- Resumen
- Orígenes de la propuesta
teórica - Modelos
en la construcción de la identidad - Modelo
constructivista, travestismo e identidad - Corporalidad
- Identidad, realidad
y conocimiento - Ontología
constitutiva - En
lo pertinente a la sexualidad ¿Cuántas
identidades existen? - Identidad de
cuerpo - Bibliografía
El derecho a estar siendo o la
posibilidad emocional, teórica y experiencial de
comprender
las masculinidades en las Minorías Sexuales
Las distintas anatomías de los
cuerpos femenino y masculino no bastan como referencias para
registrar las diferencias entre hombres y mujeres ni para
explicar los procesos de
construcción identitaria.
Marta Lamas
Resumen:
La aplicación de la teoría de
sistemas y en especial de sus principios
básicos, de la teoría
de las emociones como
motores de la
acción
humana y de la teoría del lenguaje como
generador de mundos posibilita comprender a los seres humanos
como sujetos en permanente construcción de sí
mismos/as y de las identidades de los/as demás.
El/la sujeto aun cuando ser único/a se siente,
asume y experimenta a sí mismo/a como un ser escindido en
múltiples posibilidades (subsistemas) en lo pertinente a
muchas aspectos de su ser-sistema. Uno de
esos subsistemas es la sexualidad, a
su vez este sistema puede comprenderse desde y en diferentes
subsistemas (género,
cuerpo, sexo,
orientación sexual, expresiones comportamentales
sexuales). La cultura, las
relaciones sociales y la sociedad
construyen un "modelo" del
"deber ser" de la sexualidad, sin embargo cada persona construye
en base a ese modelo su propio modelo de la que sexualmente
"quiere ser" pero en la práctica y por las necesidades
propias de la convivencia se ve obligado a "estar siendo" en un
punto del continuo que tiene como extremos y medida el "deber" y
el "querer ser".
Existen tantas identidades sexuales como sujetos
sexuados hay. La identidad
sexual no es fija sino móvil. Las personas transitan en su
identidad, en el proceso de su
construcción.
Orígenes de la propuesta
teórica
La propuesta de construcción teórica que
se presenta a continuación se basa primero, en la
experiencia investigativa y terapéutica del autor en los
programas que
realiza desde 1992 para la Fundación Apoyémonos y
su proyecto
Equiláteros, orientada a personas cuyas identidades
sexuales transgreden los modelos
culturales y de relación social; en segunda instancia, en
la "caracterización de travestis laborando como
trabajadoras sexuales en el barrio Santafé, en
Bogotá" proyecto realizado conjuntamente con la
Fundación Procrear y con Cotransgénero.
"En todas las sociedades
la avasalladora fuerza de la
sexualidad, de la pulsión sexual, es celebrada, temida,
reglamentada y simbolizada. Cada sociedad establece una
distinción entre lo que considera "normal", aceptado
como sexualidad sana, y lo que considera "anormal",
conceptualizado como sexualidad enferma o problemática.
Pero al revisar transhistórica y transculturalmente a
todas las sociedades humanas, encontramos que cierta
práctica sexual es respetada en unas culturas y en otras
es repudiada. De forma sutil e insidiosa, la cultura inviste al
acto sexual de cierto significado: valora o denigra algunas
conductas. Cuando una sociedad condena determinados tipos de
comportamiento, los obliga a llevar una vida
subterránea o una existencia clandestina. (Lamas,
1996).
El "deber ser" de la sexualidad no incluye a las
personas consideradas marginales por razón de su
sexualidad, en especial a quienes vivencian y construyen relatos
sobre su cuerpo, la percepción
de sí mismas y sus relaciones con una singularidad
específica. Las experiencias de ciertas personas para
vivir su masculinidad como las de algunos homosexuales, lesbianas
y travestis trabajadoras sexuales en el vivenciar, emocionar y
explicar el cuerpo, trascienden las construcciones
teóricas de los sexólogos y especialistas de la
educación
sexual, que pretenden ser interpretativas de sus sexualidades
e identidades.
Es posible conocer la discriminación al conocer cómo las
minorías sexuales (MS) construyen su identidad. Recurro a
nuevos paradigmas
ontológicos y epistemológicos: teorías
de sistemas y de las
emociones, como motores de la acción humana, como una
forma de hacer una lectura
diferente a la construcción de la identidad.
Las vivencias de las MS evidencian que las formas
habituales de entender la identidad de una persona, con respecto
a su género y a su sexo, desde un esquema fijo y lineal,
mecánicamente predeterminado, no dan respuesta a este
orden que parece opuesto y trasgresor de lo prescrito en materia
sexual. De ahí que se hagan necesarios (en el caso de
personas con variaciones al modelo heterosexual, masculino,
falocrático) el desarrollo de
elementos conceptuales que permitan entender identidades
experimentadas en formas más complejas, que a su vez
posibiliten acoger variaciones en las construcciones y
manifestaciones sexuales.
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