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El bilateralismo como un proceso de integración entre los países (página 2)




Enviado por Adriana Deligdisch



Partes: 1, 2

  1. La función del Fondo era la
    regulación de la balanza de
    pagos de los países que solicitaran auxilio
    financiero a dicha institución, cuando se encontraran
    con déficit; los préstamos se concedían
    por plazos breves -un año a un año y medio-. A
    su vez, la tarea encomendada al Banco consistía en
    sostener la tasa de inversión principalmente de los
    países destruidos por la guerra
    para reconstruirlos, y posteriormente fue la de ayudar a los
    países en desarrollo; los créditos que otorgaba eran,
    lógicamente, a largo plazo (diez años en
    adelante).

    La tercera pata del trípode era la
    institucionalización y regulación del comercio
    internacional. Para estos efectos, entre 1946 y 1948, a
    instancias del Consejo Económico y Social de la
    ONU, se
    realizaron sucesivas Conferencias en Londres, Nueva York,
    Ginebra y La Habana, con la intención de crear una
    Organización Mundial del Comercio
    (OMC) con
    la finalidad de quitar las barreras que los estados
    habían puesto al comercio internacional,
    principalmente desde la crisis de
    los años 30.

    La versión final de la OMC se elaboró
    en La Habana en 1948, pero dicho tratado no fue ratificado
    por los Estados -solo Australia y Liberia lo ratificaron- y
    por ende no entró en vigor. En Estados
    Unidos, el principal escollo se dio por las diferencias
    que existían entre los proteccionistas, que se
    agrupaban en torno al
    Departamento de Agricultura y el Congreso y los defensores del
    libre
    comercio del Departamento de Estado,
    influenciados por Cordell Hull. Así, no viendo
    posibilidad de ratificación del tratado en el
    Congreso, el presidente Truman ni siquiera lo presentó
    para su tratamiento.

    Como era sumamente difícil conformar una
    organización internacional del comercio, el Poder
    Ejecutivo y el Departamento de Estado de los Estados
    Unidos, con un conjunto de países occidentales deciden
    en 1947 en Ginebra -antes de la Conferencia
    de La Habana- crear el Acuerdo General sobre Tarifas
    Aduaneras y Comercio (GATT), como
    un acuerdo de regulación de las relaciones comerciales
    entre las partes firmantes, con el objetivo
    de liberalizar el comercio de bienes
    manufacturados, con la reducción progresiva de los
    aranceles
    aduaneros, usando como herramientas los principios de
    la "Nación más favorecida" y la
    "reciprocidad". Recién en la Ronda Uruguay
    del GATT en 1994, se establecieron los cimientos que dieran
    origen a la
    Organización Mundial del Comercio, dependiente de
    las Naciones
    Unidas, que comenzó a regir a partir de enero de
    1995.

    A partir del GATT, la diferencia con relación
    al período de entre guerra, estuvo basada en el hecho
    de que el trato de la nación más favorecida no se daba
    en forma bilateral, sino multilateral. Es decir, que todos
    los firmantes del GATT se comprometían a otorgarse
    mutuamente dicha cláusula de manera automática
    y por medio de negociaciones comerciales entre los Estados
    -generalmente los de mayor poder
    económico-, reduciendo recíproca y
    progresivamente los aranceles aduaneros, siendo el método empleado, producto
    por producto. Así, cuando un país
    concedía una reducción arancelaria de un X %
    sobre determinado producto a otro, automáticamente
    esta rebaja se extendía y beneficiaba a todos los
    demás Estados partes. A la vez, los Estados ya no
    podían elevar dichos aranceles, en virtud de lo que se
    llamó la "consolidación de los
    compromisos"

    Sin embargo, por el Art. XXIV del GATT, se
    admitió la excepción de la aplicación de
    la cláusula de la nación más favorecida,
    cuando dos o más países decidieran profundizar
    su integración económica a
    través de una Zona de Libre Comercio o una
    Unión Aduanera, sin que las reducciones arancelarias
    entre ellos se trasladasen a los otros Estados componentes
    del GATT.

