La extensa "Cautividad Babilónica" de la
iglesia y
el desastroso Cisma Papal de cerca de cuarenta años
simbolizó dramáticamente la necesidad de una
reforma papal. Muchos reconocían que estos
trágicos eventos eran
síntomas del problema, no su causa. Ciertamente los
abusos económicos, políticos y morales del
papado no aliviaron la situación, pero el problema
básico no era el abuso del sistema
sino el sistema mismo. El clamor por una reforma no se
refería sencillamente al problema inmediato, sino
desafiaba las ideas defendidas por los papas por siglos.
Algunas peticiones de reforma tenían una base
distintivamente bíblica. Los dogmas doctrinales y
eclesiásticos edificados por la Iglesia Romana en un
largo período, fueron comparados con las Escrituras y
criticados desde ese punto de vista. Los motivos
patrióticos empujaban a algunos a demandar una
reforma.El naciente nacionalismo del último período
medieval produjo conflictos
de lealtad en los corazones de los hombres de todas partes.
No pocas de las protestas contra el dominio
romano surgieron del resentimiento contra el control
francés del papado durante la "Cautividad
Babilónica". Las miserables condiciones
económicas y sociales, y los turcos asentados en la
frontera
misma del imperio en los Balcanes, llevaba a muchos a pensar
que Dios estaba castigando al mundo por causa de las
fechorías del papado. Finalmente, los hombres
espirituales de todos los países estaban sinceramente
apesadumbrados al ver el bajo nivel al que había
llegado el cristianismo. El misticismo y la
disensión aumentaban conforme los hombres procuraban
encontrar comunión con Dios fuera del sistema
eclesiástico prevaleciente.Uno de los grandes antecedentes de la reforma fue el
movimiento
conocido como el
Renacimiento. La palpitación de la nueva vida
intelectual y el descubrimiento de nuevos mundos prepararon
profundamente el camino para la Reforma. El movimiento
resultante conocido como "humanismo"
produjo el nuevo enfoque de los ojos de los hombres, y su
nueva visión percibió muchas de las
supersticiones que caracterizaban el sistema católico
romano medieval. Algunos escritores han empequeñecido
el panorama del Renacimiento, insistiendo en que la cultura
occidental no requería renacer. Sin embargo, el mismo
sistema teológico de la Iglesia Católica Romana
fue en parte responsable de la lenta recuperación de
las invasiones bárbaras y de las Edades Oscuras que
siguieron. La verdad y el progreso eran realmente estorbadas
por los sistemas
escolásticos de la teología católica
romana. Sin embargo, el Renacimiento vino.Los eruditos árabes que siguieron la
invasión mahometana de España
en el siglo VIII ayudaron a atisbar las puertas del conocimiento en el occidente. La cultura
clásica y el estudio de la antigüedad se puso de
moda. Las
Cruzadas contribuyeron a introducir un nuevo mundo. La
caída de Constantinopla (1453) le dio impulso al
movimiento cuando los eruditos griegos huyeron al occidente
en busca de refugio. La suma de otros factores —la
nostalgia italiana por la antigua gloria de Roma, la
aparición de genios en las formas artísticas y
literarias, el desarrollo
económico, los descubrimientos geográficos,
las invenciones revolucionarias— produjeron lo que ha
sido llamado "el Renacimiento" de Occidente. Este despertar
alcanzó al cristianismo en muchos puntos. El
movimiento conocido como "humanismo", se extendió
directamente de estos elementos. El humanismo fue muy
influyente en la preparación del camino para la
Reforma.Los ojos de los hombres, tanto tiempo
enfocados en los cielos, empezaron a volverse hacia el mundo
circundante y bajo ellos. Los mismos fundamentos de la
autoridad
católica romana fueron socavados por las nuevas formas
de pensamiento. Los siglos inmediatamente
anteriores al dieciséis retumbaron con las peticiones
de una reforma. Tal vez el mejor cuadro de este clamor de
reforma puede conseguirse discutiéndolo desde el punto
de vista geográfico.2.1 ITALIA
Las más fuertes protestas de Italia
contra el sistema papal se basaban en la renovación
intelectual y en el humanismo resultante. Humanismo era el
nombre arbitrariamente dado a la renovación
clásica y literaria que empezó en Italia
alrededor del siglo XIV. Era en gran manera patriótica
tanto como cultural. Se esperaba que la gloriosa historia de
los días pasados, desplegada ante los ojos y mentes de
la presente generación, produjera la
inspiración para conseguir una nueva
unificación de Italia y asegurar otra vez la
supremacía romana en la esfera secular. Una parte no
pequeña de este anhelo se debía al cambio de
la silla papal de Roma a Aviñón, Francia.Los humanistas coleccionaron manuscritos de los
escritores clásicos de la antigüedad, aprendieron
a criticar los textos antiguos mediante el estudio interno,
se gozaron en la imitación del estilo literario y las
costumbres sociales de los antiguos, y contemplaron el mundo
en que vivían desde un rico fondo histórico y
literario. Se organizaron sociedades
para estudiar el idioma griego, para leer a Platón y a Cicerón, y para
reunir bibliotecas de los autores antiguos. El
movimiento se extendió rápidamente de Italia al
norte de Europa
mediante vínculos religiosos, intelectuales, sociales, y hasta
económicos. El desarrollo
de la imprenta
contribuyó a extender el evangelio del humanismo, de
la misma manera que medio siglo después
reproduciría los escritos de los reformadores
cristianos para trasmitirlos a todas partes del
mundo.Debe notarse, sin embargo, que el énfasis del
humanismo tomó un giro diferente en el norte de
Europa. En Italia el interés era primordialmente cultural y
patriótico, resultando en desdén para las ideas
y prácticas religiosas. En muchos casos
engendró al cinismo actual. El humanismo del norte,
por su parte, canalizó su interés literario y
cultural hacia las antigüedades religiosas. El estudio
del hebreo y el griego procuraba la mejor interpretación de las Escrituras; la
recuperación del mejor texto de
las Escrituras alentó el examen crítico de los
manuscritos antiguos; mientras que los interesados en
investigaciones históricas volvieron a
publicar los escritos cristianos antiguos con
interpretaciones críticas. Es decir, el énfasis
del norte procuraba descubrir los orígenes antiguos de
la fe cristiana y restaurar la pureza primitiva del
movimiento.2.2 EL IMPERIO
La reunión libre de estados alemanes conocida
como el Imperio sumó su protesta. El humanismo
tenía cierto papel como fondo de las demandas de
reforma. La situación política proporcionó la
principal protesta contra el poder
papal, sin embargo. En 1314 el duque Luis de Baviera se
convirtió en emperador después de su victoria
militar sobre un candidato rival. Luis se vio enredado en una
disputa con el Papa Juan XXII en Avignon, sobre el derecho
del Papa a sancionar la elección de cada emperador.
