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Poemas de Adriano Corrales (página 2)




Enviado por Adriano Corrales



Partes: 1, 2

curame con tus hierbas poné tu imagen sagrada
al sol a orar por nosotros

por nuestros pecados nuestras dudas nuestras
deudas

abríme / cerrame – cerrame /
abríme

para que navegués mis páginas retrocesos
en letras negras

perfumes malogrados café
que no se asienta

vení a esta hoguera de febrero vení
tomá mis manos maestrita

consolame con el desconsuelo que no
consuela

saboreá estas lágrimas cuchillos
apagados en la distancia

apagame / encendeme / apagame / encendeme

decíme que no me querés que me
querés que no

que yo soy otro el otro

alguien que imagina tu vuelo los martes o los
jueves

tus figurillas de arcilla en la casa sin
paredes

las cariátides del último
pabellón que no conoceremos

el piso de candela la escalera en flor el cielo en
duermevela

decíme con tus dedos de agua apagame
en este incendio oceánico

apagame o encendeme o apagame con tus guerreros del
viento

pero decíme si hemos sido somos seremos
arrepentimiento

con tus manos tus sueños con tus cantos tus
anzuelos

porque me ahogo me esfumo porque me quemo

decíme

(Del libro
Profesión u Oficio, Ediciones Andrómeda,
2002)

CARTA AL
HIJO

Sería difícil escribir esta carta sin
evitar las justificaciones

digresiones de caída y vela hinchada hacia el
poniente

en el fósforo del Báltico un amanecer de
lluvia y lágrimas

con el rostro frente a las paredes blancas de un
hospital invernadero

¿Será difícil inventariar las
lunas los cruces de esquina

los caballos estivales galopando a ambos lados del
transiberiano

las noches de vodka alrededor de la ausencia sin tus
pasos?

Será duro el batallar de los
acontecimientos

las visas los pasaportes los aeropuertos los
desencuentros

las callosidades del alma la
inutilidad de los abrazos

Será difícil anotar que he desvivido
bebido huido

hacia los agujeros del tiempo en la
marcha de las palabras

Más difícil aún revisar imágenes
de un país imaginario

las bombas que caen
en el Chorrillo sobre San Miguelito la luna

el desfile de gorilas amarillos desatando el istmo con
su fuego homicida

sus fauces hediondas alimañas de
carnicería

y vos bajo la telaraña de la cama en la
habitación del miedo

asustado y sorprendido sin comprender por qué
el imperialismo

los capitales la banda neoliberal los lameculos
tropicales

la horda de paisanos como perfectos
chacales

el paréntesis de este centro planetario
atiborrado de compañías

comerciantes del reino usureros serruchadores de tus
sueños

mis sueños de una sola patria matria nuestros
sueños

los de tu madre con los muñecones del teatrillo
callejero

por las selvas del Darién o en el
Archipiélago donde las embarcaciones

llevan traen los cuentos de
los fundadores elementales

los soles de la palma el brillo soberbio de las
pieles

trasiegan el pasado contra el futuro en un eterno
presente

Es difícil ocultarse hijo muy
difícil

escribir todo esto sin que me tiemblen las
manos

y un rumor de cadenas crepitaciones
inexpresables

naveguen por dentro como una estampida de bisontes
guerrilleros

y la mirada se nos pueble de nubes en el olvido de
nuestros nombres

Harto difícil esta tarea de acercarte a mi otro
yo

el de los ojos del antifaz con la suerte del
andariego

en un tranvía negro que siempre retorna y
retorna

con las hilachas nocturnas de los
murciélagos

siemprevivo siempreamargo cautiverio de las
páginas que se humedecen

como las lapidas con el rocío de los
cementerios

o las bestias que huyen perseguidas por el
amazónico incendio

Me es muy difícil decirte hijo decírtelo
sin faltarle al recuerdo

que yo también me caigo me lluevo me abro me
cierro

me ablando me tiemblo me tenso con los látigos
los templos

del primer indicio la mediada caricia el último
vuelo

para decirte así sencillamente hijo sin
literatura

así al puro aire que todos
somos viajantes y que por eso

y a pesar de todo lo que transcurre bajo el
poema

a pesar de todo lo que muero te escribo y te
quiero

(Del libro Profesión u Oficio, Ediciones
Andrómeda, 2002)

