El hombre que terminó la vida conversando como un héroe clásico: Rubén A. Martínez Villena (página 2)
Participa en el frustrado Movimiento de Veteranos y
Patriotas, en 1924, donde incluso viaja a los EE.UU. con la
intención de recibir entrenamiento
como piloto de combate para el Plan de
Alzamiento de esta organización, la cual fracasó al ser
controlada por elementos demagógicos de la
politiquería tradicional. Integra junto a Julio Antonio
Mella la mención cubana de la Liga Antiimperialista de
América, la Liga Anticlerical donde se
destaca con su pluma en la crítica
mordaz al clero secular de origen hispano fundamentalmente que
cierra los ojos ante la crisis
sistémica que sufre la sociedad
cubana de los años veinte. Funda la Universidad
Popular José Martí,
basada en principios
humanistas e igualitarios, para la superación de la
clase obrera
cubana en su lucha por las reivindicaciones sociales, y
finalmente ingresa al heroico y activo Partido Comunista de
Cuba, en 1927,
donde se convertirá en el asesor legal de la
Confederación Nacional de Obreros de Cuba (CNOC),
organización unitaria del proletariado cubano.
Destacada fue la labor que realizó en la defensa
de Julio Antonio Mella quien había sido encarcelado en
1927 acusado de terrorismo por
la Dictadura,
llegando incluso a sostener una entrevista con
el tirano, Machado, para pedir la liberación de Mella,
quien para probar su inocencia desarrollaba una huelga de
hambre; de esta entrevista salió el epíteto con el
cual, peyorativamente se le conoció al dictador: el
Asno con Garras.
Posteriormente al asesinato de Mella en México, el
10 de enero de 1929, por acuerdo del Comité Central se
convertirá en el principal y más activo dirigente
del Partido, desarrollando una ardua labor a pesar de estar
afectado de forma aguda por la tuberculosis.
Rompía con su accionar Rubén la
posibilidad de ser un intelectual de cuello blanco
con aceptación entre la clase pudiente, escogiendo el
camino tortuoso, pero digno, del luchador comunista.
Por tanto, no es de extrañar que los
últimos cinco años de su vida los dedicara, seguido
por la sombra de la muerte que
pendía sobre sí, aquejado por su enfermedad y
perseguido por los sicarios de la dictadura de Gerardo Machado
por el doble crimen de ser intelectual comunista e
internacionalista proletario lo cual motiva que se vea impelido
por orientaciones de la Internacional Comunista de viajar a la
Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas
(URSS), donde sostendrá un constante intercambio con los
teóricos del Partido Comunista de la Unión
Soviética (PCUS) y del marxismo
– leninismo, desarrollando, en su fuero interno, un
proceso de
negación dialéctica de las concepciones marxistas y
de la teoría
de lucha del proletariado para adaptarlas a las condiciones de la
Cuba de la década de los años treinta.
A su regreso de la URSS se convierte en el principal
artífice ideológico de la convulsa Revolución
que derrocó al machadato, siendo el principal
organizador, prácticamente desde el lecho de muerte, de las
Huelgas Generales de marzo y agosto de 1930 que provocaron la
huída del dictador.
Aquejado por la enfermedad y por la conducta sectaria
del novel Partido Comunista, y de la Internacional Comunista, que
aislaba a las otras fuerzas revolucionarias que no se
acogían a la ideología marxista – leninista, no
pudo evitar la labor de zapa desarrollada por la reacción
y el imperialismo
yanqui sobre el Gobierno de
Concentración Nacional que había surgido el 10 de
septiembre de 1933, donde la figura descollante era Antonio
Guiteras destacado revolucionario antiimperialista, no marxista,
provocando la falta de unidad entre el frente de la izquierda y
la pérdida de las conquistas de la
Revolución.
Su vida termina entre la conmoción de la
caída, el 15 de enero de 1934, del Gobierno de los Cien
Días y la
organización del Cuarto Congreso de Unidad Sindical.