Entre otras cosas, el control francés del papado hizo
muy desagradable para Luis someterse. En 1324 el Papa
excomulgó a Luis. Dos eruditos, Marsiglio de Padua y
Juan de Janduno, colaboraron para preparar uno de los
más inusitados tratados
de su tiempo. Era conocido como el Defensor Pacis (Defensor
de la Paz).Este documento declaraba que el pueblo es la
autoridad final en todas las cosas, sean seculares o
eclesiásticas. De esta manera, en asuntos
eclesiásticos todo el cuerpo de cristianos, siguiendo
los principios
del Nuevo Testamento, constituye el poder más alto.
Todo el poder espiritual descansa en el cuerpo de cristianos
creyentes, no en sacerdotes, obispos o papas. Además,
en un gobierno
cristiano, reflejando el carácter y la voluntad del pueblo, el
gobernador civil tiene el derecho de gobernar los asuntos
eclesiásticos, incluyendo la convocatoria de concilios
ecuménicos y el nombramiento de obispos. La autoridad
final reside en un concilio eclesiástico general del
pueblo, no solamente de obispos.Otra poderosa voz que apoyó al emperador Luis
fue la de Guillermo de Occam, el gran teólogo inglés, que se refugió con el
emperador. Occam también insistía en que la
verdadera iglesia no residía en los obispos sino en
los creyentes. Él negaba la infalibilidad del Papa y
exaltaba la Biblia. El papado nunca debía intervenir
en asuntos seculares y debía subordinarse a un
concilio general de todos los cristianos.2.3 FRANCIA
El humanismo francés hizo una
contribución distinta en la protesta contra el papado
sin reforma. El movimiento fue tardío en sus
principios en Francia, pero rápidamente ganó
fuerza.
Mediante él las clases altas en particular recibieron
considerable ilustración en cuanto a los abusos del
sistema romano. Jacques Lefevre Etaples (1455-1536)
llegó a ser un completo erudito bíblico y
precedió a Lutero en su defensa de la salvación
por la fe sola, sin sacramentos, y en su énfasis sobre
la autoridad de las Escrituras.2.4 INGLATERRA
El resentimiento contra las pretensiones papales
tenía hondas raíces en Inglaterra. La "cautividad babilónica",
que puso el papado bajo el dominio francés,
ocurrió al mismo tiempo que Francia e Inglaterra
estaban envueltas en guerra. En
1350 fue promulgado el Estatuto contra los
Estipuladores, que suponía para los ingleses
elecciones libres de arzobispos y obispos—un intento de
eliminar la influencia extranjera al llenar los puestos
eclesiásticos altos.Uno de los oponentes sobresalientes del papado
en los últimos años de su vida fue el
patriota y predicador Juan Wycliffe (1320-84). Antes de
1376 Wycliffe reprimió sus ataques contra el
papado, pero las vergonzosas condiciones que rodearon los
últimos años del papado de Avignon y el
principio del cisma papal en 1378 descargaron sus
violentas protestas. Wycliffe exigió que ambos
papas fueran depuestos. En sus conferencias en Oxford
él adelantó la idea de que cualquier
príncipe secular o eclesiástico que no
fuera fiel a su tarea, perdiera su derecho a tener el
puesto. Si un obispo o hasta el mismo Papa mostraran ser
indignos, los gobernantes civiles, como agentes de la
voluntad de Dios, tenían el derecho de despojarlo
de sus propiedades temporales. Probablemente alentado por
la protección que le dieron poderosos patriotas
ingleses, Wycliffe escuetamente continuó sus
críticas contra el papado. Con el uso de la
Biblia, que él ayudó a traducir al
inglés cerca del 1382, como autoridad final,
atacó vigorosamente el sistema sacramental
católico romano, particularmente la doctrina de la
transubstanciación. También declaró
que el Nuevo Testamento no hacía distinción
entre el obispo y el presbítero (sacerdote) y que,
consecuentemente, el obispo romano había usurpado
injustamente un poder que no era suyo. Los conceptos de
Wycliffe estaban muy adornados con su patriotismo:
él objetaba la extorsión papal a los fondos
ingleses, el nombramiento hecho por el Papa de
extranjeros para prebendas inglesas, y el fomento papal
de monjes mendicantes en Inglaterra que, él
decía, robaban a los pobres.Para dar instrucción escrituraria,
Wycliffe organizó un grupo
conocido como los "sacerdotes pobres" que vagaban de dos
en dos (siguiendo los requerimientos escriturarios),
predicando y enseñando. Estos eran recibidos
gozosamente por la gente. Wycliffe fue condenado en 1377
por el Papa, pero fue protegido hasta su muerte
en 1384, por influencia política. Los lolardos,
como eran llamados estos sacerdotes pobres, continuaron
creciendo en número e influencia hasta 1399. En
1395 ellos dirigieron una atrevida nota al Parlamento
denunciando el romanismo. Sin embargo, el ascenso del rey
Enrique IV (1399-1413), un ardiente papista, fue la
señal de la persecución. Veintenas de
lolardos fueron quemados en la estaca y sus iglesias
suprimidas. Los seguidores de los lolardos se volvieron
secretos después de 1431 e indudablemente
proveyeron un terreno fértil para el movimiento de
reforma que vino un siglo después.2.5 MISTICISMO
Un número de grupos
no confinados específicamente a una región
geográfica dieron gran ímpetu al movimiento
de reforma. Los místicos fueron unos de los
más importantes. El misticismo consideraba al
hombre
como poseedor de una afinidad interior con Dios que no
requería maquinaria eclesiástica para
establecer contacto. La presencia de Dios podía
sentirse en el corazón y el alma
sin referencia a los sacramentos. Puede observarse que
esta actitud podía pasar por alto
completamente toda la maquinaria de la Iglesia Romana,
porque si uno podía tener una visión de
Dios intuitiva e inmediata, sería innecesario usar
los servicios del sacerdote y de la iglesia.