CASI-DA A FEDERICO
GARCÍA LORCA

Nuestras ciudades enloquecieron con sus
guadañas

el humo asfixia a los maricas los peones las
pitonisas

los rascacielos los callejones la caravana de
gitanos

en el éxodo de los incendios la
Danza de
la
Muerte

con sus harapos sus cadenas su retorcerse

alrededor de este siglo que también se nos
muere

por las horas graves de esta tarde en que subís
vos

Federico ángel toreador de las estrellas los
enjambres

Siempre vos subís por las cinco sangres de la
tarde

con Antoñito el Camborio e Ignacio

con el rey de Harlem y el Viejo de las hierbas del
Hudson

con una comparsa de negros en búsqueda de su
Habana para verte

Subís y bajás y subís por las
cinco sangres de todas las tardes

como un son de la murga en la guitarra más
ancha y profunda

pletórico de romances saetas valses con tu luna
de plata

tu barca amarrada al alma tu caballo anclado en el
Alhambra

el puñal abierto y las cartas lanzadas
a las esquinas de los amantes

Tras de vos vienen los fusiladores con sus capas de
tinta y cera

y todos los que te han matado y te matan sin
matarte

pero también vienen Margarita Antonio Pablo
Luis Vicente

y los demás poetas con sus cantos y sus
olivares de trashumante

Subís hacha de luz con todas
las muertes a cuestas

encendido en el baile de máscaras con las
páginas abiertas

como las flores en el instante de la
primavera

Subís con nosotros en la hora ciega de los
alacranes

con todo tu amor en
nuestra rabia y en nuestros pesares

para iluminarnos y limpiar el óxido de los
altares

la rancia costura de los maestros los empleados los
generales

Subís toro torero por este cementerio de
plantas y
pañales

con tu fuego perpetuo de lluvia para apagar las
academias

los anuncios las lámparas de la fama las camas
vacías los pedestales

Subís y subís con tu alta raíz de
sombras y jaguares

hasta este nombrarte nombrándome en la apuesta
más lúcida

de los guernicas las plazas los bosques los labios
más lunares

subís y nos subís por la garganta como
una procesión fresca de animales

para regresar a la humedad de los collares en el lomo
del tiempo

y arrear la bandera negra de tu Andalucía para
izar la nuestra

esta funda de sortilegios en la concavidad de todas
todas las sangres

(Del libro Profesión u Oficio, Ediciones
Andrómeda, 2002)

VIDEO CLIP PARA JORGE
LUIS BORGES

Yo no miro el oro de los
tigres

sino las palabras / tigres que nos devoran

así como el jardín sin los
senderos

nos identifican nos ignoran

no el mundo de Morel al alimón

con Bioy Casares tu otro yo en sus
alucinaciones

Tampoco es como piensan tus
biógrafos

críticos ramplones sin imaginación
creativa

que la mirada interior (- que – la – mira – da – al –
interior)

el laberinto de los ojos con su Teseo

el podium de los pinochetes con el laurel y la
lira

la biblioteca
infinita del ratón que se muerde la cola

y roe todos los folios de lo alarmantemente
maravilloso

¡Claro que no!

Simplemente este abismo abismándose
más

para doblar la esquina y saber lo que hay que
saber

que esto no es Buenos Aires ni
Ginebra (ni siquiera ron)

sino tigres / palabras que se evaporan y reescribimos
infinitamente

como el ciego en una playa antes de la
batalla

o el cantor perseguido esquivando la luz

cuando escupe estos pergaminos amarillentos

sin importar el fuego ni las migajas azules del
tiempo

(Los anteriores poemas
pertenecen a "Profesión u Oficio". Los que
siguen pertenecen al libro "Caza del Poeta",
Ediciones Andrómeda, 2004).

4.

La casa del Poeta es un refugio

el misterio de sus manos en la sangre
extendida

Hasta ella llegan las muchachas temerosas

los chicos balbuceantes

a encender la lámpara del vino

la estufa de la memoria

En los estantes cuelgan los trofeos de la
noche

acuarelas del primer beso desteñido

uñas de gato zarpas de pantera

aguafuerte de batallas milenarias

faldas de mujeres olvidadas

máscaras antigases para el mitin de lo
posible

La Casa del Poeta es una caverna de murales

dispuesta al interior de su colorido

para alumbrar las vigilias de la bomba

Pero se canta y se bebe

se tocan instrumentos de toda estirpe

se tañen las cuerdas se templan los
cueros

se prepara el cazador para la partida.

Y se ama en otros cuerpos la manera más
salvaje.

Se aspira el cielo en una línea de
deseo

y se espanta el tedio con el
humo de la manzana

alrededor de la hoguera de puñales

con mapas
olvidados en una isla de piratas

en restos florecidos de animales.