De esta forma moría Rubén Martínez Villena,
a las cuatro de la madrugada del 16 de enero de 1934, conversando
y recordándole, a los compañeros de lucha que le
rodeaban: "Yo solo soy un hombre
honrado" (1)
El intelectual – ser
humano:
La obra literaria de Rubén A. Martínez
Villena, tomando en cuenta el revolucionario que fue, oscila
entre las manifestaciones de la prosa y la poesía.
La primera se circunscribe fundamentalmente a
artículos periodísticos que critican, en lo
esencial, la realidad de la época, y atacan, con
ironía y con un adecuado uso de los recursos
literarios, los males que afectaban a la República
Plattista en la que había vivido desde su niñez
y la situación de la clase obrera latinoamericana y
mundial; así como mediante la correspondencia de corte
político que sostuvo con importantes revolucionarios y
figuras históricas, las cuales muestran una conciencia madura
y férrea, una fina y excelsa cultura, una
voluntad de lucha inigualable y asombrosa para un hombre que sabe
que va a morir debido al estado tan
avanzado de su enfermedad.
Sin embargo, la otra parte de su obra llega al
público después de su muerte, a través de
cartas
personales cargadas de lirismo, amor,
pesadumbre, alegría o frustración, de valor o miedo;
estas cartas, junto a su poesía lo humanizan, lo hacen
terrenal, a pesar de contar con un verso combatiente, pero que
ronda el fino humor y el profundo amor, con su carga de
aspiraciones y esperanzas de ser humano. En fin, tienen el don de
mostrar a Rubén Agnelio el hombre y no
solo a Martínez Villena, el comunista.
Sus artículos periodísticos, escritos
entre 1917 y 1933, se publicaron en periódicos y revistas
tales como: Evolución, Castalia,
Atenea, El Fígaro, El Universal,
La Mujer
Moderna, Venezuela Libre y América
Libre, de las dos últimas fue director y fundador
respectivamente, El Boletín del Torcedor, Vida
Obrera, Bandera Roja, El Tabacalero, The
Daily Worker, Izvestia y Pravda. Para estas
publicaciones seriadas escribió con los seudónimos
de: Julio Martínez, Méndez Valina o R.M.V.
Entre sus artículos más sobresalientes está
Cuba: un cuarto de siglo, de 1925, que es muestras de la
evolución gradual que van sufriendo sus
concepciones y convicciones, en su praxis social,
desde intelectual romántico a intelectual vanguardista, de
cronista de su época a crítico y después a
transformador de su tiempo y su
realidad.
Dentro de su obra poética resaltan composiciones
líricas tales como: Peñas arriba, de 1917,
27 de noviembre, de 1919, Ofrenda, de 1920,
Madrigal, de 1921, 24 de febrero, de 1922, La
verdad del campesino,
de 1930, Mensaje Lírico Civil, de 1930,
Grito, de 1932 y su desgarradora y cruda,
Canción del Sainete Póstumo, de 1933, donde
le recuerda a su amada esposa, con quien no tuvo hijos, que
después de su muerte la vida continuará para todos
los que lo conocieron, resaltando la enajenación del individuo en
pos de las masas. Todos estos textos resaltan
simultáneamente al hombre al desnudo, y al
revolucionario intransigente, ya que van desde la satírica
burla de algo tan temible como la muerte, hasta la crítica
sesuda de la realidad social, donde recomienda una:
"…carga para matar bribones." (2)
Cuál Rubén recordar:
Rubén Martínez Villena se torna en la
contemporaneidad, a 74 años de su muerte, en un paradigma para
muchos jóvenes marxistas de Cuba y América
Latina desde la óptica
de su acendrado antiimperialismo y la forma en que
defendió la crítica al supuesto carácter de apoliticismo del arte, por lo que
marca una
pauta en el accionar de aquellos que saben que la cultura
estética debe ir a la par de la cultura
ética,
o sea que la labor del intelectual está dirigida a la
transformación del ser social.