La mayoría de los místicos, sin embargo, no
se oponían activamente a los ejercicios
espirituales externos de la Iglesia Romana. Estaban
dispuestos a utilizarlos como auxiliares para reforzar su
propia conciencia de la cercanía de Dios.
Ellos tenían un verdadero interés en la
corrupción y los cismas de la
institución visible.3.
FACTORES QUE PROMOVIERON LA REFORMALa palabra "reforma" que describe la revolución del siglo XVI, es, en un
sentido, un nombre inapropiado. Los eventos principales
no se centran en una reforma sino en un cisma. La reforma
estaba en las mentes de muchos y en los labios de unos
pocos. Se necesitaba un iniciador para principiar con
éxito una revolución contra
el sistema católico romano. Lutero fue ese
iniciador.En 1517 un monje llamado Martín Lutero,
irritado por la reciente venta
de indulgencias en un pueblo alemán cercano, hizo
público anuncio en la puerta de la iglesia de
Wittenberg que él deseaba debatir lo que la
Iglesia Católica realmente pensaba acerca de las
indulgencias. En esta manera más que ordinaria
empezó la reforma luterana. ¿Qué fue
lo que produjo comparativo éxito a los esfuerzos
de Lutero cuando tantos esfuerzos previos habían
fallado? ¿Estuvo en el monje, en su ambiente, en las circunstancias de su
vida, en su herencia de generaciones anteriores?.
Seguramente estuvo en todo eso:3.1 FACTORES POLÍTICOS
Prácticamente todos los cuerpos
políticos de Europa contribuyeron en alguna manera
al progreso del movimiento de la Reforma. En la
mayoría de los casos no fue hecho a
propósito. España se había unificado
políticamente por el matrimonio en 1469 de Fernando de
Aragón e Isabel de Castilla y por la subsecuente
conquista de áreas contiguas. El nieto de esta
pareja, Carlos I, se convirtió en rey en 1516 y en
1519 fue elegido Santo Emperador Romano de la nación alemana. La última
sucesión lo tituló Carlos V, y así
es mejor conocido. El emperador Carlos V fue el principal
enemigo de la reforma luterana y era más poderoso
y aparentemente estaba más interesado en
suprimirla que los papas, pero a lo largo del tiempo, una
serie de conflictos con Francia y el gran poder de los
príncipes alemanes le impidió acabar con el
movimiento de Lutero.El principal rival de España durante el
período de reforma era Francia. Esta nación había conseguido un
fuerte gobierno central mediante la sucesión de
hábiles reyes. La rivalidad entre España y
Francia se encendió antes de la irrupción
de la Reforma. Tanto el rey Fernando de España
como Carlos VIII de Francia tenían pretensiones
sobre el reino de Nápoles en el sur de Italia.
Esto marcó el principio de una serie de guerras entre Francia y España, que
en un sentido salvó la reforma luterana. El
principal oponente de Lutero, el emperador Carlos V de
España se ocupó tanto combatiendo a Francia
y a los turcos que no pudo dedicarse a sofocar la
revolución religiosa hasta que no tuvo suficiente
fuerza política para ofrecer oposición
formidable. El rey de Francia durante la mayor parte de
la reforma fue Francisco I (1515) que no favoreció
el movimiento de reforma tanto, pero que la ayudó
considerablemente con sus contiendas políticas y militares con
España.La tercera de las monarquías
centralizadas de este período fue Inglaterra. Una
lucha militar por la sucesión real entre los
nobles casi la eliminó como un factor
político, permitiendo al nuevo rey, Enrique VII
(1485-1509), gobernar con mano libre. Su hijo, Enrique
VIII (1509-47), fue el soberano durante la parte
principal del movimiento continental. Enrique VIII fue un
acérrimo oponente de la reforma luterana durante
su primera etapa. Él inició un cisma con la
Iglesia Romana en 1534 que era principalmente externa y
gubernamental. El no se separó de la mayor parte
de las doctrinas de Roma.El cuarto poder político de Europa
durante el movimiento de reforma era el Imperio. Se
recordará que el Imperio Occidental fue restaurado
bajo Carlomagno en el año 800 y de nuevo bajo Otto
el Grande en 962. Después de la mitad del siglo
XIII el imperio empezó a decaer otra vez. Una
lucha literaria por el derecho a conceder la dignidad imperial.En los primeros años de la reforma el
emperador era Maximiliano I (1493-1519). Felipe, el hijo
de Maximiliano, se casó con Juana, la hija de
Fernando e Isabel de España. Mediante los
esfuerzos de Maximiliano, sus dos nietos, Carlos y
Fernando, gobernaron prácticamente toda la Europa
central y España, exceptuando solamente a
Francia.Fernando se casó con Ana de Bohemia, con
lo cual los Habsburgo consiguieron gobernar sobre Bohemia
y Hungría. En un intenso manejo de intereses
políticos, los papas y el rey de Francia, mediante
sus esfuerzos por socavar el poder de los Habsburgo,
encabezados por el emperador Carlos V, se convirtieron en
enemigos de su propia causa religiosa. Debe
señalarse que la verdadera autoridad sobre esta
vaga confederación de estados alemanes era muy
limitada. Los fuertes príncipes dentro del Imperio
gobernaban sus propios estados como completos soberanos,
muchas veces evadiendo los deseos del emperador mediante
sagacidad política. Tal situación le
permitió al elector (príncipe alemán
a quién correspondía la elección y
nombramiento del emperador) de Sajonia, por ejemplo,
proteger a Lutero del enojo tanto de los papas como del
emperador.Otro poder político y militar que tuvo
una parte importante al afectar el progreso de la reforma
occidental fue el grupo conocido como los turcos.