La Caza del Poeta es una cintura abierta.

9.

El poeta joven llega con sus arbolitos

bajo el brazo

al jurado de las academias

editoriales de hierba seca

tribunales de tinta muerta

Coma adjetivos suplante sustantivos

beba conjunciones joven poeta

mira que no hay mayor peligro que las
palabras

chocolatinas de la pradera

Copie destace versifique

desafíe a los maestros chinos

iguale la destreza de los nahuales

recomponga las páginas inmortales

Verifique

mastique a los provenzales

digiera los idiomas las vocales

si se indigesta tómese ésta

agua de seltz posmoderna

aspirina de la metáfora perfecta

Así tendrás la recompensa:

el estercolero de las buenas intenciones

consejos de los poetas viejos

y el apetecido premio del circo

que buscaste sin tregua

en la fastuosa tumba tarumba

del suplemento dominical

sobre los espumantes retratos

de las esquelas

25.

Come chocolate niña, come

mira que caen las bombas sobre Bagdad

Hazle caso al Poeta de Lisboa

mira que el incendio te ilumina

en las pantallas cibernéticas

Los halcones alzan el vuelo

desde El Capitolio hasta la arena

Come chocolates niña, come

los marines entre los cadáveres y la
ceniza

reparten chocolates del Pop Wuj

con sus Siete Cerbataneros

y el bastón de La Calavera

"Chocolaya"
"Harricks"
"Nestlé"
"toffee
stars
".

Sobre las cúpulas palestinas

el Ángel de la Muerte.

¡Come Carita sucia, come!

¡Come chocolates Poeta, come
chocolates!

27.

Voy a tomar esta pastilla

en la que se reflejan todos nuestros
países

con sus utopías y el asco de un mundo
perfecto

mercadeado por los comandantes del templo

esta aspirina más grande que el sol

como nos la recetaba Roquito

pero con sus piedrecillas de hierba

átomos de ácido
lisérgico

para descansar al fin de tanto subterfugio

tanto cometa sin viento

veletas de la palabra

mujeres sin poesía

gobiernos sin fundamento

Voy a tomar esta enorme pastillita

para domar al potro rojo

que remonta el ojo de Dios

52.

Este poema lo encontré en la boca

de los poemas de Boccanera

poeta argentino maestro de los lunes

justamente un martes

cuando las cenizas del disparo

disiparon las palabras

en boca de otro poeta

que boquea

centroamericanamente

53.

Se debe premiar la perseverancia del
artista

su atrevimiento la ruptura con el tiempo

expresa el erudito conferencista en el museo de
arte

el premio dinero a
cambio de su
parte

un artefacto colorido o mecánico tal vez
virtual

pero jamás la luz de sus ojos vaciados en las
noches de taller y vela

o en las tabernas donde ruge La Vencedora

tañendo su melodía en la entrepierna de
la bailadora desnuda

o al rasgarse sus manos con el cristal del
oficio

para encabalgar la maestría en serie de pieles
y huesos

sobre el potro encapuchado y el charco rojo

donde riela la escultura azul no
comerciable

temblorosa en el fondo estrellado de la
caverna

54.

Lluvia de nuevo

sobre los pastizales

lluvia roja

de soles negros

en el recuadro de las bestias

del miedo a la metralla

desdentada en el bosque de cadáveres

incrustados en el sueño

por el homicidio del
miedo

lluvia y más lluvia

en enero o en abril

el mes más cruel

hasta diciembre

pasando por las gotas negras

del tranvía

lluvia de palabras

imágenes sin sentido

sostenidas por la lluvia

que envuelve campos y ciudades

desbordadas por las cañadas

con sus casas marginales

en el ojo del huracán

como una maldición

o un presagio

de lo que será

de lo que no fuimos

nunca seremos

achará

59.

En el fondo de la tarde

con la arboleda frutal de cámara
verde

recuerdo a Madre pedaleando

sobre esa magnífica estructura

de metales
fundidos y maderas preciosas

en cuyo centro de hierro
forjado

podíamos deletrear S-I-N-G-E-R

La aguja trazaba veredas de pájaros

estelas de pececillos escarlatas

cantos de ojales decorados

y cuando se salía de su ruta

Ella sin lentes detenía mi lectura

para que le ayudase a pasar el hilo de
tiempo

por el orificio de la nada

Hoy que barajo lentamente esas
imágenes

mientras mi esposa en el taller

pinta sus figuras obesas de barro y canto

percibo el ronroneo del pedal bajo el
escritorio

y las manos de Madre enhebran las palabras

sobre camisas y blusas de otra tarde

en que versos y esculturas son canciones

de una máquina en el viento

62.

