Visión actual del papel del ácido fólico en la nutrición humana
- Estructura e
Ingesta - Biodisponibilidad
y metabolismo - Factores
genéticos - Déficits
de folatos, anemia megaloblástica - Enfermedades
y déficits subclínicos - Analítica
- Tratamiento
del déficit - Prevención
del déficit - Enriquecimiento
de alimentos - Realidad
- Conclusión
- Bibliografía
En esta revisión hemos querido plasmar la
realidad del ácido fólico de la manera más
actualizada posible y su relación con las posibles
patologías que produce a través de las diferentes
rutas metabólicas en las que está implicado. El
nivel de riesgo para las
personas que sufren determinadas mutaciones en las enzimas que
intervienen en el metabolismo
del ácido fólico, tales como la mutación
C677T de la metiltetrahidrofolato reductasa y otras hacen que el
riesgo de una deficiencia de folatos varíe. Es por tanto
la genética
un aspecto a resaltar para determinadas enfermedades producidas por
la falta de folatos. La relación de esta deficiencia con
los defectos del tubo neural, es bien conocida desde hace
años, sin embargo nuevas patologías parecen estar
en el punto de mira, la depresión,
demencia senil, diferentes tipos de cáncer,
aterosclerosis, hipertensión … , si bien cada día
se hace más difícil el relacionarlos de forma
directa como causa efecto, y seguro que es
más complicado y el ácido fólico puede ser
en muchos casos un efecto más que la causa en
sí.
Introducción
Hace alrededor de 2500 años que Hipócrates
expuso la filosofía de que "alimento es medicina".
Este pensamiento
permaneció en la obscuridad hasta el siglo 19. En los
primeros cincuenta años del siglo veinte vimos el
descubrimiento de los elementos esenciales y de las vitaminas,
especialmente en el contexto de las enfermedades que producen su
deficiencia.
Los defectos congénitos representan una de las
principales causas de mortalidad y discapacidad
infantil en los países industrializados. Hace pocas
décadas, su prevención ha descansado
básicamente en el asesoramiento genético, el
diagnóstico prenatal y la educación
destinada a evitar el uso de agentes potencialmente
teratógenos, tales como el alcohol… Sin
embargo, el reconocimiento de que el consumo de
ácido fólico puede prevenir defectos del tubo
neural así como otras malformaciones abrió un nuevo
camino para su prevención. Ya en 1965 Hubbard y Smithells
sugirieron una posible asociación entre dichos defectos y
los factores nutricionales, haciendo alusión al
ácido fólico. Smithells llegó a usar
suplementos multivitamínicos para prevenir dichos
defectos; sin embargo los buenos resultados obtenidos no fueron
aceptados de forma universal debido a la falta de una adecuada
aleatorización. Fue en 1991 cuando el Consejo de Investigación Médica del Reino Unido
(1) (MRC Vitamin Study Research Group) hizo públicos los
resultados de un estudio amplio sobre la suplementación
con ácido fólico. Los datos demostraron
de manera concluyente que hubo una reducción del 72% en la
recurrencia de defectos del tubo neural en el grupo que
tomó dosis diarias de cuatro miligramos de ácido
fólico. En 1992 Czeizel y Dudas (2) investigaron a otro
grupo de mujeres para que recibieran o bien 0.8 mg de
ácido fólico o bien un suplemento de oligoelementos
diariamente desde al menos un mes antes de la concepción.
De nuevo hubo resultados que relacionaban el ácido
fólico y dichos defectos del tubo neural, principalmente
espina bífida y anencefalia. Diferentes estudios de
vigilancia han identificado un riesgo reducido entre aquellas
mujeres que declararon tomar periconcepcionalmente cantidades
adecuadas de ácido fólico, mientras que sólo
uno no pudo demostrar su efecto protector (Mills y cols, 1989)
(3).
Este efecto preventivo del ácido fólico,
ha sido corroborado por el estudio intervencional llevado a cabo
por los Centros para el Control y
Prevención de Enfermedades (CDC) en dos áreas de
China (Berry y
cols 1999) (4). Los investigadores descubrieron que entre las
mujeres que tomaron 400 mcg desde su examen prematrimonial hasta
el final del primer trimestre de embarazo, el
riesgo de defectos en el tubo neural se redujo en un 85% en la
región con alta prevalencia y en un 40% en la
región de baja prevalencia
Pero no sólo valdría para prevenir
defectos en el tubo neural, sino que se ha informado sobre la
prevención primaria de otros defectos congénitos,
tales como fisura del paladar, cardiopatías
congénitas, anomalías urogenitales y síndrome de
Down, sin embargo los datos aún no son concluyentes y
surgen dudas con respecto a la relación de estos defectos
y el ácido fólico (5 y 8). Con respecto al
síndrome de Down y a los defectos del tubo neural parecen
estar influenciados por los mismos determinantes genéticos
del metabolismo de la unidad del carbón, y los datos
diferentes en función de
las áreas geográficas parecen que se podrían
explicar por diferencias en el ambiente
alimentario y las características genéticas de las
poblaciones (75)
Estructura e
Ingestas:
Desde hace ya unos años que en las ingestas
recomendadas de energía y nutrientes de EE.UU. y
Canadá se viene distinguiendo entre folato (folate),
folatos alimentarios (food folate) y ácido fólico
(folic acid); con el fin de aclarar conceptos y evitar diferentes
interpretaciones. El folato se propone como término
genérico para esta vitamina hidrosoluble, que comprende un
grupo de compuestos de estructura química similar.
Estos diferentes folatos pueden estar presentes en
concentración variable en los alimentos
(folatos alimentarios). El ácido fólico
(ácido pteroilmonoglutámico, PGA) es la forma
sintética farmacéutica de la vitamina y la que
encontramos en los diferentes medicamentos y complejos
vitamínicos así como en los suplementos que se
añaden a los diferentes alimentos para así
enriquecerlos.
Fig 1.Estructura del ácido fólico.
La molécula de ácido fólico se
compone de un anillo de pterina unida por la mitad por medio de
un puente de metileno a un ácido p-aminobenzoico (figura
1). Al extremo carboxilo de este radical ácido se pueden
unir de uno a 7 restos glutamato. Si el compuesto posee
más de dos restos glutamato se trata de un poliglutamato,
si sólo posee uno se habla de monoglutamato. En los
alimentos se encuentran los folatos preferentemente en forma de
poliglutamatos aunque también existen como mezcla de mono
y poliglutamatos, siendo mayor la biodisponibilidad de los
primeros. Además, los folatos naturales presentan
diferentes grados de hidrogenación del anillo de
pterina.
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