Después de la captura de Constantinopla en 1453,
los turcos se dirigieron al norte y al occidente por los
Balcanes, en un manifiesto propósito de invadir
toda Europa. Durante la reforma el deseo del emperador de
triturar el luteranismo fue afectado grandemente por la
amenaza turca. Difícilmente podía él
permitirse iniciar una guerra civil cuando los turcos
parecían estar a punto de irrumpir en Europa
central.Italia tuvo poca significación
política durante la reforma. Rusia
se estaba convirtiendo rápidamente en un fuerte
poder político, pero no tuvo participación
en la reforma occidental. El cristianismo de Oriente
había empezado la obra en Rusia, y después
Rusia formó su propia iglesia nacional, vagamente
en comunión con Constantinopla. El mundo oriental,
desde Palestina hasta los Balcanes había sido
invadido por los mahometanos en el período
medieval, y ni influía en la reforma occidental ni
era afectado por ella.3.2 FACTORES ECONÓMICOS Y
SOCIALESLas nuevas normas
económicas y sociales fueron muy influyentes en el
fomento del movimiento de reforma. Los estados alemanes
entraron en un período de transición
económica y social en los siglos XIV y XV. La
clase
mercantil o capitalista había surgido por la
industria y comercio en el área del
Mediterráneo. Los descubrimientos
geográficos del período abrieron un nuevo
mundo económico. El descubrimiento
portugués de una nueva ruta a la India
y el desarrollo de las colonias proporcionó nueva
oportunidad para la inversión lucrativa del capital.Además, el descubrimiento y desarrollo de
recursos minerales alemanes amenazó con
suplantar los intereses agrarios, aumentando los problemas económicos y sociales.
Con el retiro de muchos campesinos de las labores
agrícolas, y con el aumento de la producción mineral, resultó
la consecuencia económica natural de la
inflación de precios de los alimentos. Peor aún: el fracaso de
la cosecha en Alemania ocurrió por casi trece
años sucesivos, empezando por el año 1490,
y trayendo hambre y mala nutrición por todas partes.
Había descontento universal. Por la necesidad de
trabajo más duro por parte de los
campesinos que todavía trabajaban la
tierra, por el resentimiento de las clases media y
alta por el alza repentina de los precios de los
alimentos que nadie podía explicar ni gobernar, y
por la devaluación de salarios acompañante a la
inflación económica, la actitud social y
económica era antagónica. Las revueltas de
campesinos se volvieron comunes, particularmente
después del intento de suplantar las antiguas
costumbres legales alemanas por principios de derecho
romano. No es de sorprender que la desordenada
avaricia de la Iglesia Romana al demandar anatas,
diezmos, indulgencias, etcétera, fuera considerada
como tiranía.3.3 FACTORES INTELECTUALES
Una razón del fracaso de los movimientos
anteriores de reforma fue la escasez general de inteligencia. El temor y la
superstición eran obstáculos demasiado
grandes para que los venciera cualquier movimiento
antipapal. El renacimiento intelectual que siguió
a las cruzadas le dio un gran impulso a la
ilustración popular. El desarrollo de la
imprenta a mediados del siglo XV hizo posible reproducir
el mensaje hablado para miles de audiencias. La reforma
de Lutero no hubiera sido tan efectiva si no hubiera
habido información e interés
general mediante el uso de panfletos y libros. Además, el movimiento
conocido como "humanismo", aunque no siempre religioso en
su énfasis, produjo ilustración y liderazgo que contribuyeron grandemente a
la reforma de Lutero.Finalmente, la actitud del hombre común
hacia el papado había pasado por una profunda
transformación. Es muy dudoso que Lutero o
cualquiera otro se hubiera atrevido a dar los pasos que
pudieran separarlo de la Iglesia Católica Romana
si hubiera creído que tal cisma le
resultaría en la pérdida de la
salvación. Ajeno al realismo filosófico y a las
pretensiones de la Iglesia Romana, se había
desarrollado un concepto general de que la
salvación podía obtenerse aparte del
sistema romano.Es cierto que algunos seguidores de Lutero lo
abandonaron cuando él deliberadamente se
apartó de la Iglesia Católica; sin embargo,
el mero hecho de que las multitudes alemanas lo siguieran
en un movimiento cismático, participando con
él de la reprobación de la iglesia, habla
de un nuevo punto de vista. El desafío de la
excomunión papal por los gobiernos seculares
reveló el sentir del pueblo y fortaleció la
idea de que la salvación no descansa solamente en
el sistema romano; la presencia por siglos de fuertes
movimientos de disidentes como los valdenses y los
Hermanos Bohemios rebajó las pretensiones romanas;
y el constante conflicto entre la iglesia y el
estado, de cada uno de los cuales se pensaba como una
institución divina, trajo confusión y duda
respecto a las pretensiones de la iglesia. Cualesquiera
que hayan sido las razones, es evidente que millones
estaban deseosos de dejar el cuerpo que reclamaba ser la
única fuente de salvación. Estaban
convencidos de que la salvación puede encontrarse
en cualquier otra parte.- 3.4 MARTÍN LUTERO
- Juan Wycliffe y los Lolardos
El 31 de octubre de 1517 Lutero se convirtió
en controvertida figura pública al exponer en el
pórtico de la iglesia de Todos los Santos de
Wittenberg sus 95 Tesis o
proposiciones escritas en latín contra la venta de
indulgencias, para la gran obra de los papas Julio II y
León X: la construcción de la basílica de
San Pedro en Roma. Al margen de cómo se hicieron
públicas sus proposiciones, causaron una gran
conmoción y fueron traducidas de inmediato al
alemán, logrando una amplísima difusión.