La Caza de la Poesía breve intersticio

donde Madre oscila suavemente

sobre el tedio de la tarde

sostenida por su poltrona de musgo y nieve

con las sombras de líquenes heliconias
helechos

mientras la cabalgata desfila

por la calle central de la ciudad

que se decolora por el llanto

en el mapa amarillento de las cortinas

como vestidos circulares de las muñecas de
balsa

que Ella fabricaba en la infancia

y que ahora giran por el aire como
palomillas

anunciando la lluvia de los días

63.

despertamos chapaleando en el barro en la
oscurana torpes sin las armas sin los
báculos sin remos sin nada despertamos era como volver a
dormir sin la luz encerrados en el llanto vimos el cuerpo de
Madre entre los cirios su sonrisa portadora de ángeles con
las flores de la primavera en el traspatio de la noche su rostro
lo único luminoso y las orquídeas por el bosque de
palabras como graznidos de máquinas
futuristas los perros aullaban
deambuló por toda la casa salpicó con agua
invisible las pantorrillas de mi mujer y
siguió flotante entre las camas hasta el féretro
por toda la madrugada hasta el cielo de barbas amarillas donde el
coro séptimo entona la cantata de la primera
sinfonía con todos los metales y las cuerdas por la
alameda de nieblas hasta que logramos despertar o conciliar el
sueño y percibir la luz perpetua dentro del grito
coagulándose

64.

Una tormenta de nieve en Lake Tahoe

anuncia la llegada de un niño

como años atrás en San
Petersburgo

Hijo del rayo no reconocido

por estas páginas

el segundo crece en las nieblas del gran
canal

mientras el primero se arropa en los pinos

y el coche de sus primeros pasos

Así la noche los convoca

los absuelve

cada uno en su nota

con la agitación de las sombras

y el aumento de decibeles

en este bar donde la vida se consume

en una línea

como un pez bajo la lluvia

67.

Mi Casa es más que "el simple sudor del
viento
"

porque ciertamente vivo en un país "que amo,
que odio
"

pues solamente "8 milímetros de patria
quiero
"

Ni siquiera la "patria del poema está en las
hojas

que la muerte y el odio han
abonado
"

porque "la patria, les decía, es una
casa,

donde vivimos todos como
hermanos
"

y no puedo invitar a una casa "a caminar yo te
acompaño
"

porque "todo esto es distinto a la
patria
" que cae

"como una pastillita de veneno en mis
horas
"

Por eso no puedo decir "mi patria es
altísima
"

O "Alabado sea el dueño y Buen Señor
que va dando a cada país lo
suyo
"

La patria es la metáfora del gran
fingidor

que desde la ventana de su casa mira la calle
vacía

regresa solitario a la cueva sin camisa

apaga el fuego lentamente

y acuesta el puñal de la Historia en la sangre de
su sonrisa

 

Adriano Corrales

(Costa Rica,
1958)

Ha publicado: Tranvía Negro
(Poesía, Ediciones Alambique, San José, 1995;
Ediciones Perro Azul, San José, 1999), Los ojos del
Antifaz
(Novela, Ediciones
Perro Azul, San José, 1999; Ediciones Piel de
Leopardo, Buenos Aires, Argentina, 2001; EUNED, San José,
2007), La suerte del Andariego (Poesía, Ediciones
Perro Azul, San José, 1999), Hacha Encendida
(Ediciones El Pez Soluble, Caracas, Venezuela,
2000), Profesión u Oficio (Poesía, Ediciones
Andrómeda, San José, 2002), Caza del Poeta
(Poesía, Ediciones Andrómeda, San José,
2004), El jabalí de la media luna (Cuento,
Ediciones Arboleda, San José, 2005) y Balalaika en
clave de son
(Novela, Editorial Costa Rica, San José,
2006).

Es profesor e
investigador del Instituto Tecnológico de Costa Rica y
dirige la revista
FRONTERAS. Ha sido antologador de poesía y narrativa
costarricense y centroamericana y ha participado en
múltiples festivales y encuentros de escritores nacionales
e internacionales, entre ellos el XII Festival Internacional
de Poesía de Medellín
, Colombia.
También escribe teatro y colabora
con varias publicaciones nacionales y
latinoamericanas.

Partes: 1, 2
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