- Períodos del Arte
Bizantino - Arquitectura
Bizantina - Obras
principales del arte bizantino - Iglesia Santa
Sofía - Conclusión
- Bibliografía
1.
Introducción
En el año 330 d.C. el emperador Constantino
fundó sobre la capital
cultural griega, Bizancio, su propia ciudad, Constantinopla,
destinada a ser el eje del Imperio Romano de
Oriente, separándose del Imperio Romano de Occidente, que
se vio invadido por los bárbaros terminando con su unidad
política.
Originariamente, el imperio comprendía los
territorios orientales de los antiguos dominios de Roma: Grecia,
Macedonia, Asia Menor,
Armenia, Siria, Palestina, Egipto, la
costa norte de Libia y las islas del mar Egeo y del
Mediterráneo oriental.
El imperio
Bizantino logró un ponderable desarrollo a
través de tres corrientes culturales: el helenismo, el
Oriente y el cristianismo.
Poco a poco, las características latinas que distinguieron
la vida imperial fueron reemplazadas por la cultura y la
lengua
griegas.
Este imperio constituyó un verdadero archivo de la
cultura del mundo antiguo que subsistió durante diez
siglos gracias, en gran medida, a estar alejado de las grandes
vías de invasión de los pueblos de occidente, esto
le permitió mantener un ejército bien dotado y una
administración eficaz.
Su estratégica ubicación geográfica
le permitió conseguir una formidable prosperidad
económica, controlaba las rutas comerciales con Europa Oriental,
los Balcanes, el Egeo, el Norte de África (incluido
Egipto) y Asia Menor, la puerta de la India y la
China Tang.
Además su eficiente artesanado le accedió a
mantener un permanente intercambio con Oriente.
Mientras Roma se desplomaba y decaía su reino,
Constantinopla crecía de una manera incontenible, la
población aumentaba constantemente, se
construían edificios lujosos y su puerto reunía
naves de distintos países, otorgándole un
floreciente emporio comercial e industrial. Los refinados
productos
eran: piedras preciosas (entre ellas el mármol),
porcelanas, perfumes, seda, en tanto que las ciudades del imperio
proveían finas vajillas de vidrio, ricos
tejidos y
obras de orfebrería.
Durante el gobierno de
Justiniano la ciudad de Constantinopla adquirió un brillo
sin igual. Entre los magnificos edificios construidos se destaca
la Iglesia de
Santa Sofía, una de las muestras más notables de la
arquitectura
bizantina. Más de diez mil hombres, durante cinco
años, intervinieron en su construcción.
Pero junto al esplendor de los edificios públicos
y la abundancia de iglesias y palacios, se alzaban sencillos
monasterios, bulliciosos mercados, y casas
muy humildes construidas en callejuelas estrechas y sucias donde
se hacinaba la población marginada. Esto da indicios de un
contraste entre una población harapienta, con abundancia
de indigentes, frente a la otra, finamente vestida, integrada por
aristócratas y ricos comerciantes.
2. Períodos del Arte
Bizantino
Los distintos períodos del arte bizantino se
ajustan, a las grandes fases de su historia política.
Desde comienzos del siglo V se va creando un lenguaje
formal artístico, propio y peculiar del Imperio romano de
Oriente; pero sólo en la época del emperador
Justiniano (527-565) se inicia la primera etapa
específicamente bizantina que es cuando se construyen los
edificios más importantes y ricos; el arte bizantino
temprano abarca los siglos VI y VII.
Después del período de la lucha de los
iconoclastas (movimiento que
rendían cultos a las imágenes)
comienza, en el año 850 el arte bizantino medio que
perdura hasta el 1200 aproximadamente. Esta época que
caracteriza en esencia, forma y espíritu al arte
bizantino, tiene dos fases: la de la dinastía
macedónica (aproximadamente del 850 al 1050) y la de los
Comnenos (aproximadamente del 1050 al 1204).
En los siglos posteriores las novedades
artísticas son de escaso interés,
sin embargo, en el sur de Italia se forma
un estilo en el que se mezcla con el arte árabe y el
gótico, produciendo obras de gran riqueza. En esta
época el estilo bizantino se introduce en Rusia, donde
continuará durante varios siglos después de la
desaparición de Bizancio.
3. Arquitectura Bizantina
En el arte de Bizancio pueden apreciarse varias
influencias: el arte romano, el helenismo griego y la Persia
Sasánida (suroeste de Asia).
En la arquitectura bizantina se distinguen varios
elementos arquitectónicos
característicos:
3.1. Plantas
arquitectónicas
En la tipología de los templos, según la
planta, abundan los de planta centralizada, sin duda concordante
con la importancia que se concede a la cúpula central,
pero no son inferiores en número las iglesias de planta
basilical y las cruciformes con los tramos iguales (planta de
cruz griega). En casi todos los casos es frecuente que los
templos, además del cuerpo de la nave principal, posean un
atrio o
narthex, de origen paleocristiano, y el presbiterio
precedido de iconostasio, llamada así porque sobre este
cerramiento calado se colocaban los iconos pintados.
3.2. Arcadas de medio punto sobre
columnas
Los arquitectos bizantinos generalizaban el uso de arcos
apoyados sobre columnas con fines constructivos. Esto tiene una
gran importancia para la historia de la arquitectura y contribuye
a dar ligereza y bellos efectos de perspectiva a los
interiores.
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