Esto provocó una investigación por parte de la Iglesia
romana que culminó con la condena de sus
enseñanzas (15 de junio de 1520) y con su
excomunión (1 de enero de 1521) por el Papa
León X. En abril de 1521 fue convocado ante el
emperador Carlos V y se le pidió que se retractase
ante las autoridades seculares y eclesiásticas
allí reunidas. Se negó, asegurando que para
hacerlo tendrían que refutar sus. El emperador
condenó a Lutero, pero el elector de Sajonia, Federico
el Sabio, lo recluyó en su castillo de
Wartburg.Pronto fue evidente que planeaba subvertir todas las
instituciones fundamentales de la Iglesia.
Empezando por proclamar la falsa doctrina de la
"justificación por la sola fe", rechazó
después todas las medicinas sobrenaturales
(especialmente los sacramentos y la Misa), negó el
mérito de las buenas obras (condenando así los
votos monásticos y al ascetismo cristiano en general),
y finalmente rechazó la institución de un
genuino sacerdocio jerárquico (especialmente el
papado) en la Iglesia. Su doctrina de la Biblia como la
única regla de la fe, con el rechazo de toda autoridad
eclesiástica, estableció el subjetivismo en
cuestiones de fe, y las bases sobre las cuales los hombres
podrían alejarse de la institución
eclesiástica y obtener la salvación.2.CLAMOR POR
LA REFORMALa palabra "contrarreforma" que se aplica algunas
veces a la actividad de la Iglesia Católica Romana
durante este período, no es completamente exacta. Es
mejor llamarla sencillamente el avivamiento católico
romano. Por supuesto, es cierto que la dirección tomada por la Iglesia
Católica Romana obedeció a, y reaccionó
contra los movimientos de reforma de Lutero y de otros. De
hecho es difícil juzgar si la Iglesia Católica
Romana fue herida o bendecida por el movimiento conocido como
La Reforma. Los sucesos de este período pueden ser que
hayan salvado a la Iglesia Católica Romana de la
completa decadencia interna y del provincialismo, en un
tiempo en que el mundo estaba en rápida
expansión. Ciertamente, sin el estímulo y la
redefinición que surgieron del conflicto con los
reformadores, la Iglesia Romana hubiera estado mal
preparada para enfrentar lo que le esperaba en un mundo nuevo
y más grande.El Humanismo y la Iglesia Romana
Otro factor que afectó la Iglesia
Católica Romana en su relación con el
movimiento de reforma fue la obra de los humanistas.
Escudriñando, como ellos lo hicieron en los escritos
antiguos, tanto cristianos como clásicos, estos
hombres vieron la gran diferencia entre el movimiento
cristiano primitivo y la Iglesia Romana contemporánea.
Puede haber poca duda de que los humanistas de todos los
países prepararon el camino para la reforma
protestante. Algunos de ellos se le unieron; otros más
permanecieron dentro del marco de la Iglesia Católica
Romana y se atrevieron a instarla a dirigirse a la
eliminación de los abusos y la superstición.
Desiderio Erasmo de Rotterdam (1466-1536), indudablemente el
humanista sobresaliente del Continente, realmente
sugirió un plan para la
clase apropiada de reforma. Por años él
había estado atacando las leyendas
supersticiosas del catolicismo romano contemporáneo, y
sus escritos se parecían tanto a los de Lutero que
después fue obligado a negar que él era autor
de algunos de los tratados de Lutero. Erasmo quería
una reforma sin violencia
ni malos sentimientos. Él sugería que los
sacerdotes sencillamente fueran educados de la manera
correcta y que entonces enseñaran a la gente un tipo
puro de cristianismo. Sus esfuerzos no triunfaron. En su
mayor parte, el humanismo no deseaba incluirse en una
revolución para obtener la reforma, y aparentemente se
necesitaba una revolución.4.1 REACCIÓN PAPAL A LOS ESFUERZOS DE
REFORMA ANTES DE 1540Aunque tardía en aparecer, una bula papal de
noviembre 9 de 1518 corrigió algunos de los peores
abusos. Debe recordarse que la esencia de las protestas
primitivas de Lutero consistía en la negación
de que las indulgencias pudieran perdonar la culpa sin
arrepentimiento. Este punto cardinal fue concedido por la
bula papal. También fijaba la autoridad papal como
inmediata a la tierra
solamente, aunque concedía considerable influencia a
las peticiones del Papa por las almas en el purgatorio, por
los méritos de Cristo y de los santos. Esta bula no
representó una concesión a Lutero ni una
revisión de la doctrina católica romana. Lo
contrario era lo cierto. El Papa había hecho ahora
explícitas declaraciones de la ortodoxia
católica romana, y a menos que las atacara, Lutero
sería condenado por anarquía
eclesiástica tanto como por defección
doctrinal. Empezaron a formarse las líneas en cada
lado de la controversia. Apareció un considerable
cuerpo de literatura,
alguna atacando y alguna defendiendo al gobierno y doctrina
católicos romanos. Hasta Enrique VIII de Inglaterra, y
después Erasmo, escribieron como defensores de la
fe.Pablo III (1534-49), obró cuidadosamente. De
entre las filas del Oratorio del Divino Amor y de
otras conocidas como favorecedoras de la reforma limitada
para suprimir los abusos, él nombró a varios
nuevos cardenales: Caraffa, Sadoleto, Pole y Cantarino, y
formó una comisión bajo su dirección
para investigar e informar sobre la necesidad de una reforma.
Aunque el informe de
1538 no fue inmediatamente efectivo para producir acción, la preparación del mismo
y el entrenamiento
dado a los hombres que pronto tendrían los puestos
más altos de dirección en la Iglesia Romana, lo
hicieron significativo. Muchas de las ideas de este informe
fueron incluidas en la acción tomada por el Concilio
de Trento.4.2 DECISIÓN FINAL CATÓLICA ROMANA
SOBRE LA REFORMALa Iglesia Romana vaciló brevemente.
