Paralelismo entre los consejos del
Viejo Vizcacha y los de Martín Fierro como símbolos del saber popular
Introducción
El Martín Fierro, escrito por
José Hernández en el año 1872 su primera
parte y su segunda, bajo el nombre de La vuelta del
Martín Fierro, siete años después
(1979), es considerada por muchos la obra maestra de la literatura
argentina y la consagración del género
gauchesco.
Aparte del indudable valor
literario, la importancia de esta obra reside en haber sacado a
un personaje marginal de la sociedad
argentina del momento, el gaucho, y convertirlo en algo
así como el "gen argentino", el representante de la
argentinidad o de la nacionalidad
argentina, como lo hacen, por ejemplo, Leopoldo Lugones y Ricardo
Rojas.
Al tratar de encarar este trabajo se ha
tomado ese valor extraliterario que se le da al Martín
Fierro. Y se lo toma desde esa dualidad representativa del
saber popular y que, por imperio de esa capacidad retratista de
la realidad de la que hace gala Hernández a través
de esos personajes, se puede rastrear en el texto: los
consejos del Martín Fierro "oponiéndolos" a los del
Viejo Vizcacha.
Se va a tratar de escudriñar en aquellos aspectos
que se considera son parecidos y aquellos en los que difieren,
viendo si esos consejos gozan de actualidad o no.
Contexto de la obra
Se ha afirmado que el Martín Fierro en su
conjunto es una "novela narrada en
verso", por cuanto relata peripecias de vida de un gaucho
típico de las pampas, sus desventuras y aventuras, sus
alegrías y penas, estando el narrador por fuera del
relato, es omnisciente que cuenta en tercera persona, y
utiliza la primera persona cuando "hace" hablar a sus personajes,
transcribiendo esas voces (discurso
referido directo).
En la época que fue escrita la primera parte del
libro, el
gaucho vivía una realidad angustiosa: las tierras de las
pampas, ganadas al indio, tenían por dueños a unos
pocos terratenientes (existía una ley que
prohibía tener tierras en hectáreas mínimas,
por lo que el gaucho no podía ser propietario), que
contrataban a aquellos para las tareas rurales, en condiciones de
inequidad social. Se agrava por la famosa ley de levas, un
sistema de
reclutamiento
forzoso de aquellos gauchos
desocupados para servir en la frontera,
donde la vagancia (o peor, ser pobre, desocupado, no poder trabajar
en tierra
propia), era vista como delito. De manera
que solo les quedaban dos caminos: vivir dentro de la ley,
"conchabados" y abusados por los ricos, o vivir por fuera y con
riesgo de
morir en la pelea con el indio. Es esta condición social
lo que denuncia Hernández.
En la segunda parte, La Vuelta de Martín
Fierro, cambia la realidad misma del autor Hernández
(es electo legislador y se suma al gobierno de
Avellaneda, aliado a Sarmiento, en un clima de
reconciliación nacional) y sus intenciones al escribir.
Él lo dice en su Prólogo: "!Ojalá hubiera
un libro que gozara del dichoso privilegio de circular de mano en
mano en esa inmensa población diseminada en nuestras vastas
campañas, y que bajo una forma que lo hiciera agradable,
que asegurara su popularidad, sirviera de ameno pasatiempo a sus
lectores, pero:
Enseñando que el trabajo
honrado es la fuente principal de toda mejora y
bienestar.
Enalteciendo las virtudes morales que nacen de la ley
natural y que sirven de base a todas las virtudes
sociales.
Inculcando en los hombres el sentimiento de
veneración hacia su Creador, inclinándolos a obrar
bien.
Afeando las superticiones ridículas y
generalizadas que nacen de una deplorable
ignorancia.
Tendiendo a regularizar y dulcificar las costumbres,
enseñando por medios
hábilmente escondidos, la moderación y el aprecio
de sí mismo; el respeto a los
demás; estimulando la fortaleza por el espectáculo
del infortunio acerbo, aconsejando la perseverancia en el bien y
la resignación en los trabajos.
Recordando a los padres los deberes que la naturaleza les
impone para con sus hijos, poniendo ante sus ojos los males que
produce su olvido, induciéndolos por ese medio a que
mediten y calculen por sí mismos todos los beneficios de
su cumplimiento.
Enseñando a los hijos como deben respetar y
honrar a los autores de sus días.
Fomentando en el esposo el amor a su
esposa, recordando a ésta los santos deberes de su
estado;
encareciendo la felicidad del hogar, enseńando a todos
a tratarse con respeto recíproco, robusteciendo por todos
estos medios los vínculos de la familia y
de la sociabilidad.
Afirmando en los ciudadanos el amor a la
libertad, sin
apartarse del respeto que es debido a los superiores y
magistrados.
Enseñando a los hombres con escasas nociones
morales, que deben ser humanos y clementes, caritativos con el
huérfano y con el desvalido; fieles a la amistad; gratos a
los favores recibidos; enemigos de la holgazanería y del
vicio; conformes con los cambios de fortuna; amantes de la
verdad, tolerantes, justos y prudentes siempre."
Como se ve, se trataba de "civilizar" al gaucho, para
integrarlo a la sociedad urbana. Ya hay una finalidad
pedagógica: enseñarles a ser "buenos
ciudadanos".
En primera instancia, se analizará la
ubicación, estructura y
un análisis lírico de
ambos:
Ubicándonos en la historia, se ve que los
hechos tienen lugar en una pulpería, donde se encuentran
Martín Fierro, sus hijos y el hijo de Cruz. Es el segundo
hijo de Fierro el que relata sus andanzas con Vizcacha devenido
en su tutor y el que hace voz sus consejos, siempre apuntando
como mala su experiencia. Martín Fierro habla por
sí mismo.
Los consejos del Viejo Vizcacha:
Capítulo XV de La Vuelta del Martín Fierro. Consta
de 23 estrofas, de seis versos cada una , octosilábicos,
de rima consonante.
"El primer cuidao del hombre
es defender el pellejo; a
lleváte de mi consejo, a
fijáte bien de lo que hablo: b
el diablo sabe por diablo b
pero más sabe por viejo". a
Los consejos de Martín Fierro:
Capítulo XXXII también de La Vuelta del
Martín Fierro. Son 31 estrofas, también de seis
versos (salvo la segunda de cinco), octosilábicos, de rima
consonante.
Hay hombres que de su cencia a
tienen la cabeza llena; a
hay sabios de todas menas, a
mas digo, sin ser muy ducho: b
es mejor que aprender mucho b
el aprender cosas buena. a
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