    Ahora bien, estas excepciones están
    autorizadas en la medida en que no se altere, en lo
    sustancial, el nivel de protección con terceros
    Estados; en tal situación, si un tercer Estado
    considera que la zona de libre comercio o la unión
    aduanera afecta el nivel de protección consolidado en
    el GATT, le es permitido solicitar
    "compensaciones".

    En conclusión, en este marco regulatorio
    económico internacional, haciendo uso del Art. XXIV
    del GATT, se cobijan los procesos
    de integración económica regional,
    siendo el primero de ellos el proceso
    iniciado en Europa en
    el año 1950, que ha dado origen también al
    derecho de integración regional.

    A medida que el proceso europeo se iba
    perfeccionando, los demás Estados empezaron a percibir
    los procesos de integración como una nueva forma de
    encarar el desarrollo
    económico, buscar la paz y fortalecer el poder de
    negociación internacional, y nacen
    así, en el continente americano, el Acuerdo de Libre
    Comercio para América
    Latina y el Caribe en 1960, el Mercado
    Común Centroamericano en 1960, el Pacto
    Andino en 1969, y en Europa, la Asociación Europea
    de Libre Comercio en 1959, entre otros (Tussie, 1991:
    4).

    Existen básicamente dos formas de establecer
    relaciones
    internacionales en materia de
    intercambio comercial, a saber: la cooperación que
    incluye acciones
    destinadas a disminuir la discriminación, como es el caso de
    acuerdos internacionales sobre políticas comerciales y la
    integración que comprende medidas conducentes a la
    supresión de algunas formas de discriminación, como lo es la
    eliminación de barreras al comercio; es este
    último concepto de
    integración el que nos interes.

    León Lindberg define la integración
    como " los procesos por los cuáles las naciones
    anteponen el deseo y la capacidad para conducir
    políticas exteriores e internas clave de forma
    independiente entre sí, buscando por el contrario
    tomar decisiones conjuntas o delegar su proceso de toma de
    decisiones a nuevos órganos centrales". Por su
    parte Jorge Mariño dice "se entiende por proceso de
    integración regional el proceso convergente,
    deliberado (voluntario) –fundado en la solidaridad-, gradual y progresivo, entre dos
    o más Estados, sobre un plan de
    acción común en aspectos
    económicos, sociales, culturales, políticos,
    etcétera"(Mariño, 1999: 112).

    Cabe preguntarse -antes de profundizar más en
    lo que contempla un proceso de integración-, el
    cómo se constituye el deseo o la voluntad de los
    Estados de pasar a formar parte de una comunidad
    más amplia, llegando inclusive a ceder parte de su
    soberanía. Frente a esta interrogante
    se puede responder básicamente de dos maneras:
    1 "la causa de este proceso radica en el empleo de
    la fuerza, o
    en la amenaza de usarla, por parte de una autoridad
    central… o, en ausencia de esta autoridad, como ocurre en
    la vida internacional, por un Estado o coalición
    dotados de poder suficiente para utilizar la fuerza o dar
    credibilidad a la amenaza de hacerlo… 2 "la
    formación de comunidades políticas se debe
    fundamentalmente a la acumulación de valores e
    intereses compartidos, una situación a la cual se
    llega a través de la interacción entre sus distintas
    unidades, y por procedimientos consensuales" (Wilhelmy, 1988:
    56). En este estudio nos centraremos en los procesos que se
    llevan a cabo según esta última
    perspectiva.

  2. Concepto de
    integración:

    Jorge Mariño (1999: 113) ha establecido
    ciertas características esenciales a todo proceso de
    integración regional, las cuales mencionaremos a
    continuación con la finalidad de establecer una
    generalización. Estas características
    son:

    Los sujetos son los Estados soberanos.

    Los Estados emprenden el proceso integrador en forma
    voluntaria y deliberada

    Como todo proceso –aún más, con
    la complejidad del caso al que se hace referencia- se debe
    avanzar por etapas, es decir, el proceso debe ser
    gradual.