¿Debería intentar conciliar a los luteranos o
condenarlos inequívocamente? ¿Qué
podía hacerse con los zwinglianos, los calvinistas,
los anglicanos, y otros? La conciliación
produciría una gran separación de la
posición histórica de la iglesia Romana. Sin
embargo, por presión del emperador Carlos V se tuvo
una conferencia en Regensburg (1541). A pesar de
algunos fuertes esfuerzos por obligar a un compromiso, estas
conferencias no pudieron alcanzar un terreno neutral de
acuerdoLa Iglesia Romana puso cara de piedra a los
protestantes, y nunca ha cambiado su postura de abierta y
completa hostilidad contra ellos. Tomada esta
decisión, el gobierno de la Iglesia Romana
empezó ahora a dirigir todos sus esfuerzos a detener
las incursiones del protestantismo y a poner en orden su
propia casa para que pudiera hacer mejor la
guerra.Dos movimientos ayudaron grandemente en la lucha de
la Iglesia Romana con los reformadores: la aparición
de la Sociedad
de Jesús (más conocida familiarmente como los
jesuitas)
y el Concilio de Trento.- 4.3 CONTINUACIÓN DEL
CONFLICTO
Nada en el siglo XVI mas que de que los
esfuerzos por reformar el sistema católico romano
trajeron dos siglos de las más sangrientas luchas
que los hombres habían conocido. Los antecedentes
del uso de la fuerza militar para suprimir la
disensión religiosa eran muchos y muy antiguos. No
había apoyo para ello en las enseñanzas del
Nuevo Testamento ni en el ejemplo de los cristianos
primitivos. La adopción del cristianismo por
Constantino en 312, sin embargo, introdujo el uso de
métodos políticos y de
armas
para la supresión de la disensión
religiosa. Sólo en este terreno la supuesta regla
benéfica de Constantino probó ser un golpe
más mortal para el verdadero cristianismo que las
más severas persecuciones de sus predecesores en
el trono romano.En cualquier parte donde podía gobernar a
los dirigentes seculares, la creciente Iglesia
Católica Romana seguía el ejemplo de
Constantino de suprimir la disensión con la
espada. Durante el período medieval es probable
que la espada secular hiciera más por el
crecimiento del poder romano que todos los misioneros de
Roma juntos. Las cruzadas representaban en gran manera el
detestable espíritu de la coerción militar
en nombre de la religión. La caza de herejes y la
pena de
muerte en la hoguera ocuparon la atención de la mayor parte de los
obispos ortodoxos del sistema católico romano
hasta 1243, cuando la maquinaria especial de la
Inquisición fue preparada por el papado para
localizar y suprimir por la fuerza la disensión
religiosa.4.4 LA SOCIEDAD DE
JESÚSIgnacio de Loyola, fundó la Sociedad de
Jesús en 1540 con la autorización del Papa.
La sociedad hizo rápidos progresos en Italia,
Portugal, Bélgica, y Polonia. Sus mayores
victorias fueron ganadas en Alemania y Austria, donde,
junto con las controversias luteranas, la Iglesia
Católica Romana recuperó casi todo el
territorio del sur de Alemania que la Reforma
había enajenado. Las actividades de la sociedad
tuvieron sólo éxito parcial en Francia
hasta después de la
muerte de Enrique IV (1589-1610), pero a partir de
entonces los jesuitas gobernaron Francia hasta la
Revolución Francesa. En Venecia, Inglaterra y
Suecia, su programa no tuvo éxito de ninguna
manera durante este período.4.5 EL CONCILIO DE TRENTO
(1545-64)- 4.3 CONTINUACIÓN DEL
- El Fondo del Asunto
La segunda gran arma de la Iglesia Romana contra el
movimiento protestante fue ideada en un concilio general bien
gobernado. Debe recordarse que cuando Lutero fue condenado
por el Papa León X, él apeló a un
concilio general. Tal apelación irritó a los
que apoyaban al Papa. León X tenía la confianza
de que el mejor método de suprimir a Lutero
sería convocar tal concilio y dejar bajo su control el
reprimirlo. Su muerte en los primeros años de la
reforma de Lutero impidió esta acción, y a
pesar del clamor por un concilio general de todas partes,
luteranos, príncipes católicos, y hasta del
emperador Carlos, los papas y sus consejeros habían
pensado que no era un tiempo propicio para convocar un
concilio general. Pablo III (1534-49) todavía
tenía esperanzas de conciliar a los protestantes en un
concilio reunido en Trento (Austria) en 1545. El emperador
deseaba que este concilio uniera a Europa religiosa y
políticamente, no mediante la supresión del
protestantismo, sino mediante la conciliación. El
Papa, por su parte, había decidido para 1545 no tener
participación en la conciliación de los
protestantes, y esperaba que el concilio definiera y
declarara la doctrina católica con el propósito
de refutar y condenar a los protestantes.Los Resultados
Los resultados del concilio muestran que el partido
papal tuvo el control la mayor parte del tiempo.
Ocasionalmente algunos disidentes sin trabas alzaban sus
voces con relación a algunos de los problemas
más fundamentales, pero la mayor parte de las veces
era una completa victoria para el partido ultramontano. Las
esperanzas del emperador de la unificación religiosa y
política de Europa se hicieron pedazos. Pronto se
retiró de su oficio. Los únicos elementos de
reforma incluidos en las recomendaciones del concilio
tenían el objetivo
de enfrentar el desafío del protestantismo. Los
sacerdotes debían conocer sus biblias y ser capaces de
predicar; se ordenó un control episcopal más
fuerte de las parroquias; se hicieron arreglos para mejor
educación de los clérigos y para
más cuidado en los nombramientos; también se
hizo hincapié en la disciplina
y en la moralidad.
