresos de Psicología.

Los únicos límites
para entrar a la conciencia de las personas (y ojo que en cada
interacción se entra en la conciencia de los otros, no
proponemos nada demoníaco ni metafísico) es la
ética.
Poder entrar a la conciencia de los otros es importante si
queremos que perdure nuestro proyecto. Quesada nos recuerda que
luego de la gesta independentista faltaron 50 años para
romper en América con la influencia del rey, pero romper
con los valores y las prácticas de la iglesia
católica española ha sido imposible luego de casi
dos siglos. He ahí lo importante de pensar como perpetuar
nuestro proyecto mediante la apropiación de este por parte
de otros sujetos (psicólogos o no).

Si la
ilustración y los ilustrados latinoamericanos
utilizaron la reflexión filosófica como un arma
para preparar ideológicamente a las nuevas generaciones
que tendría después la tarea de luchar por la
independencia
de América (Idem pg 185), pues los psicólogos
deberían hacer lo mismo para la nueva independencia
venidera, y con la ventaja de utilizar legítimamente no
solo la reflexión sino sus áreas profesionales,
científicas, teóricas y sus derechos como
ciudadanos, sujetos y cualquier otro rol que
adquieran.

En este trabajo debemos ser tan optimistas como
Bolívar, cuando ante una tragedia natural donde es
diezmado el número de sus hombres, entonces dice "si se
opone la naturaleza, lucharemos contra ella y la haremos que
obedezca", ser como él mismo, "más filósofos
en la prosperidad que en el infortunio".

Recordar la ética martiana, su humanismo
práctico: "el deber del hombre virtuoso no está
solo en el egoísmo de cultivar la virtud en si, sino que
falta a su deber el que descansa mientras la virtud no haya
triunfado entre los hombres (Guadarrama 2000, pg 271)", y bien
sabemos que este sistema no ofrece las mejores condiciones para
que triunfe la virtud.

Nuestro psicólogo debe ser muy culto.
Martí decía "ser cultos para ser libres", asimilar
creativamente lo conquistado por la humanidad como uno de los
caminos principales para alcanzar la libertad no solo de los
enigmas de la naturaleza sino también de las imposiciones
de otros hombres (Guadarrama 1998, Pg 184).

Esta cultura nos ayudará también a ser
objetivos y a no considerarnos ni la raza síntesis de
todas, ni a excluir regionalistamente los aportes culturales de
los pueblos que han condicionado nuestra construcción
sociocultural. La cultura se construye día a día y
debemos recoger lo mejor de lo que esté a nuestro alcance
para bienestar de la humanidad. Nuestra Psicología
así como nuestra cultura debe propugnar por el
método electivo de Gamarra (ïdem, pg 184) para
salir del dogmatismo (el dogma de que el conocimientos viene del
norte, el dogma de que los "gurús" o "vacas sagradas"
siempre tienen la razón, el dogma de que la
sabiduría solo está en la academia,…) esto
es, apoyarnos por una filosofía electivista. Gammara
define tal filosofía de la siguiente manera: "más
por lo que toca a la filosofía ecléctica, en
latín electiva, es aquella en la que buscamos la
sabiduría solo con la razón, con los experimentos y
observaciones de los sentidos, la
conciencia íntima, el raciocinio y con la autoridad
acerca de aquellas cosas que no pueden saberse por otro camino.
En esta manera de filosofar no se pregunta quien ha dicho algo,
sino cuán rectamente, esto es, cuan conforme a la
razón…" (Gammara citado por Guadarrama 2000, pg 184).
Nuestra Psicología de cierta manera sería
electivista, recogiendo lo que le sirva sin importar si es una
autoridad el que lo dice o si no compartimos el resto de
afirmaciones del autor de la idea recogida. Nuestra
psicología debe ser como la abeja, al decir de
Bacón, extraer de todas las flores de la experiencia y la
sabiduría para formular sus propios criterios.

El electivismo que propugnamos para nuestra
Psicología también lo propugnamos para el humano y
especialmente para nuestro psicólogo. Una frase de Waldo
Emerson aclara bien mi apreciación: "Todos los hombres
que conozco son superiores a mí en algún sentido,
en ese sentido aprendo de ellos
". Así pues, seamos
como Emerson y aprendamos de momento en momento, de hombres, de
animales y de la naturaleza en general, de las experiencias
internas y de las externas. Aprendamos del mundo.

Nuestra ciencia tiene que valorizar lo que nace en esta
tierra. Anotemos por ejemplo que el concepto de
transculturación fue elaborado por el
antropólogo cubano Fernando Ortiz, pero solo aceptado
internacionalmente cuando el polaco Malinovsky reconoció
su valor. Clara
muestra del eurocentrismo
hasta hoy reinante en las ciencias
sociales y otros espacios ( Idem. Pg 53). No importa que no
nos reconozcan otros primero, reconozcámoslo nosotros y
quizá el resto venga por añadidura. La música mexicana
primero necesitó ser reconocida por los habitantes de
México
para que luego fuera apreciada por el resto del mundo. Al igual
que del eurocentrismo tenemos que librarnos de la
nordomanía, término que Rodó
usó para referirse a la actitud de aquellos que consideran
que todo lo mejor siempre radica en el Norte.

Culturalmente uno de nuestros objetivos debe ser el
enriquecimiento de la cultura universal con nuestro saber y
productos culturales más propios. Aún no hemos
hechos aportes descomunales por que estamos ciegos (y por lo
tanto tampoco le hemos ayudado a quitar la ceguera al resto del
mundo) para apreciar lo que ya tenemos y lo que podemos
crear.

REFERENCIAS

GUADARRAMA, P., NIKOLAI, P. LO UNIVERSAL Y LO
ESPECÍFICO EN LA CULTURA. Bogotá: Unidad
Editorial Unincca, 1998.

GUADARRAMA, P. HISTORIA DE LA FILOSOFÍA
LATINOAMERICANA I. Bogotá: U.N.A.D. 2000.

QUESADA, G. EDUCACIÓN Y
GLOBALIDAD.

QUESADA, G. IDENTIDAD, NACIÓN Y
GLOBALIDAD.

conciencialatinoamericana[arroba]gmail.com

 

 

 

Autor:

Diego Alejandro Guerrero Rodriguez

Psicólogo de la Universidad Nacional de
Colombia

Nacido en Bogotá (Colombia) en 1981. Investigador
social y docente de ética y religión.

Psicología de La Liberación

Bogotá (Colombia) – 2002

 

Partes: 1, 2
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