    Las etapas deben ser cada vez más profundas y
    dispersas; de allí la necesidad de la progresividad y
    la convergencia del proceso.

    Por último, el proceso de integración
    se inicia con acercamientos económicos, pero
    lentamente y dependiendo de cada proceso –conforme a lo
    estipulado por los Estados miembros-, la agenda va abarcando
    e incluyendo nuevos temas de las áreas sociales,
    culturales, jurídicas, y hasta políticas de los
    países miembros.

  3. Características de los procesos de
    integración:

    La tipología que expondremos a
    continuación, cabe dejar claro, es de carácter político. Si bien es
    cierto, nuestro análisis se centrara principalmente en
    los aspectos económicos de los procesos de
    integración, es de suma importancia considerar los
    factores políticos que influyen en la evolución del proceso, como
    condicionantes de su éxito o fracaso. Vemos en lo anterior,
    la importancia de mencionar esta tipología.

    Haciendo referencia a una variedad de factores entre
    los cuáles se pueden mencionar el nivel de
    integración, el alcance de la integración, la
    homogeneidad cultural de las distintas unidades y la calidad de
    los beneficios que se obtienen de la integración,
    Gianfranco Pasquino (1981: 814) ha esbozado una
    tipología de la integración, en la que
    establece tres tipos: territorial, nacional y social; cada
    una de las cuales se explicarán a
    continuación:

    1. Integración territorial
    2. Es básicamente, la extensión del
      poder de un grupo
      hacia un territorio anteriormente fraccionado. Esto
      implica la transferencia de la obediencia desde las
      distintas regiones y desde los distintos grupos
      a las autoridades centrales. Esta integración
      puede producirse de diversas modalidades y su objetivo no
      es sólo la creación de una unidad central
      fuerte, sino la construcción de un mercado
      único, el establecimiento de un código jurídico
      común, un sistema de transporte unificado y un sistema
      tributario extendido a todos los grupos. Es posible
      distinguir tres modelos de integración territorial:
      la conquista, aquí nos encontramos frente a
      un centro que toma la iniciativa del proceso de
      integración con el uso de la fuerza en la
      mayoría de los casos; la fusión, es
      un proceso lento de acercamiento progresivo entre los
      diversos grupos geográficamente contiguos, lo cual
      se puede ver facilitado por la percepción de valores e intereses
      comunes; y la irradiación, requiere la
      existencia de un símbolo central aceptado por
      todos los grupos como punto de referencia, además
      de una considerable homogeneidad étnica y la
      necesidad de un período prolongado, de manera que
      las capacidades del sistema se expandan al mismo ritmo
      que la tasa de movilización y de las expectativas
      de los grupos.

      Se refiere al proceso de creación de una
      identidad común a todos los grupos
      étnicos, lingüísticos, religiosos y
      regionales con el fin de que se sientan parte de la misma
      comunidad política. Mientras el proceso de
      integración territorial consiste principalmente en
      imponer obediencia, el proceso de integración
      nacional consiste en la aceptación, por parte de
      la población, de las órdenes
      provenientes de las autoridades centrales porque se
      consideran legítimas, por tanto, el proceso de
      integración nacional recibe un fuerte influjo del
      proceso de integración territorial. La
      creación de un consenso mínimo sobre
      algunos valores fundamentales, y especialmente sobre la
      aceptación de algunos procedimientos para la
      resolución de los conflictos, resulta muy relevante. Es
      evidente que el proceso de arreglo y solución de
      conflictos se ve facilitado entre otras cosas, porque la
      movilización de las masas esté
      estrictamente controlada por las élites de los
      distintos grupos y que por otro lado dichas élites
      se pongan de acuerdo; además la existencia de
      estructuras partidistas capaces de mediar
      en los conflictos y de agrupar los intereses, el reclutamiento de los funcionarios
      públicos y los magistrados de manera proporcional
      entre los distintos grupos, así como una economía en expansión, son
      todos elementos que permiten una solución positiva
      del proceso de integración nacional.