Todos estos asuntos eran un intento de obligar a la Iglesia
Romana a combatir al protestantismo.4. EL
AVIVAMIENTO CATÓLICO ROMANO5.1 CAUSAS DE LA GUERRA
La primera fase del movimiento de reforma se
terminó en 1555 cuando la Paz de Augsburgo
acabó la lucha entre los católicos romanos y
los luteranos (ahora llamados protestantes). El resultado
inmediato fue una victoria para el luteranismo. El imperio
secular reconocía ahora el derecho legal del
luteranismo de existir y extenderse. Esto estaba en marcado
contraste con el cuadro de dos décadas antes, cuando
el movimiento luterano, con su dirigente oficialmente juzgado
como hereje y proscrito, siguió existiendo sólo
porque el emperador Carlos V estaba muy ocupado peleando con
Francia, con el Papa y con los turcos, para suprimirlo. Pese
a las vehementes protestas del Papa, el luteranismo pudo
propagar su fe osadamente. Parecía que el uso de la
espada como medio de fijar jurisdicción religiosa
había llegado a su fin.Contemplando hacia atrás este período
desde el presente punto de ventaja, sin embargo, puede verse
que todos los factores señalaban otra guerra. En
general, los siguientes asuntos produjeron el estallido de
una nueva guerra entre católicos romanos y
protestantes.Los teólogos luteranos estaban peleando
vigorosamente entre ellos en el terreno doctrinal. No es de
sorprender que las controversias doctrinales ocurrieran entre
los seguidores de Lutero. El rompimiento con la Iglesia
Romana llevó a Lutero a acometer por nuevas
direcciones de pensamiento. Algunas veces su naturaleza
impetuosa lo impulsaba a hacer énfasis en ciertos
aspectos de la teología hasta el extremo; otras veces
se expresaba en términos que parecían
contradecir lo que había dicho antes.
Difícilmente tenía él tiempo de meditar
en un plan de teología completo y consistente, sino
que se veía forzado a producirlo poco a poco en varios
escritos. Además, conforme se desarrollaba y maduraba
en sus ideas reformadoras, con frecuencia cambiaba sus
conceptos expresados hacía unos cuantos años o
hasta unos meses antes.Mientras tanto, la Iglesia Católica
Romana estaba ocupada también. Unificada y
fortalecida con los reajustes internos del siglo XVI, la
Iglesia Romana recuperó terreno y seguidores
constantemente. La Sociedad de Jesús
proporcionó soldados preparados y celosos que se
infiltraron en tierras y escuelas protestantes con
efectos subversivos. Además, los príncipes
católicos pronto empezaron a perseguir a los
protestantes en sus terrenos.
El Desafío del CalvinismoLa Paz de Augsburgo (1555) había
concedido al luteranismo el reconocimiento de
religión legal, pero no dio reconocimiento a los
seguidores de Juan Calvino, que se estaban volviendo
numerosos y poderosos. El calvinismo se convirtió
en rival no solamente del catolicismo sino también
del luteranismo. Mientras los católicos romanos
estaban robusteciendo sus fuerzas en los últimos
años del siglo XVI, el luteranismo se
envolvió en una amarga lucha con la Iglesia
Reformada (el calvinismo). En muchos casos el calvinismo
suplantó parcialmente al movimiento luterano, como
en Polonia, Hungría, Bohemia y el Palatinado. Tal
vez una explicación de por qué el
calvinismo hiciera tan amplias incursiones era que el
luteranismo había retenido mucho del sistema
romano medieval. En tanto que el calvinismo era
fuertemente antirromano, no tenía un Melanchton
que procurara áreas de compromiso con el sistema
católico romano. Además, Calvino rechazaba
toda la tradición e insistía en un comienzo
fresco desde las enseñanzas directas de las
Escrituras. En adición, el sistema calvinista era
más íntimamente consistente en sus
enseñanzas y sus métodos.- El Resurgimiento Católico
Romano - Violaciones del Tratado de
Augsburgo
El Papa nunca había estado de acuerdo con el
Tratado de Augsburgo de 1555. Muy naturalmente sus seguidores
no fueron escrupulosos de ninguna manera para observar el
derecho legal de los luteranos. Tampoco tenía el
papado toda la culpa. Los luteranos también eran
culpables. La unión de la iglesia y el estado,
practicada a través de los siglos por la Iglesia
Católica Romana y adoptada por el luteranismo, el
zwinglianismo, el calvinismo, y el anglicanismo,
convirtió en tan imperativo para ellos el uso de las
armas militares y políticas para el adelanto de
cualquier movimiento que fuera parte del interés
nacional. Bajo esta filosofía, las diferencias
religiosas eran consideradas como amenazas políticas y
militares. Las violaciones flagrantes del Tratado de
Augsburgo eran excusadas con base en el interés
nacional, y llevaban inevitablemente a la guerra.Rivalidad Política
Cuando finalmente vino la guerra, presentó
una escena confusa. Con frecuencia los intereses
políticos tenían prioridad sobre las creencias
religiosas. La Francia católica y la España
católica no podían pelear del mismo lado por su
rivalidad política. Los príncipes protestantes
consideraban primero los factores políticos antes de
tomar las armas y escoger partido. Consecuentemente, aunque
la lucha era básicamente entre católicos
romanos y protestantes, la Guerra de los Treinta Años
produjo extrañas alianzas y motivos
dudosos.5.2 ESTALLIDO DE LA GUERRA
La ocasión inmediata para la guerra
ocurrió en Bohemia. El emperador de Germania
prohibió a los protestantes construir ciertos templos,
pese a su voto inicial de que toleraría a los
numerosos protestantes súbditos de Bohemia. Para
empeorar la situación, el emperador arregló que
su primo Fernando, un católico romano militante, lo
sucediera como rey de Bohemia. La reforma protestante se
encendió en violencia en Praga, en mayo de 1618, y la
guerra se hizo cierta cuando los protestantes bohemios
rechazaron a Fernando como su rey el año siguiente, y
eligieron en su lugar a un protestante.La guerra que siguió tuvo cuatro fases
distintas:La Lucha en Alemania (1618-23)
La política católica romana de
preparación continua rindió frutos inmediatos.