Ese es el Rubén que hay que recordar, y ese es su
mayor aporte para todos, su sencillez y su convicción en
que al final era solo un hombre, uno más de los que pasan
en la Historia de
los pueblos, uno más que se elevó sobre los hombres
de un gigante, José Martí
Pérez, Apóstol de la Independencia
de Cuba, para mantener vivo sus ideales en una era impía
donde la corrupción, el entreguismo, la banalidad y
el olvido de un pasado de glorias y sacrificios estaban a la
orden del día.
Es por esto que para homenajearlo se debe levantar el
puño cerrado en alto, como lo hicieran otrora los viejos
comunistas; porque en estos tiempos de decisiones puede ayudar
mucho Rubén; por su voluntad de poesía, su
altruismo, su amor; por la belleza del decoro, de la
abnegación y el llamado a caminar del lado del corazón:
la izquierda.
Finalmente, ante la pregunta de quién fue
Rubén A. Martínez Villena, huelga remitirse a lo
que dijo Loló de la Torriente, hermana de su
entrañable amigo y revolucionario, Pablo de la Torriente
Brau, describiendo sus últimos instantes entre las dos y
las cuatro de la madrugada del 16 de enero de 1934:
"(…)No hablaba con el dolor del que siente que
la vida se le va, sino con la elocuente convicción del que
sabe que el hombre pasa, las situaciones cambian y sólo
queda, renovándose eternamente, el pueblo"
(3)
Notas:
- Núñez Machín, Ana.
Rubén Martínez Villena. Editorial de
Ciencias
Sociales, La Habana, 1999, p. 129. - Colectivo de autores. Voces de la
República: una visión contemporánea. Tomo
IV. Ediciones Luminaria, Sancti Spíritus, Cuba,
2006, p. 24. - Hart Dávalos, Julio. Perfiles.
Editorial Pueblo y Educación, Ciudad de La Habana, 2002, p.
78.
Bibliografía:
Colectivo de autores. Marxistas de América:
artículos sobre cultura y sociedad. Editorial Pueblo
y Educación, La Habana, 2002.
Colectivo de autores. Temas de Historia de Cuba:
selección de lecturas. Editorial
Pueblo y Educación, La Habana, 2001.
Colectivo de autores. Voces de la República:
una visión contemporánea. Tomo IV. Ediciones
Luminaria, Sancti Spíritus, Cuba, 2006.
Dirección Nacional del MINED. El autor y su
obra: Rubén Martínez Villena. Editorial
Pueblo y Educación, La Habana, 1973.
Funes Monzote, Reinaldo. Pensar en Cuba: debates
historiográficos. Editorial de Ciencias
Sociales, La Habana, 1999.
Guanche, Julio C. La imaginación contra la
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Ediciones La Memoria,
La Habana, 2004.
Hart Dávalos, Julio. Perfiles. Editorial
Pueblo y Educación, Ciudad de La Habana,
2002.
Le Riverend, Julio. La República:
dependencia y revolución. Editorial Pueblo y
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Martínez Heredia, Fernando. El corrimiento
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2001.
Nogueras, Luis R. (Compilador) Poesía Cubana
de Amor: siglo XX. Editorial Letras Cubanas, La Habana,
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Núñez Machín, Ana.
Clásicos del periodismo
cubano. Editorial de Ciencias Sociales, La Habana,
1978.
________________. Rubén Martínez
Villena. Editorial de Ciencias Sociales, La Habana,
1999.
Valerino Romero, Rafaela (Compiladora). Oculto en
mi pecho bravo: cartas de amor y de combate. Casa Editora
Abril, La Habana, 2005.
Autora:
Zandra Rodríguez Carvajal
Estudiante de Historia de la Universidad de
Cienfuegos.
Cuba. 2008.
Zandra Rodríguez Carvajal. Nació en
Cuba, en la provincia de Sancti Spíritus, ciudad de
Yaguajay, donde reside actualmente. Desde el 2007 cursa la
Licenciatura en Historia en la Facultad de Ciencias Sociales y
Humanísticas de la Universidad de Cienfuegos "Carlos
Rafael Rodríguez".
Hecho en Cienfuegos, Cuba, el 16 de enero del
2008.
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