    3. Integración
      nacional
    4. Integración
      social

    Se refiere a la superación de la divergencia
    entre élites y masas, entre gobernantes y gobernados.
    Esta divergencia no adquiere importancia política
    mientras las masas acepten como justo el gobierno
    de las élites. La divergencia entre élites y
    masas no se debe solo a una desigualdad de acceso al poder,
    sino que depende también de la desigualdad en la
    instrucción y en el nivel de conocimientos y de la
    dificultad de las comunicaciones; su superación
    requerirá intervenciones complejas y múltiples.
    Si las élites logran mantener siempre un justo
    equilibrio
    entre la necesidad de dar una guía y una
    orientación a la sociedad y
    la apertura a los deseos de las masas y a los líderes
    elegidos por éstas, la divergencia tenderá a
    reducirse; la superación de las divergencias, por lo
    tanto, está fuertemente condicionada por la calidad
    del liderazgo.
    A medida que avanza la integración, aumenta la
    disponibilidad de los individuos a trabajar unidos por la
    consecución de objetivos
    comunes.

    Entendiendo que la topología descrita anteriormente
    explica los procesos políticos por los cuales se
    articula la voluntad política como condición
    necesaria pero no suficiente para llevar a cabo la
    integración, asumimos que esta ultima entendida como
    un acto de voluntad política, trae consigo
    consecuencias de carácter económico que
    varían a medida que se avanza en el grado de
    integración. Aquellas consecuencias a que se hace
    referencia, serán descritas a
    continuación.

  4. Tipologías
    de integración:

    Tomando en cuenta que la integración es un
    proceso, el cual pasa por diversas etapas en forma paulatina
    y progresiva, es posible establecer una clasificación
    según el grado de integración, donde cada una
    de las etapas o grados tiene ciertos rasgos esenciales que la
    distinguen tanto de la etapa inmediatamente anterior como
    posterior. Existe un consenso más o menos amplio en la
    literatura
    que trata el tema respecto de cuáles son las etapas
    por las que pasan los procesos de integración. Para
    efectos de este estudio, se hará referencia a la
    clasificación que hace Bela Balassa quien establece 5
    etapas o grados de integración, además se
    agrega una etapa preliminar llamada área de
    preferencias arancelarias
    a la cuál haremos
    referencia según la definición de Ricardo
    Basaldúa.

    1. Zona de preferencias
      arancelarias
    2. Es un acuerdo entre varios Estados, mediante el
      cual se comprometen a brindar a sus respectivas
      producciones un trato preferencial en comparación
      al que se otorga a terceros países, es decir, se
      conceden diversos grados de rebajas arancelarias en el
      comercio recíproco. Esta área se puede
      dividir a su vez en tres: área de preferencias
      arancelarias
      propiamente dichas, donde las
      concesiones son exclusivamente a los derechos
      aduaneros que gravan la exportación e importación de mercaderías;
      área de preferencias aduaneras, donde no
      sólo se limitan a las restricciones arancelarias,
      sino que puede contemplar también otros tributos aduaneros, que se aplican con
      ocasión de la exportación o la
      importación, pudiendo contemplar tanto
      restricciones directas como indirectas; y áreas
      de preferencias económicas
      , que abarcan
      aspectos que no son más de naturaleza aduanera, pero que hacen un
      tratamiento discriminatorio de la mercadería
      extranjera una vez que ésta ha sido
      importada.

      Este es un grado de integración sumamente
      superficial por lo que hay autores que no lo consideran
      como tal. A pesar de esto, se ha estimado igualmente
      válido mencionarlo como un primer paso hacia lo
      que pudiera ser un proceso posterior de
      integración mucho más amplio.