Para 1620 los protestantes bohemios fueron hechos
añicos. Todas las escuelas e iglesias protestantes
fueron cerradas en Bohemia, Moravia, y Austria. Sus pastores
fueron desterrados. Los romanistas no fueron generosos en la
victoria, y tomaron medidas inmediatas para recatolizar las
tierras conquistadas. El gobierno calvinista del Palatinado
fue dominado en 1623, y se ordenó a los protestantes
conformarse o irse. Esta victoria tuvo significado porque
el
príncipe del Palatinado era uno de los siete
electores del emperador, y con la victoria católica en
el Palatinado, el Papa gobernaba la mayoría de los
electores, garantizando emperadores subordinados a la Iglesia
Católica Romana.La Fase Europea (1623-29)
Profundamente alarmados por la rigurosa
represión del protestantismo por los católicos
en las tierras recientemente ganadas, los príncipes
protestantes del norte de Alemania se prepararon para el
conflicto, y buscaron ayuda de Dinamarca, Inglaterra, y
Holanda, estados nominalmente protestantes. Los
católicos romanos, sin embargo, derrotaron a los
nuevos enemigos. Todos los protestantes debían ser
desterrados de las tierras católicas, y parecía
que todas las victorias de la Reforma Protestante
serían borradas bajo el programa romano.La fase sueca (1629-32)
En esta oscura hora para los protestantes, dos
nuevos acontecimientos cambiaron el cuadro. El primero fue la
pelea entre los diversos dirigentes católicos,
seculares y eclesiásticos, por la división de
los botines. El segundo fue la intervención de Gustavo
Adolfo, el sagaz y brillante sueco. En 1630 él
empezó su invasión de Europa. Al principio los
otros protestantes le dieron poca atención, pero en
dos años ya había derrotado todos los
ejércitos católicos romanos y era el amo del
continente. En su momento de victoria en Lützen en 1632,
sin embargo, murió en la batalla.Peleas indecisivas (1632-48)
Los siguientes dieciséis años trajeron
terribles matanzas y gran destrucción de propiedades,
pero ningún lado podía conseguir la victoria.
Alemania, en particular, sirvió como campo de batalla
y sufrió grandemente. A pesar de la oposición
oral del Papa Inocente X, los agotados ejércitos de
cada lado consintieron en terminar la guerra.5.3 RESULTADOS DE LA GUERRA
La Paz de Westfalia de 1648 es una señal en
la historia religiosa. Cerró la última de las
guerras generales por causa de la religión y
usualmente es considerada como el principio de la era
moderna. Mediante los términos del tratado, luteranos,
calvinistas y católicos romanos eran reconocidos con
iguales derechos
civiles y religiosos. El año 1624 fue designado como
el año normal; es decir, que cada estado o territorio
volvería a su estado religioso de esa
fecha.Políticamente se consumó la
pérdida de contenidos del título de emperador,
el Imperio se atomizó en más de 350 estados
independientes, perfilándose un norte reformado y un
sur católico.Desde el punto de vista religioso se confirmó
la libertad
para los príncipes, y a los súbditos se les
impuso convertirse a la religión de su príncipe
o emigrar; los calvinistas recibieron los mismos derechos que
católicos y luteranos. Westfalia significó la
posibilidad de una tolerancia,
así como el principio de la secularización de
la política; la ausencia de la Santa Sede en las
negociaciones prueba que el Papado no pesaba ya en las
decisiones de los estados.El Papa protestó por el cese de hostilidades,
y, de hecho, muy poco tomó en cuenta los
términos de Westfalia. Él continuó
activamente sus esfuerzos de recatolizar mediante la
subversión y la diplomacia. Generalmente hablando, el
sur de Europa continuó siendo católico romano,
y el norte, protestante. Los estados alemanes y Suiza
incluían a ambos grupos. Esta guerra agotadora
aparentemente convenció a la Iglesia Católica
Romana de que el protestantismo no podía ser derrotado
con armas.5. GUERRA DE
LOS TREINTA AÑOS (1618 – 1648)La Reforma destruyó el monopolio
de la fe y de la organización eclesiástica de los
pueblos Cristianos de Europa, separó a muchos millones
de la Iglesia Romana. La doctrina fundamental de la
justificación por la sola fe enseñada por los
Reformistas, produjo la superficialidad en la vida religiosa.
El celo por las buenas obras desapareció, el ascetismo
que la Iglesia había practicado desde su
fundación fue eliminado, y aspiraciones naturalistas a
lo puramente mundano, se difundieron por todas
partes.El poderío de Roma, que se ha llegado a
estimar que en el siglo XIII llegó a tener bajo su
influencia entre la 1/3 y 1/5 parte de Europa se vio
limitado, la autoridad Papal decayó, y el hombre
con una nueva apertura de conciencia hacia el mundo y una
experiencia liberadora se constituyó como la base de
la futura Revolución Francesa, donde el poder
monárquico cae por primera vez en Europa y marca el
camino a seguir en otros estados.Lutero y los demás reformistas no fueron
especiales, tan sólo eran el producto
sintomático de una sociedad reprimida y disconforme
con la Iglesia, pero el momento y las circunstancias por las
que atravesaba Europa fueron muy particulares y posibilitaron
el fracaso de la Contrarreforma. Es probable que si la
situación hubiera sido distinta un proceso de
cambio similar se daría varios siglos después,
o por el contrario, otros proponen que sin la Reforma a la
corrompida Iglesia Romana le tocaría la suerte que
siguió el Imperio varios siglos antes la
alojó.Nadie puede afirmar que podría haber pasado,
pero lo que sí es seguro es que
la Reforma marcó a fuego a Europa y dictó el
desarrollo de los siguientes siglos.CONCLUSIÓN
"Reforma". www.wikipedia.com
Enciclopedia Encarta 2002
Sociedad 8. Estrada
"Reforma Católica". www.monografías.com
El Mundo-América. Kapeluz
Historia 2. Kapeluz
Ciencias Sociales. Con Vivencias Hoy
Ciencias Sociales 8. UCALP
BIBLIOGRAFÍA
Autor
Gorrini, Federico Alberto
Fecha de nacimiento: 06 de diciembre de
1989
Residencia: Coronel Suárez (pcia. Buenos Aires,
República Argentina).
Antecedentes: curso el último año de
Técnico en Industrias
de Proceso, en la Escuela de
Educación Técnica Nº 1 de Coronel
Suárez
Trabajo
País: Argentina
Ciudad: Coronel Suárez (pcia. Buenos
Aires)
Fecha: 28 de agosto de 2007
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