      Consiste en que los Estados partes acuerdan
      suprimir las tarifas arancelarias y otras barreras o
      restricciones cuantitativas al comercio recíproco
      de bienes, pero conservando cada uno de ellos
      autonomía e independencia respecto de su comercio con
      terceros Estados. Para llegar a una Zona de Libre
      Comercio se fijan plazos, condiciones y mecanismos de
      desgravación arancelarios. La mira está
      puesta en las "medidas de fronteras" entre las partes,
      con el propósito de incrementar los flujos de los
      intercambios recíprocos. Como en el acuerdo de
      libre comercio surge el problema del control de las importaciones de extra zona, los Estados
      partes deben implementar instrumentos que tiendan a
      establecer el origen de los productos, y de esa forma diferenciar
      entre los bienes que se generan en la zona y los que
      provienen de otras latitudes, ya que los productos que se
      deben beneficiar con el acuerdo son los originarios de
      los Estados partes, evitando la triangulación que
      significaría el ingreso de productos del exterior
      a la Zona a través del país que cobra los
      aranceles más bajos; esto se obtiene por medio de
      lo que se denomina "cláusulas de origen", las
      cuales deben ser muy precisas y severas.

    3. Zona de libre
      comercio

      Implica un proceso en el que los estados
      participantes, además de liberar las corrientes
      comerciales por medio de la desgravación
      arancelaria entre ellos, adoptan frente a terceros
      países una política arancelaria
      común o tarifa externa común.

      ARNAUD (1996: 25) señala que la
      unión aduanera perfecta debe reunir las siguientes
      condiciones: 1) la completa eliminación de
      tarifas entre sus Estados miembros, 2) el
      establecimiento de una tarifa uniforme sobre las
      importaciones del exterior de la Unión y 3)
      la distribución de los ingresos aduaneros entre sus miembros
      conforme a una fórmula acordada.

      De acuerdo a lo anteriormente dicho, los Estados
      que integran una unión aduanera, además de
      reducir las tarifas aduaneras entre sí hasta
      llegar a cero, adoptan un arancel externo común,
      en forma gradual con plazos y listas temporarias de
      excepciones que normalmente son diferentes según
      el desarrollo económico de los Estados partes, en
      relación a los productos que importan de
      países de fuera de la zona.

      Los derechos de importación obtenidos por
      el arancel externo común, a su vez, deben ser
      distribuidos entre los Estados miembros, para lo cual
      deben definir el mecanismo para ello. Por otra parte, al
      existir un arancel externo común, se eliminan las
      normas
      de origen, por lo que una mercadería de
      procedencia extranjera, ingresada legalmente por
      cualquier repartición aduanera, previo pago del
      impuesto común que se haya fijado,
      tiene libre circulación por el espacio
      geográfico de los países socios de la
      unión aduanera. Otro dato importante de mencionar
      es respecto de la forma de negociación con el
      exterior, la cuál debe hacerse necesariamente en
      bloque.

    4. Unión
      aduanera

      En la etapa del mercado común, los
      países miembros que componen la unión
      aduanera le agregan la posibilidad de la libre
      circulación de personas, servicios y capitales sin
      discriminación, por tanto, se establece la libre
      circulación de los factores
      productivos.

      En el mercado común, no hay aduanas internas ni barreras tarifarias
      entre los Estados partes; se lleva a cabo una
      política comercial común, se permite el
      libre desplazamiento de los factores de la producción (capital, trabajo, bienes y servicios), es decir,
      las cuatro libertades fundamentales de la comunidad, y se
      adopta un arancel aduanero exterior unificado.

      Por lo tanto, la legislación de los
      países miembros debe unificarse o armonizarse con
      el objeto de asegurar las condiciones de libre
      concurrencia en el ámbito del mercado interior
      común. Las normas no sólo deben perseguir
      la supresión de las barreras que impiden el libre
      ejercicio de las cuatro libertades que fueran mencionadas
      (barreras aduaneras, físicas, técnicas, comerciales,
      restricciones monetarias, etc.), sino también de
      aquéllas que son consecuencias de prácticas
      restrictivas de reparto o explotación de los
      mercados imputables a las empresas (reglas de competencia).

      La armonización de las legislaciones
      sobre las áreas pertinentes, la coordinación de las
      políticas macroeconómicas y el
      establecimiento de reglas comunes aplicables de manera
      uniforme no solamente a los Estados participantes, sino
      también a las personas físicas y
      jurídicas que en ellos habitan, generan normas que
      son fuente de derechos y obligaciones para unos y otros.

    5. Mercado
      común

      La unión económica se da cuando
      los Estados que han conformado un mercado común,
      le incorporan la armonización de las
      políticas económicas nacionales, entre
      ellas, las políticas monetaria, financiera,
      fiscal, industrial, agrícola, etc.,
      con la finalidad de eliminar las discriminaciones que
      puedan hallarse de las disparidades entre las
      políticas nacionales de cada uno de los Estados
      que la componen.

      Como son objeto de la integración todas
      las actividades económicas en el ámbito
      espacial de la unión económica –entre
      ellas la política financiera-, la
      concertación de una política monetaria
      común lleva a la creación de un banco
      central común y finalmente a la adopción de una moneda
      común, con lo que se perfecciona una unión
      monetaria.

    6. Unión
      económica
    7. Integración
      económica completa
  5. Clasificación de la
    integración según sus grados:

Este es el mayor grado de profundidad al que puede
aspirar un proceso de integración y se produce cuando la
integración avanza mas allá de los mercados, porque
en el transcurso de este proceso, los Estados involucrados
tienden no solo a armonizar, sino a unificar las políticas
en el campo monetario, fiscal, social, etc., y más
allá incluso, en cuestiones relativas a las
políticas exteriores y de defensa.

En esta instancia de integración, se requiere del
establecimiento de una autoridad supranacional cuyas decisiones
obliguen a los Estados miembros. Algunos autores afirman que este
grado de unificación sugiere la desaparición de las
unidades nacionales, por la absorción de las partes en un
todo, como es definida la palabra "integración" de acuerdo
al diccionario de
la RAE.

CONCLUSIONES

El Bilateralismo es una asociación cerrada de 2 o
un grupo determinado de países, que por medio de un
tratado presenciado por los pertenecientes a la asociación
exponen puntos de necesidades en común y en conjunto se
comprometen a salir de los altibajos que les afecta, a
través de funciones
determinadas y establecidas en el presente tratado firmado por
las partes.

Cabe destacar por sobre todos los procesos de
integración conocidos, el caso de la Unión
Europea, el cual ha llegado mucho más allá de
un aspecto sólo económico. Se ha creado toda una
institucionalidad supranacional, con atribuciones en materias
políticas, jurídicas, de defensa, sociales y
económicas.

De la formación de este tipo de bloques nace
básicamente de una necesidad funcional, en que cada uno de
los Estados que decide integrarse a un bloque, lo hace porque ve
en ello una oportunidad de aumentar el bienestar de sus
ciudadanos o simplemente por una cuestión de interés
nacional. Es por esta razón que se ha optado por analizar
los procesos de integración desde la perspectiva que nos
entrega la teoría
funcionalista de las relaciones internacionales, la cual parte
del supuesto de la incapacidad del estado moderno de satisfacer
las cada vez más complejas necesidades de interés
nacional. Para colmar esa carencia, propone la creación
paulatina de una red de organizaciones
internacionales que irían asumiendo la gestión
de sectores concretos (agricultura, energía, defensa, por
ejemplo). Se gestaría así un sistema aterritorial
de transacciones, encargado de satisfacer -con la
colaboración de los gobiernos estatales- las necesidades
de los ciudadanos. Así, poco a poco, surgiría entre
los Estados, la conciencia de
estar vinculados a los demás por una red cada vez más
densa de intereses en común. De este modo se
produciría una paulatina transferencia de las lealtades
desde los estados hacia las distintas organizaciones
supranacionales. Mediante este método, y a partir del
desarrollo de la conciencia de las ventajas de la
cooperación internacional, se eliminarían las
actitudes
ultranacionalistas irracionales que según el funcionalismo son
las causantes de los conflictos internacionales
violentos.

Es un ejemplo de cómo una asociación puede
lograr salir adelante mediantes esfuerzos en común o
funciones debidamente distribuidas, aceptadas y
ejecutadas.

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Adriana Deligdisch

Paola Duarte

Paraguay

2007

Partes: 1, 2
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